Epílogo.

Había pasado un año desde que la guerra había terminado y todos los bandos implicados aún se estaban recuperando de las pérdidas. Habían pactado una tregua que aun permanecía, repartiéndose la ciudad por territorios pero sin prohibiciones. Los habitantes sobrenaturales de la ciudad seguían tensándose cada vez que entraban en una zona que antes fue enemiga. Sin embargo, era seguro.

Al menos la mayoría de las veces.

Mason Lockwood sobrevivió a la batalla, no así lo hizo su segunda al mando, Jules. Los hombres lobo, eligieron a su sobrino Tyler como nuevo líder de la manada, castigando al mayor por las decisiones que había tomado durante la guerra.

Los Originales se quedaron en la ciudad que les había pertenecido, la habían recuperado aunque no era gobernada exclusivamente por ellos. Rebekah Mikaelson y Stefan Salvatore fueron rescatados después de la batalla, una de las brujas traidoras reveló su ubicación y los encontraron sanos, a excepción de las cuerdas que les retenían impregnadas en verbena.

La experiencia fue traumática y la pareja decidió mudarse a un pequeño pueblo de Virginia llamado Mystic Falls donde podían vivir una vida tranquila y alejada de peligros, visitando de vez en cuando la ciudad.

Elijah Mikaelson se encargaba de representar a los vampiros en las reuniones, tomando él las decisiones por ser el único que vivía en la ciudad, en consenso cuando sus hermanos estaban con él.

Klaus no perdonó a Katherine el entregar la piedra lunar para que fuera destruida, por lo que la mujer siguió escondiéndose del Original, amenazada por su presencia. Sin embargo, el rubio pasaba fuera la mayor parte del año, así que la doble prácticamente residía en la ciudad. Junto a Elijah, era un secreto a voces que el hermano mayor salía con la escurridiza Katherine Pierce. Burlarse de Klaus de esa manera era uno de los motivos por los que sonreía cada noche abrazada a Elijah.

En cuanto a Kol pasó los diez meses siguiente recorriendo el mundo, visitando nuevas ciudades que le quedaban por descubrir y haciendo lo que quería, antes de volver a casa acompañado. Sorprendentemente, en uno de sus viajes hizo migas con Liv Parker. Tuvieron una pequeña gran pelea cuando se enteraron de quién era cada uno, pero como solo ellos entendían el humor macabro del otro, terminaron solucionándolo. De hecho Liv fue quién le presentó al hermano de Elena, Jeremy, cuando la visitaron en Nueva York. Kol pasó a ser mucho más agradable con la morena, satisfecho por la compañía que le brindaba su hermano por las noches, mostrándole todos los lugares interesantes de la ciudad.

Damon y Elena, que se habían instalado en Nueva York de manera permanente, no veían con buenos ojos esa relación pero se consolaban pensando que Jeremy era joven, que era algo pasajero. Decidieron esperar algunos años más antes de que Elena se transforme en vampiresa. La bruja consiguió trabajo en una editorial y Damon se hizo propietario del bar sobre el que vivían para tener todo el alcohol gratis que quisiera. Además decidió llamarlo "Rock & Fangs" por lo que Elena se burló durante meses de él. Damon le respondía que cuando ella tuviera su propio bar podría llamarlo como quisiera, pero le propuso "Doppelganger". Esa noche durmió en el sofá, acompañado por cerveza y palomitas.

Las brujas del Barrio Francés fueron quienes sufrieron más cambios en su aquelarre. Por suerte, la mayoría había estado al margen de los rituales de magia negra que habían llevado a cabo sus líderes, y quienes sí lo habían estado murieron en la batalla o fueron expulsados del aquelarre después de esta. Ayana fue elegida Suma Sacerdotisa, si bien no era la más poderosa, si era la más sabia. Eliminaron a la Triada de la jerarquía y ampliaron el Consejo a trece miembros.

Aunque habían intentado encontrar a Kai les fue imposible dar con él. Liv se marchó de la ciudad que le traía tan malos recuerdos. Siempre llevaba el anillo de Luke con ella.

Bonnie fue considerada para el puesto de Suma Sacerdotisa pero rechazó la posibilidad sin pensárselo dos veces. Sentía que no estaba preparada para cargar con esa responsabilidad, aún tenía mucho que aprender. Por lo que siguió en la ciudad, viviendo en el Barrio Francés que tanto amaba. De vez en cuando recibía postales de comida de diferentes lugares sin firmar. Bonnie sonreía divertida cada vez que las veía, guardándolas en una caja oculta bajo su cama. No se lo había dicho a nadie.

¿Y Klaus y Caroline? Bueno, los primeros meses de transición fueron difíciles para ella, en especial el primero. Bonnie le había creado un anillo de día para que pudiera salir por la mañana bajo el sol pero no se terminaba de acostumbrar al cambio de su amiga, sobre todo cuando olía a sangre y su cara se transformaba, lo que hacía que se marchara al instante. Temerosa de no controlar su sed.

Lo que más la impacto a la rubia fue no poder entrar en su casa, lloró como si fuera una niña pequeña. Klaus le decía que eso era normal, cuando alguien se convierte en un vampiro todas las emociones se intensifican, en especial durante los primeros meses y es difícil controlarlas. Le ofreció vivir en su mansión pero ella lo rechazó, en cambio Bonnie la acogió en su casa. Aunque muchos eran amables con ella y pasaban por alto su nueva condición como si nada hubiera cambiado, otros la menospreciaban y detestaban. La culpaban por cómo había acabado la guerra, algunos veían antinatural que un vampiro viviera en el Barrio Francés.

Klaus aprovechó para cumplir su deseo de enseñarla el mundo a la vez que la ayudaba a controlar sus impulsos. Ella no se daba cuenta del control que poseía sobre sí misma, aparte de la noche en la que se había transformado solo había intentado atacar a otros dos humanos, todo en la primera semana. Y tenía que reconocer que toleraba mejor que él beber sangre de animales si no tenían bolsas cerca.

Durante los dos primeros meses de su viaje recorrieron Italia, después visitaron París, ToKio, Río de Janeiro, Caracas, Londres… Cada cierto tiempo volvían a Nueva Orleans por unos días, el mayor tiempo que pasaron en la ciudad fueron dos semanas en Navidad.

Una manó se agitó delante de sus ojos, sacándole de su distracción. Miró a Caroline que sonreía a su lado, mirándole divertida con las cejas alzadas.

— ¿En qué pensabas?

— En nuestros viajes. Aún nos quedan muchos sitios por visitar.

— ¿Ya te has cansado de Viena*?

— Al contrario, me recuerda a ti.

Ella sonrió, poniendo su mano derecha en su mejilla, acariciando los hoyuelos que provocaba su sonrisa.

Caroline resopló, quitándole las gafas de sol que llevaba para mirarle a los ojos.

— Eres todo un seductor, ¿no?

— Solo si funciona. — Replicó él acercándola contar su cuerpo.

Por respuesta la chica le besó, saboreando los labios que tan bien conocía. Se separaron con lentitud, mientras continuaban recorriendo el centro de la ciudad.

— ¿Te apetece mañana visitar el palacio de Sissi? — Preguntó Klaus sabiendo la respuesta. Desde que habían llegado a la ciudad Caroline parecía obsesionada con la princesa.

— Como si no lo supieras. — Respondió ella entusiasmada.

— No sé por qué te gusta tanto. Ni siquiera era la mitad de hermosa que tú.

— Siempre dices eso de todas las mujeres, Klaus. — Replicó ella poniendo los ojos en blanco.

— Que sea cierto no lo hace menos verdadero. Además, era insoportable.

Ella se rio, agarrándose de su brazo.

— ¿Me contaras todos los chismes escandalosos?

— Te contaré todo lo que quieras, amor.

Caroline le depositó un pequeño beso en la mejilla, para después susurrarle al oído de forma tentadora.

— Y yo te recompensaré por ello.

La chica le guiñó un ojo, entrando a una tienda de ropa interior femenina que había visto cerca del lugar por el que paseaban.

Klaus rio por su descaro y la siguió dentro.

Fin.

*Viena: Capital de Austria.


NdA: por fin puedo decir que he terminado esta historia. ¡Y a tiempo! Pensé que no sería capaz de completarla en el plazo, pero después de una semana escribiendo sin parar, lo he conseguido. Sin emargo, no será lo último que escriba de este universo. Decidí bajar el rated d porque las escenas de sexo entre Klaus y Caroline no me parecían apropiadas incluirlas, sin embargo no descartó escribir un oneshot con cualquiera de ellas. Y casi aseguraría de que habrá uno dedicado a Kai y Bonnie, sexoso o no, eso ya veré.

Es el primer longfic que escribo y he aprendido varias cosas con él, pero sobre todo tengo claro que no volveré a publicar una historia larga sin haberla terminado antes. Como lectora, cuando he tenido que esperar durante meses por un nuevo capítulo me saca de los nervios así que procuraré aplicarme el cuento.

Francisca a ti te quiero agradecer que hayas seguido esta historia desde el principio, comentando en todos los capítulos, ¡muchas gracias!

Y Noe, bendita Noe, con sus comentarios hiperlargos que me hacían apuntarme en un papel las cosas que no se me debían olvidar explicar porque estarías pendiente :)

¡Muchas gracias a todos por leer!