Islands. — The xx.

South Park pertenece a Trey Parker y Matt Stone.


Islas.

Sin presentimientos de extravío, así es como se sienten. Finalmente encontrados. Tan cálidos, pacíficos y sometidos por la armonía y el deseo. Con el nulo interés por el resto del mundo. Nada tiene importancia ahora. Bien puede colapsar el universo, pero del lugar jamás se retirarían. Ni pensar en la idea de separarse. Sonidos placenteros, imágenes preciosas en sus mentes. Todo es hermoso, es increíble. Hay visiones sumamente extrañas, sin embargo son bastante agradables. También se presentan sensaciones jamás experimentadas.

Dudan si realmente están comenzando a vivir, o están al borde de una muerte deleitosa.

Olvidan ser un punto insignificante más en el planeta. Ignoran el único acto de estar sentados a las orillas de la cama bebiendo licor mientras los acompaña una femenina voz apagada y matices agógicos provenientes de una vieja grabadora. En muy poco tiempo se visualizan como los últimos seres vivientes en la existencia de la Tierra... o tal vez como los primeros y únicos en su especie pisando un imaginario paraíso harto de coloridas flores, azules lagos u océanos e incluso verdes y altas palmeras meciéndose al compás de la susurrante brisa. Los últimos en disfrutarlo o quizás los iniciales en descubrirlo.

De igual manera, es poco relevante; estaban gozándolo, creían flotar. No necesitaban algo más, se negaban a salir de aquel espacio tan insólito y foráneo pero tan natural al mismo tiempo.

Parecían náufragos varados en una isla. Cautivados, admirados, perdidos, solitarios.

Les apetecía acercarse al rostro delantero. Cerca... más cerca. Anhelaban unirse poco a poco; empezando con la frente, posteriormente la punta de la nariz y al final los labios. Acariciarlos de forma suave, rozarlos para encender las ansias de juntarse en un movimiento brusco.

Miradas nublosas, no obstante gustosas. Respiraciones ajenas entrecortadas, no obstante disfrutadas.

Los segundos, los minutos y las horas dejaron de coexistir. Las duraciones carecían de medidas para ellos. No había un tiempo, no había un momento. La meteorología pasó a ser infinita... Eterna.

Es asombroso su concepto del amor. El amor en esta pareja no era rojo o rosa. El amor no se trataba de intercambiarse el "Te amo" hasta el cansancio. Su percepción del amor consistía en esto; En situaciones extrañas, panoramas bizarros, escasez de palabras, resonancias un tanto melancólicas. Soledad. Sociedades muertas. Dos humanos singulares en un emplazamiento indefinido. Sin las ganas de explorar el contexto.

Episodios repetitivos, mirada-caricia-beso, harían lo mismo hasta el fin. Repetirían el pequeño ciclo. Desconocían el aburrimiento, se llevaban de maravilla con la locura.

Una pena que tal aventura les tomara sólo un día, sin embargo, es obvio su regreso a ese retorcido mundo. No importan las cantidades de humo exhalado gracias a los cigarros, no importan as veces que beban licor. Aquello era su especie de camino.

Volverían.

Su minúsculo y desgastado barco se atrancaría en las mismas islas después de todo.

Fin.


Me gustaría saber sus opiniones y las parejas elegidas por ustedes :).

Son pocas las ocasiones -Por no decir nunca- en las que profundizo un sentimiento... y bueno, según yo quedó bien. Pero claro, quisiera leer más puntos de vista para mejorar y tal.

Por ahora es todo.

¡Saludos!