¡Les deseamos un buen año nuevo! – Dijeron Izaya y Shizuo a la vez mientras estaban sentados en un futón con expresiones apáticas.
¡Si feliz año…! ¡Espera! ¡¿Cómo que feliz año nuevo si estamos a más de la mitad de marzo?! ¡¿No es un poco tarde?! – Gritó Shizuka parando toda la escena de inmediato.
¿De qué hablas? Es año nuevo, tonto desubicado. – Respondió Shizuo.
Inadaptado. – Agregó Izaya.
¡Créanme que de los últimos que quiero escuchar eso es de ustedes dos! ¡Par de inadaptados! – Gritó de nuevo Shizuka completamente exasperado.
Aunque tomando en cuenta de que en el mundo de los lectores ha pasado más de un año desde el año nuevo en donde empieza esta historia puede que sea un poquito tarde. – Dijo Izaya reflexionando mientras seguía intentando soltar la soga que lo aprisionaba en su asiento.
¡Un poco no describe lo tarde que es! – Exclamó Shizuka notando el detalle de las sogas.
En la historia solo ha pasado medio mes… - Habló Shizuo.
Dejando de lado lo loco del tiempo… ¿Por qué estás atado, Izayako? – Al fin preguntó Shizuka.
Vuelve a llamarme así, señorita Shizuka y mandaré a Awakusu-Kai a tu casa para que te lleven con un cirujano para que te ayude con los problemas de género. – Dijo Izaya muy amenazador.
Mejor úsalo para ti, señorita Izayako. – Shizuka devolvió.
Ambos hombres se miraron mal mientras Shizuo seguía distraído comiendo un helado.
Me fastidias. ¿Por qué en vez de estar ahí perdiendo el tiempo no me desatas, Shizu-chan? – Se volteó Izaya hacia Shizuo.
Porque Raven-san dijo que no te soltara porque ibas a escapar. – Contestó el rubio.
¿Y le haces caso? ¿Desde cuándo? ¿Qué fue lo que te prometió? Yo puedo darte más. Vamos, Shizu-chan. – Izaya intentó negociar su libertad.
Le aterrorizaba seguir protagonizando su rol en la historia porque había hecho suficientes cosas para terminar muerto…
Dudo que puedas permitirme la venganza sobre ti que espero… - Shizuo sonrió demoniacamente.
Ah, Izaya sabía a qué exactamente se refería Shizuo.
Además me dio un helado, así que cierra la boca. – Agregó el bartender.
Maldita autora fujoshi. Cuando te vea, te asesinaré. – Lloraba internamente el informante.
Supongo que debemos continuar… - Shizuka sonrió nerviosamente mientras tomaba un control que estaba sobre el futón y presionó el botón para que el show comenzara.
VÍNCULOS TEMPORALES
CAPÍTULO 60: USURPADOR DE SECRETOS
EN UN LUGAR "SEGURO" DE LA BASE PROVISIONAL DE LA GUERRILLA
Dime… ¿Qué demonios fue eso…? ¿Dónde has estado todos estos años? ¿Qué es esta cosa voladora…? ¿Y esa niña…? – Shizuka empezó a lanzar todas las preguntas que su mente en caos arrojaba después de esos minutos de adrenalina que habían superado por completo su reencuentro con Haruka.
Lo siento, Shizuo-san… Una cosa a la vez. – Dijo Elián viendo que venía otra avalancha de preguntas.
Esa niña… ¿Es la hija de Artemis, verdad? – Haruka preguntó solo esperando la afirmación final, para ella era exactamente igual a la madre. Era difícil no compararlas cuando eran dos gotas de agua.
Sí, es como dices… Es nuestra hija. – Respondió el padre.
¿Y dónde está Artemis? ¿También viene en ese dirigible? – Interrogó la pelinegra feliz de que volvería a ver a Artemis después de muchos años.
El silencio de Elián llenó el lugar en campo abierto en donde estaban hablando mientras Vorona era enterrada en la arena por Hope y Amai frente a ellos.
¿Elián? – Shizuka llamó algo extrañado.
Ella… Ella murió hace cuatro años al dar a luz a Hope. Tuvo complicaciones en el parto… - Explicó Elián un poco deprimido, nunca esperó que el dar la noticia a los otros dos lo desgarrara tanto por dentro.
¿Murió después de eso…? – Shizuka no lo podía creer, el último momento en que había visto a Artemis fue cuando la dejó con Kyouko para distraer a Dimitri en medio de la invasión.
No puede ser… - Haruka estaba igual de impactada aunque no lo pareciera. Si tan solo los últimos recuerdos de esa invasión no estuvieran tan borrosos, lo último que recordaba de todo eso era el instante en que Shizuka la había enviado a Ikebukuro. Nada de lo que había pasado cuando había empezado el ataque estaba en su mente.
Es imposible no lamentarse por ello, pero sé que ella estaría feliz que Hope esté a salvo. – Dijo Elián para disipar la tensión que se respiraba en el ambiente.
Es cierto… Pero realmente lo siento. Ojala hubiera podido hacer más. – Dijo Shizuka apenado.
No te preocupes, Kyouko-san me contó que estabas lidiando con uno de los cinco. Además que en ese momento Izaya-san estaba atrapada en un espacio cerrado. Ya todos los detalles de eso los conozco, no tienen que sentirse mal. – Elián suspiró pensando que tenía que ir al siguiente punto.
Ahora debo contarles sobre el problema con Hope. ¿Saben por qué no le era permitido a los mercenarios y soldados tener hijos, verdad? – Preguntó el hombre más joven.
Ni idea… - Respondió Haruka sin más, lo único que sabía de los mercenarios es que Shizuka y Elián antiguamente habían sido parte de ese grupo en la capital.
Yo tampoco lo sé… Solía irme de las reuniones, así que no tengo idea. – El rubio se rascó la cabeza. Normalmente eso eran los momentos en que se iba a ligar con la cajera o en otras ocasiones estaba conversando con Ivanov en algún lado.
Me suponía algo así… Los hijos de los mercenarios y soldados son prohibidos porque traen mala suerte. Es probable que Amai-kun sea igual, aunque creo que por ahora la que se lleva el premio por impacto inmediato es Hope. Ella nació con el nivel de mala suerte más alto que el promedio. Si me tocara describirlo en dos palabras sería totalmente letal. – Elián comenzó con su explicación.
¿De verdad…? ¿Tanta? ¿Por eso se cayó el edificio sobre nosotros? ¿No se supone que la mala suerte que tenemos solo nos afecta a nosotros? Eso no tiene sentido. – Shizuka lo miró sorprendido.
La de ella es diferente, no la afecta directamente. Al contrario, su mala suerte afecta a los seres vivientes a su alrededor una vez que se alejan de ella. Cuando Kyouko-san me lo dijo no lo creí, pero comprobarlo casi me cuesta la vida. Es por eso que sabía que el edificio se caería. Si te fijas, todo el desastre acabó cuando se aproximaron a ella. – Dijo Elián.
Eso es digno de un record… - Shizuka dijo aterrado de la novedad.
Si todo eso era cierto, quizás Sirius Hope era el ser con más mala fortuna sobre el planeta.
La única salvedad es que parece ser que su hijo no es afectado. – Elián pensó que debía ser porque era la segunda llave.
Nada podía ser más desafortunado que tener ese puesto para Uróboros.
Con lo que ha pasado a su alrededor desde que nació, dudo que sufra la mala suerte de Hope. – Dijo Haruka un poco azul al recordar todo lo que había pasado hasta ese momento.
Tienes razón… - La apoyó Shizuka de la misma forma.
La otra parte de la información se las reveló Momoka hace una media hora. Aunque yo puedo contarles eso también, después de darles el método para que no sufran la mala suerte de Hope. – Dijo Elián con la atención de los otros dos puesta en él.
TRES AÑOS Y SEIS MESES ATRÁS
DESIERTO
EN UNA CIUDAD ABANDONADA
¿Por qué hay menos en el grupo? ¿Huyeron por la presión? – Preguntó Kyouko llegando a la ciudad junto con Momoka.
¿Quién no lo haría? Es un grupo que se prepara para una misión casi suicida en contra del gobierno. – Dijo Momoka.
Quisiera decirles que esa es la razón, pero no. Es mucho peor… - Contestó Elián.
¿Peor? – Kyouko lo miró extrañada.
Todos han muerto al tratar de ser líderes de la tropa de Shizuoland… Al parecer el puesto mismo trae mala suerte y por eso todos los candidatos han fallecido en circunstancias extrañas. – Explicó él.
¿Por qué le pusieron el nombre de una ciudad caída para empezar…? – Preguntó Momoka mientras suspiraba.
En honor a la ciudad. ¿Por qué más…? Nunca imaginamos que el nombre traería mala suerte. – Dijo el hombre. Por supuesto, él no imaginaba que la razón de esa extraña maldición podía deberse a que el sujeto que había nombrado la ciudad ya era desafortunado de por sí. Y claro estaba que cualquier cosa que él creara sería de la misma forma.
Estas cosas en realidad casi no pasan, pero aquí toda la lógica no tiene mucho sentido eh… - Kyouko se tocó la frente para pensar en una posible solución.
Y si contamos que casi la mayoría del grupo son personas con mala suerte por ser ex-mercenarios… ¿Qué tanta mala suerte tiene el puesto del líder? Supera la mala suerte propia de ustedes por mucho, casi se parece a la de Hope-chan que parece igual de incontrolable que el puesto de líder. – Comentó inconscientemente Momoka sobre el asunto.
Eso que dices es verdad. Me ha dado una idea… - Kyouko sonrió con lo que Momoka había dicho.
Tal vez podía ser algo ocioso, pero había que probar esa opción.
¿Cuál de las "Malas fortunas" en el grupo era la más fuerte?
DE VUELTA AL PRESENTE
Entonces… ¿Hope es su líder? – Shizuka miró asombrado hacia la niña que había logrado atrapar a Vorona de nuevo para construir un castillo de arena sobre ella.
Exacto… Luego de eso, las muertes extrañas pararon y pudimos continuar con las preparaciones. Se podría decir que el que estemos aquí de alguna forma es gracias a la mala fortuna de Hope. Incluso ha podido contrarrestar toda la mala suerte del grupo… - Elián miró también a su hija en medio de su juego en la arena.
Eso quiere decir que terminó haciendo honor a su nombre para ustedes. – Dijo Haruka con gracia.
Una desafortunada esperanza que traía luz a esta complicada misión.
¿Y cuál es el ritual para que no seamos afectados por ella? – Shizuka hizo la pregunta.
Hemos notado en estos años que si le hacemos ver que es necesario que "x" persona esté a su alrededor, entonces nada extraño sucede. Lo mismo es con los grupos grandes, aunque se supone que debíamos hacer eso antes de que ella saliera, pero parece que escapó antes de que eso se diera. Hace rato que ella no sale al exterior y tampoco ve niños de su edad. – Se disculpó Elián por el error que creía que había cometido.
Bueno, no es como si alguien hubiera muerto… Ya estamos acostumbrados a este tipo de cosas supongo. – Shizuka contestó.
Mmmhn… - Haruka dejó ir su respuesta afirmativa.
Me alegra que no estén molestos, ahora les explicaré lo que Momoka-san debía decirles. – Siguió Elián con la larga explicación que quedaba sobre los otros hechos.
Ambos después de escuchar esto quedarían totalmente impactados por toda la verdad.
00000HOPE00000
¿Eh? ¿Liam? – Eithne volteó al ver que Liam había regresado después de que se hubieran distanciado minutos atrás.
No, había algo diferente en Liam.
Esos ojos amarillos le decían que frente a ella no estaba su compañero.
¿Quién eres? – La dullahan se puso en guardia.
Qué fría. Ya nos hemos visto antes en el pasado. Aunque de todas esas veces, solo una la recuerdas. ¿Te suena de algo la palabra serpiente~? – Dijo el fantasma.
¿E-Eres la serpiente de fuego? – Eithne estaba lista para pelear a muerte si se daba el caso.
No vengo a pelear contigo. En una batalla directa yo perdería de cualquier forma… Creo que en estos momentos ni siquiera soy capaz de defenderme, para empezar ni cuerpo tengo. – Él se sentó en un escombro de un edificio cercano para que Eithne dejara de estar tan tensa.
Él solo venía a hablar.
Si lo pones así, supongo que lo entiendo. – Eithne se relajó un poco, podía entender el problema de no tener un cuerpo porque hasta hace poco ella era solo una cabeza parlante.
¿Y qué es lo que quieres? – Preguntó ella.
Ya Momoka habló contigo. ¿No? Debes ya saber mi identidad en estos momentos. – Dijo él.
Algo así… Es complicado. Si dices que yo debo conocerte también, pero no estoy segura si lo puedo recordar. Para mí la única Orihara Izaya es la persona que tú y yo conocemos. Lo que me hace pensar que si tú le diste tu nombre, entonces esa familiaridad era contigo al final y yo fui la que malinterpreté las cosas. ¿No? – Dijo la dullahan directamente.
No exactamente, tú si te llevabas "bien" con esa Izaya. Conmigo jamás te llevaste de esa manera. Como dije antes, nuestro odio era reciproco a causa de un tercer factor. Ahora si el nombre se te hacía familiar, eso ya era otra cosa, probablemente asociaras a Izaya con tu pasado. Al fin al cabo, esa Namie-san e Izaya tenían una actitud bastante parecida. – Respondió él.
Pero cuando hablas de una Namie-san… ¿A cuál de las dos te refieres? Hay una en Einserh y la otra en Ikebukuro. Siento que hablaras de una que estaba mucho antes. – Eithne soltó su duda porque en su mente ya existía ese nombre incluso antes de conocer a la Santa y a Namie.
Si ya Orihara Izaya existía entonces eso significaba que…
Existió una Yagiri Namie antes de la Santa. Tú también la conociste, pero no lo recuerdas del todo. A esa me refiero… - Aclaró el fantama.
¿Y por qué no lo recuerdo bien y tú sí? ¿Cómo sé que no me estás mintiendo? – Eithne se sentó en otra roca algo lejana para mantenerse en un área segura.
No lo recuerdas porque tus memorias fueron reescritas, pero para tu suerte no fue algo total a diferencia de muchos. Uróboros solo llegó a bloquear los recuerdos que no pudo borrar en ti porque no eras una humana. Dime. ¿Tienes algún recuerdo de más allá de doscientos años? ¿Puedes decírmelo? – Preguntó él.
Lo más viejo que está en mi mente es despertar en medio de un terremoto en una ciudad. Lo que estaba haciendo antes de eso es confuso. – Ella se tocó la cabeza.
Eso imaginé. Pero estás de suerte, he venido expresamente a revelarte todo lo que pasó antes de eso~. Solo a ti te revelaré eso por ahora y también mis verdaderas intenciones. – Dijo él de lo más feliz.
¿Y por qué tanta amabilidad si supuestamente me odiabas? Además… ¿No sería mejor que se lo dijeras a ellos también? – Inquirió Eithne.
También recuerdo que te dije que ya no tengo nada contra ti, al menos yo no. No se los digo a ellos porque no lo comprenderían y además no confiarían en mí, pero sé que tú lo entenderás. Hago esto porque quiero el visto bueno para moverme dentro de Liam, no me parece una buena idea estar en manos de la entidad llamada Sares. - El fantasma manifestó.
En pocas palabras, quieres mi permiso para esconderte dentro de Liam. ¿Eso no lo afectará a él? Me dijeron que los cuerpos que posees no lo resisten. – Dijo ella.
Eso quiero~. No te preocupes, él es el único cuerpo que puedo habitar ahora mismo. Dudo que le pase algo a estas alturas. – El fantasma rió un poco.
¿Y por qué te escondes de Sares? – Eithne preguntó.
No es una buena idea estar cerca de ella cuando podría sacarme la verdad. Quiero seguir un paso delante de esas dos. Tú eres la única que puede ayudarme con eso, a cambio te dejaré ver todos mis recuerdos para ayudarte a refrescar tu memoria. No ocultaré nada de ti. – Él abrió los brazos dispuesto a dejarse leer.
Parece un trato justo. Me ahorras mucho esfuerzo. ¿Pero no crees que yo podría traicionarte y revelar lo que encuentre en ti? – Ella sonrió traviesamente apareciendo en su mano las sombras que harían el trabajo por ella.
Lo dudo. Si se revelara todo esto antes de tiempo, podrías empeorar la situación. Quizás cuando lleguemos a un lugar seguro, te dejaré que lo hagas. Por el momento, no es una buena idea. Contigo hice la excepción porque necesitarás mis memorias para dar el siguiente paso~. Así que adelante, hazlo. Solo tengo que hablar con una persona más antes de dormirme de nuevo. – Pidió la entidad mientras bostezaba. Ya estaba excediendo su límite y no podría mantenerse despierto por más tiempo.
Si tanto me lo pides, está bien. – Las sombras rodearon el cuerpo de Liam una vez más ese día para darle paso a la mente del fantasma.
Y poco a poco la información llegó a la mente de Eithne como una gran oleada de veracidad.
¡¿R-Rin-…?! Rinya… Ese nombre, ahora lo entiendo. ¡Tú…! ¡No…! ¡Ustedes…! – Eithne miró comprendiendo los eventos anteriores.
Eso tenía sentido.
Uróboros estaba repitiendo casi los mismos eventos a partir de ese desastre, al menos los que a ella le parecían familiares. Lo que había estado haciendo antes también llegó a su mente, su interacción con aquellas personas. También la identidad de esos cinco del consejo y lo que había originado esta trágica situación. Todo estaba siendo revelado a Eithne de una manera monstruosa.
Incluso su relación con Yagiri Namie y las actuales hipótesis del fantasma sobre esta.
El pasado cobraba forma en su cabeza por fin.
00000EITHNE00000
El sujeto tiene una regeneración demasiado rápida. Incluso más veloz que la de Izaya-chan en sus mejores tiempos. – Dijo Shinra después de hacer varios cortes que luego en cuestión de segundos desaparecían como si nada.
[¿Está bien que hicieras eso…?] – Celty sentía que estaba en una película que recientemente había visto por accidente, en donde diseccionaban a un extraterrestre para saber cómo funcionaba su organismo. Lo que era peor, comenzaba a revivir su vivencia de ser estudiaba por Shingen en esa ocasión. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar en ello, esperaba que aquel fantasma no se apersonara por el área.
Lo siento, quería decir esa línea aunque sea una vez. – Se disculpó Shinra entendiendo sin pensarlo mucho la semejanza con aquella película que probablemente su querida novia estaba rememorando.
Ah, esto es increíble… Creo que la habilidad de regeneración que todos los que supuestamente fuimos creados por ese tal Lacrimosa, se originó de este hombre. Solo que él es un humano genuino y aun así presenta esa habilidad. Esto es imposible… - Santa miraba las muestras de sangre del cuerpo y las suyas propias con el equipo que uno de los integrantes del dirigible le habían mostrado.
Momoka-san dijo que él estaba todo menos vivo, pero es más que eso. Él sigue con vida, pero es como si hubiera detenido sus demás funciones como una Vida Latente o algo por el estilo. En este caso se le podría atribuir la aparición de ello por la falta de alma, es un poco loco, pero si él es un dios entonces es posible. – Dictaminó Shinra dejando el bisturí a un lado.
Por ser un dios su sangre es especial, es como si hubiera sido la materia base para crear nuestros cuerpos. – Santa analizaba la información obtenida. La diferencia con los otros dos tipos de humanos era que ellos habían nacido a partir del ADN de un dios. Ella no quería aceptarlo, pero solo de esa forma las cosas tenían pie y cabeza con facilidad en ese asunto.
Ya no podía debatir su origen, ella era parte de esa creación al igual que Momoka y Haruka.
¿Qué debería ella hacer con este hallazgo ahora?
¿Seguir con esta gente era la mejor opción?
En eso, la radio que Celty le había devuelto volvió a emitir señal después de varias horas.
Hola~. ¿Hay alguien ahí? – Una voz de lo más alegre rompió el silencio en la sala.
Ah, es mi padre… - Dijo Shinra con desgano.
Hola, aquí habla Namie. ¿Lograste encontrar lo que te pedí? – Preguntó Santa muy ansiosa.
Si~, el cuerpo de Hanejima Yuuhei está a salvo por fin. En unas horas nos encontraremos con el otro grupo para irnos antes del gran ataque. – Informó Shingen.
¿Ataque? ¿A qué te refieres con eso? – Santa cuestionó inmediatamente.
Los asuntos de la Santa Sede aun eran los suyos.
Ah, es cierto, casi lo olvido. Nos encontramos con un niño llamado Ena que dice ser el Oráculo. Él dijo que habrá un ataque en unas horas en la ciudad. Quiero irme antes de que todo eso pase. – Dijo el hombre de la máscara.
¡No dejes que ese niño escape! ¡Por nada del mundo! – Dijo Santa molesta.
¿Y eso por qué? ¿Ena-kun hizo algo malo? – Preguntó Shingen.
La información que él me dio estaba relacionada con ese informante llamado Chase. Estoy segura que ambos trabajaban juntos porque me contaron que Emilia y el compañero de ese sujeto, creo que se llamaba Swan, estaban metidos en esto también. Y ahora sé gracias a Momoka; que Ena y Emilia son primos. Por eso ni se te ocurra perderlo hasta que regrese. – Dijo Santa con una vena de fastidio.
¿Regresar? – Shinra y Shingen expresaron la misma pregunta.
Si, voy a regresar. Las cosas que dice ese niño suelen cumplirse al pie de la letra. Ahora dime… ¿Qué fue lo que dijo exactamente? Buscaré la forma de volver. – Santa no podía dejar que ese ataque se diera.
Ella lo impediría como fuera.
Ataque inminente a la Santa Sede. Saika. 11:27 – Respondió Shingen como lo había dicho Ena anteriormente.
¿11:27…? ¿Qué hora es? – Preguntó Santa muy espantada.
Según Einserh, las 8:12 A.M. – Contestó Shinra.
Ni siquiera con la rana de la dullahan podré llegar a tiempo… - Santa se tocó la frente con cansancio, no había dormido en toda la noche y el cuerpo ya le pedía reposo.
[Este lío involucra a Saika. Si Anri-chan está aquí, eso quiere decir que el que quedará involucrado será...] – Celty escribió rápidamente y se lo enseñó a Shinra con temor.
Anko-kun podría estar en peligro. Si de verdad es algo del futuro, es probable que nada pase si se Saika sale de la Santa Sede antes. Aunque solo es una suposición, no hay mucha información en esa predicción. – Dijo Shinra.
Ah, es cierto. El chico hablador de la radio… - La castaña empezó a debatirse si debía revelarle una de las salidas secretas del palacio, pero llegados a este punto era primordial que salieran de ahí con Anko. Por ahora la prioridad sería sacar a Yuuhei y a ese grupo de la ciudad antes de que fueran capturados. Solo por eso, Santa los ayudaría hasta que ella pudiera regresar a la ciudad.
Escucha, te revelaré un pasadizo para que puedas encontrarte con un lugar cercano a la mansión de Ryuugamine. Cuando llegues a ese lugar te daré las siguientes indicaciones para que puedas llegar a salvo hasta las afueras. ¿Ok? – Preguntó ella.
Soy todo oídos. Entre más rápido me reúna con ustedes, mejor~. – Respondió afirmativamente Shingen ante la posibilidad de llegar más rápido hasta el otro grupo que seguía escondido en la mansión.
00000SANTA00000
Al menos respóndenos esto… ¿Cómo diablos manejaban a esos ninjas? No parecían tener conciencia propia. – Preguntó Ren.
Ah, eso sí puedo decirlo. De cualquier forma eso hundiría a ese grupo. – Dijo Emilia con una sonrisa.
¿Ah, sí? – Sares la miró interesada en lo que iba a decir la rubia.
Está diciendo la verdad. – Neeba expresó desde su lugar.
Chase y Swan son como Momoka. Ellos también tienen sus números como creaciones de Lacrimosa, pero a diferencia de ella, estos dos son un poco más viejos y conocían un poco mejor la tecnología que los creó. Los aretes que llevaban cada uno de ellos se los quitaron para evitar que Lacrimosa los controlara a distancia. Sin embargo, aquellos ninjas eran cuerpos sin almas que aun contaban con estos dispositivos de control. Si los configuras bien, cualquiera podría manejarlos. – Respondió Emilia.
Eso quiere decir que esos ninjas que vimos solo eran manejados por una persona. – Dijo Neeba entendiendo todo.
Sí, creo que como Swan estaba solo, él era el único que los estaba manejando en este territorio. Pero tengo entendido que esos ninjas no eran todos, hay muchos más. – Siguió hablando la rubia.
Si hay muchos más… ¿Dónde están los demás? – Neeba se preguntó ella misma un poco aterrada por el número de enemigos que podría haber en alguna parte.
00000EMILIA00000
"Qué cansancio…" – Dijo Kanra apareciendo de repente frente a Shizuka en medio de la conversación, aunque nadie la podía ver a excepción del rubio.
"Oh, ya volviste. ¿Algo nuevo?" – Pregunto Shizuka en su mente.
"Por ahora nada… Creo que voy a descansar. Habían muchos fantasmas en la ciudad en la madrugada…" - Dijo ella suspirando.
Ella había tenido una madrugada atareada después de que había dejado a Izaya.
"Yo te contaré el resumen de las cosas que me han dicho después, descansa. Al parecer hay bastante que hablar." – Sugirió Shizuka.
"Bien." - Kanra desapareció en los confines de la espada hasta que fuera necesaria su ayuda de nuevo.
Aún ella tenía que analizar la visión que había visto antes y lo importante que estaba olvidando.
00000KANRA00000
Aquí, Swan. Tengo malas noticias. – Dijo Swan por radio al salir de las Islas Aqua como pudo.
¿Qué pasa, Swan? – Chase preguntó alarmado.
Vi a mi ex… - Dijo Swan con seriedad.
Swan voy a colgar, espero que hayas encontrado a Orihara Kyouko porque si no es así, no vuelvas. – Chase se culpaba él mismo por pensar que Swan diría algo serio por primera vez en su vida.
¡No! ¡Espera! ¡Esto es serio! ¡Ella trabaja para Orihara Kyouko! También creo que llegaron a capturar a Emilia… Guiándome por la destrucción del lugar, aquí hubo una gran pelea. Pero eso no es lo mejor. – Sonrió Swan desde su nueva ubicación.
¿Qué cosa lo es? – Chase prestaba más atención ahora al informe de su compañero.
Pues no contábamos con la existencia de otro grupo. Al parecer Orihara Kyouko manejó los hilos en las sombras, ya entiendo porque no logré hacerme con la capsula anoche. Ahora mismo en una ciudad abandonada están el grupo de Ikebukuro, incluyendo a los dos Orihara Izaya. También tienen a la capsula, a la Santa, al mocoso con el que experimentamos en lo del ataque a la capital, dos dullahan, parte de la guerrilla y finalmente creo que vi al fantasma. Esto es grave. – Dijo Swan a lo lejos mientras veía por lo binoculares.
¿Qué…? ¿Tampoco conseguiste la capsula? Todo esto es malo, si la ronda no inicia antes de que ataquemos, entonces no ganaremos nada con ello. Tendremos que posponerlo unas horas más. ¿Puedes recuperar al dios tú mismo? – Preguntó Chase.
No me quedan muchas fuerzas, mi habilidad gasta mucha energía. Pero puedo intentar aprovecharme del caos. – Respondió el pelirrojo.
¿El caos? – Chase no entendió.
"Algo" que tú y yo conocemos bien se dirige hacia ellos silenciosamente. Creo que los alcanzará en una hora, ya para entonces me habré infiltrado en esa extraña nave. Lo único que me preocupa es encontrarme con Momoka o con el fantasma. Quizás hasta el mocoso pueda darnos problemas si me llega a reconocer, aunque lo dudo. Por ahora esa es la información que tengo… - Terminó de hablar Swan.
Ya veo, era lógico que eso llegaría ahí si la capsula se quedaba mucho tiempo en ese lugar. Pasó igual en Shizuoland. – Chase reflexionó sobre la situación un poco. Había una buena razón para que la capsula siempre estuviera recluida en el laberinto y no siendo estudiada como era debido en un laboratorio.
Por cierto, Emilia creo que nos traicionó así que si Sasaki ve al mocoso llamado Ena, dile que acabe con él antes de que diga algo del ataque. – Sugirió Swan.
Le diré, aunque en estos momentos debe estar aún fuera de señal. Algo pasó con las comunicaciones anoche… – Chase buscaba algo de vida en la señal de la Santa Sede.
Jajajaja… Me pregunto qué habrá sido… - Swan rió nerviosamente sabiendo que él podía ser el posible culpable.
00000SWAN00000
SANTA SEDE
Busquen al mocoso. Él debe saber algo más. – Ordenó Dimitri tomando su forma monstruosa de basilisco para posicionarse sobre el castillo. No es que a ellos les interesara esencialmente la ciudad, pero su comida podía peligrar si no hacían algo. Además ya tenían claro que el robo de la capsula tenía que haber sido parte de algo que se estaba tejiendo en las sombras.
¿Era necesario que tomaras esa forma tan rápido como llegamos? Comienzas a actuar tan impulsivo como Ralf. Ten cuidado con eso. – Arkady hizo la observación aun con su forma humana.
Lo único que nos diferencia en esta ocasión son nuestros motivos. Él solo se transforma cuando está furioso. Ya sabes, Ralf no tiene mucha paciencia con las cosas. También debo decir que el motivo porque el que estoy mostrando esta horrenda forma es solo para atacar psicológicamente a los que estén pensando hacer algo en los próximos días. – Respondió el basilisco.
Ya veo, intimidación. ¿Pero de verdad crees que algo pase aquí? Él único cabo suelto que tenemos aquí es al Oráculo y pronto caerá en nuestras manos cuando se confirme su relación con Lacrimosa. Se volverá nuestra marioneta sin más, es solo cuestión de tiempo. – Dijo Arkady.
No lo sé, aún no sabemos qué grupo robó la capsula exactamente. Dudo que Lacrimosa sea el único que esté rondándonos. Nunca encontramos a los remanentes de Anoxia de cualquier forma y tampoco capturamos a nadie proveniente de la otra dimensión. Por eso insisto que hay que estar alerta, ellos podrían seguir aquí. – Advirtió Dimitri.
No muy lejos de ahí…
Menos mal no seguimos en el castillo… Podríamos estar en ciertos apuros ahora con Dimitri y Arkady ahí. – Ena miraba con un poco de temor al saber que ahora se habían dado cuenta de su desaparición.
De cualquier forma, él no podía seguir ahí ya que pronto los cinco empezarían a atar los cabos con respecto a su existencia. Si su visión estaba en lo correcto, Emilia en estos momentos debía ser una prisionera del grupo de Ikebukuro. Sin ella para ayudarlo, no tenía caso seguir en el tablero de juego por más tiempo. Además ya había logrado su cometido, él se había convertido en los ojos de la Capital a través de la Santa y ahora que él se retiraba del campo, todos quedarían a ciegas como esperaba Lacrimosa.
Ena-kun debemos irnos. – Dijo Shingen en voz baja viendo a la criatura monstruosa sobre el castillo.
Ya voy~. – Por ahora Ena trataría de salvar su propio pellejo entre tanto llegaba a Emilia.
00000ENA00000
DE VUELTA AL DIRIGIBLE
Después de una hora entera de estar leyendo todos los papeles que Kyouko había dejado abandonados la última vez que había estado ahí, Izaya estaba seguro que su madre podría ser un genio estratega aún más maquiavélica que él mismo. Los planes que tenía eran bastante detallados en caso de que se dieran variaciones en las circunstancias. Incluso estaba dicho en donde se quedarían Mairu y Kururi en caso de que ella no sobreviviera a lo que venía.
Aun así, estas notas no le decían las cosas que él más quería saber.
¿Cómo sabía su madre tantas cosas?
¿Cómo ella estaba tan segura de esto?
¿Dónde estaba la fuente principal además del fantasma?
Dudaba que el fantasma hubiera estado siempre en Ikebukuro, es más, no había prueba de donde había estado todos estos años para empezar. No se sabía nada más de él además del hecho de que él alguna vez había sido Orihara Izaya.
¿En qué momento su madre ganó tanto poder como para viajar a otro mundo en medio de una invasión y salir airosa?
¿Cómo sabía incluso que él era la primera llave?
Una apuesta de uno en un millón…
¿Cómo?
Las respuestas a sus preguntas no estaban en esos papeles.
¿Qué había llevado a su madre a ese solitario final?
¿Él tendría un final parecido quizás?
Fue una aterradora pregunta que pasó por su mente al ver a Orihara Kyouko en ese estado. Él había aceptado al fin que era lamentablemente igual a ella. Entonces al hacer esta investigación más la idea se arraigaba a su mente como un chicle. Tal vez la respuesta estaba ahí y él no la estaba viendo cómo se debía.
Tenía que concentrarse.
Izaya palmoteó sus mejillas con sus manos al sentirse adormecido, necesitaba un café o algo para despertarse. Ahora que lo pensaba, ni siquiera él había desayunado en todo lo que llevaba del día, a pesar de que quizás podía imaginar que eran pasadas las nueve. Se levantó para ir a buscar alimento antes de que se encontrara a Shizuo de nuevo y no tuviera fuerzas para escapar de su furia.
Al moverse, Izaya dejó caer unos cuantos libros en el suelo por accidente y tuvo que regresar para recogerlos. Fue en medio de ello que uno de estos le llamó la atención porque había caído abierto, pero no fue la forma en que cayó la que le pareció curiosa, sino la manera en que una de las hojas quedó erguida sobre si misma de forma anormal.
¿Qué tenemos aquí…? – Izaya tomó el libro en cuestión para revisar la página cuidadosamente, podía darse cuenta que habían dos páginas pegadas que contenían algo entre ellas. Sacó su navaja y cortó una parte de la hoja para que sus dedos pudieran ingresar dentro de este espacio secreto.
¡Y Eureka…!
Una llave… ¿Y ahora dónde estará la cerradura~~? – El informante ya se había olvidado de su cansancio con la nueva pista. Izaya repasó cada sitio de la habitación buscando algo que estuviera fuera de lugar, pero por más que miraba cada punto no había nada así. Si Kyouko había dejado esa llave tan escondida era porque no quería que vieran eso que mantenía sellado.
¿Crees que podrás esconderlo de mi ahora que me has traído hasta aquí, Kyouko-chan? – Izaya sonrió insanamente mientras daba vueltas en la silla de rueditas. Ya él veía que Kyouko no había escatimado en gastos para traer una silla como esta hasta aquí, aunque el comenzaba a pensar que era muy molesto dar vueltas en esta porque se sentía muy pesada. No era como la de su oficina que podía usarla como medio de transporte en su departamento cuando le daba pereza levantarse.
El pelinegro detuvo su juego con la silla y se tiró al suelo para estudiarla detenidamente, descubriendo así el secreto tras esta. Izaya tocó con la yema de los dedos lo que podía ser una cerradura debajo del asiento. Sin esperar a que alguien lo interrumpiera, él introdujo la llave con impaciencia, topándose con un conjunto de libretas apiladas en orden en esta. Su instinto le decía que quizás esto podía ser lo que realmente esperaba encontrar ya que todas tenían el formato de diario a simple vista.
Los diarios de Orihara Kyouko habían caído en su poder al fin.
Habían tantas fechas que Izaya no sabía por dónde comenzar a leer, lo más lógico quizás era iniciar en la fecha más vieja que podía encontrar en ese sitio. Él abrió el primer diario y se encontró con una especie de introducción escrita expresamente por su madre.
Escribo este diario con los eventos que se dieron en esta fecha para llevar un control de estos. No porque me interese hacer esta práctica tan tonta, sino porque si llega a suceder otra cosa como lo que voy a relatar. Por supuesto, sé que esto podría ser inútil y ser fácilmente manipulable.
De cualquier forma, si en tal caso alguien encuentra esto…
Realmente espero que nadie lo haga.
Pero si eso pasa, tú, usurpador de secretos, pido que hagas un buen uso de estos y no lo desperdicies.
Entonces sabías que algún día yo llegaría aquí eh… Usurpador de secretos. – Izaya rió con ese título que solo podía ser suyo.
Al fin al cabo su pan de cada día eran los secretos de la gente.
CASI 27 AÑOS ATRÁS
RESIDENCIA MIYAGI
ABRIL
Si me tocara otorgar a un evento como el gatillo de toda mi desgracia, podría decir que fue este en especial. Técnicamente mi relación con el asunto del fin del mundo me atrapó en esta parte de mi patética vida que no era diferente a la de un pájaro enjaulado. Aunque en mi caso podía pensar más en mi como un objeto sacrificable en lugar de un ser vivo.
Probablemente eso era para mis padres.
Espero que hayas aprendido la lección esta vez. - Dijo Miyagi Ayaka con expresión dura en su rostro.
Contesta cuando te hablan, Kyouko. – Ahora el que hablaba era Miyagi Taiyo quien expresaba su descontento desde el sillón mientras interrumpía su lectura de las noticias de finanzas del periódico.
Si, la aprendí. Padre… Madre… - Dijo Kyouko con una sonrisa fingida que escondía toda la ira que sacudía su interior. A sus diecisiete años, la cosa que más odiaba además de ella misma era la familia a la que le había tocado pertenecer. Ser parte de aquel conglomerado que la gente llamaba erróneamente familia era algo que podía ser tomado como algo desafortunado que se esforzaba demasiado en seguir existiendo solo por un rencor estúpido.
¿A qué se refería ella con esto?
La respuesta se remontaba a aproximadamente cincuenta años atrás o quizás más…
En el Japón de ese tiempo, la Corporación Nébula no era muy bien vista ya que la principal base era de origen extranjero. Además los rumores que envolvían aquella compañía que luego pasara a llamarse Farmacéutica para levantar menos sospechas, ya habían hecho bastante impacto en el bajo mundo de las conspiraciones de la época. Muchas familias poderosas y grupos que ya existían en el país hicieron hasta lo imposible para que ellos no llegaran hasta sus tierras.
Pero fue inútil…
Inexplicablemente los obstáculos desaparecían uno a uno hasta que solo se mantuvieron en pie las dos familias más tercas y uno que otro asociado cercano.
Los clanes Miyagi y Orihara seguían resistiendo.
Para su desgracia, ambas familias cayeron en desgracia, una más que la otra cabe aclarar, pero igual no pudieron salvar la mayoría de sus acciones y demás propiedades que pasaron a manos de la gran Corporación "casualmente". Esto originó que los miembros restantes desarrollaran un enfermo y retorcido rencor hacia dicha organización, llevándolos a todo tipo de negocios para restaurar su imperio, y así echar a Nébula del país en un futuro cercano si se daba la oportunidad.
Por ello, en cada generación existía esta meta de vida en sus integrantes.
Ganar poder para hacerse con Nébula de alguna forma.
Ganar poder para destruir Nébula.
Ganar poder para quedarse con el premio mayor de Nébula.
No importaba cómo fuera logrado, debía conseguirse esto costara lo que costara.
Y ahora era el turno de Miyagi Kyouko de heredar esta "honorable" meta.
Todo empezaría con su matrimonio con Orihara Shirou en donde unirían las acciones de ambas familias y demás propiedades en un último intento por hacerle una zancadilla, por así decirlo, a la Corporación Nébula. Graciosamente, este plan podía funcionar si jugaban bien sus cartas, solo había que llevar la ceremonia para que el principio del final comenzara para Nébula. El problema era que Kyouko no podía importarle menos esta meta de vida de sus padres.
No le interesaba el clan.
Ni Nébula.
Absolutamente nada…
Sus padres habían provocado que todo a su alrededor la hastiara hasta el punto de crear esa actitud rebelde que había empezado a emanar en cada situación. Lamentablemente, sus padres no eran de los que les preocupara este tipo de actitudes, ellos harían lo que sea para "rectificar" la actitud de su hija para que esta hiciera lo que ellos deseaban. El uso de métodos de corrección drásticos y crueles eran válidos para su hija quien parecía ser alguien que no deseaba "progresar" en la vida para ellos.
Iré a mi cuarto para preparar mis cosas para el instituto… Si me disculpan. – Kyouko prácticamente salió en huida estratégica rumbo a su habitación, pero antes de que pudiera ir más lejos su madre le dijo una última cosa.
Antes de hacer eso, ve y saluda a Anne. – Dijo Ayaka con seriedad.
¿Anne? ¿Quién es esa? – Kyouko preguntó sin usar las normas de etiqueta.
Esa forma de hablar está mal. Hazlo apropiadamente. – Corrigió Ayaka.
Madre… ¿Quién esta persona llamada Anne? Si se puede saber. – Una vena de fastidio estaba posada en la frente de Kyouko quien disimuló su desagrado ante el regaño.
Es tu hermana. Desearía que fueras más amable con ella, al menos ella si se comporta. No es como alguien que estoy viendo. – Taiyo dijo directamente.
"¿Hermana…?" – Kyouko comenzaba a pensar de que sus padres podían haberse metido en el tráfico de drogas ahora. Solo el que consumieran su propia mercancía podía explicar lo que le estaban diciendo. Ya que ella recordaba perfectamente que antes de irse contra su voluntad de esa casa, no tenía hermanos ni nada por el estilo.
Miyagi Kyouko era hija única.
Lo comprendo. – Dijo Kyouko dejando de lado las preguntas sobre esta Anne. Las dudas sobre esta supuesta hermana eran superadas por la creciente desesperación de ella por encerrarse en su habitación y no saber más de aquellos seres que llamaba padres. Anne podía esperar por ahora, en caso de que solo fuera una pésima broma de ellos.
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Al día siguiente se levantó sin ganas de ir a la primera jornada de clases en el instituto. Tan solo el día anterior la enfermera que más la detestaba había estrellado su cabeza contra una pared como "despedida". Así que Kyouko tenía una suprema jaqueca que podía ser válida para faltar a las clases, lamentablemente ella debía mantener el historial limpio y todas esas basuras que en verdad ni le interesaban.
Ella tenía algo más importante que hacer antes de irse al instituto.
Hora de planear mi huida~. – Kyouko dejó atrás su dolor de cabeza para concentrarse en la maleta que había traído de ese horrible lugar al que sus padres la habían enviado de vacaciones como represalia.
Hospital psiquiátrico.
Si, ellos la habían dejado recluida varios meses por un incidente que no ameritaba tal acción, pero ella no había perdido el tiempo allá tampoco.
Esta sería la última cosa que ella soportaría a sus progenitores.
Ok, tengo suficiente dinero para perderme del mapa por un tiempo… - Kyouko sacó de una sección secreta algo de dinero que había estado estafándole al personal en todos esos meses. El negocio de apuestas era algo que siempre podía sacarle de apuros cada vez que lo necesitara, pero habían casos en que lidiar con los malos perdedores podía ser contraproducente. Ella se tocó su propia cabeza con dolor al recordar ese detalle, aunque no es como si pudiera recurrir a otra cosa en ese sitio.
Después de todo solo habían muchos locos sin nada que ofrecer…
¿Ah…? - Kyouko levantó la mirada cuando escuchó que la puerta de su cuarto se abrió lentamente, haciendo que ella se preguntara quien más podía estar en la residencia cuando se suponía que sus padres ya no estaban en esta. La figura de una mujer que podía estar entre los 19 y 20 años, llenó su campo de visión mientras se iba acercando a ella. Su instinto gritó peligro al ver que ella levantaba una daga muy extraña y curva hacia ella con una sonrisa en la cara.
¿Quién podía ser esta mujer?
Antes de hacer eso, ve y saluda a Anne.
¿Esa era Anne?
¿Esta era su supuesta hermana salida de la nada?
Pues debía decir que su hermana no tenía nada normal cuando sus ojos brillaban de una forma peligrosa, hasta el punto de parecer faros centellantes. Al quedarse viendo esos inusuales orbes, su mente quedó en blanco completamente durante esos instantes. La otra mujer albina al ver que ya había inmovilizado a su víctima, se acercó con confianza bajando la daga que había usado para descolocar a Kyouko y que fijara su atención en ella.
Su hipnosis debía estar trabajando en la adolescente en estos momentos.
Ya no había peligro.
O eso ella pensaba…
Si levantas eso contra mí, debes estar preparada para las consecuencias. – Kyouko esperó a que estuviera cerca al ver la inusual abertura que Anne estaba dejando hacia ella. Con un movimiento de manos, ella agarró del brazo a la desprevenida mujer y la lanzó con toda la fuerza que pudo reunir contra la pared.
¡Duele…! ¡¿Cómo te atreves a-…?! – Anne estaba por seguir reclamando pero al ver la retorcida sonrisa de Kyouko, ella comenzó a temer por alguna extraña razón. La Miyagi roció entonces el gas pimienta en la cara de Anne, para luego noquearla con un bate antes de que le diera oportunidad de asesinarla. No entendía cómo sus padres habían dejado entrar una loca tan peligrosa a la casa, sabiendo que ella tenía mucho estrés que sacar aun.
Anne podría ser un buen conejillo de indias para desquitarse.
Y así la pobre inconsciente mujer fue arrastrada hasta un sitio en donde no fueran interrumpidas para el interrogatorio.
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Anne abrió los ojos después de varias horas de estar inconsciente, al tratar de moverse se dio cuenta de que estaba encadenada a una silla.
Oh, Asesina-san, por fin despiertas~. Ya que estás de nuevo consciente, te pido que me digas para quien trabajas. ¿Nébula? ¿Awakusu-kai? ¿Asuki Group? ¿Quién busca aplastarnos ahora? – Preguntó Kyouko echándole un balde de agua fría a ella para que terminara de despertar mientras tomaba un arma de electrochoque. Anne palideció ante esto. Tal vez ella podría soportar los primeros impactos de electricidad, pero su corazón podía no ser tan resistente como quería pensar.
No escucho nada~. – La menor estaba perdiendo la paciencia por su dolor de cabeza.
Y-Yo… No… ¿Cómo…? –Anne preguntó tratando de figurarse porque su estratagema había fallado, no había algo que pudiera interponerse en su vista de Kyouko.
¿Cómo…? ¿Cómo qué? – Kyouko la miró sin entender.
¿Tienes algún problema en tu vista? – Interrogó Anne.
Si, querida hermana. ¿No te lo dijeron aquellos seres? Tengo astigmatismo severo, uso lentes de contacto porque detesto los anteojos. ¿Qué tiene que ver eso? – Respondió ella sin ver eso importante realmente.
Ah, ya veo… Eso tiene sentido. – Anne había olvidado que su habilidad funcionaba parcialmente si había algo interponiéndose en los ojos de su objetivo. No podía creer que hubiera cometido semejante error que ahora le costaba su libertad.
¿Eso tiene sentido? Aun no me has dicho para quien trabajas. – Kyouko presionó el gatillo del arma de electrochoque haciendo saltar a Anne en su puesto por el susto.
No pensaba matarte como piensas, solo iba a hipnotizarte para lavarte el cerebro por un tiempo. – Explicó Anne.
¿Solo? ¿Y cómo pensabas hacer eso? Claro, pensando que de verdad pudieras hacer algo así. – Kyouko se detuvo a pensar profundamente en ello. Tal vez sus padres no estaban mintiéndole sobre que tenía una hermana. Era probable que ya sus mentes hubieran sido lavadas antes de que ella llegara a la casa.
Olvídalo. ¿Y solo pensabas esconderte aquí y ya? – Preguntó la pelinegra.
No, quiero el experimento que está llevando la compañía de la familia Miyagi y Orihara. – Dijo Anne sinceramente.
¿Compañía? Espera… ¿Hay una compañía? Me cuesta creerte eso. – Kyouko apuntó el arma hacia la otra mujer incrédula de que eso pudiera ser verdad. A duras penas y mantenían ese maldito hospital en que su padre era doctor.
Si no me crees… Ve a mi habitación y mira los papeles tú misma. Es todo lo que busco, de verdad. – Dijo ella tratando de no provocar a Kyouko.
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He entendido por fin por qué la mafia nos visita a menudo… Así que un gran préstamo. ¿Quién diría que la mafia se interesaba en aportar dinero para metas tan "altruistas" como estas? – Kyouko sonrió al descubrir otra cosa vergonzosa de los Miyagi que agregaba algo nuevo a la lista de razones por las que no debería seguir en esa residencia después de cumplir dieciocho. El rencor ciego de los Miyagi había consumido el alma de sus padres y pronto eso podría contaminarla si no se iba.
¿Ahora me crees? – Anne la miraba molesta desde su lugar. Si lograba convencerla, ella esperaría hasta que se quitara las lentillas para lavar su cerebro sin más. No le gustaba estar a merced de otras personas.
50-50. Aún hay cosas que no me quedan muy claras sobre tu historia. ¿Por qué este experimento es tan importante para ti? Según esto, ese experimento siquiera se ha ejecutado en humanos. – Kyouko le mostró la parte en donde decían eso.
Solo necesito saber la forma en que podría llegarse al objetivo. ¡Lo probaré en mí! – Contestó ella.
¿Por qué tanta insistencia con esto? ¿Puedes morir estúpidamente? ¿Eres acaso suicida? – Kyouko tiró los papeles en una mesa cercana y se sentó una silla mientras observaba a la ansiosa mujer.
Porque necesito volverme más poderosa para no ser asesinada. Alguien me está buscando… Quiero tener una garantía de que podré hacer algo en contra de él si llego a encontrármelo. – Explicó Anne. Ya en este punto a Kyouko se le hacía interesante la historia de aquella mujer que les había lavado el cerebro a sus progenitores.
Ya veo. Una pregunta más… Sabiendo que es la última cosa que podría poner más adelante en la competencia a ambas familias… ¿Aun así lo robarás? ¿No te importa el que estas personas pierdan su última esperanza? – Preguntó la pelinegra.
Lo siento, no mentiré. Primero está mi vida antes que cualquier cosa. – Respondió Anne mirando a los ojos a Kyouko.
Me has convencido. Eres la primera persona que piensa igual que yo en esta casa. ¿Dónde tengo que firmar para unirme a la causa? – Kyouko la empezó a soltar para asombro de Anne.
¿Me vas a ayudar…? – Anne estaba estupefacta.
Claro. ¿Por qué no? Para mi es una buena causa. Por supuesto no lo haré gratis, tú tendrás que ayudarme a mí, tu habilidad parece útil para perder el rastro de mis padres. Me ayudarás con mi huida y yo cooperaré con tu robo. ¿Te parece? – Sentenció Kyouko muy feliz de que su semana comenzara con buen pie.
Arruinaría las últimas esperanzas de su familia como pago y se largaría después de todo eso.
Y pensar que había olvidado que tenía escrito este capítulo desde hace meses… XD