Hola a todos, ¿qué tal? Este es mi segundo fic, el primero es Vicio de ti que es de la pareja SesshXRin, aun no lo acabo y juro que pronto subiré el capítulo 11, ¡ya está en proceso!

Esta vez vengo con esta historia de la pareja SesshXKag que me empezó a interesar hace poco :) a decir verdad me gusta casi tanto como SesshXRin pero cada quien su gusto.

Debo aclarar que será un fic algo corto porque es una adaptación de una novela de Corín Tellado, mezclado con mi imaginación, habrá algo de OOC pero trataré de que no se note tanto. Más bien es que Sesshomaru hablará un poco más de lo acostumbrado. Disfruten de la lectura y dejen reviews, a los que ya me han leído sabrán que los contesto en el siguiente capítulo a publicar. Para este fic publicare una actualización cada dos días.

Dos cosas más por aclarar es que en esta historia no existió nunca el pozo del tiempo e Izayoi tampoco, por lo tanto a InuYasha lo manejo como hijo de Irasue.

Disclaimer: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahasi, historia hecha sin fines de lucro.


Intento y reintento,

Lucho contra el tiempo.

A través de los años los humanos y youkai encontraron la manera de coexistir sin masacrarse los unos a los otros. Los humanos avanzaron en sus invenciones, encontraron diversas maneras de mejorar su calidad de vida y así incrementar la misma pero ninguna con el resultado esperado: la longevidad youkai.

En la actualidad existen youkais milenarios que a partir de sus imperios fundaron corporaciones y empresas en las cuales aceptan trabajadores humanos y les dan el mismo trato que a uno youkai pero no por ello deja de haber prejuicios entre razas, sobre todo de youkai hacia ningen.

Entre humanos y youkais se llegó a un método por el cual los youkai que son muy débiles como para tener una forma humanoide pudieran tenerla, inyectándoles un parásito que muta sus genes permitiéndoles coexistir de esa forma con los humanos así como también mostrar su verdadera apariencia.

La dinastía Taisho se ha preservado a través de los siglos, siempre inquebrantable, no como otras que llegaron a la extinción hace algunos años o en estos tiempos se están deteriorando.

Un hombre empujó la puerta y entró en la oficina de su padre. Era un youkai sexy, con clase. Tenía el cabello plateado y muy largo que combinaba perfectamente con dos joyas ambarinas que las presentaba como sus ojos, su piel era tan clara que se confundía con la nieve, lo cual hacia resaltar de una manera enigmática las marcas que poseía en su cuerpo, una luna menguante en su frente, sus mejillas teñidas por dos líneas en cada una así como sus brazos. Una boca sensual, aunque en su gesto se apreciaba mucha altivez. Sesshoumaru Taisho era muy masculino, pero daba la sensación de ser inabordable.

−Siéntate, Sesshoumaru, necesito que hablemos de algo muy importante−.El aludido obedeció la voz del aun Lord del Oeste y CEO de su corporación.

−Parece un conspirador, padre. ¿Qué problema hay ahora? –Dijo a modo de reproche ya que a él no le gustaba perder el tiempo.

−No te llamé como el vicepresidente de la empresa, sino como mi hijo mayor−Habló desde su gran asiento detrás de la elegancia que ofrecía su escritorio en el último piso del edificio.

−Padre, dentro de poco sale uno de nuestros barcos con la carga y sabe usted que me gusta supervisar todo. ¿Es muy urgente lo que tiene que decirme? –Diciéndole entre líneas que debía apurarse o dejarlo ir ya.

−Sí−.Era su cachorro, claro que sabía su comportamiento.

−Le escucho, entonces−. Se rindió.

−Sesshoumaru, confío plenamente en ti. Desde hace siglos te interesaste en nuestro imperio y en este tiempo lo haces por los negocios y todo lo has manejado a la perfección, solo tienes 800 años y no puedo estar más orgulloso de ti, pero no lo estoy tanto de InuYasha. Tu hermano representa una preocupación, aunque debo aclararte que tu madre preferiría que vivieras un poco más como ella y no tan dedicado al trabajo.

−Padre, eso ya lo hemos hablado antes. Incluso estudié de negocios en colegios ningen a través de los siglos y quiero dirigir este negocio familiar. Jamás podría ser como InuYasha, que se pasa la vida de fiesta en fiesta sin hacer nada de provecho, solo porque tenemos una gran fortuna y no necesita trabajar−le dijo Sesshoumaru−.Bien, adivino que se trata de InuYasha. ¿Qué le pasa a ese perro? –Flexionó una de sus piernas por encima de la otra.

−Mira, Sesshoumaru, nosotros somos youkai muy conservadores. Nuestras familias son de youkai aristócratas y millonarias. Nunca he sido partidario de los matrimonios desiguales, es decir, entre dos personas que tengan distintas clases sociales y mucho menos de razas. Tu madre es muy orgullosa y jamás toleraría algo así en la familia, lo mucho que yo podría tolerar es una clase social distinta, pero no de raza−.Dijo explicándose y a modo de introducción.

−Lo sé, padre−. ¿No podía decirle algo que no supiera? Su padre se volvía viejo.

−Tú piensas igual que tu madre y por eso la entiendes. Ella sufriría mucho si uno de sus hijos se casara con una mujer de inferior categoría social y aparte humana. Pero tu hermano InuYasha no entiende de esos convencionalismos. Es demasiado moderno y sus ideas no concuerdan con las nuestras−.Sesshoumaru suspiró− El caso es que me han dicho que lo ven mucho con Kagome Higurashi.

−¿Kagome Higurashi? ¿La arquitecta de los Nakamura?

−Sí, hijo. Ella misma. Tú la conoces−Afirmó.

−La he visto aquí en la oficina, por asuntos del proyecto que vamos a construir. Ella es la arquitecta que lo ha diseñado. Ya todo está aprobado y firmado por el consejo de la empresa. Las obras comenzaran muy pronto.

−Sí, Sesshoumaru. Y el trabajo de Kagome Higurashi ha sido excelente, pero ¿conoces su historia? – le preguntó de pronto Inu no Taisho a su primogénito.

−Tengo entendido que es la mejor arquitecta de la ciudad y Katsu Nakamura está muy satisfecho con ella−.Dijo restándole importancia.

−Así es. Las ideas de Higurashi son muy modernas. Tú sabes que para triunfar en cualquier profesión nadie puede detenerse en el tiempo, mucho menos nosotros los youkai. Lo que ella diseñó para el proyecto es fantástico. Se aprovechará muy bien el terreno que hace una década nos dejó en herencia mi amigo y general del antiguo imperio del Oeste Kenta Yoshida.

−Lo sé, padre. Nuestra empresa se ha quedado algo estancada, pero en el proyecto hay de todo: desde lugares para almacenar la mercancía, comedores y campos de juego para los ejecutivos, hasta las viviendas de los trabajadores de carga. Incluso habrá un sitio para que cuiden a las crías de los empleados.

−Sí. Eso me satisface, pero mi preocupación no es el proyecto. ¿Sabes la procedencia de Kagome Higurashi?

−No. Sabes que nunca me ha interesado conocer a alguien en el plano personal−Dijo orgulloso.

−Es hija de una mujer muy humilde, que trabajaba limpiando las oficinas de los Nakamura.

−No me asombra, padre. Es la clásica historia de una mujer pobre que se sacrifica trabajando día y noche para que su hija sea alguien. Por lo visto, lo logró−.Hizó una pausa para ver su muñeca izquierda donde yacía su Rolex de temporada. − ¿Sabe? Tengo que irme, que el barco va a salir. Regresaré en una hora y continuaremos nuestra conversación si así lo desea padre.

−Sé que no podre detenerte cachorro, anda y ve, luego regresas−.Contestó altivo desde su asiento en su gran oficina viendo cómo su hijo asintió y salió.


Sesshoumaru Taisho volvió a entrar en la oficina de su padre y se sentó. Esta vez lo hizo con calma pero su rostro seguía inmutable, siempre mirando a los ojos intentando bajar la mirada de cualquiera, pero con su padre aun no lo lograba.

−Bien, padre. Lo escucho.

−InuYasha está constantemente con Kagome Higurashi en el club. No me agrada la situación. El hecho de que su madre haya sido una persona tan humilde no ha impedido que Kagome pueda ir al club y alternar con los youkai de nuestra sociedad. Ella tiene un gran prestigio como arquitecta y cuenta con el apoyo de Katsu. Además, InuYasha la ha presentado con sus amistades y todos la aprecian.

−Eso es serio, padre−. A pesar de en verdad pensarlo ni se inmutó.

−Por eso te llamé. Tu hermano es espíritu de contradicción. No le puedo prohibir que salga con Kagome porque se empeñaría en hacerlo. Necesito que hables con él y le convenzas de que esa mujer no le conviene−.El Daiyoukai mayor hizo una pausa para luego continuar. − ¿Te acuerdas cuando estaba supuestamente enamorado de aquella abogada, Kikyo, también de un muy humilde origen ningen? Hablaste con él y se acabó todo.

−"Pero no fue porque hablé con él y lo convencí", −pensó el peliplata menor. − "sino porque usé otros métodos. Me acerqué a ellos, empecé a interesarme falsamente en ella y la humana se sintió más atraída a mí. InuYasha, que no es muy constante con sus mediocres sentimientos, perdió el interés y yo jamás volví a dirigirle la palabra. Humana tonta, ¿para qué se acercó a un Daiyoukai como yo que jamás estaría a su nivel?".

−Veré que puedo hacer, padre−.Hizo ademan de levantarse pero la voz de su padre lo interrumpió.

−Cachorro, haz todo lo que sea necesario para romper esa situación lo más pronto posible. Si Irasue se entera… −Pausó para quitarse el escalofrío de encima. −…Menos mal que tú solo nos das satisfacciones. Eres pareja de una Inuyoukai pura, fina y poderosa; Atila Watanabe y algún día te emparejaras con ella. Atila dice que si por ella fuera lo haría mañana mismo y al siguiente tendrían cachorros.

−Padre, con todo respeto este Sesshoumaru ya no es más un cachorro−.Dijo a su padre con arrogancia en su voz. –y sobre Atila… Ya habrá tiempo para eso.

−Quiero ver a mis nietos Sesshoumaru. –Se lo dijo con un tono de voz a modo de apurarlo para el acontecimiento.

−Los vera, padre, pero en unos siglos más adelante… quizás. –Y no mentía, eso de los cachorros a él no le interesaba en lo más mínimo y a decir verdad tampoco la unión con Atila.

−Y claro que eres un cachorro, lo dejarás de ser hasta que yo lo diga, ¿queda claro? –Sesshoumaru ni siquiera intentó contestarle, esa era una batalla sin sentido.

Sesshoumaru salió de la oficina de su padre y se encontró con dos empleadas ningen a las que apenas vio, su olor era repugnante.

−¡Que hermoso es! –Dijo una de ellas.

−Parece un rey−.Dijo la otra.

−Pues casi lo es, una vez que su padre le herede todo−Dijo sin quitarle la vista al hermoso cabello plateado que ondeaba entre la gente.

−Ojala nunca caiga de su pedestal−.Dijo con un poco de veneno.


Se hallaban sentados en la oficina de Sesshoumaru. Atila había ido a buscarlo para que fueran a almorzar, pero el como siempre tenía mucho trabajo y no podía salir.

−Pediré que nos traigan comida aquí−.Se escuchó su voz atrás de un elegante escritorio.

−No sé por qué te empeñas en seguir trabajando Sesshoumaru. Te he insinuado mil veces que ya deberíamos emparejarnos. Tengo 500 años y tú 800. No tenemos que esperar más…−Recitaba con insistencia la misma conversación una vez a la semana.

−No tenemos apuro Atila−.No quitaba la vista de un archivo.

−¿Y mi amor? –Trataría de gastarle un puchero meramente a lo ningen.

Sesshoumaru no creía en el amor ni en esos sentimientos repugnantes que para tener explicación debería ser un humano y ni así lo consideraría. ¿Sentía algo por Atila? Era una buena youkai, atractiva en demasía y pertenecía a una de las últimas y antiguas grandes familias youkai que reinaba en las tierras del Este. También había estudiado en colegios ningen constantemente y trabajaba en la fábrica de aviones de su padre. ¿Qué más podría pedir el para su futuro? No había youkai mejor que ella para él. Pero en el fondo, no estaba convencido. Atila no le inspiraba la pasión que supuestamente un youkai debe sentir por su pareja y de amor ni hablar.

−Hablemos de otra cosa, Atila… Mi Padre está muy preocupado por InuYasha, pues le han dicho que sale con frecuencia con una ningen que mi familia jamás aceptaría−.Hablaba volviendo a inmiscuirse en sus papeles.

−InuYasha es un youkai muy moderno y alocado. El dia menos pensado les dará un susto con alguna ningen, ya lo verás−.Decia ella rindiéndose de su intentó de la semana.

−Asi es, y es por eso que no voy a salir contigo esta noche, pues tengo que averiguar con InuYasha cómo está su situación con Kagome Higurashi. A él no puedo hablarle directamente, tengo que hacerlo con algo de estrategia para poder controlarlo. Ya sabes que a mí los estúpidos sentimientos no me interesan, prefiero… planear. –Con eso le dio una idea a Atila.

−Entonces no sientas nada por mí, pero planea algo conmigo. –Le dijo muy seductoramente inclinándose en el escritorio del peliplata dejando ver sus atributos frontales.

Atila se acercó un poco más a Sesshoumaru ya que este no le causo ninguna impresión su postura y lo besó en la boca. Fue un beso rápido, pues él se apartó. Siempre era así. Frío, sin emociones, como si todo lo calculara. ¿Podría estar eternamente a su lado? Atila no estaba segura, pero lo amaba demasiado para perderlo.

−Atila…−Ella no lo dejó continuar, solo sonrió tristemente y salió de la oficina. Por estar al lado de Sesshoumaru se conformaba con muy poco.

−"Solo recibo migajas de cariño o ni siquiera eso" –pensó con cierta tristeza.

Estoy tan cansada de verme excluida

Y de fingir que no me afecta.


January 4th, 2015