¡Hola de nuevo!
¡Feliz casi navidad a todos!
Traigo nuevo fic... ¡Yeig!
Esto no estaba planeando subirlo todavía, pero ayer fue el cumpleaños del babu Kageyama, así que...
aquí estamos.
Disculpen si quedó corto, no sé que pasó conmigo :(
Aclaraciones más abajo, ¡Ojalá les guste!

Disclaimer: Haikyuu! no me pertenece, es de Furudate Haruichi.

Advertencia: Ninguna, creo.

Capitulo 1: Olor a quemado.

Un chico bajo de cabellos naranjas pasaba entre el medio de un montón de estudiantes, pidiendo disculpas por doquier mientras era arrastrado por dos chicos mayores.

– ¡Wuaah! ¡Lo siento mucho! –Se excusó por décima vez consecutiva en menos de una hora. Eran demasiadas disculpas por un año.

– ¡Vamos, Vamos Ryuu! ¡No llegaremos a verla a tiempo! –Decía animadamente Nishinoya mientras alentaba a Tanaka a ir más rápido. Ambos tenían a Hinata agarrado uno de cada brazo, y lo arrastraban en contra de su voluntad a donde fuera que se dirigían.

– ¿No deberíamos estar en las practicas? Daichi-san se va a molestar…

– Hinata, nuestro deber es llevarte al salón de ciencias, para poder ver a una de las chicas más hermosas del colegio.

– Después de Kyoko-san, Ryuu.

– Cierto.

En realidad no entendía nada. Estaba tranquilamente cambiándose al uniforme de deportes cuando los dos chicos de segundo año, sin mediar palabras; le arrastraron fuera del salón del club hasta llevarlo a donde se encontraban.

¿Una chica? ¿El que tenía que ver con esa chica?

– ¡No entiendo aún que tengo que ver yo con todo esto!

Ambos detuvieron su andar, parándose en frente de él, sin verlo. Hinata divisó el letrero arriba de la puerta en donde estaban parados. El salón de ciencias.

– A ella le gustan los chicos adorables.

Hinata tembló. ¿Él era… adorable?

Se quedó callado. Con suerte terminarían rápido y se irían a las prácticas del club todo sin que Daichi se diera cuenta.

Lo dudaba.

Tanaka y Nishinoya se asomaron por la ventanilla del aula. Observando a la chica que era tan hermosa. Hinata se quedó atrás, observándolos. Mirando a ambos lados por si venia alguien.

Andaban en uniformes de deporte, era obvio que si los veían los castigarían.

– ¡Ohhh! ¡Allí está! ¡Mírala! ¡Se ve preciosa en esa bata blanca! –Exclamó Nishinoya, agarrando por un brazo a Tanaka, como si se trataran de colegialas enamoradas.

Bueno, lo eran.

Hinata suspiró. Igual esa chica no saldría si estaban tan ocupados allí dentro el salón de ciencias. Había sido una pérdida de tiempo haberlo traído. Seguramente Kageyama estaba lanzando chispas.

Un ligero escalofrío le recorrió por la espalda al imaginarse al armador molesto.

Sinceramente aterrador.

De repente, un olor a quemado invadió el ambiente.

– Hey, huele a quemado.

– Shh, Hinata. Ven, mírala.

– No, les digo que huele a quemado. Vámonos antes de que explo…–

De que explote algo.

Y algo explotó dentro de ese salón.

Un montón de chicas salieron corriendo de allí, gritando como si no hubiera un mañana. Había un ligero humo en el aire y olía como a fuegos artificiales.

Hinata se había caído en su lugar y estaba lleno de una sustancia transparente, con el mismo olor.

Tanaka y Nishinoya se acercaron rápidamente a donde estaba.

– ¿Estás bien, Shoyo?

Miró sus manos, llenas de la extraña sustancia. Y acercó un poco para verla. Parecía gelatina pero podías ver a través de ella.

– Si estoy bien. Solo necesito limpiarme. –Dijo sonriendo ampliamente.

Se levantó del piso. Con suerte aquello no lo dejaría oliendo a pólvora mucho tiempo.

– Deberíamos irnos ya, Daichi se dará cuenta de que vamos retrasados. –Comentó Tanaka.

Los tres empezaron a caminar, dirigiéndose al gimnasio.

-XX-

– ¿Dónde rayos estaban?

Bueno, si creían que Daichi no se daría cuenta… lo hizo.

– ¿Y por qué Hinata huele a fuegos artificiales? –Comentó Sugawara, que estaba al lado del peli naranja.

Los tres se quedaron en silencio. Sería estúpido explicarlo de todas maneras.

Kageyama se acercó a donde estaba parado Hinata. Arrugó la nariz al olerlo.

– ¿Qué demonios estaban haciendo?

– Cállate, Bakeyama. –Dijo. Era suficiente con el regaño de Daichi.

– Hinata idiota.

– Da igual. Corran quince veces esta cancha. Ahora.

Comenzaron a trotar. Al menos no sería un castigo muy severo.

Hinata comenzó a correr tranquilamente. Oliendo a fuegos artificiales. Había lavado la extraña sustancia, pero como sospechó; el olor se mantuvo. Aunque era ligero, si te acercabas podías olfatearlo. Tendría que bañarse en cloro si quería quitárselo.

Por alguna razón, cuando iba por la quinta vuelta sus piernas empezaron a cansarse. Todo su cuerpo. Como cuando estás un día en la playa y cuando ya te marchas te sientes pesado.

Así mismo.

Se tiró al suelo.

– ¡Hinata! –Sus compañeros corrieron hasta él al verlo caer. Lo que no era común ya que siempre era una bola de energía con pies.

– ¿Qué ocurre? –Le preguntó Daichi, tocándole la frente para revisar su temperatura.

No podía hablar. Quería responder pero su voz no salía. Como si estuviera sedado.

Miró al techo. Su mirada se hacía borrosa. Y sus parpados pesados, como cuando tienes mucho sueño.

Nunca se había sentido así. Ni en el peor juego de voleibol, ni en el peor de los castigos que impusiera Daichi o el entrenador Ukai.

– Dios mío, tiene muchísima fiebre. –Escuchó a lo lejos la voz de Sugawara, en tono preocupado.

¿Tenía fiebre? El solo sentía mucho sueño.

Hinata volteó la mirada hasta otro punto, viendo a sus compañeros alrededor de él, todos con un semblante preocupado. Se fijó en Kageyama, de pie detrás de todos. Tenía un balón en la mano y lo miraba con una expresión que no pudo describir. No era normal en él.

Le sonrió. No era como si moriría.

Cerró los ojos y se rindió al sueño.

No, Hinata no se va a morir.

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Okay, explico.
¿Esto es un long-fic? Sí, lo es. No sé de cuantos capitulos pero lo es.
¿Es Kagehina? Sí. (Porsupollo que sí)
¿Los capitulos serán así de cortos? No, no planeo eso. Todo depende de la diosa llamada Inspiración.

Otra cosa... esto es un fic con un Fem!Hinata.
No lo será durante todo el fic, hasta dudo que se den cuenta de que es mujer.
Pero pensé que sería gracioso escribir sobre esto xD

Aun así, espero le den una oportunidad.

¡Nos leemos muy pronto!
Chais.