Disclaimer: antes de leer debo aclarar que los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen son propiedad de Naoko Takeuchi y son utilizados en este relato con el fin de entretener y sin fines de lucro. La historia sí es de mi autoría.
Este mini fic participa del reto Navidad/Año Nuevo del foro Ladies Kou. Con la pareja Lita(Makoto)/Taiki.
La Estrella de Belén
"En el portal de Belén hay estrellas Sol y luna, la Virgen y San José
y el Niño que está en la cuna".
Lita era demasiado detallista. Y justo acaba de iniciar diciembre su mes favorito del año por dos razones muy especiales: era su cumpleaños y se celebraba la Navidad.
Por eso desde noviembre se volcaba a los detalles de su minuciosa decoración, además hacía su lista de regalos navideña para comprar todo con tiempo y evitarse las largas filas y las aglomeraciones propias de las fiestas de fin de año.
Y como por norma tenía iniciar su decoración desde el primer día de diciembre, estaba en su apartamento decorando el exterior con las guirnaldas que imitaban pino alrededor de las ventanas, luego colocó las lucecitas en forma de lluvias y decoró con bombones y lazos. Una vez terminada procedió a probar las luces para ver el contraste de las mismas con la decoración y el resultado simplemente le encantó.
Después de las ventanas siguió la decoración de la puerta, donde el detalle principal era una enorme corona de pino también iluminada pero esta vez con pequeñas lucecitas de colores y muchos lazos, flores de navidad y también bombones.
Terminado con el exterior procedió a colocar el árbol, amaba el aroma a pino, por eso siempre compraba un árbol natural enorme que ocupara gran parte de la sala de su apartamento, ya lo había colocado el árbol en su base y el mismo extendía sus ramas verdes hacia todos lados. Comenzó con las luces rodeando el árbol, después enormes cintas en bucles comenzaron a darle color al árbol, luego fue el turno de los bombones de colores, los adornos con forma de Santa Claus, hombres de nieves, renos y medias navideñas. Y para forrar la base del árbol colocó un hermoso pie de árbol con lentejuelas de colores que brillaban mucho por efecto de las luces reflejadas en ellas.
Pero a pesar de que cada detalle le encantaba, lo que más la emocionaba era colocar el nacimiento junto al árbol.
Sacar las figuras de Jesús, María y José, los pastores, los reyes magos, siempre la trasportaba a su niñez. Le recordaba a las historias que le contaba su abuelita sobre el nacimiento del Niño Dios.
Su abuela Luna era una mujer muy sabia, y fue ella quien le inculcó el amor por la navidad. Cuando sólo le faltaba colocar la estrella de Belén que guiaba a los Reyes Magos recordó una historia que le contó su abuelita cuando apenas tenía 8 años.
"Pastores venid, pastores llegad,
a adorar al niño que ha nacido ya."
Diciembre 1994
-Pequeña Mako—como tiernamente le llamaba su abuelita- ¿Alguna vez te he contado la historia de la estrella de Belén?
- No, abuela Luna. ¿De qué se trata?—le respondió la pequeña que era muy madura para su edad, además siempre estaba ávida de conocimientos.
- Verás, los Reyes Magos venían de diferentes partes del Oriente y no sabían cómo llegar a donde se encontraba el Niño Dios, por lo que le pidieron a los cielos una señal y desde ese momento la estrella brilló con más intensidad, los Reyes Magos comenzaron a seguir a esa hermosa estrella que se movía por delante de ellos hasta llevarlos a su destino, ver al Niño Jesús.
-Las estrellas no se mueven abuelita, ellas siempre están en el cielo brillando. —le afirmó la pequeña con total seguridad, pero que acompañada con esa voz infantil hacía que se viera tan tierna.
-Te equivocas, mi pequeña Mako. —Le dijo dulcemente su abuelita—Las estrellas se mueven, y las estrellas que se mueven son mágicas. Debes pedirle un deseo para que se te haga realidad.
-¿Estrellas Mágicas, abuelita?—le preguntó la pequeña con cara de incredulidad— ¿Qué clase de deseo cumplen? ¿Puedo pedir una casa para mi Barbie?
-Puedes pedirle eso, y lo más seguro es que te lo cumplirán, pero uno usa su deseo a la estrella de Belén para cosas más importantes, más grandes y un poco más difíciles de conseguir.
-¿Cómo qué abuelita?—le inquirió la pequeña muy curiosa y sobre todo con ganas de entender a lo que su abuela se refería.
-Pues bueno te explicaré con un ejemplo. Cuando hace unos quince años tus padres se casaron estaban muy emocionados con la idea de tener un bebé, pero por más que lo intentaban tu mamá no podía quedar embarazada, con el pasar de los años tu mamá iba perdiendo las esperanzas de quedar embarazada por lo tanto hace unas 9 navidades atrás, le pedí a la estrella de Belén un deseo grande, importante y que parecía que estaba siendo difícil de conseguir. ¿Sabes que pedí?—le preguntó su abuelita acariciándole el rostro a la pequeña Lita.
-No sé abuelita, dime ¿Qué pediste?—le decía la pequeña Lita, con sus ojos verdes expectantes a la respuesta de su abuelita.
-A ti, mí querida Mako. Tú fuiste mi deseo a la estrella de Belén, tú eres prueba de que la estrella si cumple los deseos grandes, importantes y un poco difíciles de conseguir si se cumplen.
"Esta noche nace el niño entre la escarcha y el hielo,
Quien pudiera niño mío vestirte de terciopelo".
En las navidades siempre recordaba algunas de las historias que le contaba su abuelita, pero hacía mucho tiempo que la historia de la estrella de Belén no venía a su memoria. Por eso le pareció que era lo que necesitaba. Necesitaba algo en que creer, algo que la hiciera desear.
Y no es que estuviera inconforme con su vida. Amaba lo que tenía.
Tenía cuatro amigas espectaculares que la apoyaban en todo. Serena la llorona, la que mantenía el grupo unido con su carisma, la mejor amiga de todas. Rei la cascarrabias, pero incondicional. Mina la famosa modelo, extrovertida y divertida. Y Ami la cerebrito del grupo y la que siempre les ponía los pies en la tierra.
Tenía a dos ángeles en el cielo, su papá y su mamá que la cuidaban desde cuando ella era una niña pequeña, y un ángel en la tierra que era su abuelita Luna, la cual amaba con todas su fuerzas.
Profesionalmente logró sus sueños de estudiar cocina internacional, abrir su propio negocio de pasteles y banquetes y durante los últimos meses estaba incursionando en el mundo de la televisión con un pequeño programa de 30 minutos.
Su vida era genial. Pero a los 28 años sentía que le faltaba algo que ya ni sus amigas, ni sus logros profesionales lograban llenar.
Ese algo lo descubrió hace una par de semanas cuando la última de sus amigas que pensaba que daría ese paso lo dio. Aun recordarlo lo sentía como una palmada en la mejilla. Pues fue como un despertar a la realidad.
"Pastores venid, pastores llegad,
a adorar al niño que ha nacido ya."
Hace un par de semanas atrás…
Era extraño que Ami convocara una reunión extraordinaria, como solían llamar a sus encuentros donde era urgente, e imposible de faltar. Es por eso que todas llegaron puntuales a la cita, incluso Serena y Mina que llegaban tarde a todos lados.
-¿Qué querrá contarnos Ami?—cuestionó impaciente Serena.
-Lo más seguro es que se habrá ganado una beca para seguir estudiando. Ella es insaciable en cuanto a estudios se refiere. —dijo Rei
-Es verdad—secundó Lita—estudiar es para ella como cocinar es para mí. Es su pasión.
-Allí viene Ami—les alertó Mina.
-¡Hola chicas!—decía agitadamente Ami, ya que había subido corriendo las escaleras del templo donde vivía el abuelo de Rei y que a pesar de los años seguía siendo el punto de reunión de asuntos urgentes e imperdibles. Pues seguí manteniéndose como un lugar de paz y tranquilidad. –Disculpen que haya convocado esta reunión tan de improviso pero tengo un anuncio que hacerles. —decía una Ami que se dedicó a repartir besos a modo de saludos a sus amigas.
-Cuenta ya que nos tienes en ascuas. —seguía Serena impaciente.
-Bien, vamos al grano—decía una Ami que comenzaba a sonrojarse. —sé que no les va a gustar que haya callado esto por un tiempo, pero he estado saliendo con alguien, y la cosa se ha puesto seria entre nosotros y pues…
-¡No lo puedo creer!—exclamó Mina—te has enamorado ¿verdad? ¿Quién es él?
-Déjala hablar—Le cortó Rei.
En ese momento el corazón de Lita se detuvo. Y Serena fue la única que notó su silencio y lo inmóvil que estaba. No solía guardar secretos para con sus amigas, pero hubo un secreto que sólo compartió con Serena, y lo cayó para las demás. Y era que en algún momento tanto Ami como ella se habían enamorado del mismo chico. Y pues ella prefería callar y sufrir que hacer sufrir a una de sus mejores amigas. Serena le había aconsejado hablarlo con Ami, pero cuando vio la ilusión en los ojos de su amiga cuando veía o hablaba con aquel chico no tuvo corazón para hacerlo. Por eso calló. Y aunque por fuera aparentara ser la más fuerte, en el fondo en temas del corazón siempre era un poco cobarde.
-Lo conocí hace un par de meses atrás, es médico y vino a hacer su especialidad en mi hospital, y pues me ha pedido que seamos novios y le he dicho que sí—contaba Ami entre el sonrojo, la emoción un poco de pena de por primera vez admitir abiertamente sus sentimientos por un chico en frente de sus amigas.
Lita estaba tan absorta en sus pensamientos y en sus miedos de que lo que más se temía se hiciera realidad que solo escuchó la parte donde Ami decía que le habían pedido que fuesen novios y que ella había dicho que sí. Sus ojos no pudieron evitar derramar una lágrima.
-Lita, estás llorando. —se percató Ami.
Sorprendida Lita solo atinó a mirarla y se quedó sin qué decir.
-Es de felicidad ¿verdad Lita?—le salvó Serena.
-Claro Ami, de felicidad. —repetía un poco aturdida Lita.
-Pero aún no nos has dado detalles de él. —le inquirió Mina con curiosidad.
-Pues su nombre es Richard Black. Es médico como yo. Y pues debía darles esta pequeña introducción porque él moría por conocerlas a todas y pues ha venido conmigo.
Todas, menos Lita, gritaron emocionadas. Lita aún no se despertaba del shock de la noticia. Ami había dicho que su novio se llamaba Richard. ¿Y Taiki? Acaso ellos no eran el uno para el otro, eso fue lo que siempre pensó desde que estaban en la secundaria. Se sintió como una tonta porque las lágrimas que derramó eran de celos por Ami, pues pensó que Taiki y ella habían decidido comenzar a salir por fin. Pensó en hacer la pregunta sobre y ahora que pasaba con Taiki, pues sabía por Serena que cuando podían ambos se frecuentaban aunque fuera para tomar un café y estaba a punto de formularla cuando un chico de cabellos negros, no tan alto, bastante guapo y de ojos negro azabaches apareció por las escaleras del templo.
-Chicas, él es Richard. Mi novio—decía Ami mientras bajaba la cabeza y se sonrojaba.
-Mucho gusto chicas, en un gran honor para mí conocerlas al fin, siento que ya las conozco de todo lo que habla Ami de ustedes.
Y el chico comenzó a identificarlas, primero a Rei, luego a Lita, dudó un poco entre Serena y Mina, pero al final atinó a decir cuál era cual.
Todo estuvo un poco mejor para Lita después de eso. Richard le pareció un amor de persona, era muy desenvuelto era el complemento de Ami, divertido, relajado, muy buen conversador, y empático.
-Deberíamos hacer citas de parejas—propuso Mina
-Creo que no es una buena idea—le aseguró Serena
-¿Por qué no? –cuestionó Mina
-Porque los chicos estarán muy ocupados el próximo mes por fiestas navideñas y de fin de año. —agregó Serena con una seriedad poco característica en ella
-Yaten no me ha comentado nada de eso. —le respondió Mina—Vamos Serena, tú vas con Seiya, Rei con Darien; y Lita…
-Lo dudo—la interrumpió Rei, percatándose de la imprudencia que estaba cometiendo Mina—Darien está muy ocupado con las clases de la universidad y además debe viajar en estos días para dar una conferencia, y después no tiene descanso hasta las vacaciones por Navidad.
-Sí—la secundó Ami—nosotros no tenemos mucho tiempo porque estamos en rotaciones en el hospital y pues a veces nos toca doblar turno.
-Bueno lo podemos dejar para Año Nuevo. —insistía Mina.
-Chicas, si es por mí no se preocupen. —Las interrumpió Lita. —ustedes pueden salir, saben que entre la pastelería y los banquetes y mi programa de televisión es poco el tiempo que me queda para mí.
"Una estrella se ha perdido y en el cielo no aparece,
en tu cara se ha metido y en su rostro resplandece".
Y después de ese día, se dio cuenta de que el vacío que comenzaba a crecer en su vida era el vacío que solo el amor puede llenar. El amor por el ser amado.
Es por eso que colocando la estrella de Belén sobre el cielo de su Nacimiento. Cerró los ojos y pidió su deseo grande, importante y difícil de conseguir: "Querida Estrella de Belén, deseo con todas mis fuerzas encontrar el amor verdadero, sincero y duradero".
Afuera en el cielo, justo en el momento que ella pedía su deseo, una estrella comenzaba a brillar con más intensidad. El brillo de la estrella fue tal que la sala se iluminó con tal intensidad que tuvo que abrir los ojos. Salió hacia el balcón a ver qué pasaba y se dio cuenta que la luz provenía del cielo, de una estrella y pudo jurar que en la estrella se dibujó un rostro y cuando quiso asegurarse de lo que veía, un rayo de luz se dirigió a ella y la impactó.
"Pastores venid, pastores llegad,
a adorar al niño que ha nacido ya."
Taiki se encontraba en su apartamento, y a pesar de que estaba iniciando diciembre y que la actividad del momento era la decoración propia de las fiestas navideñas, él no tenía la intención de caer en esa rutina. La Navidad no era una fiesta de la que disfrutara mucho, puesto que no le veía sentido. Creía que era más un invento de la empresa privada para impulsar el consumismo y vender toda la mercancía que no vendían en el año. Bajo el supuesto de que ofrecían las mejores ofertas del año. Cosa que le parecía puras tetras de mercadeo.
Es por eso que en su casa se rehusaba a todo lo que tuviera un atisbo de navidad. No quería saber de luces enredadas, ni de guirnaldas imitaciones de pino, ni de arboles navideños, ni de santas, ni de hombres de nieve. Sí, exageraba claro. No dé a gratis se había ganado el apodo de "grinch" pues su actitud lo hizo meritorio a semejante calificativo. Aunque él personalmente, estaba en desacuerdo con el apodo pues él alegaba que el Grinch se robó la navidad, el simplemente no le gustaba y no la vivía como el resto de los mortales. Para él diciembre era un mes más del calendario.
Él podía concurrir a sitios decorados alusivos a navidad, sin mayores complicaciones siempre y cuando no se le quisiera tomar en cuenta como ayudante de decoración, y pues lo había comprobado hoy, cuando fue a visitar a sus dos hermanos para afinar la agenda de conciertos del mes. Tanto Yaten como Seiya habían sido sometidos a ser los ayudantes de la decoración navideña, por su novia y esposa, respectivamente.
A Yaten lo encontró tratando de desenrollar una extensión de lucecitas navideñas, para poder colocarlas alrededor de un árbol navideño, que le causó alergia. Bueno, en realidad no le causó alergia, simplemente fue la excusa que se inventó para retirarse un poco más aprisa de allí, pues notó en las miradas de Mina que él sería su próximo ayudante si no se alegaba pronto.
También visitó a Seiya y este lo encontró tratando de alcanzar la punta de un árbol que era enorme dentro de la sala de estar de su casa. Estaba sobre una escalera enorme donde le pareció que su hermano caería y se rompería una pierna, pero cuando recién colocó el ángel en la cima del árbol pues su cuñada Serena comenzó a saltar de la alegría. Para él era algo tan tonto pero para ella fue como ganarse la lotería. Y una vez Seiya bajó de esa insegura escalera charló con él sobre su agenda de trabajo para ese mes, y pues se retiró alegando la misma escusa: alergia al pino de navidad.
Cuando llegó a su casa, algo lo hacía sentir mal y desear lo que sus hermanos tenías. Envidia. Sabía que era un sentimiento muy feo, uno de los siete pecados capitales, pero no podía evitar pensar en la envidia cuando veía lo felices que eran sus hermanos con sus parejas. Él estaba solo. Se dijo que debió ser la alergia al pino lo que lo puso así de sentimental. Por lo que se dirigió al mini bar a servirse una copa de whisky, para relajarse y poder y a dormir.
Sintió su teléfono vibrar no quería ser molestado por nadie pero cuando vio la pantalla que el número era el de Serena decidió contestar.
-¡Hola cuñadito! –decía una voz cantarina al otro lado de la línea.
-Serena—dijo pausadamente y dándole vueltas al vaso de whisky sobre la mesa del mini bar—que me saludes de una manera tan efusiva, es un claro mensaje de que necesitas un favor de mí.—le decía él muy conocedor de las mañas de su cuñada.
-Taiki, ¿por qué siempre eres así? esta vez llamaba para saludarte y saber cómo estabas.
-Pues déjame decirte que no te lo creo—hizo una pausa para beber un sorbo del whisky—porque yo estuve en tu casa esta mañana, así allí pudiste percatarte de que estoy bien.
-Siempre de gruñón—le contestó Serena haciendo un puchero que aunque Taiki no pudo ver percibió en su voz—bueno Taiki, llamaba para desearte unas buenas noches entonces.
-Ok, Serena, buenas noches para ti también—dijo Taiki siguiéndole la corriente—salúdame a Seiya—dijo a modo de despedida.
-Espera Taiki—prácticamente gritó Serena al teléfono.
-Sabía yo que necesitabas algo de mí—le replicó Taiki.
-Sí, pues sí. Necesito un favor tuyo. Te explico, como sabrás mi hermano Sammy es el productor del programa televisivo de Lita. Al parecer durante el mes de diciembre están haciendo un especial de cocina con caras famosas, pues quería preguntarte si te apuntas, para asistir el viernes 5, es el día de cumpleaños de Lita y pues todos estaremos allí, tú como invitado especial al programa y pues te sumará puntos ya que eres el miembro de Three Ligths más cotizado porque eres el último que está soltero.
-Algo me dice que tu plan no admite un no por respuesta. —agregó Taiki dándole un sorbo a su whisky y pensando en aquella chica que Serena había nombrado. Hace un buen tiempo que no se veían.
-¡eh!, eso es un sí, ¿Verdad?—le insistía Serena al otro lado de la línea
-No tengo escapatoria. De lo contrario me toca aguantar un discurso de Seiya sobre mi actitud y todo eso, que francamente ya me sé de memoria. Y eso que tú dices que el gruñón soy yo. Así que pues iré solo que sepas que no sé cocinar pero ni agua hirviendo.
-No te preocupes tú solo serás la cara famosa que hará de ayudante, Lita hará todo. Un millón de gracias Taiki, sabía que podía contar contigo, eres el mejor cuñado que hay—y en un susurro le confesó—incluso mejor que Yaten, pero no se lo digas jamás.
-Serena, nunca cambiarás. —negaba con la cabeza Taiki, pues sabía que lo mismo le decía a Yaten cuando lograba que cediera a alguno de sus planes.
-Hasta el viernes Taiki, que tengas unas muy buenas noches.
- Buenas noches para ti también, Serena.
Taiki cortó la comunicación.
Su cuñada Serena hablaba demasiado. Luego meditó acerca del favor que le pidió Serena. Lita
No es que no supiera de ella pues, es imposible siendo amiga de Serena y Mina. Pero él era un hombre ocupado, y ella una mujer llena de planes y compromisos también.
Hacía un par de años que ella le gustaba pero nunca supo cómo acercársele. Quizás la falta de experticia propia de las adolescencia, su pocas habilidades sociales de ese entonces, donde prefería ser un ratón de bibliotecas, que el alma de la fiesta, pues ese papel se le había otorgado a su hermano Seiya, y no es que fuera un gruñón, pues ese era su hermano Yaten, él era el de carácter intermedio. Él era el serio. Y pues de tanto estudiar se llegó a hacer amigo de Ami, al inicio no niega que hubo algo de atracción, pero después se dio cuenta que no era más que admiración por lo inteligente que era. Aunque si notó que a Ami le pasó algo igual, pero con el tiempo se convirtieron en excelentes amigos.
Pero en la persona que siempre había pensado en una forma diferente había sido Lita. Pero ella siempre lo trató con frialdad y como si hubiese una pared o un vidrio de por medio entre ellos. Siempre.
Con el pasar de los años él se fue alejando de ella y pues rara vez coincidían en los eventos sociales y siempre había un saludo frío de por medio. Un "¡Hola!" "¿Qué tal?" "¿Cómo estás?" "Bien y ¿tú?" "Me alegro" "Cuídate" "Adiós".
Decidió alejar los pensamientos sobre Lita de su cabeza, se tomó lo que le quedaba del Whisky de un solo trago y se disponía a llevar el vaso hacía el lavavajillas de la cocina, cuando notó sobre su mesa de comedor un adorno navideño donde brillaba una estrella, ya de cerca logró distinguir que se trataba de un nacimiento de cerámica, o un pesebre, creía. No estaba muy seguro del término correcto. Al lado de la cerámica habían un sobre con su nombre, procedió a abrirlo y distinguió la letra de su representante, Kakkyu, quien era muy creyente de la magia de la navidad. La nota decía lo siguiente:
El verdadero sentido de la Navidad
No son los regalos, ni las decoraciones,
Ni las luces, ni el árbol de navidad,
El verdadero sentido de la navidad es
Conmemorar el nacimiento del Salvador del mundo
Ese niño que le trajo esperanzas a la humanidad.
Hay una historia muy antigua, que trata sobre la Estrella de Belén
Esa estrella que guió a los Reyes de oriente a encontrar al Niño Jesús
Esa estrella aparece para cada Navidad y se le puede pedir un deseo
Para que el deseo se cumpla debes desearlo con el corazón
Y la estrella hará lo necesario para que tu deseo se haga realidad.
Te deseo una Feliz Navidad,
Con Cariño Kakkyu.
P.D. este es el momento donde pides el deseo (recuerda pídelo con el corazón)
Debió ser por el trago de whisky que se había tomado, pero no bufó de la nota, es más le parecieron muy verdaderas y posibles las palabras allí escritas. Por eso mirando la estrella cerró los ojos y pidió: "encontrar el amor verdadero, sincero y duradero"
De repente la estrella emitió una luz blanca y segadora que lo obligó a cubrirse los ojos con el antebrazo. Cuando volvió a abrir los ojos poco a poco para que se adaptaran a la luminosidad se dio cuenta que la luz no provenía de la estrella del Nacimiento de la mesa sino del balcón. Curioso caminó hasta afuera vio la luz en el cielo y observó una estrella brillar, brillar mucho. De repente vio que en la estrella se dibujaba una cara conocida. Pensando que veía ilusiones cerró los ojos y los volvió a abrir, al hacerlo vio un rayo de luz dirigirse hacia él e impactarlo.
Deseandoles con todo el corazón una hermosa Noche Buena y un día de Navidad en unión familiar, llena de paz y esa magia tan especial que tiene la navidad.
Saludos atentos,
Shelydekou