El tiempo pasa muy lento cuando estás enamorada, y más si no puedes hablarle a tu novia por seis días...
Era un jueves tranquilo. Trabajo en una tienda de música , para explicarlo mejor, es un local donde venden cd's, instrumentos musicales y lo necesario para darles un buen uso y cuidado. Mi turno había terminado a las 15:00 hrs y me encontraba caminando rumbo a una cafetería junto a mis compañeros Len y Meiko. Ibamos platicando de cosas casuales, y mi mente terminaba desviandose del tema de conversacion para ir a parar en los ojos turquesas de mi pequeña Miku. La extrañaba, era cada día mas difícil estar tanto tiempo sin saber de ella. Mi miedo a que un día se conecte y me diga que conoció a alguien cercano, que ya no me quiere hablar, o simplemente deje de conectarse me abruma a tal punto de crear mil historias tristes en mi cabeza. No quiero estar sin ella, la amo como nunca creí que amaría a alguien. Estando lejos o no, yo sé que la amaría con la misma intensidad. Cuento los días para que sus clases terminen y pueda venir a verme... Exactamente 22 días para su llegada, esa fue la promesa que me hizo.
- Mañana me sustituye Neru, la chica del turno de la tarde.- Dijo Meiko jugando con su taza de café entre sus manos, mirándonos a ambos desde su lugar. Yo estaba sentada junto a Len. Bebí otro sorbo de mi té de limón y la miré extrañada.
- ¿Porqué?
- Es mi aniversario de novia. Cinco años en pareja.- Se veía toda orgullosa y feliz al decirlo.- Obviamente mentí y le dije a la jefa que tenía cardiólogo.
- Típico .- Soltó Len con una risita.
- Cállate. ¿Cuántas veces habrás mentido tú para quedarte en casa con tu hermana?.- Contra atacó mi amiga castaña.
- Las necesarias para que creyeran que Len es un saco de enfermedades ambulante.- Le dediqué un golpecito en el hombro sonriéndole. Ellos se rieron de mi chiste.
Son buenas personas, siempre alegres y con algo interesante que decir, y realmente el trabajo no parece trabajo teniéndolos de compañeros. Volví directo a casa cuando salí del café. Me encontré con la típica imagen que me encuento de regreso. Luki en su laptop, haciendo cosas del trabajo, cosas que no comprendo por mucho que lea por encima de su hombro como la hermana metiche que soy.
- Bienvenida pequeña.- Me dijo cálidamente.- Tienes jugo de durazno en la heladera.
- Hola hermanito. Gracias.- Me acerque y le revolví el pelo jugando, siguiendo luego hacia la cocina. Tomé un par de galletas y me serví un vaso de jugo, volviendo a la sala con mi hermano. Esperé silenciosa hasta que notara mi presencia. Automáticamente al verme, cerró su laptop. Nuestro trato era que cada vez que uno regresara de algun lado, el otro le prestaria media hora de atención dejando lo que estaba haciendo enseguida. Regla de hermanos.
- ¿Cómo estuvo hoy?.- Preguntó con una sonrisa.
- Bastante tranquilo para ser un jueves. Los chicos y yo fuimos a beber algo y me vine a casa. Nada del otro mundo... me falta algo.- Dije en tono elevado dejandome caer en el sofá. Luki sacudió la cabeza.
- Te falta alguien. Y ese alguien te mandó un paquete.- Señaló arriba del televisor y vi en efecto un paquete rectangular ni grande ni pequeño. Mi corazón dió un brinco.
- ¿Porqué no me lo dijiste antes? Si serás tonto!.- Me pare bruscamente golpeándome el pie contra una silla pero no me molesté . Agarré mi paquete y lo abracé. Ella me había enviado algo por primera vez en estos trece meses de conocerla.
- No te dije porque recién llegaste, y además primero tenemos que platicar de como...
- Estaré en mi cuarto.- Anuncié dando saltitos de alegría.
-...estuvo tu día...- le oí murmurar.
Dejé el paquete sobre mi escritorio y lo miré completamente. Era blanco, tenía una estampilla rosa, mi dirección y mi nombre. Sin analizar mucho abrí el paquete Detro, había otro más pequeño y una carta. La cajita celeste era adorable, tenía un pequeño listón color crema. Lo deslicé delicadamente para abrirlo. Allí, había un anillo de bodas, una alianza. Por alguna razón me temblaban las manos y no podía dejar de sonreír. ¿Me estaba mandando un anillo de casados? ¿Porqué? Supuse que la respuesta a mi pregunta estaba en la carta. Con el temblor y la emoción más fuertes, empecé a leer.
'' Luka: Es la primera vez que te envío algo y espero que llegue todo en buen estado. Como habrás visto mi amor, te envié el símbolo del juntas por siempre... Espero que lo uses todos los días, para así cada persona que te vea sepa que le perteneces a alguien que te ama. Y también deseo que algún día cuando nos encontremos... lo lleves puesto. Es una propuesta ¿entiendes? Algún día podré pedirte que estemos unidas por siempre, pero mientras tanto, tu y yo llevaremos estos anillos y así nadie podrá intentar remplazar el amor de la otra. Eres lo mejor que me ha sucedido, y no me imagino la vida sin ti. Se que es difícil para ti el hecho de que hablamos poquito...no sabes lo mucho que me duele. Pero la idea de que el sábado por la mañana me estes esperando a que me conecte, me hace sentir mariposas. Te amo. Tengo muchisimos defectos y me arrepiento de muchas cosas pero nunca, NUNCA me voy a arrepentir de estos sentimientos.
Tuya, Miku. ''
El anillo ya reposaba en mi dedo y de mis ojos lágrimas caían. Ella me amaba, la gente no lo entendía pero era así. Esa carta, éste anillo son la prueba. ¿Porqué alguien que juega conmigo me regalaría algo así? Toma eso Luki! Y la idea de mostrárselo a mi hermano me iluminó. Corrí hasta la sala, aún con lágrimas en mis ojos y una sonrisa pura de enamorada. Le puse la mano en la cara a mi hermano, resfregándole el anillo. Se lo quedó viendo boquiabierta unos segundos, y después miro mi cara. Levanté las cejas, e internamente le dije ''¿Qué piensas ahora, perra?''
- Cada vez esto se vuelve más raro. Tu amada tiene dinero para alianzas, pero no para un celular. Tiene dinero para comprar algo que te ata, pero no para preguntar si vives. Hermosa relación, felicidades.- Se levantó dejándome allí parada sorprendida. Esperaba que se riera de mi tal vez, pero no que me dijera aquello tan fríamente.
- ¿Serás la señora de Hatsu?.- Hizo un gesto que no supe interpretar y se encerró en su cuarto dando un sonoro portazo. Me dolía el pecho, de verdad esperaba otra cosa. ¿Porqué mi hermano, mi mejor amigo no podía darme ánimos? Ella me hacia feliz a pesar de todo! Yo no me quejaba de los obstáculos de mi relación por mas que me doliera, pero el sí, todo el tiempo marcando la distancia, el echo de que somos chicas. No aguanté mas y me largué a llorar. Necesitaba hablar con alguien. Quería un abrazo de Lily.
- Necesito que me envíes todo lo que encuentres respecto a una persona.- Dijo con voz firme pero baja Luki con su celular en el odio.
- Por supuesto señor, dígame el nombre.- Contestó la mujer al otro lado de la línea.
- Miku Hatsu. Envíame a mi correo todo lo que encuentres, todo es todo. Gracias.- El chico cortó la comunicación dejándose caer en su cama. Estaba decidido a averiguar quién era la muchacha que le había robado la razón a su hermana.
Luki no era homofóbico, pero el deseaba ver a su hermanita casada con un buen hombre, teniendo hijos adorables y viviendo una vida de esposa feliz. Pero resultaba, que con 20 años, mantenía una extraña relación con una chica que nunca vió en persona, que se conecta a internet sólo los fines de semana, aparentemente no tiene amigos, y no usa un celular. A como de lugar, Luki averiguaría quien era esa mujer, y si estaba equivocado y Miku no mentía, el se tragaría su orgullo y le pediría su perdón a Luka. Pero, ese instinto paterno que crece en él le dice que algo huele mal.
Para el próximo capítulo, se aclara la situación de Luka. Muchas gracias por los lindos comentarios, me alegra con todo mi corazón que les guste. Soy un poco macabra para escribir a veces, y aun no me decido si darle un toque mas siniestro a la vida de Miku. Necesitamos mas fics intensos de esta pareja! No todo siempre es color de rosa… Los quiero :)