De Vuelta
Debía confiar plenamente en Michie.
Se había agotado el tiempo.
Brenda había roto el escudo al mismo tiempo que Miko había cerrado sus ojos.
Se escuchó un estrepitoso golpe para luego quedar un silencio absoluto.
Un cuerpo yacía inerte en el suelo.
Mientras que otro se encontraba de pie observando en silencio.
-Gracias papá
El plan de Miko había resultado.
En el último segundo el castaño logró zafarse del agarre deslizando sus pies gracias al lodo que Michie había creado. Justo al romperse el escudo el chico liberó una gran cantidad de furyoku, al tener tanta adrenalina, liberó más poder del que había planeado, haciendo que Brenda retrocediera, tropezando con el cuerpo de Darko tirándola al suelo para luego ser golpeada con suma fuerza en la cabeza haciéndole perder el conocimiento.
Miko sacó de su pantalón un cristal en forma rectangular, cristal de salto le decía, era un nuevo invento de él. Gracias a eso había podido asistir a juntas muy importantes. Estaba hecho de una mezcla de una semilla de flor de ciruelo, con unas gotas de extracto de arándano y un poco de furyoku.
Mandaría a Brenda y a Darko lejos de ahí, no tenía la suficiente fuerza como para tener otro combate.
Lanzó el cristal cerca de la cabeza de Brenda mientras gritaba:
-¡Vamos!
Una nube color vino se hizo presente y al desaparecer lo hizo con ambos cuerpos, no sabía a donde irían y si alguien le preguntaba, no le importaba. Con que estuvieran lejos, le bastaba.
De pronto sintió un dolor punzante en el tobillo que lo hizo caer.
Se le había olvidado el pequeño detalle que se había fracturado el tobillo.
Se quitó una botella muy diminuta del cuello. Era un remedio casero que su nana le había dado para casos como ese. Debía verter una gota en su tobillo y sanaría en cuestión de segundos pero, dolería.
Según María, dolería como el infierno.
Pero no quería llegar cojeando con Anna, así que no tenía opción.
-No veas- pidió Miko al ver la cara asustada de Michie
El espíritu obedeció y se dio la vuelta.
Contó hasta tres y lo hizo.
-¡AAAAAAAAAH!- gritó como si le estuvieran cortando el…
Podía sentir como su hueso se acomodaba y se reconstruía pero el dolor era insoportable, quería morirse. De hecho deseó morirse durante esos segundos.
Volvió a colgarse la botella en el cuello y se recargó en la pared unos minutos, estaba agotado. Sentía su furyoku por los suelos, esperaba que Anna no lo notara. Debía volver ya, estaba seguro que ella ya estaría lista.
Ignorando el mareo que lo atacó al levantarse se dispuso a caminar de regreso a la estética a paso lento, intentando no desmayarse. Su espíritu lo seguía de cerca, por si se llegaba a desmayar él lo iba a sujetar, así de fiel podía ser el cerdito.
Anna estaba sentada en la silla, faltaban unos minutos para que le quitaran el papel y le lavaran el cabello. Estaba sentada pensando en la propuesta de Layla, sería de mucha ayuda que ella la entrenara pero estaba segura que le pediría algo. Ningún favor se hace gratis.
Además ¿Qué le diría a Hao? ¿Qué Layla estaba en su cabeza y que podía oír su voz?
"No tiene por qué saberlo" respondió la chica en su interior "Nadie debe saber sobre mí, en especial los Asakura"
"¿Por qué?" preguntó Anna con una ceja alzada
"Mmh" Layla estaba dudando en si debía decirle la verdad o no "Porque eso te pondría en peligro Anna"
"¿Peligr…?"
"Cállate y escúchame bien Anna" dijo Layla interrumpiendo a la chica "Sé que toda tu vida has vivido con los Asakura y hasta cierto punto confías en ellos pero, no son lo que crees. Te han estado ocultando muchos detalles, detalles de tu niñez, de tu vida en general."
Lo sabía, la noche anterior se había enterado de que tenía un hermano, no creía que tal detalle fuera omitido por Kino, pero así fue.
"No solo es Kino, es toda la familia en general, incluido Yoh"
"No" dijo la rubia con firmeza
"Sé que él no es un mal chico, todos tus recuerdos me lo dicen pero se te olvida algo, él es un Asakura. Mira Anna los Asakura como los Yamato eran familias muy obsesionadas con el poder, ambas querían ser poderosas, pero cómo te dije antes, la familia de Miko se redujo, los Asakura igual pero su objetivo no ha cambiado, sigue siendo el mismo"
"¿Cuál?"
"Poder"
"…"
"Mi punto es, que si ellos tienen secretos contigo ¿qué tiene de malo que tú los tengas con ellos?"
"Yoh y yo no tenemos secretos" explicó Anna con una mirada seria
"Lo sé, pero por el momento no puedes contarle nada, su mente no es un lugar seguro. Hao podría leerle la mente"
"¿Por qué te preocupa tanto que Hao se entere?" fue directo al grano la rubia
"Anna ¿Qué sabes acerca de mí?" preguntó Layla con voz insegura
"Que viviste hace 500 años y que yo soy tu reencarnación" le dijo secamente, era lo único que Hao le había dicho
-Vamos a quitarte esto querida- dijo Irma al momento de ponerse detrás de Anna y comenzando a quitar todo el aluminio –Miko no debe de tardar en llegar
Había pasado cerca de una hora desde que se encontraba en el templo sagrado. Había estado leyendo algunos libros acerca de las rosas. No encontraba nada acerca de rosas negras.
Estaban las rosas blancas, rojas, amarillas, rosas, violetas, azules, púrpuras y hasta verdes pero no negras.
-Mierda- murmuraba Hao con una cara de molestia y cansancio
Quería saber que significaba una rosa de ese color pero al parecer no existían. O eso era lo que muchos filósofos decían.
-Estúpidos humanos- exclamó Hao mientras estiraba sus brazos
Le quedaba un libro por revisar, si en él no había nada, había perdido una hora de su preciado tiempo.
-Veamos- decía el castaño al momento de leer el índice de aquél libro
Introducción, origen de la rosa, lenguaje de las rosas, tipo de rosas, rosas místicas, espinas, curiosidades, mitos.
-Místicas ¿eh?- dijo el shaman con voz curiosa –Veamos
Hao encontró un artículo especialmente sobre rosas negras, éste decía:
Las rosas negras son el símbolo de la pasión fatal y de lo místico.
Y como siempre ocurre con otros aspectos de la vida en los que el negro es símbolo de misticismo,
con las rosas negras ocurre lo mismo. Éstas parecen salidas de un mundo mágico.
Su color increíble parece que va en contra de la naturaleza y suscita un sentimiento irreprimible de expectación mística.
En el siglo XIX el lenguaje de las flores se hizo popular.
En este lenguaje el color negro simbolizaba la muerte o el odio.
También se usaba para representar la despedida o un viaje peligroso como el de un soldado a la guerra.
Pero poco a poco apareció un nuevo significado para éstas, simbolizando la "devoción pura", por el hecho de regalar una flor imposible de crear.
En un aspecto romántico, las rosas negras simbolizan un amor trágico.
Éstas en novelas o en poemas siempre se han relacionado con la tristeza por una relación rota o imposible.
-Imposible- murmuró Hao con voz dudosa
Simbolizando ese romance trágico, las rosas negras pueden estar presentes en los funerales para despedir a esa persona querida por el cónyuge.
Esa despedida definitiva que simboliza la muerte de un ser querido puede representarse a través de las rosas negras.
La muerte también está muchas veces representada por las rosas negras.
Un buen ejemplo de ello es el tarot, que aunque tiene una carta que es la muerte,
cuando sale la rosa negra simboliza la impureza, la inmoralidad y la venganza.
-Las rosas negras tienen una simbología bastante oscura indicando tristeza, pesar, muerte y desolación- leía en voz alta el castaño con una expresión de miedo muy ligera -Regalar una rosa negra simboliza que algo se acabó, se terminó, que ya murió.
Cerró el libro de golpe, eso era justo lo que no quería oír.
Debía hablar con Anna lo más pronto posible para ver cuánto le había afectado la rosa.
Había una gran posibilidad de que Layla se encontrara en Anna y si ese fuera el caso, su plan seguiría en pie pero, si no fuera así, la otra posibilidad era que el lado vengativo de Layla se alojaría en ella.
Layla nunca fue mala persona, al contrario. Lo que sucedía con la pelirroja era que su pasado no había sido muy grato, muchas personas la habían humillado y tratado como una basura. Hao sabía que ella había jurado vengarse de todos ellos, le costara lo que le costara y sin importar a quien tendría que matar para conseguirlo.
Le preocupaba que si ese fuera el caso, ella ocupara el cuerpo de Anna para hacerlo.
O en el mejor de los casos, la rosa sería solo eso.
Una rosa.
Una flor sin nada especial aunque, las posibilidades eran casi nulas.
De cualquier manera debía estar preparado.
-Cuando estés lista podré quitarte la toalla- explicó Irma mientras sostenía la toalla
-Lista- dijo Anna, estaba ansiosa por verse
La señora giró la silla para evitar que Anna se viera al espejo, primero quería peinarla y ya luego la dejaría verse en el espejo. Retiró la toalla mostrando el cabello mojado de Anna, las puntas tenían un lindo degradado en rojo, se veía muy bien.
Irma había decidió ondular el cabello de la chica con la secadora para hacerlo lucir más. Le había hecho unos lindos rizos a la rubia, su cabello se veía fantástico.
-Bien linda, cuando estés lista, puedes mirarte al espejo- sonrió alegremente Irma mientras admiraba su creación
Anna se volteó lentamente y no pudo evitar abrir la boca de lo impresionada que estaba. Su cabello estaba brillante. Ese color sí que favorecía su tono de piel, las ondas hacían que tuviera otra impresión sobre la chica.
Ella nunca se preocupaba en lucir femenina o linda ya que lo era sin duda, pero ahora con este cambio ella estaba…
-Preciosa- dijo Miko con una sonrisa tierna al verla a través del espejo
Miko había llegado a tiempo, bajo algunas miradas de rareza entró en la estética y sin pensarlo dos veces buscó a Anna. Claro que al verla quedó en shock total, haciendo que olvidara por completo un detalle muy revelador.
Su ropa.
Estaba sucia. Su camisa estaba rasgada en una manga y en un costado. Su pantalón estaba roto de una rodilla y rasgado en el dobladillo. Era más que obvio que algo le había sucedido.
-¿Y a ti qué te pasó?- preguntó Anna con un semblante muuuuuuy ligero de preocupación al mirarlo de pies a cabeza
-Es una larga historia- sonrió nervioso el chico, se le había olvidado ese pequeño detalle
-Miko, querido. Parece que hubieras tenido una pelea con un gato callejero- dijo Irma con voz divertida, ese tipo de cosas eran normales para ella, el chico era muy travieso
-No fue precisamente con un gato- murmuró para sí mismo el chico mientras sonreía algo preocupado
-¿Y bien? ¿Qué te parece su cabello?- preguntó la señora con orgullo mientras sujetaba a la chica por los hombros haciendo que se sonrojara
-Está hermosa- simplificó el castaño con una sonrisa –Vamos Anna, aún queda mucho por hacer
Ella estaba muy sonrojada, no era la primera vez que alguien le decía ese cumplido. Estaban Yoh y los idiotas de su escuela ¿Por qué entonces se sonrojaba cuando Miko lo decía?
-¿No piensas pagar?- preguntó irónicamente la chica
-Todo lo cargan a mi tarjeta de crédito- explico el castaño –Vamos, tengo una idea
Ella asintió y con una leve sonrisa se despidió de Irma, ganándose una sonrisa más grande por parte de la señora. El chico se despidió con su mano y junto a la rubia salieron de la tienda. Ahora caminaban por la cera, ambos iban algo callados y aunque Anna podía jurar que no iban a ningún lado, Miko si lo sabía.
-Anna yo tuve una idea- rompió el silencio Yamato ganando la atención de la rubia –Estaba pensando en acondicionarte una habitación en mi casa
-¿Disculpa?- preguntó Anna un tanto confundida ¿Qué le estaba proponiendo?
-Me refería a que pensaba en que si tú querías, podías tener una habitación propia en mi casa- explicaba el chico un tanto nervioso, él sabía que Anna podía malinterpretarlo
-…- ella estaba callada ¿qué pensaba que era ella? ¿Una prostituta?
-Jaja no Anna, sé lo que piensas y no. Lo decía porque sé que en tu casa tienes mucha presión y bueno, quería que tuvieras un lugar a donde ir para relajarte un poco. Podíamos decorarla a tu gusto, allí tendrías ropa, zapatos, accesorios y todo lo que tú quieras.
No era mala idea y ella lo sabía, su compañía no la molestaba en lo absoluto al contrario, la llenaba de paz. Olvidaba todos sus problemas. Quizás podría visitarlo una vez a la semana, claro que le gustaría tener una habitación.
"Como en los viejos tiempos" murmuró Layla con una sonrisa, pero para mala suerte de Anna no pudo responderle porque el castaño le habló
-Entonces ¿Qué dices Anna?
-¿Tú escogerás las decoración?- preguntó ella irónicamente con una sonrisa de lado
-Jaja a menos que me lo pidas, no- el chico se relajó, la Anna que él conocía estaba volviendo
-En ese caso, acepto
-No hay tiempo que perder entonces- dijo Miko mientras tomaba la mano de la chica y se hecha a correr haciendo que ella sonriera y lo siguiera de cerca –A que te gano
-A que no
Y así ambos chicos comenzaron a competir entre ellos con una sonrisa cada uno. Anna estaba empezando a divertirse con ese castaño. Estaba tan concentrada en ganarle que no escuchó como Layla decía algo.
Si tan solo la hubiera escuchado.
Las cosas hubieran podido ser diferentes.
"Veo que Miko no pudo olvidarte" sonrió al notar como le hablaba al aire "Justo como yo no he olvidado a Hao"
Cinco horas después
Hao había estado toda la tarde buscando entre libro tras libro algún antídoto para la chica sin ningún éxito. Había salido sumamente enojado del templo, tal era su enojo que cuando caminaba se quedaban grabadas sus pisadas. Estaba en llamas, literalmente.
Llegó a la mansión y al sentir a Yoh ahí decidió informarle sobre algunas ideas que tenía pero al llegar a su habitación abrió la puerta y vio algo que lo puso todavía aún más furioso.
Yoh estaba dormido.
Él se estaba desgastando en buscar una solución para Anna y ese idiota estaba dormido.
Tenía que calmarse o lo mataría en ese momento.
Iba a contar hasta 10 para relajarse.
Uno.
Dos.
Tre… ¡A LA MIERDA!
-¡¿QUÉ MIERDA ESTÁS HACIENDO?!- fuero lo segundo que pudo percibir Yoh, lo primero había sido una patada en su estómago brindada por su hermano
Yoh se despertó de golpe, le hacía falta el aire. Hao se lo había sacado. Al recuperarse lo miró con el ceño fruncido.
-¿Qué te pasa Hao?- preguntó Yoh enojado aún en el piso
-¡¿QUÉ TE PASA A TI, YOH?!- gritó el shaman de fuego
-¿Por qué me pateaste?- cuestionó el castaño menor mientras se ponía de pie
-¡¿Y QUÉ QUERÍAS QUE HICIERA?! ¿QUÉ TE APLAUDIERA?- preguntó de forma irónica
-Deja de gritar- exigió Yoh pero eso solo hizo que Hao se enojara más
-¡NO LO VOY A HACER!– rugió el castaño elevando la voz todavía más -¡YO ESTOY COMO UN ESTÚPIDO BUSCANDO RESPUESTAS Y TÚ NO HACES NADA, SOLO TE DUERMES!
-¡Y cómo quieres que busque si no me cuentas nada!- gritó Yoh pero con menor fuerza que Hao
-¡¿Y QUÉ QUIERES QUE TE DIGA?!- estaba histérico Hao
-¡Cómo murió Layla!- exigió el chico pero éste solo sintió cuando Hao lo tomó del cuello de su camisa y empujándolo hacia la pared para acorralarlo lo levantó un poco
-¡¿PARA QUÉ QUIERES SABERLO?! ¡SI TÚ LA MATASTE GRIMM!- gritó Hao con todo lo que su garganta podía darle –Tú la mataste- dijo más calmado para luego soltar a su hermano
Yoh estaba en shock, Hao lo había confundido con Grimm. Sabía que ellos se odiaban y entendió el motivo cuando Hao le contó su historia con Layla pero no había captado la intensidad de su odio hasta ahora.
Hao le dio la espalda a Yoh y se arrodilló. Necesitaba respirar, estaba tan enojado que lo que siempre quiso decir se lo dijo a la persona equivocada.
Yoh entendía cada vez más a Hao, le habían arrebatado a su persona más importante. Tan solo imaginarse que alguien le arrebatara a su Annita lo hacía volverse loco, se pondría furioso y claramente buscaría venganza.
El castaño menor caminó unos pasos para ponerse detrás de Hao y colocar una de sus manos en su hombro como señal de apoyo. Eso hizo que Hao alzara la cabeza y sonriera con burla.
-Debemos hablar- sentenció Hao al ponerse de pie y volver a su semblante serio y tranquilo, no tenía tiempo para ridiculeces
-Bien- dijo Yoh, él no pensaba presionar a su hermano, cuando estuviera listo le hablaría de ese tema
-Anna no debe de tardar en llegar, así que no tenemos mucho tiempo- explicó el shaman de fuego mirándolo fijamente
-¿En serio?- preguntó Yoh con una de sus típicas sonrisas –Te escucho
-En dos semanas, ustedes tendrán que volver a la escuela- explicaba Hao –Volveré con ustedes, y bueno, no solo eso. El torneo de shamanes será llevado a cabo allá en Japón
-¿Japón?- preguntó Yoh dudoso
-Sí, lo más probable es que tus estúpidos amigos no tarden en llegar- sentenció Hao mientras se cruzaba de brazos, en realidad eso no era lo que le iba a decir pero, al pensarlo mejor, decidió que no podía decirle a su hermano la verdad sobre Yamato, aún no era tiempo
-Bien- dijo Yoh al momento de caminar hacía la puerta de su cuarto
-¿A dónde vas?
-A la entrada, quiero esperar ahí a que Anna llegue- dijo Yoh con una sonrisa al momento de dirigirse a la puerta no sin antes tomar a Harusame y así salir con su fiel espada, dejando solo a Hao
-Yo también debería esperarla- murmuró el shaman de fuego al momento de seguir a su hermano
Un coche repleto de bolsas se encontraba estacionado en el borde del bosque. Ahí se encontraban dos jóvenes. Miko y Anna. Habían pasado toda la tarde de compras, fueron primero a una boutique, Miko le dijo a Anna que escogiera todo lo que le gustara mientras él se iba a cambiar. Y así fue. La chica escogió muchísima ropa.
Vestidos, blusas, faldas, pañoletas, suéteres, camisas, chamarras, chaquetas, bufandas, zapatos de piso, tennis (zapatillas), algunos tacones, ropa deportiva y por alguna razón uno que otro pijama.
Miko por el contrario solo había comprado la ropa por la que se había cambiado. Se había divertido al ver la cara de Anna mientras escogía la ropa, parecía una niña pequeña dentro de una dulcería. Por un momento se preguntó qué vida llevaba con los Asakura, sabía que ellos tenían dinero pero, eran muy conservadores así que dudaba que Anna pudiera darse ese tipo de lujos.
Al pagar la cuenta les indicó a los empleados que subieran todas las bolsas a su automóvil para poder partir a un restaurante cercano. Cabe decir que era de lujo.
La chica quedó impresionada con la elegancia de ese lugar, podía fácilmente acostumbrarse a ese tipo de lugares. Miko ordenó los platillos que pensó le gustarían a la rubia y, así fue.
Anna estaba maravillada ante todo ese mundo, claro que nunca lo admitiría. Se sentía bastante cómoda en ese ambiente, eso era lo que siempre había querido.
Miko debía de admitir que Anna tenía un porte elegante, ella brillaba. La manera de tomar la cristalería era tan fina que si fuera un desconocido bien podría haber dicho que ella venía de una familia muy importante. Él sonreía muy orgulloso, sabía que la Anna que él conocía aún estaba ahí, solo había que ayudarla a salir y eso haría.
Al terminar de comer ambos chicos se fueron a una tienda de muebles.
Miko le había dicho que escogiera todo lo que le gustara, desde una cama hasta el color de la pintura. Ahí se habían tomado cerca de dos horas, ella tenía un gusto exquisito y tanto Miko, como los empleados lo notaron.
Al finalizar Miko pidió que todo lo llevaran a su dirección lo más pronto posible.
Luego de eso, el castaño se había ofrecido a llevar a Anna hasta su casa pero ésta se negó, ya que no quería un enfrentamiento entre los Asakura y él. Mejor le pidió que la dejara en dónde se habían conocido y así lo hizo.
-Pues…- decía Miko con las manos aún en el volante -¿Nos vemos mañana?
-Claro- respondió relajada la rubia, con él sabía que podía ser ella misma –Nos veremos aquí al medio día
-Excelente- sonrió el chico al voltear a verla –Mientras tanto, acomodaré toda tu ropa
-Bien- dijo Anna al momento de abrir la puerta indicando que ya debía irse
-Gracias Anna- el castaño estaba algo serio –Por haberme acompañado el día de hoy, de verdad, gracias
-Gracias a ti- fue lo único que dijo ella con una sonrisa de medio lado para luego perderse entre los árboles
Miko encendió el coche y con una sonrisa boba, partió rumbo a su casa.
"Y esto es solo el comienzo Anna" pensaba el castaño mientras manejaba "Te mostraré como era estar conmigo"
Corría entre la maleza. Era muy tarde. Había perdido la noción del tiempo al estar con Miko pero, no se arrepentía de nada. Solo esperaba llegar a tiempo para la cena o sino, Kino la mataría.
No tardó más de cinco minutos en llegar a la mansión. A los lejos podía ver dos siluetas muy familiares sentados en la entrada de la casa.
Yoh y Hao.
Con tanta distracción se le había olvidado crear una excusa para su ausencia.
Ambos shamanes estaban sentados el uno junto al otro en completo silencio.
Estaban esperando a la rubia, Hao cada vez la sentía más cerca, pero no fue hasta que la localizó con la mirada que se puso de pie seguido de su hermano.
Ella comenzó a caminar más despacio, haciendo que su respiración se calmara.
-¡Annit…!- estaba diciendo Yoh pero al verla de cerca se quedó en shock al igual que Hao
"¿Qué sucede?" se preguntaba ella mentalmente al ver a ambos Asakura congelados
"Tu cabello" explicaba Layla un tanto exasperada
Era cierto, había olvidado por completo su nuevo cambio. Ella suspiró y se acercó todavía más hacia ellos con un semblante serio.
-¿Qué tanto me miran?- preguntó ella molesta
-¿Qué te hiciste Anna?- Hao fue el primero en reaccionar
-Nada que te importe
-¿Por qué rayos tienes el cabello rojo?- preguntó el shaman de fuego levemente irritado
-Porque quise- finalizó ella mientras volteaba a ver a Yoh -¿Y tú que dices?
-Puuuues es diferente Annita, pero te queda muy bien- rió Yoh algo nervioso y sonrojado levemente
-Bien- dijo la rubia mientras se cruzaba de brazos
-¿Dónde estabas?- preguntó Hao con voz seria
-Qué te importa- contestó ella de forma dura
-Has estado todo el día en la calle. Responde Anna ¿Dónde estabas?- retó Hao a la chica
-Ya lo dijiste, estuve en la calle- ironizó la rubia
-No te hagas la graciosa Anna…- decía Hao con la mirada enojada
-Lo que quiere decir Hao Annita, es que estábamos muy preocupados- explicaba Yoh con sutileza, no quería que se pusieran a pelar –No llegaste a dormir
-Estaba entrenando- sentenció ella con un suspiro, ese comentario de parte del castaño la hizo calmarse
-En ese caso, ya tuviste que haber mejorado en el manejo del reishi- dijo con burla Hao mientras se quitaba su poncho
"Ese idiota planea un combate" explicó Layla sumamente molesta
"Lo sé"
-¿Qué planeas? ¿Pelear?- preguntó ella cruzándose de brazos
-¿De qué otra forma sabremos si has avanzado?
-Hao, no creo que sea necesario- intentaba decir Yoh al verlo ponerse en posición de pelea
-Vamos Anna, no te haré daño- intentó provocarla
"¿Alguna idea?" preguntó la rubia
"Si, solo repite después de mi" sentenció Layla con una sonrisa, después de todo no era la primera vez que iba a pelear contra Hao
-Bien- aceptó la chica mientras se quitaba su rosario y lo sujetaba con ambas manos
El plan de Hao era sencillo. Debía saber si Layla estaba dentro de Anna, para saberlo debía hacerla pelear. Si ella se encontraba ahí, el poder de Anna se elevaría de manera impresionante pero, si eso no ocurría de todas formas le daría una lección a la rubia para no volver a mentir.
-¡Amidamaru!- gritó Yoh al momento de desenfundar a Harusame y hacer la posesión de almas
-¿Qué mierda haces Yoh?- preguntó su hermano un tanto irritado
-Dijiste que querías pelear- explicaba Yoh con una sonrisa posicionándose junto a Anna
-Con Anna
-Para que sea justo, tendrás que enfrentarte a los dos- sentenció el castaño menor ante la atónita mirada de su prometida
"¿Desde cuándo a Yoh le gusta pelear?" se preguntó mentalmente la rubia
"Veo que Yoh Asakura no es tan inútil como parece" reía Layla al ver tal espectáculo
-Si eso quieres- sonrió macabramente el shaman de fuego al momento de hacer aparecer al espíritu de fuego
"Bien Anna, repite después de mi"
-Perdí mis poderes tiempo atrás…- decía Anna con tono calmado mientras miraba directamente a Hao -…por culpa de esto no podré soñar…
-…- Yoh no entendía que estaba diciendo Anna, solo la miraba de reojo sin perder de vista a Hao
-Una rima voy a terminar, para que mis poderes vuelvan a funcionar- y sin más cerró sus ojos exhalando tranquilamente, sentía un poder llegar a ella
Poco a poco Anna podía sentir como su poder crecía de manera impresionante. Era el poder de Layla, el cual había estado dormido por más de 500 años. Para la pelirroja se sentía tan bien el poder volverlo a tener, pero lo que más le había gustado había sido la cara de shock que Hao tenía. Sabía que al hacer eso revelaría su paradero pero, eso era justamente lo que quería, quería hacerle saber que...
Ella había vuelto.
Y ésta vez, lograría lo que hace 500 años no pudo.
¿Qué cosa?
Vengarse
-No…- murmuró Hao con media voz. Ese poder solo podía pertenecerle a ella
La noche era tranquila, era fría pero no como para calarte los huesos. Solo tenía un defecto, y era que la Luna no había salido, esto solo había ocurrido una vez, exactamente hacía 10 años, y 50 segundos. Todo tendría que estar alineado. Sin embargo los Grandes Espíritus habían decidido que esta vez sería diferente, esta vez, ella no moriría en manos de Grimm. Tan solo esta vez, ella podría escoger entre convertirse en Shaman Queen, o estar con el amor de su vida y ser feliz, como la última vez no pudo hacerlo.
Todo dependía de ella, todo dependía de Anna.
Y a pesar de todo, los Grandes Espíritus estaban seguros de que ella sabría tomar la mejor decisión, aún a pesar de su pasado ella no cometería el mismo error y aunque así fuera, en esta ocasión ellos se encargarían de ayudarla, se lo debían…tanto a ella, como a Hao.
Sin embargo para alcanzar su destino, debería pasar por un camino lleno de espinas. Espinas de su pasado, pasado capaz de volver a envenenar su alma o mucho peor, pero ¿Qué puede ser peor que recordar el pasado?
Quizás el vivirlo nuevamente.
¿Será posible que Christal haya actualizado sin haber pasado meses?
Pues si jaja, creo que subiré capitulo cada semana aunque no estoy segura Dx
El Lunes es mi primer día de Universidad y estoy nerviosa pero, al menos me tocó con uno de mis amigos en el mismo salón xD
En fin, dejaré de marearlos y responderé los reviews.
diana Carolina: Gracias por seguir leyendo, pero si. He vuelto y esta vez es para quedarme C:
Saralour-tita: Jeje debo confesar que yo tambien tuve que leer de nuevo la historia :v, pero si, son 4 chicos que quieren a Anna pero solo dos la quieren a ella y los otros dos quieren a Layla :o, te daré una pista... Algo más que el cabello de Anna cambiara x3 ¿Serán sus ojos? ¿Su piel? ¿Su prometido? No lo sé jaja
De cualquier manera volvamos a la rutina.
Éstas son las preguntas para el siguiente capítulo:
¿Que tramará Miko?
¿Layla es buena o mala?
¿Que hará Hao con respecto a Layla?
¿Anna le dirá a Yoh sobre Layla?
¿Yoh podrá hacer el escudo mental?
¿Por que los Grandes Espíritus levantaron la regla de la condición?
¿Anna sabrá controlar el poder Layla?
¿Aceptará entrenar con ella?
¿Dónde están Kino y Yohmei?
Rayos, son muchas preguntas pero si alguno de ustedes quiere saber las respuestas, no se pierdan el siguiente capítulo c:
Soy Christal MP y no olviden comer mandarinas ^u^!
Bye.