Capítulo 04: El Misterioso Espadachín del Dragón Rojo.

-Palacio de la Familia Real de Tristain-

Honestamente Saito pensó que después de lo de Foquet las cosas finalmente se calmarían un poco para él.

Sí, pero como la vida le ha mostrado a Saito, el simplemente no puede tomar un descanso antes de que nuevamente algún problema surja.

En este caso Saito se estaba relajando meditando en el patio de la Academia rodeado de los Familiares invocados por los Estudiantes. Los estudiantes estaban en las clases y Louise decidió que era mejor que Saito estuviese afuera… aunque quizás fuese algo mas ya que Louise le dio unas miradas a Tabitha cuando ella saco a Saito del salón de clases y lo mando con los otros familiares.

Normalmente el Familiar de Tabitha estaría siendo demasiado cariñosa con el… pero parece que Shylpheed había decidido dejar en paz a Saito cuando este esté meditando.

Quizás Tabitha había hablado con su Familiar para que dejase de molestarlo si él estaba meditando.

Si es así Saito debía darle las gracias a Tabitha y quizás un regalo a Shylpheed por seguir una orden como esa.

Entonces de la nada un carruaje llego al patio de la Academia. Eso para comenzar debió levantar las sospechas de Saito, pero igual… aun podía ser posible que ese carruaje fuese a buscar a alguien más.

Esa inofensiva idea fue brutalmente eliminada cuando unos tipos diciendo ser enviados de la Princesa caminaron hacia donde Saito estaba y le dijeron que él y Louise eran necesitados por la Princesa.

Poco después de que terminasen las clases, Louise fue encontrada por esos hombres y así ella y Saito fueron llevados a hacia la Capital de Tristain, en donde se encontraba el Palacio de la Familia Real.

Ellos fueron guiados hacia la Princesa. Pero curiosamente Saito tuvo que esperar afuera por uno minutos antes de poder entrar, al parecer Louise y Henrietta necesitaban un poco de tiempo a solas.

Pero eventualmente Saito fue llamado a la sala del trono donde estaba la Princesa.

Y esa es la historia de porque Saito se encuentra junto con Louise en el la Sala del Trono.

Nótese antes que nada que nuestro Santo de Libra ha mantenido su boca cerrada desde medio camino en la carroza… desde una parte en la que Louise le ordeno no hacer nada que pudiese darle una mala impresión a la Princesa.

Saito decidió simplemente callarse, sino decía nada, entonces era menos probable que Louise se pusiese irritable.

"Señor Familiar, hace poco estaba felicitando a Louise por la captura de Foquet y ganarse el título de Chevalier," Explico Henrietta a Saito.

Sin responder verbalmente, Saito asintió.

"También me gustaría agradecer los esfuerzos que tu pusiste, sé que en particular tu hiciste mucho para que esa misión fuese exitosa," Hubiese sido mejor decir que Saito hizo básicamente todo… pero eso hubiese herido el orgullo de Louise.

Saito dio una pequeña sonrisa, después de todo no estaba mal tener sus esfuerzos reconocidos.

Pero quizás por eso el no noto que Louise le estaba dando una mirada de sospecha. Después de todo Saito parecía un poco 'demasiado feliz' por recibir un cumplido de parte de la Princesa.

Una cosa que había que notar era que Louise nunca volvió a pensar en Saito como un 'Plebeyo' o un ser inmediatamente inferior, después de todo sus habilidades lo habían confirmado como alguien que no era un plebeyo.

Además todavía había muchos que seguían creyendo que Saito era un dragón en lugar de un ser humano.

Aun así, Louise reconoció el rol vital de Saito, y por eso no dijo nada.

Henrietta entonces le ofreció su mano a Saito.

Ante eso Louise si tenía que decir algo.

"Espere Princesa," Dijo Louise, "No tiene por qué ofrecerle su mano a un Familiar," Puede que Louise apreciase el poder de Saito, pero igual había que considerar su posición actual como un Familiar.

"Está bien, no hay ningún problema," Respondió Henrietta ante las protestas de Louise, "Saito no puede recibir ningún título por ser un Familiar, asique lo mínimo que puedo hacer por el cómo Princesa es esto," Ya que de ser posible ella le daría un título que un gran guerrero con su poder mereciese.

Al parecer la opinión y la forma de actuar de Henrietta hacia Saito estaba un poco influenciada por la presencia su gran poder.

Saito vio eso como algo justo, además Henrietta quería al menos hacer una cosa por él, asique Saito sintió que rechazar esa cortesía hubiese sido algo bastante feo.

Asique con toda normalidad en sus movimientos, Saito fue y beso la mano de la Princesa Henrietta.

Dicha Princesa tuvo que usar su fuerza de voluntad para no reaccionar o mostrar un sonrojo.

Uno se preguntaría por qué Saito no se veía nervioso, eso era muy simple. El había conocido a Athena, el había hablado con ella, por lo que si él podía eventualmente tener compostura en frente de una Diosa, entonces una Princesa no era nada en comparación.

"Bien, ahora puedo decirles a los dos porque los llame," Finalmente Henrietta pudo meterse al tema que ella originalmente quería introducir, de hecho ella no le contó a Louise, después de todo solo sería justo que ella y Saito escuchasen al mismo tiempo la petición, "A decir verdad necesito un favor de ustedes dos," Revelo ella.

La respuesta de Louise fue inmediata.

"Por favor pídanos lo que desee y lo haremos con gusto," Dijo de inmediato Louise.

Ella no noto como Saito frunció el ceño, después de todo Louise había de forma muy egoísta hablado por él y no había preguntado su opinión.

Como sea, el escucharía lo que Henrietta tenía que decir y después de eso el formaría su respuesta.

"A decir verdad quiero que ustedes dos vivan en la ciudad por un tiempo," Rebelo de entre todas las posibles opciones la Princesa.

Saito inmediatamente tuvo el impulso de negarse rotundamente, después de todo el únicamente haría una misión como esa si Athena se lo ordenase directamente. Pero el decidió contenerse hasta escuchar toda la historia.

"¿Por qué necesita que los dos lo hagamos, Princesa?" Pregunto una confundida Louise, después de todo incluso para ella esa orden se veía como algo aleatorio.

"A decir verdad, la Mansión del Conde Mott ayer fue encontrada… hecha pedazos y con casi todos los ocupantes menos uno muertos," Confeso la Princesa con gran tristeza por ese horrible hallazgo.

La reacción de Louise fue inmediata, los ojos de ella se abrieron totalmente y las palabras fallaron en formarse en su boca.

Saito por su parte se puso serio y escucho calmadamente toda la historia.

"¿Cómo es posible?" Pregunto una sorprendida Louise.

Era prácticamente imposible reducir a escombros una mansión como esa, eso sin contar que el Conde Mott era un Mago de por si hábil y poderoso a su manera.

"Lamentablemente no se ha podido descubrir," Dijo de forma triste la Princesa, una gran pérdida como esa y además las vidas que se perdieron la entristecieron.

"¿No hay algún indicio de que clase de Mago fue el causante?" Pregunto Saito, quien finalmente vio un buen momento para unirse a la conversación.

Saito veía posible a un Mago de Tierra causando esa destrucción, después de todo los Golems de Foquet habían al menos causado una impresión en Saito y el veía en ellos un gran potencial para la destrucción.

Al ver a su Familiar haciendo esa pregunta… una idea apareció en la mente de Louise.

"¡Princesa!" Dijo súbitamente Louise, cosa que se ganó la atención de todos, "Por favor cuando sea descubierto el causante le ruego que me lo diga y entonces enviare a Saito para que lo derrote y capture," Dijo la pelirosada con una voz llena de confianza y seguridad.

Saito miro con sorpresa, siendo que él no se esperaba… una propuesta tan peculiar como esa.

Aunque su sorpresa rápidamente fue reemplazada por una irritación muy fuerte de parte de Saito.

'Que se cree ella que soy yo, ¿Un perro de caza?' Se quejó mentalmente Saito, de hecho él estuvo a punto de decirle eso a Louise en la cara, pero por alguna razón él se contuvo.

Quizás tenía que ver con el hecho de que ciertas Runas estaban brillando en su palma.

A la vez gracias a eso, Saito nunca considero la posibilidad de aprovechar ese específico momento para escapar. Es decir era perfecto, Louise lo enviaba a esa 'misión', él iba… y desaparecer a medio camino para enfocarse en volver a casa.

"Lo siento Louise, pero creo que eso no será posible," Respondió la Princesa con un tono de disculpas, "Ya que una de las Maids que trabajaban para el Conde logro sobrevivir a lo que fuese que haya ocurrido… pero lamentablemente su cordura ha sido destruida," Nuevamente Henrietta se puso triste, después de todo un terrible destino le ocurrió a una chica totalmente inocente.

Ella estaba con vida… ¿Pero realmente esa vida valía la pena ahora?

Por los reportes, esa Maid había visto algo que la aterrorizo y a la vez la llevo a la locura. Esa pobre mujer ahora pasaría sus días en una casa de locos…

"Pero aun así ella continuo repitiendo unas palabras…" Y con un suspiro, Henrietta les repitió esas palabras a Louise y Saito, "Ella dijo: El Dragón… el Malvado Dragón busca destruir…".

"Un Dragón…" Murmuro Louise, quien ahora entendió que si eso era verdad, entonces era muy posible que ese dragón ahora estuviese demasiado lejos, quizás en otro país y aun así… uno no podía saber cuál dragón era ese.

"Hmmm… cazar a un Dragón será una experiencia totalmente nueva… aunque a decir verdad no me gusta la idea…" Dijo un pensativo Saito al escuchar que posiblemente era un Dragón lo que causo tal destrucción.

Después de todo uno podría decir que Saito le tenía cierto cariño a los dragones en sí.

Es decir, sus ataques tienen la forma de dragones, su 'hermanito' es el Santo de Dragón… y además él se lleva bastante bien con el Familiar de Tabitha, quien coincidentemente es un dragón.

Ósea que si bien Saito podría hacerlo, él no lo disfrutaría.

"Sin embargo para este punto ese Dragón debe estar muy lejos… y como no sabemos qué clase de Dragón era… lamentablemente tendremos que olvidar la idea de capturarlo," Realmente no había nada que se pudiese hacer en esta situación.

"Pero es eso lo que me lleva a pedirles esta misión. Entre las ruinas se encontró los diarios de los empleados que trabajaban con el Conde… y esos diarios hablaban del abuso de poder," Por lo que dijo la Princesa, Saito se estaba haciendo una idea del origen de esta petición.

Ya que la forma en la que el tono de Henrietta cambio al mencionar los abusos de poder… mostraba que esa posibilidad la entristecía y que era algo que ella no había pensado antes.

"Le pregunte a los demás Nobles sobre los abusos de poder, pero ellos me dijeron que eso era imposible y que los nobles son un ejemplo para los plebeyos," Ella se veía desanimada al recordar eso, "Pero al leer esos diarios y las palabras que habían escritas en ellos… no puedo creer que eso sea solo un rumor,".

Louise también se sorprendió, al parecer ella era del tipo al que la idea de nobles abuzando de su poder le parecía algo imposible.

"Es por eso que quiero que ustedes vayan e investiguen esto en secreto… sé que es una tarea difícil pero…" Cuando ella iba a terminar, Louise decidió alzar la voz para calmar las preocupaciones de Henrietta.

"¡Aceptamos, Princesa!" Dijo Louise, "¡Aunque deba dedicar mi vida entera, cumpliré con esta tarea!" Dijo Louise con determinación y elocuencia a la vez que dio una reverencia.

Y con eso Saito se resignó a una misión aburrida.

Sin embargo… la Princesa aún tenía algo que decir.

"Louise, ¿Podrías irte y esperar afuera por unos minutos?" Pregunto de forma amable la Princesa.

Louise claramente se vio confundida por dicha petición, en especial porque ella no mencionó a Saito.

"Por favor, hay algo que deseo decirle en privado a Saito," Pidió la Princesa.

Louise no se veía muy convencida, pero como era una 'Petición' en lugar de una 'Orden' de la Princesa, para Louise el haberse negado sería una muy grande falta de respeto.

"Muy bien, después de todo como podría negarme a una petición de la Princesa…" Asintió Louise, quien antes de salir le dio una mirada a Saito.

Esa mirada llevaba un mensaje muy claro: 'No hagas nada para avergonzarte a ti mismo en frente de la Princesa'.

Saito simplemente asintió, indicando que el entendía ese mensaje.

Asique con eso, Louise dejo la sala del trono, dejando solos a Henrietta y Saito.

"Y bien, ¿Qué necesitaría la Princesa de un simple Familiar como yo?" Pregunto Saito, su voz y su forma de actuar eran neutrales.

A decir verdad e no estaba para nada feliz de básicamente tener que hacer una misión tan… degradante para un Santo Dorado como la que había sido ordenada.

Asique el eligió la neutralidad para ocultar su estado de ánimo.

"Ante nada quiero disculparme," Ella bajo la cabeza un poco en señal de disculpa.

Saito estaba claramente sorprendido… de entre todas las opciones el no esperaba eso.

Henrietta noto al instante que Saito llevaba una expresión de sorpresa en su rostro, por lo que ella decidió elaborar un poco.

"La razón por la que me disculpo es que aun siendo un Familiar, tu eres un poderoso guerrero que esta mas acostumbrado a que su misión sea una que involucre batallas," Si, uno no debía olvidar que como Princesa, Henrietta había visto a varios hombres, magos y soldados de su Reino, por eso ella reconocía el tipo de Saito como alguien más orientado a las misiones que tenían batallas que a una como confirma información, "Por eso sé que esta misión debe causarte enojo…".

"Vaya," Responde un Saito que mira a Henrietta con sorpresa en sus ojos, "Acertaste completamente,".

"Debo admitir que encuentro algo muy decepcionante el tener que hacer una misión como esta," Ahora que él estaba solo con Henrietta (Ósea Louise no podía escuchar las palabras de Saito y comenzar a gritarle por quejarse de las ordenes de la Princesa), Saito podía hablar con libertad, "Siento que este tipo de misión no vale la pena considerando el poder que gane entrenando duro cada día… aun si suena arrogante, esta misión no está a mi nivel,".

Ni siquiera había un enemigo o amenaza contra quien pelear, si al menos hubiese eso, Saito no se hubiese quejado.

Pero si bien Saito era amable y tolerante (Porque casi todos los Santos Dorados se hubiesen hartado y abandonado a Louise al segundo día en este mundo), eso no significaba que él no tuviese su orgullo como Santo Dorado y que el sintiese cuando una misión era simplemente demasiado básica para alguien como él.

Básicamente se estaba enviando a un poderoso León a supervisar a unas hormigas.

"Lo siento," Sorprendentemente lo primero que sale de la boca de la Princesa Henrietta es una disculpa.

Saito se sorprendió ya que si bien ella era amable, el no esperaba que una princesa ofreciese disculpas tan fácilmente, más aun cuando Saito ya tiene una clara idea de cómo los Familiares como el son vistos en estas tierras.

"Pero no se me ocurrió a quien más preguntarle," Le dijo Henrietta a Saito, "Sé que con tu gran poder Louise estará segura,".

Henrietta podía no saber mucho sobre la naturaleza de los poderes de Saito, sus límites o exactamente que era el capaz de hacer, pero ella estaba segura de que su poder era enorme.

Asique con el cerca, Louise no correría ningún peligro.

"… bueno," Finalmente responde Saito con un suspiro de resignación.

Saito sabe que eventualmente, de alguna forma Louise conseguiría que el la siguiese a esa misión, lo que en su parte tomaría horas de los gritos de la maga tsundere, pero debido a su sentido de la obligación, el iría con ella.

Entonces mejor ahorrarse un mal rato.

Y nuevamente, sin darse siquiera cuenta, las runas que están en su palma brillaban levemente.

"Muchas gracias," Agradeció Henrietta.

Era raro a decir verdad… Henrietta todavía tenía sentimientos por el Príncipe Wales. De eso ella no dudaba.

Sin embargo, misteriosamente Saito provocaba unos sentimientos que ella misma no se podía explicar.

¿Acaso será por el impacto que el causo ese día que el derroto al Golem?

Es decir, es una posibilidad a la cual Henrietta le gustaría creer… ya que ella temía lo que pasaría si ella comenzase a desarrollar 'Esa clase de sentimientos' por Saito.

Ella temía la reacción de las personas al saber que ella se había enamorado de un Familiar de entre todas las opciones… o como eso podría poner la amistad entre ella y Louise en peligro.

Asique por ahora ella prefería interpretar esos sentimientos por Saito como algo no romántico… ella esperaba que fuesen sentimientos no románticos.

Asique para romper ese incomodo silencio que se había formado de un momento para otro, Henrietta decidió hacer una pregunta.

"Saito, cuando Louise y yo estábamos solas aquí antes de que tu entrases, ella me revelo que tú eras un Caballero que le servía a alguien más," Dijo Henrietta.

El mencionado Santo de Libra se vio sorprendido y comenzó a murmurar maldiciones en un lenguaje que Henrietta no entendía (Chino).

Bueno, su situación definitivamente se había puesto peor ahora que la mismísima princesa sabia de ese pequeño hecho. Y si bien Saito era un buen tipo, él no era el Santo en el sentido de que él podía perdonar cosas con una sonrisa en su rostro… asique hay momentos como estos en los que el simplemente deja saber su enojo diciendo maldiciones en chino.

"No te preocupes, no estás en problemas," Dijo rápidamente una Henrietta que trataba de calmar a Saito, ella quizás no sabía lo que Saito estaba diciendo, pero por su mirada y tono de voz ella tenía una buena idea.

"¿Estas segura?" Pregunto un ahora más calmado Saito, quien aun a pesar de las palabras de la Princesa, él tenía ya una idea de los problemas que le podría causar esa información.

Es decir, Saito no dudaba de las buenas intenciones de Henrietta…

"Louise me rogo que no se lo dijese a nadie más," Explico Henrietta, "Y como amiga yo puedo aceptar eso… además no creo que tú seas un peligro," Dijo ella con honestidad.

"Pero la persona a la que yo le sirvo puede ser un peligro… ¿No es así?" Dijo Saito. El entendía claramente a donde Henrietta deseaba llegar con eso.

Una Princesa como ella tenía que velar por la seguridad de su país después de todo… y un gran peligro estaba posiblemente siendo creado por tan solo tener a Saito en Tristain.

Henrietta dio una sonrisa triste, pero asintió siendo que Saito había entendido a la primera.

Sin embargo, al menos el Santo de Libra podía calmar esa preocupación.

"Si es por un incidente internacional te aseguro de que no habrá problemas," Dijo un ahora relajado Saito.

"¿A tu princesa no le molestara que un Caballero tan poderoso haya desaparecido?" Pregunto una sorprendida Henrietta, siendo que ella pensaba que el hecho que un Caballero del nivel de Saito haya desaparecido seria el sinónimo de un gran escándalo.

Bueno, si pasase en Tristain, de seguro habría pánico general. De hecho por lo que él ha mostrado hasta ahora (Y ni siquiera todo su poder) Saito hubiese sido nombrado el guerrero más poderoso de todo Tristain y hubiese sido admirado por muchos, toda la nación hubiese creído en su poder… y a la vez Henrietta se preguntó porque nunca se escuchó siquiera un rumor de Saito, debido a que alguien como él debía tener una reputación al grado de que rumores se escucharían en otras naciones, sin importar lo lejanas que estas fuesen.

Asique si dicho guerrero hubiese desaparecido. Entonces habría pánico.

Y si se enterasen de que el había sido invocado en contra de su voluntad y básicamente transformado sin saberlo en el Familiar de una Noble de una nación extranjera… entonces habría una guerra.

O al menos eso ocurriría si Saito estuviese bajo el comando de ella en Tristain…. Y Henrietta no se dio cuenta de que al menos mentalmente ella estaba dispuesta a ir a la guerra por Saito en esa situación ficticia…

"Hay un chico llamado Seiya que tiene el mismo rango que yo, quizás más poderoso," Revelo Saito, quien hablaba de Seiya de Sagitario, "De hecho me atrevería a decir que Seiya y sus cuatro amigos me superan en términos de poder," Dijo sin nada de vergüenza Saito.

¿Por qué debería avergonzarse de reconocer que ellos son más poderosos que él?

Ellos pudieron alcanzar las Armaduras Divinas… Saito no había podido alcanzar algo como eso.

De hecho Saito decidió que el solo podía verlos a ellos en el mismo nivel si él también lograba alcanzar la Armadura Divina.

"Cinco personas más poderosas que Saito…" Murmuro una Henrietta que estaba absolutamente sorprendida por eso… y de hecho quizás un poco asustada también.

"La Princesa Athena… ella debe estar preocupada por mi junto con los demás. Pero te aseguro que ella nunca ordenaría atacar una nación, ella simplemente pediría de forma amable que se me permitiese regresar sin que la situación terminase en violencia," Admitió un Saito que se veía triste por la idea de preocuparlos a los demás de esa forma, más aun cuando el Santuario estaba tan reducido en poder, "Pero está bien, Seiya y los demás siempre han sido los que la han mantenido segura, en ese sentido no tengo que preocuparme por ella," A menos que otro Dios estuviese invadiendo, en ese caso Saito estaría muy preocupado y frustrado por no poder estar ahí.

Pero no… un Dios no podía atacar tan pronto después de Hades.

Pero… ¿Acaso los eventos de Asgard y Poseidón no fueron relativamente poco después del Santuario?

Si… ¡Entonces no era poco razonable la posibilidad de un nuevo ataque enemigo!

Y conociendo la mala suerte que los Santos tenían en ciertas ocasiones, esa posibilidad no era para nada irreal.

'¿¡Porque todavía estoy aquí!?' Pensó Saito al darse cuenta de que el básicamente estaba perdiendo el tiempo en lugar de hacer algo útil, '¡El Santuario todavía está en malas condiciones y perder a un Santo Dorado sería catastrófico si realmente hay enemigos!', Y en lugar de hacer algo Saito se lo estaba tomando con calma e incluso tenía tiempo para misiones como esta…

Las runas en la mano de Saito brillaron de forma intermitente, el brillo hubiese sido notado si Saito y Henrietta no estuviesen más bien enfocados en el otro.

Pero cuando el brillo dejo de aparecer, la mente de Saito se había calmado de su anterior estado de pánico.

'No… eso es simplemente muy improbable,' Pensó un ahora calmado Saito, quien racionalizaba la situación, 'Me estoy preocupando demasiado, debo tomármelo con calma o sino podría terminar arruinando las cosas aquí,'.

"Ya veo… debes confiar bastante en ese tal Seiya y sus amigos," Sonrió la Princesa, además si Saito hablaba así de ellos, entonces ellos no podrían ser malas personas.

Pero entonces había una cosa más que Henrietta deseaba saber.

"Esa Princesa Athena… ¿Qué clase de líder es ella para que tú la sigas de tal manera?" Saito la seguía por admiración y una creencia en esa mujer, eso fue lo que Henrietta pudo detectar.

Por un instante ella pensó lo agradable que sería tener… a Saito sirviéndole a ella de la misma forma.

"Ella es una gran líder," Dijo Saito al instante y sin dudarlo en sus palabras, "Athena-sama es una persona amable que posee un gran corazón, ella es comprensiva y se preocupa por sus subordinados y por todas las personas del mundo al punto de poner su vida en peligro para que todos los demás puedan vivir," Ahí Saito mira a Henrietta a los ojos con una expresión medio seria.

De hecho Henrietta se sorprendió al recibir ese tipo de mirada de Saito, junto con estar sorprendida por el nivel de sacrificio que esa mujer llamada Athena estaba dispuesta a llegar por prácticamente todos los seres humanos del mundo.

Henrietta honestamente no sabía si ella podía hacer algo como eso. Un solo reino de por si era un problema para ella.

"Sin embargo… realmente te recomendaría que no imitases totalmente a Athena, ya que ella tiene circunstancias especiales que nadie más seria capaz de replicar," La divinidad y guerreros como los Santos era algo que Henrietta no podía tener, sin importar lo mucho que ella quisiese.

"¿Cómo qué?" Henrietta no podía evitar preguntar, debido a que ella estaba genuinamente curiosa, ella realmente deseaba saber.

Pero para la sorpresa de Henrietta, Saito solo niega con la cabeza, indicando que esta vez él no iba a dar información.

"Perdón, pero eso es algo que no puedo revelar," Dijo Saito, él tenía sus brazos cruzados y sus ojos cerrados para hacer énfasis en esas palabras, "Y aun si Louise me molestase todo el día, yo no revelare nada,".

Henrietta estaba decepcionada por eso, pero decidió aceptar la decisión de Saito.

"Pero lo que sí puedo decir es que desde el inicio la relación de Athena y los caballeros que la protegemos es un ciclo," Saito dio una sonrisa débil que no tenía nada de alegría, "Ella se pone a sí misma en peligro precisamente porque no quiere que sus caballeros resultemos heridos en primer lugar. Básicamente los problemas en su gran mayoría son porque ella se contiene de responderle a sus enemigos… por lo que ella necesita de los Caballeros cuando ella necesita ser rescatada," Finalizo de explicar Saito.

"Eso es…" Murmuro una entristecida Henrietta al entender la situación de Athena y sus protectores.

Era realmente triste cuando uno se ponía a analizarlo. Básicamente un ciclo que se repetía continuamente.

"Yo pelearía por ella aun si eso significa dar mi vida," Revelo Saito al instante y sin dudar en sus propias palabras, ya que él estaba convencido, "Mi maestro y sus compañeros lo hicieron junto con las generaciones anteriores… de hecho la única razón por la que aquellos Caballeros que usan las Armaduras existimos es para proteger a Athena,".

Si, el sacrificio de los Santos Dorados fue realmente un evento muy emocionalmente poderoso para Saito… si tan solo él hubiese estado cerca para al menos decirle unas últimas palabras a su maestro.

Pero bueno, él ahora puede hacer que Dohko se sienta orgulloso al continuar con el legado de Libra.

Henrietta miro hacia abajo al ver la devoción y lealtad que Saito tenía en su princesa… ¿Pero porque ella entonces se sentía un poco decepcionada?

Saito interpreto esa acción de otra forma lamentablemente.

"Estoy seguro de que tu serás una gran líder," Dijo un convencido Saito, quien puso su mano en la cabeza de Henrietta (En estos momentos le daba lo mismo que ella fuese la Princesa… además Henrietta ni siquiera parecía estar incomoda, solo sorprendida) y comenzó a acariciar levemente, "Tu gente y tus subordinados te aman, asique sé que tu reinado será uno bueno,".

Desde donde Saito lo veía, Henrietta nunca se tendría que preocupar de una rebelión causada por la gente de su propia nación, con o sin magia.

"…Gracias," Le sonrió Henrietta a Saito.

Saito asiente como respuesta, viendo que esta conversación había terminado, él se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.

Pero antes de irse él debía decirle unas últimas palabras a la Princesa, y Saito las dijo sin siquiera darse vuelta, aun cuando muchos lo considerarían una falta de respeto hacia la princesa.

"Si bien no disfrutare esta misión, como es importante para ambas protegeré a Louise y disimulare mi descontento para no causar muchos problemas con ella… ya que debe ser importante recibir una misión directa de la Princesa a la que ella admira…" Dijo con suavidad la última frase Saito, aunque Henrietta lo escucho.

Saito se estaba refiriendo a lo que sentiría un Santo de Bronce (Si comparamos la posición de Louise con la de muchas personas más capaces) si la mismísima Athena directamente le diese una misión importante, aun cuando no hubiesen peleas de por medio.

En otras palabras, de cierta forma él podía sentir lo importante que era esto para Louise, eso se notaba al ver la emoción que ella sintió al serle encargada esta misión.

Y así, Saito dejo la sala para encontrarse con Louise, dejando sola a una pensativa Henrietta.

Sus pensamientos eran obviamente sobre el Santo de Libra.

Ella estaba genuinamente curiosa, Henrietta deseaba saber más de Saito, saber más de sus poderes, saber más de su Armadura… saber más de su lugar de origen y quizás conocer a esa mujer a la cual Saito le sirve con tanta lealtad y admiración.

Después de todo se sentía bien tener a una persona que actuase de forma normal con ella y que aun siendo una princesa, Saito no de dejaba llevar ni intimidar por eso.

¿Por qué debería?

Después de todo el nunca acepto ser un subordinado o aceptar seguir a Henrietta, el solo hacia esto porque Louise estaba haciendo esto.

Y aun ahora, en donde Saito se involucraba en cosas que él no tenía interés en involucrarse, ¿Acaso realmente era lealtad a Louise?

…O quizás algo que estaba controlando a Saito en contra de su voluntad… y él no lo sabía…

Y nuevamente, de lo que han sido varias veces, las Runas brillan sin que Saito lo supiese.

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(Opening: Next Level)

Podemos ver como la cámara se enfoca en el casco, hombro izquierdo y cintura de la Armadura de Libra que Saito está vistiendo.

Entonces Saito hace poses de artes marciales lo que termina con el dando una patada voladora.

Kimi ga Negau Koto Nara/Si realmente lo deseas,

Saito está en una calle de una ciudad (Beijing), él estaba de espaldas con Louise y Tabitha, cada una también dándole la espalda al otro y los tres comenzando a caminar en diferentes direcciones.

Subete ga Genjitsu ni Naru Darou/Entonces todo lo que tu desees se volverá realidad…

La cámara se enfoca en Louise y Tabitha caminando mientras veían con curiosidad la ciudad.

Erabareshi Mono Naraba/…Siempre y cuando seas el elegido.

Saito es enfocado en esa particular escena, el tenía las manos en el bolsillo y su mirada distraída.

Bousou wo Hajimeteru/Las Cosas Comienzan a Descontrolarse.

Ahora Saito se encuentra en medio del patio de la Academia de Magia mientras los estudiantes continúan caminando y ahblando, como si no pudiesen verlo.

Sekai wo Moto ni Modosu ni wa Mou/Pero el Mundo ya comienza a regresar a lo normal.

Ahora en medio de una calle vacía del Reino de Tristain se encuentra Saito caminando de manera casual.

Jikan ga Nai/Ya no hay más tiempo.

Por un camino rural en la noche se encuentra corriendo un caballo blanco, en el cual Saito iba montado con una expresión decidida en su rostro.

Moving Fast, Kokoro no…/Moviéndose Rápido, haz que el reloj de tu corazón…

Entonces la escena cambia a Tabitha, quien está en su habitación, ella esta recostada sobre un mar de libros.

Ella está mirando al techo con una expresión ausente en su rostro.

Tokei Hashirase/…vaya a toda velocidad.

Ahora bajo la lluvia se encuentra una Louise que intenta recitar un hechizo con toda su determinación, pero la escena cambia antes de que podamos ver el resultado.

Ashita no Sono Saki e/Ve más a allá del mañana.

Entonces podemos ver a dos Saitos, el primero es el Saito normal sin armadura que viste sus ropas de entrenamiento, él está espalda con espalda con el Santo de Libra.

El Saito con Armadura podía ver a Halkeginia, más específicamente la Escuela de Magia en frete suyo.

El Saito sin Armadura por su parte veía a Rozan, y a su familia (Shiryuu, Shunrei y Dohko) esperando por él.

Kimi no Tonari Tatakau Tabi/Cada vez que peleo a tu lado,

Podemos ver en imágenes rápidas a un Saito de niño entrenando con todo lo que tiene mientras Dohko lo supervisa.

Sin embargo la Pandora Box de Libra se abre y la Armadura cubre a un Saito que estaba en arriba de una de las torres de la Escuela de Magia.

En el rostro de Saito ahora podemos ver una gran resolución mientras el aprieta su puño del cual un Cosmos azul comienza a emanar

Umarekawaru/Yo renazco.

Entonces vemos a Tabitha lanzando un hechizo con su vara, en donde salen disparadas varias estacas de hielo.

Louise por su parte trata de lanzar un hechizo, sin embargo únicamente una explosión es el resultado.

Me ni Mieru, Speed Koeteku motion/El movimiento es más rápido que la velocidad de tus ojos.

Saito entonces viendo en frente suyo a un ejército lanza el Hyaku Ryu Ha.

Ittai Jibun Igai, Dare no Tsuyosa/Están aquellos que son más fuertes que tu…

Sin embargo la Tabitha que estaba sobre el mar de libros se quita los lentes y cubre sus ojos con el antebrazo, ya que ella estaba llorando.

Shinjirareru/… ¿Pero en cuales puedes confiar?

Ahora Louise esta bajo la lluvia, y ella lanza un grito a todo pulmón mientras lágrimas de frustración caen de sus ojos. Ella lentamente se estaba arrodillando en el suelo.

Kousoku no Vision Minogasu-na/No te pierdas esta visión a alta velocidad…

Entonces podemos ver a Saito con la Armadura de Libra puesta, él estaba parado sobre las ruinas de un castillo en una oscura y lluviosa noche.

Sus ojos habían sido ensombrecidos por su casco.

Tsuite-koreru Nara/…Si es que puedes seguirla.

El título 'Saito de Libra' escrito en letras doradas es lo que queda en la pantalla.

Fin del Opening

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-Ciudad-

Y sin tiempo que perder, Saito y Louis habían llegado a donde ellos debían realizar la misión encomendada por la Princesa Henrietta.

El lugar se veía bastante como Saito lo esperaría de este mundo, ósea el típico pueblo que uno encontraría en un videojuego de fantasía medieval.

No se veía nada mal, aunque Saito noto que aquellas personas demasiado arraigadas al mundo moderno (Ósea dependencia en la tecnología) ya estarían experimentando los efectos de abstinencia a la tecnología moderna.

En el caso del Santo de Libra que había estado en una región más remota y natural de China en donde la tecnología no era tan vital… pues Saito no sentía ninguna diferencia.

"¿Ya te acostumbraste a la idea de esta situación?" Pregunto Saito como confirmación.

"Si," Asintió Louise. Quien estaba en sus nuevas ropas que ella usaría mientras estaba en esta misión para no llamar la atención, sus ropas ahora eran un simple vestido y una boina negra.

Henrietta haba sido tan amable de darle a Louise una cantidad de dinero que no levantase sospechas, ya que ella debía fingir ser una plebeya para que esto funcionase.

Saito en si no necesitaba cambiarse, ya que si bien un tanto inusuales, sus ropas chinas no causarían que la gente pensase en el como un Noble o alguien con dinero.

El problema aquí fue que Louise estaba demasiado acostumbrada al estilo de vida de alguien con dinero, un ejemplo fue que la primera cosa que ella trato de hacer fue conseguir un caballo, pero el costo monetario era demasiado alto en comparación con el dinero que tenían a mano.

Luego ella intento encontrar alojamiento en un lujoso hotel en donde los Nobles se quedaban, pero eso por supuesto estaba mucho más arriba del presupuesto.

En lo personal, debido a su entrenamiento, Saito era perfectamente capaz de pasar o varios días sin dormir, o perfectamente dormir al a intemperie. Pero claro, Louise se negaría rotundamente a algo como eso.

Eventualmente eso llego al punto en el que Louise decidió hacer algo por su cuenta y le dijo a Saito que dejase de seguirla y que ella se las arreglaría.

Saito acepto eso sabiendo que le daría algo de tiempo a Louise para enfriar su cabeza y quizás con eso pensar más inteligentemente que hacer.

Asique cuando ambos se separaron, Saito fue a familiarizarse con la ciudad, no estaba de más conocer este lugar para saber que ruta uno podía tomar.

Saito no lo sabía… pero eso vendría siendo la última calma que él tendría por el resto de este día y la noche.

-Más Tarde Ese Mismo Día, (Ocaso)-

El tiempo debió haber pasado más rápido de lo que uno pensaba, ya que para cuando Saito se dio cuenta, el sol había comenzado a ocultarse.

Saito se subió a los techos de la ciudad y comenzó a buscar por una chica de cabello rosado, sabiendo que solo podía ser Louise.

La búsqueda término cuando Saito vio desde un techo la plaza central, cerca de la fuente se encontraba una desanimada chica de cabello rosa.

Saito no era exactamente un genio intelectual al nivel de los antiguos Santos como Saga de Géminis, sin embargo no había que tener mucho intelecto para ver qué era lo que había pasado.

Asique Saito se acercó hacia Louise, quien al oír los pasos de él acercándose lo miro… pero inmediatamente bajo la mirada, lo que confirmo los miedos de Saito.

"Perdiste tu dinero, ¿Verdad?" Pregunto Saito a su Invocadora. Aunque uno notaba que Saito no estaba preguntado exactamente una pregunta.

El reconocía esa mirada en los ojos de Louise en cualquier parte.

Después de quedar como uno de los dos Santos Dorados activos en el Santuario (Junto con Seiya de Sagitario), Saito había tenido que ir a distintos países debido a la falta de miembros del Santuario.

Asique en más de una ocasión el Santo de Libra había terminado en grandes ciudades y lugares en donde habían ese tipo de personas en las calles que atraían a gente ingenua con juegos en donde uno podría duplicar y hasta triplicar su dinero.

Para cuando eso finalizase la victima hubiese perdido todo su dinero y quienes los engañaron terminasen con más dinero y listos para encontrar nuevas víctimas.

Naturalmente al provenir del oriente, Saito muchas veces fue confundido con un simple turista que fácilmente seria estafado y perdería todo su dinero.

Solo se puede decir que cuando Saito decidía ponerse a jugar… el terminaba con varias veces el dinero que el tenia inicialmente.

Pero el Santuario no necesitaba saber sobre ese pequeñísimo detalle… además que Shunrei lo regañaría por andar haciendo cosas como esas.

"Él me dijo que ganaría más dinero si continuaba jugando…" Louise ni siquiera intento negar las palabras de Saito, ella estaba simplemente demasiado cansada como para fingir superioridad y arrogancia.

"Hmm…" Dijo un pensativo Saito que se sentó al lado de Louise y miro al cielo anaranjado. Ciertamente estaban en problemas sin ese dinero y necesitaban donde quedarse, "¿Por qué no me dices donde esta ese tipo?" Sugirió Saito, "Si yo juego entonces podríamos recuperar ese dinero," Saito sabía que era una posibilidad lejana, pero igual es mejor que nada.

"No… ese tipo se fue después de haber tomado mi dinero," Suspiro Louise.

Oh bueno, igual Saito no tenía muchas esperanzas con esa propuesta, pero igual era mejor que nada.

"Ahora pienso que separarnos fue un error," De hecho de haber permanecido juntos, el dinero que ellos tenían ahora podría haberse duplicado en lugar de haberse perdido para siempre.

Aunque uno no debía olvidar que aun en esta situación… Louise podía tener un temperamento volátil.

"¡Tu solo actúas sin preocupación porque tienes un cuerpo invencible!" Finalmente Louise le grito a Saito esas palabras mientras le apunto con el dedo, aun cuando eso fuese falta de modales.

Después de todo para ella, Saito poseía un cuerpo invencible que aun sin su Armadura tendría la posibilidad de sobrevivir a cosas que podrían matar a un ser humano.

O al menos eso era lo que Louise interpretaba considerando que ella carecía de la información de todas las capacidades totales de Saito de Libra.

Asique ante esa acusación… Saito soltó un audible suspiro. Al parecer su ama realmente pensaba de forma equivocada sobre sus poderes.

Bien, al menos él podría corregirla sobre algo, ya que Saito no estaba cómodo contándolo todo.

"Eso es un error," Comento un Saito que miro al cielo azul y puro, "De hecho incluso tu o Guiche serian capaces de matarme si la situación fuese correcta," Era duro admitirlo, pero Saito necesitaba que su punto realmente le llegase a Louise.

"¿¡En serio!?" Pregunto de la nada una muy impresionada Louise, al parecer ella creyó por completo las palabras de Saito.

"Mis poderes… si bien son grandes, a la vez no son del tipo de poderes que están 'permanentemente activos', tengo que hacer una decisión para activarlos," Mejor dicho como Saito ya domina el Séptimo Sentido, con solo activar su Cosmos el Séptimo Sentido se activaba, aunque él podía voluntariamente desactivarlo, aun así él tendría un Cosmos enorme.

"¿Y eso que tiene que ver?" Pregunto Louise, si bien ella era inteligente, la pelirosada se enfrentaba a falta de información.

"Que si por ejemplo yo estoy durmiendo, entonces alguien podría cortarme el cuello y yo no podría defenderme ante eso," Dijo Saito, como se ha dicho de cientos de veces, a pesar de poseer un gran poder, los Santos eran seres humanos y era posible tomarlos por sorpresa si no activaban el Séptimo Sentido para reaccionar de mejor forma.

Siendo ese el caso, incluso un francotirador con un rifle podría ser un asesino de un Santo Dorado si este estaba ignorante de ese peligro y por lo tanto era tomado por sorpresa.

Ellos seguían siendo humanos, que no se les olvide. Aunque había muchos que preferían olvidar eso aun cuando se ha especificado varias veces que los Santos Dorados aún son humanos.

"Hmm… pero aún no veo eso pasando," Respondió finalmente Louise después de considerar esa situación, "Sé que si alguien viniese con un cuchillo para matarte en la noche tú te despertarías y esquivarías sin tomar nada de daño,".

Una imagen mental… bien acertada.

"Bueno, eso se debe a que mi entrenamiento me ha dejado un Sexto Sentido, ósea una intuición más aguda que el resto de las personas," De hecho todos los Santos de alto nivel poseían algo como eso, por lo que aun si uno los atacase mientras duerme, era una posibilidad muy real que el Santo se despertase antes de que el golpe letal fuese dado.

"Pero sabes, otra manera de acabar con alguien con mi fuerza seria simplemente poniéndole veneno a mi comida," Dijo Saito otra situación posible, "O incluso podría darse la situación en la que yo haya tenido una batalla de proporciones inmensas y si bien yo estuviese vivo, yo hubiese sido llevado a mi limite absoluto y entonces yo estaría tan débil que cualquiera hubiese podido matarme,".

Si, ese era otro ejemplo muy real, como por ejemplo si Saito hubiese terminado en un combate a muerte contra uno de los Tres Jueces de Hades y la victoria hubiese sido suya, entonces Saito hubiese estado tan exhausto que incluso una persona sin Cosmos podría matarlo en ese momento.

Louise claramente estaba impresionada que alguien tan poderoso reconociese su mortalidad e incluso supiese que situación era capaz de matarlo.

De hecho fue suficiente para que Louise no dijese nada.

"Ahora tenemos que pensar en que podemos hacer…" Saito miro al cielo en contemplación. De seguro había algo que podría hacerse, solo se necesitaba pensar en cómo hacerlo.

Sin embargo esos planes tendrían que esperar… debido a que fue en ese momento de contemplación que Saito lo pudo sentir.

Un enorme Cosmos que fue capaz de envolver toda la ciudad en un solo instante, un enorme y salvaje Cosmos que casi ni parecía humano.

"¿¡EHHHHH!?" Dijo súbitamente un Saito que por primera vez después de llegar a este mundo perdió su compostura de forma total.

Era imposible después de todo.

Saito debería ser el único en el mundo capaz de usar el Cosmos, eso era lo as lógico que asumir aquí.

Y sin embargo únicamente podía ser Cosmos lo que él estaba sintiendo.

Un Cosmos lleno de agresividad que claramente estaba buscando llamar la atención de alguien.

Lo que igual era confuso ya que si bien ese Cosmos había cubierto toda la ciudad… solo Saito era capaz de sentirlo.

En lugar de dejar inconscientes a todas las personas, nadie se daba cuenta de ese abrumador poder que tenía a un Santo Dorado totalmente alerta.

Raro… todo eso simplemente era muy raro.

Sin embargo Saito se dio cuenta de que él debía hacer algo. El simplemente no podía ignorar ese peligroso y poderoso Cosmos.

"…to…¡SAITO!" El grito de Louise saco a Saito de sus pensamientos.

Parece que él se había quedado pensando de tal forma que Louise había estado gritando su nombre por varios minutos.

"¿Eh?" Dijo un confundido Saito a Louise, "¿Pasa algo?" Pregunto el, intentando fingir inocencia.

Pero claro que no iba a funcionar en esta situación, su distracción había sido lo suficientemente larga para que incluso un idiota se hubiese dado cuenta de que algo lo molestaba.

"No te hagas el inocente," Dijo la pelirosada con un poco de molestia, "Es muy obvio que algo te está preocupando, y aun cuando temo saber lo que es, como tu Ama debo saberlo," Aun cuando no lo mostrase, ella estaba un tanto nerviosa sobre lo que pudo haber causado tal reacción en Saito.

"Bueno…" Saito se debatió sobre qué hacer, pero decidió que decir la verdad seria menos problemático, "Sentí una energía similar a la mía a las afueras de la ciudad," Revelo Saito, quien ahora hablaba con un tono serio de voz.

"¿Que? ¡Pero si yo no sentí nada!" Respondió una confundida Louise.

Ella había estado cerca cuando Saito usaba esos raros poderes suyos, Y Louise había sentido algo cada vez que eso ocurría, aun cuando fuese una sensación bien débil.

Y si Saito estaba diciendo la verdad, ella debía haber sentido al menos una pizca de ese gran poder.

"Yo tampoco sé cómo es posible… pero Louise, aunque tú me lo prohíbas iré a investigar," Dijo Saito, mostrando su determinación de ir aun sabiendo que su invocadora estaría molesta con él.

Louise solo se quedó en una profunda contemplación ante aquellas palabras.

Saito estaba a punto de darle las instrucciones sobre qué hacer hasta que el regresase, pero Louise comenzó a hablar antes de que el siquiera hubiese podido abrir su boca.

"Si realmente tienes que irte… iré contigo," Dijo la determinada maga. Eso sorprendió a Saito por el simple hecho de que Louise se veía sincera sobre ir con él y no parecía hacerlo simplemente mostrar que ella era la 'Ama' de Saito, "Es la primera vez que te veo actuar sorprendido por algo, realmente quiero ver de lo que se trata," Además quizás ella terminaría descubriendo algo sobre Saito si había otro usuario de los mismos poderes.

"Muy bien…" Suspiro Saito, además igual hubiese sido peligroso dejar a Louise sola en la ciudad, considerando como ella había perdido el dinero… entonces la idea de verla sola en la noche y sin dónde ir realmente incomodaba a Saito.

Entonces Saito tomo a Louise en sus brazos y se comenzó a correr hacia el originen del Cosmos.

-Claro en Medio del Bosque-

Y entonces, cargando a Louise en sus brazos Saito llego hacia el lugar donde ese Cosmos monstruoso se había sentido y todavía se sentía.

Él podría haber llegado mucho más rápido yendo a su 'Verdadera Velocidad', sin embargo como Louise insistió en venir, Saito tuvo que reducir su velocidad a una que no destruyese el cuerpo de Louise.

Pero finalmente los dos habían podido llegar a un claro en el medio del bosque que estaba afuera del pueblo.

El sol estaba casi a punto de ocultarse… Y Saito tenía el presentimiento de lo que iría a pasar aquí iba a ser algo que duraría bastante tiempo.

Pero por suerte el causante de ese Cosmos Misterioso no se había movido del lugar, como si quien quiera que estuviese emitiendo ese poder estuviese esperando una respuesta.

En el centro del claro se podía ver la figura de un tipo vistiendo unos pantalones y una camisa sin mangas de color rojo (Ósea imagínense algo similar a las ropas de Kanon cuando este no usa armadura). Además ese tipo llevaba una espada en su cintura.

Pero era el rostro lo que más le llamo la atención a Saito.

"¿¡Maestro!?" Finalmente Saito exclamo lo que hacía imposible a esta situación, y sin importar cuanto el pestañease, la imagen en frente de sus ojos simplemente no cambiaba.

Fue la alta voz de Saito lo que causo que la atención de esa persona se centrase en él y Louise.

El vio con poco interés como dos mocosos eran quienes habían aparecido en lugar del oponente que aliviaría su aburrimiento.

Probablemente se trataba de unos niños que habían llegado aquí por accidente, ya que su energía estaba supuesta a ser invisible para los humanos.

"¿¡Dijiste 'maestro'!?" Grito Louise con un poco de miedo en su voz sorprendida.

Por supuesto que ella estaba asustada.

¿Acaso es ese hombre el que le enseño todo a Saito?

Entonces él debía poseer un enorme poder… quizás incluso mayor al de su alumno. Y ese pensamiento sique daba miedo.

"¿Eh? ¿De que estas hablando mocoso?" Respondió con mal humor ese tipo que poseía un rostro idéntico a Dohko.

Tan solo esas palabras fueron suficientes para decirle a Saito que algo andaba muy mal. Ya que no importaba que hubiese pasado, Dohko jamás le hubiese respondido así a uno de sus alumnos.

Ese tipo no era Dohko, a pesar del parecido Saito al menos podía estar seguro de eso… y de hecho era lógico, ya que su maestro había muerto en el Muro de los Lamentos.

"Nada, te confundí con alguien más," Respondió calmadamente Saito.

"No tengo interés en lidiar con unos mocosos, váyanse de aquí antes de que pierda la paciencia," Y con eso ese tipo volvió a mirar al cielo y a la vez su Cosmos continuaba intentando atraer a algo… sin darse cuenta de que un Santo Dorado fue quien mordió el anzuelo.

Básicamente era lo equivalente a poner un anzuelo para pescar un tiburón… y que una ballena terminase mordiendo ese anzuelo.

"¿Entonces porque estas emitiendo esa energía?" Esa respuesta de Saito había sellado su destino y futuro en este mundo.

Porque ahora él no tenía a alguien que conocía su rostro y que a la vez posee una personalidad que busca a oponentes fuertes.

Los ojos de ese Misterioso Espadachín se abren en sorpresa y su mirada se enfoca totalmente en Saito a la vez que su Cosmos dejo de fluir de su cuerpo.

"¿Tu pudiste sentirlo?" Pregunto para confirmar el Misterioso Espadachín, aunque ya había una leve sonrisa en su rostro.

"Era difícil ignorar tu existencia," Respondió Saito, "De hecho era muy claro que estabas buscando pelea,".

El Misterioso Espadachín simplemente sonrió ante esa acusación.

Después de todo Saito no estaba totalmente equivocado.

"No exactamente," Respondió el tipo idéntico a Dohko, "No esperaba que ningún humano sintiese mi majestuoso poder. Simplemente estaba esperando a que un Dragón o alguna criatura poderosa escuchase mi llamado y viniese a pelear," Explico el Misterioso Espadachín.

Sin embargo eso hubiese causado pánico en la ciudad, y Saito estaba convencido de que ese tipo lo sabía.

"Pero para mis sorpresa un tipo con mucho poder respondió a mi llamada…" La sonrisa de ese tipo se volvió una sonrisa de alguien que esperaba ver sangre en batalla, "¿Sabes lo que esto significa? ¿Sabes que ahora no planeo dejarte ir?".

"Louise retrocede," Ordeno Saito con una voz seria, mucho más seria de lo que Louise hubiese escuchado de él. Sus ojos además ahora eran duros y fríos como el acero.

El ver a Saito en tal estado hizo que la pelirosada simplemente asintiese y no intentase responder como ella normalmente lo haría.

"No se cómo va a proceder esta batalla, pero hay una oportunidad de que haya un gran daño colateral, puede ser muy peligroso para ti si te quedas," Fue más una orden que una petición, pero Louise al ver lo serio que era Saito decidió simplemente aceptar las palabras del Santo de Libra.

Ella entonces comenzó a caminar para alejarse del campo de batalla, más en específico a los árboles que rodeaban al claro… pero de ahí en más ella no se movió.

Ella planeaba observar la batalla de su Familiar.

"Ahora… si vamos a pelear creo que es necesario tener puesta mi Armadura," Saito ahí se permitió a si mismo dar una sonrisa de confianza, puesto que el llamaría a su más confiado compañero.

Saito de Libra llamo a su amada Armadura, el declaro a los cielos que necesitaba de sus ropajes sagrados.

"¡Ven a mí, Libra!" Llamo Saito.

Y un llamado ha sido hecho.

Y en la habitación de Louise, aquella Pandora Box que estaba apoyada en una de las murallas sintió como desde la distancia su dueño la llamaba a la Armadura que estaba adentro.

Y en un instante, las piezas de Armadura Dorada llegaron hacia Saito.

El cuerpo de Saito fue cubierto por la Séptima Armadura.

Normalmente uno hubiese quedado con la boca abierta por la sorpresa o por el horror de tener que enfrentar a un tipo con una Armadura tan imponente (E intimidante en el sentido de poseer varias armas visibles…) y por la cantidad de energía que Saito emitía al ponerse su Armadura.

¿La reacción del Misterioso Espadachín?

Sonreír.

Sonreír por presenciar algo que el honestamente creía que nunca volvería a ver de un oponente.

Si bien uno normalmente se pondría a hacer preguntas… el Misterioso Espadachín no era de ese tipo de personas, él era del tipo que en lugar de ponerse a hablar iba directamente a la batalla.

"¿Estas yendo con todo desde el inicio?" Pregunto el Misterioso Espadachín con emoción y lujuria por la batalla saliendo de su voz, él ni siquiera se molestaba en ocultar sus emociones.

El Santo de Libra con Armadura da una respuesta a aquella pregunta.

"Con solo verte a ti y sentir tu espíritu de lucha… con solo eso sé que debo ir totalmente serio desde el inicio," Dijo Saito.

Si, Saito sabia cuando tomarse en serio a un oponente desde el inicio.

Aun cuando… ese oponente poseyese el rostro de su amado Maestro.

"Pues como realmente me mostraste algo muy interesante y que además trajo recuerdos buenos… creo que es solo justo mostrarte a ti también algo interesante," Y con eso dicho, el Misterioso Espadachín saco a Derflinger y la apunto hacia Saito.

Esa espada a simple vista no se veía como mucho, sin embargo Saito sabía que esa espada no era algo común… sus instintos le estaban gritando el tener cuidado con esa espada.

"Este amigo mío se llama Derflinger, una Espada forjada con la sangre de una Diosa siendo usada en el proceso de creación," Explico el Misterioso Espadachín, notando la precaución de Saito, "Un arma muy especial que las manos de los humanos aun con la magia inferior que ellos utilizan jamás hubiese podido ser creada,".

Saito no esperaba que nada más fuese dicho… y realmente le Misterioso Espadachín no dijo nada.

Fue… la espada la próxima en hablar.

"¡Hola! ¡Estoy muy feliz de que mi primera batalla al lado de Mi Señor sea con un usuario de una Armadura Sagrada!" Dijo con felicidad la espada.

Si bien Saito estaba muy sorprendido del hecho de que esa espada hubiese hablado, ahora mismo él no podía permitirse mostrar esa sorpresa.

"Y puede que uno no piense mucho de Derf a simple vista y después de escucharlo…" Y como si para dispersar cada duda existente de que si Derflinger era poderosa, el Misterioso Espadachín decidió dar un ejemplo, "…entonces quizás una pequeña demostración valga la pena,".

Y mirando al cielo donde se podía notar una pequeña nube en este cielo casi despejado, el Misterioso Espadachín encontró un objetivo para demostrar el poderío de aquella espada que superaba a todas las demás de este mundo.

Agarrando a Deflinger con fuerza, el Misterioso Espadachín dio un corte en dirección a esa nube… y por un solo segundo todo el filo de la espada brillo de color rojo carmesí.

El resultado fue inmediato, un ataque de color carmesí fue lanzado en forma de un corte hacia esa nube, se podría comparar a cuando Shiryuu usa a Excalibur para atacar a distancia.

La nube fue partida por la mitad aun cuando estaba muy alto en el cielo, y el hecho de que ese tipo no hubiese emitido ese 'Cosmos' que Saito sintió… significaba que fue el poder de la propia espada el causante.

'Esa arma es una…' Pensó un impresionado y nervioso Saito al reconocer el tipo de arma que era Derflinger.

Si, esa espada era una quizás comparable a sus armas de libra, se trata de una…

ESPADA SAGRADA

"Una espada de un poder inmenso…" Noto Saito, viendo lo que tan solo un corte fue capaz de lograr.

Subestimar a esa espada parlante podría ser potencialmente letal… de hecho por lo que había visto Saito decidió cual era la opción más indicada.

Saito puso las manos en su espalda… y saco una de las Espadas de Libra. Esta vez el había pensado lógica y fríamente y vio que esta opción era la más indicada.

Esa acción claramente se ganó el Interés del Misterios Espadachín.

"¿Oh? ¿Asique vas a desafiarme en un duelo de espadas?" Pregunto de manera sonriente el Misterioso Espadachín.

Habían pasado muchos años desde la última vez que él pudo experimentar algo como eso. Y ese tipo llamado Saito se veía como alguien poderoso.

"No te confíes, esta Espada podría cortar inclusive una construcción creada por un Dios," Y como el Pilar del Océano Indico lo podía testificar, eso era la verdad.

Pero eso solo hizo a el tipo idéntico al maestro de Saito sonreír al punto que su sonrisa lucia maniática (Ósea imagínense la sonrisa de Kenpachi de Bleach) en anticipación a una batalla.

Saito y ese tipo se miraron el uno al otro por unos instantes… para luego lanzarse el uno al otro con las espadas en mano.

¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!

Resuenan los sonidos de las espadas chocando la una con la otra.

La Espada de Libra y Derflinger se enfrentan la una a la otra.

Eso en si era realmente algo remarcable, que el arma del oponente de Saito pudiese aguantar varias veces los ataques de la Espada de Libra. Y aun mas, esa espada parlante no mostraba señal alguna de desgaste o de romperse debido a los constantes ataques.

Después de todos fue esta misma espada la que rompió el Freezing Coffing (Ataúd Congelante) de Camus de Acuario para salvar la vida de Hyoga de Cisne, o de como Shiryuu uso esa espada para destruir el Pilar del Océano Indico durante las batallas contra los Generales Marinos de Poseidón.

Y aun con eso Derfinger no daba la más mínima señal de estar a punto de quebrarse o siquiera sentir los ataques de la Espada de Libra.

Daba miedo, esos enemigos no se daban cuenta cuanto miedo Saito estaba sintiendo.

"¡Increíble!" De hecho la voz de Derflinger tenía alegría de entre todas las posibles emociones que podría tener una espada que estuviese colisionando continuamente con la Espada de Libra, "¡El poder de esa espada es tremendo! ¡Nunca espere encontrar un arma que pudiese pelear de igual a igual conmigo en mi verdadera forma!" Al parecer era la primera vez que Derflinger se encontraba con un arma que igualase sus poderes en este estado.

Nada de estar gritando por sentir que su cuerpo estaba a punto de ser destruido… en otras palabras Derflinger podía continuar de esta forma por quien sabe cuánto tiempo.

Aun así, ignorando eso Saito continuo peleando… poniendo todas sus fuerzas en sus brazos y la Espada de Libra.

Aunque… si esto continuaba así Saito terminaría derrotado.

Saito estaba en desventaja y él lo sabía. Si esta situación continuaba el inevitablemente perdería este duelo de espadas por una simple razón:

Si bien el Santo de Libra era un poderoso artemarcialista y un guerrero fuerte en varias áreas… Saito no era un espadachín.

Su habilidad con la espada derivaba de su simple técnica básica e instintos de artista marcial. Era su gran poder y habilidad destructiva de la Espada de Libra lo que convertía a Saito en un 'Temible Espadachín'.

Eso diferenciaba al Santo de Libra de su oponente.

El Misterioso Espadachín probablemente había dedicado mucho tiempo y esfuerzos en refinar su arte de la espada, en hacer de su habilidades con la espada algo formidable al punto de que incluso con una espada común y corriente el sería un oponente complejo.

Comparado con eso Saito era más una persona con un gran poder que usaba su poderosa espada en raras ocasiones, pero el simple poder de su espada podía terminar de un solo golpe un combate.

En otras palabras Saito era meramente decente con la Espada. Él no podría considerarse un prodigo natural con ella o un experto que refino sus habilidades con cientos de batallas junto con una espada.

Pero aun así poseía suficiente poder puro como para dar pelea… pero él no continuaría con una pelea que era bastante clara que él iba a perder.

Saito dio un gran salto hacia atrás para aumentar la distancia y dejar claro que él no iba a continuar con este cruce de espadas.

"¿Acaso termino nuestro encuentro?" No era una pregunta aquellas palabras que salieron de la boca del Misterioso Espadachín, aunque extrañamente el no sonaba decepcionado, "Quiero que sepas que correr es imposible, si lo intentas puedo perseguirte toda la noche," Esa advertencia no tenía sentido alguno, principalmente porque el Misterioso Espadachín sabía que Saito no era del tipo que huiría en un combate.

Y si uno analizaba esas palabras era claro que ese tipo se había olvidado de la existencia de Louise, ya que haberla usado cuando formulo esa amenaza hubiese dado mejores resultados.

Al menos Saito pudo responder a esa amenaza.

"En comparación contigo estoy superado en términos de técnica con la espada," Admitió Saito, "Si continuase desafiándote con la Espada de Libra, eventualmente tú me derrotarías, ambos lo sabemos," Dijo con seriedad el Santo de Libra.

La respuesta del Misterioso Espadachín fue… una sonrisa.

No era el tipo de sonrisa maniática que daba un oponente ante la idea de una pelea a la muerte o de como el oponente era perfecto para pelear.

Una comparación adecuada (Debido a que ese rostro era idéntico al del Maestro Dohko de Saito) seria aun maestro estando orgulloso de su alumno por haber dado un gran paso.

"Perfecto, usualmente mis oponentes eran demasiado estúpidos u orgullosos para reconocerlo, esos tipos terminaron siendo cortados junto con sus espadas," Paso hace mucho tiempo, pero cada batalla mínimamente interesante estaba guardada en la memoria del Misterioso Espadachín.

"Aunque si realmente quieres una batalla con Armas…" Dijo un Saito que al haber guardado su espada, su mano estaba buscando ahora uno de los Tridentes de Libra, "La verdad es que soy según mi maestro alguien con un talento natural para las Lanzas y armas similares," Eso Saito lo dijo con un poco de orgullo en su tono de voz, orgullo en sus propias habilidades.

Pero quizás con un espadachín maestro como su oponente, el talento natural de Saito no alcanzaría aun con el Tridente de Libra.

Solo había una solución.

"Pero como te dijo si bien soy bueno, la pelea con armas no son mi especialidad," probablemente la pelea hubiese sido más igualada, pero igual Saito estaba superado si el combate era de armas.

Sus habilidades con el tridente eran buenas, pero no superarían a la de un maestro que ha peleado incontables batallas con su arma.

Pero el aun poseía una carta de triunfo en esta situación.

Saito se puso en posición de combate.

Si, si el Misterioso Espadachín era un experto y prodigo en el manejo de la espada… entonces Saito de Libra era un experto y prodigo en combate cuerpo a cuerpo y artes marciales.

Y como el mundo de Halkeginia prefería la magia y las armas ante todo, las artes marciales fueron algo dejado en el olvido… y esa era el área donde Saito era más competente era una donde los guerreros de estas tierras no estaban tan acostumbrados y si peleaban con sus cuerpos iban a ser simples puñetazos sin ninguna clase de técnica.

Asique eso le daba un poco más de ventaja a Saito de Libra.

Asique con la mentalidad de usar sus artes marciales para nivelar la pelea, Saito fue hacia su duro oponente.

Y nuevamente se escuchaba el sonido de metales resonando, pero ahora era Derflinger cuando este impactaba con la Armadura de Libra.

Aquella batalla se había transformado en una donde ambos combatientes estaban totalmente empatados debido a las altas habilidades de ambos.

Los puños y extremidades de Saito protegidas por la Armadura Dorada se encargaban de protegerlo ante la Derflinger.

De la misma forma el Misterioso Espadachín también sabia como usar su espada como un escudo improvisado, usándola para bloquear los puños y palmas de Saito.

Ese combate era totalmente parejo, ambos lados atacaban y contrarrestaban al oponente.

Pero a la vez se decía que un combate como este podría durar para siempre, ya que si ningún lado avanza, esta batalla únicamente se prolongara indefinidamente.

Por eso esta situación era tan preocupante para Saito.

Saito estaba vistiendo su Armadura Dorada para mantenerse de igual a igual en contra de su oponente.

Y las palabras que su oponente dijo implicaban que el también poseía un equivalente a las Armaduras… pero si eso era verdad, entonces el Misterioso Espadachín se estaba guardando una carta de triunfo.

Saito necesitaba derrotarlo antes de que el ganase más poder, de lo contrario Louise estaría en peligro si ella continuaba en el área y el enemigo comenzase a usar técnicas de destrucción masiva.

Si bien al principio de su estadía en este mundo Saito hubiese defendido a Louise únicamente por su sentido del honor como Santo (Mientras que otros Dorados la hubiesen abandonado al primer día y uno que otro la hubiese asesinado por la insolencia y arrogancia que Louise poseía), ahora con el tiempo que ha pasado y las oportunidades de haber presenciado un poco más de la personalidad de Louise, Saito no quería que ella resultase lastimada.

"¡De esto estaba hablando!" Dijo con mucha emoción el Misterioso Espadachín, "¡Esta era la batalla que yo ansiaba tener!".

Saito no se dignó a responder a esa alegría por el simple hecho de que él sabía que si él hablaba una apertura se crearía y el enemigo lo derrotaría.

Había que crear una distancia para poder ejecutar su plan.

Cuando el enemigo fue por un corte horizontal para cortar a Saito por la mitad, Saito aprovecho para nuevamente impulsarse hacia atrás y expandir la distancia entre él y el Misterioso Espadachín.

Ahí Saito comenzó a rápidamente hacer cierto movimiento con sus brazos, un movimiento de preparación para un ataque muy poderoso.

Un movimiento que por un segundo dejaba al descubierto el corazón de Saito. Una debilidad que sería letal de no ser porque la Armadura de Libra era una protección bastante poderosa.

La imagen de un dragón de color azul apareció detrás de Saito cuando este hacia los movimientos de preparación.

Y en cuanto al Misterioso Espadachín…

"Vamos, muéstrame que las expectativas que tengo sobre ti no están equivocadas…" Murmuro el Misterioso Espadachín.

Claramente el esperaba algo de Saito, y para eso estaba decidido a no atacar ese punto débil que el había revelado, aun cuando fuese una enorme tentación golpear ese corazón, incluso con esa Armadura Dorada, Saito no hubiese salido sin ningún rasguño.

Con sus movimientos completos, Saito lanzo su técnica.

"¡Rozan Sho Ryu Ha! (Dragón Ascendiente)" Declaro Saito, quien le lanzo un Dragón de color azul hecho de Cosmos al Espadachín.

Si usar los puños e inclusive la Espada de Libra no era una opción, entonces Saito todavía poseía el Cosmos.

El tipo idéntico a Dohko se vio sorprendido por el dragón que se dirigía hacia el… un golpe potencialmente letal si conectaba.

"No puede ser… ese tipo realmente posee el Dunamis…" Aunque el Misterioso Espadachín estaba más impresionado por la naturaleza del ataque, que al final no era Magia… ¡Sino el Dunamis!

Asique la sorpresa dejo el rostro del Misterioso Espadachín para ser reemplazada por una gran felicidad.

"¡Eres un rival mucho más digno de lo que pensé!" Dijo con felicidad el Espadachín Misterioso, quien entonces puso a Derflinger en frente suyo, como si fuese un escudo que lo protegería del ataque de Saito.

Y contra todo pronóstico… la espada se comió el ataque de Saito.

Si, Saito tenía bastantes problemas para creer lo que el había visto.

Que un arma parlante se haya comido la técnica de un Santo Dorado (Y una técnica con suficiente Cosmos para matar de una al oponente) era algo que no había pasado en la ilustre (Y muchas veces sangrienta) historia de los Santos de Athena.

Asique después de mirar con asombro a sus oponentes, Saito hizo la única pregunta lógica en esta situación.

"¿Qué fue lo que paso?" Pregunto Saito.

El Misterioso Espadachín únicamente sonríe como respuesta ante esa pregunta y le apunta Derflinger a Saito.

"Normalmente Derflinger únicamente podría ser capaz de absorber la 'Magia' de los Magos de estas Tierras," Comenzó a explicar aquella persona idéntica a Dohko, "Sin embargo eso únicamente es verdad cuando está en manos humanas y su verdadero potencial esta disminuido debido a que originalmente él no estaba supuesto a ser usado por los humanos," Honestamente, el Misterioso Espadachín no podía creer incluso ahora como la creación de Sasha había terminado en un estado tan patético gracias a los humanos.

Por supuesto ahora que Derflinger estaba en su posesión, el rectificaría tal error.

"Derflinger fue originalmente pensado para contrarrestar el Dunamis en caso de que algún usuario del Dunamis intentase atacar a nuestra Diosa," Y como si para felicitar a la espada por cumplir a la perfección el trabajo para cual él fue creado, el Misterioso Espadachín acaricia a Derflinger.

"Hehehe, ¡Cuando quieras compañero!" Dijo un feliz Derlfinger.

La espada estaba además muy feliz por haber podido probar el Dunamis después de tantos años. De hecho la fecha exacta de la última vez que Derflinger probó el Dunamis de alguien más había sido olvidada.

Sin embargo era cerca del tiempo en el que su creadora estaba todavía con vida. Por lo que Defrlinger casi había olvidado el sabor de un Dunamis.

La palabra clara era 'Casi'.

Porque aun cuando fuese una vaga memoria, el sabor del Dunamis que el había probado nunca dejaría a Derflinger, aun cuando las memorias fuesen olvidadas, en el alma de la espada ese sabor había sido grabado.

Y el Dunamis de Saito… era… ¡Muy Distinto a lo que Derflinger conocía!

Ponerlo en palabras era difícil, pero a diferencia del Dunamis que era siempre bastante puro… el de Saito no se sentía tan puro.

Lo que Derflinger no sabía era que eso se debía a que si bien el Cosmos de Saito era similar al Dunamis, el Cosmos de Saito era algo creado por un ser humano y eso era lo que diferenciaba al Cosmos con el Dunamis que era manejado por los seres no humanos.

Pero en ese Cosmos de Saito… había un poco de la esencia de un Dragón… y de otra criatura a la cual Derfliinger no reconocía…

"¡Ya está listo compañero!" Anuncio la Espada Parlante, "El Dunamis está dentro de mí, puedes liberarlo cuando quieras,".

Saito no planeaba quedarse ahí como estatua para mirar que era lo que pasaría después. El acabaría con su oponente antes de darle esa oportunidad.

Esa espada había absorbido un solo ataque… era probable que ese fuese su límite considerando el poder que hubo detrás de ese ataque.

"¡Rozan Sho Ryu Ha! (Dragón Ascendiente)" Saito lanzo un segundo ataque, esta vez tenía que funcionar.

Un Dragón salió desde la mano de Saito hacia el Misterioso Espadachín.

Pero con un rápido movimiento, Derflinger fue usado para bloquear ese ataque.

Saito con eso pudo decir que las cosas se pondrían peor.

"¡Siente en carne propia tu propio poder!" Y levantando con las dos manos a Derflinger por sobre sus hombros… y entonces bajo la espada a la altura de su pecho y cambio su posición para que la punta apuntase hacia Saito.

Ahí fue cuando la situación de Saito pasó de mala a catastrófica.

En la punta de Derflinger se comenzó a formar una esfera de energía de color azul. Ahí estaba el poder de los dos ataques de Saito.

Y así, ¡Un rayo de Cosmos concentrado de los dos ataques de Saito fue disparado hacia el!

Y lo peor era que por la forma en la que el ataque iba y su velocidad, esquivar seria casi imposible.

…Solo quedaba entonces responder directamente, pero pocas cosas pueden nivelar el poder de los dos ataques de Saito combinados en un solo rayo de Cosmos.

'¡Necesito un poder superior!' Exclamo internamente Saito al ver como el poder concentrado de dos de sus ataques iba a impactarlo.

Saito sabía que aun con la Armadura eso podría terminar rompiendo su Armadura o incluso matarlo.

Aunque el poseía una técnica capaz de superar ese gran poder. Él podría sobrevivir a este predicamento si el usaba 'Esa Técnica'.

Bueno, él nunca pensó revelar tan pronto su carta de triunfo, pero no había de otra. Saito hizo a una gran velocidad unos movimientos con sus brazos.

"¡Rozan Sho Ten Ha! (Ascensión Suprema de Rozan)" Exclamo con todas sus fuerzas Saito el nombre de su técnica más poderosa y que el mismo había creado. Aquella técnica que ni Shiryuu ni Dohko podían utilizar.

Un rayo de Cosmos Dorado en forma de torbellino fue disparado hacia el rayo de Cosmos que Defrlinger había disparado.

Quizás ese poder iba a ser suficiente para contrarrestar el poder de dos ataques suyos combinados en un poderoso rayo de Cosmos.

Los dos rayos de Cosmos estaban ahora luchando el uno con el otro.

Uno no podía decir como terminaría esto, quizás había un cincuenta por ciento de posibilidades de victoria para Saito… y a la vez un cincuenta por ciento de posibilidades de derrota.

Pero para un Santo Dorado… para alguien capaz de crear un milagro con su fuerza de voluntad, ese cincuenta por ciento se transformaría en un cien por ciento.

Asique Saito decidió arriesgarse.

"¡Entonces que el cielo reciba esa poder!" Declaro Saito, quien había tomado su decisión sobre qué hacer.

Era una única oportunidad, de fallar habría una gran explosión o peor aún, Saito recibiría de lleno el impacto del Rayo de Cosmos y terminaría muerto o con la Armadura Dorada recibiendo un gran daño.

Aun así él no iba a cambiar de parecer. Uno no llegaba a Santo Dorado si en el momento crucial las dudas derrotaban a uno.

Centrando todas sus fuerzas, Saito cambio la dirección de su ataque hacia el mismo cielo.

Y… funciono, su apuesta con el destino había funcionado.

Los dos rayos de Cosmos fueron impulsados hacia el cielo en donde ambos explotaron e iluminaron por unos instantes el cielo nocturno con una gran luz.

Pero… Saito quedo totalmente expuesto por haber hecho tal acción.

El Misterioso Espadachín aprovecho para impulsarse y aparecer en frente de Saito.

Un golpe certero en el rostro fue suficiente para mandar a Saito volando hacia el suelo. De hecho fue tanto el poder de ese golpe que Saito se había quedado confundido y no pudo reaccionar tan rápidamente como normalmente o haría.

"¡Ahora toma esto!" Exclamo el enemigo, quien levantó los brazos y planeaba usar a Derflinger para cortar por la mitad al Saito que estaba en el suelo.

Saito rodo hacia un lado por puro instinto. De esa forma evadió un corte que pudo haber sido casi letal.

El mismo suelo donde la Espada Derflinger corto se fragmento, con una gran grieta apareciendo.

Pero antes de que Saito pudiese siquiera preparar para levantarse… el enemigo aprovecho ese momento para actuar.

El Misterioso Espadachín apareció arriba de Saito y puso su pie en el pecho de la Armadura de Libra para de esa forma evitar que Saito se levantase.

La mirada en los ojos de Saito fue una de sorpresa… y un poco de terror ante lo que se veía como una muerte inminente.

El Misterioso Espadachín había alzado su espada con la intención de clavar la punta en el cuello de Saito.

"Fue divertido… Pero ahora tienes que morir," Dijo con un poco de pena el Misterioso Espadachín debido a que un oponente como Saito era prácticamente imposible de encontrar.

'¡No puedo dejar que mi vida termine aquí!' Grito mentalmente Saito. El todavía no estaba acabado ni se le habían terminado las opciones, él podía salir de esta… aunque no sería sin recibir ningún daño.

Pero parecía que Saito se había olvidado de cierta persona… cierta persona que estaba viendo y que decidió actuar.

"¡DEJA EN PAZ A MI FAMILIAR!" Se escuchó la voz de la chica que los dos guerreros presentes habían olvidado al centrarse únicamente en la batalla.

El hecho de que ella estuviese todavía en el campo de batalla en lugar de haber escapado… eso llenaba de miedo a Saito, miedo por Louise.

Miedo porque el rebelar su presencia en este punto la transformaba en un objetivo fácil.

Saito no era estúpido y sabía que si el pasaba la batalla alternándose entre defender a Louise y combatir con su oponente… el Santo de Libra moriría a menos que el pudiese sacar una serie de milagros de su bolsillo.

"¡Louise!" Grita un preocupado Saito al ver a la pelirosada apuntando su varita hacia el Misterioso Espadachín.

Ella iba a hacer una idiotez, una explosión de Louise sería lo equivalente a la picada de un mosquito para este oponente.

Ella lo sabía, Louise sabía lo estúpida que sería la acción que ella iba a realizar. Louise no era tan arrogante… o mejor dicho su arrogancia tenía límites y reconocía que ese monstruo con el cual Saito estaba peleando era alguien muy fuera del nivel de una maga fallida como ella.

En el mejor de los casos la explosión podría bloquear la vista del Misterioso Espadachín.

Sea como sea, ella estaba decida a al menos hacer algo en lugar de ver como Saito era asesinado.

El Misterioso Espadachín miro a Louise por un segundo… para luego ignorarla totalmente y volver a centrar su atención en Saito.

Ella era una simple mosca, mientras que Saito era un tigre feroz que aun estando en desventaja continuaba peleando y mostrando sus colmillos con la determinación de alcanzar la victoria.

Un tigre que al más mínimo descuido desgarraría la garganta del dragón con el cual se enfrentaba.

Pero quizás… ignorar a una 'mosca' como Louise podría ser aún más peligroso de lo que uno pensaba.

"¡TOMA ESTO MALDITO MONSTRUO!" Y con eso Louise le disparo un hechizo al Misterioso Espadachín.

Dicho tipo ni hizo ni un solo esfuerzo para bloquear, casi como si él estuviese seguro de que cualquier tipo de magia se desintegraría al entrar en contacto con él.

¡BOOOM!

Predeciblemente es una explosión la que ocurre.

Una explosión directamente en el rostro del Misterioso Espadachín. Dejando una nube de humo que impedía ver su rostro.

El Misterioso Espadachín se quedó inmóvil, cosa que puso curioso a Saito, debido a que le esperaba totalmente que ese tipo despejase la nube de humo como si la explosión no hubiese sido nada y continuase con sus intentos de matarlo.

Pero no, el Misterioso Espadachín si quedo ahí quieto mientras el humo lentamente se disipaba.

Cuando se disipo la nube de humo… se pudo ver al Misterioso Espadachín mirando hacia el vacío con sus ojos totalmente abiertos.

Y en su frente… un pequeño corte.

"Eso… realmente sentí eso…" Al parecer el Misterioso Espadachín no se dio cuenta de que dijo eso en voz alta.

Una simple gota de sangre caía lentamente de la frente del Misterioso Espadachín. Probando que lo que se suponía que nunca ocurriese… ha ocurrido.

Aquella 'Piel' suya que se suponía era invencible excepto para los usuarios del Dunamis… había sido herida por magia.

"Una usuaria de Magia… ¿Fue capaz de dañarme?" Se repitió a sí mismo el Misterioso Espadachín, pero sin importar cuantas veces lo hiciese eso no hacia sentido.

Era como si el mero hecho fuese una imposibilidad absoluta.

De hecho él no era el único que tenía problemas para creer lo que había pasado.

"Y-yo l-lo logre…" Dijo en voz baja una incrédula Louise al ver claramente la sangre fluir de ese rasguño.

Honestamente ella no esperaba mucho, a lo mejor distraerlo por unos segundos a ese tipo para darle un poco de tiempo a Saito para que se recuperase.

Sin embargo dañarle hasta el punto de sacarle sangre fue algo mucho mejor de lo esperado.

Pero ella no era la única que estaba impactada por lo que había pasado.

"Louise…" Murmura un impresionado Saito, quien francamente incluso ahora no podía creer lo que había pasado.

Durante esta batalla… aun con la ayuda de la Armadura Dorada, Saito estaba perdiendo y no había podido darle ningún daño notable a ese tipo.

Sin embargo Louise… aun con un solo hechizo que termino en una explosión fue capaz de causarle una herida que sacase sangre a ese tipo. Aun cuando fuese la típica explosión que ella causaba.

Y quizás fue en ese momento que en la mente de Saito… la idea de que una maga 'inepta' como Louise hubiese podido invocar a un Santo Dorado estaba comenzando a tomar forma.

Quizás Louise no era tan inepta en la magia como Saito originalmente lo pensó.

"Yo lo logre…" Volvió a repetir Louise, esta vez como para asegurarse de la situación y de que ella había realmente logrado herir a un hombre tan poderoso.

El Misterioso Espadachín por su parte parecía haberse quedado paralizado mentalmente por haber sido lastimado por Louise, de hecho la mirada en sus ojos estaba perdida.

Sin embargo ese estado mental no podía durar para siempre.

Y si bien esa hubiese sido la oportunidad perfecta para matar al oponente… Saito no era del tipo de persona que usaría un método tan rastrero.

A veces su honor y orgullo realmente podían meterlo en problemas.

Ya que cierto anterior Santo de Cáncer hubiese tomado ese momento de duda mental del Misterioso Espadachín para cortarle el cuello.

"Ya fue suficiente…" Murmura en voz baja el Misterioso Espadachín, cuyo puño estaba apretando tan fuertemente el mango de Derlfinger que la mismísima espada protesto.

"¡O-oye Mi Señor!" Se escucha la voz de Derflinger, había cierto grado de dolor y una pizca de miedo en la voz de la espada, "¡Por favor cálmese! ¡Si continua así me va a dañar!".

"Una miserable Maga pudo dañarme…. ¡PAGARAS MIL VECES POR TU INSOLENCIA MALDITA HUMANA!" Rugió el misteriosos Espadachín, las emociones de furia absoluta e indignación estaban en su rostro. De hecho él estaba tan furioso que no se dio cuenta que el había revelado no ser un ser humano.

Saito dio sin quererlo un paso hacia atrás debido a la sorpresa que le provocaba ver el rostro de su Maestro con una mueca tan… poco natural en ese rostro.

Saito tenía en su mente o un rostro pacifico, sabio, comprensivo, divertido o un rostro determinado.

Pero nunca ese tipo de rostro consumido por sus emociones negativas.

Lo peor era… que no solo su voz y expresión causaban miedo.

El aire se sentía más denso, el suelo debajo de los pies del Misterioso Espadachín había comenzado a fracturarse.

Y quien sintió más que nadie los efectos de tal poder que hacía que el mismísimo aire se sintiese más pesado fue Louise.

Después de todo ella carecía de una defensa contra esto, mientras que para Saito los efectos apenas se notaban.

Louise cayó de rodillas al suelo cuando casi al instante de sentir el poder del Misterioso Espadachín las piernas le fallaron, totalmente aterrada y respirando con mucha dificultad, lágrimas de terror puro se formaron en los ojos de la pelirosada.

Ella podía sentirlo en los huesos… no más que eso, era como si tan solo sentir la furia del Misterioso Espadachín hubiese despertado una especie de miedo primordial en la naturaleza de los seres humanos… un miedo olvidado hace mucho tiempo.

De hecho si esto continuaba Louise estaba segura de que ella se desmallaría.

Pero por suerte ella había invocado como Familiar a uno de los mejores protectores que existían… un Santo Dorado.

"¡No entres en pánico, Louise!" Grita Saito a todo pulmón a la vez que el expande su Cosmos Dorado para que este cubriese a Louise y la protegiese de la terrible presencia del Misterioso Espadachín.

Al parecer esas palabras de Saito habían funcionado, ya que Louise término de temblar a causa del pavor y miro a Saito que estaba frente a ella, usando su cuerpo como escudo.

"¿S-Saito?" Logro decir Louise al darse cuenta de que una sensación muy cálida la estaba envolviendo.

Viendo la espalda de su Familiar (Debido a que sería suicida apartar la vista del Misterioso Espadachín por un solo instante), Louise noto como Saito había expandido el aura dorada para cubrirla a ella y protegerla de los efectos del poder del enemigo.

"Louise, yo no permitiré que ese tipo te haga daño," Dijo con total seguridad Saito, "No entres en pánico ni te desmalles. Observa como yo derroto a este tipo," Y dicho eso Saito se puso en posición de combate, listo para la segunda ronda… la que debido al estado de animo de su oponente será una pura batalla entre la vida y la muerte.

"¡QUITATE!" Y con ese grito de furia el Misterioso Espadachín salta con Derflinger en sus manos, listo para acabar con Louise por su insolencia.

Saito responde poniendo sus brazos con los Escudos de Libra como una defensa.

"¡No dejare que le toques ni un solo cabello a quien estoy protegiendo!" Respondió un Saito que estaba decidió a no moverse ni un solo milímetro.

Cuando él le prometió a Henrietta que el protegería a Louise… Saito planeaba cumplir esa promesa de forma total, aun si el terminaba herido.

Aun con lo molesta que era el no dejaría que Louise fuese lastimada si él estaba cerca.

Pero básicamente esa promesa le daba más determinación para soportar lo que vendría.

Con ataques de gran poder y velocidad siendo lanzados de forma continua… miles de golpes de espadas por segundo.

Eso era lo que Saito estaba bloqueando con los dos Escudos de Libra.

Si Saito dejaba de poner resistencia por tan solo un instante… entonces el seria mandado a volar y Louise seria asesinada antes de que el pudiese volver al combate.

"Siento como mis brazos se están entumiendo…" Murmura Saito, quien aun así seguía firmemente en el suelo y oponía resistencia ante ese poderoso ataque.

Sin embargo no había tiempo de quejarse por el dolor… debido a que el furioso asalto de ataques del enemigo todavía golpeaba sin piedad los Escudos de Libra ubicados en los brazos de Saito.

Su oponente se había dejado dominar por sus emociones (Particularmente la ira), y ahora atacaba ciegamente a Saito.

Aunque de no ser por la enorme resistencia de la Armadura Dorada y en particular de los Escudos, Saito dudaría que él hubiese podido mantenerse con vida tratando de bloquear esos ataques de espada sin una protección en su cuerpo. Saito hubiese tenido que esquivar para sobrevivir.

Y eso hubiese dejado expuesta a una Louise que de seguro hubiese muerto por tal ofensa.

Asique por ahora Saito debía continuar resistiendo ese furioso asalto. Su enemigo no le daba ni un solo instante para buscar una mejor posición para iniciar un contraataque.

Y Saito sabía que Louise no se atrevería a intentar lanzarle otra explosión al Misterioso Espadachín. La simple aura de ese tipo había causado tal impacto en Louise que ella se recuperaría después, pero no ahora en esta batalla.

"¡MALDITO BASTARDO! ¡TAN SOLO MUERE DE UNA VEZ!" Pero si bien esa ira le daba un gran poder al Misterioso Espadachín, también le quitaba esa mente táctica y técnica pura que le había dado la ventaja.

Básicamente el hizo un error potencialmente desastroso en ese último movimiento.

Porque su estómago quedo totalmente expuesto cuando el bajo la guardia para ese golpe final que planeaba mandar a volar a Saito.

"¡Bajaste tu guardia!" Declara Saito, quien le da un rápido golpe al estómago con la palma extendida al Misterioso Espadachín, ese ataque llevo bastante poder y Cosmos.

Un golpe como ese mataría a un humano común y corriente al destrozar los órganos de la zona golpeada, pulverizaría a una Armadura de Bronce y dañaría gravemente al Santo vistiéndola, y causaría grietas en una de plata.

El Misterioso Espadachín fue mandado hacia arriba por el poder del impacto además de empezar a escupir un poco de sangre desde su boca.

Su piel en si era fuerte… pero incluso eso poseía sus límites.

Y lo mejor que como ese tipo estaba en el aire, él no podría esquivar.

"¡Rozan Sho Ten H-…! Dispuesto a acabar con el oponente, Saito estaba a punto de llamar a una poderosa técnica.

Pero él nunca lo hizo, el nunca uso esa oportunidad para reclamar la victoria.

¿Porque?

Porque… parece ser que ese golpe le había vuelto la capacidad de pensar racionalmente al Misterioso Espadachín… ya que el había puesto a Derflinger como un escudo listo para absorber su ataque en caso de que Saito tratase de ir por el golpe final.

Puede que hubiese sido puro instinto, pero Saito sabía que el resultado sería su propio ataque siendo absorbido y entonces regresado con el mismo poder.

Es por eso que el no hizo nada, aun cuando fuese realmente frustrante el perder esa oportunidad.

El Misterioso Espadachín cayo de pie en el piso, todo rastro de esa ira que le había hecho perder el control se había ido de un instante para otro, al parecer el casi perder su vida fue suficiente como para abrir sus ojos y permitir que la ira se disipase a riesgo de recibir otro golpe como ese de parte de Saito.

"…Gracias, si no hubiese sido por ese golpe yo no hubiese recuperado mi pensamiento racional," Esas palabras eran sinceras, incluso se dio una reverencia de parte del Misterioso Espadachín.

Pero eso en lugar de hacer feliz a Saito… únicamente hizo que él se molestase, sin embargo el no dejaría que eso se mostrase, ya que sería como darle esa satisfacción a su oponente.

"¿Ya no estás enojado con Louise?" Pregunto Saito, esa fue la primera cosa que apareció en su mente por alguna razón.

"Oh, te aseguro que me tomare mi tiempo despedazándola," Aseguro el Misterioso Espadachín con una sonrisa que prometía dolor a Louise… Y ver esa sonrisa en el rostro de su maestro simplemente seguía siendo bastante incómodo para Saito, "Pero primero tengo que acabar con un guerrero bastante poderosos como tu… asique decidí mostrarte mi verdadero poder," Por alguna razón esas palabras realmente incomodaron a Saito.

Ese tipo de por sí ya era poderoso… ¿Y ahora mostraría más poder?... Saito sabía que la batalla más grande de su vida se vendría… quizás más aunque su batalla contra Camus.

"Pues ahora veras el poder de un verdadero Dragón," Declaro con arrogancia el Misterioso Espadachín, cuyo puño izquierdo brillaba con el 'Cosmos' rojizo.

El Sexto Sentido de Saito le estaba gritando sobre un inminente peligro… un peligro potencialmente letal.

Y considerando que esa advertencia apareció aun cuando Saito tenía puesta a la Armadura de Libra… entonces él tenía que tomarse esto con toda la seriedad posible.

"¿Eso crees?" Respondió Saito, su tono de voz era desafiante y su puño derecho estaba brillando con un Cosmos azul, "Porque ahora sin tu espada el poder de mi Dragón te golpeara de lleno,".

Sin embargo Saito sabía que dos grandes poderes iban a colisionar de tal forma que Louise podría resultar gravemente herida tan solo por estar cerca del área donde dicha colisión tomaría lugar… y a la vez Saito no podía simplemente decirle a Louise que huyese, ya que era claro que ella no podría levantarse.

El miedo le había quitado toda la fuerza en las piernas a ella…

Louise solo podía mirar con terror y asombro como dos dragones aparecían en detrás de Saito y el enemigo, ambos dragones rugían con furia (Ósea imagínense la típica escena de Saint Seiya donde la constelación aparece detrás de uno de los héroes cuando este lanzara un ataque).

Detrás de Saito se podía ver la imagen de un Dragón Oriental que daba un rugido feroz.

Y detrás del misterioso espadachín… se podía ver la imagen de un Dragón Occidental de color rojo con dos cabezas, ambas cabezas daban un rugido feroz (Imagínense a Ddraig de DxD, pero con dos cabezas).

Era claro que unos ataques de Cosmos basados en esos dos Dragones estaban a punto de crear una gran colisión.

O eso debería haber pasado…

"¡Detente ahí mismo!" Se puede escuchar la voz de una mujer resonar por el bosque.

Eso rompió la tensión que se había apoderado de este campo de batalla y a la vez la concentración de Saito y el Misterioso Espadachín también fue rota.

A quien le pertenecía esa voz debía estar hablando desde una distancia, debido a que esa voz era proyectada hacia ese lugar para que se escuchase igual de alta en todos los lugares del claro en el bosque.

Sin embargo tal inesperado evento tuvo éxito en detener los conflictos que había aquí, era como si Saito y su oponente hubiesen perdido el ritmo de la batalla.

Y si bien lo habían perdido… de seguro que no tardaban mucho en recuperarlo.

Pero era el oponente de Saito a quien estas palabras iban dirigidas.

"¿Acaso olvidas que nosotros debemos esconder nuestra existencia hasta que sea el momento indicado?" El tono de reproche era simplemente magnifico, "¿O quieres que yo misma vaya y te castigue por romper las reglas?" Ahora ese tono era uno de amenaza.

Y sorprendentemente Saito vio la expresión del miedo aparecer en el rostro del Misterioso Espadachín.

Pero entonces el miedo se desvaneció tan rápido como había llegado para ser reemplazado por una expresión de desafío.

"¡No te metas!" Respondió el Misterioso Espadachín, ahora el miedo había completamente desaparecido de su ser, "¡No se te olvide que ambos compartimos el mismo rango!"

"Rango…" Murmuro Saito, quien gracias a que las emociones del Misterioso Espadachín lo comenzaron a dominar, el empezó a revelar información que podría llegar a serle bastante útil al Santo de Libra.

Por ejemplo, con eso de 'Rango', Saito sabía que el Misterioso Espadachín y la Mujer que estaba hablando pertenecían a un ejército con una jerarquía similar a los ejércitos de su mundo.

"Puede que eso sea verdad… ¿Pero acaso te olvidas de la naturaleza de mis poderes?" La forma en la que la voz de la Misteriosa Mujer resonó en el bosque indicaba que ella no estaba intimidada en lo más mínimo por las amenazas de su compañero, "Tu que estás acostumbrado a pelear con fuerza bruta está en desventaja contra mis habilidades, tu piel… no, tus escamas pueden hacer tu cuerpo muy resistente… ¿Pero quieres probar si tu mente puede resistir tanto como tu cuerpo?" Esa última fue la amenaza final.

"Khhh… Maldita Puta…" El Misterioso Espadachín estaba tan, pero tan enojado con lo que había pasado que si darse cuenta sus ojos se volvieron amarillos y reptilianos… similares a los ojos de un Dragón o una Serpiente…

Ese detalle por supuesto no se le escapó a Saito.

Sin embargo las palabras de esa Misteriosa Mujer no se habían acabado.

"Usuario de las Armas Sagradas," Se escucha la voz de la Misteriosa Mujer… pero ahora esas palabras iban dirigidas a Saito.

Naturalmente Saito se puso en guardia, el de ninguna manera confiaría en la mujer que pudo intimidar a un oponente tan duro como el Misterioso Espadachín únicamente con palabras.

De hecho… tal mujer le daría nervios a Saito.

"¿Qué quieres?" Sin embargo Saito únicamente oculta esos nervios de forma perfecta y le responde en una voz bastante fría a la Misteriosa Mujer.

"…Nada, simplemente quería decirte que me impresiona el nivel que una abominación de la naturaleza como tu tiene," Inesperadamente ella dijo esas palabras.

¿Era el Santo de Athena la abominación de la naturaleza… y no el Misterioso Espadachín?

"Tú eres un guerrero que nunca debió haber aparecido en este mundo, un guerrero con un poder que rompe el balance natural de este mundo," Fueron las palabras de la Misteriosa Mujer.

Pero curiosamente no había ni repulsión ni odio en esas palabras.

Más bien… era el tono de un científico cuando encontraba un espécimen que realmente excepcional.

Saito no respondía a eso pero el hecho de que esa mujer supiese que él no era de este mundo era… inquietante. Aun así esa Misteriosa Mujer continuo hablando.

"Nuestro Dunamis es el flujo natural de este mundo… el poder de la creación, mientras que tu Cosmos es similar pero a la vez distinto. Pero yo puedo verlo, ese Cosmos tiene el potencial de crecer hasta ser un peligro para nuestra Diosa, si no fueses interesante yo hubiese preferido eliminarte directamente en lugar de disfrutar una batalla y dejarte ir solo para poder batallar una vez más en el futuro como ese Dragón Idiota con el que estuviste peleando hasta ahora. Él te perdonaría la vida solo para poder pelear contigo en el futuro… únicamente nuestra Diosa tiene la autoridad para ordenarle matarte de una," Si bien mucha información estaba siendo dada, al final no importaba, Saito moriría si él se enfrentaba a ellos aun con esta información.

Pero al final lo único que estaba pasando aquí era que Saito estaba comenzando a llenarse de preguntas.

"Solo la muerte se encontrara en tu futuro si continuas aquí, únicamente la muerte de parte de la Diosa que vera en ti simplemente un factor que no es de este mundo, algo que debe ser eliminado… o quizás si tienes suerte te deje unirte a nosotros," Considero la Misteriosa Mujer, esa posibilidad de que Saito terminase junto a ella en el mismo grupo no era realmente algo impensable.

Después de todo la Diosa era la que desidia todo al final. Fue gracias a la decisión de ella que el Misterioso Espadachín había terminado con ellos, aun cuando ese tipo se preocupaba más de pelear contra poderosos oponentes más que nada, de hecho uno no podía estar seguro si el Misterioso Espadachín no desafiaría a la Diosa únicamente por que ella era poderosa…

"Lo siento, pero mi lealtad esta con una sola persona," Respondió Saito, quien se veía un tanto enojado, "Cuestionar de tal forma mi lealtad es un insulto,".

De alguna manera Saito pudo ver una sonrisa en los labios de la Misteriosa Mujer, a pesar de no conocer siquiera su apariencia física.

"Disfrutare ver como esa lealtad y determinación tuya termina destruida y tu espíritu termine en pedazos, dejando a un hombre sin voluntad de vivir… hasta ese momento adiós," Y con eso la voz no se escuchó más.

Ella se había ido, todos podían notarlo aun cuando no podían verla.

Los ojos del Misterioso Espadachín volvieron a la normalidad y este miro de forma fría a Saito y a Louise.

"Humanos, lamentablemente nuestro enfrentamiento debe acabar aquí," Dijo el Misterioso Espadachín mientras apuntaba su espada hacia Saito y Louise… pero más que nadie hacia Louise.

Ella había sido quien dio la mayor ofensa de todas.

Saito por otra parte había peleado como todo un guerrero honorable y digno, honestamente un oponente muy respetable.

¡Y lo mejor era que él era un usuario del Dunamis!

Quizás esa es una señal de que la Diosa estará regresando próximamente.

'Por eso ella y yo resucitamos en esta era…' Pensó el Misterioso Espadachín, siendo que si bien ellos no se llevaban bien de cierta forma, ambos al mismo tiempo perseguían el mismo objetivo de buscar a la Diosa.

"No espero volver a verte dentro de un tiempo," Le dijo seriamente el Espadachín Misterioso a Saito, quien seguía en frente de Louise, usando su cuerpo como protección, "De hecho creo que la próxima vez tendré mi Svete Haljine (Ropajes Sagrados) listo para que ambos tengamos ropajes sagrados en nuestros cuerpos para nuestra siguiente batalla,".

Y con eso dicho, el Misterioso Espadachín salió de la escena al moverse a una gran velocidad y perderse en el bosque.

Saito había considerado seguirlo, pero al final decidió no hacerlo ya que era obvio que esta batalla había terminado y buscar más pelea únicamente atraería problemas.

Además él todavía tenía que ocuparse de Louise.

Como todo había finalmente terminado, Saito se dio a si mismo unos momentos para descansar, además de que Louise claramente no se iría a ningún lado por lo pronto.

Asique por unos segundos o unos minutos (Saito había perdido la noción del tiempo), Saito miro hacia las lunas perdido en sus pensamientos.

Fue entonces cuando el bajo la mirada y continuo caminando hacia Louise, quien estaba mirando hacia su dirección, ella también estaba perdida en sus pensamientos y en si primera experiencia cercana a la muerte.

No cabía duda que ella tendría cierto personaje en sus pesadillas a partir de ahora.

Cuando Saito estuvo en frente de la Louise que todavía estaba de rodillas en el piso. El… puso su mano izquierda en la cabeza de la pelirosada y comenzó a acariciar suavemente.

Eso saco a Louise de su estado mental, lo que ella pudo ver fue a su Familiar dando una sonrisa cálida mientras el acariciaba la cabeza de ella.

Esto prácticamente parecía… que Saito era el Maestro y Louise era la Familiar ya que esta escena es idéntica a un Mago felicitando a un Familiar por un trabajo bien hecho.

"Quien hubiese pensado que mi Maestra tenía un potencial como ese," Sonrió Saito mientras acariciaba la cabeza de Louise, quien aun cuando intentaba parar lo que su Familiar hacía, ella no podía lograrlo.

"¡E-estúpido Familiar!" Exclamo una avergonzada Louise, quien desesperadamente intentaba sacarse la mano de Saito de su cabeza, pero como el brazo de Saito era poderoso y entrenado mientras que Louise no había tenido nada de entrenamiento físico… era imposible para ella sacarse por su propia cuenta la mano de Saito y únicamente era Saito quien decidía si terminar esto.

Aun así… una pequeña parte de Louise se sentía feliz de haber recibido cumplidos de parte de Saito y que él estuviese actuando de esta manera con ella cuando usualmente él era más cercano y abierto con Tabitha.

Ella se había ganado el respeto de su Familiar, eso al menos Louise lo podía reconocer claramente.

Entonces de la nada, el sol comenzó a asomarse por el horizonte, señalizando que la mañana había finalmente llegado.

Rayos, realmente gastaron toda la noche en esa batalla. El tiempo paso volando sin darse cuenta.

Saito decidió que era mejor regresar a la ciudad, él no lo mostraba externamente pero la fatiga, heridas y cansancio mental que la pelea causo estaban comenzando a superarlo ahora que la batalla había terminado.

De hecho si hubiese sido por él, Saito hubiese simplemente buscado un lugar tranquilo en el bosque o incluso la cima de un árbol y entonces él se hubiese puesto a dormir como si nada.

"Como no creo que puedas caminar por lo pronto yo te llevare," Dijo un Saito que sin esperar una sola respuesta hizo una acción que muchos considerarían suicida.

Ya que se corría el riesgo de que Louise Valliere se enojase y causase una explosión.

Aun conociendo los riesgos, a Saito no le importo y tomo a Louise de la misma forma que un príncipe tomaría a una princesa.

Naturalmente la reacción de Louise no se hizo esperar.

"¿¡P-pero que estás haciendo!?" Exclamo una claramente sonrojada Louise, quien intentaba mirar en cualquier dirección excepto hacia el rostro de Saito.

De haberlo hecho ella hubiese visto una expresión amable… el mismo tipo de expresión que Saito tenía perpetuamente cuando él y Tabitha pasaban tiempo juntos los dos.

"Te estoy llevando hacia donde los dos podamos descansar tranquilamente," Respondió lo más obvio Saito, "Creo que ambos necesitamos una buena noche de sueño después de la terrible batalla de hoy," Si, quizás una buena noche de sueño era lo que Saito y Louise mas necesitaban.

Ninguno de los dos dijo nada mientras Saito continuo caminando.

Asique no era una sorpresa que fuese Louise la que cayese dormida primero, incluso si ella estaba en los brazos de Saito.

A Saito no le importo, de hecho él hubiese estado sorprendido si ella durase todo el camino de regreso.

Sin embargo ahora que Louise estaba dormida, Saito finalmente pudo decir unas palabras que a él le hubiese gustado decirle a Louise cuando ella estaba despierta, pero ahora era un buen momento.

"Lo siento si fui un poco cruel, pero realmente odiaba tu actitud," Le comento Saito a su durmiente ama.

De hecho el temía lo que pasaría si ella estuviese despierta… de seguro que ella se pondría arrogante ante el hecho de que él se estaba disculpando.

Quizás en el futuro Saito hablaría de esto con una Louise que estuviese despierta, pero por ahora únicamente dormida ella escucharía estas palabras.

"Espero que esta experiencia te haya enseñado a ser menos arrogante," Suspira Saito. Bueno, estar al cerca de la muerte definitivamente cambiaba algo en las personas la mayoría de las veces era estar cerca de una muerte segura, "El ser una maga no hará la diferencia en el campo de batalla, tu oponente buscara asesinarte y ni siquiera tu posición de maga te ayudara a salir con vida," Entonces mientras Saito caminaba quietamente por el camino (Porque si el regresaba a su velocidad de la luz cargando a Louise en los brazos entonces el cuerpo de ella terminaría destrozado), el miro hacia el cielo del amanecer, aun podían distinguirse las dos lunas ya que la potencia del sol no era tanta.

Aun cuando era diferente de Rozan, este cielo poco contaminado y donde las estrellas podían verse tranquilamente era un detalle que realmente le agradaba a Saito.

Pero en lugar de la belleza de las estrellas, la mente de Saito estaba más enfocada en su encuentro con el poderoso oponente.

Y viendo a tal guerrero, una 'persona' que poseía un poder superior al de los Santos Dorados existiendo en este mundo y que parecía tener un conocimiento del Cosmos… Saito súbitamente pensó que había un 'Propósito' en su presencia en este mundo en lugar de una simple coincidencia causada por Louise.

Un guerrero como ese con un claro desprecio hacia la humanidad y nada de remordimiento para acabar con ellos… alguien como él no podía ser permitido estar libre en este mundo.

Saito podía verlo, en un futuro ese tipo le traería una gran destrucción a la humanidad simplemente por verlos como seres inferiores.

Y como Santo de Athena que protegía a las personas de las fuerzas del mal… Saito no podía simplemente ignorar la existencia de ese Espadachín Misterioso.

Asique quizás fue en ese punto cuando Saito… tomo la decisión de guardar para después sus deseos de regresar a casa, y enfocarse un poco mal en la gran oscuridad que parecía asomarse en el horizonte.

NOTAS DEL AUTOR:

Es bastante misterioso… originalmente este iba a ser un capitulo bien corto… pero termino siendo el más largo que he escrito… realmente es aterrador cuando la musa esta activada.

Sin embargo aquí está la revelación de quien quiera que ahora es el poseedor de Derflinger… es alguien con suficiente poder como para pelear de frente a frente con un Santo Dorado y dominar la pelea… aun sin usar la Armadura.

Además esa persona es idéntica a Dohko en su juventud… ¿Qué estará pasando aquí? Lo único seguro es que ese tipo tiene una conexión bastante poderosa con los Dragones.

Como verán, estoy planeando algo bien grande. Pero por ahora ese misterioso guerrero no se envolverá mucho… asique imagínense esto como el 'Preludio' de la parte más avanzada del Fic.

Además como las Runas no se activaron para darle a Saito habilidades con la espada, es seguro decir que Gandarlf no es lo que Saito obtuvo… pero si uno de los otros cuatro Familiares del Vacío.

Lo de 'Rescatar a Siesta' no ocurre aquí debido a la simple razón que el Conde que la habría comprado ahora está muerto y su mansión ha sido reducida a un montón de escombros cortesía del Misterioso Espadachín.

Además que sería inútil poner eso aquí debido al simple hecho de que Saito acabaría de una con ese Conde… no habría mucha diversión en eso.

Como pueden ver este cap fue más de Louise y Henrietta, se revela que Saito se mantenía más bien distante de ella debido a la mala actitud de Louise y que prefería la buena actitud de Tabitha… igual no podemos culparlo por eso.

Una cosa más, el Misterioso Espadachín aquí es el mismo Misterioso Encapuchado que compro a Derflinger, la razón por la que el actúa de forma diferente es porque Saito es un oponente poderoso que le dio una pelea buena, asique su estado de ánimo estaba mejor.

Y por comparación de cómo serían las batallas de Saito con el Misterioso Espadachín y sus aliados del mismo nivel… imagínense cuando Aioria peleo contra los Hyperion de Ébano en el Episodio G… básicamente Saito terminara medio muerto en esos combates.

Feliz navidad entonces. El cap de esta historia junto con Tigre de Sagitario fueron publicados para celebrar, hubiese habido más, pero he tenido problemas de salud durante todo este mes, asique el resto de las historias vendrían para el año nuevo.

Bien, espero que les haya gustado. Se despide Sekishiki.

PD: ¿Que les parece si meto a Jessica en el Harem?