TEAM FORTRESS 2 PERTENECE A VALVE


Era la primera vez que Engineer veía su rostro. Aunque nunca había sacado el tema ante Pyro, había fantaseado tanto sobre aquel momento que sintió su corazón latir desbocado en su pecho. Sus ojos estudiaron las ojeras, la marca de una lengua de fuego que en algún momento había marcado la mitad de su cara, las pecas en sus mejillas y su nariz. Qué ojos más grandes, pensó. Si no hubieran estado tan llenos de miedo, los habría encontrado bonitos.

- Pyro...Py...Mírame.

Pyro volvió la cabeza hacia él, jadeando suavemente.

- Engie...Tengo miedo...-confesó ella.

- ...Sí...Bueno, esto no tiene muy buena pinta, je...Pero escucha, escúchame. Todo va a salir bien. Los chicos vendrán.

- ¿Tú crees?

- Claro que sí. Mira: esto va a acabar pronto, y entonces, cuando toda esta guerra acabe, no tendremos que pelear por dinero. No tendremos que matar ni morir nunca más-Engineer se lamió los labios, su boca estaba tan seca que resultaba muy incómodo-. He estado pensando...Tal vez...Si tú quieres, claro...Podemos comprar un rancho en Bee Cave. Estoy seguro de que te gustaría.

- ¿...Nosotros?-por un momento, Pyro olvidó su temor y miró a su compañero con incredulidad, como si aquella idea fuera demasiado buena para ser cierta. Engineer se felicitó por haberla distaído por un segundo-. ¿Quieres decir...tú y yo?

- Sep. ¿Te gustaría?

Pyro asintió con la cabeza con entusiasmo y sonrió por primera vez en mucho tiempo.

- Sí...Sí, me encantaría...Bee Cave suena como un buen lugar.

- Oh, lo es. Sí que lo es...

- Engie...¿Podríamos tener caballos?

- ¿Caballos?

- Sí, caballos. De todos los colores.

- Por supuesto, ¿por qué no? A mí siempre me gustaron los caballos. Tal vez un perro también. No necesitaríamos uno guardián teniendo centinelas pero uno chiquitito, ya sabes, para jugar...

- Uno con manchas-Pyro sonrió.

- Sí, uno con manchas, si quieres-Engineer hizo una pausa-. Tú tendrás muchas cosas para quemar y yo construiré un buen porche en el que sentarnos en las noches de verano, beber cervezas...

- Engie.

- ¿Sí, Pyro?

Pyro no habló inmediatamente.

- ...Gracias...-musitó finalmente.

Se quito el guante para tomar la mano desnuda del ingeniero, que aún sujetaba su máscara, y acariciarla. Estaba callosa después de tantos años de trabajo, sudorosa, mientras que la suya era suave y cálida. Ella no apartó la mirada de su cara, ni siquiera tras oír claramente unas fuertes pisadas metálicas detrás de ellos. Sonó un pequeño zumbido y tres granadas azules cayeron a sus pies. Mientras rodaban, Engineer cerró los ojos y apretó su mano.


FIN