Disclaimer: Ninguna de estas adorables damas, así como cualquier otro personaje de LOK me pertenecen. Es una pena.

Nota de la autora: Este fic participa en el reto temático "Sidra, Galletas y Villancicos" del foro ¡El Cometa de Sozin!

Moderación me asignó: "un personaje disfrazado de oveja" (Sé que es algo tarde pero no había podido cargalo. ¡Una disculpa!)

Otro año sola

La brillante armadura colgaba de su mano derecha. Abrió la puerta de su apartamento con un simple movimiento de muñeca. Estaba cansada y fastidiada de todo lo demás. La temporada era un asco, ladrones intentando pasarse de listos con las compras navideñas. Comerciantes con artículos poco seguros. Montones de gente en las calles distraídas por la iluminación de la ciudad. Tenía que admitirlo, a ella también le encantaba el destello de cada arreglo. Este año la matriarca había puesto bastante esfuerzo en la decoración de su ciudad. Ese esfuerzo que pondría cualquier madre sobre su hogar. Ese que pondría cualquier amante para sorprender a su prohibición.

Y quizás eso era lo único que le agradaba de estas fechas. Se había resfriado semanas antes, el trabajo le exigía más y más y tampoco había podido presentarse en el último baile de la temporada. Sin mucho ánimo por primera vez tuvo que aceptar, Suyin le encargó cuidar el estado Beifong durante todo un mes sin descansos prolongados

Otra navidad que pasaría sola. Su propia compañía jamás le había molestado. Era completamente normal, había crecido así. Aunque si le preguntaran, preferiría estar con ella.

Las cenas, los festejos con el consejo de la ciudad, las fiestas en la ciudad tenían a Su bastante ocupada. Y si a ello le sumaba sus deberes como madre y esposa, realmente no había tiempo para un pequeño escape con la capitana.

Al menos podía relajarse, era 24 y apenas llegó para su cena personal. Dejó su armadura cerca de la entrada, botó el pesado abrigo en un sillón y se dirigió a la cocina.

Un café le bastaría para calmarse.

Cuando volvió a la sala no podía creer lo que estaba viendo. Repentinamente su piso se había convertido en una pequeña réplica de las decoraciones en todo Zaofu. Las luces brillando cálidamente. Los pequeños destellos saltando por cada mueble con cubierta metálica.

—¿Te gusta? —Una suave voz habló desde el pasillo que apenas se iluminaba con los adornos.

Kuvira volteó sin dar respuesta alguna, los brazos de Su la envolvieron con gentileza.

—Pensé que sería mejor si te daba la sorpresa. No quise arriesgarme a recibir un no a mi propuesta…

La capitana se acurrucó en los brazos de Suyin, sentía el suave tacto del abrigo y eso la reconfortaba.

—Creí que estarías con…— No pudo terminar la oración

—Y así ha sido, pero no podía permanecer un momento más lejos de ti. Al menos hoy no.

En un momento Kuvira encendió la chimenea. Las dos se sentaron frente a ella y admiraron el amable gesto de la matriarca. No había ni un solo rincón sin adornar. Las dos se miraron a los ojos y antes de que sus labios se encontraran Kuvira se detuvo.

—Solo una cosa…

Suyin levantó una ceja

—¿Me explicas por qué estas disfrazada de oveja? —La miró con ojos burlones

—Porque puedo hacer esto entonces… —Su se abalanzó sobre la joven guardia abrazándola por completo dejando un camino de besos por su mejilla izquierda hasta sus labios.

La suave tela del disfraz consiguió desvanecer cada disgusto que había tenido en las últimas semanas. El abrazó de Su no hizo más que mantenerla tibia y darle esa sensación de tranquilidad.

—Quédate así, hace demasiado frío para ir por una frazada… —Cerró sus ojos y respiró profundamente mientras descansaba su cabeza sobre el pecho de la mayor.

—¿Qué? Espera… Debo volver… ¿Kuvira? ¡Kuvira despierta!