Su mirada se clavaba fervientemente sobre todo mi cuerpo, esos ojos penetrantes y llenos de malicia me devoraban completamente quebrando mi ser en pedazos; sentía que mi mundo se plagaba de oscuridad y nada podría hacer para detenerlo.

Kirito-kun.. kirito-kun… repetía una y otra vez en mi mente, como si con ello consiguiera apaciguar el dolor que me recorría al estar colgada de brazos, al sentir como su lengua me recorría y sus dientes me mordían sin piedad alguna.

-¡Dentente! ¡Detente!- mis manos temblaban, mis piernas flaqueaban; la voz de la persona q más amaba estaba llorando, pidiendo a gritos que me soltaran, sufriendo por no poder salvarme. Mi respiración se volvía pesada, sentía que una parte de mi había muerto en ese instante, podía soportar el que este hombre se divirtiera pisoteando mi dignidad, mi orgullo; que quebrantara mi pudor y manchara mi alma con su desquiciado deseo carnal de poseerme. Pero aquellos gritos llenos de desespero desencadenaron nuevamente mis lagrimas, dejándome sumergida un mar repleto de sentimientos encontrados; debía ser yo quien lo protegiera, ¿no era acaso eso lo que le había prometido?…

Su risa retumbo en todo el lugar, sus manos empezaron a apretar mis pechos y a juguetear con todo mi cuerpo. Ya nada tenía sentido para mi, las dulces caricias que una vez había compartido en una noche mágica en compañía de mi caballero de negro, habían desaparecido.

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-¡Asuna! ¡Asuna!- mis ojos se abrieron lentamente, acostumbrándose poco a poco a los tenues rayos de luz que las lamparas emitían y se colaban por la ventana.

-¿Q- qué paso?… ¿Kirito-kun? ¿Qué haces tan noche en mi casa?…. ¿En-n m-mi cama?- muy apenada y sorprendida me aleje rápidamente cubriéndome el camisón con las cobijas que aun permanecían de mi lado.

-¿Qué no lo recuerdas?.. tu y yo… ya sabes hemos..- suspiro profundamente y luego sin previo aviso me tomo de los brazos, jalándome con esa inquietud que lo caracterizaba tan bien - No importa, te acordaras dentro de poco nuevamente, que sepas que todo esto a sido idea tuya- una deslumbrante y juguetona sonrisa se dibujo en su rostro, al mismo tiempo que sus brazos me acogían en un abrazo lleno de dulzura y una pizca de picardía -Haré que lo olvides… y que solo piense nuevamente en mi…. Asuna-

-Ki-kiri…- sus labios se posesionaron de los míos, su desesperación me invadía totalmente, podía sentir la inquietud que lo desbordaba y lo ponía en este estado irreconocible de locura; cada caricia, cada que sus manos se movían sin frenesí alguno por todo mi cuerpo, cada parte que el trazaba perfectamente con esos adorables labios que tanto amaba probar; todo en el era perfecto y solo yo podría conocer el lado apasionado de kirito, que descubrí aquella noche en nuestra primera vez..

-Eres mia y solo mia, recuerdalo siempre…