Hola!Como lo prometí, volví el miércoles.
Leen lo que decimos los autores, porque a veces creo que no (incluso yo a veces me los salto)
Espero que les guste el capítulo, porque esta vez es el pequeño Hiro quien describe a Tadashi o todo lo que hace por él, visto desde la inocente mirada de hermano menor.
Gracias por haberme dejado comentarios, y Disfruten!
Resumen.- No decirle sus problemas no era falta de confianza o fe en que pudiera socorrerle, era simplemente, que no deseaba causarle demasiados obstáculos. Después de todo, estaba seguro de que Tadashi estaría para el siempre.
Miró por encima de su cama con algo de miedo, sus pies se movían como si buscaran correr lo mas rápido sin ser alcanzado por una extraña fuerza misteriosa, a su corta vida Hiro no le tenia miedo a demasiadas cosas, pero eran precisamente estas en las que el estaba satisfecho con saber que Tadashi le protegía sin importa que o de quien.
-Dashi, ¿Puedo dormir contigo?- estiró la manga de su hermano, mientras esperaba que este se despertaba. A diferencia de el, el oji marrón no tenia el sueño pesado.
A pesar de estar arriba de la cama, creía conveniente preguntarle al mayor de ambos si podía quedarse, lo mas lógico seria que al pedir permiso se subiera, el único problema es que como tenia miedo a que le jalaran debajo de la cama, el no iba a ser lo suficiente inconsciente como para darles la oportunidad.
-No te preocupes, ven- señaló con su mano el sitio libre levantando las cobijas a su lado para que el menor se metiera entre las cobijas.
-Gracias Dashi- sonrió entre sueños, mientras que se metía entre los brazos de su hermano mayor, tomando una posición mas cómoda.
-Siempre te voy a ayudar- susurró aprisionando mucho mas el cuerpo de su pequeño hermano, ambos intentaban mantener el calor en esa fría noche de invierno.
Esa noche Hiro nunca mas tuvo alguna pesadilla, porque junto a Tadashi se sentía protegido, eran esas veces en que realmente agradecía tener un hermano como lo era el suyo, a veces no sabría que hacer sin el.
-Por favor, mejor vamos otro día, ¿Si?- anhelante juntó sus manitas viendo a su hermano desde abajo, esperando que realmente le hiciera caso.
El otro solamente negó con la cabeza, tomando eso como una rotunda negativa, pero su sonrisa era simplemente de burla, como si le enterneciera que Hiro hiciera algo como eso. No pudo evitar frotar los cabellos del mas chico, preparándose para el reniego del menor.
-Hiro es nuestra obligación asistir- indicó feliz, le cambió la camiseta de pijama por la de la escuela. El otro solo restregaba sus ojos.
-Debiste decirme que así era, hubiera esperado al menos un año mas- dejó caer su cuerpo lo mas fuerte que pudo a la cama como si con ello el mas grande no lo fuera a jalar.
-Vamos levántate, tenemos que asistir al colegio- lo tomó de los brazos y se lo cargó como un costal de papas, aunque intentaba bajarse, finalmente se dejó hacer, con una sonrisa y relajado después.
Cayó dormido antes de darse cuenta, no le importó demasiado porque sabia que Tadashi estaba ahí para estar con el.
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Lo suponía, al principio no estaba muy seguro de lo que sucedía, pero de solo recordar la mueca de su hermano cada vez que lo mencionaba o hablaba sobre él, era como de molestia con solo recordarlo. Suspiró frotando su nariz contra el pupitre tenia que hallar la manera de reparar el daño que había hecho, porque intuía estaba seguro de porque sucedía todo.
Apenas el pelirrojo había llegado a la escuela, se había dejado de juntar solo con Tadashi, como si se volviera su segunda opción, de a poco, cuando no entendía algo, dejaba de recurrir al otro, no le había dicho lo mucho que lo molestaban los chicos, pues con las niñas ya se había solucionado.
¿Cómo podía ser malo estar con sus hermanos?
Por eso, las niñas no le llamaban la atención, eran demasiado ruidosas, huecas y extrañas. Aunque tía Cass le dijo que eso cambiaría dudaba que eso fuera cierto.
-¿Sera suficiente con esto?- miró el pastelillo de forma dudosa, no lo había probado, aunque alguna vez ya lo había hecho, se sentía inseguro porque esta vez era para regalo.
Quería que todo saliera perfecto, porque deseaba con todas sus fuerzas que Tadashi sonriera como siempre, no con esa mueca haciéndose pasar por una sonrisa, indeciso, subió las escaleras de una a una, cuando por fin llegó estaba mas que complacido con haber cruzado todo el cuarto sin tambalearse.
-Dashi, ¿Puedo pasar?- preguntó aferrando de manera nerviosa el platillo sobre sus manos. Recibiendo un escueto si.
Inseguro, se adentró en la habitación, tomando también con sus manos mas fuerte el postre que llevaba entre ellas, aunque el había terminado la tarea, parecía que Tadashi aun no terminaba, optando entonces por solo dejar en la mesa el pequeño obsequio.
-¿Qué es esto Hiro?- miró el pastel sorprendido, se veía muy bonito con letras perfectamente hechas diciendo un...
-Te quiero Tadashi, lo siento- dijo el pequeño jugando con sus dedos de manera nerviosa.
-No importa ya Hiro- lo tomó entre sus brazos cuando lo tuvo lo suficientemente cerca.
Estuvieron riendo después de eso, compartiendo el postre y mancharse el rostro en el proceso, aunque Tadashi aun tenia una sonrisa agridulce como si todavía no estuviera seguro del todo, preferiría mil veces eso, a una falsa o inexistente, al menos sabía lo que sucedía.
Porque así podría solucionar el problema de manera eficaz, a veces, pensaba en lo necesario que era Tadashi para él.
Miró al mayor triste, tomando aún su manga sin soltarlo, porque no quería hacerlo, quizás no volvería a verlo, era una corazonada muy lejana, pero lo más seguro es que fuera cierta, el chico le sonreía con pena. Era la última vez que se verían, y el no quería dejar a una persona tan importante para él, no como lo era Hiro.
-Tranquilo, prometo que volveré. Algún día lo haré- le dijo mientras acariciaba su mejilla con cuidado, los ojos marrones de Hiro se encontraban levemente húmedos y rojizos. No le gustaba verlo así.
-¿Lo prometes? Te voy a extrañar mucho Ann- en menos de un segundo, el pelinegro abrazaba con fuerza al pelirrojo, dejando escapar algunas lagrimas.
-Anthony, teneos que irnos ya. Despídete de tu amigo ahora- habló autoritaria la mujer antes de tomar las maletas del niño y ella para irse antes.
-Te lo prometo, ahora déjame ir Hiro- le dio un pequeño beso en la frente, despeinó por última vez su cabello negro y se fue, no volteó atrás ni una sola vez, porque sentiría que lloraría como nunca lo había hecho. Porque Hiro era su mejor amigo.
Tadashi miraba la escena un poco lejos, sin querer inmiscuirse demasiado en aquella despedida, entendía lo que su hermano estaba pasando mas o menos, aunque no podía decir si era igual, cuando sucedió lo de sus padres el no sabía que no los volvería a ver. Cuando vio que su hermano bajaba la cabeza, se acercó por atrás dándole un abrazo fuerte.
Recordó lo que una vez le había preguntado su amigo ¿Quién es mas importante, yo o Tadashi? En ese momento, no supo contestar, pero ahora, mientras afianzaba mas su pequeña mano a la de mayor tamaño pensó que lo más importante era su hermano.
Se despidió con una mano al avión que ya estaba por despegar, lo más seguro es que le viera. Porque siempre lo apoyaría cuando la necesitara, porque el se quedaría mientras los demás lo abandonaban.
Ambos intercambiaban miradas, eran bastantes parecidas con las mismas intenciones, el ceño fruncido de ambos se intensificaba cada vez mas, tomando en cuenta lo molesto que se encontraban ambos. El menor, tomó con una mueca el robot en sus manos, estaba por salir cuando el mayor le detuvo.
-¿Qué se supone que harás?- preguntó con cierto enojo en su voz, apretando el brazo del azabache sin hacerle mayor daño o incomodidad.
-¿No es obvio? Me voy a las peleas robóticas- volteó los ojos cuando el mayor suspiró frotando su cara con desesperación, ¿Qué se supone que era esa mueca?
-Sabes algo, voy a llevarte yo- replicó el mayor, ¿Era posible? Por fin se habían hartado de detenerte y finalmente, aceptarían que querías asistir a las peleas donde siempre ganaba.
-Vamos entonces- incitó el menor de ambos, si conseguía que le tomara cariño, igual y empezaba a llevarse mejor con estas, finalmente entendería que el que fuera ilegal apostar en ellas no era tan malo.
… Mejor olviden lo ultimo que había dicho.
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-¿Qué hacemos en la universidad de nerds? Preguntó antes de haber visto el interior y los peculiares personajes que dentro de ella había, con una sonrisa se adentró al laboratorio de su hermano.
-Antes de ir a esa pelea quería mostrarte algo- tomó un pedazo de cinta ¿Amordazarlo era su plan para que no fuera? No iba a dar resultado.
-¡Auch! ¿Por qué hiciste eso?- preguntó Hiro sobando la marca rojiza que le había quedado, entonces fue ahí cuando escuchó como si algo se estuviera inflando.
-Hola soy Baymax tu asistente medico personal, ¿Cómo puedo ayudarte?- preguntó una especie de malvavisco gigante, Hiro miró impresionado el robot.
Tadashi que se encontraba a unos paso de él, sonreía complacido, respondiendo cada pregunta o duda que le podía surgir al menor, finalmente, después de un "-Estoy satisfecho con tu servicio-" el robot blanco se desactivó guardándose nuevamente en su caja.
-¿Qué te pareció Hiro?- preguntó con una sonrisa, alborotando los cabellos azabaches de su hermano menor, mientras que se quejaba de ello.
-Eres increíble Tadashi, ¿Por qué decidiste construir algo así?- preguntó el oji marrón, buscando planos del robot para saber su desarrollo o cosas así.
-¿No te gustaría hacer ese tipo de cosas o mucho mejores?- colocó una mano sobre el hombro de su hermano, mientras que el otro suspiraba.
Ahora entendía su plan, uno que había funcionado por cierto.
-Esta bien, ¿Pero como podría entrar a la universidad?- cuando vio la sonrisa complacida de su hermano, supo que estaba haciendo lo correcto.
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Miles de hojas botadas alrededor de su escritorio, con el lápiz desgastado en la goma de borrar, sus cabellos azabaches –si es que era posible- mas despeinados de lo que recordaba, mientras trazaba, observaba, arrancaba.
Cada supuesta idea que tenia se le hacia insuficiente para proponerla como una exposición que le aseguraría el lugar ganador. En este momento, se encontraba solo en la habitación, pues pidió lo dejaran solo porque así se podría concentrar mejor.
No había bajado a desayunar o comer, por como iban las cosas lo mas seguro es que tampoco bajase a cenar, su hermano debía estar preocupado pues siempre solía cuidarle además de que le gustaba ayudarle.
Solo que esta vez, realmente quería ingeniárselas sin su hermano, no precisamente porque le fastidiara su apoyo, mas bien, era la extraña sensación de querer hacer algo tan sorprendente, lo suficiente para que Tadashi estuviera orgullos de el.
-¡Solo tienes que darle un nuevo enfoque a las cosas!- lo tomó de manera desprevenida por los pies, cargándolo sobre su espalda y parte de sus hombros.
Girándolo, pese a sus reclamos realmente se estaba divirtiendo, entonces fue cuando su hermano mayor le paró que se percató del pequeño robot que había hecho para las luchas robóticas, aquel que tenia una carita pintada sobre amarillo para darle un aspecto mas inofensivo.
¡Tenia una idea! Y no cualquier idea, una perfecta.
-¡Lo tengo, es perfecto! Gracias, debo ir a trabajar- gritó lo mas efusivo que pudo, se dirigió corriendo en cuanto el azabache mayor le bajó.
Finalmente, aceptó que el hecho de que Tadashi le ayudara siempre no era realmente algo malo, esa era la fortaleza de ambos mezclados, entre hermanos se ayudan y apoyan, ellos no iban a ser la excepción. Porque aunque nunca lo admitiera, realmente eran mas unidos que cualquier otros par que él hubiera visto.
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Todos los días, sin descanso, continuando sin ninguna interrupción –a menos que se quedara dormido- trabajó en sus microbots, al día siguiente seria el indicado, en que por fin, finalmente, ganaría solo para demostrarle a Tadashi lo que su talento –como solía llamarlo el mayor- se aprovechaba de esa forma.
Esos momentos de extenuante cansancio, valían la pena, si veía en los ojos y sonrisa de su hermano el orgullo, además, a pesar de tener que asistir a la universidad, estuvo a su lado, ayudándola como pudiera –o como el se lo permitiera- incluso algunas noches arropándolo o llevándolo hasta su habitación para que descansara mejor.
En serio, no podría pensar que haría sin Tadashi cerca de él apoyándolo.
Tadashi le ayudaba a salir adelante…
Tadashi le ayudaba a ser una mejor persona…
Tadashi le daba un nuevo angulo a las cosas…
Tadashi siempre iba a estar ahí para ayudarle…
Una noche faltaba para que su proyecto fuera conocido por los profesores de la Universidad en SanFransokyo, en poco tiempo el estaría ahí, la idea de estar solo, hablando frente a miles de personas le aterraba, sabia que solo tenia que mirar a Tadashi para sentir la seguridad recorrer su cuerpo nuevamente.
-¿Estarás ahí, cierto?- preguntó como si rectificara solo la verdad o algo inevitable. Aunque si la respuesta fuera positiva el podría estar felíz.
-Estaré en primera fila, ¿Acaso no me crees?- dijo con burla al otro lado de su separación, pues acababa de quitarse la camisa.
Hiro como un mero impulso, no corrió pero si intentó ser lo mas rápido posible, se hundió en el pecho desnudo del azabache, mientras sonreía con genuina felicidad, realmente, no sabría que hacer sin su hermano...
Y tampoco quería averiguarlo.
-Gracias por todo- susurró separándose de su hermano con una sonrisa tenue, pero la más significativa que alguna persona -a excepción de Tadashi- hubiera visto.
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Despertó sudando con una terrible pesadilla aun marcándose, asustado se encogió en la cabecera de su cama, apretando en el proceso su almohada. Se levantó rápidamente, casi corriendo a la otra, pero esta vez no era por miedo a que le jalaran los pies.
Oh no, esta vez, solo quería comprobar si quien estaba en su sueño seguía ahí, para su fortuna esta se encontraba roncando ligeramente, acaricio su cabello para ver si encontraba el gusto que tenia el otro con el suyo. Simplemente, siguió sin entenderlo.
-Dashi, ¿Puedo dormir contigo?- preguntó con la voz entrecortada, algunas lagrimas querían salirse de sus ojos, pero el no iba a permitirlo.
Aunque había tardado al contestar, él sabia, que siempre iba a contar con el otro para lo que fuera, sus predicciones –o mas bien probabilidad- estaban en lo correcto.
-Ven, sube antes de que te enfríes- aquella escena de un Hiro pequeño refugiado en los brazos de su hermano se repetía, los fines eran los mismos, el temor era lo distinto.
Esa noche, el azabache de cabellos rebeldes se aferró con mucha mas fuerza de lo que lo hizo alguna vez, ya no era un niño pequeño pero se sentía de esa manera, porque a pesar de no tener miedo desde hace años algo había asaltado su mente, esa sensación era tan real que aun le provocaba escalofríos.
Realmente sintió que le iba a perder para siempre.
¿Es normal tener miedo de un sueño? Algo que es irracional a que suceda, ¿Esta bien temerle? Esa sensación de temor, la voz quebrada por mi llanto, aquel grito ahogado…
El cuerpo de Tadashi alejándose, y yo incapaz de detenerle.
Miró el rostro relajado de su hermano, durmiendo, optando el también por hacerlo, se recostó contra el otro con mas cercanía, cerrando los ojos, despejando aquella extraña pesadilla. Inundando sus sentido con cualquier tontería pero una voz lejana, que no pertenecía a su consciencia, se lo repetía.
… Es imposible que algo como eso suceda-
Se convenció así mismo, antes de caer en la inconsciencia, una voz susurrante dentro de su cabeza le dijo.
... ¿Cierto?-
Los vestigios de aquel sueño, eran casi cosa del pasado, puesto que a pesar de todo, aun tenia la sensación de haber perdido algo importante, aunque en estos momentos, ya no recordaba muy bien el que era.
Es mañana, despertó junto a su hermano, el cual estaba sujetándolo fuertemente, como el había estado haciendo antes, era algo extraño, le perturbaba tenerlo tan cerca, aunque no estaba muy seguro de la razón de ello, aparte, ¿Cómo era posible que Tadashi aun no despertara? El dormilón era él.
-¿Cuánto tiempo seguirás viéndome así?- preguntó el azabache tomando impulso para levantarse.
Inmediatamente, le soltó dejando que este pudiera ir a la ducha sin ningún problema, apenas de pie, revisó el reloj con una mueca inconforme, dejándolo de nuevo sobre la mesa de noche.
-Si me visto ahora, llegare tres horas tarde a la universidad- indicó el oji marrón mientras se devolvía a su cama para dormir un poco mas como pocas veces hacía.
-Perdón, te desperté muy noche, ¿Pudiste volver a dormir?- preguntó el azabache menor, mirando las leves ojeras en el otro.
-¿Esto? No te preocupes, me pasa todo el tiempo, además después de que llegaste pude dormir- respondió el chico sin ningún remordimiento o tono especial en su voz.
Convencido, se dejó caer sobre la cama, tomando entonces la almohada de Tadashi pues es lo que acostumbraba hacer con las suyas, a pesar de estar bien despierto, y de que aquella pesadilla ya ni siquiera la recordaba, no iba a dejarla pasar, algo se lo recordaba, en algún momento lo recordaría.
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······
La presentación había sido un éxito, realmente, nadie podría haberla arruinado, excepto el y sus malditos nervios, los cuales lo hicieron fallar en sus palabras algunas veces, pero Tadashi estuvo en primera fila como prometió, le bastó solo con verlo para saber que alguien a pesar de si ganaba o perdía creía en el.
-¡Iré a la universidad!- gritó cuando dejaron las instalaciones del auditorio del plantel.
Todos rieron con la reacción infantil, tía Cass comenzaba a hacer planes para una pequeña fiesta que organizarían esa misma noche a favor de la beca de Hiro, finalmente, cuando estaban por irse, Tadashi les pidió que se adelantaran, que el se llevaría Hiro en la motocicleta, algo reticentes, la castaña los dejó atrás.
-Estoy muy orgulloso de ti, hubieras causado mas impacto si no hubieras tenido el cierre abierto- dijo burlón el mayor de ambos recibiendo un pequeño golpe en el hombro.
-¡Deja de bromear!...- el azabache soltó algunas carcajadas cuando se percató de la vergüenza de su hermano, además de que comprobaba lo dicho, siendo efectivamente cierto.
-De todas formas, es enserio, lo hiciste increíble Hiro- dijo el chico tomando a su hermano en un abrazo, por primera vez no se resistió al contacto
-Gracias Tadashi, pero tu también ayudaste- respondió el otro, entre burlas se estuvieron molestando el uno al otro.
Hasta que el sonido de una explosión se escuchó a lo lejos, y algo en su interior le decía, prácticamente suplicando que no le dejara avanzar.
Que tal? Que tal? Todo se puso demasiado frágil, pero no, aún no llegamos a lo que sucede en la explosión. El próximo capítulo no es relleno pero ya saben que no llevo un orden exacto así que pueden ser de otro tiempo, pero prometo volver con un capítulo el próximo miercoles.
Si alguien de Amor Yaoi lee esto, lamento no haber actualizado allá, pero no me dejan hacerlo por alguna extraña y misteriosa razón que aún desconozco.
Chao! Hasta el miercoles.