Nota: ¡Hola! Soy Blue, y esta es la traducción de mi fanfiction en inglés, Barebones. Obviamente, no voy a traducir todo palabra por palabra - habrá títulos que cambiarán, pero la historia en sí es la misma. Espero que disfrutéis leyendo tanto como yo lo hago escribiendo. Todavía no sé qué título debería de darle a la traducción, así que para eso (y críticas - comentarios de cualquier estilo que me ayuden a mejorar son bienvenidos), estoy abierta a sugerencias.

IMPORTANTE: la narración puede ser confusa a veces, porque se basa mucho en lo que el personaje percibe. Por esto, el primer capítulo es especialmente confuso debido al estado de Sakura. Actualizaciones y más info en mi perfil.


Desenmascarada - Parte 1: Recuperación - Capítulo 1: Sueños de Luz

Las estrellas sólo muestran su brillo verdadero, cuando les quitamos la máscara de belleza a su alrededor


Es como un lindo sueño. Sakura alza los ojos hacia el infinito cielo azul - es un día de verano radiante, en que las nubes esponjosas pretenden ser barquitos, navegando el calmo océano de allá arriba. Y mientras tanto, ella observa, echada sobre la hierba. Una brisa gentil y delicada hace las briznas danzar, en olas alocadas e impredecibles, jugando con sus ropas y pelo rosado.

Con las manos tras la cabeza, la muchacha suspira. Es tan pacífico... Aún así, Sakura tiene la incómoda sensación de que se le olvida algo, como una memoria distante. Algo sin importancia, seguramente.

—Hola, Sakura —saluda una voz familiar, tan cerca que casi hace que respingue. No se había dado cuenta de que había alguien tan cerca.

Mirando hacia el lado, sus inquisitivos ojos esmeralda se encuentran con la mirada vivaz de Naruto. El chico muestra una gran y feliz sonrisa, típica de él.

—¿Disfrutando del día? —pregunta el muchacho, echándose junto a ella y adoptando una posición similar a la suya.

—Sí —murmura Sakura, cerrando sus ojos de nuevo. Es agradable que Naruto esté aquí—. Hace un día precioso —añade, sonriendo alegremente.

Le responde una carcajada divertida de su compañero.

—Es genial verte así. Últimamente, pasa poco —replica el chico, con un deje de nostalgia y tristeza en su voz. Sakura le oye suspirar.

—No pasa nada —comenta ella, agitando una mano en el aire, como si eso bastara para disipar las preocupaciones de Naruto.

—Sakura… —musita él, su voz sonando definitivamente preocupada—. Tienes que despertar…


Un grito se hace eco a través del desierto campo de batalla. Sakura se sujeta la cabeza con las manos, sintiéndose como si el cerebro se le quemara. Es como si alguien le hubiera atravesado la cabeza con agujas venenosas, y muchas. Los ojos son lo que más le duele, tanto que su visión está oscurecida por el dolor.

Las palabras de Naruto todavía le resuenan en los oídos. Despierta.

—¡MÁRCHATE!

Sakura no sabe si son lágrimas o sangre, fluyendo por su cara y cayendo silenciosamente en su regazo. No puede oír su suave golpeteo contra su ropa, porque sigue gritando, tan fuerte que le duele la garganta. Es incoherente, un sinsentido de chillidos, para intentar liberarse del peso que le oprime el corazón. Su cuerpo entero tiembla, frío y entumecido, pero el dolor no se va.

"No puedo hacer nada para aliviarlo," se da cuenta, sus pensamientos vagos y distantes.

De todos modos… nadie puede oírla. Sólo hay sombras difuminadas, diluidas en la oscura atmósfera… casi puede sentirlas, intentando arrastrarla fuera de su destrozada burbuja de cordura. Una cosa tan sencilla como gritar, o sentir dolor, le recuerda que no debe rendirse todavía.

—Hola, Sakura…

Como si le pasara a otra persona, Sakura se percata de la sensación de un kunai en su mano, lanzado hacia la posición de la alucinación auditiva. Parpadea por unos instantes, sus ojos buscando más de ellas a su alrededor. Para ella son tan reales como sus propias manos, y debe luchar, pelear hasta su último aliento si hace falta.

—¡VENID A POR MÍ! ¡Atreveos! —grita la muchacha, enfadada, aferrándose a otro kunai defensivamente. Si alguien se le acerca, está segura de que sea quien sea, será destruido. Porque ya no le quedan más amigos; si alguien se le acerca, no puede ser más que un enemigo.

Pero no hay nadie. Una vez que los ecos se disipan, Sakura se da cuenta de que ha perdido la cabeza y se mordisquea el labio inferior. Sola. Algo en ése pensamiento es demasiado doloroso, demasiado destructivo como para que pueda procesarlo enteramente, así que lo ahoga en su silencio.

La siguiente voz que oye es la de Ino, y esta vez Sakura está segura de que puede ver el movimiento del cuerpo de su amiga, en algún lugar entre la niebla. Es sólo por un momento, y entonces desaparece, junto con su kunai, arrojado sin pensar. En el fondo... sabe que no es cierto, pero la sensación de amenaza la obliga a intentar defenderse de las alucinaciones.

Si alguien le preguntara sobre distinguir realidad de ilusión, seguramente la pelirrosa mataría a ésa persona antes de que acabara de hablar. Sus dedos manejan los kunai en su bolsa, torpemente, demasiado insensibles como para responderle correctamente. Cuesta mucho tiempo y esfuerzo, pero al cabo de un rato, Sakura consigue coger uno de los cuchillos y sostenerlo como última línea de defensa. Está desesperada, y lo sabe.

Acurrucada contra la piedra de la pequeña cueva, Sakura espera. Pero no pasa nada, y todo lo que puede oír es el sonido del kunai cuando se le cae al suelo. Sus manos están demasiado destrozadas como para que pueda sostenerlo un solo momento más.

Sus ojos esmeralda observan el arma a sus pies, sin emoción alguna en ellos. De pronto, se siente furiosa con el cuchillo. El estúpido kunai es solo una prueba más, una burla más, de lo mucho que falla como ninja y persona.

Sin pensarlo, se arranca la bolsa de kunai y la lanza al exterior, escuchando el sonido de las hojas de metal contra el suelo. Cuesta mucho coordinarse lo suficiente como para lograrlo, pero una vez lo hace, se siente mejor. Y entonces, las voces vuelven. Lo único que puede hacer, es encogerse en un ovillo y gritar.


Han pasado algunos días, aunque Sakura no lo sabe con certeza. El exterior es o bien nublado y neblinoso, o completamente oscuro. No hay signos de vida; ni un sonido, aparte de las ilusiones. Está perdiendo la cabeza, y lo sabe, pero le falta fuerza como para luchar, o para que le importe.

Sus ropas están destrozadas, apenas manteniendo su cuerpo caliente. Su chakra no se ha recuperado, porque ha estado usándolo para mantenerse viva. Ciertamente, sus heridas son casi letales. Cualquier otro habría muerto cien veces en su lugar. A veces, las heridas se ponen peor y Sakura cree que por fin, morirá, pero casi siempre se trata de una alucinación más.

Ya no está segura. ¿Qué es real y qué es un producto de su torturada mente? No parece ser que tenga una conmoción cerebral o fiebre que puedan estar causando sus visiones, así que quizá… quizá, simplemente, está loca. Como si importara. Seguramente, morirá aquí, sola.

Al final, acaba por hablarles, y a veces le responden. Ino la miró con tristeza (a veces, las visiones son más claras), musitando: "Todavía tienes que florecer, Sakura."

Naruto es el que aparece más a menudo, normalmente en fantasías que nublan su percepción de sus alrededores. En ellas, Sakura suele encontrarse sentada o tumbada en lugares distintos, pacíficos, junto a él. La mayor parte del tiempo, los escenarios parecen estar basados en Konoha y sus alrededores. Sakura asume que la razón por la que él aparece más que nadie, es a causa de su inmenso sentido de culpa cuando piensa en el muchacho rubio.

—Te fallé —susurra ella, llorando, intentando abrazarle durante uno de sus sueños. Él la sostiene, palmeándole la espalda con inseguridad.

—No pasa nada, Sakura. Puedes hacerlo. Sólo tienes que despertarte.

Ella intenta gritar, tratando de suplicar para que no la abandone, pero no sirve de nada. Sin excepción, Naruto (y todas las personas a las que ama), acaba desapareciendo.

Sakura maldice, implora, golpea y sufre, pero nada de eso funciona… ellos no vuelven, porque no son de verdad, y en el fondo de su corazón, ella lo sabe.

En lo más profundo de su alma, lo sabe. Pero si deja que se marchen, las sombras la devorarán. No quiere morir, no todavía, y definitivamente, no así. Así que Sakura habla con las personas que no existen; grita con furia a enemigos que no la oyen; se mantiene viva, simplemente porque no hay otra opción válida.

Poco a poco, las voces y las personas dejan de visitarla. Una por una, desaparecen. Sakura sabe que es porque se está muriendo.

El último día, Naruto la mira con la más honda de las tristezas. Sakura quiere que sonría, porque ya no quiere sentir más dolor, pero no puede hablar.

—No te rindas —murmura Naruto, sus ojos reflejando desesperación y un corazón tan roto, que parece casi real.

Sakura no puede hacer nada para impedir que la imagen se desvanezca.

—Por favor… no te vayas… —Su voz es rasposa, su garganta reseca, pero su esfuerzo es en vano. Naruto se ha ido. Ahora está definitivamente sola.

Sakura sabe que debería de acabarse pronto, pero por algún motivo, no se rinde. Respirando con dificultad y pesadez, Sakura avista en silencio una pluma, arrastrada por el viento hasta su regazo.

Normalmente, no sopla viento en este lugar muerto, así que se sobresalta por un momento, el susto arrastrándola hasta un estado más consciente. Sakura mira hacia abajo, y tras varios débiles intentos, consigue sujetar la pluma en frente de sus ojos desenfocados.

Es una pluma de cuervo, negra como la noche. Es suave y extrañamente cálida, aunque quizá eso es porque ella está fría como el hielo. Sakura gira la pluma entre sus dedos, porque de nuevo, no tiene nada mejor que hacer.

—Sakura.

"Genial, ahora las plumas hablan," gruñe la muchacha, internamente. Si es que la pluma es real, para empezar.

La situación es casi irrisoria, pero lo más parecido a la risa que su garganta puede producir es una tos sangrienta. Frunciendo el ceño, Sakura observa la pluma atentamente.

Tiene la sensación de que su mente debería de haber sido capaz de conectarla a algo; quizá un nombre o una cara. Sin embargo, es incapaz de recordar.

La muchacha cae dormida de puro agotamiento, pero aún así, puede oír otro susurro del viento, arrancándole la pluma de entre los dedos. La voz de ésta vuelve, sonando como Naruto esta vez. Tan energética y gentil que Sakura quiere cubrirse los oídos y grita de nuevo.

—¡¿Qué es lo que quieres?! —le replica, enfadada, cazando la pluma torpemente.

—No te rindas.

¿De quién es esa voz? ¿Kakashi, quizá? Es incapaz de distinguirlas, ya. Lleva mucho tiempo oyendo todas las voces que puede recordar. De los que lucharon junto a ella, de sus amigos, de sus seres amados. Es como un eco que aún resuena en su mente, día tras día.

De algún modo, Sakura consigue averiguar que la pluma "habla" cuando la agita el viento. Una ráfaga de aire, su aliento, agitarla en el aire. Cuando sucede, suenan las voces de nuevo. Son siempre distintas aunque familiares.

Le dicen que se mantenga fuerte, que no se rinda, que se ponga en pie y luche. Le dan ése pequeño rayo de esperanza que le hace falta, y Sakura se agarra a él con la desesperación de un moribundo guerrero. Ya no le importa si está loca o no.

Vagamente, recuerda que en algún momento se empujó contra la pared hasta estar de pie. Tropezó hasta la entrada de la cueva, cayendo al exterior, presa de la gravedad y el cambio en la inclinación del terreno. Aterrizó en frente de su bolsa de kunai, y la recogió murmurando disculpas. Se arrastró como pudo a través del campo de batalla vacío.

No importa a dónde, porque lo que la pluma le susurra es que tiene que moverse. Hacer algo. De lo contrario, morirá. Sakura no sabe por cuánto tiempo, pero en algún momento, escucha voces. No son familiares en absoluto.

Mirando a su alrededor, se da cuenta de que la iluminación ha cambiado. El terreno está cubierto por arbustos y hierba, con los contornos definitos por la luz plateada de la Luna.

Entrecerrando los ojos, Sakura consigue localizar algunas estrellas en el cielo, aunque no le ayudan a orientarse. Simplemente, se siente feliz de verlas de nuevo.

Algo se mueve cerca de ella, y alguien (una persona de verdad), está junto a ella, sosteniéndola y hablándole incomprensiblemente. Las palabras están borrosas.

En contra de su voluntad, una ola de chakra la obliga a perder el conocimiento.


Nota: espero que si has llegado hasta aquí, de haya gustado. Actualizaré esta historia más o menos al mismo tiempo que actualizo el original, y como en éste, comentarios/críticas, sin importar cómo de duros, me valen.