28. 13 años. 6 de junio, mañana.

Harry se despertó con la sensación de que había dormido mejor que en los últimos años, totalmente descansado. Se estiró perezosamente en la cama, bostezando sonoramente. ¿Qué hora sería? Por la luz que entraba por la ventana, debía de ser temprano.

Todavía medio en el limbo, rodó por la cama hasta quedar boca abajo. La cama aún estaba caliente.

Espera.

¿Caliente?

Draco.

Todos los recuerdos de la noche anterior le volvieron de golpe. Todo lo que habían hecho.

¿Dónde estaba Draco?

Abrió los ojos, justo a tiempo de ver a Draco entrar en la habitación proveniente del baño, ya vestido con la misma ropa que había traído por la noche, con la única diferencia de que tenía el pelo mojado y venía secándoselo con una toalla.

- Buenos días, espero que no te importe que me haya tomado la libertad de ducharme. –Y la sonrisa que le dedicó Draco hizo que a Harry se le olvidara todo en lo que estaba pensando. Y todo, en general. De hecho, casi se le olvidó que Draco esperaba una respuesta, o al menos un saludo de buenos días.

- Ah, eh. No, claro que no.

Harry estaba nervioso, pues claro que lo estaba. Después de todo lo que había pasado, después de la noche anterior... no sabía cómo reaccionar. Es decir, no se arrepentía de nada, evidentemente. Pero, ¿qué hacía? ¿Se levantaba y le daba un beso a Draco? ¿No lo hacía? Era un poco incómodo.

Pero no tuvo que decidir porque, antes de poder tomar una decisión, Draco lo distrajo volviendo al baño a dejar la toalla y recogiendo todas sus cosas, incluyendo la varita. Como si se estuviese yendo.

Harry miró la hora. Eran las siete de la mañana. Casi era hora de entrar a trabajar.

- ¿Te vas?

Draco paró en el acto, como si lo hubieran pillado haciendo algo que no debía, y miró a Harry fijamente durante unos segundos antes de contestar, sopesando sus palabras.

- Tengo que trabajar.

- ¿Has desayunado? –La expresión avergonzada de Draco fue toda la respuesta que necesitó Harry, no hicieron falta palabras. Así que, tras ponerse unos calzoncillos, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, agarrando a Draco del brazo para llevárselo con él, sin siquiera pararse a pensar en lo que estaba haciendo–. No creas que vas a irte sin desayunar antes, vamos. Te da tiempo.

No es que Harry fuese un gran cocinero, ni de lejos. Pero eh, que no pensaba dejar que Draco se fuera de forma furtiva de su casa, como si se estuviese escondiendo. Ah no, si venía a casa de Harry Potter a pasar la noche, era con todas las consecuencias. Incluyendo la mañana siguiente.

El desayuno no fue excesivamente elaborado y, comparado con lo que probablemente Draco podría tomar en su casa, bastante poca cosa. Tostadas, huevos revueltos, café. Cosas fáciles que Harry difícilmente podía hacer mal. Quizás algún día podría aprender a cocinar, ya iba siendo hora. Podría apuntarse a alguna clase de cocina. O acercarse a La Madriguera, que seguramente fuese más rápido.

Pero, a pesar de lo frugal del desayuno, Draco no se quejó en ningún momento. Ayudó a Harry a prepararlo, lo saboreó como si fuera el mejor plato que había tomado en años y ayudó después a limpiar y a recoger. Sin decir una palabra.

Y, en serio, a Harry le estaba empezando a picar la piel de lo incómodo que se sentía. Y no ayudaba demasiado el hecho de que estuviera prácticamente desnudo y que Draco no dejara de mirarlo. Y que nadie dijera nada. Era… arg, necesitaba romper el hielo, necesitaba decir algo. ¿Qué estaría pensando Draco, que estaba tan callado? Igual estaba en la misma situación que él. O… ¿se arrepentiría? ¿Por eso se había querido ir sin ni siquiera desayunar? Oh, Merlín, Circe y Morgana. Draco se arrepentía. O a lo mejor es que no le había gustado. Es decir, Harry era nuevo en esto. No nuevo del todo, pero a efectos prácticos... Draco tenía que ser mucho más experto y puft, seguro que Harry había sido un desastre y...

- Potter, no sé qué es en lo que estás pensando y créeme que por la cara que estás poniendo, no quiero saberlo, pero déjalo ya. Te va a empezar a salir humo de las orejas.

Harry hizo exactamente eso, dejó de pensar. Y miró a Draco. Draco estaba sonriendo. No parecía demasiado falso. Igual estaba de verdad pensando demasiado y dándole demasiadas vueltas, ¿no?

Antes de que pudiera darle una contestación inteligente, Draco se levantó de la silla, acercándose a Harry, apoyando una de las manos en el respaldo de la silla para poder agacharse y quedar justo frente a su cara.

- Y que sepas que te agradecería enormemente que la próxima vez que quieras que llegue a tiempo al trabajo, te pongas algo más de ropa encima. –Y, como para enfatizar su punto, deslizó la mano libre por el torso de Harry, hasta dejarla apoyada sobre su entrepierna, presionando muy ligeramente. Y Harry tuvo que coger aire de golpe, porque eso era, ciertamente, inesperado. Pero no por ello mal recibido, a juzgar por el cosquilleo que comenzó a sentir en esa zona–. Ahora sí que de verdad me tengo que ir o llegaré tarde.

Pero en lugar de irse directamente, lo que hizo Draco fue terminar de acercarse del todo a Harry y pegar los labios a los suyos. Y Harry, que a estas alturas ya no sabía por dónde le venían los tiros, después del ataque de pánico absurdo y encima teniendo la mano de Draco donde la tenía, con sus dedos que no dejaban de acariciar por encima de la ropa, respondió el beso sin dudarlo. ¿Draco quería guerra? Él también sabía jugar a ese juego. Así que atrapó sus labios entre los suyos, lamió, besó, mordió, enredó los dedos en su pelo. Como si quisiera llevarse a Draco a la cama, cosa que estaba empezando a ser verdad.

Cuando se separaron, ambos estaban respirando de forma agitada. Y a Harry le estaba apretando un poco la ropa interior. Bastante. Sobre todo si Draco seguía con la mano donde la tenía, muchas gracias. Justo mientras pensaba eso, Draco apartó la mano –para bien o para mal–, resoplando.

- Mierda, Potter. La idea era que te quedaras tú con las ganas, no que me torturaras a mí.

Y, tras decir esto, le dio un último beso rápido en los labios a Harry antes de apartarse, atusándose el pelo y cogiendo aire profundamente por la nariz. Como si le estuviese costando irse.

Bueno, Harry ya no se sentía tan incómodo, definitivamente. Ni tan inseguro. ¿Qué pasaría si se llevaba así, ahora mismo, a Draco a la habitación…?

- Nos vemos, Potter. Pronto.

Y se fue. Así tal cual, como si estuviera huyendo. Y puede que fuera verdad que lo estaba haciendo, porque Harry había estado planteándose muy seriamente la opción de secuestrarlo y llevárselo a la cama directamente.

De todas maneras, pensó Harry mientras se recolocaba la ropa interior, intentando acomodar su erección, mientras caminaba de vuelta a la cama, Draco ya le había dado trabajo que hacer para su última mañana de vacaciones.


N/A: Un capítulo express, recién salido del horno.

Venga, que ya va quedando menos.

Gracias por los reviews y gracias a los que seguís ahí. Espero poder recompensar vuestra paciencia con buenos capítulos.

Bebed agua, aunque no lo creáis, es importante.

MayaT.