De nuevo yo.


Capítulo 2.

De compras.

Estaba cansado, por aquellas imágenes repetidas en mi mente que me hicieron despertar en la madrugada, yo tenía sueño y estar con aquel idiota con la voz más chillona que nunca, hizo que me diera esa mierda que le llaman "dolor de cabeza", que es irritante por cierto. El conejo de mierda es muy parlanchín y parece que adora la idea de que yo lo mate o intente hacerlo, alguna veces pienso que cuando era niño el conejo se fue a golpear contra la pared hasta quedar imbécil de por vida. Al estar recostado en mi cama, intente hacer que así las horas pasen más rápido, cerré mis ojos para intentar pensar en algo, la verdad estar pensando en todo este lío de los recuerdos que no tengo muy claros, es algo molesto, pero debo hacerlo, aunque no quiera, ya que esa mierda no me deja en paz, ya que quiero saber si vi algo nuevo en esas imágenes inconclusas. El idiota, no habló más, por lo cual era raro, ya que en muy pocas ocasiones ese idiota se callaba, al abrir mis ojos para intentar ver si se murió o se fue, vi que el idiota estaba echado junto a mí, estaba durmiendo, su respiración era agitada y… parecía que tenía algún tipo de pesadilla, temblaba, el imbécil temblaba. Por un momento no me importo lo que temblaba, estaba a punto de despertarlo para decirle que se alejara o dejara de temblar, pero... no sé por qué dimite de la idea y… le puse una maldita manta encima de él para que dejara de temblar. Acabe por recostarme otra vez donde antes, yo estaba cansado y tal vez por eso… no tenía ganas de gritarle a alguien. Lo único que sé es que cuando abrí de nuevo los ojos, ya era de noche.

– ¿Yu?

Gire mi cabeza para ver a la persona que estaba llamándome y fruncí un poco el ceño al recordar que el conejo estaba en mi cuarto. Lavi sonreía como el idiota que era, parecía que también acababa de despertar. Estaba muy feliz para haber tenido una pesadilla. El conejo no habló más… y eso fue raro, ahí me di cuenta de que ese idiota estaba muy cerca de mí y que no sé cómo, la manta que le puse al idiota, estaba encima de mí.

– Gracias –acabó susurrando–.

– ¿De qué?

– De la manta, tú me lo pusiste ¿cierto?

– No.

– ¿No?

– No.

– ¿Entonces quién me la puso?

– No sé, ¿Quién me puso la manta a mí?

– Ah, ese fui yo, pensaba que tú me la pusiste... así que cuando me desperté, te tape con la manta, para que así no te haga frío.

– Nunca me hace frío.

El tarado hizo una mueca, estaba algo molesto, pero una molestia infantil, un berrinche, como de esos que siempre hace el conejo, con el simple hecho de parecer algo más serio, pero aun parece un niño. Mayormente cuando yo niego que hice algo (como esto, ya que si lo digo, ese idiota se va a poner feliz y va a decir: "Yu se preocupa por mí", que molestia) su cara cambia, se calla un rato, pero luego vuelve con su carácter infantil, estúpido.

– Debí adivinarlo, eres tan frío que no sientes frío, ¿Verdad hombre de hielo?

Ahí fruncí el ceño y empuje al idiota, que ahora que lo pienso, aún estaba muy cerca de mí, él se cayó al piso y se quejó, luego dijo que yo soy cruel y… mierda pura, la verdad ya no me importo.

– ¿Qué hora es?

Me encogí de hombros, no tengo reloj. Y Lavi vio por la ventana por unos minutos, la verdad es que no sé qué puta intentaba hacer en ese momento, pero de ver la luna se dio la vuelta y dijo:

– Ya debe ser más de media noche.

Y no, no sé como hizo para saber ese dato, la verdad no me importa mucho.

– ¿Y?

– Pues vamos –el idiota sonrió–.

– ¿A dónde?

– A un lugar de la Orden, vamos.

Fruncí el ceño.

– ¿A dónde mierda me quieres llevar?

– Oh, vamos, quiero que sea una sorpresa, solo te diré que es alguien que nos va a ayudar. Solo… sígueme y confía en mi ¿sí?

– Yo no confío en ti.

Fue ahí, cuando no sé por qué el pelirrojo cambio su mirada, antes estaba feliz, pero por un momento, corto, tal vez muy corto, el imbécil se vio sorprendido y… bah, que importa.

– Oh, eso duele Yu. Pero… tendrás que hacerlo –sonrió el hijo de puta– o si no te podré ayudar con tu problema.

Lo pate, después de todo, el imbécil seguía estando en el piso. Odio cuando ese idiota me quiere convencer de algo con ese "y si no…" que me jode. Aun no entiendo de dónde saca tantas ideas para convencerme. Lavi debería morir. El idiota conejo solo se quejó de dolor, mientras que decidía levantarse del suelo, para evitar una nueva patada. Volvió a decir lo cruel que era y algo de que era su amigo. Yo gruñí.

– Deja de hablar de una puta vez, conejo –fruncí el ceño– y dime si vamos a ir a ese lugar de una buena vez.

Fue ahí cuando el idiota sonrió grande y asintió. La verdad es que presentí algo malo.

Lenalee estaba despeinada, con los ojos entrecerrados, así que al vernos, solo pudo decir, muy enojada, que es lo que queríamos a esa hora. Yo no hable, el único que se molestó con ese comentario fue el idiota de Lavi, quien solo dijo: "Vemos y sabrás". Sé muy bien que Lenalee se rio al vernos, yo fruncí un poco el ceño, pero seguí sin decir nada. En ese momento solo pensé en como carajo Lavi hizo para desactivar la seguridad que había en el cuarto de Lenalee, puesto por ese idiota de complejo de hermana, tampoco pude evitar pensar que el idiota parecía tranquilo desactivando las alarmas y como Lenalee no se sorprendió al ver a Lavi en su puerta… ¿Acaso el conejo siempre iba al cuarto de Lenalee?, aunque eso no importa, la verdad.

– ¿Qué les pasó?

Tal vez Lenalee estaba tan adormilada que se olvidó la existencia de su hermano. Lavi estaba más molesto que antes.

– Oh nada, Lena, solo cambiamos de look, ¿Te gusta? –sí, el conejo se molestó y parecía que

– tú hermano nos botó una formula y así quedamos.

– Oh… ya veo.

– En fin, Lena, quiero hablar contigo y em… ¿Podemos pasar a tu cuarto?

No es la primera vez que veía el cuarto de Lenalee, ya que antes… ella me invitaba a su cuarto a jugar, eso era cuando ella era una niña tonta, así que no me impresiono –tanto– ver el cuarto lleno de la cara de Komui. Sigo diciendo que Komui no es el único loco en la Orden. El conejo idiota se sobresaltó mucho y dijo algo así como "Que miedo".

– Y yo que pensaba que Bak estaba muy obsesionado, por tener fotos de Lena –me susurró–.

– ¿Qué me quieres hablar Lavi?

Lenalee se sentó en su cama.

– Pues… que nos ayudes. Según Komui volveremos a ser como antes en… no sabe cuándo, pero no hay cura, solo debemos a esperar que se nos pase, así que… debemos pasar un tiempo así… por lo cual necesitamos ropa, pero ropa de chica, así que… necesitamos tú ropa.

– Yo no pienso ponerme la ropa de Lenalee –proteste–.

– ¿Por qué no?, ¿Qué hay de malo en mi ropa Kanda?

Fruncí más el ceño y… no sabía que decir para no alterar más a Lenalee, Lavi solo sonreía como un idiota.

– Todo.

– Oh, Yu, no seas así, solo ponte algo de Lena, no va a ser tan malo Yu.

Era odioso, joder que yo no quiero saber que soy una chica, según yo sería lo mismo, si no fuera porque ahora tengo dos… cosas en mi pecho y no tengo nada en mi entrepierna. Gruñí y solo vi como Lavi veía la ropa de la china, ese idiota parecía muy emocionado por ver la ropa de Lenalee, no sé por qué, también, ahora que lo pienso, estaba muy emocionado con eso de cambiarse de ropa… era algo raro. Yo me senté en la cama, no me daba ganas de ver nada del armario de la chica, con cualquier cosa estaría bien, mientras que sea ancho para no ver esas dos cosas.

– Lena… ¿También nos prestaras ropa interior?

Lenalee se sonrojo y pensó. Yo ya entendí a lo que venía esa felicidad que tenía el imbécil, me pare y golpe a Lavi en la cabeza.

– Eres un idiota pervertido.

– No es por eso, Yu, –era mentira– solo que… yo creo que es obvio que si necesitamos ropa, también tendrá que ser ropa interior y…

– Yo creo que sería mejor comprar ropa.

– ¿Eh?

– Es algo antigénico compartir ropa interior –sonrió ella– y con el dinero de la Orden, podremos comprar cuanta ropa que quieran.

Ahí fue cuando Lavi estuvo algo triste y yo solo sonreí un poco, algo que nadie sabrá, ya que el idiota no tuvo lo que quería. Lavi es un idiota pervertido, que lo único que piensa es en chicas y chicas, además que después de golpear a Komui, este imbécil intento auto-manosearse, me da asco.

– Está bien… Lena, compremos ropa.

Nunca salí de la Orden y mucho menos compre ropa. Jamás supe que había unos lugares donde hay un armario gigante* y la persona que va al armario, puede agarrar lo que quiera de la ropa. De seguro que tiene tanta ropa que no saben qué hacer con ella y por eso hacen que la gente se lo lleve. Esos dueños de los armarios gigantes deben ser unos pobres imbéciles que no saben qué hacer con tanta ropa, de seguro que no utilizan ninguna de esas prendas.

La dueña del armario gigante era una mujer vieja, que hablaba bien con Lenalee, no sé quién puta es, pero la verdad es que no me importa, ya que al vernos, la vieja solo nos dijo:

– ¿Tus amigas?

– No soy chica –respondía hacía tal insulto de la vieja esa, joder que de seguro que estaba ciega–.

– Eres una chica –me susurró el idiota–.

– No lo soy.

– Yu… ve a un espejo y luego hablamos.

Fruncí el ceño.

– Que no soy chica, joder, conejo de mierda.

– ¿Qué ya se te olvido la fórmula de Komui?

Mierda…

– Tsk…

– Si, son mis amigas –sonrió nerviosa Lenalee, no sé porque estaba así– quieren comprar ropa, pero… como que nunca lo hicieron –la vieja parecía sorprendida y la verdad eso tampoco comprendí el por qué, ya que yo antes nunca había ido a un armario tan grande– Así que me pregunto si las… podría a ayudar a ver ropa.

– Claro que sí puedo ayudar, pero lo principal sería ver un corpiño ¿cierto?

Lenalee asintió.

La vieja esa, nos vio, mejor dicho, me vio, estoy seguro que no me vio a los ojos, luego poso la mirada a un lugar del armario, en donde había cosas colgadas, no sé qué mierda eran esas cosas, pero parecían como un error de fábrica**.

– ¿Qué se llaman? –pregunto la anciana–.

– Em… pues… ellas son…

– Yo me llamó Lily –dijo el idiota, luego me vio– y ella… se llama Yu***.

Me sobresalte al escuchar mi nombre, fruncí el ceño.

– No me llames así, idiota, o te decapitare.

– Está bien, está bien, señorita Kanda.

Antes que matara a Lavi, Lenalee se puso en medio, sonriendo… eso era una advertencia. Apreté mis puños, molesto.

– No me vuelvas a llamar así, nunca más.

Lavi rió.

– Bien, Yu.

–Lena… no te enojes.

–No estoy molesta Lavi.

–Yo creo que sí estás molesta.

Acabamos comprando ropa y la verdad es que nunca más volveré a esos armarios gigantes, la señora hizo que me desvistiera – ¡maldita pervertida!– y luego me probara unas cuantas cosas, algunas eran cómodas, otras eran una mierda. Me hizo probar unas cosas que llamaron "ropa interior de chica", que… la verdad de eso nunca más volveré a hablar. En fin, gracias a esas cosas Lenalee se enojó, no sé muy bien las razones, lo único que sé es que "nosotras tenemos más pecho que ella" o algo así.

–¿Por qué crees que estoy molesta?

–Porque estas apretando la bolsa de ropa muy fuerte.

No sé cómo puta paso… pero el sol salió o estaba saliendo, así que Lenalee al ver el cielo más claro, solo dijo que ya era tarde y que si no se iba, su hermano se daría cuenta que se fue. Creo que Lenalee ya se había salido antes de su habitación.

Cuando ella se fue, el idiota me vio por un rato, ambos estábamos agarrando esas bolsas de ropa.

–Bien Yu, hasta aquí hicimos las cosas juntos, pero supongo que nos separamos ahora.

Ese idiota sonrió y yo solo estuve de acuerdo con ello, así que chiste camine más rápido a la Orden, Lavi creo que se a otro lado, la verdad es que no sé a dónde se fue… lo único que sé es… cuando intente irme más rápido, no pude, es más, sentía que ya no podía moverme más, hasta parecía que iba hacia atrás. Me moleste un rato y no comprendía qué carajo pasaba. Entonces me di la vuelta para ver si algo pasaba. Solo vi a Lavi… que le pasaba lo mismo.

Parecía que no podíamos separarnos.


Armarios gigantes*: Kanda… no sabe mucho de la vida, así que no sabe que es una tienda de ropa, así que lo llama armario gigante, ya que hay mucha ropa en un lugar y… bueno, eso.

Parecían como un error de fábrica**: Em… al no ver nunca un corpiño o bracear, o… como lo llamen por donde vivan, le parecía como un error de fábrica.

Yu***: Yu es unisex, puede ser tanto como de hombre como de mujer.


¿Qué tal?

No sé por qué, pero Kanda se me hace un poco más difícil de la manera en narración de primera persona, tal vez sea porque él no habla mucho y no sé cómo explicar muchas cosas, ya que él le vale la mayoría.

Llegó mi amor a esta historia, no sé por qué, pero ahora la amo más que a mi otra historia "matrimonio", quien diría que sería así, XD. Así que voy a intentar hacer lo que hice con "matrimonio" que es… solo hacer esta historia hasta acabarla, aunque… esa historia aun no acabo y… en fin, pronto la acabare, solo falta dos capítulos. Así que, tal vez muy pronto salga otro capítulo.

En fin, espero que les haya gustado, nos leemos pronto… supongo.