Capítulo Final:
-Han pasado seis años desde que Naraku murió y con él también una joven muchacha. Con la perdida de ella muchas cosas cambiaron, el frio demonio llamado Sesshomaru decidió enterar a su joven amada en lo alto de una colina. Un lugar hermosa al igual que lo era ella, lleno de arboles de cerezo que lo adornaban siempre que él iba a visitarla. Para Sesshomaru visitar ese lugar le daba calidez, y durante todos estos seis años siempre se arrepintió de no haberle…- Un golpe detuvo el relato de Inuyasha. Los niños que vieron como el hanyou recibió el golpe se empezaron a reír con ganas.
-¡¿Se puede saber porque demonios me has pegado?!- Grito enfurecido Inuyasha, mientras se levantaba y llevaba su mano a la empuñadura de su espada.
-Porque eres un baka que se inventa cosa.- Respondió Sesshomaru, mientras levantaba su puño, dispuesto a darle una paliza a su pequeño hermano.
-Ya basta los dos, si vais a pegaros al menos hacerlo lejos de los niños.- Dijo una joven mujer que entraba por la puerta.
-Mami, tío Inuyasha nos estaba contando la historia de cómo derroto a Naraku.- Dijo una pequeña niña de cabellos azabaches y ojos dorados mientras se acercaba corriendo a su madre.
-¿De cuándo el derroto a quién?- Dijo la mujer molesta por la gran mentira que se había inventado su amigo y compañero de batalla.
-De cuando el derroto a Naraku.- Volvió a repetir la pequeña niña mientras sonreía.
-Inuyasha…-
-Espera Kagome, puedo explicarlo…por favor no hagas algo que pueda hacerle daño al niño que viene de camino.- Dijo retrocediendo el hanyou con cara de terror.
-¡Osuwari!- Todos vieron como el joven de traje rojo caía al suelo.
-Bien niños, acercaros os contare como yo, Sesshomaru derrote a Naraku.- Dijo Sesshomaru.
-Otro igual, veréis queridos estos dos estuvieron viendo mientras yo, daba mi vida por derrotar a Naraku.-
-Seis años antes-
Sesshomaru cogió a Kagome en brazos y empezó a andar sin rumbo alguno.
-Espera Sesshomaru, Kaede nos dijo que si la llevábamos al bosque de los ángeles podrían curarla.- El aludido se detuvo, sabia donde se encontraba ese bosque, siempre le habían dicho que para los youkai como él le estaba prohibida la entrada por ser seres impuros. Pero poco le importaba.
-Nosotros te acompañaremos.- Dijo Inuyasha, pero Sesshomaru ya había emprendido el vuelo, necesitaba llegar cuanto antes aquel bosque.
Llegaron a los pocos minutos al grandioso bosque. En él se percibía el ambiente a pureza, Sesshomaru estaba por dar un paso, pero vio como una persona apareció ante ellos.
Era un hombre hermoso, de pelo negro y ojos azules como el cielo, la espalda la tenia adornada con una par de alas blancas.
-Seres impuros, no se os permite la entrada a este bosque.- Dijo mientras les apuntaba con una lanza.
-Es una urgencia, nuestra amiga…- Empezó a decir Sango.
-¿Quién es?-
-Un ángel, como vosotros.- Dijo Sesshomaru.
El ángel se acerco a ella y vio su rostro, todos vieron la cara de asombro que puso el hermoso hombre.
-Es imposible, ella es…-
-La hija que nació de la unión de un youkai y una ángel.- Respondió Sesshomaru.
-Pero ella, ya no respira ¿Qué ha pasado?- Pregunto preocupado el ángel.
-Ella dio la vida para acabar con el mal.- Respondió Inuyasha bajando la cabeza.
-Entiendo, seguidme pero solo puede venir una persona con ella.- Todos vieron como el ángel empezaba andar y detrás de él Sesshomaru.
Los dos hombres llegaron a una hermosa cascada, que estaba adornada por rosas azules, símbolo de lo imposible. El agua de la cascada era tan pura como el alma de Kagome.
-Solo debes entrar con ella en la cascada, si despierta o no del sueño eterno depende de si lucha o no.- Dijo el ángel dejando paso a Sesshomaru para que entrara con ella en el agua cristalina.
-Pase lo que pase, no la sueltes, señor Sesshomaru.- Este se sorprendió él no le había dicho su nombre, pero cuando se dio la vuelta para preguntar cómo él sabía su nombre, el ángel ya no estaba.
Volvió su cabeza y con paso firme ando hasta la orilla de la cristalina agua, a medida que entraba el agua desprendía una luz azul. Una ráfaga de viento soplo y levanto del suelo los pétalos de rosas azules que se depositaron grácilmente sobre el agua cristalina.
De repente unas ramas envolvieron el cuerpo de Sesshomaru, dejando el cuerpo de Kagome flotando en el agua. El fuerte demonio intentaba escapar del agarre, pero por más que lo intentaba más fuerte se hacia el agarre. De un momento a otro una sombra de color negro empezó a adentrarse en el agua, volviéndola de un color oscuro a su alrededor.
Sesshomaru vio como la sombra se acercaba a Kagome y como sacaba un tridente, era imposible que la trajese hasta aquí para ver como una insignificante sombra acaba con la vida de su amada.
-Detente, maldito.- Dijo apretando los dientes con fuerza.
La extraña sombra alzo la vista y le sonrió a Sesshomaru, luego alzo el tridente y lo dejo caer con fuerza en el pecho de Kagome, pero algo ocurrió antes de que esta entrara en el pecho de Kagome.
Una mano pálida agarro el tridente.
-Jamás matareis a un ángel.- Dijo Kagome aun en el agua, sus alas se abrieron y salió de ella. Aun seguía teniendo el tridente en su mano, asique lo arrojo lejos del alcance de la sombra, la cual se suponía que representaba a la muerte.
De un momento a otro la sombra empezó a brillar y luego desapareció, dejando a un Sesshomaru sorprendido y a una Kagome sonriente.
Las ramas que antes sujetaban a Sesshomaru, poco a poco se fueron retirando, dejándolo libre de hacer lo que quisiera.
-Sesshomaru.- Dijo Kagome mientras saltaba a los brazos de este, que gustoso la cogió, sonriéndole solo para ella.
-Me gusta cuando sonríes.- Dijo mientras le daba un beso, que fue respondido.
-Vamos, te están esperando.- Dijo mientras cogía de la mano a Kagome y la llevaba lejos de aquella cascada, que dejo de ser oscura y volvió a brillar como antes.
Sango, Miroku, Kohaku e Inuyasha esperaban impacientes en la entrada del bosque, esperando a que Sesshomaru y Kagome salieran de él. Después de varias horas vieron como una pareja salía de los frondosos árboles.
-Kagome.- Grito Sango, mientras iba corriendo hacia su amiga, que le dio un abrazo. Miroku, Inuyasha y Kohaku no se quedaron atrás y también le dieron un abrazo, dejando a un Sesshomaru celoso.
La primera cosa que hizo Kagome al llegar al castillo de Sesshomaru, perdón a su nuevo hogar fue ir a ver a Rin y Shippo.
-Rin, Shippo ¿dónde estáis?- Preguntaba la joven azabache mientras entraba en la habitación de Rin.
Los dos niños al oír la voz de Kagome salieron de su escondite y se fueron en busca de su madre.
-Mama.- Gritaron los dos niños mientras saltaban encima de Kagome ilusionados por volver a verla.
-Mama ya está en casa.- Dijo esta mientras abrazaba a sus hijos y les regalaba una sonrisa.
Después de aquello Kagome se fue a vivir con Sesshomaru adoptando a Shippo y Rin como hijos suyos.
Sango y Miroku se casaron y tuvieron tres hermosos hijos, de los cuales dos eran mellizos.
Y en cuanto a Inuyasha. El destino se apiado de él y de su deseo de venganza contra Kagome y encontró al amor de su vida mientras iba de aldea en aldea.
La joven era dos años mayor que Kagome y se llama Naomi, tiene el pelo corto de color rubio y unos ojos verdes esmeraldas que hizo que Inuyasha se enamorara de ella al instante.
Meses después de la gran batalla contra Naraku, Kagome quedo embarazada.
-Mama.- Dijo Hisei mientras veía a Kagome y Sesshomaru.-
-¿Qué pasa Hisei?-
-¿Cuándo vendrá Rin y Kohaku?- Pregunto esta.
Kohaku había pedido la mano de Rin hacia un cuantos meses atrás y le había costado lo suyo que Sesshomaru, como buen padre celoso, aceptara. Pero al final por la persuasión y sacrificio de Kagome, acepto el matrimonio de ambos.
-Pues si no me equivoco esta noche tienen que venir.- Dijo levantándose y saliendo de la cabaña acompañada por Sesshomaru. Dejando a Hisei al cuidado de Inuyasha y de su esposa.
Los dos anduvieron hasta un claro, fue el mismo donde Kagome encontró a Rin cuando estaba siendo atacada por aquella horrenda bestia.
-Sesshomaru…- Dijo Kagome mientras cogía la mano de este y miraba la luna, su pasatiempo favorito.
-¿Qué pasa Kagome?-
-¿Qué hubiera pasado si ese día yo no hubiera rescatado a Rin?- Pregunto dudosa esta.
-Nada, te habría buscado yo mismo, para estar juntos por siempre.- Dijo dándole un beso.
-Sesshomaru…-
-Y ahora que, sigues siendo muy molesta cuando quieres.-
-Tu hijo está dando patadas.- Dijo cogiendo la mano de Sesshomaru y llevándolo a su abultado vientre.
-Sera muy fuerte.- Dijo este mientras sentía las fuertes patadas que seguía dando.
-Al menos espero que no sea tan testarudo como su padre.- Dijo riéndose de la cara que puso Sesshomaru.
-Yo espero que no sea tan infantil como su hermosa madre.-
-Al menos yo soy hermosa.-
-Por supuesto que si.- Dijo dándole un beso.
-El hilo de mi destino jamás me había conducido a Inuyasha, solo se enredo con su hilo. Y yo como la muy boba me enamore de él, pero luego apareciste tú, el cual me cautivo solo con su mirada de hielo dorada.-
-Espero que este hilo no sea solo un enredo, si no el final de él.- Dijo Sesshomaru mientras le daba un beso, sellando así el final del lazo de su destino.
Fin.
Y con este hermoso (?) final acabo.
Espero que os haya gustado. Lo escribí con todo el amor posible. Me han hecho muy feliz todos los 89 reviews que me habéis dejado. (Jamás pensé que llegaría a tanto *Saca los pañuelos y empieza a llorar como una magdalena*)
Saludos y abrazos de oso a todas las personas que han comentado:
-the princess of the winds
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Gracias de verdad por haber seguida la historia hasta el final.
Si quieren darme ideas para mi próximo fic, los esperare en "Anime y Jrock AliMi" (Facebook)
Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, le pertenece a Rumiko Takahashi.
Michelle-Taisho14