-No debiste haber regresado, ex-princesa. –

-El que debió haberse quedado fuera de Kouka… ¡Eres tú, Soo-Woon! –

-Para ser una exiliada, eres bastante arrogante ¿acaso olvidas que ahora soy yo el rey de Kouka? –

-¡La verdadera heredera al trono es Yona! –

-¿Yona? ¿Acaso estás peleando por Yona? Creí que luchabas para recuperar Kouka… ¡Esto es divertido! La grande descendiente del rey dragón Hiryuu pelea para darle su reino a una princesa exiliada también… Esto es nuevo. –

-¿Te parece divertido? ¡Entonces te pulverizaré! – La chica levantó su espada envuelta en llamas. - ¡Murakumo! ¡Cross Convination! – Una cruz de fuego fue producida de dicha espada y atacó al joven rubio frente a ella.

-¡Detente, Ania! Te lo ruego… ¡No mates a Soo-Woon! – La pelirroja de ojos violetas gritó con lágrimas poniéndose frente al chico que iba a ser asesinado.

-¡Yona-hime, salga de ahí! –

-¡Yona! –

-¡Sal de ahí, Yona! – La chica pelirroja que había producido el ataque no supo qué hacer.

-Soo-Woon… - Yona cerró sus ojos.

Una cortina de humo cegó a todos, el joven de cabellos negros y traje azul de nombre Hak removió el humo con una ráfaga de viento para ver qué había pasado con la princesa, todos quedaron en shock al ver a Soo-Woon y a Yona a salvo, pero a un joven de cabellos plateados y una garra de dragón en el brazo derecho tumbado en el suelo lleno de moretones y quemaduras.

-Ki-Ja… No puede ser… - Ania quedó en shock al ver quién había sido herido.

-Ki-Ja… ¡Ki-Ja! ¡Respóndeme, Ki-Ja! – Yona intentaba despertarlo, pero era en vano.

-No puede ser… El Dragón Blanco ha sido… - Un joven castaño estaba petrificado ante eso.

*POV Ania*

Alguien… Ayude a Ki-Ja… No importa quien sea… No importa lo que tenga que pasarme, pero por favor salva a Ki-Ja… Por favor… Por favor… Ki-Ja no… Alguien ayúdelo…

-Ki-Ja… ¡KI-JAAAA~! – Ania comenzó a gritar de dolor y desesperación.

-¡Ania-hime, contrólese por favor! –

-¡Ania! –

Hak trató de acercarse a ella, pero la joven se envolvió en una especie de capullo de fuego.

Yona protegió a Soo-Woon… Y Ki-Ja por protegerla, ahora está… Todo es culpa de Soo-Woon… Todo es su culpa… Soo-Woon debe morir… ¡Debe morir! ¡Soo-Woon será asesinado! ¡Le asesinaré!

El capullo explotó y de él salió dicha joven pelirroja, su cabello era más largo, lo tenía suelto y hasta las piernas, sus ojos eran de color rojo vivo, su piel se volvió pálida, su traje de sacerdotisa se volvió en una especie de kimono dorado, blanco y rojo que tenía los hombros descubiertos, estaba abierto de un lado y tenía lazos alrededor del cuello, sus sandalias eran del mismo color y todo el traje tenía el diseño de una especie de flama ardiendo, su espada se transformó en una oz negra con partes rojas, la chica se encontraba flotando sobre todos mientras era rodeada por flamas.

-¿Quiénes son ustedes? – La chica los miró a todos con cierto odio e indiferencia.

-¿Esa es…Ania-hime…? –

-Ania… -

-Akai Doragon no Matsuei-

Arco I: "Los Cuatro Dragones"

Capítulo 1: "Dos Princesas, Una Bestia y un Dragón"

En la antigüedad… El dios Dragón Rojo tomo forma humana y descendió del cielo para gobernar un reino, fue el primer rey del Reino de Kouka, el rey Hiryuu. Pero cuando el rey Hiryuu se volvió humano empezó a pelear con los humanos, los corazones de la gente se llenaron de maldad, olvidaron a sus dioses y su país quedó en la ruina… Incluso el rey Hiryuu fue capturado por los humanos que deseaban el poder, justo cuando parecía estar al borde de la destrucción, cuatro dragones descendieron del cielo…

-Hiryuu, hemos venido por ti, destruyamos a los humanos que han olvidado su fe y volvamos al cielo. –

Hiryuu los rechazó…

-No, ahora soy humano, aunque los humanos puedan odiarme y traicionarme, no puedo evitar amarlos. –

Los dragones amaban a Hiryuu y no deseaban perderlo, para protegerlo, dieron su sangre a unos guerreros humanos, otorgándoles sus poderes… Uno obtuvo garras afiladas que podían cortarlo todo, otro obtuvo ojos que veían a grandes distancias, otro, piernas que podían saltar hasta el cielo, y otro, un fuerte cuerpo que no podía ser herido.

-Ahora son parte de nosotros, servirán a Hiryuu como a su amo y lo protegerán con sus vidas, lo amarán y nunca lo traicionarán. –

Con el poder de los Dioses Dragón, los guerreros llevaron a sus clanes a proteger a Hiryuu y trajeron orden al reino… Poco después, el Dragón Rojo terminó cansado de pelear y cayó dormido, la misión de los cuatro guerreros terminó, recordaron a su rey, quien ya no se movía, y lloraron… No sabían si lloraban por la pérdida de alguien especial, o si la sangre de los Dioses Dragón en su interior lloraba por la muerte de Hiryuu. Al ver que su poder estaba fuera del control humano, los cuatro guerreros dragón dejaron sus tribus y desaparecieron, las tribus que dejaron atrás siguieron desarrollándose solas y se convirtieron en las cinco tribus que existen el día de hoy…

..

Un peligris de ojos azules como el mar se encontraba sentado al lado de un arroyo mientras metía con tranquilidad su brazo derecho, el cual era una garra de Dragón Blanco, en el agua.

*POV Ki-Ja*

Qué agradable… El rey que esperaba por fin apareció. El mayor deseo de mi clan ha legado desde la antigüedad, por la gente que dejé atrás en la aldea del Dragón Blanco… Prometo proteger al rey.

-Víbora Albina. – Un hombre de cabellos negros, ojos azul obscuro, que vestía un traje azul con negro se acercó al peligris. – Debes estar exhausto por el largo viaje. –

-Llámame "víbora albina" de nuevo y te arrancaré la garganta. – El peligris lo miró enfadado. – Esto no basta para agotarme. –

-Pensé que ya estarías extrañando tu aldea. – El pelinegro sonrió burlonamente.

-¿Qué dices? La Princesa me pidió que te protegiera solo si era necesario. –

-¿El niño mimado sabe pelear? –

Una pelirroja de ojos violetos que vestía un traje rosa con guindo golpeó a ambos en la barbilla para separarlos.

-¡Ya basta! Estaremos viajando juntos desde ahora, no peleen. –

-Lo siento, Princesa. – El peligris se disculpó.

La princesa pelirroja apuntó al joven de cabellos negros. – Hak, Ki-Ja está nervioso por dejar su pueblo por primera vez, no lo molestes. –

-¡Yo no…! – Ki-Ja trató de hablar.

-Ki-Ja, el pasatiempo de Hak es molestar a la gente, que no te afecte. –

-¿Mi pasatiempo? – Hak la miró.

-¡Vámonos! – Un chico de cabellos castaños claro, ojos azules como el cielo y traje de color verde pálido con azul claro se acercó a ellos.

-¡Sí! – La chica salió corriendo hacia él.

Ki-Ja y Hak se miraron con rivalidad y luego siguieron a los dos menores del grupo.

Caminaron buen rato hasta que el castaño menor miró el mapa confundido.

-Ki-Ja, puedes sentir a los otros dragones ¿verdad? –

-Yoon ¿verdad? Por supuesto, al agudizar el ojo de mi mente puedo sentir sus presencias. –

-Entonces dinos cuál está más cerca. –

-Lo intentaré. – Ki-Ja cerró sus ojos y todos guardaron silencio. – Creo que el más cercano es el Dragón Azul. –

-¿Sabes quién es? ¿Dónde está? –

-Pues… Siento que algo viene de por allá. – Ki-Ja apuntó más adentro de aquél bosque.

-Eso no dice mucho… - Yoon se tomó la cabeza.

-No te preocupes, síganme. – Ki-Ja comenzó a caminar hacia ese lado.

-¡Sí me preocupo! – Yoon lo miró. - ¡Me preocupa seguir a alguien que nunca antes había dejado su pueblo! –

-Puede ser mi primera vez afuera, pero conozco el mundo, mi clan visitó muchas regiones y reunió información, así que… - Ki-Ja resbaló y cayó en un pozo.

-¡Ki-Ja! – La pelirroja se acercó al hoyo al igual que Hak y Yoon.

Ki-Ja abrió los ojos y vio que había ciempiés en dicho hoyo.

-¿Qu-Qué es eso? ¡¿Quién les dio permiso de hacer su hogar aquí?! – Uno de esos insectos comenzó a subirse al pie de Ki-Ja. - ¡E-Esperen…Algo…! ¡Eso no…! – Un gusano cayó en su nariz. - ¿Uh? ¡NOOO~! ¡Deténgase! ¡Aléjense! –

-Puedes quedarte atrás, Dragón Blanco. – Yoon lo miró con decepción.

Los chicos ayudaron a Ki-Ja a salir, quien se abrazó a sí mismo y caminó en círculos aterrado.

-Todavía los siento arrastrándose… -

-Veo que los dragones son más débiles que los insectos. – Hak lo miró con burla.

-¡N-No! ¡Solo me desagradan las criaturas que se arrastran! El Dragón Blanco nos concedió nuestra orgullosa fuerza divina. ¡No es la fuerza de un hombre ordinario! –

-¿Oh? Mira, más bichos. –

Ki-Ja comenzó a sacudirse la ropa con horror.

-Bueno, no espero nada de un poder antiguo y polvoriento. –

-¡¿Qué?! ¡¿Entonces quieres probarlo?! –

Hak y Ki-Ja guardaron silencio.

-Princesa, escóndete. –

-¿Hak? –

-¿Qué sucede, Ki-Ja? – Yoon preguntó.

-¿Alguien viene? – Ki-Ja se puso frente a la princesa. - ¡¿Quién es?! –

-¿Qué estás haciendo, Ki-Ja? – Yoon lo miró.

-Sal de ahí, puedo sentirte. –

Una chica de ojos guindos que vestía un traje rojo de sacerdotisa y se cubría con una capa blanca salió de entre los arbustos.

-¿Quién eres? –

-¿Quién soy? Eso deberías saberlo tú, Dragón Blanco. –

-¿Cómo sabes de mí? –

-Ki-Ja, ¿la conoces? –

-No… Nunca la había visto. –

-De esta forma no lograrás reconocerme. – La joven quitó su capa y dejo ver su largo cabello rojo atado en una cola.

-Cabello rojo… - Ki-Ja se quedó impresionado. - ¿Quién eres tú? –

-Mi nombre es Ania, soy la descendiente del rey Dragón Rojo Hiryuu. –

-¡¿Qué dijiste?! ¡Eso es imposible! ¡Yona es la princesa! – Yoon le respondió.

-¿Tú eres la ex-princesa de Kouka, Yona? –

-Así es, ¿y tú quién eres y por qué sabes eso? – Yona la miró.

-Soy la verdadera heredera al trono de Kouka, la descendiente directa del rey Hiryuu. – Ania miró a Ki-Ja. – Puedes sentirlo ¿verdad? Es por eso que sabías que estaba aquí. –

-Entonces está sensación que tenía desde hace rato eras tú. –

-Así es, como podrás darte cuenta Dragón Blanco Ki-Ja, yo soy la verdadera princesa a quién debes defender. –

-Seas o no, no te dejaré que te acerques a la princesa. – Hak se paró frente a Yona.

-¿Tú eres Son Hak…? –

-Sí, ¿por qué? –

-Hak… ¡Hak! – Ania abrazó a Hak. - ¡Al fin puedo verte de cerca, Hak! ¡Estoy feliz! –

-¿De qué hablas? –

-Yo te conozco, sé todo sobre ti Hak… Pero debido a que tenía que protegerme no podía verte de cerca… ¡Pero ahora estás aquí y soy muy feliz! –

-¡Aléjate de Hak! Él es mi guardaespaldas. – Yona la separó de Hak. – Además mi padre era el rey de Kouka, por lo tanto yo soy la heredera. –

-Eres exiliada al igual que yo, además no tengo intenciones de ser la reina de Kouka. –

-¿Eh? ¿Entonces para qué quieres a Ki-Ja? –

-No te lo diré, pero Ki-Ja debe protegerme, así que él debe venir conmigo. –

-No sé qué debería hacer… Yo… -

-Entonces ven con nosotros, Ania. –

-¿Princesa? –

-Ayúdame a recuperar Kouka, después de todo es tu reino también ¿no? –

-Así es, entonces no me estorben por favor. –

-¡Escóndete Princesa! –

-¿Hak? ¿Ahora qué? –

-Alguien viene, y son varios. –

-Sus pasos no se oyen muy refinados. –

-¡Esto es malo! Estamos cerca de las tierras de la Tribu del Fuego. –

-¿La Tribu del Fuego es el enemigo? –

-En pocas palabras. -

-Oye Hak ¿puedo usar mi arco? –

-Ni pensarlo, escóndete. –

-Venga, vamos. –

Yoon y Yona se escondieron en unos arbustos.

-Deberías esconderte también. – Hak miró a Ania.

-¿Por qué debería? – Ania sonrió.

Muchos hombres con armas rodearon a las tres personas.

-Miren que presa tenemos aquí. –

-No parecen tener mucho. –

-Vaya, solo son bandidos. – Hak los miró.

-¿Qué significa eso? – Ki-Ja miró a Hak.

-Eso no es todo, hay dos mujeres escondidas también. –

-Yo soy un tipo apuesto. – Yoon rezongó.

Un hombre se acercó a Ki-Ja. – Este tipo lleva buena ropa. – El hombre puso un cuchillo en la garganta de Ki-Ja. – Seguro podemos venderlo. –

-Oye, está bien si los hago pedazos ¿o no? –

-No me molestaría que te escondieras también. –

-¿Por qué lo haría? – Ki-Ja sonrió.

-¿Estás temblando? – El hombre se buró de Ki-Ja. – No te preocupes, si te comportas no te mata… - El hombre quiso tomar a Ki-Ja del brazo derecho, pero fue quemado al instante.

-Oye, ¿qué pasó? –

-N-No lo sé, pero el brazo de ese hombre está ardiendo. –

-¿Eh? No digas tonterías. –

-Deberían tener cuidado con lo que tocan, este poder esperó miles de años para proteger a su amo, ni siquiera yo puedo controlar su fuerza. – El brazo derecho de Ki-Ja, el cual era la garra de dragón, se hizo más grande y fuerte, la expresión del peligris ahora era tétrica y sanguinaria.

-¡¿Eh?! –

-¡¿Qué es eso?! –

-¡Su brazo…! –

-¡Perdona por hacerte esperar, brazo del Dragón Blanco! – Ki-Ja corrió hacia los bandidos y los rasguñó con sus garras matándolos.

-¡E-Es un monstruo! –

*POV Hak*

Con que ese es el poder de una garra de dragón.

-Eres más despiadado de lo que aparentas. –

-Aún no es suficiente, Hak ¿verdad? ¿Debería protegerte como dijo la princesa? –

-No te preocupes por mí. – Hak quitó la tela que cubría la cuchilla de su arma. – Puedo arreglármelas. -

-¡No fastidien! –

Los bandidos corrieron hacia Hak, quien comenzó a asesinarlos utilizando su arma con gran velocidad.

-¿Qu-Quienes son estos tipos? ¡No son normales! –

-¡Qué grosero! – Hak continuó su masacre. - ¡El único anormal aquí es la Víbora Albina! –

La garra de Ki-Ja estuvo a punto de herir a Hak.

-¿A dónde apuntas, Víbora Albina? –

-Te advertí que te arrancaría la garganta si volvías a llamarme "víbora albina". –

-No te preocupes, solo es mi pasatiempo. – Hak sonrió. – Además ¿no estás demasiado excitado? Llamas mucho la atención. –

-Nada me agrada más que proteger a la princesa. – ¡Tu arma me estorba! –

Ki-Ja corrió hacía Hak, quien se defendió con su arma y ambos quedaron unidos de las espaldas.

-Los dragones son muy leales ¿eh? –

-Entonces ¿por qué proteges a la princesa? –

-No se lo diré a alguien que acabo de conocer, idiota. – Hak le sacó la lengua.

-¡¿I-Idiota?! – Ki-Ja se sonrojó.

-¡Vamos! – Hak continuó con su masacre. - ¡Deberías correr, pequeña! – El pelinegro miró a la sacerdotisa parada en medio.

-¿Por qué? –

-Maldita chiquilla, ¡te mataremos! –

Algunos bandidos corrieron para atacar a Ania, la chica sonrió.

-¿De verdad creen poder asesinarme? ¡Qué estúpidos! – Ania levantó sus manos. - ¡Ven, Murakumo! – En las manos de la chica apareció una espada plateada con azul. - ¡Mueran! – La chica los mató con gran facilidad y rapidez que dejó a todos impresionados. – Ha pasado mucho desde que no me divertía así, perdón por dejarte abandonada tanto tiempo, Murakumo. –

-Vaya, ¿eres Espadachína? ¡Eres admirable! –

-Gracias Hak, cuando eres una exiliada tienes que aprender a sobrevivir a cualquier costo. -

Los tres continuaron en su lucha mientras mataban con gran facilidad a los bandidos.

-¡Impresionante! Ki-Ja no parece de este mundo, la Bestia del Trueno es más rápido que cualquier humano y esa chica es sumamente fuerte. –

-Sí… -

-¿Quieres ayudar? – Yoon miró a Yona.

-Hak me dijo que no, me resisto. –

-Pero, practicabas para algo como esto ¿no? –

Yona tomó su arco y apuntó.

-Según mis cálculos, el tipo detrás de la Bestia del Trueno debería estar al alcance, apunta más arriba. – Yoon guiaba a Yona. - ¡Ahora! –

Yona disparo e hirió al hombre en el brazo, el tipo huyo del lugar.

-¡Bien! –

-Yoon, ¡genial! ¡Eres mejor maestro que Hak! –

-Es fácil ayudar a los demás, yo casi no puedo darle a nada. –

Un hombre toma a Yona.

-No se muevan jovencitas, serán mis rehenes. –

Hak y Ki-Ja matan al hombre y toman a Yona en sus brazos.

-Princesa ¿se encuentra bien? –

-Sí. – Yona les sonríe a ambos.

-Qué fastidio. – Yoon los miró.

-¿Ya se terminó? – Yona miró a los bandidos muertos.

-¿A cuántos venciste? – Ki-Ja miró a Hak.

-No lo recuerdo. –

-Yo vencí a veintiocho. –

-Entonces yo a cuarenta. – Hak comenzó a silbar.

-¡Mentiroso! Dijiste que no lo recordabas, ¡además no había tantos…! – Ki-Ja se inca en el suelo y de su garra comienza a brotar un fuego azul.

-¡Ki-Ja! ¿Estás bien? – Yona se acercó a él.

-Sí… Peleé con mucha fuerza, quería hacerlo con más elegancia… -

-No, ese estilo tan sangriento estuvo bien, me agrada. – Hak lo miró. – En el castillo nadie podía conmigo, deberíamos pelear algún… - Hak cayó al suelo.

-¡Hak! –

-¿Se murió? – Ki-Ja lo miro.

-¡No está muerto! – Yona golpeó a Ki-Ja.

-¡idiota! Se abrió tu herida. – Yoon comenzó a tratar la herida del inconsciente Hak.

-¿Tú nombre es Ki-Ja, verdad? – Ania se acercó a él.

-Sí. – Ki-Ja se puso de pie. - ¿El tuyo es Ania, no es así? –

-Sí. – Ania le sonrió. – Estuviste genial, eres admirable Ki-Ja, estoy feliz de que mi Dragón Blanco sea así. –

-¿Tú Dragón Blanco? – Ki-Ja se sonrojó.

-Sí, eres mi dragón ¿no es así? –

-Aún no estoy seguro… -

-No te preocupes, toma tu tiempo para reflexionarlo. –

-Gracias. –

Ania se acercó al oído de Ki-Ja. – Después de todo no puedo reusarme cuando tienes una cara tan linda. – Ania se alejó y sonrió de nuevo.

-¡¿E-Eh?! – Ki-Ja se sonrojó más. – Pu-Pues… -

-Se está poniendo el Sol, deberíamos buscar dónde dormir. –

-¿Hay una posada por aquí? –

-Bajo las estrellas. –

-¿Estrellas? –

-Es por eso que no tolero a los ricos, solo síguenos Dragón Blanco. –

Ki-Ja cargó a Hak y se adentraron al bosque, una vez que oscureció, Yoon encendió una fogata e hizo la cena, poco tiempo después Hak despertó y todos cenaron.

-¿En dónde aprendiste a luchas así, Ania? – Hak la miró.

-Fui alejada del Castillo cuando tenía 2 años de edad, mi padre me crio solo, dijo que en castillo todos me lastimarían, no me dijo nada sobre mi madre, solo que ella era descendiente del rey Hiryuu y que, algún día, este reino necesitaría de mi poder como descendiente del rey Dragón Rojo… Desde entonces fui entrenada para sobrevivir sola, como Espadachína, arquera, incluso como ladrona para obtener alimento… -

-¿Y cómo obtuviste esa espada? – Hak le preguntó.

-Mencionaste el nombre Murakumo… ¿Acaso esa no es una espada legendaria? – Yoon la miró.

-Así es, Murakumo es una espada legendaria. Un día, cuando tenía 7 años, estuve a punto de ser asesinada, pero de la nada Murakumo apareció y me defendió… Desde entonces la he usado para sobrevivir. –

-¿Cómo sabes qué realmente eres la hija de esa mujer? –

-El único recuerdo vago que me queda de ella es su hermoso cabello rojo… Por eso sé que mi madre realmente era descendiente de Hiryuu. –

-¿Cabello rojo?... ¿Cuántos años tienes? –

-18. –

-Eres dos años mayor que yo… - Yona habló.

-Es curioso… Dices que te apartaron del castillo a los 2 años… En ese entonces la princesa Yona estaba recién nacida, ¿no habrá sido una traición o algo así? –

-¿Traición? ¿A qué te refieres? –

-Tal vez tu padre cometió traición y por eso lo exiliaron junto contigo y mataron a tu madre. –

-¡Eso es imposible! Mi padre no me mentiría jamás. –

-No hay alguna otra explicación. –

-Mi padre no haría algo como eso… Así que no hables así de él, por favor. –

-Ania… -

-Ki-Ja… ¿Tú me crees, verdad? – Ania miró a Ki-Ja.

-¿Eh?... Pues… Es tan repentino… - Ki-Ja se puso nervioso. – Pero de algo estoy seguro. –

-¿De qué? – Hak lo miró.

-Ania no tiene el rostro de una mentirosa. –

-¡Ki-Ja! – Ania sonrió y lo abrazó. – Gracias, eres muy amable… Mi Dragón Blanco. –

-Cómo sea, mañana buscaremos al Dragón Azul, hay solo 6 lugar por donde casi no transita gente en los que podría estar, de todos modos buenas noches. –

-¿Buenas noches? ¡¿Aquí?! – Ki-Ja se espantó.

-Buenas noches. –

-Esperen… -

-Cállate, Víbora Albina. –

-Pero… -

-Tranquilo Ki-Ja, estarás bien. – Ania le sonrió.

-Pero, yo… -

Ania se recargó en el costado izquierdo de Ki-Ja, quien se sonrojó al instante.

-¿Qu-Qué haces…? –

-Hace frío y no tenemos manta, así que debemos estar juntos para conservar el calor. – Ania se sonrojó un poco. – Aunque si te molesta y prefieres estar con Yona, entonces… - Ania se intenta poner de pie, pero Ki-Ja la detiene del brazo. - ¿Ki-Ja? –

-No me molesta, al contrario… Me agrada, quédate, por favor. – Ki-Ja se sonrojó más.

-Gracias… - Ania se recargó de nuevo, Ki-Ja la abrazó y le besó la frente.

-Buenas noches, Ania-hime. – Ki-Ja sonrió mientras se sonrojaba.

-Ki-Ja… Buenas noches. – Ania le besó la mejilla.

*POV Ki-Ja*

Es cálido… El calor que emite el cuerpo de Ania-hime es muy agradable… Hace que esta noche fría sea soportable… Me gusta cómo se siente…

.

Lo que nadie sabía, era que el rey Hiryuu se había enamorado de una joven de gran belleza y le otorgó la bendición de dar a luz a un hijo que continuaría con la misión de hacer crecer la descendencia del Dragón Rojo… El hijo primogénito era bendecido con los poderes del rey Dragón, mientras que aquellos hijos que le siguieran solamente fueran portadores de la sangre y algún dote especial, sin embargo, el primogénito sería el heredero al trono de Kouka.

Mi nombre es Ania, soy la hija primogénita de la antigua descendiente del rey Hiryuu, soy la verdadera heredera del reino de Kouka… Mi deber es encontrar a los cuatro guerreros Dragones y salvar a mi reino de la destrucción… Ese es mi destino.

Continuará…