Capitulo 1: "...Impide que te ame"

POV Inuyasha

Siempre he creído que los cuentos que mi madre me contaba no eran ciertos… pero cuando la conocí supe que ella sería la princesa que yo iba a proteger para siempre por lo que yo tendría que ser un príncipe.

Kagome y yo nos conocemos desde la primaria. Recuerdo claramente ese día cuando llegó a mitad de año…

FLASH BACK

Bien chicos, presten atención. Hoy ha llegado una nueva compañera… espero que todos sean amables con ella —miré hacia el frente y me fije en la niña de cabellos negros ondulados que no era capaz de mirar a nadie, puesto que su pelo la cubría— no seas tímida. Preséntate a la clase.

mi… mi… mi nombre es Higurashi… Higurashi Kagome —cuando escuché su voz trémula y dulce sentí como si hubiera metido la mano en un cable eléctrico. No podía dejar de mirarla. Ella levantó la cabeza y dio una tímida sonrisa a la clase— por favor, cuiden de mí…

Todos los chicos comenzaron a hablar de la niña nueva y algunas chicas, celosas por aquello, la miraron mal y Kagome agachó la cabeza.

¿pero que se ha creído?

¿no es muy arrogante?

mira como no nos ve a los ojos, será engreída

que linda es…

mira que parece un ángel…

siéntate al lado de Taisho —levante mi mano para que supiera que se refería a mí la maestra y ella me miró a los ojos con miedo, le sonreí para romper el hielo y ella me la devolvió. Pude escuchar con claridad como los comentarios se hacían más fuertes y la vi estremecerse y sus ojos llenarse de lagrimas.

¡cállense de una vez! —les dije a todos. Por fortuna, a pesar de tener apenas seis años, tenía un carácter muy fuerte, por lo que todos se quedaron callados. Moví la mano para indicarle a Kagome su puesto junto a mí y ella me sonrió por primera vez con un poco más de confianza.

En ese instante supe que ella era una princesa… mi princesa. Y que yo debía cuidarla de cualquier cosa.

Me había enamorado.

FIN DEL FLASH BACK

Al pasar los años, Kagome se hacía cada día más hermosa y siempre despertaba la envidia de las demás chicas y que los chicos la persiguieran. El carácter tímido de Kagome encantaba a los chicos y la hacía más vulnerable con las chicas. Fue por eso que me impuse como el protector de Kagome y no la dejaba nunca sola.

Siempre que alguien la intimidaba, ella corría hacia mí. Llamándome por mi nombre, haciéndome feliz al saberme necesitado por ella.

FLASH BACK

¡Inu-kun! —me gritó con la cara llena de angustia. La abracé de inmediato contra mí cuando estiró sus brazos hacia mí.

¿Qué te hicieron esas? —le pregunté enfadado. Mirando en la dirección de tres chicas que miraban hacia nosotros. Al ver mi mirada intimidatoria se asustaron y corrieron.

lo de siempre…— abracé su cuerpecito contra el mío sintiendo que en cualquier momento perdería la paciencia con las estúpidas de la escuela. Miré su cabeza y suspiré pensando que ella estaba destinada a ser intimidada por otras al ser tan linda y popular.

yo me encargaré de esas estúpidas —Kagome levantó su cabeza y me miró fijamente.

no es necesario que hagas nada por mí…—me dijo con una pequeña sonrisa— con tenerte a ti estoy bien…

¿no te sientes mal por no tener amigos? Siento que todos te apartan porque siempre te ven conmigo—le pregunté cuando ella se acurrucó junto a mí.

si tengo a Inu-kun conmigo… no necesito a nadie más —me había contestado ella abrazándome.

FIN DEL FLASH BACK

Esos eran los días felices de nuestra infancia.

Estaban plagados de recuerdos como el de nuestro primer beso. El que tuve que darle a Kagome para que otro chico no se lo quitara a la fuerza. Nunca supe si Kagome estaba enojada conmigo, pero nunca dijo e hiso nada por aquello. Tal vez porque la razón del porqué se lo había dado.

Nunca fui capaz de decirle de mis sentimientos, porque ni siquiera yo era capaz de definirlos. Pero creía que era suficiente con la relación que ya teníamos. Éramos novios sin el título. Ella iba a mi casa y se quedaba en ella y viceversa. Cuando Kagome cumplió catorce años fue el principio del fin para mí.

—Inu-kun —me dijo un día mientras caminábamos a casa.

—dime…— le dije simplemente sosteniendo nuestras mochilas en el hombro. Tenía como costumbre llevar su mochila, partió como un pequeño gesto cuando la conocí y nunca lo quité. Ahora en la secundaria, aquello se volvió un habito como el ir a dejarla a su casa a pesar de que tenía amigas que vivían más cerca de ella que yo. Kagome tenía tres amigas muy buenas y yo tenía uno (no necesitaba más de todos modos). Kagome y yo seguíamos siendo inseparables.

—yo… a mi…— me detuve para mirarla a los ojos. Ella levantó la mirada y me perdí en sus ojos como siempre pasaba cuando nos veíamos fijamente.

—¿Qué es lo que sucede? ¿te han vuelto a molestar? —gruñí sin poder evitarlo y ella soltó una risa. Sonreí al ver el gesto. Ella solo reía así cuando estaba conmigo.

—no es eso. Estoy bien, gracias a ti —ella me miró como si fuera su héroe y me sentí el tipo más poderoso de la tierra.

—¿entonces? —le pregunté. Sabía que tenía que animarla un poco. Seguía siendo igual de tímida, pero conmigo solamente se liberaba un poco más, lo que me hacía infinitamente feliz.

—tengo que decirte algo…— mi corazón comenzó a latir desesperadamente. La quedé mirando con sorpresa al ver que estaba sonrojada pero con una mirada decidida.

—"¿será que le gusto?" —fue lo primero que se me vino a la mente. Sentí el sudor en mis manos y la garganta seca, esperando que hablara. La vi tomar aire y morí cuando habló.

—me… me gusta Chitoge Ryo-kun —sentí que el corazón se me partía en dos y que moría a una velocidad alarmante. Kagome estaba temblando esperando que le dijera algo.

—"¿Qué es lo que le puedo decir? ¿Qué me mata? ¿Qué me duele?" —una ola de ira me recorrió al pesar en el jodido hijo de puta que me estaba robando el corazón de mi princesa— "¿Cómo carajos conoció a ese tipo?" —yo sabía quién era Ryo. Era un buen tipo: popular, buen estudiante, amable y bueno en deportes. Todo lo contrario a mí que me caracterizaba por meterme en pleitos de los cuales Kagome terminaba curando mis heridas. Era un buen tipo, demasiado buen tipo. Joder… era el tipo perfecto para ella que era dulce y tierna. Sentía unas tremendas ganas de llorar y golpear algo. Pero Kagome notando mi tensión se acercó a mí y tomó mi mano entre las suyas— "¿Cómo puedes ser tan cruel? ¿no te das cuenta que estoy frente a ti y que tú me gustas?" —era un soberano idiota. Siempre supe que esto pasaría, pero me confié de nuestra relación, pensé que se fijaría en mí… pero caí en el típico y patético cliché del mejor amigo enamorado de su mejor amiga…

—¿Inu? —me llamó ella cerca de mi cara.

Era tan fácil besarla… yo era la única persona a la que ella se acercaba así. Nunca temía de mí, nunca se apartaba y siempre me miraba a los ojos. No así con los demás. Ella era autentica cuando estaba conmigo. Ahora otro tendría el privilegio de ver esas cosas que nadie veía en ella.

—no pasa nada —le dije con la sonrisa más falsa que tenía— solo me preguntaba si tu novio te trataría bien…

—no es mi novio —me dijo sonrojada y riéndose. Amé su risa, aun cuando lo que la provocaban era mis palabras.

—pero lo será —le dije con una asquerosa seguridad que me pateó el intestino. Seguro de que un tipo como él sabría que no debía dejar escapar a una chica preciosa como ella.

—¿cómo estás tan seguro? —me preguntó ella con los ojos abiertos.

—porque sería un imbécil si te deja escapar y yo mismo le patearía las bolas por ser un jodido idiota de mierda —Kagome se rió más fuerte. Ella jamás me corregía por el lenguaje, aunque me reprendía por meterme en peleas, ella me entendía y estaba siempre de mi parte… siempre me apoyaba y me animaba a mí… ahora todo eso sería de otro… ¡maldición!

—te quiero —un puñal se incrustó en mi corazón como cada vez que ella me decía eso. Sabía lo que le costaba mostrar sus sentimientos y que ella me dijera eso era realmente un logro— pero no creo que yo le guste… soy tan… simple.

—no seas tonta —le dije moviendo sus cabellos, aspirando su perfume de sakuras y rosas— de seguro está loco por ti como toda la escuela…

—esa es tu vida no la mía —me dijo abrazándome. La estreché contra mi cuerpo sabiendo que pronto la perdería y las lágrimas volvieron a inundarme.

—si te gusta solo ármate de valor y dile… seguro que le gustas. Sabes que puedes hacerlo —en mi deseo de que ella fuera feliz estaba alentándola— "seré idiota" —ella me sonrió y supe que era capaz de cualquier cosa por esa sonrisa.

—siento envidia de la chica que se convierta en tu novia —oh maldición. Si supiera que siempre he querido que sea ella la única para mí— serás un buen novio…

—pues claro que lo soy, igual que tú —ella me besó en la mejilla y tomó mi mano con una sonrisa.

—eres el mejor —me dijo caminando por delante de mí pero sin soltar nuestras manos.

—y tu eres preciosa —dije en un murmullo silencioso, intentando aferrarme, desesperadamente, de su mano.

—hoy quiero que cenes con nosotros… mamá dijo que habría una sorpresa— ella siguió hablando sin parar como siempre le pasaba cuando estaba conmigo y sentí más y más puñales clavándose en mi corazón.

Tendría que dejar escapar esa mano en algún momento y no quería. Dios sabía que no quería dejar esa mano. Quedarme con ella para siempre y cuidarla, amarla… poseerla. Pero Kagome estaba creciendo y había descubierto el amor de la mano de otro…

Y yo me quedaba atrás… viéndola como un imbécil cobarde que no era capaz de decirle que la amaba locamente, porque deseaba a toda costa que ella fuera feliz aun cuando eso me volviera miserable.

Continuara…


Hola

sé que no he publicado nuevos capitulos de mis viejas historias pero esta me ha dado vueltas y no pude dejarla pasar.

será una historia corta, como ven Inu y Kag tienen mucho que descubrir.

no se enojen conmigo. no dejaré las demás historias, pero esta tenía que nacer o no me iba a dejar tranquila.

espero que les guste. Depende de su aceptación el largo de este fic, pero como dije, no lo tengo pensado muy largo.

ahí me dice ustedes.

besos