-Papá, esto no puede ser verdad. En algún lugar debemos tener algo de dinero… no podemos estar en banca rota así como así.
-Lo lamento mucho Natsu. Ya no hay nada que hacer…
En esa época los Dragneel eran una de las familias más poderosas en cuanto a dinero se trataba. Estaban Igneel y Natsu. Igneel era un hombre trabajador de cabello rojizo que había perdido a su esposa tiempo atrás. Por eso, desde que Natsu era niño trataba de darle todo lo que se le antojaba para que nunca notara la ausencia de su madre. Natsu era un muchacho vanidoso de 17 años. Era un mujeriego y pensaba que con dinero podía hacer todo lo que se le antojaba. Iba a una de las escuelas más prestigiosas de toda la región. Allí era uno de los más populares, por supuesto. En este momento, su padre había sido despedido del trabajo y gracias a que Natsu había gastado todo el dinero que les quedaba, estaban ahora mismo en la banca rota sin un solo centavo.
-Si lo piensas bien, todo esto es tú culpa.
-¿Mi culpa?
-Si. Yo te dije que quedaba poco dinero y tú lo gastaste.
-Lisanna lo hizo. Y ya te dije que pensé que lo decías en broma.
-¿Cómo podría decir algo así en broma?
Vivian en la ciudad de Magnolia. Era un bonito lugar con un gran bosque y un rio que cruzaba por algunas de las casas. Los barrios de máxima seguridad en los que vivían personas con dinero, era llamados Barrios Altos. Las personas de clase económica común o baja, por otro lado, vivían en los Barrios Bajos. No es que fuera un lugar feo pero los chicos adinerados, no acostumbraban a vivir ahí… o a aparecer por ahí. En estos barrios, Natsu y su padre tendrían que vivir de ahora en adelante, y Natsu estaba renegando por eso.
-Lo siento papá pero me niego a vivir ahí. Estaremos rodeados de gente cualquiera sin principios.
-¿Cómo sabes que no tienen principios? Pueden ser buenas personas y te prometo que cuando recupere el dinero volveremos.
-Como quieras y oye… ¿Cómo diablos es que no tenemos ningún centavo y podremos conseguís casa ahí?
-Bueno…
-Habla.
-Venderé la mansión.
-Por milésima vez. ¿Bromeas verdad?
Igneel soltó una risotada. Tardaron un rato en llegar a los Barrios Bajos ya que estaban al fondo de la ciudad. Natsu miraba con una cara de asombro el lugar donde supuestamente vivirían a partir de ahora. Nunca había estado ahí. En lo único que pensaba ahora era en que eso era solo un sueño. Cuando se despertaría seguiría teniendo su mansión, sus coches y su dinero. Igneel suponía que Natsu se enojó peor cuando vio la casa en donde iban a vivir. No por la fachada si no porque era un lugar relativamente pequeño. Había una cocina, un mini living y dos habitaciones… Ah y el baño por supuesto. Luego de eso había un jardín que era bastante bonito.
-¿Y si vendo mis órganos?
-No seas payaso.
-¿Porque compartimos el jardín con la casa de al lado?
-Estas se llaman casas dobles. Son dos casas pequeñas separadas, que comparten el mismo jardín. La razón por la que el patio debe estar tan bonito debe ser porque los vecinos con los que compartimos lo deben haber cuidado o algo.
-¡Esto debe ser una broma! ¡Ni siquiera tenemos un jardín propio!
-Lo lamento mucho Natsu. Pero es mejor que no tener nada.
-Escúchame papá…
Natsu no pudo seguir hablando ya que alguien grito. Al parecer vino de la casa que compartía con sus vecinos.
-¡Lucy debes aprender a pensar un poco menos en ti! ¡No eres siempre el centro del mundo!
-¿El centro del mundo? ¡Qué dices Mama! Te has vuelto loca. Te estoy diciendo que estoy enojada porque nunca me prestas atención. ¡Ni siquiera sabes de qué te estaba hablando antes de esta discusión!
-De verdad que no entiendo porque te pones así. Estas exagerando y no tengo ánimos para discutir sobre delirios tuyos.
-¿Exagerar? Cuando llego a casa a veces ni siquiera me dices hola. Y ni hablemos de la hora de la cena. Tampoco vas a mis reuniones con los profesores de la escuela o si quiera me felicitas por mis notas. Soy la mejor de la clase y jamás me has alagado. ¡Es como vivir sola!
Natsu e Igneel solo estaban atentos a la conversación. A pesar de que ya habían bajado el volumen de la voz, no podían evitar escuchar. Ventajas de casas dobles ¿no? pensó Natsu.
-¡Oh! Y el mes pasado fue mi espectáculo de canto en la escuela. ¡Todos los padres de mis compañeros estaban ahí! Pero adivina quién falto. Ese espectáculo fue muy importante para mi.
-Lucy hija yo… lo lamento. Esto de mi embarazo me tiene muy nerviosa. Yo…
-¿Enserio? Porque a Maya la tratas muy normal. Vas a todos sus torneos de Hockey, no has faltado nunca. Ni siquiera ahora que estas embarazada. Una sola vez. Solo te pedí que vayas una sola vez a verme el mes pasado y no. ¿Sabes qué? Lo lamento. Espero que tengas suerte con tu próximo hijo y puedas ir a todas sus presentaciones de la escuela.
-Lucy vuelve aquí no hemos terminado.
Natsu y su padre habían escuchado toda la pelea. En el fondo Natsu se sentía mal por esa chica llamada Lucy. A pesar de que su padre trabajaba muy duro, nunca se descuidó de él. En eso, Lucy salió de la casa y el la vio. Era una hermosa joven de su edad. Cabello rubio, ojos chocolates. Él se preguntó como una belleza así podría ser ignorada. Era la chica más hermosa que había visto. En eso la chica apareció frente a él y su padre.
-Am … Hola. Me llamo Lucy. Ustedes deben ser los nuevos vecinos… lamento mucho que hayan tenido que escuchar eso. De verdad no tenía idea de que llegarían tan temprano.
-No importa, descuida. Mi nombre es Igneel y este es mi hijo Natsu. Espero que se lleven bien y am… por curiosidad y si no te molesta… ¿Peleas mucho con tu madre?
-Digamos que si… Pero esta fue la peor de todas las veces. Creo que me ha hartado… Pero tranquilos. Definitivamente no molestaremos mucho, ya no tengo pensado hablarle.
-Pues entonces debo decirte que eres bienvenida a nuestra casa las veces que quieras.
-Muchas gracias de verdad. Ahora si no les molesta tengo algo que hacer, disculpen de nuevo por haber tenido que escuchar eso.
-No pasa nada, nos vemos.
Natsu definitivamente no tenía idea que decir. A las personas con las que acostumbraba a estar no les importaba mucho el hecho de que sus padres les prestaran atención o no. Pero esa chica parecía querer solo eso.
-Natsu.
-¿Si papá?
-Teniéndola de vecina ahora ¿quieres quedarte?
-Sí. Por supuesto que sí.
-No la molestes mucho.
-Pff… por supuesto que no. ¿Quién crees que soy? ¿Natsu Dragneel?