Aaay... qué día...

Hola de nuevo, aquí tenemos un capítulo más de Vocaloid Gakuen (voy a tomarme un buen descanso tras esto), que espero les guste, o tal vez no les guste del todo...

Pero bueno, ese no es el caso, mi deber moral es terminar lo que empecé, así que este fic no parará hasta que se de por concluído el capítulo final. He dicho. Por favor comenten, y si tienen alguna duda sobre este fic y su desarrollo, pregunten nomás, tengo tiempo para ello, aunque no soy de responder puntualmente.

PD: Mis condolencias para Paris...

Sin más qué acotar, allí tienen su continuación.


No es fácil convivir con ellos


¡Finalmente ya me acuerdo quién es ese tal Kaito!

Era ese sujeto que mencionó Karen y la directora Miku hace poco. Esperen… Creo haber escuchado algo más…


Flashbacks tape Nº1 running…


Argh... Son tal para cual; un cuarteto de odiosas fujoshis.

-¿Cuales son los mejores Vocaloid en tu opinión, Karen?

Len Kagamine, ¿verdad? ¿Es ese niñito al que traumaste de por vida?

-Pues... esto... Mis favoritos son Len, Kaito, Yohioloid y Bruno.

¿Qué? ¿Y esos otros tres quiénes son?

-¡Lo sabía! Es cierto, Len es un lindo. Kaito es taaan sexy...

¿Sexy? ¿Se supone que debería reírme a carcajadas en este momento? Oh, sí, claro, debo reírme, porque ese peliazul, de apuesto, no tiene nada.


Romu-chan, deja en paz a sus fans. Ellas no te han hecho nada, ¿o sí?

Atte.: Tu conciencia.


Lo estaba mirando de forma sospechosa, como si quisiera sacar más defectos de él. Kaito andaba recostado sobre un sofá viendo la televisión, en el que se transmitían posibles programas "de puros corazoncitos", con los mismísimos Vocaloid como protagonistas. Era una escena entre dos individuos que todavía no llegué a conocer.

Ok, ahora Kaito me está mirando. Parece que me quiere decir algo.

-Oye, Romu-chan.

-¿Qué quieres?- le pregunté.

-¿Por qué me observas tanto? Me siento incómodo cuando me miran mientras veo la tele.

-Porque hace un momento acabas de actuar muy raro. -le dije- Te escuché decir cosas extrañas después de que caíste al suelo.

-¿Como qué?

-Cosas como que no querías que...

Paré de hablar. Decidí que no era conveniente explicarle por un poquito de respeto.

-¿No quería que qué?

-Nah, olvídalo. Una pregunta, ¿No tienes tanto calor con esa ropa? Bufanda, saco, pantalones de invierno… ¿Acaso eso no es demasiado para un clima así en Yama?

-No siento calor. Yama no tiene clima, pero lo aparenta.

Así que este mundo sintético no tiene clima… Vaya que aún no estamos tan avanzados en tecnología…


Obvio que no, tontito. Esto no es SAO. Faltarían más años para que esto sea un poco "más real". Confórmate con esto.

Atte.: Tu conciencia.


-Ya veo... Muy bien, maestro Kaito, si no deseas ser observado, entonces me retiro al cuarto de invitados. Disfruta tus telelloronas.

-¿Tele… lloronas?- se preguntó el peliazul.

Retorné a la habitación y volví a descansar. Fue ahí donde descubrí que en ese mismo lugar había una computadora, así que aproveché y me abalancé rápidamente hacia una silla, me senté y me posicioné frente a dicho equipo para encenderlo.

-¡Qué hermoso ordenador! Ojalá tuviera uno así en mi casa…

Aunque creo que ni en sueños lo podría tener…

No necesitaba contraseña para ingresar a ella. El fondo de escritorio era la insignia de la Academia Vocaloid, junto con los cinco Vocaloid más representativos del plantel. La directora Miku al medio, Kaito a su derecha, Len a su izquierda, una tipa pelirrosa (que más tarde sabría que era Luka Megurine, la misma quien molió a Elías a golpes) al extremo derecho y la maestra Rin al extremo izquierdo.

-¡Un momento! Len y Rin son muy idénticos. Ah, ahora ya comprendo por qué la señorita Agujas Locas me era tan familiar...

Sí, lo sé, no tenía idea en ese momento que estos dos jóvenes maestros eran "hermanos", posiblemente "gemelos", pero no importaba en ese momento, solo me concentré en ver qué más había en el escritorio de la computadora.

-A ver "Historia de Yama", "Guia del principiante", la clásica "Papelera de Reciclaje", "Galería de musicales", "Buzón de peticiones", "Registro de estudiantes"… Se ve que no hay videojuegos aquí. ¡No hay ni un carajo de entretenimiento! –exclamé- Mejor apago este trasto inservible. Es una pérdida de…

Justo cuando quise apagarlo, la curiosidad me atacó, y con fuerza.

-Aguarda, "Registro de estudiantes" debe de tener algo de interés…

Accedí al programa y me llevó hacia una ventana que me daba la bienvenida y me daba tres opciones: "Turno Tarde", "Turno Mañana" y "Ayuda". Ingresé a "Ayuda" primero (porque entrar a un lugar sin conocer nada te obliga siempre a pedir una manito). Allí me dio datos útiles para entender de qué iba este registro de estudiantes de la Academia Vocaloid.

Entendí qué son créditos, rangos, fama, logros (sí, esos retos que son desbloqueables en los videojuegos), y méritos en un estudiante.

Pues bien, regresé al menú y escogí "Turno Mañana", para luego trasladarme a una lista de opciones más. Dicha lista mencionaba las salas de Clases de toda la Academia. Elegí la Clase 4, y finalmente llegué a la lista de todos mis compañeros de clase. Obviamente busqué mi nombre y lo seleccioné.

Esta fue la información que me ofreció:

Registro de Estudiantes de la Academia Vocaloid (Clase 4, Turno Mañana)

Sujeto: Rómulo Velásquez

Especie: Humano

Edad: 16

Rango: 1/10 (Iniciante)

Fama: -8

Logros: Ninguno

Méritos: Ninguno

Créditos: 5000

Seudónimo: Romu-chan

Testimonios referenciales:

"Es un joven englobado de muchos problemas."- Miku Hatsune, Día 2.

"Tuvo un vergonzoso incidente con su novia durante mi clase. Espero que no vuelva a pasar."- Maika, Día 1.

"Un niño rebelde que tuvo un merecido castigo."- IA, Día 2.

"Bromista pesado, indisciplinado y bribón insolente. ¿Cómo llegó aquí?"- Rin Kagamine, Día 2.

"Lo veo muy distinto a los demás. Tal parece que no tiene tanta afinidad con la directora Miku." – Lily, Día 1.

"Es un adolescente muy simpático."- Megpoid Gumi, Día 2.

Terminé de leer los testimonios y me quedé pasmado.

-Así que mi mala conducta se refleja en mi registro… Eso no me lo esperaba. Si la fama que tengo en la academia es negativa, ¿será porque he hecho algo malo? –me pregunté-¡Bah, tonterías! Voy a cerrar ya este programa, no me interesa esto.

Salí de allí e intenté ver qué había en los demás íconos. Ingresé de inmediato a la "Galería de musicales" y presencié un repertorio de eso mismo. Opté por escuchar una canción al azar y escogí a "I'm sorry, I'm sorry" como el video afortunado.


Espera, ¿qué qué diantres acabas de elegir? ¡No me jodas, Romulo! De todas ellas, ¿tuviste que escoger la canción más grotesca de Vocaloid?

Atte.: Tu conciencia.


-Pues bien, es hora de escuchar.

En unos segundos escuché la voz de Miku junto a un solo de acordeón. Lamentablemente, no podía entender el confuso idioma japonés, y menos sabía cómo activar los subtítulos, así que no tuve otra opción de seguir escuchando la canción como estaba.

-Sigo creyendo que estas voces son demasiado chillonas.

Y, tras un par de segundos escuché unos beats que me hacía recordar a una música electrónica.

-No fue mala elección después de todo. Presiento que viene algo interesante.


¿Interesante? ¡Pero claro! Ahora mismo me estoy traumando por esa horrenda letra.

Atte.: Tu conciencia.


Y bastaron unos segundos para alcanzar el drop que vino junto a un grito muy melodioso de la cantante. Ese momento fue increíble.

-¡Caramba! ¿Eso es dubstep? ¿O es acaso un nuevo género de música? Sinceramente ese ritmo no está nada mal… Me pregunto cómo será la letra… Quiero saber de qué trata…


No querrás decir lo mismo cuando te enteres, hermano. Te lo puedo asegurar. Maldición, ¡mis oídos no pueden soportar tanta perversión plasmada en una música!

Atte.: Tu conciencia.

Exildan: ¿Quieres unos tapones para los oídos, conciencia?

Conciencia: ¡Al fin! Gracias, viejo.


Pues, como me agradó la canción, no tuve otra que subir el volumen. De pronto escuché otra voz, que era de otro Vocaloid… pero estaba pronunciando mi nombre.

-¡Romu-chan!

-¿Qué fue eso?

Tuve que bajar el volumen de la música. Kaito comenzó a tocar la puerta muy bruscamente. Salí de la habitación ni bien este terminó de tocar.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué estás gritando?

-Es la canción…

-¿Qué tiene esa canción?

-Pues, verás…

Habla ahora o calla para siempre. No tengo todo el día para escucharte. Este ambiente me cansa…

-No es muy agradable… Mejor escucha otra.-me dijo.

-¿Solo eso? ¿Qué, acaso es una canción fallida o está fuera de tono? Para mí suena bien.


No sabes japonés, así que es más que evidente que esa música te pueda gustar sin entender nada.

Atte.: Tu conciencia.


Ya en ese punto, la canción terminó. Kaito decidió evadir el tema.

-Olvídalo. Disculpa por interrumpirte.

Volvió al primer piso de la casa y continuó viendo la televisión. Quedé extrañado en el acto.

-¡Qué pérdida de tiempo! ¿Acaso no tiene otra cosa mejor que molestarme cuando escucho música? Ugh… Detesto este lugar, debería irme a otra parte.

Me pasé andando por toda la casa de Gakupo, desde el tercer piso hasta su sótano. Tardé horas en pasear, y cuando terminé de hacerlo regresé al cuarto de invitados más aburrido de lo usual, aunque mi sorpresa fue grande cuando me enteré de que teníamos más visita.

-¡Ya llegamos! ¡Oh, miren quién está aquí! Mira, "Yohi", Kaito llegó primero.

Las voces las escuché desde el segundo piso de la casa.

-¡Gumi! ¿Qué te trae por acá?- preguntó Kaito, con un tono de sorpresa.

¿Gumi? ¿Por qué ella está aquí? ¿Y quién es ese tal "Yohi"?

-¿Qué crees tú, amiguito? Gakupo nos llamó a reunirnos aquí. A Yohi también lo llamó.

-¿Es cierto eso?-interrogó Kaito.

-Sí, Kaito, a mí también me llamó.- dijo él- Seguro que trae algo entre manos.

Yo también pienso lo mismo, quienquiera que seas.

-Verás, Gumi, también vino un estudiante aquí en esta casa.-intervino Kaito- Está en el cuarto de invitados. Dice que Gakupo le ofreció alojamiento aquí.

-¿De veras?

-¿Los Programadores autorizaron a que ese estudiante se quede aquí?- preguntó Yohi.

¿Qué onda con esos Programadores? ¿Por qué los mencionan a cada rato?


¿Es que acaso no te das cuenta, tonto? ¡Ellos forman un papel muy importante en todo esto! Fueron ellos mismos quienes crearon a los Vocaloid en este videojuego de rol.

Atte.: Tu conciencia.


-Supongo que sí.-respondió Kaito- Tal vez ellos no aplicaron una ley en que prohibieran a los Vocaloid ofrecer asilo a un estudiante de la academia.

-Bueno, entonces no podemos sacarlo de aquí. Estaría en contra de nuestro código. ¿Quién es él, por cierto?

No sé, pero no me parece que deban pronunciar mi nombre así por así…

-El chico se ganó una gran fama estos días. Muchos en la academia lo llaman Romu-chan…

Tengo un mal presenti-

-¿QUÉEEEEEE?

Lo sabía. ¿Por qué soy tan famoso? Ah, ya me acuerdo… Arigatou, Karen, por joderme el anonimato en este mundo.


Escúchame bien, joven despistado: Ni la señorita Karen ni la Academia Vocaloid son conscientes ni se hacen responsables de los malos entendidos que hagan de tu vida una mísera basura. Así que por favor, señor Romu-chan, ¡retira lo que has dicho en este mismo instante!

Atte.: Tu conciencia.


-Debería ir a saludarlo. Tal vez el destino nos quiere juntar.- dijo Gumi, llena de alegría.

-Y a mí el destino me la vuelve a jugar.- agregué, en voz baja.

Al cabo de unos segundos, Gumi me encontró, sentado en el suelo y con la cabeza agachada.

-Hola.

-Hola... -contesté, sin tratar de mirarla y hablando con tono de indiferencia.

Dio unos pasos con dirección hacia mí, como si estuviera tan interesada en mi presencia.

-¿Estás bien?- me preguntó.

Qué pregunta más tonta.

-Una persona que está frustrada y cabizbaja nunca puede estar bien.

-Puedes contar conmigo.- dijo Gumi.- Si me dices qué te aqueja, entonces podría buscar una solución a tu problema.

-No eres la persona indicada para eso.

-Insisto, Romu-chan.

No tengo tiempo para ser atendido por psicólogas, basta ya.

-Te pido que no lo hagas.

-Vamos, amigo mío. No quiero verte triste.

-¡Qué persistente! Por favor, déjame estar solo. No me estorbes.

Gumi se enfadó.

-De acuerdo, pues estarás solo... ¡junto a mí!

-¿Cómo?

-Y aquí mismo me quedaré.-prosiguió, mientras se sentaba a mi costado- No me iré hasta que me digas qué problema tienes.

-No, Gumi, esto no te importa. Vete de aquí, ¿quieres?

-Ya es tarde. Te estoy esperando.

Esto no puede ser verdad...


Sí, es verdad: El "Hurt/Comfort" acaba de invadir este fic.

Atte.: Tu conciencia.


El pasillo de la casa quedó en silencio, aunque no todo en absoluto. Se oía a Kaito charlar en la sala. Igualmente el ruido del televisor encendido era notorio.

Ya que estaba harto de tener a un estorbo junto a mí, tuve que explicarle mi problema para que Gumi se vaya.

-Quiero salir de aquí.-dije.

-¿Qué?

-Me obligaron a quedarme en la Academia Vocaloid. Fueron mis amigos.

-Lo sospechaba.-dijo ella.

-Bien, ahora dame una solución, Gumi. Dime cómo puedo largarme de aquí.

-No puedes. Debes quedarte hasta que los seis meses del periodo se concreten. Esa es la única solución que existe.

-Entonces no eres de ayuda después de todo. Solo tratabas de estorbarme. Igual, no creo que sea importante tu objetivo. Ahora sí puedes irte.

Se puso de pie y me miró muy disgustada.

-Escucha, Romu-chan: Estás equivocado si piensas que soy un estorbo. Solo quería que sonrías, pero ya que es inútil hacerlo por las buenas, entonces te haré feliz por las malas, ni más ni menos.

-Atrévete.-la enfrenté.

-Como quieras.

-¡O-oye! ¿Qué vas a...? ¡Au! ¡Espera, detente!

Gumi sostuvo mi antebrazo y me arrastró hacia el primer piso, teniendo que sufrir varios golpes cayéndome por las escaleras.


Como en los viejos tiempos…

Atte.: Tu conciencia.


-Voy a presentarte a un colega muy especial.-dijo- Seguro ambos se harán buenos amigos.

-¡No quiero que me presentes a nadie! ¡Solo déjame en paz!

Al final esta me soltó y rápidamente me levanté del suelo. Kaito y un sujeto rubio y alto me miraron sorprendidos.

-Mi cabeza…

-¿Romu-chan? ¿Te hiciste daño? – me preguntó Kaito.

-Noooooo, qué va…

-Quise animarlo para unirse a la fiesta, pero el jovenzuelo este no tenía ganas de nada.-aclaró Gumi.-Por eso, traté de darle un empujoncito y bueno… aquí está.

-No debiste ser tan ruda con él, Gumi. Míralo, está adolorido.-dijo el chico nuevo, quien presuntamente sería Yohi.

-Muchas gracias por su preocupación, pero ya estoy bien, lo juro.- le dije.- ¿Eres también un Vocaloid, no?

-Claro que sí. Mi nombre es Yohioloid, maestro especialista en Actuación y Baile. Cantante de habla anglosajona, a diferencia de la mayoría que cantan en japonés, claro.

-Pues… Es un placer.

A este tipo lo veo un poco más decente. Mucho más que el peliazul ese…

-¡Pero bueno! ¿A qué hora va a llegar Gakupo?- se preguntó la maestra Gumi.

Llegará en cualquier momento…

-¡Hola! Ya llegué, amigos.

-¡Al fin!- se alegró Kaito.

-Apenas vamos el segundo día de clases en la Academia Vocaloid este año ¿y nos vienes con una reunión urgente en tu casa?-dijo Yohioloid, sospechando -¿Qué es lo que tramas ahora, Gakupo?

Este suspiró. Parecía estar a punto de revelar algo interesante.

-Creo que ha llegado la hora de que ustedes sepan por qué les he llamado. –dijo.

Esperen, a mí no me ha llamado, yo quise quedarme aquí un par de días hasta que encuentre una habitación fija.

-Excepto el joven Rómulo, eso está claro.- añadió.

Ah, bueno, así pues sí.

-Dilo ya, que no puedo esperar esta noticia.- exclamó Gumi, desesperada.

-Bien, bien, tranquila, amiguita, que no es el fin del mundo. De acuerdo, he aquí el motivo: permítanme que se los muestre con esta fotografía.

Sacó la imagen de un estudiante de la academia y nos la mostró. Dicha muestra nos dejó un poco sorprendidos, en especial yo.

-Sé muy bien que ustedes lo conocen.

¿Qué es esto?

-¿Qué demonios hace él ahí?-pregunté.

Gumi igualmente se quedó casi sin palabras.

-Ese chico...

-Creí que era un joven de muy poca relevancia en la clase.-añadió Yohioloid.

Lo mismo digo yo. Alguien tan callado, misterioso y con cara de estúpido no puede ser el motivo de algo tan significativo para la Academia Vocaloid... O pueda ser que sí y casi nadie en el universo se haya dado cuenta.

-Yo mismo escuché un tesoro en su garganta. Este chico canta como los dioses. Puedo concluir en que el joven David Vera puede tener una enorme fama si se dedica de lleno a entrenarse para convertirse en un Vocaloid.

David Vera... No puede ser posible que él... ¡Esto debe ser un error!


Día 3

Academia Vocaloid – Clase 4

Esa sorpresa me dejó sumamente confuso. ¿David, una persona con casi la misma personalidad que los "kuudere", y más misterioso que el universo interdimensional, es un supercantante anónimo capaz de hacer suspirar a todo Vocaloid que lo escuche? A simple vista, cualquiera lo ve imposible. Tanto pensar en él y su posible voz me llegaron a causar pesadillas.

Pasé la noche en el cuarto de invitados de la casa de Gakupo. Y la verdad es que fui muy bien atendido. Terminada la reunión que organizó este, Gumi, antes de irse, me dedicó unas palabras de aliento que desearía yo olvidar:

"Romu-chan, espero que tú no te quedes atrás. Entre el canto, el baile y el teatro, tú tienes un talento inmenso que puede decidir por uno. Tu amigo David lo reveló en tiempo récord. Ojalá seas tú el siguiente en sorprendernos."

Mi respuesta mental fue:

"El destino me eligió para ser un donnadie en el arte. No me convencerán tan fácilmente."

De la misma manera, Yohioloid me dijo algo igual de innecesario:

"La directora Miku dijo que eras un chico que recibiría innumerables lecciones en esta academia. Sigo pensando en que tienes algo escondido en ese ser tan amargado e irritante que muestras. Igualmente pienso en que Maika sería una gran guía para ti. Y por cierto, lamento lo que tuviste que pasar con Rin Kagamine; a veces esa niña se excede un poco."

Y lo que respondí a ello fue:

"Rin se ha vuelto mi peor pesadilla, el mundo es demasiado pequeño para nosotros. Miku debió arrepentirse por traerme aquí. En cualquier momento lo entenderá."

Como siempre no pude evitar de agradecer a Gakupo por ser el único Vocaloid que me entiendió hasta el momento. De hecho eso esperaba…

Regresando al día 3 de esta durísima odisea, estaba a pocos minutos de llegar el nuevo maestro, y mientras tanto, les spoileé a César y a Elías explicándoles qué clase de "maestro" nos llegaría:

-Su nombre es Kaito. Es un peliazul y usa bufanda y un abrigo blanco y largo, como si fuera un saco…

-Parece tener buen aspecto.-comentó César.

-Sí, de hecho me hace recordar a cierto personaje…

-¿Se puede saber a qué clase de personaje te refieres, Elías?

-Ese "elegido" de Matrix. Creo que se llamaba Neo, o algo así…

-…

César y yo nos miramos como si hubiésemos visto algo sin sentido.

-Elías, ¿Desde cuándo eres tan malo haciendo referencias?

-Eh, bueno, es lo primero que se me ocurrió, je, je…-respondió, rascándose la cabeza.


Elías de por sí es malo en todo. No hay nada que no haga bien, al menos hasta ahora…

Atte.: Tu conciencia.


-Digan lo que digan, no evitarán la triste realidad, caballeros.-agregué- Ese sujeto… me demostró que el arroz se le ha quemado.

-¿El arroz… se le ha quemado?

-¿Qué, acaso no sabe cocinar? –preguntó Elías.

-No, no me entienden; me refiero a que lo marcaron con el "espejo de Venus" por error.- dije.

-Ah, ya veo. El señor Kaito es un Yakuza, ¿verdad? Apuesto a que esa marca es un tatuaje…

-Debe ser un maestro muy temido…

¡No, no y no! ¡¿Por qué carajos no me entienden?!


No, Romu-chan, tú eres el que no entiende. Kaito solo es un maestro afeminado. Además, ¿qué rayos tiene que importar si ese Vocaloid tiene otra clase de preferencias? No te va a afectar en nada, "vaca".

Atte.: Tu conciencia.


-¡Basta! Iré directo al punto, ¿está claro? ¡El maestro Kaito es un mari…!

-¡Ya está por venir! ¡Regresen a sus asientos!–exclamó Miyuki.

Argh, ¿justo ahora?

-Lo siento, amigo, pero ya debo ir a mi sitio.- dijo César, tratando de irse.

-Y yo también. Me quedaré atrás a evaluar qué tan genial es ese tal Kaito.- añadió Elías- Debe de ser todo un Casanova… Si fuera así, le pediría un par de lecciones de cómo conquistar chicas…

-Elías, ¿acaso existe un momento en que puedas dejar de pensar en solo eso?

Los tres nos dirigimos a nuestras respectivas carpetas y nos sentamos. Ya allí, arrugué la frente y esperé la llegada del instructor a quien muchas chicas lo califican de "sexy".

-En serio, Romu-chan, ¿Tanto te preocupas por mí? –insistió Elías.

Aquí viene otro malentendido…

-No, solo me preocupo por todas las idioteces que ocasionas. Manoseaste a una maestra de esta academia. ¿Sabes lo que significa eso?

Elías hizo un gesto de poeta enamorado:

-Claro que sí, gran amigo mío. Se llama Suerte… Luka Megurine, ese era su nombre. Nunca olvidaré ese rostro de ensueño, su atuendo tan llamativo… y esa tierna suavidad de sus…

-Cállate, imbécil. No se puede hablar así contigo.-le interrumpí.

Finalmente el maestro Kaito llegó. Hizo su aparición de forma espontánea e inesperada.

Como el día de ayer, Miyuki hizo lo que toda delegada haría:

-¡De pie! ¡Saluden!- exclamó.

-¡Buenos días!

-¡Siéntense!

Segundos más tarde, empezó la presentación del peliazul. Esta vez hablaba más tímido que cuando lo vi fuera de esta escuela.

-B-Buenos días… Mi nombre es…

-¡Kaito! ¡Eres Kaito Shion!- interrumpió Karen, llena de euforia y gritando de la nada.

Karen se levantó de su carpeta mientras el resto del alumnado la mirábamos como si fuera un fenómeno.

¡No me digas! No me había dado cuenta para nada, Karen. Gracias por sacarme la duda, en serio. A propósito, ¿no crees que estás siendo un poco ruidosa?

-¿Qué?

-¿Kaito Shion?- pregunté, en voz baja- ¿Ese es su nombre completo?

Pues qué sorpresa tan insignificante…

- No, jovencita; te equivocas, yo solamente me llamo Kaito. El apellido de Shion lo inventaron mis fans para mí.

-¿Entonces… solo te llamas Kaito?

-Eh, sí.

Ahora resulta que no eres una verdadera fan de Vocaloid del todo, Karen. Qué se siente eso, ¿eh?


Te estás olvidando que el más perjudicado aquí, eres tú.

Atte.: Tu conciencia.


Fue entonces donde Karen calló. Todos seguíamos mirándola (era obvio pues estaba todavía de pie). Bajó la cabeza, haciéndonos creer que finalmente ella se dio cuenta de que estaba haciendo el ridículo. Pero un gesto de ella nos hizo dudar: Cruzó los brazos, y meditó un poco. Por increíble que parezca, ni siquiera el maestro Kaito ni Miyuki le pidieron que tome asiento.

Como idiotas seguíamos fijando nuestros ojos en ella, posiblemente esperando una respuesta salida de su propia voz.

-¡Claro! -recordó- Es cierto; solo te llamabas Kaito. No me había acordado antes, ji, ji, ji…

Acto seguido todos caímos de cabeza ante tanta tontería acumulada. Sí, todos…


Un par de minutos más tarde…


El asunto fue arreglado inmediatamente. Después de un discurso de Kaito acerca del baile y sus beneficios, nos reveló que hay salas especializadas para hacer ensayos y coreografías en la academia.

-En esta escuela tenemos solo siete de estas salas. Y justo ahora tenemos una en reserva para hacer práctica el primer día. Nos iremos enseguida para allá. Miyuki les guiará a todos.

Ni bien escuchó su nombre se puso de pie al lado del pupitre.

-Delegada, me iré adelantando.-prosiguió Kaito- Te encargarás de poner orden.

-Entendido, maestro.

Kaito abrió la puerta y se fue sin decir más. La voz de Miyuki, fiel a su estilo, resonó en todo el salón de clases, aunque con un tono inusualmente agrio.

-De acuerdo, todos formen dos columnas mixtas frente a la puerta. No olviden dejar sus mochilas en sus asientos; no los necesitarán por ningún motivo. Si alguno de ustedes piensa en escapar, lo reportaré y haré que lo amonesten.

¿Pero qué bicho le picó? Habla como si fuera una militar.

-Mejor será que me aleje de ella- dijo Elías- No es mi tipo; es muy mandona.

-Y que lo digas, viejo…-confirmé.

Todos seguimos al pie de la letra las dulces palabras de nuestra delegada. Nos limitamos todos a caminar por los pasillos, conservando el orden.

Y de repente, una revoltosa salvaje aparece… pateándome por la retaguardia.

-¡Au!

Contra el suelo nuevamente, pero esta vez no con un poste, por suerte…

-¡Has tocado fondo, Romu-chan! ¡Rechazaste mi propuesta dos veces! ¡Ni sueñes que me voy a permitir una tercera esta vez!

-¡Yukino…!

El imprevisto llamó la atención de todos. Miyuki fue la última en darse cuenta, mientras que César y Elías fueron los primeros.

-No entiendo qué está pasando… Por cierto, ¿qué está pasando, César?-preguntó Elías.

-Es ella otra vez…

-¡Tu participarás en este concurso, quieras o no!-gritó- Si no gano la apuesta que hice en el club, entonces la pagarás muy caro. ¡Ahora toma este bolígrafo y garabatea el maldito papel!

El lapicero cayó de punta sobre mi pecho. El papel descendió lentamente encima de mi cara. De inmediato aparté el papel y me quedé sentado en el pasillo aún con el dolor de espalda.

-¡Oye tú! ¿Qué rayos te pasa?- exclamó César, confrontando a Yukino- Estás haciendo cosas en contra de su voluntad. ¡Déjalo!

-¡Si te metes, a ti te irá peor!- volvió a gritar.

-Podría avisarle a la directora Miku si fuera posible.


¡Huy, esto está que quema...! Quiero ver más acción, chicos. Sigan peleando, por favor.

Atte.:Tu conciencia.


-Haz lo que quieras. Ningún Vocaloid me va a detener ahora.

Kiyosaki estaba observándome.

-¿Tienes dudas, Romu-chan? Tal vez convendría llamar a Karen para que te de un impulso. ¿Dónde estás, Karen-chan?

-¿Yo?-respondió ella, que estaba entre la multitud.

-Karen, esto no es de tu incumbencia. –interrumpió César- No le hagas caso.

Sin embargo, la muy terca se acercó.

-¿Qué pasa? ¿Quién eres tú y qué le haces a Rómulo?

-Oh, cierto, primera vez que nos vemos. ¿Qué tal, querida? Mi nombre es…

-Karen, mejor aléjate, ¿sí?- dijo Elías- Tú no tienes nada que ver con la señorita Kawasaki…

Por favor, Elías, es Kiyosaki, ¡no metas la pata, idiota!

-¡Cállate!-gritó la fujoshi- Me llamó a mí, lo que significa que también tengo que ver en esto.

Inmolarte no servirá de nada, Karen…

-Me alegro de que estés aquí, señorita Karen. Quería que este momento fuera único para que ambos estén más unidos que nunca.

-¿Ambos, dices? No sé de qué hablas…

-No lo ocultes, querida. Sé que estás en una relación con ese chico de allí.-me señaló.

Ok, esto ya se puso feo…

-¿Con Romu-chan? Espera, yo no…

-¡Es cierto! ¡Los dos son novios!- exclamó un compañero.

-Viéndolos juntos hacen una buena pareja. Es difícil negarlo.-dijo otro.

Y así sucesivamente toda la clase comenzó a murmurar de mi supuesta relación con una chica que desearía tener… a mil kilómetros de distancia.

-¡Cállense!- grité- ¡Ustedes no saben nada! ¡César, haz algo!

-Está bien, iré a llamar al maestro Kaito.-atendió, para que más tarde intente correr hacia la sala de ensayos.

-Karen, explícale el malentendido. Las dos son chicas, así que pueden tratar mejor este asunto. -dije.

-…

Se quedó callada. Esa reacción me intranquilizó, por lo que tuve que repetir lo dicho.

-¡Karen, respóndele! ¿Quién como tú para hacerla entend-?

-Sí…

-Un momento, ¿qué?


Misión fallida, amigo. Ahora falta que Arturo escuche esto y saldrás bien premiado.

Atte.: Tu conciencia.


-¡Está bien, ya lo saben todos! Romu-chan es mi novio, ¿están contentos ahora?

¡¿Cómo pudiste, Karen?! *snif*

-Ji, ji, ji, ji… Parece que les fue inútil seguir escondiendo ese vínculo.- sonrió Yukino, con actitud ganadora.

Todavía tengo oportunidad para esclarecer las cosas… Solo basta con hacer una ruptura en público y…

-¡Como sea! De igual forma no iremos a tu estúpido concurso, así que ahórrate esa firma.-le grité.

-¡Eso nunca! Ustedes irán sí o sí, así que más vale que vea esa hoja firmada.

-Antes muerto. Mejor me voy. Karen, nos vamos a la sala de ensayos. Tengo mucho de qué hablar contigo…

-Hazlo.-me detuvo.

-¡Maldita sea! ¿Por qué, Karen? ¿Qué rayos te pasa? ¿Estás demente?

-Es la única forma de saber si me demuestras lo mucho que me amas.- contestó.

No puede ser… Karen, estás fingiendo, ¿o no? Si no lo estás, entonces será mi fin…


Tranquilízate, amigo, Karen está fingiendo, de verdad. Solo inventa algo para que los dos puedan salir de esta.

Atte.: Tu conciencia.


-Pobre chica. ¿Ves lo que le causas, Romu-chan? Si haces lo que te pedí, todos estaremos felices, te lo prometo.-insistió Yukino.

¿Dónde diablos estás, Miku? Pensé que serías de ayuda, pero no estás haciendo nada.


Mientras tanto, a través de una cámara de seguridad…


-Esto se vuelve cada vez más interesante… Romu-chan se metió en un grave lío. ¡Macne!

-¿Sí, directora Miku?

-¿Puedes traerme mi libreta de apuntes?

-¿Cuál de todas?

-La verde aguamarina, que está en ese estante de allá.

-¡P-pero si todos son de ese mismo color!

-Pues improvisa. Sólo saca una.

-¡S-sí! Aquí tiene.

-Bien, gracias. A ver… Romu-chan… está… discutiendo… con una estudiante…

-Disculpe, pero… ¿Qué está escribiendo?

-Solo apunto las experiencias de los "chicos nuevos" de esta academia. Es un experimento, Macne, no es nada del otro mundo.

-Pero si es la primera vez que haces eso…

-Silencio.


De vuelta al pasillo...


Si Yukino hizo una apuesta por vernos a Karen y a mí juntos, entonces no me queda otra que darle en el punto débil...

-No sé qué has apostado por nosotros, pero por lo que me estás haciendo, yo sería capaz de arruinar lo que ganarás.-la amenacé.

-Eso no me interesa. Solo me importa lo que puedo perder.

Me miró con un gesto de atrevimiento. Yukino esperaba a que tome el papel y lo firme, cosa que nunca me atrevería a hacer. Únicamente traté de leer lo que decía en la hoja:


Club del Amor Verdadero y las Relaciones Sentimentales.

Hoja de inscripción

Tenga mi más cordial saludo, joven promesa cautivadora. Mi nombre es Yukino Kiyosaki, lideresa de este hermoso club que trata de estrechar vínculos entre las parejas sentimentales más codiciadas de la Academia Vocaloid. Te elegí a ti para ser parte de nosotros inscribiéndote en un asombroso concurso que te encantará de principio al fin junto a tu pareja.

Participarás en competencias emocionantes en las que se entregará un premio muy especial al ganador: una noche en el Hotel Décima Estrella (Habitación Tipo Corazón clase A+), la más prestigiosa de Yama, ¡con todo pagado!

La inscripción es totalmente gratuita. El único requisito es tener novio(a). No cuenta si los participantes son:

-Amigos

-Desconocidos

-Compañeros

-Mejores amigos

-Hermanos

-Primos

-Amigos con derechos

-Socios

-Enemigos

-Rivales de nacimiento

-Amigos por y para siempre

-Colegas

-Camaradas

-Amigovios

-Amores platónicos

-Novios no-públicos o

-Solamente amigos.

El próximo ganador puedes ser tú. ¡No desaproveches esta oportunidad!

Organizado por:

Srta. Yukino Kiyosaki (Líder/dueña del club)

Srta. Asuka Yamaguchi (Administradora del Club)


Al leer todo esto, encontré sentimientos mezclados. Furia, risa, fastidio, y mucha, pero mucha indiferencia.

Arturo… Si hubieras estado en mi lugar… ya serías el chico más feliz de la Tierra.

En vez de firmar ese insignificante trozo de papel, decidí hacer algo mucho más oportuno para la ocasión…

-Je… ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¿Solo tengo que firmar esto?

-No tienes otra opción, Romu-chan.

-¿Tú crees?

Levanté el bolígrafo y lo lancé hacia una ventana abierta. Después arrugué el papel y lo tiré directo a la cabeza de Yukino. Una vez en el suelo, lo pisé tres veces.

-No me jodas. Jamás haría algo tan patético. Jamás.-contesté.

Kiyosaki nunca imaginó que tomaría esta medida. Quedó en shock y se inmutó.

Justo en ese momento llegó una pizca de salvación: la subdirectora Maika. Su "azento" bien marcado se escuchó nuevamente.

-¿Qué os pasa? ¿Acaso alguien se ha liado? Estoy dictando unas clases y vosotros andáis gritando e interrumpiendo lo que… ¿Eh…? ¿Rómulo? ¿Yukino? ¿Podéis explicarme qué diantres está ocurriendo?

-Oh, ¿qué tal, maestra Maika? Solo es un pequeño problema, no nos haga caso.

Pero Yukino ignoró su presencia. Solo bajó su cabeza. Sospechaba muy bien que era lo que tramaba, y parece que no me equivoqué en lo absoluto…

-Iluso… Has cometido un grave error al hacer eso. Me agotaste la paciencia. No me queda otra que hacerte firmar…

-Creo que me van a hacer mierda…

-¡..A la fuerza!

En tan solo milisegundos un puño iba directo a mi nariz como un cohete, Hubiese quedado inconsciente si no fuera porque un ángel vino de la nada a rescatarme.

(Inserte música épica aquí)

-¡Suficiente!

-¿Qué?

Una mano detuvo el puñetazo, mientras un balanceante mechón de pelo color rosa rozaba mi cara.

-¡Yo también perdí la paciencia, Kiyosaki!-gritó- En la academia Vocaloid existen reglas, y ya que eres una Synth, estás obligada a seguirlas.

-¡Sensei!… Pe… pero… ¿Cómo descubriste dónde estaba?

-Tu amiguita te delató. Bien por ella, ya que se salvó de un castigo, pero tú… Tú te mereces algo mucho más drástico.

Yukino se asustó.

-¿Algo más… drástico? No… ¡Noooooo!

Huyó sin detenerse corriendo por el pasillo, escapando hacia quién sabe dónde. Sin embargo, aquella chica pelirrosa no se molestó en perseguirla. Se quedó allí.

-Guau… ¿Cómo tú… lograste que se fuera así de fácil?-le pregunté.

Ella estaba de espaldas.

-Parece que a ti te falta diferenciar la "firmeza" de la "provocación".-afirmó- Solo conseguiste irritarla.

-¿Firmeza? ¿Ese es tu secreto?

-Podría decirse que sí. Afortunadamente vine en buen momento.-dijo.

-Cierto, sí que tengo suerte. Por cierto, ¿quién eres?

-¿Qué quién soy, dices? Así que eres nuevo aquí…

Giró media vuelta, y exhibió su rostro. Déjenme admitir que… Elías tuvo toda la razón al referirse así de ella…

-Mi nombre es Luka Megurine, maestra Vocaloid de la Clase 5, especialista en Canto y Baile. Guárdate los halagos, cariño.-se presentó, mientras hacía un guiño muy insinuante.

Como respuesta a ese dichoso guiño, Elías, que estaba a mi costado, perdió la cabeza. Además, detrás de mí había docena y media de imbéciles con los ojos brillando. Era curioso que yo no haya reaccionado como ellos.

Supongo que soy inmune a cualquier cosa…


Ay, Romu-chan, eres tan especial… Pero muy pronto vas a caer…

Atte.: Tu conciencia.


Continuará...


...


Exildan: Si deseo algo más de atención, entonces la continuación debería ser impactante... ¡Sirios!

Sirios: ¿Sí, señor?

Exildan: El próximo capítulo necesita más "Miku" y más "Luka", ¡Prepárate y ponte en marcha!

Sirios: ¡A la orden! Desirée, necesito que me acompañes...

Desirée: No iré contigo si no traemos más "Rena". ¡Ella también es importante!

Sirios: Ya, está bien, pero por favor, sé más discreta, que Exildan se va a enterar...

Desirée: ¡Perfecto! ¿Nos vamos?

Sirios: Sí, sí...

...

...

...

Exildan: Tiene razón. Necesita más "Rena"...