Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, sólo la trama puede ser adjudicada como mía.


Aclaración: Capítulo dedicado a Tade.


Canciones recomendadas:

La primera nevada - Kang Sung Min

Love Too Much - Yoon Gun

Don't Forget Me - Huh Gak

Day, Month, Year - Jeab Wattana

She is - Clazziquai

Are you still waiting - Hee Young

Run To You - Lasse Lindh


Try

.

Bella

–¿Qué tienes que decir en tu defensa, Bella? –Alice habló por fin, después de diez minutos de silencio que se le hicieron eternos.

La miró entre su cabello, que se había convertido en una cortina castaña que le permitía ver sin ser vista.

–Y no te escondas –la regañó en un tono más suave, tirando suavemente de un mechón con una dulzura que no merecía.

–¿Qué haces aquí? –preguntó por fin.

–¿Qué crees? Tratar de entenderte, por todo lo sagrado, sé que amas a Edward. Y ni te atrevas a negarlo, mi hermano es un ciego cuando se trata de tus sentimientos hacia él, todo por como lo trató Lauren, le dejó unas inseguridades horribles que esconde demasiado bien, pero no puede hacerlo ni conmigo ni con mamá.

Dudó.

–Yo…

–No, déjame terminar, en el poco tiempo que te conozco te he llegado a tener cariño. Hablo en serio –añadió ante su mirada incrédula–. Todos nosotros en realidad.

–¿Por qué no me estás insultando? Deberías odiarme. Toda tu familia en realidad.

–Probablemente, pero no puedo. Obligué a Edward a contarme qué había pasado y no lo entiendo. Si hubiese sido una tontería absurda desde el primer momento ahorita deberías de estar en cama en cama, no deambulando por aquí, con una mirada llena de tristeza. Se ve a leguas que tienes el corazón roto. Edward está igual que tú. Todos lo hemos notado, pero sólo yo sé la verdad. Los demás creen que tuvieron una pelea.

No respondió, suspiró pesadamente.

–Deberían de saber la verdad.

–¿Qué verdad? No es lo que le dijiste a Edward. ¿No somos amigas, Bella? ¿Por qué no confías en mí? ¿Por qué usaste a Jacob para deshacerte de mi hermano?

Le dedicó una mirada asombrada.

–¿Cómo lo sabes?

–Honestamente era una suposición, sólo eso. Pero justo ahora me lo acabas de confirmar.

–Yo…

–Bella –su tono era serio–. Si sigues empeñada en no decir nada y dejar que Edward crea esa mentira comenzaré a detestarte, ¿cómo es posible que alguien pueda causar semejante dolor para ella misma y quienes ama sin hacer nada?

–Porque mi amor destruye –susurró temblorosamente.

Alice frunció el ceño.

–¿Por qué dirías algo como eso? Sí, es posible que algunas personas ofrezcan un amor destructivo, posesivo, demandante y desgastante, pero no tú. Si fuera así no estaría aquí. Y tú tampoco. Es la última vez que te lo preguntaré, Isabella Swan, ¿cuál es la razón por la cual hayas hecho lo que hiciste?

Suspiró, podría quedarse en silencio, entonces probablemente sería la última vez que vería a Alice, al menos que la buscara, sólo que esta vez la detestaría, o trataría de hacerlo, igual que todo el clan Cullen. Por hacer sufrir a Edward intencionalmente. Entonces lo ayudarían a superarla, ¿y luego qué? ¿Encontraría a alguien más a quien amar? ¿La olvidaría verdaderamente? ¿O se convertiría en una persona que dudaría al momento de enamorarse?

Cerró con fuerza los ojos.

–Vamos a mi departamento. No creo que éste sea el lugar adecuado para contártelo.

Alice esbozó una sonrisa pequeña, aliviada. Asintió y ambas se pusieron de pie.

(°-°)

–Bella, ¿cómo pudiste pensar eso? ¡Tú no eres sinónimo de destrucción!

Los ojos se le llenaron de lágrimas.

–No lo sé, ahora no estoy tan segura, pero era pequeña, mis padres murieron cuando tenía seis y la abuela Swan no dejaba de repetirlo, ni siquiera cuando estaba moribunda –hipó–. ¿Sabes que me dijo que podría haber vivido más? Pero gastó mucho en mantenerme, así que no pudo pagar el tratamiento a tiempo. Yo provoqué su muerte, igual que la de mis padres.

–Eso no es cierto, Isabella –se volvieron para ver entrar a Jacob, con el semblante sombrío–. La ogra Swan era una maldita bruja amargada, probablemente fue la que provocó las peleas entre tus padres, en primer lugar. No tú. Te amaban –se acercó y le tomó las manos con delicadeza–. Si no, ¿por qué hui contigo cuando me lo propusiste? ¿Por qué sigo aquí, apoyándote y queriéndote?

Sollozó.

–Porque eres un idiota.

–Lo soy, pero te quiero.

–Eso te convierte en el rey de los idiotas.

–Sí, pero me ganas, Bells –le secó una lágrima–. Lo amas y él a ti, ¿por qué te empeñas en romperlo y destrozarlo? ¿En serio es lo correcto? Mirándote ahora no lo creo. Y apuesto a que Edward no está mejor.

Alice negó frenéticamente.

–Está destrozado, ya ni siquiera toca el piano.

Bella se cubrió el rostro con las manos.

–Soy un monstruo –suspiró–. Eso es lo que soy.

–Odio cuando te desprecias –masculló Jacob–. Lo serás si no hablas con él pronto, Isabella. Búscalo. Explícale todo y que él decida si quiere seguir contigo o no.

Tembló.

–Pero…

–No puedo estar aquí sin abofetearte para que entres en razón –Jake se levantó y salió con rapidez.

Alice suspiró.

–Estoy de acuerdo con él. Lo mejor sería que buscaras a mi hermano.

–¿Y si no…?

–Es Edward –dijo con cariño, como si eso lo explicara todo–. Y te ama. Piénsalo. Espero verte pronto, Bella –esbozó una sonrisa, saliendo con más delicadeza que su mejor amigo momentos antes.

Ella suspiró con fuerza, pero supo que no tardaría en buscarlo.

(°-°)

Se arrebujó mejor en el abrigo que llevaba puesto, mirándolo. Estaba como lo recordaba, aunque sabía que su sonrisa y mirada estaban apagadas.

Idiota.

Mordisqueó su labio inferior para darse valor y hablarle.

Hoy sí, hoy sí. Repitió, como llevaba haciéndolo durante toda la semana. Deja de ser tan cobarde. Sólo acércate y explícale todo.

Pero… ¿y si me odia?

De todas formas merece saber la verdad.

¿Y si me sigue odiando?

¿Es posible llegar a odiar a alguien por quien llegaste a sentir mucho cariño?

Sí, ¿acaso no has leído las novelas o visto series o películas? Pasa todo el tiempo. Un ejemplo claro es lo que pasó con Angela y Tyler, él la engañó.

¿Acaso no estás también engañándolo?

Pero Angela encontró a Ben y son muy felices ahora.

Es distinto tu caso y el de ella.

–¿Bella? –interrumpió su debate interior cuando escuchó su voz. Alzó la mirada y estaba frente a ella, con el ceño ligeramente fruncido.

Mierda, mierda, mierda.

–¿Qué haces aquí?

¡Di algo rápido!

–Yo… erg… –masculló, sin saber qué decir, eso nunca le había pasado y era sumamente vergonzoso. Y, para mejorar, se estaba ruborizando. ¡Ruborizando! Cuando se suponía que no era ya la misma niña tímida de Forks que se sonrojaba por cualquier motivo.

La mirada de Edward se apagó más.

–Si no quieres volver a verme deberías evitar los lugares que suelo frecuentar –le dolía escuchar la frialdad en su voz–. Aunque dentro de poco ya no tendrás que preocuparte por eso –murmuró–. Es mejor así, ¿no crees? ¿No es lo que quieres? –preguntó antes de dar media vuelta y alejarse.

¿Lo que quería? ¿El creía que ella no quería volver a verlo jamás? ¿Qué lo odiaba tanto? ¿Qué no le dolería?

–¡Edward! –gritó, pero él no se detuvo ni se giró, aunque su paso se volvió un poco vacilante, lo que le animó a gritar de nuevo su nombre, pero, al recibir la misma respuesta que antes, corrió hasta detenerse frente a él, quien la miraba un tanto perplejo– ¡No sabes lo que quiero!

Sus ojos llamearon.

–¡Yo tampoco! Mierda, Bella. Deja de jugar conmigo, si no quieres estar conmigo no vengas, no hagas que la esperanza crezca, para luego destruirla cruelmente.

–Nunca has sido un juego.

Él bufó.

–Lo has demostrado estupendamente –replicó con sarcasmo–. Ahora tengo que…

–Edward, por favor, escúchame, necesito decirte… explicarte todo. Por favor. Luego puedes seguir odiándome –suplicó, con la respiración entrecortada.

Él la miró durante un largo rato, segundos que se le hicieron dolorosamente eternos. ¿Acaso Alice se habría equivocado respecto a su hermano?

–No te odio –suspiró, por fin–. No podría aunque significara salvar mi vida, Bella.

Estuvo a punto de sollozar de alivio.

(°-°)

Lo miró, pero él seguía sin decir nada. Estaba inmóvil, a excepción de los labios, los cuales movía pero ella era incapaz de descifrar las palabras que articulaba silenciosamente.

–¿Edward? –susurró, cuando el silencio se le hizo insoportable.

La miró.

–Isabella.

El aliento se le atoró en la garganta por aquella respuesta.

–¿Me odias?

–Nunca podría odiarte, Isabella.

–Entonces… ¿por qué…? ¿Por qué me llamas Isabella?

–¿Por qué Bella?

Respiró hondo.

–Odio que me llamen Isabella o Marie, pero no podría cambiarme el nombre aunque quisiera –bajó la mirada–. A pesar de todo… eran mis padres, Jacob era el único que me llamaba así, antes y después de lo que pasó. El único que sigue conmigo a pesar de todo.

Él sonrío dulcemente.

–¿Y yo? ¿Puedo llamarte Bella? Porque, a pesar de lo que acabas de contarme, quiero seguir a tu lado.

–Edward…

–No sé cómo pudiste pensar que llegaría a odiarte o cómo es posible que alguien como tú sea capaz de destruir a las personas de una forma tan grotesca –le secó una lágrima–. Te amo. Estoy aliviado de que le hicieras caso a Alice y Jacob, aunque un poco celoso porque hablaste con mi hermana antes que conmigo. Pero te perdono –le besó la punta de la nariz–. Porque eso es lo que haces con la persona que adoras, Bella. Tratas de protegerla, quieres ser egoísta, pero, al mismo tiempo, quieres que todo el mundo la conozca. Que sepa lo afortunado que eres. Que imaginen un poco lo feliz que puedes llegar a ser gracias a ella.

–Edward… Yo… te amo.

Su sonrisa torcida apareció, junto con el brillo de sus orbes esmeraldas.

–Lo sé, Bella, y será un placer para mí demostrarte cada día que te amo –se inclinó repentinamente y la cargó, arrancándole un jadeo–. En realidad, estoy dispuesto a comenzar ahora –le dedicó una sonrisa llena de picardía antes de unir sus labios en un beso arrebatador, lleno de promesas y amor.


¡Hola!

Bueno y así llegamos al final de esta historia :)

Espero que les haya gustado el final y lamento demasiado la demora (creo que muchas estarán algo decepcionadas porque no hay lemon). Siento un poco que los personajes se salgan de contexto (un poco, demasiado...), pero es lo que hay.

¡Muchas, muchas gracias por leer, agregar a alertas y favoritos! ¡También gracias a las que se tomaron el tiempo de comentar (en especial tú, Tade, eres increíble)

¡Nos leemos pronto!

Missannie

p.d. La lista de reproducción ha sido actualizada *voz de robot* así que, si gustan, pueden echarle una ojeada o como se les diga. Y lamento si las canciones se les hacen medio raras... por cierto, los nombres de los capítulos son de las canciones esenciales :D

¡Hasta la próxima!