Cap. 19
Penélope Jackson no había tenido una infancia agradable. Tuvo que ver como su madre se casaba con ese asqueroso hombre llamado Gabe Ugliano, a quien "cariñosamente" llamaba Gabe maloliente.
Y aun cuando el amor por su madre era tan profundo…también lo era su resentimiento hacia ella.
Su madre pasaba gran parte del día en los múltiples trabajos que tenía para poder pagar todas las cuentas de Gabe.
Nunca estaba en casa.
No estaba cuando los empujones de Gabe se volvieron bofetadas, puños o patadas. No estaba cuando su padrastro comenzó a decir lo mucho que podría recibir si se decidiera a venderla.
No estaba la única vez que Gabe trato de tocarla.
Penny nunca supo si todo fue una coincidencia o no. Solo sabe que estaba tan aterrada que el sorprendente chorro de agua que broto de una tubería distrajo a Gabe lo suficiente como para que ella pudiera huir y esconderse en su cuarto.
No sabe que paso. Su sangre bombeaba tan rápido que sus oídos silbaban con fuerza. Se escuchó un grito y un golpe en la sala, pero Penny no salió a ver qué pasaba.
Gabe nunca trato de tocarla nuevamente, parecía algo aterrado. Sus golpizas se volvieron amenazas verbales y uno que otro golpe ya no tan duro como antes.
Entonces ella empezó a ir a un internado.
Tenía solo 11 años. Un año antes de que un sátiro la encontrara y sus recuerdos comenzaran a volverse borrosos.
No recuerda muchas cosas desde un paseo al museo.
Recuerda cosas al azar.
Un chico con un parche en el ojo.
Una niña de ojos morados y tiara plateada que moribunda mira a las estrellas con una sonrisa. Y a otra niña de ojos caramelos mirando con tristeza el mar sabiendo que nunca podría salir de su isla.
Recuerda a Fred/Apolo, pidiéndole salvar a su hermana.
Recuerda a Hermes suplicando por que ayude a Luke.
Recuerda a Circe prometiéndole grandes cosas si se unía a ella.
Recuerda a Ares siendo controlado por Kronos.
A Silena sonriendo divertida mientras Charles hacia el tonto para conquistarla.
Los recuerdos de Clarisse y Rachel son medio borrosos, pero puede recordar el profundo cariño que les tiene.
Recuerda dos hermanos idénticos que no son gemelos y dos gemelos que no son idénticos.
Recuerda a Luke muriendo en sus brazos.
Recuerda a Nico con unas curiosas tarjetas sobre los dioses.
A Bianca usando la plateada tiara y dirigiendo todo un grupo de cazadoras sobre el puente de Nueva York.
Recuerda la sonrisa de su padre y los abrazos que le dio.
Recuerda su encuentro con Triton.
Recuerda todo lo vivido junto a una niña de largos cabellos rubios y tormentosos ojos grises pero su mente no puede encajar un nombre para ella.
Recuerda el pino del campamento
A Theo saliendo de árbol gracias al vellocino de oro.
Y luego está el único recuerdo que la acompaño esos largos meses bajo el entrenamiento de Lupa. Los relampagueantes ojos azules y la cálida presencia que la envuelve en una suave caricia eléctrica.
Desde que llego al campamento Jupiter sintió que Jason era el único que coincidía con ese recuerdo en específico. Eso era suficiente para ella. Jason le daba una sensación se seguridad que nunca antes había sentido.
Hasta…
"…Y este es Theodore, hijo de Zeus…"
Hasta que Theo llego en el barco griego.
El hijo de Zeus le hacía sentir confundida. Todas las emociones que despertaba en ella eran igual de intensas que las provocadas por Jason.
Le hacía sentir culpable de alguna manera.
Se aferraba más a Jason en un intento de dejar de lado la creciente atracción que parecía despertarle el hermano griego de su novio.
Pero de momentos solo quería poder envolverse en Theo y dejarse sentir.
Había suplicado por ayuda a su padre, pero la única respuesta que recibió fue una vieja tarjeta de presentación de la Caza de Artemisa. Su padre ciertamente no sería de ayuda en esa situación.
Por eso estaba feliz de tener esa misión solo con Hazel y Piper. Aunque no estaba saliendo como esperaba.
—¿Cómo es ser una hija de Afrodita?
—Irritante
Piper al parecer aun no le había perdonado por ser la novia real de su novio ilusorio.
—Hazel, he notado que entre tú y Leo…
—¡No hay nada! ¡Nada de nada!
Hazel por otro lado parecía querer negar el tenso triangulo en que estaba metiéndose. Penny la comprendía, pero no servía de ayuda.
—Miren
Hazel señalo una figura traslucida que flotaba soltando un resplandeciente brillo. Como en trance Piper comenzó a caminar hasta dicha figura.
Con forme más se acercaban Penny podía distinguir sus rastros. Sus cabellos rubios pasaban a negros de un segundo a otro. Las pecas aparecían y desaparecían también. Una ligera cicatriz se veía perfecta en sus carnosos labios. Toda su figura era un cambio constante entre dos construcciones similares.
Salvo por los ojos. Sus ojos nunca dejaban de ser de ese azul eléctrico que Penny solo había visto en los hijos del cielo.
—Afrodita— musito Penny
—Mamá— refuto Piper con algo de molestia
—¡Chicas!— saluda la diosa con una gran sonrisa mientras las envuelve en un delicado abrazo —Llegan a tiempo para la hora del té
Las condujo hasta un pabellón central rodeado de jardines donde había una mesa con cubiertos, tazas de porcelana, y por supuesto una olla humeante de té, la fragancia cambiaba con tanta facilidad como la apariencia de Afrodita, a veces de canela, o jazmín o menta. Había platos de bollos, galletas y magdalenas, mermelada y mantequilla fresca.
Afrodita se sentó, en una silla de mimbre pavo real. Se sirvió el té y pasteles sin conseguir una sola mancha en su ropa, su postura siempre era perfecta, su sonrisa deslumbrante.
Piper parecía estar a punto de estallar en cualquier momento.
—Oh, mis dulces niñas— dijo la diosa —Las bodas que he asistido en este mirador traen lágrimas a mis ojos. Y las bodas elegantes de la época del Viejo Sur. Ah, eran preciosas. Muchas de estas mansiones todavía tienen estatuas de mí en sus jardines, aunque me llamaron Venus.
—¿Quién es usted?— Preguntó Hazel con timidez —¿Venus o Afrodita?
La diosa tomó un sorbo de té. Sus ojos brillaban con picardía.
—Me siento a la vez Afrodita y Venus. A diferencia de muchos de mis compañeros olímpicos, no he cambiado casi nada de una edad a otra. De hecho, ¡me gusta pensar que no he envejecido ni un poco!— Sus dedos revolotearon alrededor de su cara con aprecio —El amor es el amor, después de todo, si eres griego o romano. Esta guerra civil no me afecta tanto como lo harán con los demás.
—No estamos en una guerra, sin embargo, mi señora— murmuroHazel a la par que mordisqueó una galleta de azúcar
—Oh, querida Hazel— Afrodita dobló su abanico —Este optimismo, sin embargo, es desgarrador en los días por venir. Por supuesto que la guerra se acerca. El amor y la guerra siempre van de la mano. ¡Ellos son los picos de la emoción humana! El mal y el bien, la belleza y la fealdad.
—¿días desgarradores?— repitió Penny algo cautelosa
—Mi niña— arrullo la diosa —una vez prometí hacer tu vida amorosa interesante…¿lo recuerdas?
—uhm…no…
—¡Oh, claro!— farfullo —Hera y sus intromisiones— suspiro —si tan solo pudieras recordar sabrías de que hablo— recoge un bollo y lo come delicadamente
—Madre— espeto Piper —¿hay una razón por la que estés aquí?
—¿te refieres además del té?— consulto la diosa con una sonrisa soñadora —A menudo vengo aquí. Me encantan las vistas, la comida, la atmósfera que sólo huele a romance y la angustia en el aire— Señala a una mansión cercana —¿Ven ese balcón en la azotea? Tuvimos una fiesta allí la noche de la Guerra Civil norteamericana. El bombardeo de Fort Sumter.
—¿Una fiesta durante un bombardeo?
—Oh, que fiesta— dijo Afrodita —Un cuarteto de cuerdas, y todos los hombres en sus elegantes uniformes oficiales nuevos. Los vestidos que las mujeres, ¡deberían haberlos visto! Bailé con Ares o ¿era Marte? Me temo que yo estaba un poco mareada. Y las explosiones hermosas de luz a través del puerto, el rugido de los cañones ¡daban a los hombres una excusa para poner sus brazos alrededor de sus novias asustadas!
—¡Madre!— volvió a exclamar Piper —Francamente no estamos interesadas en los juegos previos que tengas con el dios de la guerra
—Dilo por ti cariño, creo que Penny está bastante interesada
—Solo tengo curiosidad de si fue la influencia tuya o de Ares lo que les hacía ignorar el peligro que corrían— se apresura en decir una Penny sonrojada
—Por supuesto querida, qué otra razón tendrías— sonríe Afrodita con picardía —Pero volviendo a su búsqueda…Dudo que ustedes vayan a saber de Hera pronto. Su búsqueda poco apenas ha hecho para darle la bienvenida en el salón del trono. Y los otros dioses están bastante indispuestos, como ustedes saben, divididos entre sus lados romanos y griegos. Algunos más que otros— mira a Penny —tu amiga Annabeth ha tenido una discusión con su madre lo cual ha ocasionado que tenga que emprender la peor de las misiones
—¿Una discusión?
—No lo recuerdas, pero ella es una hija de Atenea— toma un sorbo de té —Atenea era la más griega de todas las diosas. La patrona de Atenas, después de todo. Cuando los romanos conquistaron... oh, adoptaron a Atenea en cierto modo. Ella se convirtió en Minerva, la diosa de la artesanía y el ingenio. Pero los romanos tenían otros dioses de guerra que estaban más a su gusto, de forma más fiable más romana como Bellona.
—La madre de Reyna
—Tuve una charla encantadora con Reyna hace un tiempo, aquí en el parque. Y los romanos tenían a Marte, por supuesto. Y después, estaba Mitras que no era griego o romano, pero los legionarios estaban locos por su culto. Yo siempre lo encontró terriblemente grosero y nouveau dieu, personalmente. En cualquier caso, los romanos marginaron bastante a Atenea. Se llevaron la mayor parte de su importancia militar. Los griegos nunca perdonaron a los romanos por aquel insulto. Tampoco Atenea
—Esa misión se cruza con la nuestra verdad— inquirió Penny —por eso nos cuentas todo esto…
—Annabeth debe encontrar la estatua de Atenea para que la misión de los siete pueda lograrse, de lo contrario Gea gana— la mirada de Afrodita se vuelve seria —Deben entender que los hijos de Atenea, han estado buscando esa estatua durante siglos. Ninguno de ellos ha tenido éxito en su recuperación. Mientras tanto, han estado manteniendo viva la disputa griega con los romanos. Toda guerra civil... tanto derramamiento de sangre y sufrimiento... ha sido orquestada en gran parte por los niños de Atenea
—¿Qué pasa si ella falla?— consulta Hazel con miedo —dijo que Gea ganaba pero…ya estamos colaborando entre ambos campos, como podríamos iniciar otra guerra
—Hera orquesto un plan de respaldo por si Annabeth fallaba en la recuperación de la estatua— mira fijamente a Penny —ambos campamentos debían unirse por Penny
—¿yo?
—Arreglo el camino para que te encuentres con Jason— musito —todo lo que paso entre los dos es real, eso no temas— asegura —pero ella intervino para que sus caminos se juntaran antes de tiempo— sonríe maternalmente —Estabas destinada a encontrar a Jason en algún momento y todo seguiría su curso…— frunce levemente el ceño —Pero ahora con la intervención de Hera…Jano ha dispuesto muchas puertas para que escojas
—¿Cuál…?
—Temo que eso es algo que solo tú puedes descifrar querida— la miro con simpatía —Pero te prometo que tanto yo como mis hijos haremos todo lo posible por ayudarte— sujeta las manos de Penny entre las suyas —Tómalo como un agradecimiento por no manchar el recuerdo de mi Silena
—¿Silena?
—Lo recordaras— susurro la diosa antes de soplar levemente sobre la chica —ayudare, aunque el drama es mi especialidad— anuncio viendo como un aura rosada rodeaba a la chica— sonríe misteriosa mientras saca un tubo metálico de su bolso —Entrégale esto a Annabeth Chase, dile que la marca de Atenea ardera para ella— coge una canasta llena de bocadillos y se los pasa a Hazel —Ahora es momento de que partan
—¡Mamá que has hecho!
—Ya verás Piper, cuando nuestra querida Penny se encuentre con el primer ser de procedencia divina…
Penny no sabe qué pasa. Las palabras de la diosa parecen haber activado algo en ella, suavemente sujeta el misterioso tuvo e inicia el camino de regreso al barco.
Escucha como Hazel y Piper le hacen preguntas sin parar, pero ella no siente que deba hacerlo.
La llegada al barco fue normal. Subieron por la escalera que les lanzaron.
Cuando Penny termino de subir alzo la vista topándose con esos hechizantes ojos que la atormentaban.
No es consciente de hacerlo. Un segundo está viendo esos electrizantes ojos y al siguiente se pierde en medio de un desenfrenado beso.
Escucha como un eco de fondo, varias voces exaltadas. Vagamente logra distinguir las voces de Piper y Hazel explicando que todo era culpa de Afrodita.
Lentamente Penny se va separando.
A quien tiene delante es Theo y no Jason.
Mortificada retrocede. Puede ver el dolor en los ojos del hijo de Zeus antes de que los cubra.
—¡Auch!— se burla con falsa molestia —Estoy seguro de que no soy tan malo
Jason rápidamente se acerca y le dice a Penny que las otras chicas explicaron lo que todo era producto de los juegos de Afrodita.
Penny trata de tranquilizarse aferrándose a la presencia de Jason como un salvavidas.
Explican todo lo que la diosa les dijo. Luke habla un poco sobre el tema de Silena antes de decir que trataría de comunicarse con Annabeth para que puedan darle su encargo.
Theo desapareció luego de la reunión.
Con fingida calma conduce a Jason a su camarote y lo seduce por la simple razón de que necesita sentir su conexión con el romano. Jason sabe que hay algo que no le está diciendo, pero no la presiona.
Al final. Cuando Jason está dormido, Penny no puede evitar sentirse culpable.
Porque fue el hechizo de Afrodita lo que le hizo besar a Theo.
Pero fue el beso de Theo lo que le hizo recuperar sus recuerdos.
T&P&J
Tan tan tan.
Encima que no publico seguido se los dejo así xD
Pero bueno, como dice Afrodita, no hay nada mejor que un buen drama.