§« Cambiando »§
Aunque habían pasado semanas desde lo sucedido, Ginny aún seguía triste. Se levantó de su cama harta de estar compadeciéndose de sí misma, y caminó hacia la ventana. Estaba anocheciendo y el cielo estaba precioso... Mientras observaba como desaparecía el sol, pensaba en su forma de ser y en la impresión que todos tenían de ella: una chica ingenua, tonta e insegura, incapaz de defenderse sin la ayuda de alguien.
Sus hermanos se reían de ella, no paraban de gastarle bromas, su mejor amigo le había traicionado y Ruth no tenía tiempo para ella, pues pasaba todo el día con su novio.
Estaba harta de su timidez, de sonrojarse cada vez que Harry le dirigía la palabra, de ser invisible ante los demás, de ese maldito complejo de inferioridad que cada vez la hacía más y más pequeña... Quería cambiar.
Lo peor de todo es que no sabía cómo. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil? Diablos... lo único que quería era dejar de ser la niña inocente, la hermana menor de los Weasley, la presidenta del club de fans de Harry Potter (como algunos Slytherins la llamaban).
Ginny quería ser otra, quería demostrar su valentía - si realmente era una verdadera Gryffindor... -. Lo único que deseaba era que la gente la tomara en serio, y para ello necesitaría cambiar mucho, pero lo lograría.
"Oh, sí... definitivamente, ya es hora de cambiar, Virginia Weasley"
* * *
- ¿Qué te ocurre?
- ¿A mí? - dijo Harry, sorprendido - Nada...
- Vamos, Harry... a mí no me engañas - dijo Sirius sonriendo - ¿Problemas con las chicas?
- N-no. Bueno...
Sirius rió - ¿Quién es la afortunada? - preguntó.
Harry no dijo nada. No quería que nadie se enterara de lo que comenzaba a sentir por Ginny, aunque por otra parte quería hablarle a Sirius sobre ella. "Mejor no decírselo...", pensó.
- Si no quieres no me lo digas, ¿eh?
- Bueno, es que...
- ¿No será esa chica de Ravenclaw? - dijo Sirius sonriendo pícaramente.
- Eh... - vaciló Harry - Sí. Un momento... ¿Cómo lo sabes?
- Harry, - Sirius volvió a sonreir - soy tu padrino. Me entero de todo lo que te pasa.
"No de todo", dijo Harry para sus adentros.
- Aunque - habló Sirius bajando la voz - parece que Ginny Weasley te llama mucho la atención.
Harry miró a su padrino horrorizado. ¿Tanto se le notaba?
- Vaya, es muy tarde. Debes irte a dormir.
- S-sí... Hasta mañana, Sirius.
- Buenas noches, Harry.
Harry entró al dormitorio de los chicos cautelosamente. Estaban todos dormidos. Se metió en la cama y cerró los ojos, aunque sabía que no podría dormir. Normal, ¡Sirius era libre! Harry sonrió al recordar la cara que puso Malfoy cuando vio a Sirius entrar en el Gran Comedor y sentarse en la mesa de profesores entre el profesor Lupin y Dumbledore.
También pensó en lo que Sirius le había dicho, y recordó que Ginny estaba extraña esos días... ¿Le habría pasado algo? Era muy extraño. Podría hablar con ella al día siguiente. Sí, eso es lo que haría...
* * *
Por la mañana, Ginny se levantó y se miró al espejo. Una niña de catorce años, de aspecto dulce, con los ojos castaños y el cabello rojo recogido en dos trenzas le devolvió la mirada. Si quería madurar y cambiar, también su aspecto tendría que verse modificado de alguna manera... Se volvió a mirar. No estaba muy contenta con su aspecto, pero debía aceptarse a sí mísma... Aunque había algo que no la convencía, algo...
"Las trenzas", pensó, "Son muy infantiles..."
Y comenzó a deshacérselas, mientras sus compañeras de cuarto se despertaban. Sus amigas se sorprendieron al ver a Ginny quitándose esas trenzas que había llevado montones de veces.
- ¿Por qué te las quitas? - preguntó Ruth acercándose a ella.
- Estoy harta de ellas - contestó Ginny frente al espejo, ahora con el pelo suelto.
- Ah... - dijo Ruth, extrañada.
- ¿Qué pasa?
- No, nada, nada... voy a vestirme.
Cuando Ruth estuvo lista, las dos Gryffindors bajaron a desayunar y se sentaron en la mesa junto a Colin, al que Ginny no dio ni los buenos días. Por otra parte, Ruth intentaba entablar conversación, pero no daba resultado.
Cuando Colin terminó de desayunar, se fue a la mesa de Hufflepuff para buscar a su queridita Anne. Ruth aprovechó que su amigo se había ido para hablar con Ginny.
- ¿Qué demonios te pasa, Gin? - dijo - ¿Es que no quieres arreglar las cosas?
- ¿Qué? - exclamó Ginny, enfadada - ¡Yo no soy la que le ha traicionado!
- Gin, él lo está pasando muy mal y...
- ¿Ah, sí? - la interrumpió Ginny - Pues no lo parece. ¡Y deja de llamarme Gin!
Ruth la miró sorprendida.
- N-nunca te había importado que te llamáramos así...
- Pues ahora sí - contestó la pelirroja de mal humor - Y deja de hablar de Colin de una buena vez.
- Ginny, sé que te ha dolido lo que ha hecho, pero...
- No... vuelvas... a hablar... de Colin.
- Está bien... - dijo Ruth algo asustada. Nunca había visto a Ginny comportarse de esa forma - ¿Te pasa algo? Te noto rara, Gin... Ginny.
Ginny suspiró. - No, no me pasa nada. - dijo con impaciencia- ¿Nos vamos? Llegamos tarde.
Las dos chicas se levantaron y salieron por la enorme puerta del Gran Comedor, dirigiéndose hacia la clase de Defensa contra las Artes Oscuras, en la que el profesor Lupin esperaba a sus alumnos.
* * *
Por fin la había visto. Por suerte no le había pasado nada malo. Estaba bien... ¡y tan bien! Se había dejado el pelo suelto y le quedaba genial... Pero, diablos, no había tenido el valor suficiente para hablar con ella... ¿Y se hacía llamar Gryffindor? Patético.
Ya lo intentaría más tarde. Después de todo, no era tan difícil hablar con una chica...
- ¡Harry! - dijo Hermione - ¿Se puede saber qué te pasa?
- Yo lo sé. Está enamorado... - dijo Ron, riéndose.
- No me pasa nada - contestó Harry, enfadado - ¿Por qué todos me dicen lo mismo?
- ¿Es por Quién-tú-sabes?
- Se llama Voldemort, Ron. Y no me pasa nada. Ni por él, ni por nadie.
- Vale, vale. Tranquilo...
Los tres amigos se levantaron y fueron rápidamente hacia las mazmorras. Ya se esperaban una buena reprimenda y por lo menos diez puntos perdidos por llegar tarde, cuando al ver a su profesor de Pociones se llevaron una gran sorpresa.
- ¡Sirius!
* * *
- ¡Hola, Ginny!
La pelirroja apartó la vista de su tarea y miró a la persona que le estaba hablando. Se sonrojó levemente al darse cuenta de quién era, e intentando parecer lo más segura posible le devolvió el saludo.
- ¿Cómo estás? - preguntó el chico.
- B-bien, ¿y tú? - respondió ella, culpándose por tener la voz temblorosa.
- También - dijo él, sonriendo. - ¿Puedo sentarme?
- S-sí, sí, claro...
Ginny se sorprendió notablemente. Pensaba que él sólo quería preguntarle dónde podía encontrar a su hermano o a Hermione, como hacía siempre. Pero esta vez no... qué extraño. Decidió asegurarse de que no estaba soñando.
- Harry, mi hermano está en la biblioteca con Hermione.
- Ya lo sé. ¿Por qué lo dices? ¿Molesto?
- ¡No! - exclamó Ginny - Pensé que los estabas buscando.
- Oh... - dijo él - No, es que quería preguntarte algo...
- ¿Ah sí? - contestó Ginny intentando parecer desinteresada, lo cual no dio resultado.
- Sí - dijo Harry sonriendo - Verás, estos días te he notado algo extraña y, bueno, quería saber si te pasaba algo malo.
Ginny se quedó con la boca abierta. ¿Harry Potter preocupándose por ella?
"Pues claro. Eres como su hermana pequeña, ¿recuerdas?"
- No me pasa nada, Harry - dijo ella haciendo un esfuerzo por sonreír.
- ¿De verdad? - insistió él. Estaba seguro de que algo le pasaba, pero que no quería contárselo.
- Sí, de verdad.
Harry sonrió de nuevo, haciendo que Ginny se derritiera. Aunque esa sonrisa no duró mucho, ya que - para desgracia de la pelirroja - detrás de Harry apareció una joven morena con rasgos orientales. Se acercó lentamente a él y le tapó los ojos.
- ¿Quién soy? - dijo Chang, sonriendo.
- Eh... ¿Cho? - adivinó él. Ginny se sorprendió, pues no parecía muy entusiasmado.
- ¡Sí! - exclamó Cho, sentándose al lado de Harry.
"Descarada", pensó Ginny, "Ni siquiera pide permiso..."
- ¿Qué tal te va? - preguntó Harry.
- ¡Genial! - dijo ella - ¡Mejor que nunca!
- Ah...
- Ay, Harry, ¿por qué no salimos a dar una vuelta? Esto es muy aburrido... - dijo Cho, mirando a Ginny.
- B-bueno... Hasta luego, Gin
- Adiós.
Salieron los dos, Cho agarrando del brazo a Harry y contándo algo que al chico no parecía interesarle mucho, aunque Ginny no lo notó, pues estaba pensando en otras cosas:
"No... me llaméis... Gin"
* * *
- ¡¿En serio?! - gritó Dean Thomas, después de escuchar lo que Neville le había contado. - ¿Snape se ha ido del colegio?
- Eso dicen. - dijo Neville. - Debe ser verdad, porque esta mañana nos ha dado clase Sirius Black en lugar de Snape.
- Yo he oído que intenta escapar de Quién-tú-sabes...
Al su lado, Harry, Ron y Hermione escuchaban la conversación.
- ¿Vosotros qué pensáis? - dijo Ron.
- No lo sé... es muy sospechoso. Puede que Seamus tenga razón: A lo mejor quiere escapar de Voldemort, recordad que antes era un mortífago. - apuntó Hermione.
- Aunque... - dijo Harry, pensativo - El curso pasado Dumbledore encargó algo a Snape, al igual que a Sirius...
- Sí, pero... ¿qué será?
- No tengo la menor idea... pero voy a averiguarlo.
- ¡No, Harry! No voy a dejar que te metas en problemas, ¡este año no!
* * *
- Severus Snape, qué grata sorpresa... - dijo con sarcasmo una fría voz.
- Señor...
- ¿Qué te trae por aquí?
- Señor, quisiera... volver al grupo.
El dueño de la fría voz sonrió con malicia. Se acercó lentamente al hombre vestido con ropas negras y agarró su brazo con brusquedad, pasando sus largos y delgados dedos por una fea marca, que tomó un color rojo vivo nada más entrar en contacto.
- ¿Y qué te hace pensar que voy a admitirte, Severus?
- Sería muy útil, Señor...
- Me traicionaste. Nos traicionaste a todos. ¿No es así? - dijo la voz, dirigiéndose esta vez a la gente que se encontraba a su alrededor. - ¿Qué pensáis vosotros, queridos amigos? ¿Lo admitimos?
Los mortífagos comenzaron a abuchear al hombre.
- ¡Traidor!
- ¡No se fíe de él, Amo! ¡Es un traidor!
- Silencio, idiotas. - gritó Lord Voldemort, haciendo que todos permanecieran callados - Por otra parte, Severus Snape podría proporcionarnos mucha información acerca de todo lo que sucede en Hogwarts, ¿verdad?
- Sí, Señor...
- Y también de Harry Potter...
- Cierto.
* * *
- Hola
- Hola
- ¿Qué tal?
- Sin ti, muy bien
- Vamos, Ginny... no seas así
- Déjame en paz, Colin - dijo ella fríamente.
- Yo no quería hacerte daño, yo... - balbuceó el chico.
- Tú sólo has jugado conmigo, nada más.
- Lo siento, Gin, pero no sabía cómo poder llamar la atención de Anne y...
- ¡¿CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIR QUE NO ME LLAMÉIS "GIN"?!
Colin se quedó blanco de la impresión. Murmuró con voz inaudible un "lo siento" y salió del Gran Comedor con la cabeza baja.
- Vaya, vaya, vaya... qué genio tiene la Weasley.
- Olvídate de que existo, Malfoy.
El rubio sonrió maliciosamente. - Intentando cambiar, ¿eh?
- ¿Cómo dices?
- Sí... Primero modificas tu aspecto (aunque sigues igual que siempre pero más despeinada), cambias de humor de un día para otro... ¿Ya estabas harta de ser la pequeñita e indefensa pobretona?
"Y que lo digas...", pensó Ginny. - ¿Y tú cómo sabes que he cambiado de humor, eh?
El joven Slytherin enrojeció y tardó unos segundos en contestar.
- Se te ha oído en todo el comedor, Weasley.
* * *
- Me va a costar mucho volver a confiar en ti
- No volveré a traicionarle, Señor
- Espero que no. Y si lo haces, tendrás que sufrir las consecuencias, y no podrás escapar como hiciste la última vez.
- No lo haré, Señor. - murmuró Snape.
- Por si las dudas: - dijo Lord Voldemort sacando su varita - ¡Crucio!
Un grito de dolor interrumpió el silencio de la noche.
* * *
- ¡AHHHHHHG!
- ¡Harry! ¡Harry! ¿Qué sucede?
- ¡Me... duele...!
Ron y Hermione intentaron acercarse a su amigo mientras sus compañeros de curso observaban al chico de ojos verdes.
- ¡Mirad su cicatriz!
Continuará...
N/A: ¡¡¡Hola!!! Siento mucho la tardanza. Mucho, mucho, mucho ;_;. Estuve de viaje. Además, la culpa es de la señorita inspiración, que no se digna a aparecer por mi cabeza ¬¬. Pero bueno, la he atado bien y ya no se escapa, así que prometo que el próximo capítulo estará pronto, y tendré mucho tiempo libre porque estoy de vacaciones de Semana Santa ^o^. Espero que les haya gustado este capítulo, y por favor, dejen reviews, es lo único que me anima a seguir escribiendo.
ginny-potter-irene: Viva la MCVH!!! xDDD Bueno, ya lo he continuado. Espero que este capítulo también te guste ^o^
Kami-chan: ¡Feliz cumpleaños súper retrasadísimo! xD Siento mucho la tardanza, de verdad T.T. Tus ideas son geniales, pondré en práctica algunas en los próximos capítulos (que será pronto). Muchas gracias ^^
Nia_88: Es horrible cuando alguien se siente como Ginny, ¿verdad? T.T Colin es un... ¬¬' . Bueno, muchas gracias por el review, espero que te siga gustando igual o más que antes ^^
CurlsofGold: Hum... lo tendrás, lo tendrás. Gracias por el review! ^^U
^__^: Sie, ojalá quede libre también en el libro!!! (ejem, Rowling... ¿me oíste? SIRIUS LIBRE!!!). Como ves he tardado bastante en subir el capítulo, pero... ¡aquí lo tienes! ^o^
Melissa: Muchas gracias por lo que has dicho de mi fic ^^. ¡Y yo encantada de que lo traduzcas!
Minerva McGonagall.
Aunque habían pasado semanas desde lo sucedido, Ginny aún seguía triste. Se levantó de su cama harta de estar compadeciéndose de sí misma, y caminó hacia la ventana. Estaba anocheciendo y el cielo estaba precioso... Mientras observaba como desaparecía el sol, pensaba en su forma de ser y en la impresión que todos tenían de ella: una chica ingenua, tonta e insegura, incapaz de defenderse sin la ayuda de alguien.
Sus hermanos se reían de ella, no paraban de gastarle bromas, su mejor amigo le había traicionado y Ruth no tenía tiempo para ella, pues pasaba todo el día con su novio.
Estaba harta de su timidez, de sonrojarse cada vez que Harry le dirigía la palabra, de ser invisible ante los demás, de ese maldito complejo de inferioridad que cada vez la hacía más y más pequeña... Quería cambiar.
Lo peor de todo es que no sabía cómo. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil? Diablos... lo único que quería era dejar de ser la niña inocente, la hermana menor de los Weasley, la presidenta del club de fans de Harry Potter (como algunos Slytherins la llamaban).
Ginny quería ser otra, quería demostrar su valentía - si realmente era una verdadera Gryffindor... -. Lo único que deseaba era que la gente la tomara en serio, y para ello necesitaría cambiar mucho, pero lo lograría.
"Oh, sí... definitivamente, ya es hora de cambiar, Virginia Weasley"
* * *
- ¿Qué te ocurre?
- ¿A mí? - dijo Harry, sorprendido - Nada...
- Vamos, Harry... a mí no me engañas - dijo Sirius sonriendo - ¿Problemas con las chicas?
- N-no. Bueno...
Sirius rió - ¿Quién es la afortunada? - preguntó.
Harry no dijo nada. No quería que nadie se enterara de lo que comenzaba a sentir por Ginny, aunque por otra parte quería hablarle a Sirius sobre ella. "Mejor no decírselo...", pensó.
- Si no quieres no me lo digas, ¿eh?
- Bueno, es que...
- ¿No será esa chica de Ravenclaw? - dijo Sirius sonriendo pícaramente.
- Eh... - vaciló Harry - Sí. Un momento... ¿Cómo lo sabes?
- Harry, - Sirius volvió a sonreir - soy tu padrino. Me entero de todo lo que te pasa.
"No de todo", dijo Harry para sus adentros.
- Aunque - habló Sirius bajando la voz - parece que Ginny Weasley te llama mucho la atención.
Harry miró a su padrino horrorizado. ¿Tanto se le notaba?
- Vaya, es muy tarde. Debes irte a dormir.
- S-sí... Hasta mañana, Sirius.
- Buenas noches, Harry.
Harry entró al dormitorio de los chicos cautelosamente. Estaban todos dormidos. Se metió en la cama y cerró los ojos, aunque sabía que no podría dormir. Normal, ¡Sirius era libre! Harry sonrió al recordar la cara que puso Malfoy cuando vio a Sirius entrar en el Gran Comedor y sentarse en la mesa de profesores entre el profesor Lupin y Dumbledore.
También pensó en lo que Sirius le había dicho, y recordó que Ginny estaba extraña esos días... ¿Le habría pasado algo? Era muy extraño. Podría hablar con ella al día siguiente. Sí, eso es lo que haría...
* * *
Por la mañana, Ginny se levantó y se miró al espejo. Una niña de catorce años, de aspecto dulce, con los ojos castaños y el cabello rojo recogido en dos trenzas le devolvió la mirada. Si quería madurar y cambiar, también su aspecto tendría que verse modificado de alguna manera... Se volvió a mirar. No estaba muy contenta con su aspecto, pero debía aceptarse a sí mísma... Aunque había algo que no la convencía, algo...
"Las trenzas", pensó, "Son muy infantiles..."
Y comenzó a deshacérselas, mientras sus compañeras de cuarto se despertaban. Sus amigas se sorprendieron al ver a Ginny quitándose esas trenzas que había llevado montones de veces.
- ¿Por qué te las quitas? - preguntó Ruth acercándose a ella.
- Estoy harta de ellas - contestó Ginny frente al espejo, ahora con el pelo suelto.
- Ah... - dijo Ruth, extrañada.
- ¿Qué pasa?
- No, nada, nada... voy a vestirme.
Cuando Ruth estuvo lista, las dos Gryffindors bajaron a desayunar y se sentaron en la mesa junto a Colin, al que Ginny no dio ni los buenos días. Por otra parte, Ruth intentaba entablar conversación, pero no daba resultado.
Cuando Colin terminó de desayunar, se fue a la mesa de Hufflepuff para buscar a su queridita Anne. Ruth aprovechó que su amigo se había ido para hablar con Ginny.
- ¿Qué demonios te pasa, Gin? - dijo - ¿Es que no quieres arreglar las cosas?
- ¿Qué? - exclamó Ginny, enfadada - ¡Yo no soy la que le ha traicionado!
- Gin, él lo está pasando muy mal y...
- ¿Ah, sí? - la interrumpió Ginny - Pues no lo parece. ¡Y deja de llamarme Gin!
Ruth la miró sorprendida.
- N-nunca te había importado que te llamáramos así...
- Pues ahora sí - contestó la pelirroja de mal humor - Y deja de hablar de Colin de una buena vez.
- Ginny, sé que te ha dolido lo que ha hecho, pero...
- No... vuelvas... a hablar... de Colin.
- Está bien... - dijo Ruth algo asustada. Nunca había visto a Ginny comportarse de esa forma - ¿Te pasa algo? Te noto rara, Gin... Ginny.
Ginny suspiró. - No, no me pasa nada. - dijo con impaciencia- ¿Nos vamos? Llegamos tarde.
Las dos chicas se levantaron y salieron por la enorme puerta del Gran Comedor, dirigiéndose hacia la clase de Defensa contra las Artes Oscuras, en la que el profesor Lupin esperaba a sus alumnos.
* * *
Por fin la había visto. Por suerte no le había pasado nada malo. Estaba bien... ¡y tan bien! Se había dejado el pelo suelto y le quedaba genial... Pero, diablos, no había tenido el valor suficiente para hablar con ella... ¿Y se hacía llamar Gryffindor? Patético.
Ya lo intentaría más tarde. Después de todo, no era tan difícil hablar con una chica...
- ¡Harry! - dijo Hermione - ¿Se puede saber qué te pasa?
- Yo lo sé. Está enamorado... - dijo Ron, riéndose.
- No me pasa nada - contestó Harry, enfadado - ¿Por qué todos me dicen lo mismo?
- ¿Es por Quién-tú-sabes?
- Se llama Voldemort, Ron. Y no me pasa nada. Ni por él, ni por nadie.
- Vale, vale. Tranquilo...
Los tres amigos se levantaron y fueron rápidamente hacia las mazmorras. Ya se esperaban una buena reprimenda y por lo menos diez puntos perdidos por llegar tarde, cuando al ver a su profesor de Pociones se llevaron una gran sorpresa.
- ¡Sirius!
* * *
- ¡Hola, Ginny!
La pelirroja apartó la vista de su tarea y miró a la persona que le estaba hablando. Se sonrojó levemente al darse cuenta de quién era, e intentando parecer lo más segura posible le devolvió el saludo.
- ¿Cómo estás? - preguntó el chico.
- B-bien, ¿y tú? - respondió ella, culpándose por tener la voz temblorosa.
- También - dijo él, sonriendo. - ¿Puedo sentarme?
- S-sí, sí, claro...
Ginny se sorprendió notablemente. Pensaba que él sólo quería preguntarle dónde podía encontrar a su hermano o a Hermione, como hacía siempre. Pero esta vez no... qué extraño. Decidió asegurarse de que no estaba soñando.
- Harry, mi hermano está en la biblioteca con Hermione.
- Ya lo sé. ¿Por qué lo dices? ¿Molesto?
- ¡No! - exclamó Ginny - Pensé que los estabas buscando.
- Oh... - dijo él - No, es que quería preguntarte algo...
- ¿Ah sí? - contestó Ginny intentando parecer desinteresada, lo cual no dio resultado.
- Sí - dijo Harry sonriendo - Verás, estos días te he notado algo extraña y, bueno, quería saber si te pasaba algo malo.
Ginny se quedó con la boca abierta. ¿Harry Potter preocupándose por ella?
"Pues claro. Eres como su hermana pequeña, ¿recuerdas?"
- No me pasa nada, Harry - dijo ella haciendo un esfuerzo por sonreír.
- ¿De verdad? - insistió él. Estaba seguro de que algo le pasaba, pero que no quería contárselo.
- Sí, de verdad.
Harry sonrió de nuevo, haciendo que Ginny se derritiera. Aunque esa sonrisa no duró mucho, ya que - para desgracia de la pelirroja - detrás de Harry apareció una joven morena con rasgos orientales. Se acercó lentamente a él y le tapó los ojos.
- ¿Quién soy? - dijo Chang, sonriendo.
- Eh... ¿Cho? - adivinó él. Ginny se sorprendió, pues no parecía muy entusiasmado.
- ¡Sí! - exclamó Cho, sentándose al lado de Harry.
"Descarada", pensó Ginny, "Ni siquiera pide permiso..."
- ¿Qué tal te va? - preguntó Harry.
- ¡Genial! - dijo ella - ¡Mejor que nunca!
- Ah...
- Ay, Harry, ¿por qué no salimos a dar una vuelta? Esto es muy aburrido... - dijo Cho, mirando a Ginny.
- B-bueno... Hasta luego, Gin
- Adiós.
Salieron los dos, Cho agarrando del brazo a Harry y contándo algo que al chico no parecía interesarle mucho, aunque Ginny no lo notó, pues estaba pensando en otras cosas:
"No... me llaméis... Gin"
* * *
- ¡¿En serio?! - gritó Dean Thomas, después de escuchar lo que Neville le había contado. - ¿Snape se ha ido del colegio?
- Eso dicen. - dijo Neville. - Debe ser verdad, porque esta mañana nos ha dado clase Sirius Black en lugar de Snape.
- Yo he oído que intenta escapar de Quién-tú-sabes...
Al su lado, Harry, Ron y Hermione escuchaban la conversación.
- ¿Vosotros qué pensáis? - dijo Ron.
- No lo sé... es muy sospechoso. Puede que Seamus tenga razón: A lo mejor quiere escapar de Voldemort, recordad que antes era un mortífago. - apuntó Hermione.
- Aunque... - dijo Harry, pensativo - El curso pasado Dumbledore encargó algo a Snape, al igual que a Sirius...
- Sí, pero... ¿qué será?
- No tengo la menor idea... pero voy a averiguarlo.
- ¡No, Harry! No voy a dejar que te metas en problemas, ¡este año no!
* * *
- Severus Snape, qué grata sorpresa... - dijo con sarcasmo una fría voz.
- Señor...
- ¿Qué te trae por aquí?
- Señor, quisiera... volver al grupo.
El dueño de la fría voz sonrió con malicia. Se acercó lentamente al hombre vestido con ropas negras y agarró su brazo con brusquedad, pasando sus largos y delgados dedos por una fea marca, que tomó un color rojo vivo nada más entrar en contacto.
- ¿Y qué te hace pensar que voy a admitirte, Severus?
- Sería muy útil, Señor...
- Me traicionaste. Nos traicionaste a todos. ¿No es así? - dijo la voz, dirigiéndose esta vez a la gente que se encontraba a su alrededor. - ¿Qué pensáis vosotros, queridos amigos? ¿Lo admitimos?
Los mortífagos comenzaron a abuchear al hombre.
- ¡Traidor!
- ¡No se fíe de él, Amo! ¡Es un traidor!
- Silencio, idiotas. - gritó Lord Voldemort, haciendo que todos permanecieran callados - Por otra parte, Severus Snape podría proporcionarnos mucha información acerca de todo lo que sucede en Hogwarts, ¿verdad?
- Sí, Señor...
- Y también de Harry Potter...
- Cierto.
* * *
- Hola
- Hola
- ¿Qué tal?
- Sin ti, muy bien
- Vamos, Ginny... no seas así
- Déjame en paz, Colin - dijo ella fríamente.
- Yo no quería hacerte daño, yo... - balbuceó el chico.
- Tú sólo has jugado conmigo, nada más.
- Lo siento, Gin, pero no sabía cómo poder llamar la atención de Anne y...
- ¡¿CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIR QUE NO ME LLAMÉIS "GIN"?!
Colin se quedó blanco de la impresión. Murmuró con voz inaudible un "lo siento" y salió del Gran Comedor con la cabeza baja.
- Vaya, vaya, vaya... qué genio tiene la Weasley.
- Olvídate de que existo, Malfoy.
El rubio sonrió maliciosamente. - Intentando cambiar, ¿eh?
- ¿Cómo dices?
- Sí... Primero modificas tu aspecto (aunque sigues igual que siempre pero más despeinada), cambias de humor de un día para otro... ¿Ya estabas harta de ser la pequeñita e indefensa pobretona?
"Y que lo digas...", pensó Ginny. - ¿Y tú cómo sabes que he cambiado de humor, eh?
El joven Slytherin enrojeció y tardó unos segundos en contestar.
- Se te ha oído en todo el comedor, Weasley.
* * *
- Me va a costar mucho volver a confiar en ti
- No volveré a traicionarle, Señor
- Espero que no. Y si lo haces, tendrás que sufrir las consecuencias, y no podrás escapar como hiciste la última vez.
- No lo haré, Señor. - murmuró Snape.
- Por si las dudas: - dijo Lord Voldemort sacando su varita - ¡Crucio!
Un grito de dolor interrumpió el silencio de la noche.
* * *
- ¡AHHHHHHG!
- ¡Harry! ¡Harry! ¿Qué sucede?
- ¡Me... duele...!
Ron y Hermione intentaron acercarse a su amigo mientras sus compañeros de curso observaban al chico de ojos verdes.
- ¡Mirad su cicatriz!
Continuará...
N/A: ¡¡¡Hola!!! Siento mucho la tardanza. Mucho, mucho, mucho ;_;. Estuve de viaje. Además, la culpa es de la señorita inspiración, que no se digna a aparecer por mi cabeza ¬¬. Pero bueno, la he atado bien y ya no se escapa, así que prometo que el próximo capítulo estará pronto, y tendré mucho tiempo libre porque estoy de vacaciones de Semana Santa ^o^. Espero que les haya gustado este capítulo, y por favor, dejen reviews, es lo único que me anima a seguir escribiendo.
ginny-potter-irene: Viva la MCVH!!! xDDD Bueno, ya lo he continuado. Espero que este capítulo también te guste ^o^
Kami-chan: ¡Feliz cumpleaños súper retrasadísimo! xD Siento mucho la tardanza, de verdad T.T. Tus ideas son geniales, pondré en práctica algunas en los próximos capítulos (que será pronto). Muchas gracias ^^
Nia_88: Es horrible cuando alguien se siente como Ginny, ¿verdad? T.T Colin es un... ¬¬' . Bueno, muchas gracias por el review, espero que te siga gustando igual o más que antes ^^
CurlsofGold: Hum... lo tendrás, lo tendrás. Gracias por el review! ^^U
^__^: Sie, ojalá quede libre también en el libro!!! (ejem, Rowling... ¿me oíste? SIRIUS LIBRE!!!). Como ves he tardado bastante en subir el capítulo, pero... ¡aquí lo tienes! ^o^
Melissa: Muchas gracias por lo que has dicho de mi fic ^^. ¡Y yo encantada de que lo traduzcas!
Minerva McGonagall.