Los Personajes de este fic no me pertenecen. Los derechos correspondientes pertenecen a NINTENDO y a los creadores de THE LEGEND OF ZELDA.

Este fic no está hecho con fines de lucro solo es por entretenimiento y diversión.

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El Valle de los Lobos es propiedad de Laura Gallego.

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Los sueños aparecerán en cursiva precedidos y seguidos por dos puntitos.

"Pensamientos"

Recuerdos

[***] Cambio de escena.

»Continuación de un dialogo


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Capítulo 6: Siempre…siempre. Nuestra forma de Amarnos.

...

—Link… ¡Link!— lo llamó sin obtener respuesta alguna.

—Ay no...— musitó Aragón quien junto a Impa también lo buscaba con la mirada.

Por unos instantes Zelda se quedó ahí de forma inmóvil, asustada como nunca antes en su vida, sosteniendo con fuerza el arete de planta entre sus manos.

—"¿Qué hice?... ¡Que hice!"— su mente estaba vuelta un caos, hasta que de pronto nuevamente sintió cierta calidez y se viró sólo para encontrarse con esos hermosos ojos azules a los que había amado desde siempre.

Poco a poco Link reapareció de nuevo y abrazó a Zelda, más para poder sostenerse que para otra cosa, el círculo mágico comenzó a brillar nuevamente y el joven adivino retuvo a la Sheikah que había estado a punto de cruzarlo para ir con su princesa.

—El ritual no ha terminado— clamó Aragón un poco aturdido, el efecto de la magia lo había tomado por sorpresa.

—Mi amor— musitó Zelda mientras le devolvía el abrazo y lo estrujaba contra su cuerpo— he sentido mucho, mucho miedo… no vuelvas a hacerlo nunca.

—Y yo… tengo nauseas— gruñó Link de manera traviesa— en serio siento que se me está revolviendo todo por dentro.

—Abrázame— le pidió Zelda sintiendo aun un terrible miedo.

Poco a poco la luz en el círculo mágico fue menguando, hasta que desapareció por completo mientras los numerosos caracteres que había escrito Zelda en el piso de la biblioteca desaprecian desde afuera hacia adentro hasta encontrarse con sus moradores.

Durante los instantes que siguieron Link se sintió sumamente desvalido, era como una sensación indescriptible, como si el flujo entero de su energía girara en un sentido completamente diferente. Ahora su ser entero se sentía pegado a ella como si la extraña magia los mantuviera firmemente unidos, el maná que había destilado hasta entonces también cambio de rumbos, esa sensación de sentirse carcomido desapareció en pocos instantes lo cual fue muy notorio después de haber estado cargado con ella durante tantos años.

—Háblame Link— le suplicó la princesa y él poco a poco irguió la cabeza hasta mostrarle su sonrisa, le dio un cálido beso casto justo encima de los labios y Zelda se quedó inmóvil… casi petrificada por la sorpresa.

— ¿Qué pasa?— masculló Link tratando de incorporarse, definitivamente no era la reacción que esperaba de Zelda, incluso puso su carita triste al ver que ella seguía de piedra mientras le acariciaba el rostro.

—Por las Diosas….— masculló con voz raída mientras salía de su trance y lo llevaba su lado de manera aún más vehemente— Link, abrázame. Quiero sentirte.

— ¿Sentirme?

— ¿Qué sientes, mi amor?

—Estoy mareado y entumecido, no sabría responderte Zelda. ¿Qué sientes tú?

—Calidez…—respondió mientras se aferraba más y más a él de forma casi férrea— sé que no es mi imaginación, eres más sólido que antes.

— ¡¿Lo soy?!— exclamó sorprendido.

—Claro que si… ¿No ves que me estoy recargando en ti y aun no me he caído como normalmente suelo hacerlo?

—Oh ¡vaya!— clamó Impa— Es perfectamente audible.

Link levantó un poco la mirada y vio a sus dos amigos acercarse con una gran sonrisa.

—Antes sólo podía oírlo cuando estaba en su forma de Lobo— acertó a decir la joven Sheikah.— me pregunto si…— se retiró el monóculo y parpadeó para acostumbrar la vista, también podía verlo perfectamente e irguió una sonrisa al percatarse de que ya no tendría que cargar con ese cristal a todas partes.

— ¿Nauseas?, Déjeme ver Señor Héroe— propuso Aragón al tiempo que se acercaba. Zelda demoró un poco en soltarlo, y después cuando Aragón lo examinó de cerca en su rostro mostró una expresión satisfecha— muy bien, ¡Lo ha logrado princesa!, puedo sentirlo perfectamente, ahora la energía le llega de una manera completamente nueva.

—Explícate— dijo Impa sin poder entender nada

—Antes había tenido que tomarla de sus años de vida, pero ahora que está ligado la toma directamente de su medium, es por eso que siente tantas nauseas, su espíritu tendrá que acostumbrase a ésta nueva forma, es posible que esta redirección haya sido la causa de que desapareciera por unos instantes, después de todo es un cambio completo de estructura interna.

—Entonces, ¿ahora toma la energía de Zelda?, ¡No es eso peligroso!— exclamó Impa que apenas si se enteraba.

—En lo absoluto, el Kai está actuando como un puente, está unido a su médium pero eso no significa que le esté robando el alma, deja que te explique, la princesa Zelda toma la energía de su magia directamente de la naturaleza y esa energía a su vez es retransmitida al espíritu de nuestro joven héroe.

— ¿Eh?— masculló ella de forma confusa.

—Ahora el Señor Héroe pude tomar la energía de la naturaleza en lugar de tomar la suya propia, eso evitara que desaparezca, siempre y cuando la princesa Zelda permanezca unida al objeto al que fue ligado, podría decirse que ahora se parece más a los espíritus de la naturaleza.

Y así fue como Aragón se perdió entre sus miles de explicaciones y como Impa terminó completamente extraviada entre sus palabras, el joven adivino parecía sumamente emocionado mientras le seguía hablando a Impa de las condiciones y el contrato del hechizo.

—Ven Link. —Lo llamó Zelda para poder pegarse nuevamente a él y acariciarlo como nunca antes lo había hecho.

—Ponte mi arete— le susurró él mientras le devolvía el abrazo— recuerda que nunca debes quitártelo, si lo pierdes ya no podré seguirte por mucho que así lo quiera, recuerda que ahora mi espíritu está ligado y que solamente tú puedes cargar con éste objeto.

—Lo recordare siempre— le habló de forma cálida mientras acariciaba el arete y sus manos se perdían entre los numeroso filigranas que lo adornaban, por unos instantes su alma recordó cierta sensación y sintió que lo había hecho con un amor inmenso para poder dárselo como regalo— ¿Por qué te lo quieté?— preguntó de forma curiosa sin poder entender lo que había hecho en su pasado.

—Porque me compraste uno nuevo, pero yo no quería quitarme éste, éste arete… es el símbolo de que soy tu caballero y tu guardián eterno. Mi reina traviesa tuvo que esconderlo para que no encontrara, y además, me puso ese acertijo extraño que de seguro no hubiera podido resolver en aquel tiempo, sin mis recuerdos de la primera era hubiera sido imposible, sin contar que Fay nos dio al pista que nos faltaba.

—Entonces he aprendido algo, no volveré a menospreciar cosas como ésta, parece que después de todo si renacemos para enmendar nuestros errores y aprender de nuestro pasado, aunque no podamos recordarlo y aunque siempre creamos que comenzamos todo desde cero.

—Qué curioso pensamiento, ¿No empezaste desde cero?

—Creo que no— musitó con una risita, se separó un poco de su lado mientras reemplazaba su arete de oro por el de plata— no creo que mi amor por ti haya partido desde cero. — le dijo mientras dibujaba una sonrisa. Mientras su mente viajaba a través de los años y recordaba la felicidad que había sentido desde el primer momento, al tenerlo cerca aquella primera noche en la que vio al Lobo entrar en su recamara.

—Es verdad, tal vez por eso es que cada vez te amo más y más— concluyó él de forma sincera.

[***]

Regresaron al castillo con el corazón alegre, sintiendo que su vida acaba de dar un enorme giro, en el umbral se toparon de frente con los reyes y durante unos instantes los ojos de Link se quedaron perdidos en los de la reina. Ambos se miraban de forma tan curiosa que aquel pequeño acto no pasó desapercibido por el joven adivino.

—En buena hora vuelves a casa— dijo el rey con alegria.

— ¡Papá!, hablas como si me hubiera ido a kilómetros, estaba en los jardines traseros— no tenía más remedio que decirle aquella mentirilla piadosa, aunque en el fondo se preguntaba si por alguna razón el rey ya se habría dado cuanta.

—Hoy cenaremos a lo grande, los cazadores han venido a obsequiarnos jabalíes del bosque, ¿Qué dices querido Aragón, te quedaras a cenar conmigo?

—Por supuesto Alteza— Clamó con cierta alegría mientras el rey le pasaba el brazo por el hombro y el cuello y lo arrastraba hasta el interior de la estancia. No lo había demostrado demasiado pero el rey estaba tan feliz de que su Sabio preferido hubiera vuelto después de tantos años, que no perdía oportunidad alguna en tratar de convencerlo de que regresara a vivir al castillo.

Impa sólo rodó los ojos y los siguió de cerca, de alguna forma sentía un poco de envidia al verlos ahí caminar de manera boba, como si no existiera el linaje y como si las clases sociales no importaran. Si alguien fuera de contexto hubiera presenciado aquella escena, habría intuido que aquel joven de ojos violáceos y largo cabello zafiro era el hijo más valioso que tenía el rey de Hyrule.

A lo lejos Aragón simplemente asentía con su risita nerviosa sin poder evitar virarse y corroborar aquello que le parecía extraño.

Cuando la reina atinó acercarse a Zelda, Link dio tres saltitos hacia atrás en automático, no sabía si podía verlo, pero le clavaba tanto la mirada que el joven héroe estaba casi seguro de aquello. Antes había comprobado que podía ver al lobo, aunque no le había parecido tan extraño dado que esa forma estaba más ligada ese mundo, tanto que incluso estando desde el Umbral de los mundos algunas personas habían logrado oír su aullido.

— ¿Y…, que estabas haciendo?— preguntó de forma curiosa mientras su mirada seguía clavada en el joven héroe.

—Llamando a la felicidad—contestó Zelda mientras comenzaba a avanzar hacia el castillo, su sonrisa lo decía todo y la reina no dudo en ningún instante en que sus palabras habían ido por el camino literal en su vocabulario.

— ¿Y….?— cortó de pronto cuando sintió la curiosidad de saber si lo que veía no era un espejismo, pero Link volvió a saltar como chapulín cuando la reina intentó acercarle la mano. Sin darle demasiada importancia Zelda siguió de forma tranquila su camino, hasta que después de varios minutos notó la pregunta inconclusa y se viró para encontrarse con aquella escena más curiosa.

Se había puesto a seguirlo casi de manera traviesa, hasta que Link de forma nerviosa acertó a ocultarse detrás de Zelda como si fuera un animalito nervioso y la reina terminó chocando de inevitable y graciosamente contra su hija.

—Aunch— musitó la princesa de forma atolondrada — ¿Qué cosa es la que sigues?

—Pues…

— ¿Y me ibas a preguntar algo?

— ¿Qué si no habías traído a alguien extra?

— ¿A alguien?... ¿de dónde?, sabes que no puedo salir del castillo, ¿ves a otra persona?— preguntó tratando de disimular sus nervios.

—Ah, pues...— miró a su esposo y se convenció de que quizás nuevamente estaba alucinando, sería extraño que él lo hubiera visto y que no hubiera dicho nada, y además ¿Cómo podría un hombre estar tan cerca de su hija sin que Impa lo mirara con ojos sagaces y acusadores?, o las cosas no le cuadraban o definitivamente se estaba volviendo loca — Si...no, creo que no— terminó diciendo.

Durante algunos instantes se quedó ahí tambaleante y confundida hasta que Zelda la tomó por el brazo y se la llevó de forma tierna, cruzó con Link una mirada de complicidad y éste entendió la orden de forma muy clara.

Sin esperar otra cosa el espíritu del héroe dio una media vuelta mientras tomaba su forma de Lobo y salía a trote hacia la habitación de su amada, ya después hablarían calmadamente de aquello, pero mientras tanto, era mejor no perturbar a la pobre mujer que de por sí ya tenía suficiente con la horrible presencia de Makivelo, y hablando de eso…

— ¿En dónde está el horrible hombrecillo, má?, es tan extraño que no esté pegado a mi padre que de verdad me desconcierta.

—Quien sabe, simplemente pidió permiso para ausentarse.

—Pues espero que no vuelva nunca.

—Ojala pudieras hacer realidad ese sueño.

—Algún día— dijo de manera alegre, aunque de cierta forma había algo que le preocupaba como si de repente se cerniera sobre ella un mal presentimiento.

[***]

La cena había sido agradable y después de pasar un buen rato con su familia se despidió y fue a su recamara, había gastado mucha magia y sentía mucha fatiga, sin contar que el curso de sus emociones la habían alterado un poco, cuando posó la mano sobre el pómulo de la puerta escuchó un gruñido conocido…

¿Qué has hecho?— le susurró la voz con cierto reproche.

Link le enseñó los dientes y gruñó poniéndose a la defensiva.

La diosa estiró su mano para tratar de recuperarlo, pero en ese instante se abrió la puerta de la estancia, Zelda se quedó con los ojos achos platos, mientras Link seguía gruñéndole a … ¿Las mariposas?

— ¡Cielos!— Clamó Zelda.

Había decenas de mariposas verdes volando de forma desordenada por toda estancia.

Link recuperó su forma y fue a abrazarla de manera tierna.

—Zelda— la llamó mientras escondía su rostro en el pecho de la princesa.

—Vaya Link, ¡De dónde has sacado esto!— dijo con gracia mientras las espantaba con la mano.

— ¿Yo?, aquí estaban. Esperando, asechando mi llegada para poder molestarme.

—Ay Link, pero si son mariposas, seguro que han entrado por la ventana.

—Eso es lo que quieren que creas.

La princesa soltó una ligera risa mientras espantaba a los pequeños seres para que salieran volando por la ventana, las mariposas revolotearon de manera torpe hasta que finalmente volvieron a los jardines.

—Son mensajeras— clamó él en tono nervioso— ¿has visto mariposas?

—¿Eh?

Se puso pensativo, aunque después irguió una gran sonrisa.

—No podía ser de otra forma… porque en tu corazón sólo hay pureza.

—Ya estas balbuceando cosas extrañas, tal vez necesitas descanso cielo, ha sido un día largo.

—Muy largo, ¿Qué pasa con tu madre?

—Eso mismo me gustaría saber Link, ¿Qué pasa contigo?, ¿Ya no puedes volver te intangible?

—Hmmm, claro que sí.

— ¿Entonces?

—No tengo idea, de alguna forma mis instintos me hicieron esquivarla, por aquí y por allá, ¡sí que es terca!— dijo mientras soltaba una risita— Me recuerda tanto a lo que tu solías ser Zel…

Entonces ella se ruborizó un poco, también recordaba cuando ambos eran pequeños y ella lo perseguía tratando de abrazarlo y él simplemente saltaba y saltaba al igual que como lo había hecho hace pocas horas.

—Vaya…— musitó simplemente mientras se le colgaba por el cuello.

Se abrazaron y caminaron de forma tambaleante hasta caerse en la cama y se quedaron ahí tratando de conciliar el sueño, aunque ahora que las cosas estaban un poco más calmadas la mente de la princesa había decido trabajar horas extras.

—Link…

— ¿Si?

— ¿Que tanto puedes cambiar de forma?

—No sé… ¿A qué forma?, ¿Quieres que sea un conejito?— clamó de manera graciosa.

—No bobo— le dijo tratando de no reírse— estaba recordando…Cuando éramos niños.

—Ajá.

—Lucias igual a mí, lucias como un niño y pasaron los años y también creciste, por eso es que durante mucho tiempo no me di cuenta de tu naturaleza.

— ¿Si?

—También dijiste que todo lo que eres y lo que aparentas es producto de tus recuerdos ¿Qué pasara cuando pasen esos veinte años?

—No sé… y ahora que lo dices, tampoco sé cómo hice aquello, la verdad es que no lo había notado hasta ahora que lo mencionas, antes simplemente había sido un lobo y la primera vez que tome mi forma hylian simplemente ya era así, como un niño, tampoco entiendo porque he cambiado, yo no puedo controlar eso Zel.

— ¿No?

Negó con la cabeza graciosamente mientras pensaba en lo sucedido, había cosas que todavía no sabía ni él mismo, aunque por hora eso era lo de menos, estaba tan feliz de saber que podría estar siempre al lado de Zelda, que por muy extraño que hubiera sido todo ya nada le importaba.

—Y si te quedas así para siempre, ¿Me seguirás queriendo de la misma manera?

— ¿De la misma manera?— musitó mientras bostezaba de forma cansada— no entiendo— replicó un poco confundido.

—Si después de que tu tiempo acabe ya no cambias ¿me amaras aunque yo envejezca?

—Si… siempre, siempre…— hablo casi de forma adormilada— ¿Por qué cavilas en eso ahora?

—No lo sé.

—Te amo Zel, no pienses en cosas extrañas, cuando llegue el momento descubriremos que es lo que sucede y también… cuando llegue el momento si decides rehacer tu vida no tengas miedo de contármelo, entiendo que incluso ahora he sido egoísta pero nunca te privaría de tus necesidades básicas, de amar correctamente… de tener una familia…

—Link… ¿Tú?

—Te seguiré hasta que me lo pidas…— le dolía tanto haberle dicho eso, pero ya no podía más con esa carga, deseaba con toda su alma que fuera feliz aunque tuviera que entregarse a otro hombre.

—Pero ya hemos hablado de esto, nunca voy querer a nadie más, aunque me obligaran no podría serte infiel Link, ¿Tu lo serias? Si las cosas estuvieran de cabeza.

— ¡No!, ¡Nunca!— espabiló de forma atolondrada levantándose como un resorte. — ¡Cómo se te ocurre!

—Lo sé Link… y puedo verlo en tus ojos, y ahora también puedo sentir lo que sientes, si tu corazón llora ¿Por qué te obligas a ti mismo a decirme esto?, no vuelvas hacerlo, me duele, y también me lastimas.

—Pero no quiero lastimarte— musitó tristemente — sólo quiero que seas feliz.

—Y lo seré mientras te quedes a mi lado, tal vez no podamos tener familia en esta vida pero... ¿No podemos ser familia entre nosotros?

—Sí, tienes razón— bajó la mirada sintiendo que su corazón se partía por haberla lastimado, aunque fuera de forma involuntaria y aunque desde el inicio hubiera intentado lo contrario.

La princesa también se irguió un poco, y cuando se alejó de la cama Link se quedó un poco triste, ¿tan malo había sido el comentario?, se quedó ahí quieto pensando en sus propias palabras, hasta que ella volvió y lo miró de reojo con un poco de sonrojo.

—Oh Zel… perdóname, no me había dado cuanta… soy un guardián tonto— atinó a decir cuando se dio cuenta de lo que ocurría, no se había percatado de que por poco y se dormían con la ropa puesta y con la cama tendida tal y como estaba. Aun así suspiró de forma aliviada al cerciorarse de que su princesa sólo se había levantado para cambiarse y no porque sus comentario hubieran tenido una repercusión severa.

—Sí, eres un despistado— clamo ella con una sonrisa— ¿Quieres olvidarte de eso?— preguntó mientras se sentaba a su lado y sostenía su rostro entre sus manos.

—Si… es lo que más quiero, pero no sé si sea lo correcto, o lo justo o incluso algo que yo merezca…

—No lo sabes ni yo tampoco, pero si ambos lo deseamos creo que eso si es lo justo.

—Lo es…— musitó tratando de creer en sus propias palabras.

—Lo es— repitió ella mientras le daba un beso— ¿Querrías besarme de forma loca y apasionada?— preguntó de manera picara.

— ¡Zelda!

Nuevamente ella se echó a reír como si nada.

— ¿Qué te pasa Link?— preguntó de manera seductora mientras lo atrapaba con sus brazos y lo recostaba sobre su pecho— hagamos un beso por turnos ¿Qué te parece?, así dejo de tragarme el aire y tú te despabilas un rato.

—No creo que funcione, ¿Un beso por turnos?, ¡eso no es un beso!

—Pero será nuestro beso— le dijo con una sonrisa— y también nuestra forma de amarnos, no tenemos que ser como el resto de las personas, seamos felices a nuestra manera.

—Es un plan enteramente loco.

—Lo es— afirmó con una sonrisa.

Entonces él se acercó a ella y la besó con todo el amor que le era posible, con una felicidad desbordada que no tenía cabida en ese mundo.

Esa noche se quedó dormido sobre su pecho, el ritual de purificación estaba en todo su esplendor gracias a su nueva forma, pero fue precisamente por eso que Zelda se extrañó de sobremanera cuando sintió una presencia extraña, se levantó a tientas mientras sus ojos se acostumbraban a la luz nocturna.

No había nada… absolutamente nada, y Link dormía profundamente. Sin saber que era lo que había ocurrido se irguió de su cama para tomar un poco de agua, Link se deslizó de forma suave hasta quedar sobre su regazo y ella le colocó una mano sobre su cabeza para poder acariciarle el cabello.

—Qué extraño, debió ser mi imaginación…— musitó para sí misma mientras llevaba el vaso de agua hasta sus labios, entonces le pareció ver cierta luminiscencia y sus ojos se posaron en aquel ser extraño, estaba segura de que había cerrado las ventanas, entonces, ¿Qué hacia esa mariposa revoloteándole en las narices?

La azuzó con la mano derecha y nuevamente la pequeña mariposa emitió una luz dorada, cálida pero enceguecedora, tan hipnotizante, que en ese preciso momento la princesa de Hyrule se quedó inconsciente dejando al mando a el lado más prístino de su existencia, los ojos azules de la Diosa Blanca se clavaron nuevamente sobre aquel ser sobrenatural que ahora emitía una voz conocida.

¿Qué hiciste?— repitió mientras se posaba en la base de la cama.

Los ojos de Hylia se crisparon ante la presencia.

— ¿Qué hiciste?— volvió a repetir— no podrá volver hasta que se haya rotó su contrato. Ahora su espíritu no puede ser libre… no puede volver a donde pertenece. El gran mal se acerca y todo está arruinado.

—El gran mal…— musitó ella sin salir del trance.

Libéralo— ordenó de forma firme pero respetuosa.

—No, él es mío… y tú te has creído con el derecho de quietármelo, ¡Fuera!— gruñó de forma encolerizada.

La mariposa fue azuzada de manera fiera y desde el umbral de los mundos la Diosa Farore irguió una amarga sonrisa.

—Es un mal momento para ponerte rebelde— clamó mientras se retiraba.

No había nada que pudiera hacerse, con el destino de Link bajo la protección de la diosa blanca y con el espíritu de Hylia furioso como no la había estado en siglos.

Solamente renegaba de haber renunciado a su divinidad por esa causa, porque no soportaba que hicieran sufrir tanto al ser que más amaba y quería, y además que de vez en cuando lo trataran como a un juguete.

Y mientras la conciencia de la diosa volvía a su reposo pensó severamente en que tal vez terminaría por reñirse con aquellas otras deidades superiores en cuanto volviera al otro lado.

— ¿Zel?— Link la llamó de forma tierna y entonces Zelda volvió a su sitio, un poco mareada y sumamente confundida— ¿Pasa algo, amor?

—No, creí… sentir algo— clamó atolondradamente mientras erguía una ceja— pero creo que fue mi imaginación.

—Debió serlo— le dijo Link al ver y percatarse que no había nada.

Simplemente volvió a abrazarlo mientras se acurrucaban en la cama, durmieron de forma placentera, ajenos a todo aquello cuanto acontecía fuera de aquellas paredes.

Aquella noche comenzó a cernirse la tormenta, las nubes semigrises y oscuras hicieron su presencia sobre Hyrule, desde lo profundo de sus sueños, más allá del mar de nubes, Aragón escuchó una voz conocida y se levantó de forma sofocada. La furia del viento azotaba su pequeña carpa y entonces como siguiendo un instinto salió de su estancia tibia y acogedora, haciéndole frente al vendaval del mundo externo.

—Por las Diosas— musitó de forma angustiosa, mientras sus ojos se perdían entre la tormenta y el agua le caía a chorros por el cuerpo, algo en el fondo de su corazón le decía que el momento había llegado…

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...

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Comentarios del Capitulo:

" ¿Querrías besarme de forma loca y apasionada?" jajajaja LoL, seguro que eso Link no se lo esperaba.

Las noticias agradables son que El Kai de verdad que funciono, pero bueno parece ser que al tratar de cumplir sus sueños nuestros héroes han metido un poco la pata, "El mal gran se acerca y todo esta arruinado" ¿A que se referiría la Diosa Farore con aquello?

Y bueno hasta aquí llego la parte 5 de esta historia. Los invito a que sigan con el 6 "El Despertar del Gran Mal", aunque solo es el preludio de la verdadera batalla final y además se revelara alguno que otro misterio. La naturaleza de Link que ni Link mismo conoce xD bueno esa si que no la van a saber hasta el final final :D