Disclaimer: Ao no exorcist no me pertenece ni saco tajada de escribir esto. Sólo Kazue Kato puede revolcarse en billetes.
Este es el primer fic de esta categoría que escribo. One-shot que cubre una escena. Está ambientado en el futuro de la serie cuando todos son ya adultos. En el manga Yukio no ha despertado como demonio pero aquí digamos que he 'seguido' el anime y sí lo ha hecho. BTW: ya he advertido que es yaoi pero además tiene trazas de mpreg.
Como odio la Vera Cruz. Odio todo de ella. Desde las piedras que la sujetan, hasta su estúpido director pasando por sus alumnos. Especialmente los que se convertirán en exorcistas. Los odio a todos.
Antes no era así...Me gustaba esta academia cuando era adolescente y comencé a estudiar en ella para yo mismo poder convertirme en exorcista. Pero ahora que es una prisión para mi la odio.
Y todo por culpa del Grigori. No. Aún tiene más culpa Mephisto por creer que puede ejercer de 'carcelero' ya que la academia es su dominio. Y más culpa aún tenemos nosotros por no habernos resistido.
"Nii-san. En otras circunstancias no habría accedido a esto, pero ahora tenemos cosas más importantes en las que pensar que sólo tú y yo."
Eso me dijo Yukio después de que el Grigori nos sentenciara a residir en la Vera Cruz bajo la atenta mirada de un puñado de exorcistas de alto nivel además del propio Mephisto, quien 'amablemente' había hecho la propuesta de tenernos bajo su mismo techo como en los viejos tiempos. Estúpido demonio. Aunque llevemos la misma sangre juro que un día lo mato. Y estoy seguro de que a Yukio le encantará ayudarme.
Hablando de él puedo verlo a través de la ventana del cuarto. En los jardines rodeado, como casi siempre, de un grupo de chicas con un montón de preguntas ridículas. Como odio que vuelva a ser profesor y como odio esas falditas color rosa. Puedo sentir calor a mi alrededor, seguramente mis llamas azules hayan explotado cuando yo mismo me he 'calentado', por fortuna la sangre aún no me hierve.
-Mama. ¿Qué haces?—me interrumpe los pensamientos una voz aguda y femenina. Inmediatamente después se le suma otra masculina y casi igual de aguda.
-Schwester, no molestes. ¿No ves que está alimentando a kleiner Bruder?
-No hago nada. Y hacedme el favor de dejar de usar el vocabulario que ese payaso os enseña.
Yuri y Shiro se miran entre ellos para luego mirarme a mi con cierto gesto de derrota. Suelto aire por la nariz y vuelvo a mirar por la ventana, mis llamas se han apagado, pero una chispa casi las vuelve a encender cuando Maya me muerde.
-¡Ay!—protesto alzándolo un poco apartado de mí. Él chilla y patalea feliz.—Aún no tienes dientes y ya aprietas, tiemblo cuando te empiecen a salir los colmillos.
Los tres niños se ríen y el más pequeño se inclina echándoles los bracitos a los otros dos, que se ponen de puntillas alzando los brazos hacia él. No voy a dejárselo aún, no he terminado de alimentarlo.
Estos tres son míos. Son mis hijos. Y como yo son demonios. Pero ellos son algo diferentes a mí; no nacieron de un demonio y un humano sino de dos demonios por lo que Mephisto afirma que probablemente algún día nos superen en poderes. "Mezcla la sangre de dos demonios y un gran poder nacerá." Yuri y Shiro tienen cinco años y ya la orden los mantiene vigilados como si fueran una gran amenaza. Y lo peor de todo es que Mephisto, ese payaso, se pasa buena parte del tiempo con ellos enseñándoles cosas como hablar en alemán y a ser otakus como él. Esto no me molestaría sino conociera a Mephisto. Después de todo él también es exorcista además de un demonio. Llamadme paranoico pero me preocupa. Sobre todo ahora que sé que la orden tiene planes para todos nosotros.
Y Yukio coincide conmigo en eso. Después de todo él también es su padre.
En ocasiones creo desear que él no hubiese despertado como demonio. En el momento en que sus llamas se despertaron todo dio un vuelco. No voy a negar que ya teníamos una relación 'más estrecha de lo que debiera' antes de eso pero nunca llegué a sospechar que mi cuerpo reaccionaría al suyo hasta el punto de hacerme capaz de asimilar su energía, combinarla con la mía y de ése modo poder concebir un hijo. Shiro, Yuri y Maya son la prueba viviente de ello. Se parecen tanto a nosotros dos...Han heredado mi cabello oscuro y los tres tienen los tres lunares de Yukio en la cara.
En cuanto nosotros dos...También hemos cambiado mucho desde que desaparecimos de la vista de todos tras enterarnos de mi primer embarazo. Ambos hemos crecido pero me da rabia que Yukio lo haya hecho más que yo en todo este tiempo. Sigue afuera, intentando avanzar aún rodeado de esas chicas. Con lo fácil que sería sacar la cola y poner más puntiagudas las orejas para que todas saliesen huyendo.
Maya ha empezado a moverse en mis brazos. Tiene seis meses y ya está tan grande...Ahora mismo juega con los 'piercings' que el Grigori insistió en ponerme en los pezones. Bobos. Creen que de ése modo detendrán o evitarán que me quede embarazado de nuevo y superpueble el mundo con demonios puros. Poniéndome un par de sellos. Cuando nos presentamos ante ellos ya llevaba a Maya en los brazos y estaba mamando de mí. Supongo que también me los colocaron por eso. Pero mis hijos son demonios, pueden alimentarse de muchas formas y una de ellas es con nuestra energía; con sólo tenerlo en brazos y emitir algo de calor Maya puede absorberlo y transformarlo en alimento. Cuando sea más mayor podrá comer alimentos sólidos como sus hermanos. A Ukobach le gustará también cocinarle a él.
-Mama.—me dicen a coro Shiro y Yuri—Nos vamos a jugar con die Onkel Mephisto.
Antes de que pueda decirles nada se han ido corriendo. Maya se ha dormido también. Con cuidado lo coloco en la cuna de la habitación. Mephisto nos había alojado exactamente en el mismo lugar de hacía años, allí por lo menos teníamos algo más de intimidad. Claro que esa palabra cuando estás siendo vigilado por toda una orden de exorcistas perdía significado.
Lo odio. Odio ser un animal enjaulado. Esto acabará tarde o temprano, ya lo creo que acabará. No pueden controlar nuestra vidas. Yuri, Shiro y Maya crecerán, se harán fuertes y también querrán su libertad. No me importa que se hagan exorcistas más bien sería un orgullo, pues les demostrarían a esa panda de ineptos que no somos sus enemigos.
Vuelvo a mirar por la ventana. Yukio ya no está. Pero aún veo a las chicas alejarse entre cuchicheos y risitas cómplices. Las odio. ¿Cómo se atreven a jugar con lo que por derecho es mío?
Yukio es mío. Es mi gemelo. Mi amante. Y el padre de mis hijos. Ya le di todo de mí y ahora sólo él puede satisfacerme.
Cuando vuelva de dar las clases a las que se ha reincorporado como profesor lo atraparé y no lo dejaré escapar. No hasta que me marque como suyo nuevamente. Quiero dejar mi olor en él. Que todos sepan lo que somos. No me importaría ver de nuevo las caras atónitas de nuestros antiguos compañeros cuando nos volvieron a ver. Incluso tampoco me importaría que Yukio me empotrase delante de todos ellos. Fuertemente...salvajemente...llenándome completamente.
Hace sólo seis meses que Maya nació. Pero no me importaría volver a quedarme encinta. Así podría demostrarles a todos ellos, a la orden que ahora tanto odio, que no tienen control sobre nosotros. Que no puedes encerrar a los hijos de Satán.
Los odio a todos. Odio esta academia, odio sus muros, a sus estudiantes, exorcistas y a su director. Pero por encima de todo odio, yo odio, la Vera Cruz.
¿Algún review chiquitín para ver cómo he estado? :) Incluso recibo abiertamente los review bomba xD
¡Gracias por leer!
atte.-Cherry Cheshire ;)