Dom x Dom
Y ahí estaba yo, buscando alguien con quien jugar un rato. Tenía que aceptarlo, Miroku me había invitado a este bar de D/s y pese a mi reacia manera de rechazar su solicitud, él había insistido de forma casi sobrenatural, convenciéndome en el proceso que a lo mejor podía encontrar algo de mi agrado… aunque hasta el momento lo único que veía simplemente no me interesaba.
Ambos teníamos nuestros propios autos, por ende cada uno había decidido aparecerse de forma separada; dado de que no conocía al noventa y nueve por ciento de la gente en el lugar prefería sentarme cerca del mujeriego de Miroku.
Con respecto a lo de divertirse, me refiero a alguien que esté dispuesto a aceptar mis demandas como mi sumisa, ¿no lo había mencionado antes? Soy un dominador, ¿qué significa esto? Pues significa que cumplo mis más bajos deseos poniéndome encima de cualquier chica que aceptara ser flagelada por mi mano.
Porque si, Miroku y yo somos dominadores, no es por presumir ni nada, pero en la escala de los Dom varones yo voy primero y Miroku segundo. Y en la lista mixta de Dom, primero va una mujer de la que nunca había oído hablar, luego estaba yo y luego Miroku. Nunca me había gustado tener que observar mi nombre en el segundo lugar, detestaba saber que mi posición había sido extraída por una mujer que vestía cuero negro y golpeaba hombres.
No es que me cayeran mal las Dom, simplemente mi mente no estaba procesando bien la información.
Así que seguí caminando, ignorando mis propios pensamientos, buscando desesperadamente al estúpido de Miroku que estaba desaparecido… por alguna razón.
Entonces, se alzo frente a mí la cosita más dulce, frágil y pequeña que alguna vez haya visto. Una chica preciosa y exuberante, de una belleza que me dejaba impactado y me hizo pestañear varias veces para concordar que mi visión fuera correcta y no una ilusión. La chiquilla no tendría más de veinticinco años, calculando.
Sus ojos estaban perfectamente delineados realzando sus preciosos ojos chocolates; tuve que detenerme de caminar al sentir como mi corazón se aceleraba y mi entrepierna se esforzaba en apretarme los pantalones.
Embobado y atraído por la imagen de esa preciosa muñeca me acerque a paso lento a mi pequeña diosa sumisa.
Porque si, podía definir de entre tanta gente que ella era sumisa. Llevaba unas muñequeras que normalmente un Dom le entregaba a su sumiso, y ella parecía llevarlas con bastante orgullo. Además de que vestía en escala de grises. Dado que el bar es exclusivamente de Doms y sumisos con invitación, es una regla que para diferenciarnos entre todos si queremos buscar compañía, un sumiso debía vestir azul marino y un Dom vestir de negro.
Ella parecía nueva en el lugar y seguramente por eso llevaba ese color grisáceo. ¿Cómo había entrado? Seguramente su dominador la había llevado, entonces, ¿porque estaba tan solita? Sentada mirando a la nada.
Fue entonces que se le acerco Miroku, el sujeto que se me había perdido hacia más de una hora, y se me pararon las orejas. Perfecto, si Miroku es su dominador sabía que se me haría casi imposible acercarme a ella, el tipo era muy celoso con sus sumisos. Tendré un verdadero trabajo al convencerlo a él, porque sé que a ella la convenceré en un chasquido de dedos. Reí, ya lo sé, soy un petulante.
Ambos, mi cosita hermosa y Miroku, se dieron un beso en la mejilla amigablemente y se sentaron juntos. Ella parecía encantada con el pervertido este, así que me acerque a paso rápido antes de que decidieran desparecer de ahí.
—¡Miroooku! —canturree al llegar a ellos, maldito suertudo hijo de la…
—¡Inuyasha! ¡Viniste! Te estaba buscando… ah, déjame que te presente a Kagome Higurashi, aunque seguramente habrás oído hablar de ella.
Mire a la cosita hermosa; Kagome… así que así se llamaba y aunque me sonará conocido, no podía ubicar de donde lo había escuchado, sus ojos de largas pestañas me distraían.
—¡Oh, no! Inuyasha —rió Miroku para mi sorpresa—, conozco esa mirada, dime, ¿no sabes quién es Kagome, verdad?
—No, pero estoy seguro de que nunca lo olvidaré de ahora en adelante cuando me lo digas —entonces le sonreí de manera galante aunque ella no parecía querer moverme las pestañas como muchas otras muchachas lo hubieran hecho nada mas acercarme.
Es más, ella se cruzo de piernas y mantuvo sus manos sobre su pequeña falda y extrañamente, sonrió con suficiencia.
—Oh, Inuyasha… Inuyasha… es extraño, yo he oído hablar de ti, pero tú no de mí. Y eso que yo voy primera —sentencio la pequeña minina dejándome sorprendido y confundido.
¿Primera? Higurashi…
—Higurashi Kagome —hablo mi pequeña niña —. La primera en la escala mixta de los Dom, por encima de Inuyasha Taisho.
Y entonces recordé.
Higurashi…
La más cruel, despiadada y paradójicamente la mas amorosa y gentil de los Dom. Su carácter cambiaba de acuerdo a un sumiso.
Si, la había visto una vez vestida como dominadora, totalmente de negro y con un gran antifaz de color oscuro. También vestía unos guantes de red y portaba un gran látigo; su sola presencia intimidaba a todos los presentes, ya sea por su caminar elegante o sus pasos decididos de tacón aguja.
La verdad es que entonces me había quedado prendido de aquella mujer y su exuberante figura, de su carácter explosivo y gentil al momento de comenzar con los juegos en grupo.
Perfecta. De alguna manera. Pero era un Dom. Una Dom.
Flagelaba con amor y castigaba con rudeza. La Dom perfecta para cualquier sumiso.
Sumiso.
Yo no soy un sumiso, soy la maldita piedra en el zapato de uno. Soy la roca que hace que esos insectos lloren de placer.
Pero… esta chica tiene algo, aunque no pueda explicarlo bien, hay algo en ella que me atrae poderosamente la atención, como si ya la hubiera visto antes, incluso mucho antes de conocerla como Dom y como que me llamo Inuyasha Taisho que descubriré que es. Doblegare su espíritu a mi voluntad. Me amara de tal forma que no podrá desobedecerme, ¡será mía porque lo digo yo!
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Capitulo 1 ACTUALIZADO
Esta historia lleva muchísimo tiempo subida; actualmente he mejorado mi manera de escribir así que, visualizar los primeros capítulos de este fic me da mucha pena, por ende estaré actualizándolos. Así que no se sorprendan si en los capítulos siguientes hay una diferencia en la estructura. Estaré actualizándolo no se preocupen, de todas formas, ja nee