Notas: Sherlock Holmes y su mundo no me pertenecen, son propiedad de Arthur Conan Doyle.

Resumen: Mystrade, mención de Johnlock. Universo Alterno. Dos caballeros y sus dos principes, y como en toda historia, hay un villano, James Moriarty.

Advertencias: Lemon.

Un Ultimo Te Amo.

Capitulo 01

Hace tiempo que hay una guerra entre los reinos. Todo el gobierno Británico reúne caballeros, con el propósito de estar preparados y ser mas que los de los otros reinos enemigos. La reina, Violett, es la que controla todas las tropas que manda y las que se quedan a hacer guardia, y las que se ocupan del entrenamiento de los jóvenes e inexpertos voluntarios para ser caballeros, desde la muerte del rey, Sherrinford Holmes, quien murió a manos de un traidor, llamado James Moriarty. Quien ahora esta pudriéndose en la cárcel, al lado de un ex caballero, Sebastian Moran, uno en que la reina había confiado. Sin embargo, dos días después de su muerte, nació su hijo, al cual le puso Mycroft Holmes. Después de tres años, Violett, se caso con el hermano del ya fallecido rey, William Holmes. Y nació su otro hijo, al cual le puso Sherlock Holmes, para honrar el nombre de su marido muerto.

Los años pasaron, y la guerra parecía eterna. Millones de muertes, soldados cansados, tratan de retirarse, y William no los deja, dice que son los mas experimentados, y si se van, entonces habría mas posibilidades de perder la guerra. Violett solo quería darles lo que querían, después de todo, habían echo mucho, matado a mucha gente, por proteger su reino, su hogar, se lo merecían. Su hijo mayor, Mycroft, ya había cumplido 17 años, mientras que Sherlock tenia 14. Violett sabia que no seria fácil quitarle la corona a William, pero quería que su hijo gobernara. Estaba totalmente capacitado, era inteligente, orgulloso, serio, bastante controlador.

Un día de esos como de siempre, Sherlock aburrido, robando de algún campesino una gallina para experimentar con ella. Mycroft regañándolo, y fijándose que los caballeros hicieran bien su trabajo al entrenar a los recién voluntarios. Es decir espiando a cierta persona.

Moriarty, ya teniendo 10 años en la cárcel y a sus 35 años de edad, logro escapar, igual que Moran. La reina agradeció que, aunque pudieron escapar y burlar la seguridad, no le hayan echo nada a sus hijos. Sin embargo William no estuvo muy conforme y les grito hasta el cansancio a los guardias. La reina temía por la vida y salud de sus hijos. Un día después del problema, tomó una decisión.

Mycroft desde que tiene memoria, admiro a los caballeros, pero siempre a uno en especial, uno con años de entrenamiento, muy fuerte, valiente, dispuesto, muy capaz, uno leal, que se turnaba y un día hacia guardia, otro día enseñaba a los voluntarios. Y otros días iba al campo de batalla, siempre salia herido, pero vivo, victorioso, siempre que el estaba a cargo de las tropas salían la mayoría vivos, y sobre todo, salían ganando, o si no, al menos no fracasaban completamente. Esa caballero era Gregory Lestrade.

- Príncipe, oh mi príncipe, su madre, nuestra querida reina, me ah mandado a traerlos a usted y a su hermano. Al salón principal. El príncipe Sherlock ya esta allí.

- de acuerdo, no se preocupe, iré enseguida - mira por última vez a Greg, como le decían los amigos y va - Madre -hace una reverencia - Rey William - hace otra reverencia.

- Mycroft, toma a asiento, al lado de Sherlock por favor.

Vio, su asiento era a un lado del trono de los reyes, solo asintió sin mas y se sentó al lado de su hermano. El cual se notaba completamente aburrido, el y Sherlock siempre deducían a las personas , pero una de las pocas a las que no podían deducir era a su madre y deducir se entre ellos, claro. Pero Sherlock Holmes era impaciente.

- ¡Bueno ya! ¿Que cosa es la tan importante?

- A mi no me levantes la voz, Sherlock - gruño molesta Violett - esperad con calma, hijo mio... - Ella sonrió.

Se escucharon pasos de muchas personas y se abrió la puerta, dejando ver a nadie mas ni nadie menos que los mejores caballeros del reino, todos caminando con sus uniformes pesados, hechos especialmente para protegerse de filosas armas. El que dio un paso adelante fue Lestrade, sacándose el casco para hacer una reverencia.

- Mi reina, nos a llamado. Aquí estamos presentes, en lo que podamos servirles, solo diga.

Mycroft se sorprendió apenas, luego sin poder contenerlo sonrió suavemente. Greg lo miro y luego le devolvió la sonrisa. ¡Lo miro y le sonrió! El pelirrojo se puso demasiado feliz. Tanto que le pareció patético ponerse así por un motivo tan tonto. Por eso se mordió por dentro el labio y miro a otro lado.

- Mis disculpas Gregory, por haber interrumpido su practica, se que estaba entrenando a los voluntarios también...

- Si. Ni se preocupe, mi reina. - sonríe.

- Bien. Quiero, queridos hijos mios, que escojan uno de estos valientes caballeros para hacerles compañía y protegerlos de el peligroso Moriarty, el cual están alertas todos, que a escapado de su castigo por la traición.

- ¡Violett! ¿Por que no consultaste antes conmigo al tomar esta decisión? - Bufo enojado el rey

- Te hubieras negado.

- ¡Y con motivo! No son doncellas que haya que proteger, son hombres, no damas.

- pero son los príncipes, y necesitan protección. Son mis hijos - frunce el ceño indignada. Decidida - esta decidido.

Resignado el rey simplemente asiente y suspira, Willam sabe que no puede contra su mujer. Sherlock, caprichoso, se niega, no necesita una niñera. Su mama, la única mujer capaz de obligarlo a algo, le obligo a elegir. Por la próxima media hora Sherlock se dedicó a deducir a cada uno de los soldados, incluyendo a Lestrade, cosas que Mycroft ya sabia, por deducción claro. Los soldados se quedaron bastante tristes algunos, con ganas de llorar, mas de uno, y claro, sin hacerlo, por deducir aspectos duros de sus vidas y decirlas frente a todos. Otros, mas enojados. Violett harta le grito que se callara y escogiera.

- Tu, Arthur Watson, quiero a tu hijo, ese tal John Watson.

La mujer suspiro molesta. Su hijo siempre con sus raras rarezas.

- No se podrá. John Watson es un voluntario todavía inexperto.

- Pero lo quiero a el - "modo capricho" pensaron tanto Mycroft como su madre. - A demás, madre, estudio medicina antes de ofrecerse y convertirse en caballero. Tiene los conocimientos básicos y si me pasa algo, sera mi medico y guardia - Sonrió, como si hubiera ganando.

La reina lo pensó, luego ya cansada cedió. Como era de esperar, William se molesto, porque siempre le daba con el gusto a Sherlock, hubo una discusión de dos minutos y luego la querida reina dejo de contestarle porque le molestaba discutir con el.

- Mycroft, querido, tu turno...

Mycroft miro a Greg y se sonrojo un poco. Gregory solo se sonrió, conteniendo la risa. A el las palabras de Sherlock no le habían afectado tanto.

El pelirrojo se aclaro la voz y dijo con fuerza - Voy a elegir a Gregory Lestrade - Lo miraba fijamente.

- Seria un honor para mi servirle príncipe, pero aún tengo pendientes..

- no te preocupes por ello, caballero - Sonrió la bella mujer - eres perfecto para cuidar de mi hijo.

Tanto Greg como Holmes se sonrojan.

- De acuerdo, su majestad, todo sea por usted y por el príncipe Mycroft - hizo otra reverencia.

- mañana mismo, los quiero aquí a la madrugada. Porque el palacio real sera su nuevo hogar - sonrió complacida la reina - Arthur, diga le a su hijo, que es el nuevo medico y guardia personal del príncipe Sherlock. Y no acepto un no por respuesta. De parte de su reina - sonríe.

Arthur asiente con una reverencia sin estar convencido y se va. Lestrade se acerco, inclino y beso la mano de su reina.

- con su permiso, mi rey, mis príncipes - se inclina dos veces - me retiro - se va.

- Violett Valjean Holmes, si mis amigos empiezan a comentar que dudan de la masculinidad de mi hijo, la culpa sera tuya y me voy a enojar - gimió furioso y el rey, Sherlock rodó los ojos y se fue, Mycroft hizo lo mismo pero dando una reverencia, Violett se fue ignorando a William. Su carácter le tenia harta.

Al día siguiente, Greg y John llegaron al mismo tiempo, se pusieron a practicar, después charlaron un poco, de lo nerviosos que estaban, pero de la nueva experiencia que iba a ser. Un sirviente, muy educado, les abrió las puertas del palacio, y una señorita fue corriendo a decirles que la reina los esperaba. Greg fue, un poco más seguro, siguiendo a la dama, en cambio, John, siendo la primera vez que caminaba por el castillo, camino un poco mas cohibido. Llegaron, frente a la reina, John imito a Greg en sus reverencias.

- Perfecto, John, Gregory. Muchas gracias por aceptar esto. Mis hijos están en sus respectivas habitaciones por favor, sientan se como en casa y vayan a las habitaciones de los príncipes que hay van a dormir desde hoy. Sus escoltas, las señoritas, los guiaran hasta las habitaciones, que pasen buenos días.

Watson y Lestrade se miraron con sorpresa, luego fueron.

Greg vio como John tocaba la puerta, le decían que estaba abierto y pasaba sin menor problema, el toco la puerta, una, dos, tres veces, se estaba preocupado.

- ¿Príncipe Mycroft? - finalmente entro a la habitación alterado y luego se paralizo. Mycroft estaba saliendo de ducharse con solo una toalla, su cuerpo no era muy lindo, para algunos, y para gente como Greg, ese cuerpo era lo mas lindo. Trato de bajar su erección con cosas feas. Pensando en cosas horribles y no lo logró.

- ¡Príncipe! Mis disculpas mas sinceras, me preocupo - sonrojado, Greg se retira rápidamente dando un portazo, incomodo. Aun no era momento de lanzarse hacia Mycroft, el cual dentro de un rato le abrió la puerta e invitó a pasar educada mente.

Y la verdad es que no, Mycroft no era gordo, Greg sabia que hace un par de años si lo había sido, pero ahora estaba mas flaco, solo tenia un par de quilos que se le notaban, como a cualquier otra persona, para que mentir. Incluso cuando estaba realmente gordo, a Gregory siempre le había interesado el pelirrojo. Paso y se sentó en la cama, sonriendo le suavemente.

- Y bien.. Debe ser complicado... Ya sabes, esas tareas que tienes como príncipe ¿No es así? - pregunto curioso después de un largo silencio. A pesar de que el príncipe era menor de edad seguro tenia responsabilidades, tenia 17 años y era el heredero al trono.

- .. Es interesante, me gustan estas obligaciones, además de las de cuidar a Sherlock, esas son un poco mas pesadas -

El de cabello cano se río, como si hubiese sido una broma, mas sin embargo el pelirrojo hablaba muy enserio, se notaba en su cara.

- ¿ Y sus obligaciones como caballero?

- Amo mi trabajo, pero temo que me tiene algo alejado de casa, con mi hermana - se notaba que el trabajo lo tenia apartado, pero le gustaba lo que hacia.

- Usted antes tubo una mujer - fue directo Mycroft, queriendo saber exactamente si estaba soltero para tener alguna oportunidad de algo serio. El sabia que Lestrade había tenido una esposa, lo que no sabia, era si se habían separado. Aunque lo mas probable era que si, porque Greg nunca quería ir temprano a casa, eso quería decir que no le gustaba tanto ese lugar, quizás porque le hacia recordar a esa mujer. A parte que había aceptado sin problema el palacio como su nuevo hogar.

- Así es. - el tema resulto ser algo incomodo para Greg, entonces, Mycroft prefirió ni mencionarlo, no en ese momento, aun no estaba listo para contarle, seguramente.

A Mycroft le gustaba hablar con Lestrade, el era sencillo, te hablaba con naturalidad. Incluso si eras el príncipe o la reina (por mas reverencias que haga, o educado que sea, parecía normal para el, hablar tranquilo) como si el no fuera uno de los mejores caballeros del reino, como si Mycroft no fuera el príncipe. Era eran cosas que a el pelirrojo le encantaban de el.

Continuaron hablando, de temas aparentemente irrelevantes. Como Sherlock, anécdotas de antes. Mycroft se sentía como en un sueño. Sin querer despertar. Holmes podía considerar a Greg su "ídolo" porque lo admiraba, pero lo suyo iba mas haya de la admiración, o obsesión. Le quería. Y ahora que hablaban, le estaba queriendo aun mas.