Dedicado a CruxMarie. Y a sus ganas de realismo XD
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Nada es mío, ni Skip Beat ni Tsuruga, ni la frase de CruxMarie. Ella sabrá cuál es… XD
La acción se sitúa no mucho tiempo después de Guam.
EL TROPIEZO
La gran noticia corre de boca en boca. Se cuchichea en las salas de descanso y por los pasillos a media luz. Al caer la tarde, el rumor ya se ha extendido por todo el edificio. Sí. El gran Tsuruga Ren ha caído. Bueno, se ha caído… Se ha dado un leñazo, costalazo, batacazo, trastazo… Llámenlo como quieran, pero el resultado es el mismo. Es un simple mortal, como tú y como yo… Y una cosa está clara, la gente se complace maliciosamente con la desgracia ajena. Un simple percance, que demuestre la vulnerabilidad del mito, conlleva necesariamente la pérdida de toda solemnidad. Vamos, que se van a estar riendo de él por los siglos de los siglos… Sí, los grandes también caen, y ver a los grandes caer sabe a gloria. Es que la envidia es una cosa muy mala…
Ni que decir tiene que el archivo digital proveniente de las cámaras de seguridad, que registraron el suceso, empezó a ser copiado y enviado masivamente a las cuentas de todos los empleados de LME. La investigación formal que posteriormente Lory encargó, a instancias del perjudicado Tsuruga Ren, concluyó en que era imposible encontrar la persona real tras la cuenta fantasma del remitente original, del que solo se supo el nombre de usuario de su dirección, LOVE_SIMs_4ever. Extraño, muy extraño…
En su despacho, Lory no hace más que reírse. Está doblado por la mitad, agarrándose el vientre, mientras sus carcajadas resuenan por la habitación. Revisiona el vídeo de seguridad una y otra vez. Por enésima vez… "Este chico… tan aburrido como era, y míralo ahora… Se ha vuelto muuuucho más interesante". Los hechos, tal y como quedaron recogidos por las cámaras, son los siguientes:
Tsuruga Ren está bajando las escaleras del vestíbulo central de LME, le sigue Yashiro Yukihito, su mánager. Tsuruga-san se detiene, sonríe, parece despistarse, y pierde pie. El pie se le va dos escalones más abajo. Su cuerpo se desequilibra. El torso se adelanta y la gravedad hace el resto… Tropieza con otro escalón, se cae de frente, su cuerpo se dobla, rueda sobre sí mismo, las piernas, sus largas piernas, se disparan al aire, se enredan, sus miembros se enmarañan, todo piernas y brazos dando vueltas… y acaba finalmente con el culo en el suelo, metro noventa tirado de espaldas, completamente desbaratado y despatarrado al final de la escalera.
Sofocando nuevas risotadas, Lory está considerando aún si enviarles copia a las listas de distribución de los estudios Fuji TV y TBM… Aunque finalmente lo descarta. Si Fuji tuviera el vídeo, no tardarían ni tres minutos en estarlo emitiendo como noticia de última hora en el canal de noticias. Se enterarán, por supuesto, pero que sea como deben ser estas cosas, de boca en boca, por terceros, y no por él (mejor dicho, por ese usuario anónimo que está enviando el vídeo…). Cuando se publique en la prensa, la noticia ya llegará fría, tergiversada y deformada, con lo que será más fácil enfrentar a los periodistas… Y un poco de publicidad gratuita no viene mal…
Kyoko, la pobre, se siente culpable. ¿Por qué? Bueno, ella acababa de salir del salón de Jelly con las chicas, porque tenían una misión Love Me conjunta. Las enviaban a un telemaratón de caridad, y las habían puesto monas para las cámaras. Realmente solo tendrían que saludar cuando las presentaran y atender los teléfonos mientras durara su turno. Pues la pobre Kyoko nunca pudo llegar a irse con ellas. Despidió a las chicas y se quedó con su lesionado senpai. No podía dejarlo en ese estado, y menos cuando lo ocurrido era culpa suya. Porque Tsuruga-san se cayó por ir a saludarla.
En fin, uno puede llegar a imaginar lo que realmente pasó… Ren se cayó porque su percepción del mundo real se desvanece en cuanto Kyoko se convierte en el punto focal de su visión. Vamos, esa sería la explicación seudo-científica. En lengua vulgar, se quedó embobado al verla. Se quedó encandilado. Porque estaba linda. No, corrijo, estaba preciosa. La había visto salir de aquel pasillo con sus compañeras. Estaban cruzando el vestíbulo hacia la salida y casi en el último momento, ella gira la cabeza y lo ve a él, mirándola. Kyoko se detiene y le sonríe, alegre. El corazón de Ren se para dos segundos ante esa sonrisa, y que él duplica con la suya. Y entonces va hacia ella, atraído inevitablemente como una desventurada polilla a la luz más fuerte. La cosa es que con Kyoko ocupando su mente y su visión ni se acordó de dónde estaba. Unas escaleras. Sí. En unas escaleras no puedes caminar igual que en llano. Esto lo saben hasta los niños… Pues a este pobre hombre se le olvidó. Y claro… pasó lo que pasó… El resultado fue todo un espectáculo…
Kyoko no se lo cree… Todo LME lo está comentando… Allí mismo, delante de él… Tsuruga Ren en el suelo, descalabrado… Tsuruga Ren no se tropieza. Jamás. No, no, no… Imposible… Ante todo, Ren encarna el glamour de un caballero andante moderno. Y los caballeros andantes no se tropiezan… Pues no. El pobre hombre yace en el suelo, consciente, eso sí, intentando sentarse y recuperar un poco de dignidad. Así, que allí está ella, protegiéndolo de las miradas curiosas y morbosas, mientras Yashiro espera por la ambulancia. Kyoko le ofrece sus manos para ayudarlo a incorporarse un poco. A Ren le duele casi todo. El orgullo, lo que más… Por favor, tremenda exhibición de torpeza había dado…
Cuando por fin llega la ambulancia y están atendiendo a Ren, Kyoko se despide de Yashiro y le pide que le mande mensajes manteniéndola al tanto. Ella le llamará en cuanto le sea posible, para ver cómo se encuentra. Ren maldice a los técnicos sanitarios por distraerle y no permitirle darse cuenta de la partida de Kyoko. Su mánager por supuesto interpreta correctamente su frustración y ya en el hospital se digna a informarle del recado de Kyoko.
- ¿Quieres llamarla, Ren?
- No… Estará ocupada…, no podrá atender el teléfono. Pero en cuanto ella llame, me la pasas.
- Por supuesto, Ren…
Finalmente, tras las radiografías y el reconocimiento, el diagnóstico. Una pequeña fisura de costilla, muchos hematomas en el tórax, casi todos en la espalda y el costado, unos pocos en el torso, y una torcedura en el pie, que por poco no llegó a ser esguince. Se le encomienda bastante reposo los primeros días, porque la fisura es lo más doloroso, y necesita descanso para sanarse bien… Normalmente sería de un par de semanas, pero saben que eso es imposible. Le recetan ibuprofeno, una pomada específica para los cardenales (el Thrombocid de toda la vida…), y la aplicación de bolsas de hielo en las zonas más afectadas, para el dolor y la hinchazón, y le exhortan a evitar los esfuerzos físicos por un tiempo.
Es aquí cuando comienza el verdadero trabajo de Yashiro. Admirando una vez más su eficiencia, Ren le ve tomar la agenda y, teléfono en mano (enguantada), empezar a mover, desplazar, negociar, cancelar o reubicar sus compromisos. Ha despejado además por completo su agenda para los dos días siguientes. Después, podrá seguir trabajando, aunque con limitaciones, evidentemente. Las sesiones fotográficas que requieran de su semidesnudez (torácica, mal pensadas…) quedan descartadas o pospuestas. El rodaje de escenas de acción también deberá retrasarse.
El médico le da la posibilidad de hacer noche en el hospital, dado que esa será la noche que peor lo pasará, cuando el dolor y las molestias serán más fuertes, y necesitará asistencia, alguien que le ayude… Mientras esperan un taxi, Yashiro sigue intentando convencer a su representado. Ren se niega.
- No, no necesito asistencia. No quiero pasar la noche en el hospital… Me voy a casa solo.
- Pero no puedes estar solo esta noche, Ren…
- Da igual. No te preocupes. Estaré bien, Yashiro-san…
- Pues es una lástima, Ren. Kyoko y yo te íbamos a ayudar esta noche.
- …
- Hablé con ella mientras estabas en Rayos. Vendrá en cuanto termine en el telemaratón.
- Bueno, vale, si es así… -Ren maldice su falta de orgullo. Le dan una posibilidad de estar con Kyoko, y la acepta. Ni siquiera se molesta en disimular, y menos con Yashiro. Ya no le queda dignidad. La perdió toda el día que se descubrió enamorado del miembro nº 1 de la Sección Love Me.