Toma su chaqueta de cuero y se la pone, toma sus llaves y se pasa las manos por el cabello para ordenarlo un poco. Camina hasta el espejo fuera de su baño, y suspira. Su reflejo le devuelve una mirada verde y cansada, junto con una sonrisa que no podría ser más falsa. Se aleja del espejo. Está harto de su cara.

Frunce el ceño y se dice a sí mismo que puede hacerlo. Que va a hacerlo. Va a salir por fin de su casa, va a ir a un bar cualquiera y va a volver a casa con un chico solitario decepcionado por el año terminante.

Inhala fuertemente y, en lo que a él le parece un acto de valentía pura, camina hasta la puerta y posa la mano sobre el picaporte. Está a punto de girarlo, sólo necesita aplicar una fuerza casi nula, caminar unos pasos y por fin estará fuera. Sin embargo, se detiene y retrocede, completamente desarmado. Piensa para sí mismo que no tiene caso y camina hasta su cocina para tomar una cerveza del refrigerador y tumbarse en el sofá, encendiendo la tele. Están pasando algún programa estúpido con personas emocionadas por el fin de año. No le presta realmente atención, y en su lugar se hunde en su propia miseria, primero poco a poco y después de golpe.

Piensa en el año que tuvo, y suspira cansado.

Su hermano pequeño, Sam, lo había abandonado para irse a Stanford hace ya año y medio. Dean ya no lo odia por eso, por haberlo dejado solo, y por fin ha logrado comprender que era lo mejor para su hermano, y que no podía exigirle quedarse a su lado sólo porque era un hombre solitario.

Su novia, Lisa, lo ha abandonado hace poco más de un año. Pero no es ella en quien Dean piensa cuando se siente solitario; a su mente llegan dos ojos azules y brillantes, llenos de vida, y le invade la misma sensación que el primer día que les vio. A pesar de que ya ha pasado un año, se siente mal, porque él creía que al final terminaría casado con él, con un hermoso hijo o algo parecido. Sin embargo, estaba ahí, en fin de año, solo como un perro callejero.

Y encima de todo, como para coronar su desgracia, estaba desempleado. De nuevo. Dean supuso que era su culpa, porque había estado tan ensimismado en la desgracia que había vivido que su mente estaba en todos los lugares menos en el trabajo.

Toma un trago de su botella, pero su mano tiembla y la botella se cae y el líquido se derrama. Suspira.

Dean se talla los ojos y mira el reloj colgado a un lado de la TV, dándose cuenta que faltan apenas unos minutos para que un nuevo año comience. Un nuevo año de miserias, piensa para sí mismo.

Su mente viaja con rapidez a una pistola escondida bajo su cama, y se pregunta si sería muy cliché darse un tiro en año nuevo. Desecha la idea de inmediato, pensando que no podría hacerle algo así a… ¿Su hermano? Debe estar demasiado feliz con Gabriel como para preocuparse por él. ¿A …su padre? Pfff.

Intenta prestar atención al televisor, y ve que ahora están pasando el típico programa con los fuegos artificiales a punto de explotar y la gente a punto de gritar. Se endereza en su lugar al mismo tiempo que la gente se prepara para la cuenta regresiva.

10… Dean piensa en que el año fue una mierda.

9… Piensa también en que probablemente el próximo también lo será.

8… Se pregunta qué hizo para merecer esto.

7… Se pregunta si Sammy se acuerda siquiera de él.

6… Se pregunta si su padre está ebrio en alguna cantina cerca de su propia casa.

5… Se pregunta si Castiel está con algún otro hombre, mujer, uno de sus hermanos, quien-sea-que-no-es-él, contando emocionado.

4… Se dice a sí mismo que no es tan feo como para no poder encontrar otra pareja.

3… Se ríe de sí mismo hasta que la risa se convierte en un sollozo.

2… Se da cuenta que realmente no le apetece tener otra pareja.

1… Se da cuenta que realmente no le apetece seguir respirando siquiera.

¡Feliz Año Nuevo!

"Feliz Año Nuevo," Dean susurra para sí mismo, pasándose una mano por el rostro y juntando las manos sobre sus rodillas, pensando qué hacer. Está pensando seriamente en comenzar a escribir una carta de suicidio, o una carta de despedida para largarse al otro lado del mundo, o lo que sea con tal de hacer algo por salir de su miseria, cuando alguien toca la puerta tan insistentemente que Dean piensa que se va a venir abajo.

Se para apresurado con pasos tambaleantes, y casi corre hasta la puerta. La abre, esperando encontrar a algún vecino enojado por noséqué, a un anciano pidiendo limosna, a un cura tratando de exorcizarlo, a un jodido alien tal vez; todo menos a un chico con impresionantes ojos azules que lo mira con una sonrisa tímida en los labios.

Ninguno de los dos dice nada por un momento, tan sólo se miran el uno al otro, como preguntándose si el otro está realmente ahí. Entonces Castiel lo abraza, y Dean le devuelve el abrazo con todas sus fuerzas, inhalando el olor del chico frente a él, prometiéndose a sí mismo que nunca más lo dejará ir.

Castiel se separa un momento de Dean, con una sonrisa enorme en su rostro, y susurra "Yo… Traté de volver antes, pero—"

"Shhh, no importa" lo silencia Dean, y acerca al chico para darle un beso. El móvil de Dean vibra en su bolsillo, pero no podría importarle menos; volver a tener a Castiel entre sus manos es como un hecho realidad.

Más tarde, cuando termine de regocijarse con la presencia de Castiel, leerá el mensaje, y se preguntará qué querrá decir su enigmático amigo Chuck.

"Por este regalo. Feliz año nuevo."


"Prometo no tardar tanto esta vez" lol

Lo siento; estuve horriblemente ocupada y no tuve oportunidad de siquiera pensar en acercarme a un computador.

Pero, por fin, ¡el final! Si hay alguna duda... Espero que recuerden que al principio de la historia, Chuck le mandó un mensaje a Dean diciéndole "Deberías agradecerme", y Dean le pregunta por qué. Bueno, el mensaje final responde eso, y hace alusión a dos cosas. Primero, ¿recuerdan que el amigo de un amigo le había recomendado a Castiel quedarse con cierta persona? Bueno, esa persona era Dean, pero resulta que Castiel se encontró con él de manera diferente. Entonces, Chuck le dice eso a Dean porque él esperaba que el traer a alguien como Castiel a la vida de Dean le alegraría. Y, bueno, me pareció gracioso añadir eso por la teoría de que Chuck es Dios en Supernatural. Ya saben, sería como Él mismo poniendo a Castiel en la vida de Dean y todo eso. (?)

Me tardé muchísimo logrando articular este final capítulo, pero mi novio me ayudó muchísimo. ^^' De hecho, él me dijo que sería buena idea escribir que Castiel en realidad era un alien que estaba a punto de volver a su planeta pero decide quedarse con Dean. También me dijo que me escribiera a mí misma en la escena, como si entrara de pronto a la casa de Dean y narrara la historia frente a ellos, causándoles una crisis existencial. (?) Quería escribir esto último como un final alternativo, sólo por diversión, pero aún estoy muy ocupada. xD

Y bueno, ya no hago esto tan largo. Muchas gracias por leer. Ojalá aún se acuerden de esta historia.

Nos leemos luego~