DISCLAIMER: ¿es necesario repetirlo?... todo es tuyo querido Harmony Gold... y si hicieras la película te daría hasta mis piernas... brazos... ojos... todo seria tuyo.
- Comandante Hayes… ¿me podría dar unos minutos?
- ¿Mimmey?
Lisa tragó saliva; de todas las personas con las que tenía que lidiar en un día como este, ella era la última con quien hubiera querido hacerlo. No tenía tiempo para cosas personales, debía concentrar toda su atención, toda su mente en el combate que definiría el futuro, no sólo de ellos mismos sino, de la humanidad como especie.
- En verdad este no es un buen momento.- se excusó la oficial.- Como verá la situación es apremiante y debemos coordinar un montón…
- Nada más serán unos minutos.- le interrumpió la muchacha.- Con todo esto que está pasando tengo miedo de no tener otra oportunidad de hablar con usted.
Lisa dejó caer pesadamente sus hombros. ¿Qué podía contestar ante un argumento cómo ese? Resignada le hizo un gesto a la cantante invitándola a un pasillo contiguo alejado de cualquier curioso. Cuando se aseguró que estaban a una distancia donde nadie podía oírlas, Lisa se detuvo y apoyó su espalda contra la acerada pared de la fortaleza, esperando con los dientes apretados los reclamos o lo que sea que fuera a decirle la jovencita.
- Tú dirás, Mimmey.- lanzó Lisa dándose cuenta que pasaban los segundos sin que ella le hablase.
- ¿Usted está con Rick?- preguntó cautelosamente, percatándose de inmediato cómo la mirada de aquella mujer se endurecía hasta el punto de tornarse amenazante. Pero no iba a amilanarse ante eso, si el destino de todos era que no hubiese un mañana, ella no dejaría ningún cabo suelto.- Los vi tomado de la mano en la reunión de hace poco.
- No veo por qué debería contestar esa pregunta.- respondió cruzándose de brazos, incómoda ante la frontalidad de la joven.- Por lo demás creo que es bastante obvio… ¿no lo piensa así?
- Me alegro mucho por Rick, él es un buen muchacho.
Aquella respuesta desarmó a la joven comandante que esperaba todo menos eso. Con un dejo de recelo miró a la muchacha que le sonreía débilmente. Iba a contestarle, pero algo dentro de sí la hizo detenerse. Y es que en los ojos de la ídola de humanos y Zentraedis descubrió una amargura tan profunda que le hizo recordarse a sí misma.- cuando Karl murió yo tenía una edad semejante a la de ella.- Todas las defensas y barreras que había levantado en contra de Mimmey se derrumbaron miserablemente al darse cuenta de que muy en el fondo ambas tenían bastante en común… "niñas que en busca de un sueño asumieron responsabilidades que estaban más allá de sus fuerzas y obligaciones".
- Sí, Rick es un hombre muy especial… ha sido toda una aventura el ir conociéndolo.- hizo una pausa en su relato como si no estuviera decidida a revelar sus pensamientos.- Al principio lo tomé por un simple mocoso mal criado, pero poco me demoré en reconocer que estaba muy equivocada, él es de esos raros seres humanos capaces de hacer hasta lo indecible por proteger a quienes quiere.- sincerándose más allá de sus propias intenciones.- Su nobleza y lealtad es algo que siempre me ha sorprendido.- sonriendo lentamente.- Creo que debo considerarme una mujer muy afortunada.
- Y él también lo es.- Lisa enarcó las cejas no creyendo en las palabras de la muchacha.- ¡Es verdad lo que le digo!, usted fue capaz de notarlo… de descubrir quién es él realmente y… y… de valorarlo por ello.- bajando la mirada con tristeza.- No como yo, que lo dejé de lado pensando en que había tiempo cuando en verdad era tan poco.
Estas palabras estremecieron a Lisa, ella misma desperdició tanto tiempo dejando que su corazón siguiera latiendo en el pasado. Y de no ser por la providencial negativa del capitán Global en enviarla a la Tierra, ella hubiese muerto sin siquiera haberse dado una oportunidad con Rick. Esto ensombreció sus ojos, recriminándose internamente el haber sido tan cobarde y no haber tenido la misma confianza que él tuvo con ella.
De súbito la joven oficial sintió como Mimmey le tomaba ambas manos colocándolas muy cerca de su pecho. Lisa, no supo cómo reaccionar, estas demostraciones histriónicas de sentimientos le eran tan ajenas y en cierto modo incomprensible para su formación tan espartana. Por lo que únicamente guardó silencio esperando a ver qué es lo que la muchacha haría.
- Prométame comandante Hayes que usted cuidará de Rick… y no permitirá que nada le suceda en esta batalla.- le rogó con los ojos congelados en lágrimas.- ¿Verdad que lo hará?
- Mimmey, qué más quisiera yo el poder asegurarte eso… pero no es algo que dependa de mí.
La cantante presionó con más fuerza las manos de la uniformada llegando al punto de dejar sus nudillos blancos.
- Sólo prométamelo, con que así lo haga sé que será suficiente para que Rick regrese a usted… lo sé.
Bastante aturdida con la fuerza de su prerrogativa, Lisa accedió casi sin darse cuenta. A lo que Mimmey le respondió con una sonrisa, para luego un tanto avergonzada soltarle las manos y alejarse un par de pasos de ella, lo que le permitió a la oficial el poder observarla detenidamente y entender porque ella era idolatrada por tantos. Y es que había tal magnetismo en su personalidad, tal convicción en su espíritu que hasta el más impávido sucumbía ante esa aura que aseguraba que todo lo que deseara fuera posible.
- Muy bien comandante Hayes, no le haré perder más su tiempo.- concluyó la muchachita alejándose por el pasillo.- ¡Nos volveremos a ver para su boda con Rick!
Y antes que alguna respuesta se pudiese formular en los labios de la oficial, la joven estrella de la fortaleza espacial corrió por el pasillo desapareciendo rápidamente de su vista. Lisa dejó pasar unos segundos antes de alejarse también de ese lugar. Y tomando la dirección contraria, dejó que su mente digiriera lo que había sido esa extraña conversación, para que justo antes de volver a sus obligaciones girara su rostro viendo el pasillo vacío.- te prometo que cuidaré de Rick.
Mas ahora debía guardar sus sentimientos, tenía una densa reunión con el alto mando de la nave y el representante de los Zentraedis disidentes. Toda su atención debía enfocarse ahora en eso. Por ello cuando entró a la sala, todos sus temas personales quedaron afuera ingresando nada más que la primera oficial del SDF-1, que de inmediato vio ante sí un simple organigrama que explicaba la estructura de mando de los enemigos.
- Llega justo a tiempo teniente comandante Hayes.- dijo Global sacándose la pipa de los labios.
- Les explicaba a los presentes que nuestras fuerzas tienen una organización piramidal.- agregó Exedore apuntando a la cabeza del gráfico.- Por lo que la estrategia más simple y en realidad la única que tenemos es atacar y destruir a esta, de la manera más rápida posible.
Lisa asintió levemente, tomando asiento al lado del oficial ruso que con su semblante incólume miraba esa disipación táctica.
- Lo más obvio será utilizar nuestro sistema de barrera para destruir la fortaleza de Dolza.- concluyó Global con su vista sombría.
- ¡Pero eso es una locura! Para poder abrirse paso por entre las millares de naves enemigas tendríamos que disponer de todas nuestras fuerzas y también de las de ustedes.- objetó Maistroff apuntando a las fuerzas Zentraedis.- Y pensando optimistamente que eso fuese suficiente la Tierra quedaría totalmente desprotegida.
- La Tierra no es prioridad.- dijo fríamente el pequeño alienígena.- Destruyendo a Dolza su raza al menos tendrá una chance.
El segundo al mando de la fortaleza espacial golpeó con fuerza la mesa haciendo rechinar sus dientes de la rabia y mirando con absoluto desprecio al representante de Breetai, dejando caer pesadamente una a una las palabras de su boca:
- Para usted no será prioridad… pero todos nosotros que tenemos a nuestras familias allá abajo… luchamos por ellos, no por salvarnos a nosotros.- chasqueando sus labios.- Y mucho menos a ustedes.
- Dennis, no pierdas la objetividad somos militares y nuestros sentimientos aquí no cuentan.- reconvino Donald Hayes en un tono tan duro que no le quedó de otra al oficial que disculparse con Exedore.- Retomando el punto señores, creo que tienes razón Henry el sistema de barrera es nuestra única opción.- poniéndose de pie y al frente de todos los presentes.- Dispondremos de todas las fuerzas con las que contamos para abrir una ruta hacia el corazón de las fuerzas enemigas, Lord Breetai será quien nos guie hacia ella por medio de su flota, nuestros escuadrones se preocuparán de mantener al SDF-1 a salvo… pues es nuestra bala de cañón y no podemos permitir que esta sea dañada.
Por breves instantes las miradas de Lisa y su padre se cruzaron. Ella sabía que esa disposición pondría a Rick en la primera línea de fuego, pero no podía criticarlo por eso, era la solución más lógica ante los eventos que se les presentaban.- cumpliré mi promesa Mimmey… no sé de qué manera, pero lo haré.
- Eso quiere decir que la Tierra la entregaremos a su suerte.- se lamentó Dennis Maistroff, con expresión contrita.
- Por supuesto que no.- respondió tajante el almirante.- Los planes de evacuación se han puesto en marcha, cada nación ha escogido el sistema más adecuado para proteger a los suyos… los Armor ya han arribado aquí, junto con todos los Oberth que tenemos a disposición, además hemos preparado bancos de semillas y de materiales genéticos de las especies que hacen posible la sobrevida y repoblación de nuestra raza en locaciones especiales del planeta.- ajustándose su gorra con una expresión en la que Lisa creyó reconocer una sonrisa.- Además tenemos el Gran Cañón…
- No es suficiente…- tercio Carruthers derrotado.- No podrá ni con un octavo de las fuerzas enemigas.
- El Gran Cañón por sí solo, por supuesto que no… pero con dos más de iguales características deberíamos al menos acabar con un tercio de sus fuerzas y si tenemos la suerte de lanzar un segundo disparo las opciones son infinitas, inclusive podría cargarse la balanza a nuestro favor.
- Siempre he dicho que tú eres un visionario Donald.- dijo el ruso riendo por lo bajo, celebrando la previsión de su compañero de armas.- ¿Y de dónde sacaste esos dos cañones extras?
Hayes satisfecho con la impresión que causó en todos los presentes, se dio el lujo (quizás el último en su vida) de ostentar su superioridad ante el resto.
- Cuando el SDF-1 desapareció, de inmediato supimos que esto se trataba de algo grave por lo que tomamos medidas. De inmediato se ordenó la construcción de cinco cañones más.- torciendo su boca.- Lamentablemente sólo el de Siberia y Nueva Zelanda lograron estar operativos.
- Impresionante.- puntualizó Global cruzando sus manos por sobre su rostro notándose más animado.- Por lo que colijo entonces que tu plan de ataque comenzará con los cañones de la Tierra.
- Exactamente apenas aparezca el enemigo, estos se dispararán de inmediato… si tan sólo pudiéramos conseguir unos segundos extras para ser nosotros mismos quienes abriéramos una ruta.- se lamentó el almirante.
- Mimmey, señor… ella podrá darle ese tiempo.- dijo Lisa de improviso.
- ¿A qué se refiere teniente comandante?- le inquirió su padre.
- Pues por boca de los refugiados y del mismo Exedore hemos sabido del efecto que provoca la voz de Mimmey.- aclaró la muchacha.- Si logramos poner sus canciones por todas nuestras frecuencias haremos que el enemigo caiga en shock, sobre todo en tropas que han tenido cero contacto con nuestra cultura.
- Excelente plan señorita.- le dijo Exedore con una amplia sonrisa.- Definitivamente eso nos dará más que unos segundos.
- Muy bien Lisa.- la felicitó Global.- ¿Podría usted coordinar todo eso mientras acá ajustamos los últimos detalles?
- Sí, señor.- respondió ella poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida.
Cuando estaba casi por cruzar la puerta, la voz del almirante la hizo detenerse y virar en su dirección.
- Una cosa más teniente, vea que todos puedan disponer de unas horas para estar con sus familias o resolver sus asuntos, confío en que lo organizará de manera óptima.- con una paternal expresión en su mirada.- Eso la incluye a usted también.
Lisa se limitó a cuadrarse ante él y salir de la reunión para rápidamente disponer de todo cuanto se le había ordenado. Fueron horas arduas en que no tuvo tiempo para tragar siquiera un sorbo de agua, eran tantos los detalles que debía vigilar que sentía que aunque el enemigo se demorara un año en llegar ellos no estarían listos. Sentía unos deseos locos de correr hacia Rick pero su deber era velar por que todo funcionara correctamente, por lo que temía que no tendría una chance de verlo hasta que apareciera en su tacnet.
- Ya vete…
- ¿Qué te pasa Claudia?- le preguntó molesta al verse interrumpida en la revisión de los informes del Doctor Lang.- Déjame en paz y mejor vigila que los sistemas de navegación estén calibrados.
- Lo están Lisa… ahora vete.- le ordenó la morena.
- Deja de fastidiar, tengo mucho que…
- Me estorbas Lisa… tómate tu hora de descanso y despéjate…nos estas alterando a todos aquí.
La joven de castaños cabellos estaba dispuesta a contestar a tamaña acusación, pero cuando clavó sus ojos en su amiga y compañera entendió que ella no quería otra cosa que darle una oportunidad para que pudiera estar con Rick antes de que el infierno se desatase. Con bastante pudor, Lisa se alejó de su puesto tomando rumbo a la salida del puente y sólo cuando pasó por el lado de Claudia le susurró un tímido.- gracias.- A lo que esta le respondió con su desfachatez habitual:
- Ni que lo digas cariño, tú eres la única de aquí que tiene algo porqué salir.- mirando al trío.- Y ustedes no se hagan como que no están oyendo esta conversación, porque sé que lo están haciendo… Así que díganle a Lisa que lo digo es verdad.
Las aludidas se hundieron en sus asientos, no sabiendo si enojarse por las palabras de su superior o llorar por la triste realidad que sin ninguna sutileza les refregaba en la cara.- quién lo diría que fuera Lisa la única que tendría una vida tras el servicio.- Musitó una de ellas al ver a la oficial pasar por su lado presurosa. Lisa no tuvo tiempo de sentir conmiseración por sus compañeras, tenía únicamente una hora para llegar donde Rick y volver al puente antes que sus superiores. Casi por instinto tomó su comunicador marcando el código que se sabía de memoria.
- Rick... ¿dónde estás?- preguntó sin siquiera saludar.
- Aquí en la oficina de mi escuadrón...
Y antes de poder agregar algo más el aparato dejó de transmitir su voz. Extrañado por la llamada el líder del escuadrón Skull volvió a sentarse en su escritorio para continuar con aquellas cavilaciones que jamás lo abandonaban y que se despertaron nuevamente al encontrarse con aquella foto vieja suya y de Roy que tomaron cuándo este regresó de la guerra. Lo extrañaba mucho, incluso podía ser que hoy, con la certeza de que se encuentran ante probabilidades tan cargadas en su contra, lo necesitase más que nunca.
¿Qué se supone que es lo que puedo hacer además de luchar?- Un rastro de amargura pasó por su mente al recordar el poder avasallador de la armada Zentraedis. Pero nadie respondió su pregunta. La decisión sobre qué hacer no descansaba en él, sin embargo quedarse y pelear era la única opción que él hubiese tomado. -Lo daremos todo para darle a la Tierra una oportunidad...- ¿Será suficiente?
Pensar, nunca ha sido un fuerte suyo, pero el haberle dado una hora para que sus hombres alistaran cualquier asunto personal si podían, lo había dejado con minutos en los que su única compañía era él mismo. Y en estos momentos su voz interna no era la mejor compañía, conforme pasaban los minutos le parecía escuchar la voz de su hermano mayor.- Ahora vuelas por aquellos a los que amas.- Recordó que le dijo poco después de cumplirsu primera misión, eso puso una sonrisa nostálgica en el muchacho.
Aquella en que cierta oficial le trató como si fuera poco menos que un muchachito irrespetuoso. -Bueno lo era...- Pensó con una sonrisa. Mientras contemplaba la ironía en la que estaba viviendo, ahora cuando había encontrado el amor, al parecer se había quedado sin tiempo. En un principio sólo se subía a la carlinga por su hermano, por Minmey y sus tíos. Y por todos aquellos civiles atrapados en la nave que no tenían cómo defenderse.- Cómo han cambiado las cosas.- Sujetó la foto con ambas manos, apenas lograba reconocerse como el chiquillo de overol de mezclilla mientras era cargado en hombros por Roy. - ¿no lo crees hermano?
Roy ya no estaba, ni tampoco nadie de su familia consanguínea. Sin embargo era curioso que no se sintiera solo. Estaba Max y su loca esposa, sus compañeros de escuadrón, también Claudia de quien le prometió a su hermano que cuidaría de ella si algo llegase a ocurrirle, las chicas del puente, estaban los Lynn e incluso Minmey. Todos importantes a su manera... -Lisa.- Pero ella era la más importante.
Habían pasado sólo unas horas desde que por fin habían dejado atrás sus miedos a estar juntos, de entregarse mutuamente sus corazones, de haberse fundido en un solo ser. Y a pesar de la creciente necesidad de Rick por buscarla y tenerla de nuevo entre sus brazos, estaba consciente de que había cosas más urgentes e importantes. Pero el anhelo de estar junto a ella era casi insoportable.
- Rick...
Susurró ella tan suavemente como casi temiendo que no se encontrase ahí... pero lo estaba, calzado ya con su traje de piloto observándola sorprendido.
- ¡Lisa!- le respondió girándose en automático hacia ella, corriendo a su encuentro.- Pensé que no podría verte después de tu llamada tan extraña.
Le expresó mientras la abrazaba, con una voz que aparentaba sonar normal pero que Lisa sabía que no era así pues sentía la agitada respiración de él colarse por su cuello.
- Te amo, Rick.- le soltó ella de improviso sintiendo cómo un nudo se formaba en su estómago.- No te atrevas a no regresar, puedo soportarlo todo Rick… absolutamente todo, pero sólo si tú estás a mi lado.
- ¿Qué clase de hombre crees que soy?- le respondió con una sonrisa temblorosa.- ¿Cómo podría dejarte sola ahora que sé que te tengo?- tomando su mano y besándola con fuerza.- Regresaré por ti… aunque tenga que volver del mismísimo infierno.
Él deslizó suavemente sus dedos por el bello rostro de la mujer que hacía esfuerzos increíbles por no derramar lágrimas, sabía que de hacerlo nada mas lograría intranquilizar al piloto. Por lo que obligándose a sonreír apoyó su frente en la de él, dejando que la respiración de ambos se mezclara y tranquilizara en algo su atribulado corazón. Sin saber quién de los dos tomó la iniciativa un lento beso comenzó en trenzarse entre ellos, uno cargado de necesidad y desesperación que nada detendría ni siquiera la falta de aire. Ambos necesitaban saber que contaban con el otro… que no importaba lo que les sucediera, ellos permanecerían juntos… para siempre.
- Te tengo un regalo, Lisa.- le dijo después de un rato, sin despegarse ni un ápice de ella sonriéndole con dificultad.
- ¿De veras? Y se puede saber qué es.- le preguntó un poco más animada.
Rick le pidió que cerrara los ojos mientras buscaba algo en su cajón. Ella bastante intrigada accedió sintiéndose nerviosa de la seriedad de lo que esto pudiera ser, de modo inconsciente tocó su dedo anular.- imposible, sería demasiado precipitado.- Pero luego su mente la traicionó con otra reflexión.- ¿y acaso Rick no es un precipitado en todo?- Y casi de inmediato sintió unas gotas de sudor formarse en el borde de su frente.
- Ya puedes abrirlos Lisa…
- ¡Ahhh un chocolate!- le dijo entre aliviada y decepcionada obligándose a que su rostro sonriera de manera imperturbable.- Pero qué lindo detalle Rick.
- No quedaban en ningún dispensador, si Dolza cumple su amenaza creo que podría asegurarte que tienes la última barra de chocolate de todo el universo.
- Bueno… eso no sería tan malo…
La respuesta descolocó un tanto al piloto que levantando sus cejas intentó preguntarle a que se refería, cuando un fuerte remezón hizo que ambos trastabillaran. No había necesidad de que ellos dijeran algo, sabían perfectamente lo que esto significaba y sin perder tiempo corrieron a la ventana, para ver con horror cómo esta temible fuerza Zentraedis, que en su cautiverio pudieron observar, estaba ahora como un enjambre apocalíptico sobre la indefensa Tierra.
- Debemos partir, Rick.- le dijo sin dejar de observar la ventana.- Exedore nos dijo que el proceso de transposición de toda la flota no nos da más que un minuto y cinco segundos.
Sin saber en qué momento, la mano enguantada de Rick se asió de la de ella con fuerza.- no es el fin Lisa… créeme no es el fin.- Le dijo mirando también hacia el espacio. Ella se movió hacia él y juró ante Dios que creería ciegamente en sus palabras, para luego y sin perder más tiempo llevarlo hacia el pasillo. Por más que fuera una militar profesional, entrenada para cumplir con su deber ahora le resultaba imposible alejarse de él, quería decirle algo más… que supiera lo profundo que estaba en su corazón.
- Vuelve Rick… recuerda que te estás llevando mi corazón.
- Y el mío se queda contigo Lisa.
Le tocó la barbilla besándola en la frente para luego alejarse rápidamente de ella. No podía hacerlo de otra manera, si se quedaba un segundo más, ya no sería capaz de separarse de Lisa. Apretó sus ojos con fuerza mientras seguía corriendo.- vamos Rick, niégale la entrada a pensamientos negativos… como decía Roy, no dudo sólo, creo y del resto no hay más.- Inhaló una gran bocanada de aire cuando vio ya los hangares del Prometehus que eran un caos de máquinas y humanos listos para ir al combate.
- Rick, date prisa tenemos órdenes de despegar cuanto antes.
- Lo sé Max, lo sé.- le respondió calándose el casco sin dejar de correr hacia el Skull uno.- nos veremos allá afuera.
- ¡Qué dices Rick… nos veremos a la vuelta con la victoria!
El pulgar hacia arriba de un optimista Max fue lo último que vio antes que la carlinga de su caza descendiera aislándolo de todo el mundo exterior, para así enfocarse solamente en sus controles y en las órdenes a su escuadrón, que ya junto a él se deslizaban por la pista como saetas rampantes en un firmamento plutónico, aferrados ciegamente a la idea de que habría un mañana.
- Líder Skull, aquí Delta Uno. Siga las coordenadas que se le han transmitido… su misión es proteger la integridad de la nave hasta que ingresemos a la matriz de Dolza.
- ¡La matriz de Dolza!- exclamó entendiendo lo suicida del plan.- ¿Pero es que acaso están locos… quieren morir todos allá dentro?
- Sobrecalentando el sistema de barrera, la nave es el lugar más seguro para soportar la explosión.- con una lenta sonrisa.- Por lo que le recomiendo teniente que en ese momento se ponga a resguardo…
Lisa no pudo terminar su frase, una poderosa emanación de energía proveniente de la Tierra hizo que toda la nave crujiera cual mueble viejo. Rápidamente se giró hacia Vanesa, que emocionada repetía una y otra vez: "es el gran cañón, es el gran cañón" para casi en el mismo instante ver cómo otros dos gruesos haces de energía se sumaron al primero barriendo al enemigo como si fueran simples granos de arena.
- Esa es nuestra señal Henry, debemos comenzar con el ataque.
Y como si estuviesen acostumbrados a desplegarse en manera conjunta tanto las fuerzas del SDF-1 como las disidentes alienígenas abrieron fuego en paralelo a las defensas de la Tierra. Esa era la señal que Lisa estaba esperando para ir con la segunda parte de su plan, sincronizando todos los canales de comunicación dejó que la voz de Mimmey inundara cada una de las líneas haciendo que ese potente himno de guerra pusiera a todos los que estaban en el puente con la piel erizada por la emoción.
- El plan ha funcionado perfectamente.- intervino Exedore que parecía inmune a los encantos de la señorita Macross.- Las tropas están totalmente paralizadas, es nuestra oportunidad.
- Desplacémonos con toda la potencia posible, debemos seguir a Breetai que nos está prestando su propia nave como escudo.
Claudia de inmediato obedeció las órdenes y todos sintieron cómo la poderosa fortaleza estaba siendo exigida al máximo de sus capacidades. Un impacto directo muy cerca del puente hizo que todos tuvieran que aferrarse fuerte a sus consolas para no caer, lastimosamente tanto Exedore como el almirante se llevaron la peor parte al no estar acostumbrados a las inclemencias del centro de mando golpeándose pesadamente en sus extremidades.
- Reporte de la situación, Vanessa.- ordenó Global.
- Perdimos el centro de… ¡Dios mío!.- la mujer se llevó una de sus manos a la boca.- Señor es un ataque masivo a la Tierra.
- ¡Maldición es todo el planeta!- masculló el almirante viendo con rostro lívido cómo el planeta colapsaba irremediablemente ante el ataque enemigo.
Todos sintieron la imperiosa necesidad de mandar toda la estrategia al mismísimo demonio y volver en dirección a la Tierra para defenderla o morir con ella. Mas la impávida voz del alienígena les recordó cuál era su deber y entre ahogados sollozos de la menor del trío y silenciosas lágrimas de Kim, el SDF-1 siguió imperturbable su marcha mortuoria, a la vez que nuevas explosiones hacían estremecer la nave.
- Delta Uno, aquí Líder Skull… la situación es apremiante las fuerzas enemigas salen en hordas.- le gritó Rick por el canal tratando que su voz se impusiera por sobre el canto de Mimmey.- Necesitamos algún tipo de refuerzo… lo que sea Lisa.
- Las naves de Azonia estar por llegar a tu sector Rick.- le tranquilizó Lisa, rogando para que los refuerzos llegaran de inmediato.
El joven piloto respiró aliviado al oír la respuesta de Lisa, pues todo a su alrededor se encontraba envuelto en resplandores de tonalidad roja, amarilla o alguna combinación de ambas. Aliados y enemigos caían a diestra y siniestra desde veritech hasta enormes naves espaciales. Sus oídos reverberaban con las voces frenéticas de sus compañeros pilotos, con sus pedidos de apoyo, con maldiciones hacia los asesinos de su especie, con unas últimas palabras a sus seres amados. Su misión era una prácticamente suicida, eso quedó claro desde un principio. Oprimió el gatillo de su VT y una volea de misiles hizo blanco en igual número de enemigos. Un estimado de 99% de bajas para los escuadrones rezaba el informe de inteligencia. Cualquiera en su sano juicio renunciaría a intentarlo...
- Max, Mir, tengo una apertura...- dijo al reconocer un espacio libre de enemigos o fuego defensivo alrededor de una nave de la flota de Dolza.
- Copiado Skull 01. Te cubrimos.- respondió su amigo que junto con Miriya terminaban de despachar a cerca de una docena de oponentes.
Pero ni sus compañeros o él eran cualquiera. Así que mientras la pareja de guerreros se enzarzaba en otro ataque sincronizado en contra de un grupo considerable de enemigos, el Skull 01 se enfilaba de frente y a toda velocidad contra su blanco, poco después tras recibir el impacto de los misiles nucleares del caza microniano. Una pequeña victoria para la especie que había decidido no ceder ante la noche sin pelear. Sin embargo, la noche era mucho más grande que cualquiera de ellos.
- Vamos Lisa y las nave de Azonia donde están…
- Mira a tu izquierda piloto.
Le respondió desde su Tacnet, aliviada de ver como el impiadoso grupo de mujeres Meltran destruían sin apelaciones a los enemigos que azoraban a Rick y sus amigos.
- Comandante estamos a menos de treinta segundos de ingresar a la zona de la matriz.- vociferó Claudia que no se despegaba un segundo de sus controles.- ¿Debemos activar el sistema de barrera?
- No aún no, sólo cuando ingresemos.- puntualizó Global.- De hacerlo ahora podemos sobrecargarla antes de tiempo.
El caos implantado por las fuerzas enemigas tenían totalmente diezmadas a la de los aliados que sentían como ad portas de conseguir su objetivo morirían sacrificados por nada. Cuando la esperanza había abandonado el puente, un potente rayo de energía emergió de la Tierra sangrante, que, como una auténtica luz redentora, libró a la fortaleza y a todos cuantos la seguían de las fauces del averno.- al parecer el barquero esperará un poco más.- Pensó para sí el capitán ruso, que abandonado su puesto se dirigió al centro del habitáculo ordenando que se dispusieran para atacar la nave nodriza.
- Atención… atención a todos los pilotos.- dijo Lisa sintiendo como un nudo en la garganta amenazaba con impedirle continuar.- Abandonen sus puestos… repito abandonen sus puestos… el SDF-1 ingresará en zona critica… repito abandonen sus puestos.
- No es el fin, Lisa… no lo olvides.
Escuchó de pronto como la voz del piloto que amaba le hablaba por medio de una imagen cargada de estática que amenazaba con desaparecer en cualquier momento. Producto de un impulso ella levantó su mano acariciando el monitor con reverencia, incapaz de poder decir alguna cosa más que mirarlo hasta que desapareció por completo.
- Él tiene razón, no es el fin.
Le susurró su padre, que apoyando una de sus manos en el hombro de Lisa, miraba junto a ella cómo se venía sobre ellos, ese extraño adefesio que parecía más un montículo de basura y excremento, que la nave matriz de la poderosa fuerza Zentraedis.
- ¡Llegó el momento!
Gritó Global, en el minuto que de manera violenta la fortaleza se estrellaba en la base de la nave, abriendo con fuerza las oscuras entrañas de metal que con poca resistencia dejaban que el SDF-1 cual bisturí lo fuera penetrado poderosamente. Lisa estaba cobijada en los brazos de su padre que la sostenía para que no cayera ante los continuos embates que sufría la nave que se iba despedazando lentamente por esa terrible oscuridad, dejando en el recuerdo la bella ciudad Macross que por tantos años habitó junto a ellos haciendo de la guerra algo más tolerable.
- Quince segundos para llegar al centro del front.- indicó Exedore con su mirada vacía y carente de cualquier emoción.
Lisa pudo ver en ese momento cómo la claridad se apareció ante sus ojos y ese vacío del cual junto a Rick había logrado escapar estaba nuevamente ante sus ojos. Pero ahora no como una prisionera, no como una débil mujer que se retorcía de dolor entre las manos de su captor… ahora era su verdugo… eran ahora ellos los cazadores.- y pensar que tuve razón cuando le dije que el SDF-1 era más poderoso que toda su chatarra.- Pensó ella, sintiendo que en este prístino momento, justo antes que el capitán ordenara activar el sistema de barrera, todos aquellos quienes habían y han dado su vida para ganar esta batalla veían ahora sus esfuerzos y sacrificios compensados.
- Disparen todo lo que tengan.- Vociferó el capitán de la fortaleza.
El tiempo pareció detenerse y en un halo de luz intensa donde todo desapareció ante los ojos de Lisa, el atronador sonido de las fuerza de las armas explosionó en cadena desde el interior de la fortaleza, transformando todo a su alrededor en nada más que corpúsculos lumínicos que se diseminaron por el espacio cuales gotas de leche, que le hicieron recordar a la joven oficial aquella leyenda de Galatea y la creación del universo….
Luego…
La nada…
Solo un silencio...
Y finalmente la fe triunfó por sobre la destrucción sin sentido. Casi inconsciente y sobre el helado piso del puente Lisa sintió la música de Mimmey que seguía sonando como un constante innegable de que habían sobrevivido. Rápidamente se puso de pie viendo a todos los demás que la imitaban, salvo Claudia que fue la única que permaneció en su posición y la miraba ahora con expresión arrogante.
- Vamos cariño, no me harás conducir esta cosa yo sola.
- Cómo si pudieras hacerlo.
Se burló Lisa viendo como su padre se acomodaba su gorra y su uniforme sonriéndole orgulloso, mientras de parte de Henry recibía pesadas palmeadas de camaradería, por la misión terminada con éxito.
- No sé de qué manera o por qué extraño milagro logramos vencer.- le expresó el ruso.- Pero sobrevivimos… y en nuestras manos tenemos ahora el futuro de todos nosotros.- mirando a Claudia.- ¿Los sistemas están operativos?
- Casi por completo señor.
- Donald, ¿cuáles son las órdenes?
- ¿Acaso podrían haber otras Henry?… Vámonos a casa, es ya tiempo de volver.
Varias exclamaciones de júbilo se reprodujeron en el puente, mas Lisa no participó en ninguna de ellas, con una desesperación creciente buscaba por todos sus monitores alguna señal de Rick. Cuando la angustia estaba apoderándose de su corazón una entrecortada y sucia comunicación se abrió por uno de sus canales secundarios.
- Lisa… ¿Lisa estas ahí?… por favor contesta, Lisa.
- Rick… Rick Hunter, gracias a Dios estás bien.- le respondió ella dejando caer un par de lágrimas.- Deja indicarte las coordenadas para que puedas…
- No es necesario, puedo verlos.- dijo precipitadamente.- Nada más denme la autorización para aterrizar.
Lisa sonrió para sí, feliz de escuchar esta vez como el imprudente piloto que le había robado el corazón, nuevamente se saltaba los protocolos para hacer las cosas a su manera. Sobre su tacnet apareció de pronto una barra de chocolate, aquella misma que le había reglado Rick antes de despedirse.
- Creo que él quiere que vayas a esperarlo.- le dijo su padre que fue quien le había depositado el dulce en su central de trabajo.- No creo que haya ningún problema en que vaya ¿no es verdad Henry?
- Usted es el almirante.- sonriendo bonachonamente.
Una amplia sonrisa en el rostro de la oficial se dibujó apenas entendió que podría ir al encuentro de Rick y cuadrándose frente a sus superiores abandonó el puente con la barra de chocolate firmemente sujeta de su mano.- padre me preguntaste que desde cuando me gustaba el chocolate… pues me gusta desde que Rick hizo de esto algo especial… desde que descubrí que sus besos saben a chocolate.- Y saliendo del ascensor pudo ver cómo los oscuros hangares del Prometehus estaban ahora iluminados con la cálida luz del amanecer en la Tierra y dejando que el viento arremolinara su pelo, vio como el inderribable Skull Uno se posaba lentamente sobre la pista y aunque llegaba herido, la leal nave cumplió trayendo de vuelta a su piloto que impaciente se bajó de un solo salto apenas se levantó la carlinga.
- Gracias a Dios que estás bien… cuando vi la explosión de la nave de Dolza, pensé lo peor.- abrazándola fuertemente y con desesperación.- Pensé… que te había perdido.
- No…no… estoy aquí…. nos lo prometimos.- llorando ya sin control y con el rostro de Rick entre sus manos.- Te amo Rick… y estaré siempre junto a ti.
- Dilo otra vez.
- Junto a ti… siempre junto a ti, Rick.
Con las manos sobre el rostro de Lisa él también repitió una y otra vez esa frase como una promesa al cielo. Mientras un beso se colaba entre sus labios y un futuro se abría para ellos, que aunque era difícil, no tenían miedo pues sabían que al final…
- Me tienes y te tengo…
Fin.
gracias a todos quien se dieron el tiempo de leer esta pequeña historia que nace de no entender hasta el dia de hoy por que Global mando a Lisa a la Tierra... ha sido un bonito experimento.
dentro de poco volveremos a leernos... amares sigue con su camino... las fanaticas de Archer tendran pronto su gusto... y tambien se vienen dos nuevas historias besos a todos
y como dice gustavo.
Gracias Totales...