Disclaimer: InuYasha & Co. no me pertenecen. La historia es 100% sacada de mi imaginación y puesta sobre "papel" en mis ratos de ocio.
* Nota: Este fic participa en el concurso "¡Luz, cámara, acción!: Besos Inolvidables" del foro ¡Siéntate!
* Reto: Recrear la escena de un beso de una película/ serie/ anime/ libro a elección.
* Película elegida: La Dama y el Vagabundo (me pareció una escena linda xD).
._.*-*._.*-*._.*-*._.*-*._.
Casi simultáneamente cada uno tomó un poco de fideos y se los metió a la boca, masticando y sorbiendo a su paso, no notando el hilo de Ramen que los estaba uniendo. InuYasha siempre había sabido que el último bocado era el mejor, aunque, ¿quién hubiese imaginado que el sabor del último Ramen, sería el más delicioso y satisfactorio de todos?
El último Ramen
En momentos de hambre, cualquier cosa era buena, pero si sobraba algún recipiente de comida instantánea por allí (o una funda de papas), pues mucho mejor. InuYasha había sido muy afortunado al encontrar milagrosamente el último envase de su amada "comida ninja" en el fondo de la mochila de Kagome. Naturalmente, el Ramen con sabor a carne era mucho mejor que cualquier bola de arroz insípida y sin relleno. Lástima que sus amigos tuvieran que conformarse precisamente sólo con eso, puesto que una anciana les había compartido lo único que tenía a manera de agradecimiento, por haber ahuyentado a un débil monstruo lagartija.
Por supuesto, siempre había un insatisfecho en el grupo, que buscaba mejores opciones, pero en manos de otra persona.
—¡Yo también quiero! —protestó Kagome, haciendo un ademán por arrebatarle el último Ramena InuYasha.
—¿Qué? —Frunciendo el ceño, el platinado alzó su brazo y puso el envase fuera del alcance de ella—. ¡No!
—Vamos, ¡sólo un poco!
—¡Ya te dije que no! —Sentenció, sentándose con las piernas cruzadas, de espaldas a ella—. Éste es el último que queda.
—¡Por eso mismo! No seas tacaño y compártelo conmigo —poniendo su mejor cara de cachorrito desvalido, Kagome esperó convencerlo.
—¡Cómo molestas! —Rezongó InuYasha, suspirando con pesadez. ¿Cómo resistirse a esos brillantes ojos chocolates? Se rendía, únicamente porque se trataba de ella—. Está bien, pero tendrás que recompensarme después.
—Sí, sí, lo que digas.
Feliz por haber logado su cometido, Kagome tomó una porción de fideos con sus palillos. Al primer bocado, sus ojos brillaron con emoción, repitiendo la acción un par de veces. Fue inevitable que el corazón y cuerpo de InuYasha no reaccionaran a los sutiles roces que, inconscientemente, la muchacha le daba, en su afán por quitarle toda la comida.
Con las mejillas levemente sonrojadas, InuYasha la observó con atención. Se veía tan adorable que no fue capaz de decirle nada más. Conteniendo sus impulsos y controlando los fuertes latidos de su corazón, miró en dirección contraria y empezó a comer también.
Inconscientemente y casi al mismo tiempo, cada uno tomó un poco de fideos y se los metió a la boca, masticando y sorbiendo a su paso, no notando el hilo de Ramen que los estaba uniendo. La distancia entre sus rostros se redujo rápidamente y sus labios se acercaron insospechadamente a medida que el fideo era succionado desde cada extremo, hasta finalmente encontrarse sus labios en un sorpresivo beso.
Con ojos grandemente abiertos, ambos se miraron en un estado de completa estupefacción. En cuanto pudieron reaccionar, ambos se separaron de inmediato, con sus rostros tan rojos como un par de tomates.
Nadie movió un solo músculo y el silencio reinó en el lugar. Sango, Miroku, Shippô y Kirara ahogaron sus chillidos de júbilo, permaneciendo expectantes a lo que acontecería después.
—Creo… que volveré a mi época para comprar más Ramen —dijo Kagome, poniéndose abruptamente de pie—. L-la última vez habían anunciado un nuevo sabor y… me gustaría probarlo. ¡Sí! —anunció precipitadamente, no sabiendo cómo contener su felicidad interior, además de la vergüenza por haber tenido público presente en tan importante acontecimiento.
—¿Nuevo sabor? —Inquirió InuYasha, saliendo de su inicial estado de conmoción—. E-espera, te acompaño. ¡Yo también quiero! —exclamó, emprendiendo la fuga tras la chica y así no tener que escuchar las descaradas risillas de sus indeseables espectadores.
Cuando de Ramen se trataba, InuYasha siempre estaría dispuesto a probar nuevos sabores y, sí de casualidad se viera nuevamente forzado a compartir su porción con alguien, se aseguraría de que fuera únicamente con Kagome. De antemano había sabido que el último bocado de cualquier cosa era el mejor, aunque, ¿quién hubiese podido imaginar que el sabor del último recipiente de Ramen, sería el más delicioso y satisfactorio que hubiese probado en su vida?
Definitivamente, ¡quería más! Además, Kagome prometió recompensarlo por darle de su comida, así que… de ésta, ella no se salvaba.
FIN
:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
N/A: ¡Hola a todos!
Sé que debería estar trabajando en la continuación de "Sin retorno" (y lo estoy haciendo, se los aseguro), pero dado que surgió esta actividad en nuestro querido foro "¡Siéntate!" y la temática me pareció muy linda, decidí participar con algo chiquito. De hecho, se supone que publicaría el fic por San Valentín, pero algo pasó que ya no tuve tiempo de editar y demás. Cómo sea, ¿qué les pareció? ¿Quedó bien?
Y, claro, ¡como se trata de un concurso, habrá votaciones! A partir del 1ero de Marzo se abrirá el topic correspondiente, en donde podrán votar por sus tres fics preferidos. El link lo podrán encontrar en mi perfil, por lo que los animo a darse una vueltecita por allí =).
Como siempre, ¡muchas gracias por su apoyo y por sus reviews! Ya saben que su comentario siempre es bienvenido. Y, si la historia es merecedora de ser agregada a sus favoritos, por favor, no se olviden de dejar su comentario y, si pueden (y si les gustó), su voto también :P.
¡Besos y hasta pronto!
Con cariño,
Peach ^^