—No traje flores— el semblante de Sakura se puso triste.
—No te preocupes, Sakurita. Estoy segura que tu mamá se pondrá muy feliz hoy.
—¿Por qué?
—Ya entenderás— Tomoyo dejó de avanzar—. Olvidé algo, ya te alcanzo.

Sakura siguió el camino hasta donde estaba su madre. No esperaba encontrar a nadie allí.

—Ho...hola— a pesar de los años, Syaoran seguía poniéndose nervioso al contemplar la belleza de Sakura.
—¡Syaoran, volviste!— la joven corrió a abrazar a su novio—. Tomoyo sabía que venías, ¿verdad?
—Sí. Te amo mucho Sakura, y no quiero pasar otro segundo lejos de ti. Nunca. Vine a conversar con tu madre acerca de algo muy importante para ambos, y creo que está de acuerdo con lo que voy a hacer.

Sakura vio a su novio arrodillarse y sacar una pequeña cajita color jade de su bolsillo.

Syaoran continuó hablando.

—Es por eso que quería preguntarte si tú me harías el honor de...
—¡SÍ!
—¡¿SÍ?! Sakura, me haces el hombre más feliz del mundo.

Y se besaron.


—¡Qué hermoso! Y lo tengo todo grabado.
—El mocoso no lo hizo tan mal. Espero que mi Sakurita sea muy feliz. Tu video se vería mejor conmigo en él, Tomoyo.