En la nueva pizzería Freddy Fazbear's Pizza, que recién abría sus puertas al público, todo era risas y diversión. Algunos niños se quedaban viendo emocionados el show que presentaban los animatronicos favoritos del lugar; Toy Freddy, Toy Bonnie y Toy Chica, otros se divertían de una manera un poco más cruel desarmando a Toy Foxy…

Pero algo anda mal… ¿por qué se les llama a todos "Toy"? ¿Acaso no deberían llamarse simplemente Freddy, Bonnie, Chica y Foxy? Esas eran las preguntas con las que siempre fastidiaban a Puppet, él era el animatronico más sabio de todo el establecimiento y, si había alguien que supiese hasta el último secreto sucio del sitio, era él, ningún otro.

–¿Y qué ganan con saber por qué los llaman "Toy"? –era con lo que siempre los recibía, detestaba ser fastidiado y que lo obligasen a salir de la caja de música siempre por la misma razón

–Tenemos curiosidad –contestaba Toy Chica, avergonzada por haberlo molestado pero sin ninguna gana de echarse para atrás

–¿Acaso ya ha existido un "Bonnie"? –Toy Bonnie quería saberlo a toda costa, el pequeño conejo azul no tenía problema con ser llamado Toy pero... el gusanito de la curiosidad seguía fastidiando

–Mira, eso es algo que no puedo decir... y mucho menos a ustedes –se dirigía a la caja de música a la par de que intentaba hacerlos entrar en razón

–¡Pero eso es lo que siempre dices y yo quiero saberlo! –Toy Freddy se llevó ambas manos a su boca, nunca se había dirigido de tal manera a Puppet, después de todo, él y Golden Freddy eran los más antiguos de la pizzería, por lo tanto los más respetados

–Lo sabrán a su tiempo –con la mayor calma posible, entró nuevamente en la caja de música y los dejó ahí, con las mismas, o inclusive más, dudas que cuando habían llegado... ¿podrán encontrar la verdad que tanto ansían?