A/N: LolIsBack: Solo tengo este capítulo más. Está pensado para ser un one-shot, o en este caso, two-shot (?) Respecto a tu duda, es un AU en el que el único cambio en la historia original es que están juntos.
Los primeros rayos de sol se filtraban por la ventana cuando David se despertó, dejándole ver que, en efecto, no había sido un sueño y la causa de su malestar estaba sana y salva en sus brazos. Sonrío y se acercó más. Dormida como estaba, parecía un ángel sacado de una visión. No pudo evitar pegar su frente a la de ella, aún sabiendo que la perturbaría en su sueño.
Regina se estiró, como un niño que es molestado cuando duerme la siesta, y trató de volver a dormir, pero ya sabía que él estaba despierto y abrió un momento los ojos para mirar el despertador.
―¿De verdad, David?-murmuró, adormilada- Son las 5:00h. ¿Vas a despertarme solo por un polvo?
Él no pudo evitar sonreír y apegarse más a ella, y si hubiera estado más espabilado hubiera sacudido la cabeza, pero como no lo estaba, solo suspiró.
―¿Quién ha dicho que es por eso?
―¿Para qué, entonces?-preguntó, escéptica, mientras restregaba la cabeza en la almohada.
No, a Regina no le gustaba que la despertaran.
―Porque me encanta despertarme contigo. Me encanta cuando estás en ese estado: ni completamente despierta, ni completamente dormida, porque significa que cuando me abrazas, lo haces por instinto.
Ella abrió un ojo parar mirarle, juzgadora, mientras paralizaba la mano que había llevado al costado de su compañero "por instinto", como había dicho él. Era un maldito desgraciado que sabía jugar sus cartas.
―Eres malvado, Charming. Si crees que todo esto te va a salvar...
David casi había olvidado todo lo que pasó ayer.
―No creo nada, de hecho, estoy dispuesto a aceptar cualquier castigo que quieras imponerme.
Regina abrió un ojo nuevamente para ver si se estaba quedando con ella o era verdad.
―Te lo mereces, sí.
―Soy todo tuyo.
Hubo un momento de silencio, los dos pensando lo mismo. Pero Regina suspiró y dejó la palma de la mano plana en su pecho.
―Ves abajo y haz el desayuno mientras yo me ducho.
Lo decía más que nada a modo de comprobación y descubrió que sí, lo tenia en sus manos.
David se levanto sin rechistar y bajo las escaleras.
Cuando Regina bajó, ya duchada y vestida, se encontró con un olor demasiado apetecible para no haber sido ella esta vez la encargada de cocinar.
David le sirvió el plato de dos tortitas con una carita sonriente dibujada con nata. Justo lo que ella quería por las mañanas, nada muy pesado y solo con nata. En su opinión, el chocolate o cualquier otro condimento le quitaba protagonismo a la masa. Había, además, un zumo de naranja recién exprimido y con una pajita.
―La pajita es innecesaria.
Pero él sabía que no era así. Ella era muy maniática con esas cosas, si bebía directamente del vaso, tendría que volver a retocarse los labios. Aunque no dijo nada de todo esto, era más listo y solo se encogió de hombros.
―¿Está bueno?
Era una pregunta retórica, se la veía muy feliz comiendo su desayuno. Y cuando cogió un poco de nata con el dedo y lo mancho en la nariz para darle un suave lametón después, él vio un brillo en sus ojos por el que hubiera estado dispuesto a matar por ver todos los días.
