Había una vez, en un lugar muy, muy lejano, un sitio bastante cutre. Pero cutre, cutre. Era tan cutre que lo llamaremos Centro Cutrez.

A Cutrez iban los más marginados de la sociedad, que tenían problemas y no podían solucionarlos por cualquier motivo, por ejemplo, falta de dinero.

Había abierto hace un año y aquel septiembre empezaba el segudo curso. Y era tan cutre que solo tenía seis personas. Claro, que en aquella nueva promo se había apuntado más gente.

El centro consistia en contadas habitaciones, comedor, salón y un baño para todos porque eran muy cutres. También había una sala pequeñita con dos sillones que hacía de "psicólogo", o eso se intentaba. Y también había clases.

Catorce personas y un señor con las manos tan grandes, tan grandes que le apodaron Master Hand se hallaban en una sala con veinte sillas. Veinte porque se pensaron que Cutrez iba a tener más gente, pero no.

Era el primer día del año y tenían que presentarse. La mayoría que estaban ahí habían ingresado por problemas mentales, pero también habían algunos por problemas con la ley. La primera en levantarse fue una chica de pelo azul, con una máscara.

-... Me llamo Marth...

-¡Por última vez, Lucina, no eres Marth! Eres su nieta... - Contestó un joven de pelo blanco que estaba sentado a su lado.

-... - La peliazul frunció el ceño. - Cállate. - Dijo, seria.

-¡Quítate esa máscara! ¡Y esa ropa!

El peliblanco se lanzó encima de su amiga, tirándola al suelo, y trató de quitarle la máscara.

-¡Suéltame, idiota! ¡Te mataré!

Master Hand, con sus manos gigantes, les separó.

-Bien... Ambos están aquí porque tienen un trastorno de personalidad. Lucina, no eres Marth. Robin, no eres una chica.

-¡Sí soy una chica! - El joven de pelo blanco llamado Robin se había dejado el pelo largo y se había puesto dos coletas.

-¡Impostor!

Robin consiguió quitarle la máscara a Lucina, la cual se tapó las manos avergonzada.

-¡Eres un idiota...!

-¡Embustera!

-¡Transexual!

-¡Imb...!

Ambos se ganaron una bofetada por parte de Master Hand, pero eso no consiguió que dejasen de pelear. Master Hand decidió pasar de ellos y continuar con las presentaciones.

El siguiente en ponerse de pie fue Captain Falcon.

-Bien... Falcon, ¿no?

-¡Yesh! - Dijo, poniéndo una pose que erizaron los pelos de todos los presentes, sobretodo los de Ness.

-¿Sabes cual es tu problema?

-Estoy aquí porque resulta que robar un coche, que obviamente iba a devolver, pasarme límites de velocidad, no tener carnet y provocar algun que otro accidente le molestó bastante al juez.

-Es más que razonable. - Afirmó Master Hand. - Pero con nuestra ayuda, saldrás adelante y dejarás de infr...

Cuando se dio cuenta, notó que Falcon le estaba ignorando porque estaba hablando con Lucina.

-¿Y qué me dices, muñeca? ¿Te llevo a dar una vuelta...?

-... - Lucina apretaba los puños, sonrojada. - Aléjate...

-¡No toques a mi amiga! ¡Pervertido! - Gritaba Robin, avergonzado, y un poco celoso.

-¡FALCON! - Gritó Master Hand. - Deja a esas chicas... Digo... ¡Chicos!

Robin no se dio por aludido y gritó un "¡Que Lucina es una chica, aunque se crea Marth!" lo que provocó otra pelea entre los dos compañeros, que Falcon trató de resolver para que Lucina le hiciera caso.

-¡FUERA! ¡LOS TRES! - Y la verdad es que aquel chico con manos enormes daba miedo, porque automáticamente los tres se fueron derechitos de la sala. Falcon solo se fue para seguir a la peliazul y tenerla controlada.

Aún fuera de la habitación, se seguían escuchando los gritos de Robin y Lucina.

Unos segundos más tarde se levantó un niño pequeño, con gorra y vaqueros.

-¡Me llamo Ness y vengo de Eagleland!

-Viene de Estados Unidos. - Susurró Master Hand al resto de la clase.

-Poseo telepatía, así que no penseis cosas raras cuando estoy cerca. ¡Y puedo teletransportarme! Se hablar con los animales, además. Y... Puedo haceros arder con un solo gesto de mi dedo. - Sonrió, dándose aires de grandeza.

-Ness está aquí por un trastorno de... Eh... Que se cree mago, o algo asi.

-¡Tengo poderes psíquicos! -Protestó aquel niño.

Todos los presentes se quedaron embobados mirando sus ojos púrpuras.

-Espero que seamos todos amigos y que nos llevemos bien. - Y finalmente se sentó, sonriendo.

-Bien... ¿Quién quiere ser el siguiente en presentarse? - Nadie dijo nada durante un rato muy incómodo. - De acuerdo... Levántate, Lucas. - Dijo Master Hand.

Lucas agachó la cabeza, acariciándose el brazo, sin moverse de su asiento.

-...

-Lucas...

-Me... Me llamo Lucas...

-Eso ya lo he dicho yo...

Eso provocó que algunas personas soltarán risas, haciéndo que se avergonzara aún más.

-...

-¿Por qué estás aquí, Lucas?

Y el rubio rompió a llorar, agarrándose las rodillas y escondiéndo la cara entre sus piernas.

-Lucas está aquí porque no sabe controlar sus emociones. - Se respondió a si mismo Master Hand.

Ness se levantó y se puso a su lado.

-¡Tranquilo, Lucas! ¡Somos tus amigos!

El rubio de ojos azules llamado Lucas contestó con un pequeño sollozo.

-Eh... Bien... Ness, compartirás habitación con Lucas, y así le ayudarás a integrarse.

-¡Claro! ¡Lo pasaremos muy bien! ¿Verdad?

Lucas se secó las lágrimas y miró al suelo, estremeciéndose al sentir la mano de Ness en su espalda. Escuchó algún que otro "¿Estás bien?", pero no contestó.

-Bueno... - Tosió Master Hand. - Terminemos cuanto antes. Popo y Nana...

Dos chicos exactamente iguales excepto por el pelo se levantaron al mismo tiempo y empezaron a hablar a la vez, como si estuviera ensayado, pero parecía bastante natural.

-¡Somos Nana y Popo! - Gritaron a dúo!

Master Hand comprobó sus fichas.

-Popo está aquí por tener severos problemas mentales. Nana... No sé que haces aquí, Nana.

Una chica sentada detrás de los hermanos (que se habían puesto a jugar a las palmas) le tiró una bola de papel a Popo, el cuál, cuando analizó lo que le había pasado tras diez segundos, comenzó a llorar muy fuertemente.

-Va a ser un curso demasiado largo... - Pensó Master Hand.

Nana empezó a llorar también.

-A ver, ¿por qué le has tirado la... Bola de papel esa?

La chica, demasiado pálida y con coleta, sonrió de lado.

-Que se joda...

-¡Perdone a mi hermana! - Gritó el chico que estaba a su lado, que era su gemelo. - No lo ha hecho con mala intención... Disculpe... Lo lamento... - Hizo más de cien disculpas en menos de tres segundos a los hermanos que estaban llorando todavia.

-¡NANA, ME VOY A MORIR! ¡ME DUELE!

-¡AGUANTA, PUPU!

-¡LO SIENTO! Mi hermana está en un mal momento... Es que lo está pasando difícil... No volverá a ocurrir...

Master Hand volvió a comprobar sus fichas.

-"Entrenadora" está aquí por bandalismos en el gimnasio. Su hermano está aquí por... - Miró detenidamente el papel. - Por "calzonazo."

-¡No soy un calzonazo! - Y empezó a llorar él también.

La entrenadora, detrás, estaba tirándole del pelo a Lucas mientras daba patadas a Ness, los cuales tambien estaban llorando.

Detrás de la puerta se escuchaban los gritos de Robin y Lucina.

-¡LUCINA, ALÉJATE DE ESTE PERVERTIDO!

-... ¡CÓMO OSAS TRATAR ASÍ A MARTH!

Al fondo de la sala, entre los gritos y los lloros (y los ruidos de las sillas que la entrenadora rompía) se encontraba un niño. Aparentemente era un niño normal. Llevaba el pelo corto, una camiseta roja y pantalones negros. Movía sus piernas de alante a atrás, jugando con un palo.

Pero poco a poco, cuando todos vieron su sonrisa y su forma de mirar la sala, se callaron automáticamente, y dejaron de llorar.

Excepto la entrenadora y su hermano. Ella siguió rompiendo sillas y él siguió pataleando en el suelo con poses poco femeninas.

-¿Quién es ese...?

-Da miedo...

-Escuché que estaba aquí por prenderle fuego a toda su aldea...

-Vamos a morir...

-Ness, abrázame...

-Abrázame tu a mí, Lucas...

-Nana, protégeme...

-Ayayay...

El chico se quedó quieto, sonriéndo, y mirándo a todos los de la sala.

-Este es Murabito... Es... - A Master Hand le daba miedo mirarle a la cara, así que se centró en su ficha. - Está aquí por pescar peces demasiado pequeños y venderlos, por comprar obras de arte falsas, talar árboles y... Y... Por darle con la red a sus vecinos.

Todos palidecieron del miedo.

-Es temible...

-No tiene escrúpulos...

-Murabito... Quieres... ¿Quiéres irte a tu cuarto y descansar? - Dijo Master Hand, acariciándose la nuca.

El chico se levantó y se fue, sonriéndo bajo las miradas aterradas del resto de la gente, y los sonidos de la entrenadora rompiéndo un par de ventanas.

-¿Quién quiere ser su compañero de habitación?

Todos enmudecieron, mirándose unos a otros.

-¡Yo mismo! - Dijo un chico vestido de azul, con ojos exageradamente grandes y con los calzoncillos (azules) por fuerza.

-¿¡Estás seguro?!

-Qué valiente...

-Va a morir... - Susurraron algunos.

-¡No me da miedo! Al contrario, me parece adorable. - Contestó aquel chico.

-Bueno, ya que estás, presentate.

-Me llamo Megaman. Soy un robot creado por mi padre, el doctor Thomas Right para ayudarle en...

-Estás aquí porque vives en un mundo creado por tí.

El chico vestido de azul le miró sin comprender.

-He sido programado para...

-Vete a tu cuarto, acompaña a Murabito. - Dijo Master Hand, que no le apetecía escuchar historias.

-¡Pero yo...!

No dijo nada más y se fue.

Quedaban cinco personas por presentarse.

Un chico moreno, vestido de blanco con unos pantalones negros, pulseras doradas enormes, sandalias y hojas en la cabeza se levantó.

-¡Me llamo Pit! ¡Soy el fiel servidor de la diosa Palutena! ¡Y espero que esta noche haya yogurt griego de postre! - Dijo cantando mientras daba vueltas riéndose.

Una chica que se encontraba detrás de él, de pelo verde y largo, con un vestido blanco lleno de encajes se levantó también.

-Soy Palutena. Estoy aquí para una pequeña... Uh... Intervención divina. - Dijo riéndose.

-Vosotros dos estáis aquí por creeros "celestiales inmortales."

-¡No hables así a Lady Palutena! - Dijo Pit, hinchando sus mofletes.

-Estos simples mortales... - Rió la peliverde. - No tienen respeto ni siquiera por sus superiores. Ya se pudrirá en el inframundo dentro de unos pocos años.

-¡Larga vida a Palutena!

Master Hand rodó los ojos.

-¿Falta alguien por presentarse? Oh, Toon. ¡Háblanos de tí!

Un chico rubio, pequeñito y menudo, vestido de verde y con los ojos muy grandes miró a su alrededor.

Algunos suspiraban impacientes, Ness sonreía intrigado, la entrenadora pegaba a su hermano el cuál pataleaba y Master Hand miraba su ficha.

-Estás aquí porque no puedes controlar tu rabia...

-... - Decidió callarse y no decir nada.

-Bueno, si no hay nada que decir... Asignaremos las habitaciones y podréis iros a dormir.

Es la primera vez que utilizo a ciertos personajes, si me equivoqué con su personalidad o algún problema con ellos lo siento, pero bueno. Se agradecen los comentarios y los apoyos, gracias por leer.