IMAGINAERUM

DESDE MI INFIERNO


Prólogo

Invierno mágico

Ponyville, 31 de enero del año 3011

Querida Princesa Celestia:

Ya han pasado dos meses desde que murió mi amado Lightdawn. Es difícil enfrentar la pérdida. Ya estaba acostumbrada a él, a saludarlo cuando salía de la biblioteca, o cuando él entraba en ésta. A oler su perfume cuando paseaba con él por la plaza. Las ramas cargadas de nieve me recuerdan a él. Cuando nieva, temprano por la mañana, me levanto y me asomo para ver las calles teñirse de blanco, y mi memoria me trae los poemas que escribía, sus letras cargadas de amor, de tristeza y de nostalgia.

No me acostumbro a que esté muerto.

No soporto pensar en que todos los momentos que pasé con él no volverán jamás a repetirse. Que ya no leeremos juntos bajo la luz de las velas. Que ya no pasearemos por las calles de Ponyville. No soporto aceptar que él jamás me abrazará, susurrándome al oído: "Esposa, poesía eres tú".

Mis amigas..., no lo resistiría si no fuera por ellas. Cada una intenta mantenerme con ánimos, a su propia manera. Espero que jamás pasen por lo mismo. Fluttershy tiene miedo, se nota demasiado. Y es que planeaba casarse con su novio Reaver en primavera.

Pinkie cada día me trae dulces y me hace compañía. Desordena toda la biblioteca, pero es mejor. Me distraigo y me divierto bastante. Applejack siempre me invita a acompañarla en su granja, e incluso me ha pedido ayuda. Rainbow Dash viene muy seguido, a hablar conmigo sobre la saga de Daring Do. Fluttershy me pide que la acompañe al bosque, según ella para estudiar a sus criaturas. Rarity había hecho mi vestido de novia y el traje de Lightdawn, pero cuando viene a tomar el té conmigo, de lo que nunca habla es de vestidos.

Todas se toman muchas molestias. Todas se preocupan por mí.

Son las mejores amigas del mundo.

Hoy fui a dejarle flores a Lightdawn. Un ramo de violetas, como el que adornó la mesa donde él me propuso matrimonio. No deja de inquietarme la inscripción que pusieron en su lápida:

No está muerto lo que yace eternamente
Y con las extrañas eras morirá hasta la muerte.

Wisemurk, quien esculpió la frase, nunca me la ha explicado. Siempre me ha dicho que debo leer los libros de Lightdawn para saberlo.

Por eso le escribo esta carta, Princesa Celestia.

No quemé esos libros, como usted me lo pidió. Los guardé bajo llave en la bodega de la biblioteca. Tengo sus cuadernos, y sus viejos y gruesos volúmenes sin títulos, que tanto me pedía que no abriera. Tengo también una misteriosa Llave de Plata, oculta dentro de un estuche de violín, que está cubierta por extraños arabescos y símbolos que parecen de Oriente, pero que no identifico.

He decidido iniciar mi propia investigación, y enfrentarme a la misma Oscuridad que enfrentó Lightdawn. Sólo quería avisarle, princesa, y no quiero que me detenga. Por eso le envío esta carta por correo.

Su más fiel estudiante.

Twilight Sparkle.


Carta recibida por la Princesa Celestia el 2 de febrero de 3011.