Holaaaaaaa!Aqui tienen el 2cap, ojala les guste y puedan dejar un review :D Gracias por cada follow, fav y review que han dejado, eso hace que de gusto seguir escribiendo :D A los que siguen la historia de "The villains do not have happy endigns" espero actualizar en un par de días! Ahora si...los dejo leer :D


Emma había despertado bastante temprano ese día, sus padres seguían durmiendo, aprovechando las horas de sueño que Neal les permitía, era domingo y solo se daría una vuelta por la comisaria un rato, aunque quizá lo haría más tarde, después de ir a Grannys por un buen café de la Abuelita…La rubia se pasó una buena parte de la noche pensando en lo sucedido la noche anterior, en lo nerviosa que se había puesto con Regina, en la imagen de Regina con ese sensual y atrevido camisón de seda negro que dejaba bastante a la vista y muy poco a la imaginación, Emma siempre pensó que la alcaldesa era una mujer atractiva pero no había notado ese magnetismo que ejercía sobre ella, no tomo en cuenta en como sus latidos se aceleraban cuando tenía a la morena cerca de ella…Emma negó con la cabeza y cambio sus pensamientos, la noche anterior llego tarde, lo suficiente para que Mary Margareth y David estuvieran dormidos y no pudieran interrogarla, sus pobres padres, seguramente les daría un infarto fulminante si supieran los pensamientos poco castos que su hija tenia acerca de la Reina Malvada, su antigua enemiga, se dijo Emma con una pequeña sonrisa de diversión…Emma terminaba de ponerse su chaqueta cuando escucho pasos bajando las escaleras, la rubia frunció el ceño al imaginarse a alguno de sus padres, al pensar en la voz acusadora de Mary Margareth al preguntarle que hacia la noche anterior con las manos alrededor de la cintura de Regina Mills y a punto de besarla…Emma por un segundo deseo que no las hubieran interrumpido y probar sus labios, claro que ese pensamiento duro poco…

-Te caíste de la cama?-pregunto Henry al bajar las escaleras y ver a Emma lista para salir, la rubia suspiro de alivio al ver que se trataba de su hijo y no de sus padres.

-Que gracioso, chico-se burló Emma rodando los ojos, provocando una mueca burlona por parte de su hijo-Chico, creí que eras alguno de tus abuelos-dijo Emma sonriendo levemente al ver a su hijo acercarse a ella y saludarla con un beso en la mejilla, Henry negó con la cabeza.

-Te estuvieron esperando anoche, así que no creo que se despierten hasta dentro de un buen rato o hasta que Neal los deje-rio levemente Henry al encogerse de hombros y bostezar, Emma arqueo las cejas y asintió.

-Y tú que haces despierto? Creí que estarías en pijama-rio Emma con curiosidad, Henry la miro con un gesto de ironía que solo podía haber sido adquirido por la flamante alcaldesa Mills, Emma rodo los ojos al verlo encogerse de hombros.

-Olvidase que voy a desayunar con mamá?-pregunto Henry con un gesto marcado de resignación ante lo olvidadiza que a veces resultaba Emma, aunque su tono era más de afirmación que de pregunta, Emma frunció el ceño ligeramente y recordó algo acerca de eso, en realidad si lo había olvidado.

-Olvidarlo? Por qué me tomas, chico?-se burló Emma con un gesto de broma, Henry negó con la cabeza con una pequeña sonrisa de burla-De acuerdo, lo olvide pero aun estas a tiempo-dijo Emma encogiéndose de hombros con inocencia.

-Y por que llegaste tarde anoche?-pregunto Henry despreocupado y tomando asiento en la mesa de la cocina, Emma arqueo las cejas y rio levemente, porque tu madre casi me provoca un infarto con ese estúpido camisón de seda negro con encaje, se acababa de acordar de eso? Se preguntó Emma mordiéndose el labio inferior para no reírse de sus ironías.

-Después de hablar con Regina fui a patrullar un rato-dijo Emma encogiéndose de hombros al tomar asiento frente a su hijo, Henry asintió conforme con su respuesta-Que tal la pasaste tú?-pregunto Emma cruzándose de brazos.

-Bien, después de que nos vimos en Grannys cenamos aquí y todo estuvo tranquilo-dijo Henry con un gesto de darle poca importancia, omitiendo el hecho de que David había llegado tan pálido como si hubiera visto un fantasma, Emma arqueo las cejas y rio-Entonces, mamá te ayudara con lo de la casa?-pregunto Henry bajando su tono de voz y asegurándose de que nadie más los escuchara, Emma agradeció eso y asintió.

-Sí, Regina acepto ayudar con eso-dijo Emma como si nada, tratando de ignorar la mirada alegre de su hijo y la amplia sonrisa que se formó en sus labios, la rubia se contuvo para no reírse-Quiere asegurarse que su pequeño príncipe pueda ser tratado como tal-se burló Emma con un gesto que hizo que Henry frunciera el ceño haciendo reír a la rubia.

-Por lo menos ahora hay posibilidad de que encuentres algo decente, sin decirle a nadie jamás encontrarías algo-dijo Henry ignorando las miradas irónicas que le dio su adorada madre rubia, quien asintió de acuerdo con su hijo, las voces provenientes de las escaleras hicieron que ambos ahogaran sus risas y se quedaran en silencio al ver a Mary Margareth bajar junto a David quien cargaba a Neal.

-Buenos días-saludo Mary Margareth al acercarse a ellos y besar a cada uno en la mejilla, Emma trago saliva discretamente y Henry se limitó a saludarla de igual forma que a su abuelo, Emma no dudo en levantarse y tomar su chaqueta, Henry también ya se había levantado de su silla.

-Ya se van?-pregunto David al notar a Henry tomar su mochila del sofá y colgársela al hombro, mientras que Emma se terminaba de poner su chaqueta, Mary Margareth y David fruncieron el ceño, ambos querían tener cierta conversación pendiente con su hija.

-Sí, debo llevar a Henry con Regina, quedaron de desayunar juntos y el chico me matara si lo hago llegar tarde-se excusó Emma con un gesto de total inocencia y despreocupación, Henry arqueo una ceja al notar a Emma un poco extraña y decidió seguirle el juego solo por solidaridad.

-Sí, Emma lo olvido y ahora llegaremos tarde-se quejó Henry frunciendo el ceño, Emma lo miro y sonrió para sus adentros, tendría que agradecerle al chico después, tanto Mary Margareth como David parecieron tensarse ante la sola mención de la ex Reina Malvada.

-Iras a la comisaria después?-pregunto Mary Margareth con curiosidad, la rubia lo pensó unos segundos y termino asintiendo, Henry se acercó a despedirse de sus abuelos y regreso al lado de su madre para irse.

-Aun no lo sé, nos vemos después-dijo Emma encogiéndose de hombros con un gesto despreocupado y saliendo acompañada de Henry, dejando a Mary Margareth y David con los gestos de frustración estampados en el rostro.


En la oficina de la alcaldesa de Storybrooke el ambiente era el habitual, Regina estaba sentada en su escritorio, leyendo unos documentos que requerían su revisión y por supuesto su firma, la morena estaba concentrada en su trabajo cuando el silencio del despacho se vio interrumpido por unos pasos que se aproximaban a su escritorio.

-Mucho trabajo, alcaldesa?-esa voz irónica solo podía pertenecer a Gold, Regina alzo la mirada con resignación y torció el gesto ante la sonrisa burlona que tenía Gold en el rostro, como odiaba esa estúpida sonrisa, siempre ocultaba algo retorcido detrás de ella, alguna intención oculta, Regina dejo de lado los papeles para centrar su atención en él.

-Que quieres, Gold?-pregunto Regina con una mirada de arrogancia al verlo tomar asiento frente a ella, Gold arqueo las cejas ante la pregunta de la morena, quien se contuvo para no gritarle que quitara esa estúpida sonrisa de su rostro, ese diablillo estaba disfrutando su apuesta, lo podía ver en ese gesto de satisfacción que tenía en el rostro.

-Solamente quería recordarte nuestro trato, un día menos, querida-dijo Gold con un gesto que Regina sintió estar frente al antiguo Rumplestilskin, la morena arqueo las cejas y lo miro matadoramente, Gold se limitó a sonreírle aún más, destilando arrogancia y triunfo.

-Tengo mi propio calendario, Gold, pero gracias por estar al pendiente de mis asuntos-siseo Regina rodando los ojos y negando con la cabeza, Gold arqueo una ceja y esbozo una sonrisa burlona, la morena sintió como sus uñas comenzaban a clavarse en la palma de su mano.

-Asuntos que empezaron decentemente, por ahí escuche que nuestra querida Salvadora tenía sus manos puestas en la cintura de su Majestad-dijo Gold con un gesto que fingía estar recordando las palabras que había escuchado, Regina rodo los ojos y sintió deseos de lanzarle una bola de fuego para quitarle ese gesto de arrogancia.

-Vaya que los chismes corren en este pueblo-se quejó Regina con una sonrisa de ironía-Debo agradecerle a Leroy o tenemos un nuevo informante oficial?-pregunto Regina con sarcasmo, provocando que Gold negara con la cabeza.

-Olvidas que siempre termino enterándome de todo?-pregunto Gold con descaro, Regina arqueo una ceja burlándose de él, ese estira y afloja era tan constante entre ellos que ya habían aprendido a controlar sus instintos asesinos y en el fondo hasta los disfrutaban, por supuesto cuando no ponían al limite su paciencia.

-Largo de mi oficina, no necesito que estés recordándome a cada minuto lo que tengo que hacer-se quejó Regina comenzando a frustrarse, Gold arqueo las cejas y estuvo a punto de contestarle algo pero los pasos que se aproximaban lo hicieron quedarse callado y dirigir su mirada a los visitantes, al igual que Regina lo hizo.

-Buenos días-saludo Henry a Gold con una sonrisa cálida, misma que Gold le devolvió a su nieto, Emma también saludo a Gold rápidamente y se detuvo frente al escritorio de la alcaldesa, quien ya tenía en sus brazos a su hijo quien la saludaba con un beso en la mejilla.

-Sheriff Swan, como siempre un gusto verla-la saludo Gold con una pequeña sonrisa maliciosa, misma que solo Regina pudo detectar al conocer sus motivos de diversión, la morena rodo los ojos y beso a su hijo en la mejilla con ternura-Nos vemos, Henry-se despidió Gold de su nieto con una sonrisa sincera antes de darle una mirada a Regina y salir del despacho con toda la calma y arrogancia que solo el Oscuro podía tener.

-Vamos a desayunar, cariño?-pregunto Regina sonriéndole con tanta ternura a su hijo que Emma sonrió sin poder evitarlo, esa mujer era demasiado para entender, la noche anterior había sido capaz de provocarle un infarto al verla tan provocativa y en esos momentos era la ternura encarnada.

-Yo los dejo para que vayan a desayunar-dijo Emma encogiéndose de hombros y dedicándole un gesto de despedida ambos, Henry tenía a Regina abrazada por la cintura, Regina asintió a la rubia pero Henry se adelantó antes de que Emma pudiera dar un paso para irse.

-Mamá, puede Emma venir con nosotros?-pregunto Henry tomando por sorpresa a ambas mujeres, Emma miro a su hijo con resignación mientras que Regina se tensó un poco, no era su idea favorita, soportar un rato más a Emma no le agradaba del todo, pero también sabía que en esos días el tiempo valía demasiado como para perderlo, Regina miro a su hijo y luego a Emma.

-Henry, no creo que tu madre…-Emma estuvo tentada a decir a aceptar de inmediato, la idea de pasar tiempo con Henry y Regina le gustaba, de acuerdo, ciertamente disfrutaba las peleas verbales con la morena y en el fondo quería estar cerca de ellos, pero tampoco deseaba que Regina aceptara de mala gana y provocar la tensión entre ellas y que Henry se sintiera incómodo.

-Si Emma quiere venir con nosotros por mi está bien-dijo Regina encogiéndose de hombros con un gesto de despreocupación y una sonrisa dedicada a su hijo, quien no dudo en demostrar su satisfacción con una amplia sonrisa, Emma arqueo las cejas y al no notar señal alguna de negación por parte de la morena termino asintiendo, antes de que los tres partieran rumbo al local de la Abuelita para desayunar juntos.


Regina, Emma y Henry llegaron a Grannys en un corto tiempo, cuando llegaron tomaron asiento en una de las mesas vacías, para después ordenar lo que desayunarían cada uno, en cuanto la mesera se retiró, la primera en hablar fue Emma…

-Cómo puedes comer ensaladas?-pregunto Emma con un gesto de disgusto, provocando que Regina arqueara ambas cejas y la mirara con malicia, Henry se limitó a mirarlas con curiosidad, ya se había acostumbrado a sus usuales intercambios de ironías y sarcasmos.

-El que tu comas como una niña pequeña no quiere decir que todos lo hagamos-dijo Regina con una sonrisa maliciosa, Emma arqueo las cejas al notar ese gesto-La verdadera pregunta es cómo has logrado sobrevivir comiendo como lo haces-ironizo Regina con un gesto de sarcasmo, provocando que Henry se mordiera la lengua para no reír levemente y que Emma frunciera el ceño, la rubia estuvo a punto de quejarse pero en ese momento llegaron sus bebidas.

-Olvido que eres la Reina Malvada-dijo Emma con un gesto de resignación al negar con la cabeza, ocultando esa sonrisa traviesa al ver la mirada fulminante que la morena le dirigió y como su gesto se había tensado, punto para Emma Swan, se dijo la rubia con cierta satisfacción, misma que no duro mucho, la morena había arqueado sus cejas y la miraba ahora con arrogancia.

-Dejémoslo en Reina, querida, lo de Malvada sale a relucir cuando es necesario-siseo Regina acercándose a Emma con la mirada clavada en ella, con un gesto de total descaro, dejando a Emma muda y con la respiración cortada, la morena rio levemente y se alejó de nuevo, Emma la maldijo mentalmente, esa mujer era un peligro para ella, uno que estaba tentándola demasiado.

-Definitivamente es una mala idea-intervino Henry negando con la cabeza y esbozando una sonrisa de resignación, Regina y Emma lo miraron con curiosidad, Henry le dio un sorbo a su chocolate ignorando las miradas de sus madres.

-Que es una mala idea, cariño?-pregunto Regina cambiando su semblante y mirando a su hijo, Emma arqueo una ceja al ver ese cambio de Reina Malvada a Regina Mills, era usual cuando estaban juntas, nunca sabía que era lo que pasaba por la mente de la alcaldesa, por su parte Regina podía sentir las miradas de Emma sobre ella, pero su atención estaba centrada en Henry.

-Es que estuve pensando en algo, pero no creo que a ustedes les guste-dijo Henry bajando la mirada, el chico sabía que sus dos madres se preocuparían pero era necesario, estaba harto de tener que estar entre dos casas, aunque ya viviera con Regina había noches que las pasaba con los Charming, y no se quejaba de eso, pero su idea era mucho mejor.

-En que estabas pensando, chico?-pregunto Emma mirando a su hijo con curiosidad, una mirada fugaz se dio entre Emma y Regina antes de volver a fijar su mirada en Henry, quien suspiro y las miro a ambas con una leve sonrisa de resignación.

-En que Emma pudiera vivir con nosotros, mamá-dijo Henry con sutileza, mirando a Regina y Emma con su mejor cara de inocencia, dejando a ambas mujeres mudas y tensas, Henry se esforzó en no cambiar su semblante, las había tomado por sorpresa.

-Henry, no te gusta vivir conmigo?-pregunto Regina mirándolo con calidez, tomando su rostro entre sus manos, Henry no titubeo al negar con la cabeza, tranquilizando a ambas mujeres, una sonrisa alegre se formó en los labios del chico al mirar a Regina, quien suspiro aliviada.

-No es eso, mamá, pero aunque viva contigo hay días que los paso en casa de Emma y los abuelos-dijo Henry encogiéndose de hombros, Regina y Emma arquearon las cejas-En cambio, si los tres viviéramos juntos yo no tendría que estar durmiendo en casas distintas y podría estar con las dos-se explicó Henry con una sonrisa traviesa al encogerse de hombros, Regina arqueo las cejas ante la petición de su hijo y miro de reojo a Emma, que parecía aun procesar la información.

-Chico, entiendo, pero quizá tu mamá no quiera o no se sienta cómoda con algo como eso-dijo Emma saliendo del trance y mirando a Henry, quien frunció el ceño ligeramente, la rubia trago en seco, la idea no era desagradable para ella, quizá podría acostumbrarse a eso, a formar una pequeña familia con Regina y Henry, una propia, de acuerdo, pero eso era un sueño, o no?

-Mi amor, quizá Emma no se sienta cómoda viviendo en nuestra casa, quizá quiera vivir sola, no puedes forzarla a elegir algo que no desea-musito Regina con un tono dulce acariciando la mejilla de su hijo, era la verdad, no debían forzar a Emma a hacer algo como eso, el que Regina tampoco estuviera feliz ante la idea de tener a la rubia en su casa no contaba, de sobra estaba decir que Regina podría hacer lo que fuera por su hijo, incluso llevarse bien con Emma Swan.

-Yo podría acostumbrarme a vivir contigo-dijo Emma sin pensarlo, ganándose la mirada sorprendida que Regina le lanzo, la morena la miraba atónita, mientras que la sheriff parecía apenas cobrar conciencia de sus palabras-Me refiero a vivir los tres en la misma casa, creo que no sería tan malo-dijo Emma encogiéndose de hombros y notando como Regina esbozaba una pequeña pero sincera sonrisa ante sus palabras, ambas desviaron sus miradas a Henry.

-Emma tiene razón, mamá-dijo Henry notando la indecisión de Regina, quien aún no terminaba de aceptar que fuera una buena idea, lo de la apuesta complicaba un poco las cosas, aunque ciertamente podría beneficiarle para ganar tampoco quería ser tan cruel con Emma, de hecho no quería que la rubia terminara odiándola, aunque eso no sucedería, la apuesta era solo eso, un juego inocente que no pasaría a mayores, por lo menos eso planeaba la morena, no tena intenciones de sobre pasar los límites físicos que mantenía con Emma.

-Cariño, no sé si sea buena idea, Emma debería decidir si está de acuerdo en todo esto-dijo Regina decidiendo dejar en manos de la rubia la decisión, la alcaldesa miro a su hijo con una sonrisa y luego a la rubia, quien aún parecía pensarlo, la idea le agradaba a Emma, y era por su hijo, que más podía pedir que vivir junto a Regina y Henry? Las cosas serían más sencillas para el chico.

-Yo estoy de acuerdo si tú lo estas-dijo Emma mirando a Regina con un gesto de complicidad, Regina arqueo las cejas y suspiro pensativa, Henry la miraba esperanzado y Emma con ansiedad reprimida, la morena no terminaba de aceptarlo.

-Mamá, ahora Emma es nuestra familia también, tú y ella son mis mamás, no es normal que vivamos juntos? Y así yo no tengo que estar entre dos casas-dijo Henry con toda la seriedad que puede tener un chico de 11 años, haciendo que Regina sonriera ampliamente ante el gesto de su hijo, como lo amaba, y tenía razón, de alguna forma extraña la rubia ahora era su familia, Emma sintió un extraño calor invadiendo su pecho, su familia, era cierto, Regina y su hijo eran su familia, suya, y no podría pedir una mejor.

-Henry tiene razón, supongo que solo queda darles la noticia a los dos…-dijo Regina sonriendo conforme y notando las miradas de regaño que tanto Emma como Henry le estaban dando tuvo que corregir su frase-A los Charming-termino por decir la alcaldesa rodando los ojos, Emma y Henry sonrieron ampliamente, Regina arqueo las cejas, para después ver como Henry se acercaba a ella para abrazarla fuertemente con una sonrisa de felicidad, Regina también sonrió, Henry beso a su madre en la mejilla, Emma los miraba en silencio, con una sonrisa de alegría en el rostro.

-Esto es genial-dijo Henry al volver a su asiento aun sonriente, tanto Emma como Regina arquearon las cejas ante su comentario, pero ninguna dijo nada, en ese momento llegaron sus órdenes y en cuanto la mesera que los atendía se retiró, retomaron su conversación.

-Y puedo preguntar como planeas decirle a tus queridos padres que te mudas con la Reina Malvada?-pregunto Regina con una sonrisa maliciosa estampada en el rostro, Emma frunció el ceño y suspiro, Henry arqueo la cejas y tomo una de las papas fritas de su plato.

-Obviamente no con esas palabras-dijo Emma con ironía y un gesto de frustración, haciendo que Regina riera sin remordimiento, Henry negó con la cabeza discretamente-Supongo que se los diré hoy, cuanto más pronto les suelte la bomba será mejor-dijo Emma con un gesto de burla, Regina arqueo una ceja y negó con la cabeza.

-Para ser la Salvadora no suenas exactamente valiente-dijo Regina con burla, ganándose una mirada fulminante de parte de Emma, quien arqueando las cejas negó con la cabeza.

-Prefiero enfrentar dragones que a Mary Margareth y David, es supervivencia-dijo Emma encogiéndose de hombros, tanto Regina como Henry rieron por lo bajo, Emma termino riendo también.

-Y por qué no cenamos esta noche con ellos y les dices?-pregunto Henry después de beber de su chocolate, Emma arqueo una ceja al mirar a su hijo y Regina le dio un sorbo a su te, decidiendo no meterse en esas decisiones.

-No es mala idea, entre más gente esté presente menos posibilidades hay de que Mary Margareth me asesine-dijo Emma fingiendo meditarlo, provocando una sonrisa en su hijo, Regina rodo los ojos con resignación.

-Buena salida, Swan-dijo Regina con una sonrisa maliciosa al acercarse a ella un poco, Emma se tensó un momento, su mirada se clavó en los labios de la morena-Me halaga que me des la oportunidad de estar en primera fila para ver las cara de los Charming, quizá hasta saque una foto-ironizo Regina con un gesto de descaro, Emma frunció el ceño al verla alejarse y acomodarse de nuevo en su silla, vivir con esa mujer sería una prueba de fuego, una que tendría que aguantar y no caer en ella.

-Regina!-se quejó Emma negando con la cabeza, pero sus risas le quitaron toda la seriedad al gesto de regaño de Emma, provocando que Henry riera y al mismo tiempo Regina tampoco pudiera mantener la seriedad, los tres reían divertidos, quizá no era tan mala idea que vivieran juntos, todo podría suceder bajo el techo de la mansión Mills.


Mientras tanto en la casa de los padres de Emma, Mary Margareth y David estaban sentados en la mesa de la cocina, platicando acompañados de un par de tasas de café, el pequeño Neal jugaba dentro de su cuna con algunos juguetes que lo mantenían entretenido, Emma le había llamado a sus padres para invitarlos a cenar a Grannys esa noche y aunque ninguno le tomo más importancia de la usual, tenían en mente el poder tocar ciertos temas con su querida hija…

-Para qué crees que es esta cena?-pregunto Mary Margareth con un gesto de curiosidad mirando a su marido, David negó con la cabeza sin mucha emoción, tratando de pensar positivamente y olvidarse por completo de la imagen de su hija tan cerca de la Reina Malvada.

-No lo sé, quizá solo Emma y Henry quieran cenar fuera y ya-dijo David frotándose los ojos y suspirando, el príncipe había decidido dejar de darle vueltas al asunto por la paz mental y se había auto convencido que la situación de Emma y Regina era más fantasía de ellos que realidad.

-David, tú crees que Regina es guapa?-pregunto Mary Margareth de golpe, rompiendo el silencio y provocando que David casi se ahogara con su café, el príncipe comenzó a toser sin parar, asimilando las palabras de su esposa.

-Qué?!-pregunto David a duras penas, cuando comenzaba a dejar de toser, mirando a su esposa con un gesto de total incredulidad, Mary Margareth asintió como si nada.

-Solo contesta la pregunta, crees que Regina es tan guapa como para que Emma se sienta confundida?-pregunto Mary Margareth con un gesto de frustración, dejando a David mudo-Porque de otra forma no entiendo lo que sucede-dijo la mujer cruzándose de brazos, en el fondo deseaba que solo fuera su imaginación la que hacía que descubriera a Emma mirando más de lo normal a la ex Reina Malvada.

-Bueno, sí, Regina es una mujer muy atractiva, no es un secreto, pero nunca me ha parecido el tipo de mujer que se fija en otra mujer-dijo David frunciendo el ceño ante la idea, recordando los coqueteos descarados de Regina y Graham y la historia del Genio y la Reina Malvada, esa mujer era capaz de seducir a cualquiera-Deja de hacerte ideas en la cabeza, cariño, quizá solo sea nuestra imaginación-dijo David suspirando y levantándose de su silla para acercarse a su esposa, quien aun fruncía el ceño ante la sola idea de ver a su hija junto a la Reina Malvada.


La noche llego a Storybrooke, y mientras Mary Margareth y David junto con Neal esperaban a Emma y Henry en el local de la Abuelita, estos dos estaban en la mansión Mills, esperando que cierta alcaldesa se dignara a bajar para poder marcharse…

-Cuánto tiempo lleva?-pregunto Emma sentada en el sofá de la sala, cruzada de brazos y rodando los ojos, a su lado estaba Henry, quien miro el reloj una vez más y torció el gesto con cansancio, ambos ya estaban listos para irse.

-3 minutos desde que preguntaste la última vez-se quejó Henry cruzándose de brazos y acomodándose mejor en el sofá, Emma frunció el ceño, llevaba casi 15 minutos esperando a Regina y la morena aun no bajaba las escaleras, la rubia comenzaba a desesperarse, que tanto podría tardar? Emma tardaba muchísimo menos que ella…

-Siempre se tarda tanto?-se quejó Emma frunciendo el ceño y mirando a su hijo con curiosidad, Henry la miro desde el sofá frente a ella, acostado con un gesto de despreocupación y paciencia.

-Siempre, le gusta arreglarse hasta verse perfecta-dijo Henry con cansancio, recordando lo vanidosa que podría llegar a ser su madre, pero la verdad era que él se había acostumbrado a eso desde hace mucho, su madre siempre lucia perfecta.

-Regina, si no te apuras me van a salir raíces esperando!-grito Emma sin remordimiento, provocando que Henry esbozara una sonrisa divertida y se dejara caer de nuevo sobre el sofá, la rubia rodo los ojos y también se acomodó, después de un par de minutos escucharon el sonido conocido de unos tacones bajando las escaleras sin prisa alguna.

-Necesitas practicar tu paciencia, Swan-ironizo Regina bajando las escaleras con toda la gracia que una reina tenia, con aquella sonrisa descarada en sus rojos labios, Emma se giró para mirarla y de su boca no salió sonido alguno, sus ojos parecían estar asimilando lo que veía, Regina llevaba un elegante vestido rojo ceñido al cuerpo, con un escote discreto que ponía a prueba la imaginación, sus largas piernas se podían admirar también, y terminaba de complementar el atuendo con un par de tacones rojos demasiado altos para el gusto de Emma, quien aún no salía del trance.

-Nos podemos ir?-pregunto Henry desde el sofá, mirando a ambas mujeres con un gesto de fastidio, Regina asintió y tomo su abrigo negro, Emma había recobrado la cordura y trataba de no inquietarse ante el hecho de que Regina estuviera tan cerca de ella, tanto que su perfume había invadido sus sentidos.

-Regina vamos a una simple cena, no vamos de fiesta-rio Emma admirando toda la figura de la morena, quien con una sonrisa maliciosa y siendo consciente de las miradas que Emma discretamente le estaba dando se giró lentamente y acorto la distancia entre ella y la rubia, mirándola fijamente con descaro.

-Lo sé, querida, una cena donde le dirás a Blanca Nieves y al Príncipe Charming que te mudas conmigo, con la Reina Malvada, lo menos que puedo hacer es estar presentable para verlos llorar como bebés-rio Regina con ironía, Emma había sentido que su corazón se había paralizado cuando la mujer estuvo tan cerca, y ahora que la morena se había girado para dirigirse a la puerta, solo pudo fruncir el ceño.

-Eres malvada-dijo Emma con frustración, Henry salió de la casa y Regina lo seguía, pero al escuchar a la rubia no dudo en mirarla fijamente y arquear una ceja con arrogancia, Emma rodo los ojos-Pero admito que te ves bien, bastante bien-dijo Emma encogiéndose de hombros, recorriéndola con la mirada sin recato ni remordimiento al pasar junto a ella, dejando a Regina inmóvil y totalmente sorprendida, Emma Swan acaba de coquetearle? Regina pestañeo un par de veces y cerró la puerta de su casa, ignorando esos segundos en que Emma había pasado junto a ella y le había sonreído con descaro, para después alcanzar a Henry y Emma en su auto y dirigirse a Grannys.


En Grannys una mesa ya era ocupada por Mary Margareth y David, ambos platicando tan juntos como siempre, Neal estaba sentado en su carriola al lado de sus padres, quienes esperaban a Emma y Henry, ya se habían retrasado por unos minutos…

-Buenas noches-dijo Emma al entrar al lugar y acercarse a la mesa de sus padres, saludándolos con un beso en la mejilla a ambos, seguida de Henry quien hizo lo mismo antes de tomar asiento, Emma se detuvo un momento a mirar a su pequeño hermano que estaba en su cochecito.

-Creí que ya no vendrían-dijo David bromeando a su hija, quien sonrió levemente y tomo en brazos a Neal, justo cuando Emma iba a responder la puerta del local se abrió, dando paso a Regina, quien no disimulaba su sonrisa de satisfacción al ver tensarse los gestos de Mary Margareth y David, ambos sorprendidos con su presencia, Emma lo noto y rodo los ojos, esa mujer amaba las grandes entradas.

-Ha sido culpa mía, los hice esperar más de lo debido-se excusó Regina caminando a ellos con lentitud que torturaba y una sonrisa maliciosa que hizo que tanto David como Mary Margareth sintieran deseos de matarla con la mirada, Emma lo noto y negó con la cabeza, eso era una mala idea, ojala los cuchillos estuvieran bien ocultos.

-Regina, no sabía que vendrías-dijo Mary Margareth forzando una sonrisa cordial, arqueando las cejas al ver como Neal en brazos de Emma estiraba sus brazos para que Regina lo cargara, la morena rio por lo bajo y sostuvo al niño contra su pecho, el pequeño de inmediato se acomodó en el pecho de la morena, David y Mary Margareth la miraron extrañados.

-Yo la invite, quería que estuviera presente-dijo Emma como toda respuesta al tomar asiento a un lado de su hijo, del otro lado de Henry tomo asiento Regina con Neal en brazos, la rubia ignoro las miradas fugaces que compartieron sus padres, Henry miraba al pequeño en brazos de su madre.

-Pasa algo malo?-pregunto Mary Margareth centrando su mirada en Emma, quien trataba de ignorar el hecho de que tanto David como su madre la miraran esperando lo peor, Henry miro a Emma con una sonrisa y eso la tranquilizo, por su parte Regina observaba con curiosidad a los Charming, esperando su reacción.

-Nada malo, al contrario-dijo Henry con una sonrisa de alegría contenida, Emma no dijo nada y Regina se limitaba a sonreír para sus adentros, disfrutando del desconcierto de Mary Margareth y David, ambos miraban a su hija esperando que continuara hablando.

-No quiero que piensen que es por ustedes, solo que creo que es tiempo de dejarlos solos y yo debo tener un lugar para mí, así que...me mudare-dijo Emma de golpe, dejando a Mary Margareth y David sorprendidos y a Regina con una sonrisa de diversión al ver sus caras de desconcierto, y eso que aún falta la mejor parte, se dijo la alcaldesa, mordiéndose el labio inferior para no reír y tratando de centrar su atención en Neal que estaba en sus brazos.

-Emma...mi amor, si te sientes incomoda por algo...-Mary Margareth miraba a su hija con calidez, pero Emma le sonrió para calmarla y negó con la cabeza, ignorando el hecho de que Bella y Gold entraban por la puerta, la rubia pensó en saludarlos y no decirles a sus padres de su nueva vivienda pero tan rápido como lo pensó desecho la idea.

-Si quieres tu propio espacio está bien, Emma, puedes mudarte con calma, hasta que encuentres un buen lugar-dijo David sonriéndole a su hija, quien se tuvo que esforzar para no reírse, caso contrario a Henry quien no borraba una pequeña sonrisa sonrisa de su rostro.

-De hecho, esta misma noche me iré, no hay por qué retrasarlo...esta misma noche me mudó a casa de Regina y Henry-soltó Emma casi sin respirar, notando como sus padres parecían a punto de sufrir algún ataque y ponerse a llorar ahí mismo, Henry le sonrió a Emma y no pudieron evitar mirar a Regina, quien sonreía ampliamente y se mordía el labio inferior para no soltarse a reír por las caras de los Charming, definitivamente valdría la pena vivir con la rubia.

-Gina!-balbuceo el pequeño Neal al ver que la morena le había dejado de prestar atención, pero Regina tenía una sonrisa de completa satisfacción en el rostro, sobre todo al sostenerle la mirada a Snow que parecía matarla con la mirada, David estaba pálido y tenso, Henry creyó que se desmayaría, Emma por su parte trataba de ignorar el hecho de que sus padres estaban en estado catatónico y miró a Regina, esa sonrisa, conocía esa sonrisa tan descarada, era la que Regina tenía cada que algo le complacía y definitivamente estaba gozando esa cena.

-Si no te mata porque me mude contigo, te matara por hacer que Neal diga tu nombre-dijo Emma con la intención de romper el contacto visual entre Regina y Mary Margareth, pero nada, la morena seguía sosteniéndole la mirada a la otra mujer-Deja de reír-se quejó Emma dándole un apretón en la mano libre de la morena, quien solo río por no bajo, Emma rodó los ojos y se dio por vencida, para luego mirar a Henry quien se encogió de hombros.

-Emma, estás loca?!-grito Mary Margareth al salir del trance y levantarse de la silla con los ojos incrédulos, olvidándose de donde estaban-No puedes pretender irte a vivir con Regina!-gritaba Mary Margareth señalando a ambas mujeres con negación, Emma miraba a su madre con incredulidad y Regina no dejaba de sonreír con ironía, sosteniendo a Neal la alcaldesa también se levantó, igual que Emma lo hizo.

-Querida, no exageres, no pienso darle manzanas envenenadas-dijo Regina destilando sarcasmo al mirar a Mary Margareth, quien parecía matarla con la mirada-Aunque del jugo de manzana yo no me fiaría-ironizó Regina con una sonrisa de maldad, ganándose la mirada fulminante de Emma, quien vio a su madre palidecer notablemente y David levantarse de su asiento, reaccionando al fin, Henry desde su asiento se limitó a rodar los ojos y levantarse de la mesa para ir a la barra a pedir otro chocolate, su trabajo estaba hecho.

-Regina!-grito Emma mirando a la morena con reproche, pero Regina miraba a Neal quien reía ajeno a todo ese desastre, David miro a su esposa y luego a Emma.

-Emma, tiene que ser una broma!-grito David negándose a la idea de que su hija compartiera casa con su ex enemiga, pero Emma no iba a ceder ante sus padres, la rubia se limitó a suspirar con cansancio y un escalofrió la recorrió cuando su mirada se cruzó con la de Regina, alentándola a no dejarse convencer.

-No es ninguna broma, no sean tan exagerados-se quejó Emma torciendo el gesto, Regina arqueo las cejas y sonrió sinceramente, sintiéndose extrañamente bien de que Emma quisiera defenderla con tanto empeño.

-Creo que los dejare solos-dijo Regina arqueando las cejas y mirando a Henry en la barra, su hijo ya recibía una hamburguesa que había ordenado y un té, la morena arqueo una ceja y después de sonreírle descaradamente a David y Mary Margareth miro a Neal, el pequeño parecía estar más que a gusto en brazos de la ex Reina Malvada, quien lo bajo al suelo para que diera un par de pasos pero fue detenida por Mary Margareth.

-Regina, no lo bajes, no sabe caminar aun-dijo Mary Margareth al ver como su hijo se aferraba al pecho de Regina, quien rio levemente y negó con la cabeza, David aún seguía mirando a Emma con cierta incomodidad.

-Si no lo dejas intentarlo jamás lo va a hacer-dijo Regina dejando a Neal en el suelo y sujetando sus manos para que no cayera, bajo la mirada atenta de Mary Margareth y David quienes aún estaban algo rígidos por el tema de Emma, la rubia miraba a Regina interactuar con Neal y no pudo evitar pensar en Regina y Henry cuando su hijo era un bebé.

-Emma, puedes pensar en esto antes de mudarte?-pregunto David mirando a su hija con cierta esperanza, después de ver que Neal llegara a los brazos de Mary Margareth y Regina se hubiera acercado a Henry para dejarlos hablar con algo de privacidad, Emma rodo los ojos y se cruzó de brazos, lista para el juicio de sus padres.


Regina se acercó a donde estaba sentado Henry y tomo asiento a su lado, su hijo le sonrió y ambos miraron fugazmente la mesa donde Emma y los Charming aun platicaban, o más bien donde Mary Margareth y David parecían estar regañando a Emma…Por otro lado, Bella y Gold estaban cenando en una mesa un poco alejada, Regina noto la mirada de Gold y arqueo las cejas, unos minutos después cuando Bella se levantó para ir al baño Gold se acercó a donde estaban Regina y Henry, la alcaldesa se apartó un poco para que Henry no los escuchara.

-Gane-siseo Regina con una amplia sonrisa de victoria en los labios, cruzándose de brazos al llegar hasta Gold, quien arqueo las cejas y rio por lo bajo dándole un mirada burlona a Regina.

-Aun no, querida-rio Gold con ironía al mirar a Regina, la morena rodo los ojos con fastidio, como odiaba ese gesto de Gold, esa estúpida risita burlona que la sacaba de sus casillas.

-Emma Swan vivirá en mi casa, no te ha quedado claro?-pregunto Regina mirando fugazmente a la mesa de los Charming, Gold asintió y sonrió discretamente, ambos se aseguraron de que nadie estuviera escuchando su conversación.

-Por Henry, así que no has ganado aun, Regina, el trato es que Emma diga con todas sus letras que está enamorada de ti-dijo Gold con su mejor sonrisa de malicia, disfrutando de ver como Regina rodaba los ojos con frustración y fastidio.

-Eres un retorcido y malvado diablillo-se quejó Regina apretando los dientes y frunciendo el ceño, Gold hizo un gesto de fingida indignación antes de reír por lo bajo para molestarla.

-Querida, no sé por qué tengo la impresión de que tú también vas a disfrutar de esta apuesta, después de todo Emma es la madre de tu hijo, no? Aprovecha la oportunidad-rio Gold antes de sonreírle con malicia y diversión, Regina torció el gesto y antes de que pudiera decirle algo ambos vieron a Bella regresar a su mesa, Gold se limitó a darle una última mirada a su alumna antes de regresar a la mesa con su esposa.


Emma estaba sentada en su silla con un gesto de fastidio disimulado mientras Neal estaba cómodamente ajeno a todo en su cochecito, Mary Margareth y David trataban de explicarle todos los motivos por los que vivir con Regina era una mala idea, y es que la rubia podía notar qué sus motivos para oponerse eran otros distintos a los que decían en ese momento, pero su intuición le decía que no le convenía preguntar, así que decidió terminar esa discusión de una buena vez

-Bueno, ya la decisión está tomada, quiero estar con Regina y con mi hijo, es todo-dijo Emma con fastidio al levantarse de la mesa, dejando mudos a David y Mary Margareth, Emma escuchó lo que acaba de decir y se dio cuenta del sentido de sus palabras, eso explicaba por qué Regina la miraba con sorpresa y sus padres al borde de un ataque-Así podré estar más cerca de Henry, recuperar en una mínima parte el tiempo que no estuve con el-explico Emma tratando de destensar el ambiente, Regina se relajó al igual que sus padres, la rubia asintió.

-Emma...-Mary Margareth ya no sabía que decirle a su hija, sólo podía rogar que nada sucediera entre Regina y Ema viviendo bajo el techo, seguramente Henry estaría todo el tiempo con ellas, se dijo la mujer tratando de consolarse.

-Yo me retiro con mi hijo-dijo Regina acercándose a ellos de la mano de Henry, la morena había esperado que su hijo terminara de comer y no pretendía pasar más tiempo viendo a los Charming regañando a Emma o acabaría por entrar a la defensa de la rubia y todo acabaría peor, de Tosas maneras Henry tenia colegio al día siguiente.

-Nos vamos-dijo Emma tomando la mano libre de Henry, quien sonrió ante la postura de sus madres, Regina le sonrió discretamente a Emma y ambas asintieron entre si-Nos vemos después, Henry tiene colegio mañana-se excusó Emma encogiéndose de hombros, despidiéndose como si nada hubiera pasado, los tres salieron del local dejando a Mary Margareth y David aún tiesos.


Mientras que desde la barra del local, a unas mesas de distancia y tratando sin mucho éxito de permanecer ajenas a las palabras que habían intercambiado la familia Charming estaban Ruby y la Abuelita, quien notaba la pequeña sonrisa divertida que tenía su nieta en los labios.

-Deja de meterte donde no debes, no escuches conversaciones ajenas-regaño la Abuelita a Ruby, quien rodó los ojos y negó con la cabeza sin culpa.

-No fue intencional, además tú también escuchaste-dijo Ruby encogiéndose de hombros y mirando a su abuela con una sonrisa traviesa, la Abuelita negó con la cabeza en señal de resignación, era verdad, ella también había escuchado, les era imposible no hacerlo.

-Entiéndelos, Ruby, prácticamente acaban de recuperar a su hija y ahora ella se va a vivir con su antigua enemiga-dijo la Abuelita con un gesto pensativo, Ruby frunció el ceño levemente y negó con la cabeza, eso era verdad solo en parte.

-Enemiga con la cual ahora se llevan bien-Ruby con un gesto de despreocupación, era verdad, todos sabían que Regina había cambiado realmente pero de eso a que los Charming aceptaran que a su heredera le gustaba la Reina Malvada.-También lo has notado, no?-pregunto Ruby con una mueca picara.

-De que hablas?-preguntó la Abuelita fingiendo no entender a su nieta, quien rodó los ojos y la miro con burla.

-Lo que todos sabemos...que esas dos se gustan-dijo Ruby rodando los ojos al encogerse de hombros, ganándose una mirada de regaño por parte de su abuela.

-Ese no es asunto nuestro, niña-dijo la Abuelita negando con la cabeza y con un gesto que hizo reír a Ruby sin remordimiento.

-Hasta Blanca y David lo saben, por eso están a punto de llorar-dijo Ruby en tono sarcástico, ganándose una mirada fulminante de su abuela, la mujer lobo suspiro con frustración-Es más divertido hablar de esto con August-se quejó Ruby cruzada de brazos con un gesto de broma.


Durante el camino a la mansión Mills no hubo silencio dentro del auto de la alcaldesa, Emma y Henry platicaban como siempre lo hacían y ambos no titubeaban en mirar a Regina con resignación cuando la alcaldesa la daba alguna broma sarcástica acerca de Mary Margareth y David, pero esa seriedad duraba muy poco al ser reemplazada por carcajadas de la rubia y su hijo...En menos de 10 minutos ya habían llegado a la mansión, en cuanto estuvieron en la sala Henry y Emma dejaron sus abrigos descuidadamente sobre el sofá, provocando que Regina frunciera el ceño y arqueara las cejas...

-Ni dos horas en mi casa y ya hay desorden-se quejó Regina con un gesto de fingida molestia, provocando que Emma rodara los ojos y al igual que Henry tomaran sus abrigos y los colgaran al lado de la puerta, la rubia noto la mirada burlona que le lanzó su hijo.

-Ni dos horas y ya eres una dictadora-tosió Emma con una sonrisa traviesa en los labios, disfrutando el ver como Regina rodaba los ojos y Henry reprimía una risita, eso le resultaba más que divertido.

-Cuidado, Swan, yo que tu primero revisaría mi cama antes de acostarme-siseo Regina arqueando las cejas y acercándose a ella peligrosamente, tensándola por completo a Emma, quien creyó que Regina se detendría frente a ella, pero no, la morena se dirigió a Henry y lo beso suavemente en la mejilla.

-Malvada-siseo Emma sólo para ella, pero lo suficientemente alto como para que solo Regina la escuchara, la morena se giró lentamente a verla y arqueando la ceja y con toda su arrogancia la ignoro, devolviendo su mirada a su hijo.

-Ve a cambiarte y a la cama, cariño-musitó Regina con un tono dulce, lejos del sarcasmo que había usado hace apenas unos segundos, Henry asintió y después de despedirse de ambas mujeres corrió escaleras arriba, dejando a Regina y Emma con una sonrisa en los labios, ambas mujeres se miraron fugazmente.

-Siento mucho lo que paso en Grannys, mis padres no debieron reaccionar así-dijo Emma encogiéndose de hombros al mirar a Regina, pero la morena arqueo una ceja y no contuvo una carcajada de diversión, Emma frunció el ceño confundida y la observo darse media vuelta para dirigirse a la cocina, la rubia la siguió.

-Sentirlo?-pregunto Regina con sarcasmo al entrar a la cocina seguida Emma-De haber sabido que para fastidiar a Blanca Nieves solo hacía falta hacer que su hija se viniera a vivir conmigo me hubiera ahorrado muchos intentos-se rio Regina sin remordimiento, ganándose una mirada resignada de Emma, la alcaldesa tomo una botella de vino del estante de la cocina y dos copas, dejándolas sobre la mesa de la cocina.

-Entonces…Te agrada que viva en tu casa-rio Emma con descaradas intenciones al acercarse a la morena que ya había servido vino en ambas copas de cristal sobre la mesa, Regina miro a la rubia y tomo una copa, sonriéndole a Emma con tanto descaro que la rubia creyó que no resistiría más y acabaría besándola ahí mismo.

-Yo jamás dije eso, dije que es divertido fastidiar a tu madre-siseo Regina con un gesto de ironía antes de llevarse la copa de vino a los labios y beber un sorbo, Emma frunció el ceño y también bebió un poco de vino, Regina dejo la copa a un lado y no titubeo al subirse a la meseta de la cocina, sorprendiendo a Emma al hacerlo con tanta facilidad que la sheriff tuvo que esforzarse para no ahogarse con su bebida, Regina fingió ignorar eso y con delicadeza tomo su copa.

-Ese vestido es muy bonito-murmuro Emma para sí misma sin darse cuenta, dejando pasear y deleitar su vista con la imagen que le ofrecía Regina, la morena estaba sentada en la meseta de la cocina, con las piernas cruzadas y la copa de vino entre sus manos, Emma arqueo las cejas, solo Regina Mills podía verse tan elegante en esa posición, el vestido rojo que llevaba la morena le dejaba ver parte de sus piernas y solo lo necesario de su escote.

-Supongo que ahora tendremos que aprender a convivir en la misma casa-dijo Regina como si nada, jugando con la copa entre sus dedos, Emma asintió y bebió un trago más de vino, quizá necesitaría un par de copas más, o quizá la botella entera, se dijo la rubia con ironía, Regina le señalo una silla y Emma tomo asiento en ella, maldición, la rubia se arrepintió en el momento en que lo hizo, desde ahí se podía ver mucho mejor a la alcaldesa.

-Podrás aguantar las ganas de matarme?-pregunto Emma con burla, Regina arqueo las cejas y lentamente descruzo sus piernas, dejando la copa de vino a un lado de ella y fijando sus ojos en Emma, mirándola tan fijamente que la rubia sintió escalofríos, había dos opciones salir corriendo de aquella casa o quedarse y tener que aguantarse todos sus impulsos.

-Solo si tu resistes esas mismas ganas-musito Regina con dolorosa tentación para Emma, esa voz, esa maldita voz tan sensual que tenía a veces, y encima esa mirada, esa mirada que parecía atravesar a la rubia, Emma trago saliva y sonrió levemente, se levantó de la silla sin prisa y no dudo en acercarse hasta la alcaldesa, una cercanía peligrosa, una cercanía que fácilmente podría poner a prueba los límites de ambas mujeres.

-Yo jamás he querido lastimarte, Regina-susurro Emma con firmeza, sin darse cuenta estaba tan cerca de la morena como nunca antes, separadas solo por centímetros, Emma dejo que su mirada se posara unos segundos sobre los tentativos labios rojos de la alcaldesa, quien aún sentada sobre la meseta podía sentir la piel de Emma tan cerca de sus piernas y lejos de extrañarse se sintió cómoda, extrañamente cómoda con su cercanía, quizá fuera el alcohol, pero Regina sintió una descarga eléctrica al sentir la mirada de Emma fija en ella.

-En ese caso…-murmuro Regina acercándose peligrosamente a Emma con toda la intención de provocarla, quizá inconscientemente, eso no estaba en sus planes, pero Emma tampoco tenía planeado eso, quizá era hora de atreverse a intentar algo con la alcaldesa, se arriesgaba a ser convertida en cenizas, pero si enamoraba a Regina otra seria la historia, ambas podrían atreverse a amar, todo dependía de ellas-Vamos a dejar claro algunas reglas de convivencia-dijo Regina retomando su postura de arrogancia y haciendo que Emma frunciera el ceño y detuviera cualquier intento de acercarse, la morena tomo su copa de vino y le dio un sorbo, mientras que Emma tomo asiento de nuevo en la silla frente a Regina.

-En serio? Me vas a dar una hora de dormir como a Henry?-pregunto Emma con una sonrisa de burla, ganándose una mirada maliciosa de Regina, quien no oculto una amplia sonrisa de satisfacción, los ojos verdes de Emma estaban fijos en los color chocolate de la ex Reina Malvada.

-Más bien reglas sobre con quien dormir-siseo Regina con un destile de sarcasmo que hizo que Emma casi se ahogara con el vino a causa de las palabras de la morena, había escuchado bien?! Regina lo noto y no contuvo una pequeña risa de diversión ante la cara de Emma-No quiero tener que hospedar en mi casa al pirata manco que parece seguirte como perrito faldero, ni a él ni a ningún otro, no quiero amantes en esta casa-dijo Regina como si nada, como si estuviera acordando algo de lo más normal con Emma, quien aún parecía conmocionada.

-Me estas prohibiendo que tenga relación con alguien?-pregunto Emma casi tosiendo, Regina esbozo una suave sonrisa y negó con la cabeza, aunque ahora que lo mencionaba la rubia no sanaba tan mal esa idea, pero no, no tenía ese derecho sobre ella, Emma la miraba con incredulidad.

-No creo tener ese derecho, Emma-dijo Regina riendo levemente, sonrojando a Emma, aunque si la alcaldesa lo pedía seguramente Emma aceptaría sin queja alguna, Regina arqueo las cejas y miro a Emma con seriedad-Solo pido que dentro de esta casa no, no quiero al pirata entrando y saliendo de mi casa-dijo Regina con toda su arrogancia y seriedad, Emma asintió levemente, por un instante se había creado falsas expectativas.

-Entonces tampoco tendré que ver a cierto ladrón saltar por las ventanas-dijo Emma con cierto tono de celos y molestia, tono que fue inmediatamente detectado por Regina, quien suspiro y después de beber un sorbo de su copa de vino miro a Emma con seriedad, ese tema definitivamente no era uno que ella estuviera dispuesta a tocar.

-Robín Hood no está, y aunque lo estuviera esta es mi casa, Swan, no voy a hablar más sobre ese tema-dijo Regina protegiéndose con su habitual mascara de frialdad, Emma la miro bajar de la meseta con gracia, con esa facilidad que solo Regina tenia, Emma asintió en silencio y se levantó de la silla, arrepintiéndose mentalmente de haber sacado a relucir el tema del ladrón, con intención o no había fastidiado una vez más el final feliz de Regina, quien ahora pasaba al lado de Emma camino a las escaleras-Buenas noches, Emma-susurro Regina al detenerse justo al lado de la sheriff, mirándola con descaro antes de continuar su camino hasta las escaleras.

-Olvidaste decirme donde dormiré-dijo Emma deteniendo a Regina a mitad de las escaleras, de espaldas a ella, ignorando la amplia sonrisa maliciosa que se formó en los labios de Regina, quien suspiro y sin girarse decidió darle la respuesta a la rubia.

-En mi habitación, es obvio-dijo Regina mordiéndose el labio para no soltarse a reír al imaginar la cara que tendría Emma en esos momentos, la morena se giró lentamente y miro a Emma, pálida e inmóvil, como si no reaccionara aun ante sus palabras.

-Qué?-pregunto Emma casi sin voz, Regina respiro profundo y asintió sin remordimiento, Emma la miro incrédula, había escuchado bien? O el vino le había afectado más de lo que pensaba? Su corazón había dejado de latir? Respira, Emma, respira, se decía la sheriff tratando de normalizar su respiración pero la sonrisa descara de la morena no ayudaba en lo absoluto.

-Todas son mis habitaciones, pero la habitación de huéspedes es muy cómoda, es la que está al lado de la habitación de Henry, buenas noches-dijo Regina sin más, fingiendo no haber disfrutado la cara de Emma de total desconcierto, continuando su camino escaleras arriba y dejando a Emma paralizado al pie de las escaleras, punto para la Reina Malvada, señores.


Respondiendo a los reviews, agradezco cada uno de ellos, es genial leer lo que piensan :D

Guest…Gracias, espero les siga gustando :D

PurpleWriter95…Eaaaa, eaaaa!Gracias :D

MaraB3…Hola!Que genial que te gusto esta historia :D Regina tiene poco tiempo y mucho por hacer…Emma también podría hacerla caer, no?Nunca se sabe con ese par jajajajaja

Gloes…Aquí tienes la continuación, ojala te guste :D Regina está gozando tentar a la rubia, y parece que a Emma le está gustando más de lo que se pensaría, a ver cuánto resiste :p

GabyEvilRegal4Ever123…Ya veremos que pasara, Regina ganara o no…Emma caerá o terminara siendo Regina quien lo haga?O.O

thewoman00…Ojala te guste la continuación :D

Guest…Perdón la larga espera!Emma…Emma…parece que caerá muerta de un infarto jajajaja Envidia de la buena supongo, que tener a Regina tentándola es demasiado para ella jajajaja Gracias por comentar!Besoo!

Aelynb…Yo soy nueva en el SQ, pero es imposible no caer en este ship, me da gusto que te animes a leer algo nuevo y ojala te guste aunque sea un poco, gracias por decir que te gusta como escribo, se hace lo que se puede :P Besoooooo!

Alexade…Perdón por la tardanza, pero leyendo los reviews era imposible no inspirarse a continuar, además que tengo debilidad por el SQ!*_* Ojala te guste este cap. Besooo!