Bienvenidos a un nuevo capitulo de mi fanfic.

Disfruten la lectura.


Fue realmente duro para él alejarse de Twilight luego de la noche anterior, pero no podía dejar a su amiga cuando más lo necesitaba. Fue la bibliotecaria quien primeramente lo ayudó al regresar de su destierro, cuando estaba solo y asustado. Le dio un hogar, comida, contención emocional y posteriormente lo ayudó a conseguir un trabajo y una vivienda para que continuara su vida allí. Dry era una de las compañías más cercanas que tenía, el resto de su familia había desaparecido en el tiempo o mudado a otros lares de Equestria para comenzar una nueva vida, su hija es un ejemplo de ello.

Luego de su pequeño viaje en tren, bajó rápidamente y fue directo al hospital. Al ingresar preguntó por ella y fue directo a su habitación en uno de los pisos superiores, nada más entrar la vio, sentada, viendo su almuerzo el cual consistía en un insípido puré de papas, acompañado de un vaso de jugo y una gelatina de naranja en un vaso desechable.

—¿Sabe que debe comer eso verdad? —preguntó Dry desde la puerta.

La bibliotecaria giró y una sonrisa se presentó. El hipólogo se acercó y le dio un abrazo.

—¿Alguna vez has comido comida de hospital jovencito? Que Celestia no permita que comas algo como esto en tu vida.
—Oh vamos, no puede ser tan mala, la gelatina luce deliciosa —dijo tomando el vasito y devorando una porción de ella.

Su expresión decía mucho de su falta de sabor, como si estuviera hecha de agua gelatinada solamente. La anciana dejó escapar una de sus sonrisas de "yo tengo razón".

—Bueno… al menos llenará tu estomago —dijo entregándole la gelatina.

Ella comenzó a comerlo, animada por tener visitas.

—Me alegra que hayas venido Dry, tuve la mala suerte de estar sola en esta habitación de dos, sin nadie con quien charlar.
—Yo me alegro de que estés bien, por otro lado tuviste suerte de que no te tocara una compañera más parlanchina que tú, nunca te dejaría hablar —dijo con burla.
—Tienes razón, hubiera sido peor que estar encerrada en el infierno.

Ambos rieron y ella prosiguió con su postre. La única compañía sonora en la habitación era la radio, la cual estaba pegada a la mesa para evitar ser robada como tantas otras, transmitía las noticias, de vez en cuando el clima, siempre permaneciendo en la misma frecuencia porque ella gustaba de escuchar una radionovela que pasaba por la tarde.

—¿Cómo fue que te hiciste esto? —preguntó levantando la sabana para ver su cuerpo vendado casi por completo.
—Fue tu culpa por dejar las galletas tan arriba, me obligaste a escalar el librero y este me cayó encima.
—Si hubieras esperado a que regresara, te hubiera horneado unas cuantas, ahora mírate.
—No pasa nada —aclaró dejando el vaso de gelatina en la bandeja—, además, el doctor dijo que no fue nada de gravedad y que pronto podré volver a casa, claro que ahora tendré que cuidarme más y me darán más medicamentos para consumo diario.

Refunfuñó a eso ultimo, le hacía recordar lo vieja que era.

—No te preocupes, ambos somos viejos milenarios.
—Bueno, basta de hablar sobre mí, ahora cuéntame cómo te fue en tu viaje.

Dry dejó escapar un suspiro cargado de buenos recuerdos y se sentó en el suelo.

—Pues…

Le contó todo lo sucedido desde que subió al tren con la princesa de la amistad y su hermano, pasando por los momentos tristes de este ultimo por la princesa Cadance, hasta su interacción con Twilight hasta el punto de enamorarse y casi compartir un beso con ella. Casi fue la palabra que llevó a la bibliotecaria a hacer esto:

—Es una muy linda historia, creo que tengo algo que puede ayudarte, ¿serías tan amable de pasarme el periódico?
—Claro —respondió.

Una vez en sus cascos, leyó un par de encabezados hasta encontrar el que necesitaba.

—Mira, aquí está —dijo señalándole.
—¿Dónde?

Con años y años de práctica en el arte de la manipulación de enrollar papel, enrolló rápidamente el periódico y le dio un golpe en la cabeza a Dry.

—¡Mal poni! —exclamó.
—¿Qué sucede?
—Eres un veterano con más de mil años de edad. ¡¿Y no fuiste capaz de besar a la princesa de la amistad?! —exclamó.

Por suerte, no había nadie en aquella habitación y las enfermeras parecían estar ocupadas con otros pacientes del hospital como para escuchar.

—No es tan fácil, hay mucho que hacer antes de pensar en ello.
—¿Esa es tu excusa? No puedo creer lo que estoy oyendo, escuché que los jóvenes de hoy se complican de más en las relaciones pero no pensé que eso te sucedería a ti.
—Lo dices como si esos mil años que recalcas los hubiera vivido como un poni normal, pero no fue así.
—¿Y ahora vives como un poni normal? —preguntó.

No supo que responder.

—No sé a que te refieres.
—No finjas que no sabes, desde que el imperio regresó de su destierro no has hecho más que encerrarte en tu burbuja para no salir al exterior.

En la radio, un animado locutor anunciaba el clima templado en ese momento y el pronóstico extendido para el resto de los días.

—Estuve encerrado trabajando —justificó.
—¿Trabajando? Niño, no intentes pasarte de listo conmigo, tengo el registro de todos los libros que sacaste de la biblioteca y recuerdo cada uno de los que hay en tu casa, pocos tratan temas de hipología y todos los demás son de historia, hace mil años eras un hipólogo ahora eres sólo un ayudante bibliotecario que acomoda libros para vivir.

Las palabras tomaron por sorpresa al hipólogo, no esperaba que ella fuera tan directa.

—Yo sólo… estaba asustado —admitió dejando escapar una lagrima.
—Yo también lo estuve, todos estuvimos asustados y confundidos cuando regresamos al mundo real, pero pocos pasaron por lo mismo que tu.
—Pero tenías razón, cuando me enteré de lo sucedido, traté de contactarme con mi familia en Fillydelphia sólo para terminar descubriendo que habían muerto hace siglos. Luego me ayudaste en todo, pero no fue suficiente para mí, quería descubrir cómo fue que terminamos congelados en el tiempo, pase noches enteras leyendo libro tras libro sin encontrar nada, me sentí inútil por ello.

La bibliotecaria le ofreció el vaso de jugo de su bandeja, él aceptó.

—Pero seguí sin importar nada, un par de horas antes de ir al trabajo y luego todo lo que podía antes de dormir, muchas veces terminando con la cabeza en el escritorio. No hacía nada más que eso. Cuando me fuiste a visitar aquella tarde con respecto a un nuevo trabajo, estaba a punto de rechazarlo y seguir leyendo, pero algo muy en el fondo me decía que debía aceptar la propuesta.
—Y mira que bien te hizo —remarcó ella.
—¿A qué te refieres?
—Estás muy despistado, mira, yo intenté invitarte a comer, salir con amigas del club de tejido e incluso arreglé una cita a ciegas con una de sus nietas, pero te negaste a ir en cada ocasión. De repente, llega la princesa Twilight Sparkle y no sólo aceptas ayudarla con su investigación sino que además no dudaste ni por un segundo en acompañarla a una ciudad extraña, ayudar a su hermano, comer pizza con ella por primera vez, ir al cine, bailar y casi besarla. Ella te ayudó más de lo que imaginas.
—Creo que tienes razón —dijo Dry animado—, ¿pero qué hago ahora?
—Esto vas a hacer, mi hija seguramente va a venir mañana a verme, así que quiero que mañana tomes el primer tren a Ponyville, esperes a la princesa y le digas todo lo que sientes y quien eres realmente, ¿entendido?
—Entendido, y gracias —dijo dándole otro abrazo.
—No tienes que agradecer, para eso estoy aquí.

De repente, un anunciador en la radio daba aviso de lo que se venía a continuación, era nada más ni nada menos que la radionovela.

—Oh, oh, ya está por comenzar, hazme un favor y cierra la persiana así no entra ruido de afuera, además falta un par de horas para el anochecer y no quiero que se enfrié la habitación.
—¿No te molesta estar a oscuras?
—A mi edad tengo otras cosas de que preocuparme.

Dry obedeció y cerró la persiana, evitando que el ruido y la luz ingresasen a la habitación durante el resto del día. Poco sabían que eso salvaría sus memorias de ser borradas por los rayos del sol.

Luego, trajo una silla del rincón y se sentó al lado de su cama.

—¿Y la radionovela es buena?

XXX

Esa madrugada, mientras Twilight dormitaba plácidamente como si nada hubiese pasado, Celestia se preparaba para el último encuentro con el detective que ella había contratado para seguir a su estudiante. Nuevamente se ponía su capucha que la cubría en su totalidad y con un simple hechizo, cambió su voz, todo con el fin de disfrazar su identidad.

Al principio pensaba en dejarle una simple carta al detective para que este dejara su tarea y pagarle un extra por las molestias, pero encontrar un micrófono en la alforja de Twilight obligó a la princesa a tomar otras medidas, una que aseguraría que nadie sepa lo que hizo para mantener su secreto. Esa noche, ella lo esperaría dentro de la habitación para recibir el último informe personalmente.

A dos calles del punto de encuentro, se encontraba Magnifying Glass, parado en un callejón esperando por alguien que, con suerte, salvaría su flanco. En su alforja llevaba el informe que debía entregar y una bolsa con la mitad de las monedas que le sobraban del pago. Estaba nervioso y paranoico, como nunca lo estuvo en su vida, su vista se desviaba en todas direcciones, siempre en guardia, por si ella aparecía a terminar el trabajo.

De pronto, sintió un par de toques en su hombro. Encendió su cuerno rápidamente y giró, dispuesto a todo para salir del peligro.

—¡Espera! —exclamó aquel poni.
—¡Casi me das un infarto! —gritó el detective, de pronto, las luces de las viviendas comenzaron a prenderse una por una— Ven, no tenemos tiempo.

Asi, el detective jaló a su mejor amigo al callejón para salir de la vista de cualquiera que mirase por su ventana.

—Wow Glass, nunca te había visto tan agitado, ¿alguien poderoso te descubrió? —inquirió su amigo.
—No tengo tiempo para darte los detalles.
—Cuando dices eso es porque me lo explicarás luego de que me den una golpiza.
—Eso sólo pasó una vez, y no te golpearon te caíste de las escaleras mientras escapabas.
—Pero terminé en el hospital de todas formas.
—¡No tengo tiempo para esto!

No quería perder más tiempo, estaba en peligro con cada segundo que pasaba. En ese instante, se cuestionó en pedirle aquel favor a su amigo, quien lo ayudó en muchas ocasiones cuando sus operaciones de investigación suponían algún riesgo, pero esto era demasiado, incluso para él. Pero aquellas ideas se evaporaron de su mente cuando vio que llevaba puesto su disfraz.

—Está bien, dime lo que tengo que hacer y considéralo hecho.

Una vez dicho el plan y entregado el sobre con su informe, el amigo del detective fue al punto de encuentro. Ya estaba acostumbrado a hacerle esos tipos de favores a Magnifying cuando este se metía en problemas, aunque lo hacía de buena voluntad este le pagaba con parte de su paga por arriesgar su vida.

Al llegar, subió las escaleras hasta el tercer piso y se dirigió hasta la habitación designada. Nada más pararse frente a ella le trajo un mal presentimiento, por las descripciones de Glass aquel ente era poderoso. Al ver que nada pasaba, sacó el informe y cuando estaba por deslizarlo por debajo de la puerta, algo lo llamó.

—Pasa.

Tragó saliva e ingresó a la habitación.

—Cierra la puerta.

Obedeció, quedando dentro donde la oscuridad llenaba la habitación. Esta vez, la ventana estaba cerrada, la luz de la luna no llegaba a ese lugar. El poni no quiso dar un paso más temiendo chocar con quien sea que esté con él. Permaneció en medio de una mentirosa soledad hasta que el ente hizo brillar su cuerno para iluminar al poni y darle una mirada rápida.

Dentro suyo, el poni rezaba para que no se enterara de su disfraz; una peluca del mismo color que la melena y cola del detective, una especie de pelaje exterior que emulaba el color del pelaje del detective y por supuesto, su mismo atuendo. Por suerte, tenía el mismo color de ojos.

—¿Tienes lo que te pedí?

Volvió a respirar tranquilo, luego asintió. Con su aura mágica acercó el sobre marrón hasta el ente y luego este lo envolvió con la suya sacando su contenido y leyéndolo por encima, sin prestarle mucha atención realmente. Luego, volvió a guardarlo lentamente y, como hizo anteriormente, lo convirtió en cenizas mágicas desde abajo hacia arriba hasta no quedar nada de este.

—Agradezco tus servicios, pero ya no son requeridos.

Sin tener tiempo a reaccionar, este colocó su largo cuerno en su cabeza y lo hechizó, provocando su desmayo, posterior caída y entrada al mundo de los sueños por varias horas. Después, Celestia se sacó la capucha y se quitó el hechizo de cambio de voz, prosiguiendo a revisar la alforja del supuesto detective y quemando todo lo relacionado a la investigación. Luego recordó algo por un instante, de su capucha sacó el micrófono que Glass había puesto en la alforja de Twilight luego de chocar con esta y lo quemó también. Al igual que con su alumna, arropó al poni en la cama y se acercó a la ventana.

—Lo siento —murmuró antes de saltar y volar hacía el castillo.

Pasaron treinta minutos, al ver que su amigo no regresaba de su encuentro con Celestia, el detective se preocupó sobremanera. Luego de pensarlo una y otra vez, decidió acudir a su ayuda, al llegar al punto de encuentro se encontró con su cuerpo dormitando en la cama plácidamente. Intentó despertarlo pero no pudo, revisó la alforja sólo para encontrarla vacía, la bolsa con monedas estaba en la mesita sin ningún faltante, al despojarlo de su sabana no vio ningún rastro de violencia física o cicatriz mágica.

Ahora podía respirar tranquilo.

Se acercó a la ventana y la cerró, para asegurarse de que nada pasara puso una silla al lado de la cama y se sentó en ella, montando guardia mirando a la ventana. De su alforja, sacó el sobre marrón con la investigación original, él no acostumbraba a guardar información de sus casos para así poder desvincularse de ellos fácilmente y seguir con el siguiente, pensó en prenderle fuego pero luego la voz de Twilight reclamándole la verdad a Celestia y el posterior silencio abrupto lo hizo reflexionar. Tal vez esa información dentro del sobre podía serle de utilidad a alguien más después de todo.

Al poco rato de hacer guardia, se durmió en la silla.

XXX

A la mañana siguiente, Twilight despertó luego de una noche tranquila, tratando de recordar el loco sueño que tuvo, uno donde ella viajaba por toda Equestria y conocía al amor de su vida, pero como casi siempre, al dejar de pensar en ello este se escapó de su mente. Al sentarse en la cama se sobresaltó, no estaba en su castillo, miró alrededor y luego suspiró tranquila, sólo con mirar el decorado pudo deducir que estaba en el castillo de la princesa Celestia en Canterlot, pero no supo porque o como había llegado allí.

Al salir de la cama, fue al baño a refrescarse y alistarse, al salir, fijó su vista en su alforja, al revisarla sólo encontró algunos elementos de higiene personal y un rollo de papel junto a una pluma y un tintero, siempre llevando eso en caso de alguna emergencia escrita. De pronto, llamaron a la puerta.

—Adelante —dijo Twilight.

La princesa se hizo presente.

—Buenos días Twilight.
—Buenos días princesa.
—¿Cómo estuvo tu noche? —preguntó Celestia.
—Dormí excelente, mejor de lo que puedo recordar.

Celestia esbozaba una sonrisa en todo momento porque sabía que el hechizo de borrado de memoria había funcionado. Tenía tanta experiencia usándolo que supo hasta que momento cortar, un defecto potencial en el hechizo era que mientras mayor era la brecha de borrado más confundido se sentiría el sujeto en cuestión. Por ello, debía decirle una buena excusa a Twilight para que esta no indagara y pudiera irse a casa como si nada hubiese pasado.

—Pero no recuerdo porque vine a Canterlot —dijo Twilight extrañada buscando nuevamente en su alforja.
—Mi querida alumna, viniste a buscar un libro antiguo en el rincón más alejado de la biblioteca, al no encontrarlo consultaste conmigo y te respondí que ya te había mandado el libro a tu biblioteca, tal vez deberías buscarlo en tu castillo otra vez —sugirió Celestia.
—Es extraño que no recuerde el nombre del libro.
—Buscabas el libro "Alegorías del antiguo mundo poni" —respondió Celestia llena de confianza, sabiendo que el libro estaba, de hecho, en la biblioteca de Twilight.
—Oh… bueno, creo que tendré que buscarlo allí nuevamente, muchas gracias por alojarme en el castillo, princesa —agradeció acercándose y dándole un abrazo.

Ella lo correspondió.

—Es un placer Twilight, me encanta que pases a visitar —Luego rompió el abrazo—, espero que tengas un buen viaje a casa.

Celestia salió de allí, minutos después Twilight estaba en camino a Ponyville, por primera vez desde que comenzó su investigación, estaba tranquila, sin nada que la preocupase, incluso tarareaba una canción mientras el tren la llevaba a su hogar. Al arribar, se dirigió al castillo, mucho ponis la saludaban como siempre, algunos incluso la reverenciaban.

—Spike, ya llegué —dijo Twilight ingresando al castillo.
—¡Twilight! —exclamó Spike corriendo hacia ella y abrazándola tan fuerte como nunca lo hizo.
—Wow, Spike, se ve que me extrañaste mucho —dijo Twilight.
—¡No sabes todo lo que pasó mientras te fuiste, tengo tanto que contarte!
—Ay Spike, creo que exageras —dijo incrédula caminando a la biblioteca.

En ese momento, Spike supo que algo andaba mal, conocía demasiado bien a Twilight como para saber que al regresar ambos comenzarían a hablar de su viaje y el resultado de la investigación, sin contar lo sucedido con Spike y los potrillos del pueblo. Verla actuar como si nada hubiese pasado y sólo fuese a comprar cosas en el mercado de forma rutinaria era demasiado sospechoso.

—Y dime… ¿Qué tal tu viaje? —preguntó caminando a su lado.
—Estuvo bien, no encontré lo que buscaba pero una fuente muy confiable me dijo que lo encontraría en mi biblioteca.
—¿Fuiste a muchos lugares? —siguió cuestionando.
—Pues, no mucho.
—¿Y como está Shining Armor?
—No fui a visitarlo, pero la princesa Celestia me dijo que está bien —respondió abriendo la puerta de la biblioteca y entrando.

Ahora si estaba confundido por la respuesta.

—¿Y… que tal el imperio?
—No lo sé, no he recibido una carta de Cadance en semanas.

Spike se limitó a seguir a Twilight mientras esta buscaba el libro de las alegorías, le ponía impaciente que ella evadiera las preguntas con respuestas aleatorias.

—¿Sucede algo Spike? —inquirió Twilight levitando veinte libros a su alrededor— Has estado preguntando mucho.
—Debería hacerte esa misma pregunta Twilight.
—¿A qué te refieres?
—Dime, ¿A dónde fuiste? —preguntó con mirada acusante.
—Pues, fui a Canterlot a buscar un libro sobre alegorías antiguas, pero la princesa Celestia me dijo que lo había enviado a mi biblioteca aquí en el castillo.
—Pero… ¿Y la investigación?
—¿Qué investigación?
—¿Y tu viaje al imperio de cristal?
—¿Imperio de cristal?
—¿Y el diario de Discord?
—¿Discord tiene un diario?

Ambos se miraron sin decir nada, como si ambos supieran que aquella conversación no llevaría a ningún lado.

—¡Ya regreso! —exclamó saliendo de la biblioteca y posteriormente del castillo.

Twilight sólo orbitó sus ojos para luego proseguir con su búsqueda.

Spike corrió y corrió, algo le había pasado a Twilight durante su viaje y ahora no podía recordar nada, pensó y pensó la forma de hacerle recordar, pero no consiguió nada, hasta que recordó la primera cosa, el primer hecho, que obligó a Twilight a buscar respuestas. Sólo debía correr un poco más.

Mientras tanto, un semental recién salido de un pintoresco tren se dirigía con paso decidido hacia el castillo que se elevaba alto y se desprendía de la arquitectura del pueblo. A su paso, preguntó a un par de ponis locales si la princesa Twilight Sparkle había regresado y ellos asintieron, con más alegría prosiguió con su caminar. Aquel poni llevaba una corbata de moño, su melena engominada, había enjuagado la boca con enjuague bucal ultra concentrado y limpiado sus lentes para que no tuvieran ni una mota de polvo. Todo por ella.

Mientras este se acercaba, Twilight salía de la biblioteca con el libro rodeado por su aura mágica.

—Fue sencillo —se dijo a si misma dirigiéndose a la cocina por una vaso de jugo antes de ponerse a leer.

Entonces, se escuchó a alguien tocar la puerta del castillo tres veces. Twilight fue a abrir de inmediato.

—Hola.
—Buenas tardes princesa Twilight, ¿puedo pasar y hablarle de algo importante? —inquirió Dry.
—Claro, adelante.

El hipólogo ingresó y quedó maravillado por el interior del castillo.

—¿De qué quería hablarme? —preguntó Twilight.
—Cierto —dijo prestándole atención a ella y tomando aire—, escuche princesa, se que acordamos no volver a hablar de esto hasta que terminara la investigación, pero siento que ya no puedo contenerlo.
—¿Investigación? ¿Cuál inves-?
—Por favor, necesito decírselo princesa.
—Está bien, proceda —dijo Twilight un tanto extrañada por la actitud de aquel poni.
—Desde que comenzamos este viaje, usted me cambió, me hizo un mejor poni del que era antes de conocerla o hace mil años antes de quedar congelado en el tiempo. No me di cuenta de lo mal que estaba hasta que llegó usted y, con el paso de los días, no pude evitar sentir cosas por usted, sentimientos que no había sentido por nadie más antes, y no le estaría diciendo todo esto sino supiera que usted siente lo mismo por mí. Por eso, haya terminado la investigación o no, quiero que estemos juntos y terminemos lo que dejamos pendiente aquella noche en Dodge City, ¿Qué dice? —inquirió extendiendo su casco para que ella lo tomara como lo hizo en reiteradas ocasiones.

Estaba tan cegado por su corazón que no pudo notar la cara de sorpresa que puso Twilight, acompañada de pena.

—Disculpe pero, ¿Quién es usted?
—Tiene razón —respondió—, no me conoce en verdad porque nunca le dije con certeza quién era en realidad, pero ahora estoy listo para decírselo, soy Dry Ink, un poni terrestre proveniente de Fillydelphia, soy un hipólogo que luego de graduarse fue a tomar unas vacaciones viajando por toda Equestria, cuando fui al imperio de cristal, este desapareció por mil años, es por eso que nunca hablé de mi familia porque todos están muertos y soy demasiado cobarde como para buscar alguno vivo en la actualidad, luego mi amiga me ayudó y desde entonces vivo en el imperio, además…

Twilight sólo escuchaba lo que aquel poni tenía para decir, como un libro abierto dejaba al descubierto muchos secretos y gustos personales, alegando que había mentido sobre ellos. Siguió y siguió sin parar, apenas se detenía para tomar aire y proseguir. Un sentimiento de vergüenza crecía en su interior con cada palabra, sabía que había ponis allá afuera que la idolatraban, ovacionaban y demás, pero nunca conoció a nadie que se haya enamorado de ella como lo hizo él. Sería dulce si no fuera porque afirmaba con todo su ser que ambos pasaron por cosas maravillosas, siendo que nunca lo había visto en su vida.

Llegó a un punto en que la vergüenza y lo raro eran demasiado para ella.

—¡Alto! —exclamó Twilight.

Dry detuvo su gran discurso.

—Escucha, me siento alagada por todo lo que dijo, de verdad, pero tengo que ser sincera con usted.

El tiempo, su corazón y pensamientos se detuvieron al escuchar esas palabras.

—Yo no…
—Deténgase —dijo Dry con voz rasposa—, lo entiendo.
—De verdad no creo que…
—No quiero oírlo, de verdad, lo entiendo, me dejé llevar, yo no debí… yo… lo siento, me iré ahora princesa, adiós.

Antes de que tuviera la oportunidad de explayarse, Dry cerró la puerta del castillo y comenzó su lento andar hacia la estación de tren. Ni siquiera imaginó que algo podría estar remotamente mal, que algo malo había sucedido en el corto tiempo en que estuvieron separados, sólo quería volver a casa.

Pero, recordando sus propias palabras y las de la bibliotecaria, no iba a regresar a su antigua vida, tenía otros planes en mente.

Hasta el ahora perfecto día de Twilight se vino abajo rápidamente y sin motivo aparente, primero su leal asistente cuestiona su pequeño viaje a Canterlot y después un admirador aparece y le confiesa sus más profundos sentimientos. Cuando estaba por analizar alguna posibilidad de que Spike estuviera en lo correcto, este abrió la puerta súbitamente trayendo a Rarity.

—Twilight, cariño, vine tan pronto como me fue posible —dijo Rarity.
—Spike, ¿Qué sucede? ¿Por qué trajiste a Rarity? —inquirió Twilight empezando a sentirse confundida.
—Mi pequeño dragón me contó lo que está sucediendo contigo.
—¿Qué sucede conmigo?
—Dime exactamente lo que hiciste ayer, querida.

Twilight le respondió casi con las mismas palabras que con Spike, agregando un par de detalles extras. Luego de su respuesta, Spike y Rarity compartieron una mirada de preocupación y le contaron a Twilight sobre su investigación y el viaje que hizo con Shining hacia el imperio de cristal.

—Eso no es posible —refutó ella—, ¿Cómo puede ser que no recuerde algo tan importante?
—¿Ni siquiera recuerdas lo que sucedió antes de ello? ¿Lo ocurrido con Lyra? —inquirió Rarity.

Spike se cruzó de brazos por mencionar ese tema, pero ella lo ignoró.

—No lo recuerdo, ¿de verdad sucedió todo lo que me dijeron?

Ambos asintieron, la angustia comenzó a apoderarse de ella.

—Oh cielos, oh cielos, oh cielos, ¿Qué hice? ¿Quién me borró la memoria? ¡¿Cuántos días perdí?!
—Tranquilízate Twilight, ¿no hay algún hechizo para recuperar la memoria o algo? —inquirió Rarity.
—No lo hay, es imposible recuperar la memoria —respondió Twilight preocupada— ¡¿Qué vamos a hacer?! Si lo que dicen es verdad, significa que perdí mi investigación y tendré que comenzar de nuevo, ¿y si el que me borró la memoria vuelve a atacarme? ¿Y si viene ahora por ustedes por involucrarse? ¡¿Qué sucedió con Shining?!
—Relájate Twilight, debemos pensar como terminaste en Canterlot, tendremos que volver por tus pasos, tal vez al imperio de cristal para ver con quien hablaste y-
—Eso no será necesario —dijo un poni que ingresó abruptamente al castillo interrumpiendo a Spike.
—¿Quién eres tú? —preguntó Twilight más confundida que nunca.
—Princesa Twilight, soy Magnifying Glass, un detective privado que se gana la vida investigando a otros ponis para sacar información, fui contratado hace varios días para seguirla a usted a donde vaya para conseguir información de su investigación.

Los otros quedaron con la boca abierta.

—Lo que sea que haya investigado era muy grande al parecer —comentó Twilight.
—Yo no creía eso, hasta que usted dio con el culpable que tanto estaba buscando, el cual resultó ser el mismo que ocasionó su pérdida de memoria —dijo el detective.
—¡¿Quién fue?! —inquirió desesperada por saber la verdad.
—Fue la princesa Celestia.
—¡Mientes! —exclamó Twilight asistiendo en defensa de su mentora— Ella no sería capaz de borrarme la memoria.

Spike asintió a su lado, Rarity sólo quedó pensativa. El detective dejó escapar un suspiro mientras sacaba una grabadora y la encendía, luego adelantó la grabación hasta el punto deseado, aumentó el volumen al máximo y le dio a reproducir. Primeramente se escuchaba el sonido de un poni galopante y su respiración agitada, luego el brusco abrir de puertas y luego, los gritos de Twilight acusando a Celestia. Todos escuchaban atentamente las palabras de Twilight, luego el sonido característico de las corrientes mágicas, un cuerpo inerte cayendo al suelo y por último, el lamento de Celestia por lo sucedido.

El detective paró la grabación, durante los próximos minutos de esta solo había silencio y objetos chocando entre si hasta llegar al silencio absoluto.

Twilight dejó caer su flanco al suelo mientras procesaba lo escuchado, Glass aprovechó para buscar en su alforja y sacar el sobre marrón con su investigación para entregárselo a la princesa.

—La princesa Celestia intentó borrar mi memoria también, pero pude escapar de ello —dijo recordando a su amigo quien pagó el precio—, no supe que hacer al respecto así que pensé que sería conveniente que usted tenga esto.

Extendió el sobre, pero ella era incapaz de agarrarlo, por lo que Spike tuvo que hacerlo.

—Aquí está todo lo que investigué sobre su investigación, no sé si sea tan completo como usted desearía, pero es lo único que pude juntar estando de incognito. De verdad, lamento lo ocurrido.
—¿De verdad lo lamenta? —cuestionó Rarity.
—Sí, incluso el dinero que Celestia me pagó para espiarla lo acabo de donar a una pequeña exploradora cuando venía.

Cerca de la estación de trenes, una pequeña potrilla exploradora saltaba de un lado a otro, feliz por la enorme cantidad de monedas que recibió de aquel extraño, pronto otras exploradoras se le unieron a la celebración.

—Bueno, excepto por las monedas para el pasaje de tren.
—No sabe lo agradecida que estoy —dijo Twilight luego de procesar todo lo ocurrido.
—No tiene que agradecerme, espero que pueda hacer que Celestia pague por lo que hizo. Adiós.

Así como entró, partió hacia lo desconocido, no podía volver a su casa en Canterlot, al menos hasta que las cosas se arreglasen. Pidió un boleto al azar y tomó el tren, sintiéndose bien consigo mismo por primera vez desde que empezó a trabajar como detective privado.

Twilight quedó realmente confundida, leía cada palabra del dichoso informe tratando de recordar cada evento, cada lugar, cada poni que allí describía, que había tenido contacto con ella durante su investigación. Algo llamó su atención, la descripción física de un poni en particular, que coincidía con el misterioso enamorado que se había presentado en el castillo para declarar sus sentimientos, ¿realmente había sucedido algo entre ellos que no podía recordar?

Pero no pudo recordar nada, ni a nadie.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Rarity.
—No lo sé, todo es tan repentino, ¿Por qué Celestia me quitó la memoria? ¿Qué está ocultando?
—Pero tenemos la respuesta que buscamos aquí —dijo Spike releyendo algunas líneas del informe—, ella es la responsable de que los ponis prefieran parejas de su mismo género.
—Sí, eso lo sé, ¿pero por que mantenerlo en secreto? Debe haber algo más en todo esto —refunfuñó—, si tan sólo tuviera mi memoria de regreso.
—Es un poco ortodoxo, pero tal vez… —vaciló Rarity— Spike, sígueme, Twilight quédate aquí.

Twilight asintió y ambos partieron hacia la casa de Fluttershy, para ahorrar tiempo la modista le pidió a Spike que se subiera encima de ella y sin negarse lo hizo. Un rato después, llegaron a su destino y tocaron la puerta.

—Spike, Rarity, que bueno verlos —saludó Fluttershy luego de abrir la puerta.
—El placer es nuestro querida, espero que no estemos interrumpiendo nada por aquí.
—No se preocupen, Dashie está en un viaje a Cloudsdale ahora mismo, ¿quieren pasar?
—No tenemos tiempo para eso, necesitamos tu ayuda Fluttershy.
—¿A-ayuda? ¿Q-que clase de ayuda? —preguntó asustada.
—Quiero que llames a Discord para que ayude a Twilight con un problema mágico que tuvo durante la investigación.
—¿Twilight estuvo investigando algo peligroso otra vez? —inquirió Fluttershy.

Spike y Rarity volvieron a compartir una mirada de preocupación.

—¿No sabes lo que estuvo investigando? —interrogó Spike.
—No.
—¿Acaso recuerdas el secreto que nos reveló a todas en nuestra ultima pijamada?

Ahora sólo negó con la cabeza, sintiéndose presionada.

—¡Esto no tiene sentido! —exclamó Spike al aire— ¿Por qué Celestia le borraría la memoria a Fluttershy también? Ella no sabe más que nosotros.
—Tienes razón querido.
—¡¿Celestia hizo qué?! —preguntó atemorizada.
—Te contaremos después —comentó Rarity.
—Celestia apareció hace dos noches y se llevó el diario de Discord, me puso un hechizo para dormir y se fue.
—¿Te encuentras bien? —preguntó Rarity preocupada.
—Disculpen…
—Sí, sólo le interesaba eso, luego Twilight la descubrió pero no regresó.
—Disculpen…
—Pues, yo estuve los dos días pasados encerrada en la boutique trabajando en una nueva línea de ropa fluorescente para fiestas electrónicas, no vi la luz del sol hasta que me visitaste esta mañana.
—¡Podría tener su atención un momento! —exclamó Fluttershy levantando la voz, consiguiendo la atención de sus amigos— ¿Podrían explicarme que está sucediendo?
—Lo siento Fluttershy, te contaremos en el camino, pero necesitamos que contactes a Discord y le digas que vaya al castillo de Twilight, es una emergencia —respondió Rarity.
—Denme un momento.

Fluttershy ingresó a su casa nuevamente y agarró un pedazo de papel y lápiz, allí escribió el mensaje, lo metió dentro de un sobre y luego trajo una simple caja en lo alto de su estante en su habitación, al abrirla había un no tan simple agujero mágico, el cual servía como correspondencia instantánea entre ellos. Sin pensarlo dos veces la arrojó allí y luego salió rápidamente con los demás hacia el castillo.

Al llegar encontraron a Twilight releyendo el informe, al levantar la vista pudo ver que Fluttershy traía consigo una caja.

—¿Qué hay en la caja?

Pero antes de que pudiera responder, una botella con un extraño líquido oscuro salió de allí. Fluttershy la destapó, dejando que aquel líquido escapase y se transformara en el amo del caos.

—Vine tan rápido como pude —dijo Discord, con el tronar de su garra hizo que ropa de medico apareciera sobre su cuerpo—, ¿Cuál es la emergencia?
—A Twilight le borraron la memoria, necesitamos que nos ayudes a recuperarla —explicó Fluttershy.
—¿Recuperarla dices? —preguntó deshaciendo la ropa— Lo lamento, pero recuperar la memoria es algo imposible de hacer, incluso para mí.

Todos quedaron cabizbajos.

—Bueno Fluttershy, tendremos que aprender a vivir con esto —dijo Twilight.
—¡Fluttershy también perdió su memoria! —exclamó preocupado.

Todos asintieron.

—Oh miren, de pronto si hay una forma de recuperar la memoria si esta fue borrada mágicamente —dijo sacando y leyendo una carpeta mágica.

Tanto Rarity, como Spike y Twilight lo miraron molestos.

—Vamos a ver, ambas párense juntas, debo examinarlas.

Twilight y Fluttershy hicieron caso y se pusieron una al lado de la otra. Con el chasquear de sus garras hizo aparecer una especie de pantalla en frente de ellas y la encendió, funcionaba igual que los rayos equis, pudiendo verse el cráneo de ambas en tiempo real, pero donde debía haber solamente una mancha gris había una mancha de color amarillo.

—¿Y que ves? —preguntó Twilight.
—Quieta, estoy analizando —espetó Discord mientras observaba el extraño fenómeno, luego chasqueó sus garras haciendo desaparecer la pantalla—. Muy bien, les diré que dentro de sus cerebros hay restos mágicos del hechizo utilizado para borrar sus memorias, debo decir que esta magia residual se me hace muy familiar.
—Es de la princesa Celestia, ella borró nuestras memorias.
—¿Qué ella hizo qué? —inquirió incrédulo.
—También se robó tu diario —agregó Spike acompañado de una mirada con seño fruncido de Twilight.
—¡¿Qué ella qué?! —gritó haciendo que se cabeza se prendiera fuego del enojo, luego vio como Fluttershy asustada por la demostración y se calmó— Estoy bien, estoy bien, todo tranquilo.

Se acomodó el cabello mientras las llamas se extinguían volviendo a la normalidad.

—Como decía, el hechizo de borrado de memoria viene con una especie de seguro, el cual es este residuo en sus mentes, que permite deshacer el hechizo, pero sólo dura unos días hasta que este desaparece por completo.
—¿Y tú puedes revertir el hechizo y devolvernos nuestras memorias? —inquirió Twilight.
—Pues claro, yo soy el creador de este hechizo, se exactamente cómo hacerlo, princesas primero.

Twilight dio un paso al frente, Discord tronó sus garras, luego sus hombros y casi todos los huesos de su cuerpo. Entonces, acercó lentamente su garra a la cabeza de la princesa, tal como hizo con muchos otros ponis a quien había lavado sus cerebros.

—Ahora, te sentirás un poco mareada luego del hechizo, eso es normal.
—Está bien, hazlo.

Twilight cerró sus ojos y Discord posó su garra sobre ella. De repente, la mente de Twilight comenzó a llenarse con recuerdos de todo lo sucedido, desde el beso con Rarity hasta el viaje al imperio de cristal, Dodge City y Canterlot. Las imágenes en su cabeza pasaban a alta velocidad como diapositivas, revelando paisajes, comidas, edificios y todo lo nuevo que había conocido. Pero antes de llegar a la parte del ataque de Celestia, Twilight pudo visualizar a un poni en particular que la acompañó durante toda su travesía por Equestria, que la ayudó con la investigación, le hizo compañía, la defendió cuando ella lo necesitaba, con el cual bailó un baile lento y al final casi se besan.

Sin previo aviso, abrió los ojos y tal como le había advertido, estaba mareada, con sus recuerdos intactos como si nada hubiera pasado. En ese instante, sus viejos recuerdos se conectaron con los recientes, supo exactamente quien había venido desde tan lejos para expresarle sus sentimientos, y también volvió a descubrir sus sentimientos por él.

—No…— expresó Twilight algo tambaleante acercándose a la puerta.
—Espera Twilight, siéntate —dijo Spike agarrándola de su cola.
—¡No! —gritó corriendo sin importarle que tan débiles sentía sus cascos.

Abrió bruscamente la puerta con su magia y tomó vuelo, sus alas estaban débiles pero no le importaba, su vista era difusa lo que la obligó a volar no más alto que el techo de una casa, pero no le importaba. Debía encontrar a Dry y arreglar las cosas con él, no podía dejarlo ir luego de negar sus sentimientos, no quería. Muchos ponis la saludaban en tierra, pero ella los ignoraba, miró a todos lados tratando de encontrarlo, incluso casi se golpea con un árbol en el proceso, pero nada. Al llegar a la estación, preguntó a uno de los guardas si había visto a un poni con la descripción del hipólogo, afirmó diciendo que tomó el anterior tren al imperio de cristal.

Su expresión se llenó de tristeza y partió. Dejó que el aire limpiara sus lagrimas y secara su rostro, se prometió a si misma que iría a buscarlo una vez que todo este lio termine.

Al llegar nuevamente al castillo, encontró a Fluttershy en el suelo con una expresión de mareo mientras Discord sostenía un ventilador cerca de su rostro que le proporcionaba aire.

—Algunos ponis son más susceptibles a los efectos que otros —dijo Discord.
—¿A dónde fuiste querida? —inquirió Rarity.
—Fui a despejar mi cabeza —mintió.
—¿Entonces lo que dijo aquel detective es cierto? ¿Celestia está detrás de todo?

Twilight asintió, recordando el momento exacto en que ella agachó su cabeza para hechizarla. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, ¿Cómo es que su mentora era capaz de hacer algo así?

—¿Y qué vamos a hacer ahora? ¿Qué va a pasar si se entera que te restauramos la memoria? —preguntó Spike preocupado.
—Eso no va a pasar Spike, iré a enfrentar a Celestia —respondió Twilight decidida.
—¡No puedes pelear contra Celestia, te puede borrar la memoria o peor! —exclamó Spike.
—No buscaré confrontación física con ella Spike.
—Entonces iremos contigo, llevaremos nuestros elementos-
—No —interrumpió Twilight a Rarity—, si vamos todas tal vez nos borre la memoria, incluso yendo con Discord es un riesgo, iré yo sola.
—Pero Twilight.
—Pero nada, además tengo un plan, hay sólo un poni en toda Equestria al cual Celestia se rehusaría a hacerle daño, confíen en mi, se lo que hago.

XXX

Al sol le quedaba menos de una hora para ocultarse y dejar salir a la luna, Celestia se encontraba en el salón del trono escuchando una de sus piezas musicales favoritas, una compuesta cuando era una joven potrilla que se aburría fácilmente en su enorme castillo. El gramófono dejaba escapar la melodía a través de su bocina mientras el disco giraba y la aguja lo acariciaba gentilmente. Todo esto acompañado por una taza de té caliente y un bollo dulce. Buscaba relajarse luego de unos días agitados, buscaba asimilar un nuevo momento de paz que ella misma había creado para que su mundo no se viniera abajo. Nadie salió lastimado, no tenía de que preocuparse.

Dio un sorbo a su taza de té.

Escuchó el sonido de unos cascos acercándose, pero no les dio mayor importancia, sabía que eran de su querida hermana que regresaba de una pequeña caminata antes de hacer el ritual de levantar la luna. Le dio una mirada al aparato que reproducía la música, la aguja estaba a punto de llegar al centro, marcando el final de su música. Tal vez, sólo tal vez, el ingreso de su hermana y el final del disco sería simultáneo.

Dejó escapar una sonrisa mientras daba una mordida a su bollo.

Entonces, las puertas se abrieron, la música se detuvo y ellas ingresaron.

—Princesa Twilight, tus visitas siempre serán un honor —dijo Luna.
—No importa que tanto tenga que viajar, siempre será un placer venir a visitar a usted y a mi querida maestra —dijo Twilight haciendo énfasis en eso último.
—¿Y qué te trae por aquí tan pronto Twilight? —inquirió Celestia bajando del trono y acercándose a ambas— Pensé que estarías buscando el libro de alegorías —mencionó con toda serenidad.
—Lo estaba haciendo, hasta que recibí esto —respondió Twilight sacando de su alforja un sobre marrón sellado.

La expresión de Celestia cambió súbitamente.

—Esto vino con una carta que decía que lo leyera con ustedes, era algo sumamente importante.
—Parece interesante, y muy extenso, tal vez podría escuchar un poco antes de levantar la luna, luego podré escuchar el resto.
—No hermana —dijo Celestia—, no debes dejar de lado tu responsabilidad, ¿Por qué no vas a levantar la luna mientras Twilight y yo nos ponemos un poco más cómodas?

Su mirada era de angustia, un par de gotas de sudor recorrían su frente y su voz se descarrilaba de su tono normal.

—¿Qué sucede princesa? ¿Acaso no quiere que su hermana se entere de lo que sea que tenga este sobre? ¿Estaría dispuesta a cualquier cosa para evitarlo princesa? —insinuó Twilight.
—Yo… yo…

Su corazón comenzó a latir veloz, sus nervios le impedían hablar. Quería evitar que aquello sucediera, pero no podía hacer nada si Luna estaba con ella, no podía hacerle nada, no quería.

—¿Hermana que sucede? —preguntó Luna al verla en ese estado.
—Debe estar emocionada por escuchar lo que tengo para decir, veamos que dicen estos papeles —dijo Twilight con sonrisa maliciosa abriendo lentamente el sobre sellado en frente de Celestia.

Una vez abierto, Twilight comenzó a sacar la pequeña pila de papeles lentamente, viendo como Celestia seguía el ritmo con sus ojos con pupilas encogidas.

—¡Espera! —exclamó Celestia.

Twilight guardó los papeles.

—Me estás preocupando hermana —dijo Luna.
—Tú ganas Twilight, te diré todo, a ambas.

El gramófono seguía funcionando, la aguja estaba levantada sobre el centro del disco, esperando a que su dueña lo apagara o pusiera otra pieza, pero nada de eso sucedió. Celestia se ubicó en el trono mientras su hermana y su alumna esperaban la explicación en el inicio de las escalinatas.

Entonces, sin planes ni nada que la salvara de revelar su secreto, abrió su mente al pasado, exactamente dos años después del destierro de la princesa Luna, y les contó todo lo sucedido, como ella alteró a la población a través de un hechizo irreversible y como este hizo que la sociedad cambiara de un modo insospechado, pero deseado. Tanto Twilight como Luna escuchaban, no preguntaban, el único momento de silencio fue cuando Luna salió al balcón a mover la luna y regresó fugaz para terminar de escuchar el relato. Luego de hablar sobre el pasado lejano, se aproximó a uno mediato al explicar como ella siguió los pasos de Twilight para juntar información y si corroboraba que estaba a punto de revelar su secreto, actuar para evitarlo. También les dijo como fue que borró la memoria de todos los involucrados.

Cuando menos se dieron cuenta, era casi medianoche. Luna quedó decepcionada con su hermana por todo lo que había hecho, incluso llegó a sentirse insegura, ¿Qué hubiera pasado si su hermana mayor les borraba la memoria a ambas con tal de resguardar su secreto? Twilight por otro lado sentía un gran alivio por al fin conocer la respuesta a su interrogante, ahora sólo quedaba una cosa que hacer para terminar su deber. Antes de retirarse, le dejó claro a Celestia que no intentara ningún truco para borrar memorias porque sería inútil.

Luna escoltó a Twilight hasta la salida dejando a su hermana en el trono, pensativa. Se despidió deseándole la mejor de la suertes y partió, levantando vuelo en medio de la noche. Quería llegar rápidamente al castillo, era su única meta ahora mismo. En los límites de Canterlot, sacó el sobre marrón con los papeles dentro y lo arrojó al vacío, la gravedad hizo que parte de estos salieran y revolotearan en el aire como mariposas, al impactar en el suelo, la luz de luna reveló su contenido. Todo en blanco.

Al pasar por encima del pueblo, pudo ver la torre del reloj que marcaba la una de la madrugada. Voló por encima de las casas dominadas por el sueño y el descanso hasta llegar al castillo, aterrizó en frente de la puerta agotada físicamente, ahora más que nunca deseaba entrar a su dormitorio y descansar. O al menos eso pensaba hasta que vio luz filtrándose por debajo de la puerta. Tragó saliva y encendió su cuerno, lista para enfrentarse a lo que estuviese del otro lado.

Sin embargo, lo que encontró del otro lado la tomó por sorpresa.

—¡Twilight!

Todas sus amigas estaban allí esperándola, se levantaron de su silla y corrieron hacia ella, brincando y atrapándola en un abrazo.

—¡Amigas! ¿Qué hacen aquí?
—Pues, Rarity nos contó todo lo sucedido —respondió primero Applejack.
—Y luego de que Discord nos hizo esa cosa para recuperar nuestra memoria —continuó Rainbow Dash.
—Vinimos aquí a esperarte como las mejores amigas que somos —finalizó Pinkie.
—¿A ustedes también les borraron la memoria?

Ellas asintieron.

—Pero no te preocupes, todo está bien ahora —dijo Rarity.

Las seis fueron hasta la mesa redonda y tomaron asiento.

—Tengo mucho que contarles, es lo menos que puedo hacer —comentó Twilight.
—Espera un momento querida —interrumpió Rarity—, creo que hay algo que debes saber antes de contarnos lo que sucedió con Celestia.
—¿En serio? Pues adelante.

Todas guardaron silencio por un momento, realmente no sabían cómo empezar.

—Pues, yo empiezo entonces —dijo Applejack—, verás Twilight, te conocemos desde hace mucho y te consideramos una gran amiga, pero-
—Pero —continuó Rarity— desde que nos hicimos amigas tuyas hemos guardado un gran secreto porque no sabíamos como ibas a reaccionar si lo sabías y-
—Y —prosiguió Rainbow Dash— cuando en la pijamada nos contaste tu más grande secreto nos dimos cuenta que no sólo eras la más inteligente de todas, sino que además la más valiente, porque dejaste a un lado todos tus pensamientos negativos para abrirte con nosotras, luego-
—¡Luego atravesaste toda Equestria para encontrar la respuesta a una pregunta que Spike te hizo, viajando por lugares nuevos y enfrentando peligrosos sólo por ser diferente a los demás! —exclamó Pinkie.
—Entonces nos dimos cuenta que, si tu podías hacer todo eso, nosotras podíamos hacer esto también —finalizó Fluttershy.
—¿Hacer qué? —preguntó Twilight.

Las otras cinco se miraron y asintieron.

—Nosotras también somos heterosexuales —dijeron todas al unísono.

Los ojos de la princesa se abrían a la par. Realmente no era el tipo de confesión que esperaba. Se rascó la cabeza con uno de sus cascos y preguntó.

—¿Esto es en serio? ¿Todas ustedes? —preguntó incrédula— Entonces ustedes dos…
—No somos pareja —dijo Rainbow Dash—, la cosa es que Fluttershy no quería que los ponis se enteraran de sus preferencias por lo que me pidió ayuda para ocultarlo, entonces nos hicimos novias de mentira.
—¿Pero y los besos en las afueras de la ciudad? ¿Sus citas?
—Todo falso —respondió Fluttershy.
—Exacto, es como el beso que se dieron ustedes dos —dijo señalando con su casco a Twilight y Rarity—, no significó nada.
—Les agradezco que confiaran en mí para guardar su secreto, tengan por seguro que estará a salvo
—Lo sabemos querida —dijo Rarity.

Se levantaron y nuevamente se abrazaron.

—Bueno, creo que es hora de irnos a dormir, es muy tarde —dijo Rainbow dejando escapar un bostezo.
—¿No quieren escuchar lo que averigüé de Celestia?
—Nos gustaría, pero creo que hay un pequeñín en este castillo al que le gustaría escuchar eso primero —respondió Applejack.
—Tienen razón, buenas noches.
—Buenas noches Twilight —despidieron las demás saliendo del castillo.

Ahora si estaba sola en aquel castillo enorme. Con su magia apagó las luces y trotó rápidamente hasta la habitación, apoyó su oreja en la puerta asegurándose que estuviese durmiendo para no interrumpir nada y la abrió. Spike se encontraba dormitando bajo las sabanas, roncando como siempre lo hacía.

Twilight se acercó hasta la cama y tocó a Spike, este primero se giró para evitar la molestia, pero ella siguió insistiendo.

—Spike, despierta —susurró Twilight.
—¿Qué sucede? No puedo ser hermoso si me despiertas en medio de la noche —dijo refunfuñando y frotando sus ojos.
—Al fin tengo la respuesta.
—¡¿En serio?!

Twilight asintió. En ese instante, Spike saltó de la cama y corrió hasta la cocina a toda velocidad para traer un vaso de agua para ambos y volvió a arroparse. Por un segundo, Twilight rememoró uno de sus momentos con Spike cuando este era sólo un recién nacido y ella le leía cuentos para dormir.

—Muy bien, todo comenzó…

Y le contó toda la verdad. La sociedad en los tiempos de las dos hermanas antes del destierro de luna era diferente a la actual, en aquel entonces uno de los principales motivos para casarse con otro poni y establecer un vínculo, era ser apto para traer descendencia a este mundo, luego venían los matrimonios arreglados y demás.

En ese tiempo, Celestia era una buena gobernante junto a su hermana, y como siempre, la princesa debía ser el ejemplo de honestidad, integridad y de respeto por los valores que la sociedad poseía, por ello, el haberse enamorado profundamente de una yegua fue una dura prueba para ver si ella podía poner su deber real antes que su corazón.

Pero con el paso de los años, su amor por esta yegua crecía y crecía sin parar, sin importar cuánto se concentrase en hacer a sus súbditos felices y realizar sus deberes reales, no podía olvidarla. Tampoco ayudaba que estas fueran las mejores amigas con quien pasaba mucho tiempo.

Fue entonces cuando decidió que quería estar a su lado, ser feliz con ella. Pero la opinión de la sociedad era su pesar, sabía que muchos estarían descontentos por ver a su princesa salir con una yegua, por lo que ideó un plan para que ellos cambiaran de opinión y la dejaran ser feliz. Investigó en cientos de libros, pero no encontraba algo que la ayudase, hasta que revisando una parte remota de su, ahora antiguo, castillo, encontró el diario de Discord. Luego de mucho leer, encontró uno de sus hechizos más desconocidos en lo más recóndito de sus amarillentas paginas, una magia de esterilización, la cual hacia estéril a la victima de este de forma permanente.

Al principio, pensó que era un tanto excesivo, pero el amor la encegueció hasta el punto de convertirse en la mejor de las opciones. Así fue que, dos años después del destierro de la princesa Luna, Celestia llevó a cabo su plan. En el solsticio de verano, cuando levantaba el sol ante una multitud de ponis, esta pronunció unas palabras en una lengua extinta y, utilizando los rayos del sol como un amplificador, lanzó el hechizo, haciendo que este se extendiese por toda Equestria.

El efecto fue inmediato y según lo planeado, el noventa y cinco por ciento de los sementales de Equestria fue afectado por el hechizo. Los reclamos no tardaron en llegar, pero Celestia estaba preparada y tenía planes de contingencia para sacar Equestria adelante.

Pero la mala suerte la perseguía, la yegua que tanto amaba había desaparecido y no sabía cuánto tiempo pasaría hasta que ella volviera a sus cascos, pero Celestia estaba segura de algo, no importaba cuanto tiempo tardara, la sociedad estaría lista para aceptar su amor, así ambas serían felices.

Con cada siglo que pasaba, la manera en que los ponis se relacionaban y buscaban pareja cambió, justo como ella lo había predicho. Al no poder concebir y dejar descendencia, los sementales y las yeguas buscaban consuelo en compañeros del mismo género, así la comunidad homosexual fue creciendo exponencialmente hasta convertirse en lo dominante, y al final, normalizarse. El hechizo de esterilización no pasaba de generación en generación, por lo que para cuando este desapareció completamente del sistema de cada poni y la capacidad de reproducirse volvió a la normalidad, ya no había vuelta atrás.

Lo que no predijo Celestia sin embargo, fue la cantidad de conflictos que se llevaron a cabo por este cambio, como la cacería de heterosexuales que llevó a la fundación de Dodge City y la actual discriminación tanto en el sistema legal como en la misma sociedad. Ella estaba consciente de ello, pero no le dio mayor importancia, sólo esperaba su regreso.

Con respecto al diario, aprendió un par de hechizos más, como el de borrado de memoria, y luego lo ocultó en la seguridad de su viejo castillo abandonado, resguardado por el mismísimo bosque Everfree, dentro de un bloque de piedra del cual colgaba un candelabro. Antes de dejarlo, le puso una marca para que le avisara en caso de que alguien lo robara.

Cuando terminó de relatar eran las dos de la madrugada, Spike quedó tan cansado que apenas dijo la última palabra, cayó rendido sobre su almohada. Twilight estaba tan cansada que no pudo caminar a su habitación, y decidió acostarse con su asistente numero uno. Se acomodó a su lado y cerró sus ojos, la paz que sentían por haber cerrado un ciclo era inconmensurable, terminaron tal como habían empezado, uno en compañía del otro.

Poco sabían que aquella paz duraría tan poco.

Era tan placentero volver a dormir en la comodidad de su propio hogar, que podía dormir hasta el mediodía o más, pero el súbito ingreso de Spike cargando con la radio de la cocina en sus brazos y gritando su nombre repetidas veces cortó con aquella posibilidad.

—¡Twilight, Twilight! —gritó Spike.
—¿Qué sucede?
—¡Debes escuchar esto! —exclamó encendiendo la radio y subiendo el volumen.

Todavía su mente estaba dormida, otorgándole el mínimo de atención a lo que escuchaba, pero eso fue suficiente para que reaccionara sorprendida y a la vez preocupada. Sin pensarlo dos veces, saltó de la cama, pasó rápidamente por el baño para arreglarse con lo mínimo indispensable y salió volando nuevamente con rumbo a Canterlot. Spike por su parte fue a llamar a las chicas para que se reunieran en el castillo, lo que sea que Twilight vaya a hacer allá tal vez lo podrían escuchar en la radio.

XXX

Pasó pocas veces durante su mandato como princesa. En cada uno de ellos supo exactamente que decir para calmar a las masas. Siempre traía la solución sin importar nada. Pero esta vez era diferente, era por su culpa que ellos estaban allí, protestando, con decenas de letreros y gritos de odio.

Protegida por el cristal de la puerta que daba balcón, la princesa Celestia observaba todo, cobarde para no salir a dar la cara pero no lo suficiente como para salir huyendo. Luna por su lado se quedó en su habitación, los gritos llegaban hasta allí, pero no era su problema. Sólo se preparaba para tomar acción si su hermana intentaba algo estúpido que arriesgara la integridad física o mental de los ponis allí presentes o de ella misma.

Aquella habitación estaba a oscuras, los ventanales tapados por las cortinas impedían la entrada de los rayos del sol, Celestia observaba a la multitud desde un pequeño espacio de una cortina. Suspiró, se sentía culpable, cada vez que tragaba saliva esta se sentía pesada al igual que su respiración. Casi todos los guardias estaban apostados en una línea para impedir que los ponis ingresaran al castillo, otros tantos se encontraban en las otras entradas. Estaba segura que incluso ellos estaban decepcionados de ella, pero su deber los obligaba a obedecer, pero hubo unos cuantos que decidieron no seguirla el día de hoy, entre ellos Shining Armor.

—Princesa.

Celestia volteó y vio a su alumna parada en la puerta del balcón sin dirigirle la mirada.

—Oh Twilight, me alegra mucho que vinieras a-
—No vine a su ayuda —interrumpió Twilight—, vine a calmarlos.
—Entiendo —dijo Celestia cabizbaja—, buena suerte alumna mía.

La princesa retrocedió para que su alumna se concentrara. Unos segundos después, abrió la puerta del balcón y salió. De inmediato una ola de sonido ensordecedor llegó hasta ella, las palabras de la multitud cambiaron, pedían por Celestia y que ella no se entrometiera, decían que ella era sólo un chivo expiatorio. Twilight encendió su cuerno y usando su magia para aumentar el volumen de su voz gritó:

—¡Alto!

La multitud enmudeció, sus amigas en casa se sorprendieron, gran parte de Equestria seguía la movilización gracias a las transmisiones radiales que se encontraban allí.

—Se porque están aquí —hubo un par de segundos de silencio—, la princesa Celestia hizo cosas terribles que afectaron de muchas maneras a la sociedad Equestriana como la conocemos. Están enojados no sólo por eso, sino por el hecho de que les mintió por cientos de años mientras observaba desde arriba las cosas malas que sus acciones causaron. No piensen mal, yo no vine aquí hoy a pedirles perdón de su parte, queda en cada uno perdonarla o no, yo… no lo hice todavía.

Palabras sueltas en el aire se escuchaban, susurros también.

—No tengo idea de cómo se enteraron del asunto, la verdad es que yo estuve investigando el asunto con mis propios cascos y descubrí la verdad de todo hace poco, pero no quise revelárselo a nadie hasta que la princesa tomara cartas en el asunto, pero esta marcha fue tan sorpresiva que me obligó a tomar acciones inmediatas.

Twilight se detuvo para tomar aire y luego prosiguió.

—Todo lo que hizo Celestia hace mil años, lo hizo por amor, ella sólo quería que aceptaran su amor y no lo vieran como algo malo y que no debía ser. En un punto puedo entenderlo, lo que es no poder amar por la presión de casi todos a tu alrededor, mas no justifica sus acciones y las medidas que tomó para ello…

XXX

Después de su discurso, una semana para ser exactos, las cosas en el castillo parecían haber vuelto a la normalidad, excepto por el distanciamiento de las princesas por todo el asunto. Luna trataba fríamente a su hermana, seguía sin comprender como una yegua pudo obligarla a hacer todo eso.

Pero no podía evitarla por siempre. Unos toques en la puerta de su habitación minutos antes del amanecer eran la prueba.

—¿Si?
—Luna…
—Adelante.

La puerta se abrió y la princesa del sol ingresó.

—¿Qué deseas hermana? Estoy algo ocupada firmando papeles —preguntó sin dirigirle la mirada.
—Has mejorado tu velocidad de firma hermana —comentó Celestia.

Pero Luna la ignoró.

—Luna… hay algo que tengo que decirte.
—¿De qué quieres hablar?
—Es algo que no te dije sobre mi secreto.

La pluma y el papel bajaron repentinamente develando una mueca de enojo, y al mismo tiempo de cansancio, cansancio de saber que su hermana le ocultaba tantos secretos.

—¿Me estás diciendo que no nos contaste toda la verdad cuando Twilight Sparkle te confrontó ese día?

Celestia asintió con mueca triste.

—No lo puedo creer hermana, ¡¿Cuántas mentiras más me estás ocultando?! ¡¿Sabes lo difícil que es vivir sabiendo que a duras penas puedo confiar en ti siendo la única amiga que tengo, la única familia que me queda?!

Cada palabra que ella exclamaba era un puñal en su corazón.

—¡¿Y qué me vas a contar?! ¡¿Quién era tu enamorada hace más de mil años?! ¡¿La yegua por la que suspirabas al verla y hablabas entre dientes cada vez que podías?! ¡Si, se todo eso porque estuve cerca cada vez que decías esas cosas!
—¡Tu eres a quien amo Luna!

Un silencio sepulcral se formó en la habitación, cada sonido propio de aquella noche se detuvo por completo. Luna quedó sin pensamientos, sin nada que decir.

—Es por eso que hice todo lo que hice, sabía que nuestros súbditos nos mirarían raro si nos veían juntas como pareja, y hasta llegué a pensar que nos derrocarían por ello —expresó desahogando su corazón—. Por ti hice todo esto, sólo piénsalo, no existe nadie en Equestria capaz de vivir tanto como nosotras, cualquier otra yegua hubiese muerto con el paso del tiempo antes de que siquiera los cambios hicieran efecto, tu eres la razón por la cual suspiraba y hablaba entre dientes imaginando lo que diría si hubiese tenido las agallas para decirte lo que siento en ese tiempo.

Luna seguía estupefacta, Celestia trataba de mantener la compostura.

—Todo lo que hice… fue para que nos aceptaran, claro, en caso de que correspondieras mis sentimientos, también tuve miedo de que al decírtelo me rechazaras, y nuestra relación de hermanas terminara porque me verías como un bicho raro. Ahora estamos tan distanciadas que no me importa decírtelo porque sé que no puede romper algo que ya está roto.

Celestia quedó cabizbaja por unos momentos, esperando que Luna dijese algo, lo que sea, pero ella seguía procesándolo. No podía creer que ella fuese los deseos de su hermana, la razón por la que suspiraba, hablaba entre dientes e hizo lo que desencadenó en todo eso. Nadie nunca había hecho algo así por ella.

Al ver que no reaccionaba, abrió la puerta lista para salir a levantar el sol pero antes se dio vuelta y dijo una última frase.

—Te amo, Luna.

XXX

—… El amor nos puede obligar a hacer cosas que no queremos hacer con tal de que el sujeto de nuestro afecto no salga lastimado y no sufra. Todos han sufrido alguna vez por ello, pero los más afectados son aquellos los cuales son discriminados por sus preferencias en el amor…

XXX

Después de su discurso, más específicamente el día después, Shining se levantaba de su cama para afrontar un nuevo día de trabajo, pero no estaba seguro de ello. Sentado al borde de la cama con su armadura puesta, miraba con expresión de duda su yelmo de guardia que sostenía entre sus cascos, veía su reflejo en el gracias a que lo pulía cada mañana para dar una buena impresión. El día anterior no había asistido al trabajo por la revelación del secreto de Celestia, y aunque muchos guardias le fueron leales después de todo, él dudaba sobre la suya. El discurso de su hermana fue impresionante y salido directamente de su corazón, sentía que en parte se refería a él, pero algo faltaba en ese rompecabezas, podía sentirlo, era algo imprescindible.

De pronto, tocaron. Dejó el casco en su cama y fue a la puerta, al abrirla se encontró con Discord y Twilight.

—Hola Twilight, Discord, ¿Cómo les va? Hace muchos que no los veo, en especial a ti hermanita.

No dijeron nada, Twilight le dio una mirada de preocupación a Discord, sus sospechas eran ciertas.

—¿Sucede algo? —preguntó Shining.
—¿Segura que quieres hacer esto? Por lo que me contaste él pasó por mucho.
—El merece saberlo Discord, por favor.
—¿Saber qué?

Entonces Discord acercó su garra y tocó la cabeza de Shining con ella.

La princesa Cadance se encontraba en el trono de su castillo escuchando algunas propuestas para la creación de nuevas atracciones turísticas. Una vez finalizado, los ponis se retiraron del lugar dejando a la princesa sola con sus pensamientos, eso no duró mucho porque un guardia ingresó al lugar.

—Princesa Cadance, hay alguien que quiere verla.
—Haz que pase —ordenó.
—Hola princesa —dijo Shining Armor cruzando la puerta.
—Hola Shining, ¿Qué te trae de regreso al imperio de cristal?
—Tenemos algo de qué hablar princesa.

El tono en que lo dijo ya le daba una idea de lo que quería hablar. Su corazón palpitaba de emoción, pero ella intentaba calmar sus ansias. Shining se fue acercando mientras ella bajaba las escalinatas hasta quedar uno frente al otro, Cadance pudo notar algo diferente en su aura amorosa, pero no pudo figurar que.

—Ya se de lo que quieres hablar Shining, pero ya habíamos discutido al respecto y creo que acordamos que era conveniente para ambos si ya no nos viéramos nunca más.
—Sé lo que dijiste Cadance, lo recuerdo perfectamente, recuerdo que tus palabras me hicieron sentir mal y estuve deprimido por varios días, pero ahora más que nunca se que debemos estar juntos, estamos destinados a estarlo, y sé que tu lo sabías desde el primer momento en que nos conocimos.

Shining intentó tomar el casco de Cadance pero esta lo apartó.

—Por favor Shining, no sigas, piensa en el bebé.
—Ese es otro motivo por el cual estoy aquí, ¿escuchaste el discurso que dio mi hermana el otro día?

La princesa asintió.

—Hubo una parte donde hablaba de nosotros, de cómo no querías que estemos juntos para no lastimarme a mí y a tus súbditos, todo por las cosas que esas tres señoras viejas te dijeron. Me preguntaste si no pensaba en los demás al pensar en lo nuestro, en cómo les afectaría, pero la verdad es que todos son fuertes ponis, mi hermana, mi padre y bueno, las otras princesas, todos ellos serían felices si estuviéramos juntos, y cuando dije que estaba dispuesto a dejar todo por ti, era en serio.

De su alforja, sacó un papel fotocopiado y se lo entregó a Cadance, al leerlo sus ojos se abrieron como platos y sus pupilas se encogieron.

—Shining, ¿en serio tu-?
—Sí, renuncie como guardia real de Canterlot.
—No debiste…
—No sólo fue por nosotros que renuncié, las cosas que hizo Celestia me hicieron cuestionar mi lealtad y me di cuenta que no podía seguir siendo leal a alguien como ella. Además, no puedo ser guardia en dos lugares a la vez.
—¿A qué te refieres?

Shining sacó otro papel. Pero esta vez ella quedó muda.

—El capitán de la guarda imperial quedó impresionado con mi ficha técnica, asegura que no tendré que pasar por el año de adiestramiento pero tendré que estar un mes en entrenamiento para luego rendir una especie de prueba física para ver si califico como guardia. No podré ser tu capitán, pero siempre quise ser tu guardia princesa, aquel que te defenderá de todos los males.

Las lágrimas escaparon de sus ojos y arruinaban su maquillaje, quería pensar en alguna barrera para que esto no fuera realidad, pero le era imposible. Esto estaba pasando y ella no lo estaba evitando.

De pronto, aparecieron un par de maletas y un bolso de un destello mágico.

—¿Q-que es eso? —preguntó sollozante.
—Pues, tengo que cumplir mi mes de servicio viviendo en los cuarteles, para eso es el bolso, pero el resto de mis cosas deben venir conmigo si pienso quedarme a vivir en el imperio para acompañarte a ti y al bebé.
—Yo…
—¿Si? —preguntó ilusionado.
—Yo… no se qué decir… esto es… no sé si… —decía dudosa entre lagrimas.
—Está bien —dijo Shining—, quería guardar esto para cuando volviéramos de cenar esta noche luego de ponernos al corriente, pero veo que me obligas.

Dicho eso, el unicornio blanco se arrodilló en frente de su amada y sacó un pequeño estuche cuadrado de color azul oscuro, al abrirlo un anilló deslumbró los ojos de Cadance con el diamante que en él estaba incrustado. Por primera vez desde que entró, una sonrisa se dibujó en el rostro de la princesa, sus lágrimas, ahora de felicidad, no paraban de salir.

—Princesa Mi Amore Cadenza, ¿me harías el honor de convertirme en tu príncipe?

Shining limpió un par de lágrimas que escapaban de su rostro y continuó mirando a su amada, quien había quedado sin habla luego de todo el despliegue de emociones. Se llevó un casco a su boca para evitar gritar a los cuatro gritos y asintió enérgica durante varios segundos para que no hubiera dudas de su respuesta.

Feliz, sacó el anillo de su estuche y lo colocó en su cuerno. Shining volvió a tomar el casco de Cadance y esta vez ella no se resistió a ello, tampoco se resistió a los múltiples besos que se dieron dejando escapar todas sus emociones contenidas. Sin previo aviso, los guardias, los sirvientes y otros ponis ingresaron por la puerta y aplaudieron felicitando a la feliz pareja.

XXX

—… Tal vez Celestia fue la responsable del cambio, pero fue la sociedad que tomó este nuevo sentido de la vida y lo transformó en un arma para discriminar, no sólo legalmente negando el derecho a los ponis heterosexuales a casarse y tener hijos sino también de forma social, provocando verdaderas masacres como la persecución de heterosexuales de hace quinientos años, y el actual comportamiento violento hacia estos provocando linchamientos y aislamiento social, tuve la desgracia de presenciar esto en carne propia en el pueblo de Ponyville.

XXX

Después del discurso de Twilight, concretamente tres días después, Spike se encontraba en camino a la boutique carrusel. Esta vez no para ayudar a Rarity con un vestido, sino para algo muy diferente. Iba con paso decidido, sin nada que lo detenga, estaba seguro de lo que hacía.

Una vez en frente de su puerta, tocó tres veces y esperó.

—¿Quién es? —preguntó ella del otro lado.
—Soy Spike.

De pronto, la cerradura hizo su sonido característico y la puerta en su totalidad se abrió.

—Spike, que gusto me da verte.
—¿Puedo pasar?
—Pues claro, entra.

El dragón ingresó y lo primero que vio fue un conjunto de vestidos que brillaban en la oscuridad.

—Veo que al fin los terminaste.
—No sabes lo que me costó, ese nuevo cliente fue muy específica y encontrar una tela capaz de brillar en la oscuridad fue difícil pero pude hacer que funcionara, vendrá a buscarlos en dos días.
—Genial.
—¿Qué te trae por aquí Spike? ¿Se te antoja un bocadillo? Creo que tengo unos zafiros guardados por ahí.
—¡Bocadillos! —dijo babeando— No, gracias, quería hablar contigo sobre algo importante.
—Dime Spike, soy toda oídos.
—Pues…

La mirada de Rarity parecía hipnotizarlo, si continuaba así perdería su atención, y estuvo toda la mañana consiguiendo el valor necesario para ir como para perder ahora.

—Las escuché hablar el otro día.
—Tendrás que ser más especifico querido, las chicas y yo nos juntamos muy seguido.
—Me refiero a la noche que Twilight regresó —dijo Spike juntando sus garras—, escuché como ustedes le dijeron que todas son-
—Detente Spike, por favor —interrumpió Rarity.
—¡No!

Rarity puso una expresión de sorpresa por la insolencia de Spike, nunca antes fue así con ella.

—Escuché claramente que todas son heterosexuales, incluso tu, la poni que hace no muchos días atrás rechazó mis sentimientos sólo por el hecho de ser lesbiana, ¡me mentiste!
—¡Lo hice sólo para protegerte! —gritó Rarity.
—¿Ahora vienes con eso?
—¡Es en serio! —dijo tomando aire para contener su enojo— ¿sabes lo que sentí cuando supe que esos maleantes estaban a punto de golpearte como lo hicieron con tantos otros? Me sentí culpable, culpable de que alguien tan maravilloso, atento, servicial y lindo como tú se fijara en mí, una yegua que sólo le traería problemas a su vida y tenía razón, es por eso que te mentí, para protegerte.
—¡Yo puedo defenderme solo y soy capaz de defenderte si algún poni intenta ponerte un casco encima! —exclamó lanzando una llamarada hacia arriba.
—Eso es muy amable de tu parte Spike, pero es muy arriesgado-
—¿Qué sientes realmente por mi? —preguntó Spike.
—No creo que debas saberlo.
—Sólo dime —rogó Spike.
—Está bien —se acercó a la ventana para buscar inspiración en el exterior—, Spike, desde que te conocí me caíste realmente bien, desde el primer momento supe lo que sentías por mí.
—¿E-en serio? —inquirió avergonzado.
—Pues, fuiste bastante obvio desde el principio, para ser honesta, te veía como un hermano pequeño de otra hermana, pero a medida que pasaba el tiempo comencé a pensar en escenarios donde tú y yo éramos pareja y vivíamos una larga y prospera vida juntos. Demostraste tu valentía y valores muchas veces, incluso me ayudaste a mí en mis momentos de drama y locura. Al final, demostraste ser el caballero que siempre desee, y ni siquiera tuviste que cambiar para lograrlo.

Sus corazones comenzaron a palpitar rápidamente.

—¿Y tú que sientes por mi? —preguntó Rarity con un rubor.
—Creí que fui demasiado obvio con mis sentimientos.

Ambos dejaron escapar una risilla.

—Pero hablando en serio, desde el primer momento que te vi sentí un flechazo en mi corazón, eres hermosa, generosa, ambiciosa, un poco superficial y vanidosa, pero supe ver más allá de tus defectos para verlos como parte del conjunto que eres tú. Sin importar cuánto me costase siempre estuve dispuesto a todo para llegar a tu corazón.

Spike se acercó hasta Rarity, quien miraba por la ventana para evitar mirarlo, tomó su mejilla y gentilmente giró su cabeza para que sus miradas se encontraran, ambas reflejaban deseo por el otro.

—Y no voy a dejar que nada nos separe y menos ahora que se que sientes lo mismo por mí.
—Pero Spike-

El dragón interrumpió a Rarity de la forma más gentil que pudo, poniendo sus labios encima de los de ella. Ambos sonrieron y dejaron escapar unas lágrimas. Rarity se dejó llevar por el momento, el beso era simple y casto, ella podía mejorarlo pero no quiso arruinar su momento.

Luego de unos segundos, se separaron, se miraron y luego se alejaron un poco.

—Wow… —suspiraron ambos— ¿Entonces? —preguntaron al mismo tiempo dejando escapar una risilla.
—¿Quieres ir a cenar esta noche? —preguntó Rarity.
—Me encantaría.

XXX

—… Es por eso que yo he decidido velar por todos aquellos ponis que son discriminados por amar a alguien de distinto genero, voy a crear una organización que se va a llamar "Equilibrium" y va a ser el oído de todos los desamparados, de los enamorados que no pueden expresar lo que siente por temor de la sociedad, de los excluidos del sector laboral por sus elecciones amorosas, de los que desean ser padre y madre pero son excluidos por el sistema. ¡Será una herramienta para crear consciencia social!

Su voz retumbó por todo Canterlot, los ponis comenzaron a ovacionar a la princesa de la amistad, algunos otros comenzaron a abuchearla. En Dodge City el pueblo explotó en felicitaciones, y prometieron apoyar el movimiento que buscaría la tolerancia y derechos igualitarios. En el resto de Equestria la opinión se dividió, muchos la apoyaban, muchos otros estaban en contra, pero era sabido que un cambio brusco agarraría de sorpresa a todos. En el castillo de la amistad, las cinco amigas y Spike saltaban de alegría.

XXX

Después del discurso de Twilight, más específicamente esa misma tarde, Dry se encontraba en la biblioteca del imperio en el rincón más alejado posible, donde pocos ponis iban a leer. Esta vez no habían libros de historia o de hipología junto a él, sino de turismo, folletos y mapas varios de Equestria. Escribía una lista de lugares en su diario de viaje los cuales deseaba visitar, el primer elemento se encontraba tachado por alguna extraña razón. Estaba tan concentrado en su deber, que no vio cuando alguien tomó una guía turística de la mesa y le daba una rápida ojeada.

—Es un muy buen libro de referencia, pero está algo desactualizado.

Dry soltó el lápiz de su boca y dijo:

—Lo sé, es que no pude conseguir nada mejor.

Al principio no prestó atención a quien le estaba hablando, pero al girar la vio, una figura morada, alicornio, parada allí con una sonrisa cautivadora. Quedó tan embobado por aquella imagen que casi se cae de la silla, pero se pudo sostener de la mesa a último segundo. Ella dejó escapar una risilla.

—Su majestad —dijo haciendo una reverencia—, ¿a qué debo este honor?
—Vine a arreglar las cosas Dry.
—Creo que usted fue demasiado clara en el castillo princesa, no era necesario que viniera hasta aquí para aclararlo.
—Dry, lo que pasó en el castillo no fue mi culpa, tenía la memoria borrada.
—¿En serio? ¿Quién se la borró?
—La princesa Celestia.
—No puede ser, nuestra líder…
—Yo también quedé impactada —dijo Twilight—, pero cuando la recuperé, ¿sabe lo que hice?

Dry negó.

—Salí a buscarlo por todo Ponyville esperando encontrarlo, porque quería decirle que sus palabras fueron muy bellas y me conmovió lo honesto que fue. Yo también cambié en este viaje y desarrollé sentimientos por usted como nunca sentí por alguien más, una parte de mi se arrepintió de no haber terminado aquel beso en Dodge City y quise terminar lo más rápido posible para poder venir a verlo, claro, si no es demasiado tarde.

El hipólogo se levantó de su silla y se acercó a Twilight, sus cascos le temblaban, recién pudo notar que ella tenía un fuerte rubor en sus mejillas.

—No princesa, no es demasiado tarde.

Dry acortó la distancia faltante entre ellos y se unieron en un beso. Permanecieron inmóviles hasta que Twilight se acercó unos pasos para poder abrazarlo, cosa que él también correspondió y cerraron sus ojos. Luego de los segundos más largos de su vida, se separaron, Dry quedó con una mirada de cariño que Twilight nunca había visto.

Luego de un rato de no decirse nada, Twilight rompió el silencio.

—Al fin lo terminamos.
—Sip —respondió anonadado sin superar el beso todavía.
—¿Qué es esto? —preguntó Twilight trayendo el libro de viaje con su magia.
—Luego de que usted… me rechazara, decidí que no quería volver a estar encerrado en mi casa como si el mundo no existiese, por lo que conseguí unos mapas y cosas relacionadas al turismo y me puse a planear un viaje por toda Equestria, otra vez.
—Es un muy buen plan —dijo leyendo la lista.
—Gracias, espero no caer en una ciudad que esté a punto de desaparecer por otros mil años —comentó con una sonrisa.
—¿Y qué es esto tachado?
—Pues, al empezar la lista recordé su invitación de ir al castillo de las dos hermanas, pero luego recordé lo que pasó entre nosotros y…
—Creo que podemos agregarlo nuevamente a la lista —dijo Twilight trayendo un lápiz y escribiendo por arriba de lo tachado—, y yo podría ser su guía.
—Eso me encantaría.

Ambos quedaron con la mirada fija en el otro por unos segundos sin moverse.

—¿Cree que pueda besarla otra vez o es muy pronto?

Twilight sólo orbitó los ojos y procedió a besarlo nuevamente, esta vez fue uno más profundo y con mucho más sentimiento. Los pocos ponis que vieron la escena quedaron con la boca abierta, un par de ellos aplaudieron de alegría por la nueva pareja.

XXX

Dos semanas pasaron rápidas, Twilight Y Dry se encontraban caminando rumbo al castillo de la amistad, el hipólogo tenía una mochila de viaje un tanto cargada con cosas innecesarias. Caminaban por el pueblo como si este no hubiese cambiado en lo más mínimo.

—Twilight, ¿está segura que no quiere que me quede con usted? Mi viaje puede esperar si eso significa poder ayudarla con la organización de "Equilibrium".
—No será necesario, además, usted estuvo atrapado en el tiempo por mil años, merece viajar todo lo que quiera, le prometo que cuando vuelva yo lo estaré esperando justo en este castillo —dijo señalando su castillo.
—Wow, nunca me di el tiempo de admirar su castillo por fuera, la primera vez estuve apurado.
—Pues, ya que pasará un par de noches aquí, le voy a dar un recorrido personal —dijo guiñándole.

Dry aclaró su garganta desviando su mirada.

—Le presento, el castillo de la amistad.

Pero al abrir la puerta, se encontraron con más cosas de la que esperaban, toda la habitación del trono estaba hasta el borde de queso derretido en cantidades industriales, obviamente, todo ese queso escapó al exterior cubriendo por completo a la pareja y otros ponis que pasaban por las cercanías. Una vez que todo salió, Twilight y Dry se levantaron, la alicornio se miraba asqueada, podía sentir cada centímetro de queso recorrer todo su cuerpo, desde la punta de su cuerno hasta su cola.

—Qué asco, ¿Quién pudo hace algo así?

De repente, Spike apareció flotando a su lado, al recuperar la consciencia comenzó a toser desesperado hasta que una considerable cantidad de queso salió de su sistema, pero este tenía un color raro, luego ese charco se desplazó a un lado y tomó la forma del amo del caos.

—¡Sorpresa! —exclamó Discord.
—¡Discord dime porque llenaste mi castillo con queso! —exclamó Twilight.
—Te advertí lo que pasaría si perdías mi diario, ahora Celestia tiene la copia y nunca la podré recuperar. Ahora tendré que comenzar otro por tu culpa.
—Está bien, lo siento —se disculpó Twilight.
—Acepto tus disculpas princesa, creo que fue demasiado considerando que fui yo quien le entregó el reporte acusando a la princesa Celestia a la prensa.
—¡¿Qué tu qué?! —exclamó furiosa, el queso en su cuerpo comenzaba a tostarse.
—Ups, adiós a todos —dijo saludando antes de desaparecer con su hechizo de teletransportación.

FIN


Hasta aquí llegó el fanfic señores, espero les haya gustado.

Y así llegamos al final de esta historia, por fin, pensé que nunca vería este fanfic terminado. Un dato interesante de este capitulo es que es el más largo que he escrito hasta ahora, con 13k y pico de palabras, superando a los casi 10k de uno de los capitulos en "La Leyenda de Brave Rick". No se si pueda superarlo a futuro, pero eso ya se verá.

Antes de pasar a leer el review dejado en el capitulo pasado, quisiera agradecer a Linkwarriorx0 por su constante apoyo en este fanfic, gracias por aguantar mis locos tiempos de actualización, eres el mejor lector que alguien podría tener.

En este espacio, voy a responder los reviews dejados en el capitulo anterior por parte de:

Linkwarriorx0: Gracias por el comentario. Me alegro que te gustaran varias cosas del capitulo y no te preocupes, los errores fueron arreglados a gran velocidad, gracias por avisar.

Ahora que ha pasado un tiempo, voy a responder los reviews dejados luego de finalizar el fanfic por parte de:

GhostWritercl: Gracias por el comentario. Espero que lo disfrutes en tus futuras lecturas.

Jess524: Gracias por el comentario.

Linkwarriorx0: Gracias por el comentario. Espero que no hayas perdido mucho dinero con tu apuesta (?

DanLand 1939: Gracias por el comentario. Yo tambien apoyo ese ship.

Sword Shadow: Gracias por el comentario. Me alegra que te haya sorprendido la declaración de Celestia, y para no dejar duda, esto se considera el final porque no tengo intención de hacer una secuela de este fanfic.

PinkieAgus: Gracias por el comentario. Tambien agradezco tu opinion de los puntos buenos y malos, con respecto a este ultimo, el fanfic estuvo planeado para construirse lento para luego en el ultimo capitulo develar todo al mismo tiempo. Tambien lamento lo del Legendverse.

Recuerden, si les gustó el fanfic dejen un review y recomiendenlo a sus amigos, si tienen alguna duda o consulta pueden mandarme un MP, no muerdo, tambien pueden darle like a la pagina de facebook "exelion fanfiction" para estar enterados de avances y otras cosas, link en mi perfil o pueden buscarlo por FB.

Nos vemos en otro fanfic gente, se despide, Exelion.