Hola, sí, tengo muchas historias pendientes, pero no pude evitar escribir esta historia, espero les guste. Está basado en el capitulo 4.
Los personajes no son míos, créditos a su(s) respectivo(s) creadores.
Miro las estrellas recordando con claridad ese día, el cómo estaba junto a Kinugawa, pero no podía evitar preguntarse si el chico recordaría ese día, además, estaba el principal problema que ambos ya no se hablaban. Kinshiro no pudo evitar soltar un suspiro bastante obvio, cuanto daría por que las cosas volvieran a cómo eran antes, y sin poder evitarlo hecho un vistazo a Zundar, el cual dormía en una de las tazas de té.
Había aceptado ayudar al erizo por que este había atacado en su punto débil, si dominaba el mundo Kinugawa Atsushi volvería con él. Una oferta demasiado tentadora para no aceptarla, por eso había "fundado" el club de conquista con los que ahora eran sus mejores amigos.
-Kinshiro -llamo Arima mirándole curioso- estas bien?-
-Lo estoy, porque la pregunta?-
-Últimamente estas perdido en tus pensamientos Kusatsu-san -explico esta vez Gero- además de que vez mucho las estrellas últimamente-
-Solo recuerdo, nada más -explico el chico cerrando la ventana mirando hacia abajo, encontrando a Yufuin y a Kinugawa caminando muy tranquilamente, causándole molestia.
Harto de tener que ver ese tipo de escenas del castaño claro junto al de pelo negro/azulado se dejó caer con elegancia en la silla y tomo la taza que le ofrecía Arima, intentando calmarse. Miro el escritorio y tomando los papeles que había sobre el empezó a revisarlos, necesitaba distraerse.
Después de una hora Kinshiro se encontraba tirado en su cama pensando en esa lluvia de estrellas, y cerrando los ojos, se dejó llevar por el sueño.
-Que pediste? –pregunto con la curiosidad propia de un niño, mirando como el otro se ponía rojo, acercándose a él para revelarle su deseo, y al oírlo no pudo evitar reír- que infantil-
-Pues claro, soy un niño –se defendió al separarse de su amigo.
Justo en ese momento apareció otra estrella y Kinshiro junto sus manos para empezar a murmurar.
-Pensé que no creías en eso Kin-chan
-Fue solo por probar
-Y que pediste?
-Pedí que siempre estuviéramos juntos –admitió lo último en un murmullo.
-Perdona Kin-chan, no te oí –se disculpó con su amigo.
-N..no importa –le aseguro mientras extendía sus brazos.
Atsushi solo le miro curioso y después miro la mano que estaba sobre el césped, para volver la vista a la propia y ponerla sobre la ajena, ante esta acción Kinshiro se sobresaltó y miro a su amigo, que solo le dio una sonrisa por respuesta. Y apretó esa mano con fuerza, deseando que se cumpliera lo que pidió.
Abrió los ojos, ese recuerdo seguía tan nítido en su mente, y eso le causaba frustración, porque después de todo, ninguno de los dos deseos se había cumplido.
-Sucede algo?
-Zundar-sama –miro al erizo y negó lentamente- solo pensaba, en lo que sucedería cuando dominara el mundo –se explicó.
Después de todo, cuando en su mundo solo los hombres se amaran podría hacer realidad su deseo, y tanto él como Atsushi estarían juntos para siempre.
Gracias por leer, cuando quieran pueden darle like a mi página de Facebook, esta como Aburame Akemi.
