Pues si tenía mucho que no actualizaba este fic, y creanme que desde mi cumpleaños quería actualizarlo pero se fue retrasando y cuando al fin pude ponerme a escribir, fue de lo más difícil, porque si tenía clara la historia a grandes razgos, pero no los detalles y allí fue donde todo comenzó a complicarse. En fin, espero que les guste el resultado y lo disfruten. Elphie, ya sabes que tu eres la responsable de que este fic exista, así que esto va especialmente para ti n_n
Nota extra. Para que no se confundan, las escenas en pasado están escritas con cursiva y el presente en normal, cualquier otra duda, me avisan.
Capítulo V. You Can't Save Him
La ligera brisa de las primeras horas del día rozaban con suavidad sus mejillas y el rocío que empapaba todo a su alrededor le daba una sensación de frescura que muy pocas veces llegaba a disfrutar, pero a pesar de que el alba presagiaba un día perfecto y lleno de vida, para ella, esa fecha siempre significaba tristeza y luto.
- Otro año más… – Susurró al extender su delicada mano hacia uno de los botones de las flores en el árbol que al agitarse desprendió cientos de pétalos rosados flotando alrededor de la bella mujer que se atrevió a perturbar su paz. – Otro año en el que no he podido cumplir con mi misión. – Se lamentó a si misma haciendo trizas la pequeña florecita atrapada en su palma empuñada con furia, mismo sentimiento que relumbraba en sus ojos verde mar y hasta se podría percibir en la ondulación de su larga cabellera naranja que más bien parecían centellas de fuego vivo.
- Tal vez debieras tomarlo como una señal…
Una voz pareció contestarle una pregunta que ella no hizo y si antes estaba tensa, en ese momento se acrecentó su incomodidad, tanto, que estuvo a punto de desenfundar la afilada arma que cargaba en la espalda.
– Tal vez sea momento de rendirse y que dejes de una vez por todas esa búsqueda que no te ha llevado a nada, solo a quedarte totalmente sola. – Terminó su discurso aquella persona al acercarse cautelosamente hasta quedar a algunos metros detrás de la chica que, al reconocer la voz sonrió ligeramente y alejó su mano del mango de su sable. Aquel que le hablaba no representaba una amenaza, al menos no una que pudiera alejar usando la fuerza.
- Dices que estoy sola, sin embargo aquí estás tu, molestándome. Igual a como lo haces cada año. – Dijo con suavidad sin volverse a mirarlo. Al contrario, cerró los ojos, disfrutando del dulce aroma que se desprendía de las flores a su alrededor, esperando que aquel intruso se fuera, aunque en el fondo sabía que eso no sucedería.
- No intento perturbarte, solo intento…
- "Ayudarte" – Completó irritada. Vaya que conocía ese discurso de memoria y no era uno que le agradara en realidad. – Si, dices lo mismo cada aniversario. Me pregunto si algún día desistirás de esa idea tan absurda.
- No lo haré, mi padre no lo hubiera hecho. Quiero cumplir su deseo… y el de mi abuelo también.
- Ambos murieron hace muchos años y ellos jamás lograron convencerme de nada. Dudo mucho que tu lo hagas, Taiki.
- No importa que sigas pensando así, ¡por lo menos debo intentarlo! – Gritó el hombre acercándose con sigilo a sabiendas que ella era peligrosa, pero esperaba que el lazo entre ambos fuese suficiente para no recibir ningún ataque de su parte. – Debes entender que tu tiempo en esta tierra ha terminado, que debieras dejar ir lo que te retiene, debes avanzar al siguiente plano astral. – No obtuvo ninguna respuesta de la misteriosa y etérea chica, pero si de aquel pokemón que era su acompañante, el cual se había mantenido alejado y tranquilo… hasta ese momento. Al percibir aquellas palabras como una amenaza, saltó para defender a su ama, gruñendo, agitando sus esponjadas colas al viento… Pero se tranquilizó cuando escuchó la aterciopelada voz de la pelirroja.
- Tengo más de cien años, tiempo que he dedicado a hacer lo que creí correcto, aún sin el apoyo de nadie, ni siquiera de tu abuelo. Ten por seguro que no comenzaré a tomar consejos de la descendencia de aquellos que solo me dieron la espalda cuando más los necesité.
- ¡Lo que haces es antinatural!
- Ahórrate el discurso, Taiki. Tomé la oportunidad de extender mi vida y pretendo seguir haciendo exactamente eso.
- Tu lo dijiste, tienes más de cien años aquí ¿cuántos más piensas vagar por el mundo?
- Los que sean necesarios hasta encontrar a…
- ¿Cuál es el punto si lo haces? No pudiste salvarlo entonces, ¿qué te hace creer que podrás hacerlo ahora? – Si había tranquilidad en la bella mujer, se acabó al momento de escuchar hasta la última palabra de Taiki. Enseguida se giró para tenerlo de frente.
- No te atrevas a decir eso, nunca.
Después de su sentencia, una intensa aura roja se formó a su alrededor comenzando a arrasar con las pequeñas ramas creciendo cerca de ella y el fresco césped pronto se vio carbonizado al paso del halo carmesí que se acrecentaba más allá de sus pies, más allá de si misma, conforme su ira aumentaba y sus recuerdos se avivaban como las llamas que nacían de su ser, alimentadas día a día por su odio por la humanidad, de su sed de venganza…. De las fervientes ganas de encontrar al amor de su vida…
oOoOoOoOoOo
Entró con cuidado a la gran oficina en el último piso del edificio principal en la Meseta Añil, allí donde residían todos los miembros de la Liga Pokemón y demás organizaciones afiliadas.
Se movía con rapidez, si, pero al mismo tiempo con cautela, tratando de ser lo más sigilosa posible para no dejar pruebas de su visita a ese recinto.
Parecía una intrusa y lo era. Comenzó a revisar papeles, documentos, incluso ingresó a los archivos de la computadora personal del Maestro Dragón, pero no importaba mucho eso ya. Lance estaba muerto, no iba a volver y a pesar de ser una verdadera tragedia, había un asunto más importante que debía resolver y esa era la única razón de estar cometiendo un delito… o varios, pues muchos considerarían esa intromisión como una traición a la Liga, eso sin contar que estaba revisando los archivos más privados de los hombres G pokemón.
Sus faltas a la ley era algo en lo que prefería no pensar. Una vez que tuviera la información que necesitaba se iría de allí y no volvería más.
Comenzó a desesperarse con el transcurso de los minutos, topándose solo con documentos que no eran más que meros trámites burocráticos. Era obvio que no habría un archivo a la vista marcado como "Súper Secreto" o algo parecido, pero no podía creer que no encontrara nada en lo absoluto. ¿A quién esperaban derrocar? ¿Dónde iban? ¿Qué ruta habían seguido? Eran algunas de las tantas preguntas que giraban en torno a la desaparición de su prometido que parecían querer permanecer en el misterio.
"¡Debiera haber algo, maldita sea!" Pensó frustrada golpeando el teclado importándole muy poco si alguien la descubría. Tal vez era mejor si lo hacían. Debía darse por vencida, regresar a casa... aceptar que en verdad Ash había tenido el mismo destino que Lance.
Se dejó caer en la silla, dispuesta a romper en llanto, pero apenas recargó un poco su cabeza sobre su mano derecha, notó una delgada línea blanca bajo el escritorio de madera obscura. Sin pensarlo mucho, se inclinó para poder inspeccionar ese objeto raro y apenas colocó la mano en el revés del escritorio se topó con una textura diferente, algo así como la sensación de estar tocando papel.
Lo fue desprendiendo con cuidado hasta tener entre sus manos un gran sobre amarillo, mismo que observó en todos los ángulos con suma atención antes de finalmente atreverse a ver su contenido.
No había mucho en su interior, solo unas cuantas fotografías que mostraban un angosto río en medio de lo que parecía ser una cordillera. Podía pensar en más de un región que pudiera tener un lugar así, excepto porque en el sobre había también una hoja con unas cuantas letras y números escritos en ella.
Lat. 48"26'24" N.
Long. 122-4512" E.
Eran coordenadas.
Nada le aseguraba que ese fuera el lugar de la última misión del Maestro Dragón y su equipo, pero no encontraba otro motivo para que ese sobre estuviera oculto de esa forma. No importaba si había muy poca probabilidad de encontrar a Ash allí, pero mientras existiera una ínfima oportunidad de recuperarlo, se arriesgaría…
Misty no lo sabía en ese momento, pero esa decisión marcaría el rumbo que tomaría el resto de su vida.
oOoOoOoOoOo
El este de Unova.
No le sorprendió mucho que las pistas la hubieran conducido allí, ni que las coordenadas guiaran hasta una montaña cerca del pueblo Undella, sitio donde habían encontrado el cuerpo de Lance.
Aunque ese lugar en medio del bosque seguía siendo una vaga pista, un fuerte presentimiento la arrastraba sin remedio, igual que una insignificante polilla es atraída por la luz incandescente de una trampa mortal o por lo menos así lo sentía, porque, si el líder de los hombre G Pokemón fue hallado sin vida allí, estaba convencida que a ella le podrían ocurrir dos cosas: una, encontrar a Ash o por lo menos una pieza más en el rompecabezas de su paradero; o dos, morir de la forma en que lo hizo Lance.
Si era verdaderamente franca consigo misma, no tenía problema con ninguna de las dos.
- De todas formas, no quiero una vida sin ti... – Susurró al llevar sus dedos hasta acariciar la reliquia que llevaba alrededor del cuello, siendo aquella la única prueba de su ferviente amor con el entrenador, puesto que Ash no regresó para darle un anillo de compromiso como prometió que lo haría, pero ella estaba dispuesta a remediar esa situación. Sin importar el costo, él volvería a su lado y juntos tendrían la felicidad que merecían. Por tal motivo, daba cada paso con completa convicción, así había sido desde que tomó el sendero a las afueras de Undella donde se detuvo únicamente a comprar algunas provisiones y ropa nueva con el escaso dinero que pudo retirar de su cuenta de ahorros antes de salir de Kanto.
Parecía una fugitiva y en cierta forma lo era, pues desde su visita a la Meseta Añil había visto los anuncios en televisión donde sus hermanas pedían información sobre ella. No había tenido comunicación con nadie desde el día en que le dieran la fatídica noticia porque no dio marcha atrás sin importarle que solo llevara consigo su cartera, la ropa que tenía puesta y casi sin querer, la pokebola de Gyarados. A veces si pensaba en sus hermanas, en Brock… en Delia. No tenía ni idea como sobrellevaban toda la situación, pero lo que si le quedaba claro era que seguro estaban preparando un funeral o por lo menos una ceremonia para despedirse de Ash, algo que ella no podría soportar, simplemente porque no lo creía necesario.
Pronto les demostraría que estaban equivocados, pronto, ella restablecería la felicidad en todos ellos.
Dejó a un lado sus pensamientos al escuchar el fluir del agua no muy lejos de donde se encontraba. Corrió en dirección al oeste haciéndose paso entre la vegetación y bajando entre las rocas, hasta que al fin estuvo a la orilla de un riachuelo. Con prisa, sacó las fotografías que había encontrado en los cuarteles de la liga y las puso frente a ella para quitarlas después. Entonces se dio cuenta que el paisaje era idéntico a la imagen impresa entre sus manos.
Había llegado, lo había encontrado aunque no estaba segura de exactamente qué, hasta que lo explorara.
Caminó río abajo con una brújula en la mano y las fotos en la otra, pensando que tal vez si reconocía el lugar, no importaría su nula experiencia en cartografía y de todas formas descubriría el sitio exacto de las coordenadas.
El paraje era apacible, no parecía la clase de lugar donde se alojara una organización criminal, así que su expedición parecía más bien un tranquilo paseo, incluso de ratos se daba el lujo de pisar deliberadamente la orilla del río que solo rodeaba sus botines grises para seguir su cause natural. Ese era sin duda su elemento, pues sentía un poco de alivio con ese sencillo juego o por lo menos así fue hasta que notó otro inusual desvío del agua que no era provocado por sus pies al chapotear.
En una parte del río, en lugar de que este siguiera hacia adelante, el agua simplemente... 'desaparecía'. Corrió hasta el lugar exacto de aquel fenómeno y se arrodilló. La corriente apenas si acariciaba su piel porque como lo supuso, había una fisura en el suelo por la cual se filtraba el líquido. Misty inspeccionó con mayor atención aquella grieta, tratando de mirar a través de la 'abertura'. Podría sonar un poco loca, pero presentía que allí se encontraba una caverna, probablemente de gran tamaño, inferencia que hizo con base en la porción del río que era tragado por la grieta que no era muy ancha, sino más bien alargada.
Con algo de emoción por su recién descubrimiento, sacó las fotos restantes, tratado de 'ensamblarla' con el paisaje, algo que no le tomó mucho tiempo hacer, pues encajaban perfectamente. Después de un minuto contemplándolas, las guardó en su chaqueta verde militar dos talles mas grande que el suyo y volvió a inclinarse para inspeccionar una vez más la misteriosa grieta. Resultaba obvio que desde allí no iba poder ingresar a lo que creía, se trataba de una bóveda subterránea, pero sin duda debía haber alguna forma, solo tenía que pensarlo un poco para dar con la respuesta...
- Mira lo que encontramos, - Una voz femenina, pero ruda se escuchó detrás de Misty. Después, vino ese pequeño sonido parecido a un 'click', ese que indicaba que un arma cargada estaba siendo apuntada directo hacia ella. – Una pequeña intrusa.
No se movió ni un centímetro y no pensó en voltear. Cualquier movimiento brusco que hiciera podrían tomarlo como una agresión y seguro moriría allí, de la forma más absurda, así que se quedó quieta, esperando a que, aquellas personas – quien quiera que fueran – decidieran hablarle en lugar de dispararle.
- ¿Qué te trae por aquí? – Dijo una segunda persona. Le pareció una voz más cándida y supuso que se trataba de alguien bastante joven – Definitivamente no eres una oficial Jenny, pero aún así podrías ser una detective o Ranger quizás...
- No soy nada de eso – Misty se atrevió a hablar al fin, comenzado a levantarse lentamente para después girarse de la misma cautelosa manera. La verdad era que comenzaba a tener curiosidad por saber con quienes estaba tratando.
- Entonces, ¿qué haces aquí, en nuestros dominios?
- Yo... – Sus pensamientos se nublaron y las palabras se atoraron en su garganta cuando por fin estuvo de frente a sus interlocutoras, pues enseguida entendió que se enfrentaba a un verdadero problema.
Aquel par de chicas no eran para nada conocidas, pero suponía que podrían ser peligrosas con tan solo reconocer su vestimenta: camisetas ajustadas de rayas blancas y azules, faldas cortas de tono gris y un pañuelo con un característico logo al frente. Era lógico que aquellas mujeres eran integrantes del equipo Aqua.
Había muchas emociones por procesar en ese momento, desde el miedo de tener a dos crimínales que claramente la veían como una amenaza y no dudarían en eliminarla; hasta el repetitivo eco de las escasas palabras que ellas le habían dirigido.
'Sus dominios'
¿Ese lugar era territorio del equipo Aqua? ¿En Unova? Parecía bastante inusual que se encontraran en una región tan alejada a la de sus orígenes, sobre todo en ese exacto sitio. Al mismo lugar donde la guiaron esas fotos, esas pistas que bien podían haber sido entregadas por el mismísimo Lance...
- Te hicimos una pregunta, niña.
- Creo que... – Misty contestó al fin atragantándose un poco con su propia saliva, mientras intentaba sonar firme. – No debieras llamarme así. Podría apostar que soy mucho mayor que tu. – Sus atrevidas palabras se ganaron la risa de una chica de largos cabellos celestes, mientras que la otra jovencita de enormes ojos verdes y cabello rubio no pareció divertirse con el comentario.
- ¿Intentas pasarte de lista?
- No, yo solo me di cuenta de...
- Que no has contestado la pregunta. ¿Qué buscas aquí?
Si fuera verdaderamente honesta podría contestar eso con facilidad, pero era muy probable que se deshicieran de ella antes de siquiera preguntar si su organización había matado a Lance y secuestrado a su novio... Entonces, ¿cómo podría saberlo? Los segundos transcurrían y la paciencia de sus agresoras se agotaba, eso fue obvio cuando la rubia colocó la extraña arma de fuego justo en su pecho.
- ¡Contesta!
- Yo... Escuché rumores de que aquí podía encontrar al equipo Aqua y solo los seguí esperando que fueran verdad.
- ¿Y qué quieres de nosotros? – La rubia parecía más curiosa por la respuesta, ya que no encontró ni un rastro de miedo en aquella intrusa por toparse con personas potencialmente peligrosas.
- Pues... Lo único que podría querer alguien que viajó tanto hasta un lugar como este. Quiero... ser parte de su equipo.
La declaración tomó por sorpresa a las dos chicas sin saber que aquella decisión era igual de impactante para la propia Misty, pues no encontró otra manera de salir librada de esa situación, además de que en verdad quería llegar al fondo de todo, literalmente. Quería inspeccionar esa cueva y saber si esa organización criminal era la que Ash había ido a derrocar en primer lugar.
- ¿Por qué quieres unirte a nosotros? – Preguntó de nuevo la de cabello azul. Siendo la mayor y muy probable la de más alto rango, sin duda sería la que tomaría la decisión de aceptar o no la petición de la pelirroja.
- ¿No buscan acaso demostrar que los pokemón acuáticos son los mejores? – Fue lo único que supo contestar, aunque no estaba segura a que se dedicaba ese grupo delictivo. Si acaso tenía vagos recuerdos de lo que Ash le contó en sus tantas anécdotas. Ambas contestaron con una ligera risa.
- Eso es solo una parte de nuestra… visión.
- Eso es suficiente para mi. – Dijo Misty con firmeza. No tenía intenciones de retroceder ni mucho menos retirar su oferta, algo que sin duda desconcertó a las reclutas. ¿Debían en verdad considerar aceptarla?
- Supongo que es posible... – Continuó la peliazulada, pero más que darle una respuesta, estaba expresando sus pensamientos en voz alta. Debía admitir que la pelirroja frente a ella tenía agallas y podría llegar a ser bastante útil. – la verdad es que no tienes mala pinta y mientras no encontremos un micrófono, un radar o algo por el estilo entre tus cosas...
- No tengo nada de eso, – arrojó la mochila segura de que no en encontrarían ni un teléfono celular, ni siquiera su identificación, pues la había destruido una vez que decidió ir hasta Unova. – Lo que digo es verdad, quiero unirme a ustedes.
- Y... ¿por lo menos tienes pokemón acuáticos?
- Si. Solo uno en realidad.
- Pues muéstralo. – Ordenó la mayor mientras la pequeña rubia seguía revisando su mochila.
Misty tenía las manos dentro de sus bolsillos y al recibir aquella orden no dudó en extraer de la bolsa derecha de su chaqueta la pokebola de Gyarados y arrojarla frente a ella.
- ¡Colmillo de hielo! – La orden salió antes de que terminara de materializarse el pokemón, tomando por sorpresa a las maleantes que, no pudieron usar ni sus armas o sus propias pokebolas cuando las fauces de la serpiente marina ya estaban sobre ellas. Ambas cerraron los ojos esperando el dolor que se desprendería de ser congeladas y tragadas por aquella bestia, pero nada pasó. Al cabo de unos segundos abrieron los ojos para encontrarse con la fiereza en carne propia, pero no en la afiliada dentadura sobre ellas, sino en la mirada turbia de los ojos de quien era su entrenadora. Misty demostraba tanta determinación en todo su ser, hasta en la pose firme que deshizo para llamar a Gyarados de vuelta, quitando así toda amenaza de aquellas chicas que, en ese momento eran solo un par de adolescentes asustadas.
- ¿Entonces? ¿Creen que pueda unirme a ustedes? – Dijo en voz calmada, tratando de obtener de las chicas alguna respuesta pues aún parecían bastante impresionadas como para siquiera moverse.
- ¿Después de casi matarnos? ¡Por supuesto que no! – Gritó la rubia antes de avanzar hacia Misty con la intención de agredirla por lo que acababa de pasar, pero antes de que sus puñetazos e infantiles patadas la alcanzaran fue detenida por su compañera.
- Si quisiera deshacerme de ustedes, simplemente lo hubiera hecho. Yo solo estaba demostrando que en verdad puedo ser… útil para su organización .
- Y yo pienso igual. – Contestó la peliazulada con una sonrisa. – Claro que eso debe determinarlo nuestros jefes, pero yo pienso que te unirás a nosotros sin problema. Ven con nosotras, te presentaremos con ellos. – Diciendo eso, se giró comenzando a caminar y segundos más tarde, lo hizo su compañera quien no se sentía del todo segura de esa decisión.
Misty quería seguir ese mismo camino, quería ver a donde la llevarían, pero antes de hacerlo, se detuvo a observar las montañas, pensando si Ash hizo lo mismo antes de su misión, si apreció ese mismo paisaje… si se encontraría cerca de donde ella estaba ahora.
La luz rosácea de un ligero atardecer que auguraba una fría noche atrapó su vista por un instante. De pronto tuvo el presentimiento de estar por última vez ante la presencia del sol y no solo por esa tarde sino por mucho tiempo más.
- ¡Ey tu! ¡Apresúrate o te dejaremos aquí!
- Si… - Y con un ultimo vistazo al ocaso, dio la vuelta, dispuesta a seguir a esas chicas, a ser parte del equipo Aqua o hacer cualquier otra locura que fuese necesaria con tal de recuperar al amor de su vida, porque por Ash, iría hasta el mismo infierno.
oOoOoOoOoOo
El agua había sido siempre su elemento, su aliado. Por eso, al unirse a esa organización criminal conocida como el equipo Aqua, pensó que no tendría ningún problema en adaptarse a su ambiente e incluso destacar en él.
Pensó mal.
Nadaba bajo el agua, avanzando tanto como le era posible, pensando en las veces que hacía ese ejercicio por diversión en la alberca de su hogar o en las vacaciones en la playa junto a Ash, pero nunca pensó que un riguroso entrenamiento como aquel pusiera al límite su resistencia física y mental. Sabía que aún le quedaban quince metros más por recorrer bajo el agua, así que luchó tanto como le fue posible para completarlos o por lo menos esa era su intención, pero no la de sus pulmones que pronto se quedaron sin oxigeno y casi instintivamente pataleó hasta alcanzar la superficie, dando grandes bocanadas para recuperar todo el aire que su cuerpo necesitaba.
- ¿Qué se supone que hace recluta? – Aún en su desorientación pudo reconocer la voz de su entrenador, enfocando como pudo la vista en aquellas botas militares grandes y sucias que se acercaban al borde de la alberca para hacer más imponente el reclamo – No completó el ejercicio, ni siquiera estuvo cerca.
- Lo sé, es solo que…
- No quiero excusas, solo resultados. Vuelva a intentarlo y por favor, trate no decepcionarme esta vez.
- Si señor.
Entrenamientos y trabajos domésticos. Eso era lo único que había encontrado allí en la misteriosa caverna donde estaba encallado un enorme submarino del equipo Aqua y que fungía como guarida permanente del mismo.
Aquel pozo subterráneo que se había convertido en su hogar era una maravilla natural que pocas veces había tenido el placer de apreciar ya que ser una 'novata' no le daba muchos derechos. Tenía horarios muy estrictos que regían toda su existencia y las pocas horas a la semana que tenía de 'esparcimiento' lo dedicaba a ver las noticias para saber algo más sobre el caso de Lance, aunque los medios no habían dicho mucho al respecto y conforme transcurrían las semanas, dejaba de ser de interés para el público. Por lo menos supo que cuatro integrantes del escuadrón del Maestro Dragón fueron encontrados sin vida en los alrededores del bosque al oeste de Undella al igual que Lance, pero ninguno de ellos era Ash.
Tal vez por eso todavía tenía esperanzas de encontrarlo en esa misma base, sobre todo porque en ese submarino había áreas a las que todavía no podía acceder, sitios que perfectamente podrían ser utilizados como celdas para prisioneros de la organización o por lo menos eso supuso cuando un día vio desfilar a dos personas, escoltadas por unos cuantos reclutas. No se necesitaba ser un genio para saber que aquellas personas no eran amigos de la organización.
- El sector nueve, en el último nivel. Allí es donde hay celdas, aunque no hay muchos prisioneros ahora, tenemos órdenes de eliminar a cualquier amenaza, solo en casos especiales se captura a alguien... pero eso no es algo que debiera estar preguntando una novata como tu.
Esa fue la única respuesta que obtuvo de uno de sus compañeros de mayor rango sin que tuviera oportunidad de preguntar algo más.
Era bastante desesperante que en cuatro meses solo hubiera conseguido esa información y nada más.
Así, no tenía otra opción más que seguir con el entrenamiento, con las tardes interminables limpiando los pasillos de ese submarino que prometía brindarle algo más y que, entre sus más profundos secretos podría ocultar a Ash...
- Eres de las nuevas reclutas, ¿verdad?
La persona que hacía esa pregunta sin duda se estaba burlando o era tonta, pues si estaba limpiando los pisos claramente no era por diversión. Levantó la mirada con el ceño fruncido, dispuesta a lanzar un comentario de lo más sarcástico a quien le estuviera hablando, pero sus palabras se atoraron en su garganta al darse cuenta de que se trataba de una persona de alto rango, muy alto rango.
- Si no me equivoco eres la chica que vino hasta acá por cuenta propia. - Para ser alguien con un cargo tan importante y temida entre los mismos integrantes del equipo, esa alta y delgada mujer ofrecía la más cálida de las sonrisas.
- Eeee... s-si soy yo, señora. – Contestó Misty con torpeza al cabo de un rato. No quería importunar a una de las personas más violentas de toda la organización.
- Oh por favor, llámame Megan. – Su voz era como una melodía y sus ojos de un brillante violeta eran bastante apacibles. Resultaba difícil creer que aquella mujer fuese la misma de las historias más temibles que se escuchaban en el cuartel. – Tu nombre es Misty, no es verdad?
- Si. – De nuevo su nerviosismo se hizo presente al solo confirmarle su identidad, porque ella estaba llevando a cabo una farsa, una que podría pasar desapercibida para cualquiera, excepto tal vez para Megan.
- Te he estado observando, mucho. Casi desde que llegaste realmente. – Ante esa información, Misty no sabía que contestar, sólo atinó a sostenerle la mirada a aquella mujer que al cabo de unos segundos soltó otra melodiosa risa mientras pasaba sus delgados dedos entre sus largos cabellos negros. - Debo decir que te encuentro bastante interesante.
- ¿Yo? Si soy solo una simple novata.
- Al contrario, no podía pasar desapercibida la forma en que te afiliaste a nosotros. No muchos caminan directo a las fauces del lobo. ¿No estás de acuerdo? – Su tono de voz era de misterio algo que hizo estremecer a Misty aunque lo supo disimular muy bien. Solo continuaba seria, siguiendo la conversación casi sin parpadear – Lo cual me hace pensar... que realmente estás entregada a nuestra causa, además, en tus entrenamientos pones un empeño... diferente. Me da la sensación de que en verdad estás dispuesta a enfrentar cualquier reto con tal de obtener lo que quieres. ¿O me equivoco?
- Tiene una visión muy acertada de mi, Megan - Misty sonrió.
- ¿Y cuál es tu objetivo?
- Ser importante para esta organización, por supuesto. - La pelirroja no estaba mintiendo, ese era su verdadero deseo porque de hacerlo realidad, tendría acceso a cualquier área, a cualquier archivo… porque solo así podría saber si uno de los pocos prisioneros en la base era Ash. Pero Megan ignoraba todo eso y solo percibió la determinación de aquella muchacha que a pesar de su anatomía delgada casi endeble, poseía una gran fortaleza, una que ella podía moldear y aprovechar.
- Yo creo que puedes lograr tu objetivo y los míos, por supuesto. - Misty se quedó observando con mucha atención a la mujer que de pronto se había tornado reservada. – Hay un... proyecto muy importante que debemos ejecutar para la expansión de la organización.
- ¿Expansión? No había escuchado nada de eso.
- Es porque solo muy pocas personas se encargarán de ésta misión y quiero que tu formes parte de este selecto grupo.
- ¿Yo? Pero soy solo una novata – Una no muy buena, debía admitir. El entrenamiento resultó más difícil de lo que había anticipado, por eso no podía imaginar porqué una de los tres tenientes del equipo la quisiera a ella, algo que Megan se apresuró a explicar.
- Hay muchas cosas que se pueden aprender y estoy segura de que lo harás porque como dije, ya tienes lo principal: determinación. Podría ocupar a muchos de los bien entrenados soldados a mi cargo, pero a ellos no les podría implementar eso que tu ya posees.
- "La determinación es el despertador de la voluntad" ¿No es así como lo ves? – Ambas sonrieron.
- Así que, ¿estarías dispuesta a entrenar bajo mis ordenes y convertirte en parte de algo realmente importante?
- Por supuesto. – Contestó sin vacilar.
- Bien, a partir de mañana te reportarás conmigo y te prometo que en muy poco tiempo serás de los mejores elementos que ha visto el equipo Aqua.
- Eso espero.
Así comenzó una nueva etapa para Misty y poco le importaba cuales fuesen esos "importantes planes" en los que tuviera que participar, si con eso lograba ganarse la confianza de los altos mandos, si así podría convertirse ella misma en alguien importante... Alguien que pudiera conocer cada secreto de la organización y entrar a voluntad hasta el más escondido rincón de la base.
oOoOoOoOoOo
Ser novata había sido fácil a comparación de entrenar con Megan, pues con ella no bastaba un simple acondicionamiento físico, debía ser excelente en otros campos que iban desde el conocimiento en diversas artes marciales, manejo de armas y vehículos, pero sobre todo ser una gran entrenadora pokemón. Eso último ya lo era, incluso antes de huir de casa había estado muy cerca de alcanzar su sueño de ser Maestra de pokemón acuáticos, el problema eran las demás áreas que le tomaron más de un año perfeccionar.
Si desde siempre había sido una persona ruda, al cabo de ese tiempo se volvió firme e imbatible, aún cuando se rehusara a usar armas de fuego de todas formas era letal con el solo uso de sus puños o con la ayuda de armas blancas, las cuales sabía manejar muy bien, aunque muchos no lo supieran, la verdad es que nunca las había utilizado fuera de las horas de entrenamiento. Megan insistía en la importancia de 'sus planes', por eso no se atrevía a desperdiciar las capacidades de ninguno de sus subordinados en simples atracos o misiones sin importancia hasta la llegada de 'ese día'.
- ¿Cuándo será precisamente? – Preguntó Misty de forma casual un día cualquiera en el que su paciencia se agotaba.
- Pronto. – Contestó la mujer con el cabello de ébano, sin molestarse siquiera a mirarla.
- Eso dices siempre y aún así ha pasado más de un año sin que se realice nada o siquiera sepa de que se trata. ¿Qué se supone que haga? ¿Pudrirme en esta maldita base?
- No, lo que espero que hagas es cumplir con tus obligaciones. Debes seguir entrenando, hacerte verdaderamente fuerte, así...
- Lo he hecho, lo soy y te consta, pero no importa cuanto he mejorado ¡mientras siga recluida aquí! Si no puedo ni siquiera ver la luz del sol, creo que merezco conocer la razón – Aquello sonaba mas a una demanda, una que no obtuvo una respuesta instantánea. Megan continuó llenando los reportes que tenía entre manos cuando fue interrumpida por la pelirroja, quien se estaba volviendo aun más impaciente por cada segundo transcurrido sin que Megan se dignara a responderle o verla a los ojos siquiera. Misty estaba a punto de estallar cuando la teniente soltó los papeles en una mesa cercana y se volvió hacia ella, mirándola con seriedad.
- Tienes razón. Creo que es hora de darte más información al respecto.
- ¿D-de... De verdad? ¿Al fin vas a decirme de que se trata? – Megan asintió pasando sus manos a su espalda en aquella pose que sin duda delataba su entrenamiento militar.
- Sabes que el equipo Aqua se formó en Hoenn, pero después de que fracasaran los planes de Archie y éste desapareciera nos encontramos un poco a la deriva. Por eso es que los más fuertes de aquel entonces tomamos el control y decidimos ampliar nuestra organización, es así que llegamos aquí, donde hemos crecido en muchos sentidos. Tenemos mas reclutas, se han desarrollado diversas armas y nuestro arsenal de pokemón también es extenso. Solo vemos un pequeño inconveniente, uno que se interpone en nuestro camino y últimamente se ha vuelto un completo estorbo. Supongo que puedes adivinar de quien hablo.
- El Equipo Plasma.
- Ellos estaban aquí desde antes, por supuesto no están muy contentos con nuestra... invasión. Así que lo mejor sería acabar del todo con esa rivalidad antes de que realmente se vuelva más grande, ¿no crees?
- ¿Quieren… eliminar el equipo Plasma? - La pregunta era hasta de cierta forma inocente, pues Misty no se imaginaba las dimensiones de los planes de Megan hasta que ella sonrió de una forma verdaderamente siniestra.
- Más que eliminarlos, estamos pensando en un exterminio total.
Como esperó Megan, ante aquella declaración, la delgada pelirroja quedó completamente muda, tratando de ordenar la información en su cabeza. Al cabo de un par de minutos por fin se atrevió a hablar.
- Estamos hablando de cientos de personas que tendrías que quitar del camino.
- Si, estoy consiente de ello.
- ¿En verdad crees que eso sea posible?
- Con las habilidades que tienes ahora y decenas de personas en tu misma posición, ¿acaso lo dudas? Además, podrían convertirse en nuestros aliados, serían parte de la grandeza que tratamos de alcanzar.
- Tal vez lo hagan los reclutas menores, pero… ¿qué hay de sus altos mandos? ¿Qué hay de Ghetsis?
- Es obvio lo que pasará con ellos. – Misty la observó atenta sopesando las posibilidades de que Megan fuese compasiva sin lograr imaginárselo por completo, así que podía deducir con exactitud lo que tenía planeado para Ghetsis y sus aliados más allegados: una muerte segura y dolorosa, destino que Misty no podía condenarles del todo a esos criminales, por eso protestó casi de inmediato.
- ¿No es una medida un poco extremista? Es decir, ¡yo no creo que nosotros deberíamos...! - Mientras el mar de valores se desbocaban en ella al tratar de convencerse que no era correcto, Megan se acercó hasta colocar sus manos en los hombros de la pelirroja y le sonrió.
- Si queremos expandir nuestro territorio, debemos tomar el que es de ellos y asegurarnos que nunca lo recuperen. Después, será más fácil capturar a todos los pokemón que fortalezcan a nuestra organización como suicune. Si hacemos eso estaremos muy cerca de convertirnos en una organización temida por todos y cuando eso suceda tu serás de las personas más respetadas e importantes del equipo Aqua.
- ¿Puede ser antes? - Espetó la pelirroja, aún sin estar convencida del plan o del futuro del equipo, pero ansiosa de adquirir su propio objetivo a la brevedad posible – La verdad es que tu has dicho que soy casi imparable, pero a los ojos de los demás solo sigo siendo una novata y ya me harté de eso. Quiero tener el poder que se supone debería tener alguien con mis habilidades. – Megan sonrió satisfecha al confundir esa petición con ambición.
- Te propongo algo. Acaba al equipo Plasma junto conmigo y yo me encargaré que te promuevan enseguida. ¿Sabes? Creo que cuatro tenientes son mejor que tres.
Su vida se llenaba de encrucijadas cada vez más difíciles de resolver. Misty sabía que si accedía, podría saber hasta el ultimo secreto del equipo Aqua, incluso si ellos tenían a Ash y habían matado a Lance tendría las pruebas para inculparlos, además que recuperaría la felicidad que le había sido negada en dieciocho meses que a ella ya le parecía una eternidad, solo tenía que llevar a cabo una masacre sin precedentes… o podría mantener su ética moral intacta, solo debía seguir sufriendo la ausencia de todo lo bueno que alguna vez tuvo.
En verdad era una difícil decisión mientras se empeñara en ver la vida en blanco y negro, porque, podía hacer a un lado todas esas limitantes y encontrar una zona gris. Podía ayudar a Megan sin llegar a cometer un delito tan imperdonable como arrebatarle la vida a nadie y si hería a uno que otro criminal, ¿realmente importaba? ¿realmente estaba haciendo mal?
Misty comenzaba a pensar como todos esos criminales. A ellos no les importaba el daño que causaban a su paso con tal de obtener sus objetivos y ese pensamiento la asustó más que cualquier otra cosa, pero se sorprendió aún más el reconocer que no veía otra opción más que tomar esa oferta.
- Entonces, tenemos un trato. – Declaró Misty al fin fijando sus ojos aguamarina en los de aquella mujer que entonces podía ser un demonio ofreciéndole riquezas a cambio de su alma, pero no le importó mucho en ese momento.
Y así fue como Misty comenzó a forjar su leyenda, pues la historia ignoraría todos esos detalles y solo la verían como la gran heroína que eliminó una a una a todas las organizaciones criminales del mundo. El equipo Plasma fue la primera de ellas.
oOoOoOoOoOo
"!El Equipo Aqua es el mejor!"
La estúpida expresión fue seguida de vítores, de gritos insulsos que reafirmaban y alargaban esa celebración, misma que se llevaba a cabo por la victoria aplastante que realizaron sobre la organización original en Unova.
Después de una larga batalla, el equipo Plasma había dejado de existir.
Misty se limitaba a beber lentamente de una botella de cerveza, intentado digerir lo ocurrido. Había peleado despiadadamente, derrotando enemigo tras enemigo sin herirlos mucho, haciéndose paso hasta llegar a la guarida de Ghetsis entonces... No hizo nada, no mató a nadie eso era verdad, pero tampoco detuvo a Megan o a los demás generales de hacer tal cosa. Y así, frente a sus ojos, el equipo Plasma dejó de existir.
Desde entonces no había dejado de pensar en todo lo que había cambiado en ese año y medio, no solo su vida, sino también sus valores, su moral. De niña nunca habría permitido algo así, pero entonces era feliz, entonces tenía una fuerte voz de conciencia, de heroísmo. La voz de Ash, misma que seguro le reprocharía por ser participe en una masacre como esa. No podía dejar de preguntarse si él llegaría a perdonarla o si la querría igual ahora que se había convertido en una persona tan indiferente y al mismo tiempo no le importaba. Había hecho lo que era necesario para encontrarlo, además, estaba consciente de la peligrosa filosofía del equipo Plasma. Su disolución solo representaba un bien a la humanidad, a la convivencia misma entre seres humanos y pokemón.
- Sin ti no lo habríamos logrado, señorita teniente. - La voz de Megan y su amplia sonrisa la obligaron a desaparecer sus preocupaciones, sonriendo ella también. Debía aparentar alegría por aquella victoria. – Te ganaste ese titulo, espero que sepas aprovecharlo.
- Claro que lo haré, no había esperado este momento por nada.
Lo decía en serio, pues apenas se hizo oficial el tan ansiado nombramiento, revisó hasta el ultimo archivo existente en la base de datos, examinó cada misión, cada atraco, cada movimiento de la organización de los últimos dos años y solo encontró decepción, pues no había ni una sola mención de Lance, de los hombres G o siquiera de la Liga.
Parecía que el plan del equipo Aqua era muy simple: mantener un bajo perfil, ganar terreno, pensar a futuro. Era una organización relativamente pequeña a comparación de otras y prefería evadir a la Liga que enfrentarla.
Al entender aquello, Misty se quedó pasmada observando la pantalla llena de archivos, haciendo lo mismo que hubiera hecho cualquier persona frente a un claro fracaso: negarlo.
No podía ser que hubiese perdido tanto tiempo en eso, tiempo en el que olvidó a su familia, tiempo en el que Ash podía estar capturado en quien sabe que lugar, bajo la custodia de gente aún más sanguinaria a los que encontró en ese cuartel… Entonces su hilo de pensamientos le hizo recordar algo.
Las celdas.
Allí residían todas sus esperanzas, de que aún podría encontrar a su amado, de que su vida no había sido desperdiciada en ese lugar, pensó que todavía podía darle un vuelco a su entonces retorcida existencia. Así que corrió hasta ese apartado lugar que antes no pudo ver y ahora nadie era capaz de detenerla. Pasó con facilidad las puertas de metal custodiada por algunos guardias para revisar una por una las pequeñas celdas.
"No. Esto no puede ser, esto… no está pasando"
Su desesperación creció al llegar a la última prisión, lugar que estaba ocupado por una asustada pareja de jovencitos a los que observó por un rato como si fueran fantasmas, después, muy lentamente se dejó caer sobre el frío metal, apretando los puños, intentando digerir lo que acababa de descubrir.
Ash no estaba allí, nunca lo había estado, todos sus esfuerzos, sus días de entrenamiento, sus noches en vela, sus anhelos... Todo se había ido a la basura. Un año y medio desperdiciado.
"No por completo"
Casi se obligó a pensar y a ponerse de pie para después empezar a caminar tambaleante de vuelta a su habitación.
La desaparición del equipo Plasma había sido gracias a sus esfuerzos y si bien, ellos no le habían hecho nada, - pues en su avasalladora invasión a sus cuartales pudo constatar que Ash tampoco estaba allí – Seguro habían dañado a cientos de personas sino es que miles al intentar separar a la raza humana de los pokemón y le alegraba saber que por lo menos ellos no dañarían a nadie nunca más… tampoco lo haría el equipo Aqua.
Al llegar a sus aposentos, comenzó a guardar algunas cosas en la vieja mochila que aun guardaba del día de su llegada, luego, casi con hosquedad se desprendió de su uniforme azul marino para colocarse un simple top negro, unos shorts de jean, mallas largas en un tono grisáceo y sus botines de un tono similar. Finalmente se colocó la chamarra verde militar que usó aquel día al comenzar su historia en el equipo Aqua. Se iría casi de la misma forma en la que había llegado, su camino iba a continuar en otra parte sin estar segura exactamente a donde iría, pero si sabía que el equipo Aqua no la seguiría, por la simple razón de que no podía ni debía seguir existiendo.
Una vez lista, anudó su cabellera de fuego en una coleta alta y luego tomó una radio. Debía alertar a la policía, a los Ranger, a cualquier autoridad para que supieran la localización de ese lugar y luego... luego ella se encargaría de debilitarlos lo suficiente para que no tuvieran oportunidad de ganar o escapar.
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Caos, gritos, fuego y destrucción.
Era lo único que había en el submarino que a pesar de estar hecho de acero se desmoronaba segundo a segundo al paso de Misty que destruía cada sector y vencía a cuanto pobre diablo se sintiera lo suficientemente fuerte o valiente para detenerla sin que nadie consiguiera vencerla, ni siquiera el par de tenientes que se cruzaron en su camino y en pocos minutos dejó hechos piltrafas en el suelo.
Nadie representaba una amenaza para ella, excepto tal vez…
- ¡Traidora!
El grito enfurecido de la mujer que la había ayudado a convertirse en lo que ahora era, enseguida llamó su atención. Sabía que esa pelea era inminente y no podría haberse salido con la suya sin enfrentar a Megan.
- ¡Eres una maldita, una malagradecida! – Siguió gritándole mientras se abalanzaba a toda velocidad sobre ella, asiendo un puñal militar que sin duda hundiría en la pelirroja si ésta le daba la oportunidad.
Pero Misty no se inmutó.
Con presteza y precisión detuvo el estoque para después sujetar el brazo de la enfurecida morena, después, de un movimiento rápido la derribó y se colocó sobre ella, poniendo la misma afilada arma con la que fue amenazada sobre el cuello de Megan. Esa simple acción fue suficiente para que la teniente dejara de forcejear, pues ella misma se había encargado del entrenamiento de su atacante y sabía que, en la posición en que se encontraba podría acabar con su vida en cuestión de segundos.
- ¿Este fue tu plan todo el tiempo? – Masculló aún furiosa, a lo que Misty simplemente sonrió.
- En realidad, no, pero nada resultó como quería, así que decidí que este desenlace era mejor a cualquier otro.
- ¡Eres una estúpida! ¡Pudiste tener todo! Yo te ofrecí el mundo entero, ¡pudiste tener lo que fuera si hubieras continuado como nuestra aliada!
- El equipo Aqua tenía mucho, es cierto, excepto lo que yo realmente quiero.
- Entonces simplemente te hubieras ido. – Volvió a apretar la mandíbula, apenas conteniendo todo el odio que le provocaba en ese momento su discípula. - ¿Qué te obligaba a hacernos esto?
- Nada, pero comienzo a hartarme de todos ustedes. ¡El equipo Plasma, Aqua, Rocket, Flare! Tengan el nombre que tengan se dedican a lo mismo: a arrebatar todo de gente inocente y no permitiré que hagan eso nunca más. Ustedes deben pagar por sus crímenes, por… – Megan comenzó a reírse, pero no de la forma melodiosa y agradable que siempre lo hacía, sino de forma exagerada, casi burlándose de las palabras de la pelirroja.
- ¿Así que de eso se trata todo? ¿Venganza? ¡Pues estás muy equivocada si crees que por una razón tan absurda dejaré que arrases con mi legado! – En un intento desesperado de zafarse alzó las manos aferrándose a lo primero que encontró. Para su mala suerte, sus dedos torpes por la euforia sujetaron el pendiente de Misty y lo jalaron hasta tenerlo en la palma de su mano sin saber lo que aquel objeto significaba para la pelirroja que, al sentir el terror de perderlo, actuó por impulso y de un solo movimiento hundió el puñal en el hombro derecho de Megan.
El grito agudo de la mujer sin duda la sacudió, guiándola de vuelta al control de sus acciones. No quería matarla, ni siquiera herirla a ese grado, así que se levantó casi de un brinco y con un certero golpe en el rostro de la herida mujer, la dejó fuera de combate, acabando momentáneamente con su dolor.
Una vez que estuvo todo callado y tranquilo, buscó la pieza de joyería entre el piso hallándola pronto, examinándola para asegurarse que no hubiese sufrido daño. Le pareció un poco extraño que no se hubiera roto la cadena y mientras la giraba entre sus dedos parecía como si una extraña luminiscencia se creara desde su centro, pero no le dio importancia, tal vez era solo su adrenalina inundando todos sus sentidos. Se lo colocó de nuevo asegurándose de resguardarlo bajo su ropa y después comenzó a correr. La policía podría llegar en cualquier momento…
- ¡EY! – Escuchó un grito desde el otro lado del corredor donde peleaba con Megan. Entre el fuego que comenzaba a propagarse y los obstáculos de por medio, distinguió un sombrero de vaquero rojo y bajo de éste, los cabellos negros de un hombre, un Ranger para ser exactos. – ¡Detente! – Le ordenó el alto y bronceado sujeto al que reconoció enseguida, pues era uno de los pocos Top Rangers en el mundo.
- No puedo hacerlo, lo siento.
- ¡Espera! No puedo dejarte ir así como así.
- Seguro que puedes. Así puedes llevarte el crédito por todo lo que acabo de hacer, a mi no me importa. – La declaración de aquella extraña mujer parecía mentira, pero observando su vestimenta casual, sabía que ella no era parte del equipo Aqua, aunque también parecía increíble pensar que ella sola hubiese encontrado y retenido a toda una organización criminal.
- ¿En verdad tu… los derrotaste a todos? – Preguntó dubitativo obteniendo una sonrisa por parte de aquella misteriosa pelirroja.
- Es nuestro secreto, ¿de acuerdo? – Fue su respuesta juguetona al momento que alcanzaba una escalerilla que la llevaría hasta la cubierta y de allí a su libertad. El impresionado Ranger tardó un par de segundos en reaccionar, sabía que no podría alcanzarla, no cuando tenía tantas cosas que hacer y personas más peligrosas que aprisionar, pero no podía dejarla ir así. No sin siquiera saber su nombre.
- ¡Espera! – su orden surtió efecto pues la chica se quedó colgando entre escalones – ¿Quién eres?
- Yo… - Quiso decirlo por solo un instante, pero nadie sabía que estuvo dos años allí, tal vez, en ese momento, nadie en el exterior sabía de su existencia más que sus amigos. Y eso bastaba para ella. – Eso no tiene importancia.
Contestó casi en un susurro para después seguir subiendo y desaparecer de la vista del impresionado Ranger.
oOoOoOoOoOo
"Ha pasado ya un mes desde que, en un acto sin precedentes, las fuerzas especiales de la policía local junto con el apoyo de Rangers que se encontraban cerca de la montaña Reversia, descubrieran y capturaran a todos los miembros de la banda criminal conocida como el Equipo Aqua.
Sven, el Top Ranger que fue de los principales responsables de la hazaña, ha declarado que esto no sería posible sin la ayuda de una misteriosa mujer a la que no se ha podido identificar mas que por sus características físicas confirmadas por algunos testigos que llegaron después a la escena del suceso.
Se distingue a esta mujer por su peculiar color de cabello naranja, ojos verdes y tez blanca. Se calcula que tiene entre veinte a veinticuatro años y una estatura aproximada de un metro setenta. Se desconoce por completo su identidad o los motivos por los que ayudó en este importante paso hacia un mundo libre de criminales. En otras noticias..."
- ¡Vaya! una misteriosa mujer justiciera. Eso no se escucha todos los días, ¿no lo cree, señorita?
- Es cierto.
- ¿Sabe? Usted se parece mucho a la descripción de aquella mujer, ¿se lo han dicho?
- Claro, todo el tiempo y siempre les contesto lo mismo: yo solo soy una simple mesera. – Misty le dedicó una encantadora sonrisa al hombre de avanzada edad que seguramente solo quería coquetear con ella mientras atendía su mesa.
Se alejó a continuar con ese, su trabajo, uno que llevaba desempeñado por unos cuantos meses después de su 'heroica hazaña' como lo llamaban en la televisión mientras que para ella era tan importante como atender las mesas en ese tranquilo café de ciudad Icirrus, lugar donde llegó casi sin querer y tener un nuevo comienzo, pero no había sido lo que esperaba.
Se levantaba, comía, trabajaba, convivía con las pocas amistades que había hecho e incluso salió con uno que otro muchacho que la había invitado a salir. Pero siempre volvía sola a su diminuto departamento para intentar dormir y pasar la noche para empezar otro día igual, sin que ocurriera nada extraordinario nunca. Eso no era vida, sentía que cualquier sentido de esa palabra había sido arrancado de ella el día en que le dieron la noticia de la desaparición de Ash. Se sentía vacía, como una mera espectadora de la dicha de otros. Tal vez por eso no había vuelto a casa después del incidente del equipo Aqua, porque ellos insistirían en que olvidara y que pensara en su futuro, en una felicidad que ella simplemente sabía que no podría tener, así como lo supo dos años atrás, así como lo sentía ahora y así sería por siempre.
Tampoco podía seguir siendo una chica común, en una ciudad cualquiera atendiendo mesas, eso no se sentía bien... Así fue como tuvo una crisis existencial a los veintidós años, en la que se suponía que era la plenitud de su vida y fue esa desorientación la que la arrastró de vuelta a Kanto, a casa. Pensó que si estaba en su hogar por lo menos un instante, entonces sabría que hacer.
El sendero parecía invadido por la vegetación del lugar, pero conforme se acercaba a su casa a las afueras de Viridian, notaba que se parecía más a la imagen de sus recuerdos. La pintura blanca parecía no sufrir ni un deterioro, los vidrios de las ventanas estaban perfectamente limpios y el césped uniforme alrededor de un árbol de cerezos que parecía estar creciendo poco a poco cada cambio de temporada.
- Es como si alguien estuviera cuidando del lugar... – Susurró para si un tanto nerviosa. De pronto se sintió desprotegida al llevar puesto un sencillo vestido verde un tanto corto y con una pronunciada abertura redonda en la espalda. Incluso sintió sus finos cabellos hacerle cosquillas por toda su columna vertebral, así que los hizo a un lado, acomodando las hebras de fuego sobre su hombro derecho. – Me pregunto si mis hermanas vivirán aquí ahora o... – Sus palabras se detuvieron cuando la puerta principal se abrió, revelando al posible responsable de tan buen mantenimiento.
Misty se quedó petrificada estudiando al hombre frente a ella. Siempre había parecido maduro, pero ahora se le notaba más formal, sobre todo con esos pantalones de vestir marrones y su chaleco a juego. Sus facciones resultaban más serias, incluso lo veía un poco más alto, un poco más fornido.
- Brock... - Pronunció entre una diminuta sonrisa el nombre de aquel que estaba igual de impresionado que ella, quizás más. Después de todo, para el mundo y sus amistades había desaparecido de un día para otro dos años atrás.
- Misty... E-en verdad... ¿En verdad estás aquí? – Preguntó aún pasmado, sin embargo, le bastó una ligera afirmación por parte de su amiga para en verdad creerlo y correr hasta ella envolviéndola en un abrazo. Al estrecharla pudo sentir como la pesadez y la angustia de años se diluía en cuestión de segundos.
- No puedo creer que estés aquí, yo no pensé que vendrías, yo...
- No pienso quitarte la casa, si es lo que te preocupa. – Dijo Misty al separarse del abrazo aunque mantuvo sus manos aferradas a los hombros del hombre. En verdad ella había necesitado de su amigo más de lo que estaba dispuesta a admitir. – Yo sé que no he estado cerca en un par de años, así que no debes preocuparte de...
- No vivo aquí, Misty. No podría, en realidad nadie podría más que tu, pero esperaba que regresaras algún día y por eso la mantuve así. Vengo tan seguido como puedo, aunque a veces es difícil con el consultorio. Tengo tanto trabajo que es difícil dejarlo a un lado.
- ¿Al fin pusiste tu propia práctica médica pokemón? – Preguntó con una cierta alegría de saber que su más querido amigo, aquel que era como un hermano para ella, hubiese cumplido su sueño. Brock asintió correspondiendo el gesto amable con una amplía sonrisa.
- Han sido dos años, Mist. Dos años que hemos tenido que seguir viviendo, pero ni yo, ni tus hermanas hemos dejado de pensar en ti.
- ¿Ellas están bien? ¿Las has visto? – Ante la pregunta un extraño nerviosismo se apoderó de Brock, pues casi al instante la soltó y su cuerpo se tensó.
- Están bien, vamos a Celeste tanto como podemos para ver a Lily y Daisy está viviendo con Tracey en Paleta. También los visitamos con frecuencia. – Misty retrocedió unos pasos. Si algo había aumentado en ella en esos años era la perspicacia y enseguida entendió la información que Brock intentaba ocultarle, solo que le costaba un poco asimilarla. El doctor pokemón se percató de la extraña actitud en la pelirroja , inquietándose un poco. – ¿Misty? ¿Ocurre algo?
- Dijiste 'vamos'
- Eeeeee… Si lo hice, ¿cierto?
- Y también mencionaste que en el gimnasio solo está Lily.
- Si, ella vive sola desde hace unos meses.
- ¿Donde podría estar mi otra hermana? – Cuestionó la ex líder poniendo al hombre más nervioso, sobre todo cuando Misty lo señaló firmemente – Brock Stone, ¿será posible que al fin te saliste con la tuya y lograste enamorar a una de las hermanas sensacionales?
- ¡Ey! lo dices como si hubiera estado obsesionado.
- De joven lo estabas.
- Bueno, ahora solo lo estoy por una de ellas – Confesó ruborizado y Misty comenzó a dar de saltos alrededor suyo.
- ¡No lo puedo creer! ¡Tu y Violet! ¡Por Arceus, no puedo creer que estés saliendo con mi hermana!
- En realidad... Estamos comprometidos. - Brock declaró con orgullo dejando boquiabierta a su futura cuñada. Cuando la impresión por fin disminuyó, Misty pudo hablarle tranquila y un tanto satisfecha.
- Definitivamente te armaste una fabulosa vida en estos dos años, querido Broko.
- No lo ha sido tanto. Misty, siempre me faltarás tu, a todos. Te hemos extrañado tanto.
- Lo imagino.
- Te buscamos en cada región.
- Lo sé.
- Entonces... ¿No crees que ya es momento de que regreses con nosotros?
- Yo... No lo sé. – Dijo tomándose el brazo derecho con la mano izquierda, observando por un largo rato la casa que era mas que eso, era su hogar que había formado con Ash, pero sin él, en verdad era solo una propiedad más, un sitio cualquiera que no tenía la capacidad de brindarle paz, ningún sitio en el mundo lo tenía y ahora tenía la certeza de ello. – ¿Sabes? Vine aquí buscando una señal, una respuesta que me dijera que hacer de hoy en adelante y al estar aquí solo puedo pensar... Que debo hacer lo mismo que hice hace dos años.
- Misty…
- Debo seguir buscándolo, Brock, es lo único que tiene sentido para mi.
- Yo sé que no hubo mucha oportunidad de decirte algo en aquel entonces, pero lo hago ahora con todo el dolor que me provocan éstas palabras: Ash murió…
- No.
- ¡Él no va a regresar!
- ¡Basta Brock! ¿Por qué te das por vencido con él y no dejaron de buscarme a mi? ¿No se te hace que ustedes hicieron lo mismo que yo estoy haciendo con Ash?
- No, porque él ya no está aquí, tu si, - Intentó sujetarla del brazo, atraerla hacia él, pero siendo más hábil, la jovencita se alejó a tiempo. Impediría que la retuviera sin importarle que para ello tuviera que usar la fuerza, más no fue necesario porque Brock se mantuvo a la distancia al percibir el enojo que emanaba de ella.
- ¿Como lo sabían, ah? ¿Acaso me vieron una sola vez en este tiempo? ¿Los llamé, mandé cartas? – Brock se mantuvo callado y con la mandíbula apretada, mientras el enojo crecía en Misty quien seguía con sus reclamos, cada vez a mayor volumen - ¿Emití señales de humo? ¿Envié flores? ¡¿Acaso tuvieron una maldita señal de mi parte?!
- Nunca encontramos un cadáver ¡de acuerdo! - Gritó al fin un poco avergonzado de decir algo tan abrupto como eso. – No había rastros de ti, pero tampoco había nada que indicara tu deceso.
- Ya veo... Y de Ash... Que yo sepa es la misma situación.
- Eso no es verdad. Lance y los otros...
- Solo contéstame, Brock. – pidió de forma más calmada – ¿han encontrado el cuerpo de Ash? – El joven doctor hizo una larga pausa sabiendo que no podía mentirle, pero la verdad era todavía más peligrosa. Finalmente contestó con una sola sílaba.
- No.
- Entonces tengo que seguir buscándolo. – Declaró con firmeza y después simplemente dio la vuelta. No pudo dar más que unos cuantos pasos cuando sintió una presión en su muñeca derecha, misma que haló fuertemente para volverse amenazante hacia Brock.
- No pudiste detenerme hace dos años y te juro que menos podrás hacerlo ahora.
- ¿Qué me harás Misty? ¿Lo mismo que les hiciste a los del equipo Aqua? – La pregunta descolocó por completo a la pelirroja quien abrió los ojos tanto como pudo sin saber como contestar a la acusación. En cambio Brock no estaba dispuesto a retroceder. – Sé que eras tu.
- ¿Y qué si lo era?
- Entonces no podría comenzar a decirte lo mal que estás.
- Eso podría ser hiriente si tuviera la intención de tomar en cuenta tu opinión. – Le dedicó una mirada llena de rencor, misma que permaneció clavada sobre él un buen rato, pues retrocedía sin darle la espalda. – Ve a casa con mi hermana, – sentenció – esa es tu vida. Esta es la mía ahora. – Tras esas palabras y sin obtener ninguna réplica, giró sobre sus talones y emprendió su camino. Se había alejado unos cuantos metros cuando escuchó la voz clara, pero herida de Brock.
- ¿Cuanto tiempo mas pretendes que sea así, Misty? - Se detuvo en medio del sendero por unos segundos presionando con sus yemas fuertemente sus antebrazos. Sus ojos refulgían de la desesperación de saberse sola en ese camino, de la rabia que crecía día a día por ese cruel destino que vivía y aunque quiso mostrarle todo eso a Brock, decidió no mirarlo. Contestó sin voltearse tan fuerte como le fue posible para que él no dudara de su respuesta.
- Cuando Ash esté de nuevo junto a mi.
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A veces se dejaba vencer por la furia. La volvía irascible al punto de cometer locuras, incluso hasta arrasar con bosques o pueblos enteros con las llamas que generaba ese poder, ese que le fue otorgado para lograr su objetivo. Estuvo a punto de permitir que pasara de nuevo, pero se enfocó en la persona frente a ella, en sus rasgos que resultaban ajenos y a la vez tan familiares.
Ese hombre tenía la piel clara y el cabello azul marino, características que no había heredado de su abuelo, pero si las facciones maduras que resaltaban con su edad, misma que sobrepasaba los cuarenta años y sobre todo, esos ojos rasgados que bien parecían una simple línea, pero que expresaban mucho. La veía con terror, lo supo también cuando comenzó a retroceder, sin quitarle la vista de encima, como quien intenta escapar de un animal salvaje sin alterarlo más de lo que ya está en primer lugar.
Tal vez fue que se percató de esa reacción lo que la obligó a respirar profundamente calmando poco a poco su carácter, su rabia y sus llamas hasta deshacerlas por completo.
- Creo que no tenemos nada más que discutir, – Habló tranquilamente sin retomar el tema anterior al momento que acariciaba suavemente el pelaje de su fiel pokemón blanco que se había sentado junto a ella. – Es mejor si me marcho ahora y tu... Tu debieras volver a tu casa en ciudad Plateada, con tu familia. Mejor ocúpate de ellos en lugar de estar perdiendo el tiempo aquí.
- Tu eres parte de mi familia, aunque no quieras verlo así.
- Solo somos parientes lejanos, muy lejanos Taiki, ni siquiera debiéramos conocernos, así que no te preocupes por lo que yo hago.
- ¡Lo hago porque me importas! ¡Quiero ver por ti, por tu bienestar y tu felicidad!
- Si eso fuera verdad entenderías que la única forma de conseguir eso, para mi, es encontrar a Ash. A tu abuelo le constaba que él era todo para mi...
- Pero mi abuelo siempre supo que no te hacía bien esperar por alguien... que ya no puede ser encontrado. – Bajó su tono de voz, tratando de sonar triste y no autoritario, pues no quería desencadenar otro episodio de furia por parte de la mujer, aunque ella no contestó nada, solo emitió un leve bufido antes de empezar a caminar hacia Taiki. A pesar de ser un hombre maduro él no pudo evitar atemorizarse. Cuando estuvieron frente a frente, Misty se detuvo, dedicándose a mirarlo con tal intensidad que Taiki de nuevo sintió como si un avasallador fuego lo envolviera.
- Eso está por verse. – Sentenció Misty y sin decir más lo pasó de largo comenzando a alejarse siendo seguida por el Ninetales que volvió a correr graciosamente entre los árboles como si nada hubiera pasado mientras su ama estaba lista para perderse en el bosque, para alejarse de aquella que fuese su casa cuando alcanzó a escuchar una última pregunta por parte de su 'sobrino'.
- ¿Piensas detenerte algún día? - Misty sonrió ante la ironía de esa pregunta que era muy parecida a la que escuchó de voz de su amigo Brock muchos años atrás. No podía creer que ese cuestionamiento la siguiera por tres generaciones.
No se molestó en voltear. Se mantuvo quieta por lo que a Taiki le pareció una eternidad antes que ella se dignara a hablarle.
- Tu familia me ha hecho esa pregunta durante tantos años ¿y sabes qué? Estoy cansada de contestarla porque conocen a la perfección mi respuesta.
Después de eso, reanudó sus pasos.
El afilado tacón de sus botines de piel negros parecían no tocar del todo la tierra y así se perdió entre la vegetación, como un espíritu vaporoso que se diluía en la noche...
Bueno, como dije, los detalles son lo complicado. Quería hacer la historia de Misty en esos años sin Ash, pero podría ser muy largo, más de lo que aquí les estoy dejando y eso que en verdad solo describiré los momentos clave de su "transformación" porque como verán no es la misma Misty y bueno, si aún no queda claro, pues sigue viéndose joven y bella. Por supuesto que eso también tiene una explicación que se viene muy, muy pronto.
Todavía habrá un par de cosas que se basen en la película de la cual se desprende toda esta locura, pero no por ahora, tal vez en alguno de los flashbacks, pero sin duda se verá en capítulos mas adelante.
En cuanto a los personajes extras que usé, todos son inventos míos, excepto Sven, él sale en uno de los juegos de Nintendo DS.
Prometo contestar sus reviews del capitulo pasado por PM en el transcurso de la semana, por ahora es tarde y alguien tiene que preparar la cena en lugar de estar actualizando n_n'
Canción que inspiró este capítulo You Can't Save Her de M83