¡Hola! Otra vez estoy aquí. Estoy muy pesada últimamente. Lo siento, pero mi inspiración está en auge y no puedo luchar contra ella. (Al menos mi inspiración con Arrow, porque no soy capaz de escribir prácticamente de otra cosa, ahora mismo :S) Lo sé, tengo un problema. Pero oye, tampoco es obligatorio leerme jajaja
Bueno decir que este fic es un fic "feliz", no tiene mucho drama. Quería hacer algo casual, algo digno de estas fechas (pero no es un fic navideño, ese ya lo escribí). Además, ya estamos bastante traumados con la midseason finale. Y la espera va a ser larga.
Empieza un poco, no tan feliz, pero el fic se va volviendo más divertido. Puede que en algunos momento me salga de los personajes, pero todo tiene su explicación. Ya lo dije quería algo feliz, algo con más luz. También puede contener escenas subidas de tono, no en este primer capítulo (sí, este tiene tres capítulos que posiblemente publique todos durante el día de hoy :p). Espero que os guste y totalmente dedicado a Laura41319. ^^ Abrazos -Puede contener spoilers del 3x09- (basado en un futuro, posiblemente muy lejano)
La mañana siguiente
Parte 1
La luz iluminó el rostro de Felicity cuando empezó a removerse en la cama. Los rayos de sol daban a sus ojos y no pudo evitar taparse la mirada con la mano. ¿Quién le mandaría a ella acostarse sin bajar las persianas?
Entonces, abrió mucho los ojos, lo que la cegó un poco, hasta que se acostumbró a la luz, recordando que no estaba precisamente en su casa, ni aquella era su habitación. Su primera reacción fue mirar debajo de las sábanas y taparse completamente al verse como su madre la trajo al mundo. Cerró los ojos y suspiró. Era consciente que se había dejado llevar por una locura pasajera, de la cual aún no se había recuperado. No iba a negar, que había bebido un poco más de la cuenta, pero aquella fiesta de la empresa había sido una gran celebración, habían cerrado un importante contrato y había que brindar con todo el mundo, lo que ocurría que Felicity no estaba muy acostumbrada a beber. Pero no había terminado ebria.
No pudo evitar mirar a su derecha al hombre que dormía plácidamente a su lado. Y sonrió. De él si se acordaba, se acordaba de todo, se acordaba cuando entró en la fiesta vestido de traje como en los viejos tiempos, nervioso, acompañado de sus dos compañeros. Todos habían sido invitados por ella, quería celebrar con sus amigos su éxito, porque ella había sido clave para cerrar aquel contrato. Era consciente que las cosas estaban tensas, pero se merecían una noche libre. Y por fortuna la ciudad les había acompañado a ello.
Las cosas no habían sido lo mismo desde que Oliver había vuelto a la ciudad hacía un tiempo. Había vuelto más oscuro, más ensimismado en si mismo, con más ganas de luchar. Como si las cosas que dijo o hizo el día que se marchó no hubieran existido, ni había pronunciado esas palabras. Pero ella tampoco lo había hecho. No fue capaz. El miedo podía con ella, había creído que lo había perdido, había conseguido vivir su vida sin él... Y de golpe, Oliver había vuelto a sus vidas. Algo que debería haberse sentido extraño, pero era como si no se hubiera marchado nunca, porque siempre era fácil volver acostumbrarse a él.
Observándole recordó como sus tres chicos favoritos se acercaron a ella con una sonrisa. Diggle demostró ser un gran bailarín aunque solo bailó con Lyla, que apareció rato después en la fiesta. Roy estaba fascinado con todo aquello y observaba un mundo tan lejano en el cual había crecido. Lo que Felicity no era capaz de adivinar era, si aquello era de su agrado o no.
Y Oliver, que la dejó sin aliento cuando se acercó y la sonrió. Ella era consciente de que estaba siendo amable, de que no estaba cómodo allí, habían demasiados recuerdos tristes, aquello había sido todo suyo y lo había perdido, por no haber tomado las decisiones adecuadas. Tampoco pudo evitar ponerse tenso cuando se encontró a Ray que simplemente se había acercado a preguntar si lo pasaban bien y alabar el gran trabajo de Felicity.
Ella no pudo evitar coger el brazo de Oliver y rodearlo con los suyos. Ray le había sonreído cómplice al verla comportarse así, los dos se habían convertido en buenos amigos. Casi sin avisar, les había dejado solos. Oliver la miró confuso por aquel instante de intimidad.
- ¿Querías poner celoso a Palmer? - susurró en un momento dado, con cierta torpeza inusual en él. Aunque Felicity no podía ni imaginar porque él actuaba así.
Felicity negó con la cabeza con una sonrisa medio melancólica y dejó de agarrarle del brazo.
-Solo ha sido un acto reflejo, estabas tenso - reconoció Felicity que ni siquiera había pensando en lo que hacía. Se mordió el labio y miró de un lado a otro para ver una salida. - Debería saludar a uno de nuestros mayores accionistas, si me perdonas Oliver.
Y le dejó allí en medio de la sala parado.
Lo que Oliver no vió es a Felicity tomándose una copa de champan de un trago y cogiendo otra copa mientras se hinchaba a canapés con el mayor disimulo posible, hasta que se acercó Lyla a hablar con ella.
-¿Estás bien, Felicity?
Ella asintió con los labios apretados y sonriendo forzadamente.
-No te creo ¿Ha pasado algo con cierto ... ? Para que vamos a irnos con rodeos ¿Ha pasado algo con Oliver?
-No. Es Oliver, siendo Oliver. - y dió un buen trago a la copa.
-Creo que deberías beber más despacio ¿Qué te parece si me presentas a ese tal Ray Palmer del que tanto he oído hablar? - sonrió Lyla intentando mostrarse como una mujer normal y no la agente de Argus que era.
Felicity asintió agradecida que le cambiara de tema. Sabía que entre ellas había muchas diferencias, pero la quería tanto como quería a John. Habían aprendido a respetarse y ella había sido un gran apoyo durante este tiempo.
Lo que no vió Felicity es como Diggle, se acercó al perdido Oliver Queen en aquel lugar donde había sido pez en el agua. Había sido un experto playboy, era el alma de las fiestas, un hombre encantador con todo el mundo. Y que ahora de repente, era como si no perteneciera a ese mundo.
- ¿Qué le has hecho a Felicity?
Oliver se giró mirando a John sin entender.
- Nada ¿Porqué preguntas eso?
- Por nada - ironizó John .
- Dig, creo que estás viendo cosas donde no las hay.
- ¿Porqué estás siendo tan duro con ella? Desde que llegaste estás distante. Creía que habías superado eso.
- Yo estoy bien con Felicity.
- ¿Y porque su cara es como si le hubieras roto el corazón en mil pedazos?
- Creo que deberías revisarte esa vista. -pero no pudo disimular que se sentía devastado ante aquella información, pero se negaba a creerlo - Ella estuvo coqueteando con Ray delante de mí.
- Vamos, que estás celoso.
- No lo estoy.
-Lo que tu digas. Y aunque dudo que ella haya hecho lo que has dicho, en el caso que lo estuviera haciendo ¿la culparías por ello?
- John, no voy a tener contigo esta conversación aquí, ni ahora. Debería irme ya.
- O tal vez, sácala a bailar. - propuso firmemente su amigo.
Oliver rió irónico como si aquello fuera una broma. Pero su amigo no estaba sonriendo.
- ¿Lo dices en serio? - le interrogó sorprendido
- ¿Porqué no? Sería una ofrenda de paz. Y recuerda que estamos aquí por ella. Eres su amigo, demuéstralo.
- ¿Y porqué no bailas tu con ella?
- Porque yo ya tengo una compañera de baile, y tal vez tú deberías de bailar con la persona con la que realmente quieres hacerlo.
- No soy yo muy de bailar... - murmuró Oliver un poco cascarrabias.
Dig no dijo nada más, sonrió, bebió de su copa y fué a hablar con Roy.
Oliver la buscó con la mirada y cuando la encontró, se quedó parado mirando a Felicity que reía con Lyla. Ni siquiera se había fijado en el precioso vestido verde estilo griego, largo que llevaba. Estaba realmente arrebatadora con ese cuello en uve y el pelo recogido mostrando aquel cuello largo en el que muchas veces se había fijado.
Y sintió orgullo. Cuando vió como todos la felicitaban por todo lo que había conseguido, incluso por primera vez, no odió a Ray, él a diferencia de él mismo, había aprovechado todas sus habilidades, su inteligencia y la presentaba con admiración. No había amor en sus ojos, ni tampoco en los de Felicity. Hacían un buen equipo.
Oliver esta vez se sintió mal. Mal porque él no había sido capaz de darle la enhorabuena, de decirle que estaba orgulloso de ella, porque lo estaba. Ni de decirle lo preciosa que estaba aquella noche, y aunque la había dicho que la quería en el pasado, no había sido capaz en la vuelta de enfrentarse a ella.
No fue capaz de repetirle de que seguía sintiendo por ella lo que sentía, que por ella había vuelto a la vida para verla una vez más... Entonces la tuvo delante y no fue capaz. Fue un cobarde. Tenía miedo a que ella le juzgara por las cosas que había hecho en su ausencia. Por la mentira de no volver. Por el dolor que la había causado cuando murió. Por todo lo que era consciente que no había hecho bien.
Tenía dos opciones, ir hasta la puerta y marcharse. O Ir hasta ella y hacer caso al consejo de John...
continuará...