N/A: Han pasado tres largos años. ¿Cómo he estado? La verdad es que he estado muy ocupado con el trabajo y la universidad, pero menos mal que ya estoy a puertas de acabar así que no me preocupo mucho. Con respecto a los últimos dos capítulos, los especiales de navidad y año nuevo, serán publicados como otra historia ya que no guardan relación con la línea de tiempo de la historia principal. Sin más preámbulo, tres años después, el capítulo 13 de esta historia ya casi olvidada.

Capítulo 13

Con Miia fuera de Beacon las cosas parecían más tranquilas, o al menos eso era lo que quería creer Jaune. Lamentablemente, la pequeña visita de su hermana no solamente hizo que todas las chicas que conocía se volvieran más pendientes de él sino que había hecho que se ganara un reporte de la historia de Vale. Tenía todo el fin de semana para poder hacerlo, pero sabía que no podía faltar a una sesión de entrenamiento con Pyrrah así que decidió ir a la biblioteca para poder terminar esta enmienda lo más pronto posible.

-Gracias por acompañarme, Ren. No sé lo que haría sin ti – dijo Jaune mientras dejó caer una montaña de libros sobre la mesa de la biblioteca.

Ren solo se limitó a sentarse y a ayudar a Jaune a clasificar los libros para que la tarea se le facilite a su líder. Y mientras Jaune se dedicaba a escribir su reporte, poco a poco las horas pasaban y el sol se empezaba a poner en Beacon. Ren decidió salir a comprar algo para comer para los dos ya que el estómago de ambos estaba rugiendo tanto como los Power Rangers Fuerza Salvaje.

Jaune había estado tan concentrado en su reporte que no se había percatado del hecho que su compañero había desaparecido. Lo bueno era que ya estaba a la mitad del reporte, solo debía hacer un par de cosas más y al final diría cualquier cosa que sonara inteligente para que Port acepte el reporte. En teoría, la idea no estaba nada mal; en práctica, Jaune era pésimo tratando de hablar de más sobre un tema. Al encontrarse ante tal idea, simplemente dejó caer su cabeza sobre la mesa haciendo un leve ruido a través de la biblioteca.

-¿Necesitas ayuda con eso? – preguntó una voz femenina un tanto familiar.

-¿Yang? ¿Qué haces aquí? ¿Sabes que estamos en una biblioteca? – preguntó algo intrigado ya que sabía que Yang y libros no era una buena combinación.

-No seré una lectora como Blake o Weiss, pero al menos sé escribir cosas mejores que esa – dijo mientras señalaba el reporte de Jaune.

Jaune se limitó a leer una porción de lo que había escrito y se había dado cuenta que solo la mitad tenía sentido y no lograba entender cómo terminó hablando sobre X-ray & Vav en medio de todo el reporte. Jaune simplemente suspiró ante la inminente derrota ante la rubia.

-Debo admitir que no mi… mejor obra… pero eso no quiere decir que sea atroz – trató de al menos sonar algo condescendiente.

Yang simplemente empezó a reír de tal manera que su risa se podía escuchar por toda la biblioteca, empezó a golpear la mesa mientras se llevaba una mano al estómago y reía sin parar. Jaune simplemente no pudo evitar sentirse mal. Al cabo de unos segundos, un libro llegó volando hasta la cabeza de Yang haciendo que se callara automáticamente y desde las alturas una silueta negra solamente se dedicó a hacer una seña de silencio indicando que se encontraban en una biblioteca.

-Te diré algo, Jaune. Te ayudaré con el reporte.

-¿En serio, Yang? Gracias, no sabes cuánto te lo-

-Pero a cambio… me deberás un favor – dijo mientras sonreía por lo bajo.

-Debo preguntar por mi seguridad. ¿Qué clase de favor?

-Un favor, cualquier favor. Te lo diré cuando el tiempo sea el correcto. Entonces, ¿aceptas mi propuesta, Jaune?

Jaune estaba pensando seriamente en lo que podía pedir Yang. Dudaba mucho que lo que ella fuera a pedir sería demasiado exagerado, pero aun así no sabía que tanto había cambiado gracias a las travesuras que hizo Miia en la academia.

-Toma, te traje un sándwich – dijo Ren mientras se sentaba otra vez en su sitio.

-Bueno, piénsalo y dame una respuesta pronto, ¿sí? Recuerda que la oferta es por tiempo limitado.

Yang empezó a caminar alejándose de los muchachos en lo que Jaune se levanta bruscamente de su asiento y gritó.

-¡Está bien, Yang, tú ganas! ¡Dejo mi reporte en tus manos!

Yang se volteó con una sonrisa antes de salir de la biblioteca dejando a ambos chicos solos. Jaune y Ren comieron tranquilamente antes de volver a sus dormitorios. Cuando volvieron se dieron cuenta que las chicas no estaban a excepción de una nota al lado del escritorio.

Salimos a comprar con RWBY. Volveremos algo tarde así que no se preocupen.

-Nora y Pyrrah-

Ambos chicos se miraron luego de leer la nota así que decidieron no hacer nada. Ren simplemente se recostó en su cama y dejó que poco a poco cayera dormido. En cambio, Jaune decidió salir a pasear por el campo de la academia. Recordando cuando recién llegó a la academia y tenía que esforzarse en todo para no ser una carga para el resto de su equipo. Siguió deambulando un par de minutos y sin darse cuenta se topó con la puerta de la academia. Dio un ligero suspiro y estaba a punto de regresar sobre sus pasos cuando una voz lo detuvo.

-Disculpa, ¿eres un estudiante de Beacon?

Jaune se volteó para ver de quién se trataba para darse cuenta que era una señorita de figura delgada con el cabello ligeramente largo y oscuro junto con unos ojos amarillentos que lo dejaron cautivados.

-Ah… sí… yo… estudio aquí…

La chica soltó una leve carcajada ante la inseguridad del muchacho, pero no demoró en seguir la conversación.

-Disculpa que te interrumpa, estoy tratando de hacer un traslado y quisiera saber si podrías ayudarme. Se supone que deba buscar a la profesora Greenwitch, Goodleech… no recuerdo su nombre.

-¿La profesora Goodwitch?

-Sí, esa misma – afirmó mientras le sonreía al muchacho.

-No sé si la profesora estará libre en estos momentos, pero te recomiendo que vuelvas otro día y más temprano.

-Oh, entiendo. Igual muchas gracias, fuiste de gran ayuda. Nos veremos pronto.

La chica se acercó y le dio un beso en la mejilla a Jaune haciendo que este se ruborizara.

-Considéralo una pequeña muestra de agradecimiento. Hasta pronto, Jaune.

Jaune se quedó perplejo durante unos minutos. Luego de volver en sí, decidió que era tiempo de volver a su habitación. En el camino, se topó con Port quien le preguntó por el avance de su reporte contestando que ya estaba casi terminado. Luego del encuentro, se preguntó en qué momento le dijo su nombre a aquella muchacha misteriosa.

-Así que aquí estabas.

Jaune se volteó para averiguar de quién se trataba. No era nadie más que su querida compañera Pyrrah.

-Ya volvieron de compras por lo que veo.

-No demoramos mucho así que supuse que podríamos charlar un rato.

Jaune asintió y fueron hacia la azotea para poder conversar. Ambos se sentaron al borde del edificio y se podía observar cómo el sol se estaba ocultando.

-¿Sabes? Ver la puesta de sol me recuerda cuando entrenábamos juntos.

-Sí, recuerdo todas las veces que me vencías y yo el dolor del suelo.

-Pero luego mejoraste notablemente.

-Gracias a cierta maestra que tuve.

Ambos sonrieron y se quedaron viendo fijamente el uno al otro. Sin nada que decir, Pyrrah apoyó su cabeza en el hombro de Jaune y entrelazó sus dedos con los de él.

-Dime algo, Jaune.

-"Algo" – Jaune no pudo evitar soltar una leve carcajada.

-No me refería a eso… yo… me preguntaba… exactamente… ¿qué somos nosotros?

Jaune se puso serio por unos momentos. Si bien es cierto, sabía que había sentimientos entre los dos y que tenía que aclararlos lo más pronto posible. Pero ahora ni él mismo sabía cómo responder a una pregunta tan sencilla.

Se armó de valor, la tomó a Pyrrah por los hombros y la abrazó fuertemente sin decir nada. Pyrrah simplemente correspondió el abrazo igual de fuerte. Y ambos se quedaron así un par de minutos hasta que Jaune decidió romper el abrazo.

-Pyrrah… yo… desde hace mucho yo-

-¿Jaune? ¡Hay estás! Te he estado buscando por todas partes – dijo una rubia sin darse cuenta de la situación - ¿Interrumpo algo?

-No, nada… de hecho, acabo de recordar que tengo algo que hacer – Pyrrah se levantó y empezó a caminar para salir de la azotea – nos vemos, Jaune.

Jaune se quedó algo inquieto y molesto por Yang que justo entró en el peor momento de todos. Pero, al menos podía pensar un poco más las cosas.

-Perdón, por eso, Jaune.

-No te preocupes, ya luego hablaré con ella. En todo caso, ¿sucede algo?

-Quería decirte que tu reporte ya está hecho, aquí está – Yang le entregó su reporte y al solo darle una pequeña leída se pudo dar cuenta que estaba mucho mejor redactado que cualquier reporte que él hubiera podido escribir en toda su vida.

-¡Genial! Muchas gracias, Yang, en serio te lo agradezco.

-Sobre eso… creo que pronto cobraré mi favor.

-No te preocupes por eso, puedes pedirme lo que quieras.

-¿Lo que yo quiera? – Yang sonrió por lo bajo – Entonces… hay algo que quiero que hagas…

Jaune tragó saliva al escuchar el tono en el que Yang decía las cosas. No estaba seguro del todo, pero parece que correría peligro.

N/A: Se siente algo raro escribir después de tanto, pero espero que les haya gustado este capítulo. Estaré subiendo más seguido las historias y… a partir del próximo capítulo veremos las cosas un poco más complicadas para Jaune. Hasta la próxima.

Pista del siguiente capítulo: Si al menos me dieras una oportunidad, estoy segura que podría hacerte feliz.