Holaa como pidieron aquí está la segunda parte y la explicación de la bomba tirada en el capítulo anterior :D decidi adelantarlo (ya que ya lo tenia escrito pero lo dividi xD) en lugar de hacerlos esperar hasta la proxima semana debido a que sufro de un pequeño bloqueo de imaginacion por el momento xD y me disculpo de ante mano no poder publicar la actualizacion que les prometi de los otros fics y el oneshot y_y les aseguro que no tardara mucho en pasarme :3 espero que les guste :) disfrútenlo :D


Capítulo 8.

–…tranquila no estas muriendo, al contrario… asuna-san… hay vida creciendo dentro de ti–susurro suavemente apenas llegando a los oídos de la hermosa chica de largos cabellos mandarina.

Se quedó estática al oír aquel susurro proveniente del doctor…

–N-no puede ser verdad… yo…– estaba impactada no podía creer aquello, un fuerte sentimiento comenzó a subir e inundar todo su cuerpo,

–Yuuki-san… tu… cuando fue la última vez que… ya sabes– esta vez fue la enfermera hablo acercándose a la pálida y petrificada chica.

–Y-yo… N-no puede ser… E-es muy pronto–pensó recordando aquel acto de amor…

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Cada noche era lo mismo no podía conciliar el sueño no sabía que pensar, tenía tantas cosas que rodeaban sus sentimientos, no sabía que hacer o como mejorar las cosas para que sus noches se volvieran en dulces sueños y alejar para siempre aquellas pesadillas que la atormentaban. Nuevamente su madre intentaba imponerle sus ideales de lo que era bueno para ella sin embargo esta vez no la había dejado ganar.

– ¡No!–respondió agachando la cabeza y estrujando fuertemente el fino mantel que cubría el enorme comedor ante la obligación que nuevamente le planteaban.

– ¿Qué dijiste? – cuestiono la mujer que yacía sentada frente a ella levantando una ceja en señal de sorpresa.

– ¡Dije que no, madre! – respondió con el mismo tono de voz aun en la misma posición que había tomado anteriormente.

–No te estoy preguntando si lo quieres o no, te estoy ordenando que lo hagas– contrarresto a la respuesta de la chica restándole importancia a su opinión para llevarse a la boca un bocado de la cena.

–No lo hare– se levantó de la mesa dejando su cena sin terminar para salir por la puerta.

– ¡Asun...! – puedo escuchar que su madre la llamaba sin embargo cerró la puerta antes de que ella terminara de mencionarla.

Ahora estaba atrincherada en su habitación cerrando fuertemente los ojos intentando dormir un poco pues sabía que la batalla que había iniciado con su madre no terminaría ahí, al contrario era el inicio de una guerra que no pensaba perder. Se sentó sobre su cama con esperanza de que ella no subiera, espero y espero. En el fondo pensaba que esa puerta se abriría dejando ver la figura de la mujer que le dio la vida, pero no fue así… Era buena, sabia como podía quebrarla.

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–Sugu, ya volví–hablo con fuerza al entrar a su casa.

–Onii-chan… ¿está todo bien? – pregunto la nombrada preocupada pues no podía evitar sentirse culpable.

–Hi… etto… lo siento sugu…– dijo apartando la mirada de su pequeña hermana.

–No te disculpes… soy yo la que debe disculparse… no sé qué fue lo que me paso– sincero la chica dejando rodar unas cuantas lagrimas por sus pómulos.

–No te preocupes… no quiero que esto arruine la hermandad que hemos formado… – suspiro pues aunque aún se encontraba en shock por lo sucedido no quería perder ni a su amada ni a su hermana, no después de todos los años en que la ignoro, sabía que esos años jamás podría recuperarlos pero quería intentar compensarlos de ahora en adelante.

–… onii-chan– dio un paso al frente queriendo atrapar en un tierno abrazo al pelinegro pero la reacción automática de este fue dar un paso atrás, se detuvo al ver esto no podía culparlo… sabía que le había hecho mal, por lo que solo le dedico una sincera sonrisa y dijo– l-lo siento, no volveré a tocarte…–

–sugu…– se sentía mal pues no sabía porque había retrocedido, no había señales de malicia en ella sin embargo una parte de su subconsciente temía que se volviera a repetir– lo siento…–puso su mano en el hombro de la chica– creo que por el momento un apretón de manos será suficiente– agrego con tono gracioso y sonriendo haciendo que ella sonriera mitigando la incomodidad.

–H-hi– asintió secando sus lágrimas, le alegraba saber que no lo había perdido, era su hermano y siempre seria así, esa noche dejo de lado sus intentos de conquista y acepto su lugar como su hermana.

–Iré a dormir, estoy un poco cansado…– soltó el hombro de la chica y extendiendo su mano hacia ella se despidió con un apretón de manos siendo correspondido por ella quien se encontraba más tranquila, viéndola de esta forma suspiro y supo que todo estaría bien, soltándose siguió su rumbo escaleras arriba.

–Eh onii-chan, mama llamo y dijo que no la esperáramos que no llegaría esta noche, que llegaría cerca de las 5 am por cosas de trabajo–aviso antes de que el chico se perdiera en el segundo piso.

–Ok– fue lo único que grito desde arriba, entro a su habitación y por alguna razón sintió la necesidad de poner el seguro en su puerta… se sentía raro pues jamás lo había hecho pero una parte de él temía que… sacudió su cabeza para apartar esos pensamiento y se fue a recostar sobre su colchón. Dio una vuelta sobre este y sacando su celular de su bolsillo del pantalón marco el número de la persona que adoraba.

–Hola, kirito-kun– respondió del otro lado de la pantalla del celular dejando ver su rostro atreves de ella, amaba la tecnología ya que gracias a ella podía video llamar cuando quisiera y ver el hermoso rostro de la chica que amaba tanto.

–Hola, asuna-san–respondió sonriendo.

– ¿eh?, es raro que pongas el "san" en mi nombre– rio la chica afirmando esto.

–Eh, lo siento–rio de igual manera dibujando un poco de color rosado en sus pómulos.

–Me gusta–sincero sonriendo.

–E-eh– se sonrojo aún más– ¿Asuna, estas bien? – pregunto notando que un camino de secas lagrimas enmarcaban sus mejillas.

–H-hi, es solo que pelee con mi madre de nuevo, no es nada–respondió sonriendo hacia el chico.

–Ya veo… –

Siguieron hablando dejando de lado la pelea que había tenía la chica con su madre, le preocupaba saber que había llorado por ello pero no quería hacer sentir incomoda a su novia preguntando, él siempre pensaba que cuando ella estuviera lista le contaría sin necesidad de apresurarla. Le parecía agradable poder hablar así con ella aún más después de lo que había pasado, la amaba y mientras le explicaba una estrategia para derrotar el jefe del siguiente piso en el nuevo Aincrad agradecía que ella sintiera el mismo sentimiento por él ya que eso es lo que lo había ayudado a recuperarla. Esa noche descubrió un par de cosas un poco aterradoras de su pequeña hermana, acepto esas cosas dejándolas de lado y reforzando su hermandad, perdió al amor de su vida debido a eso y la recupero yendo tras ella tan rápido como se fue. Colgaron la llamada cuando comenzó a ver los ojos soñolientos de la destello avisar su cansancio.

–Es hora de dormir–dijo con una sonrisa.

– ¿Eh? ¿Por qué? –pregunto sorprendida restregando su ojo derecho con la mano libre del celular.

–No preguntes porque cuando es evidente que estas cansada– rio con entusiasmo señalando la acción de la chica.

–E-eh, es un reflejo– sonrió apenada bajando rápidamente el brazo.

–Además mañana son los exámenes–agrego.

– ¡Es verdad! ¡¿Kirito-kun, estudiaste?! – pregunto acercando más el aparato a su rostro.

–Si tranquila, estudie llegando de clase, por cierto mañana tenemos que compensar a yui por no haber entrado a ALO hoy– calmo y recordó a la chica que en efecto por todo lo ocurrido se les paso por alto.

–Hi, buenas noches– sonrió la chica para así colgar la llamada.

Se recostó en su cama suspirando su reloj marcaba las 22:17, había pasado hablando con la chica más de 2 horas, sonrió de felicidad al saber que sin importan las circunstancias o problemas juntos lo superarían. Se levantó y saliendo de su habitación guardo el celular en su pantalón jean que aun llevaba puesto, bajo las escaleras y pudo notar que su hermana apago todas las luces de la casa antes de ir a dormir, se acercó a la cocina en busca de algo con que apaciguar a su hambriento estómago y calmar su sed cuando sintió vibrar su bolsillo. Lo saco intrigado pues no esperaba eso, pensaba que de seguro era alguna notificación de alguna aplicación instalada sin embargo se llevó una agradable sorpresa al leer… "lo siento kirito-kun si te eh despertado, al parecer el sueño escapo de mi jeje". Sonrió ampliamente ante tal texto inocente y fascinado por la dulzura que pudo percibir en este impulsivamente tomo sus llaves, chaqueta y zapatos para salir por la puerta principal de su hogar, sostuvo su negro vehículo y poniéndolo en estado neutral lo arrastro fuera a la calle, una vez lo suficientemente lejos de su casa y de los oídos de su hermana lo encendió y subió en él. Llegando a 1 cuadra de distancia de su destino apago la motocicleta y opto por dejarla estacionada cerca de la estación de trenes donde la encadeno por seguridad cerca de la luz del farol, sabía que era imposible que en ese lugar pudieran robarla pero quería asegurarse que estaría ahí a su regreso. Camino a paso rápido hacia la enorme morada que distinguía a lo largo y sin pensarlo 2 veces salto la barda con cuidado de no hacer ningún ruido, todo en ella estaba apagado ocultando su presencia, se acercó bajo la ventana y sacando su celular escribió rápidamente...

Pudo estar tranquila una vez que colgó el teléfono con su caballero de negro pero sin importar que no podía dormir a pesar de que hace 1 minuto había estado cerrando involuntariamente sus ojos, tomo su celular de nuevo en sus manos y escribió en él un corto mensaje con esperanza que fuera contestado y poder conciliar el sueño. Pasaron más de 10 minutos y no obtuvo respuesta alguna por lo que resignada pensó que el chico se había quedado dormido en cuanto la llamada había terminado, se rodó sobre su colchón dejando de lado su aparato suspiro esperando poder cerrar sus ojos y dormir cuando una ligera campanilla llego a sus oídos. Dio la vuelta y leyó un confuso mensaje proveniente de su amado… "Asómate a la ventana". Confundida hizo caso al texto y sus pupilas se llenaron de lágrimas al ver a su novio parado afuera sonriendo, el chico busco un peldaño para poder subir al cerezo que yacía junto a la ventana de la chica, hábilmente logro subir y haciendo un ademan con la mano pidió que se alejara para suspirar y tomando valor dio un pequeño salto para llegar al borde de esta donde fue la chica tomo su chaqueta antes de que perdiera el equilibrio y ayudándolo a entrar cerro la entrada improvisada del pelinegro.

– ¿¡Kirito-kun que haces aquí!? –pregunto emocionada procurando no alzar la voz.

–Dijiste que no podías dormir– respondió de igual manera ladeando una sonrisa.

– ¡Hi, pero no esperaba que vinieras y menos esta hora y mucho menos sabiendo que mañana tenemos exámenes!– reprendió la muchacha sonrojándose y caminando hacia su cama moviendo efusivamente sus manos acentuando sus palabras.

–De-deberías bajar la voz o tus padres se darán cuenta y no quiero pensar que harían si me encuentran aquí y contigo… así– pidió el chico bajando el tono de su voz y desviando la mirada de la figura de la chica.

–H-hi… ¿Cómo que así? ¿Cómo estoy? Esta es mi pija…– callo al observarse ella misma, había olvidado la pijama que se había puesto esa noche, sonrojada se quedó estática percatándose que llevaba un diminuto short color lila con una flor blanca bordada en el borde izquierdo y una camisa del mismo color sostenida por dos tirantes adornada con blancas flores estampadas siendo esta tan delgada que sin poder evitarlo trasparentaba su interior– ¡waa! – soltó un pequeño grito avergonzado tomando entre sus manos la sábana blanca de su cama y tapándose por completo.

–Asuna, ¿ratoncita estas bien? – se escuchó una grave voz del otro lado de la puerta de la chica haciendo a los dos saltar de susto.

–H-hi papa, e-es s-solo que había o-olvidado poner mi alarma– respondió rápidamente para evitar que entrara y descubriera a su ladrón.

–Está bien hija, dulces sueños ratoncita– dijo el hombre mientras se alejaba de la puerta de la chica.

–Uff… estuvo cerca– resoplo la chica dando vuelta para quedar de nuevo frente al pelinegro quien se sostenía de su mesa de noche ahogando con su mano la risa que lo había invadido.

–Oe, asuna– llamo la voz de un hombre más joven girando el picaporte de la habitación a lo que el chico paro secamente de reír y rápido se lanzó debajo de la cama de ella.

– ¡Onii-chan!, ¿Q-qué quieres? – pregunto mientras dejaba caer su sabana sobre los pies del pelinegro que se asomaban de su escondite.

–Podrías prestarme tu computadora, la mía se averió y la necesito para mañana trabajar– pidió quedándose en el marco de la puerta.

–H-hi– se acercó a donde yacía la maquina apagada– aquí esta–se la entrego rápidamente esperando que no notara la sabana.

–Gracias, buenas noches– despidió el mayor tirando un gran bostezo y cerrando la puerta tras el a lo que la chica se acercó y puso llave para evitar que volviera a ocurrir.

Se acercó a la sabana y ayudando a salir al chico debajo de la cama comenzó a reír en voz baja.

–N-no te rías…– pidió más rojo que un tomate acomodando su ropa– ratoncita– burlo haciendo que la chica soltara un leve golpe hacia su hombro apenada.

–N-no me llames así, s-solo mi papa me llama así– respondió la chica cruzando fuertemente los brazos ofendida olvidando la suave tela que cubría sus bien formados pechos alzándolos ante la acción.

–E-está bien…– fue lo único que el chico pudo contestar intentando desviar la mirada de aquella escena, hace unos meses habían estado tan cerca de consumar su amor sin embargo fueron interrumpidos, ahora se encontraba en la recamara de la chica con las luces apagadas, todas las personas dormidas o en proceso de ello, la puerta cerrada con llave y ella frente a él luciendo una provocativa y algo infantil pijama.

–Deberías irte pronto, recuerda que mañana tenemos los exámenes– hablo la chica soltando sus brazos y acercándose al pelinegro para abrazarlo tiernamente– gracias por venir, no era necesario pero, gracias ahora podré dormir bien–agradeció la chica feliz del romántico detalle de su novio.

–Haría hasta lo imposible por ti, asuna– respondió suavemente correspondiendo el abrazo cálido de la chica siento el calor de ella chocar con su pecho.

Se separaron pocos centímetros y sin soltar el abrazo sintió como los suaves labios de la chica tocaban los suyos en un tierno beso superficial haciendo al pelinegro abrazarla con más fuerza buscando profundizar aquel acto, sin dudarlo dos veces la castaña rojiza acepto la profundidad del beso pues no podía evitar sentir su corazón palpitar con rapidez al tenerlo en su habitación abrazándola de aquella manera y dejándose llevar relajo su cuerpo soltando un pequeño suspiro en los labios del chico. Sonrió al sentir el aliento de la chica separando el beso y mirándola con aquellos ojos negros hizo conocer a la chica sin decir ni una palabra lo que pensaba. Asintió sonroja tomando su mano para alar de ella y subir a su cama seguida del pelinegro quien la observaba fijamente como si no quisiera perder ni un solo movimiento que realizara. Tomo la colorada mejilla de la chica para acercarse y atrapar nuevamente sus tentadores labios con un beso aún más desesperado buscando entrar a encontrarse con su lengua, poso su otra mano libre sobre el colchón sirviendo de soporte. Entrelazo sus manos sobre el cuello del chico dejando paso libre a la juguetona lengua que pedía paso. Soltó la mejilla de la chica al sentir sus finos brazos rodear su cuello y dirigió aquella mano hacia la espalda de la chica para suavemente recostarla sobre la cama.

– ¿Estas segura de esto, asuna? – pregunto amablemente separando sus bocas mientras la chica yacía acostada sobre la cama aun con sus brazos en el cuello del pelinegro y él sentado con su mano atrapada entre las sabanas y la delicada espalda de ella esperando la respuesta para así seguir o detenerse, cualquiera que fuese la respuesta él la aceptaría pues lo que menos quería era incomodarla o hacerla sentir obligada.

–Hi…– respondió con firmeza–…quiero que me ames…–pidió suavemente acercando sus labios a la ojera del espadachín –…si así lo deseas…– agrego comprensiva recordando que horas atrás había ocurrido un percance violento hacia la hombría del chico y aunque su cuerpo pedía a gritos sentirlo no quería tomarlo por la fuerza.

–Me ofende que preguntes si lo deseo– respondió con picardía subiendo a la cama para posicionarse sobre la chica– no importa lo que haya pasado… eres la única que puede aliviar mi dolor– sincero adivinando los pensamientos de ella sobre lo ocurrido con su hermana.

–Ki-ri-to…–lo llamo abrillantando su mirada.

–Por favor, llámame por mi nombre–pidió acercando su rostro al de la chica deteniéndose al juntar sus frentes.

–Hi… kazuto–corrigió enmarcando una sonrisa en su rostro rosado.

De igual manera el chico sonrió para volver a atrapar sus labios y desplazar sus manos en los costados de la figura de la chica hasta llegar al inicio de diminuto short para así retirarlo junto con la fina ropa interior que cubría la intimidad ahora expuesta de la chica. Sintiendo desprotegida la parte más secreta que poseía ayudo al desesperado adolescente soltando su cuello y quitando rápidamente la parte superior de su pijama quedando completamente desnuda bajo los ojos de su amado.

–Rápido… es vergonzoso ser la única así…–hablo sonrojada sintiendo un leve deja vu pasar por sus recuerdos.

–Quisiera disfrutar más el momento…–sincero retirando su chaqueta, camisa, seguido de su pantalón, zapatos y ropa interior –…lamento que no sea tan romántico como lo hubiese querido–disculpo denotando tristeza pura en sus negras pupilas.

–El que hayas salido de tu casa a estas horas de la noche, entrado sin permiso a mi casa, escalado un árbol y entrar cual ladrón por mi venta, es más romántico de lo que puedas imaginar kazuto-kun –respondió con una pequeña risilla mitigando el lamento del chico.

–Asuna…–la miro fijo–… ¿aliviarías mi dolor? – pregunto seductoramente posicionado sobre el espacio abierto entre sus largas piernas apenas tocando la entrada de la chica con su despierto miembro.

–H-hi…–suspiro sintiendo como presionaba contra su húmeda intimidad que lo pedía a gritos.

Comenzó lentamente (conteniendo su necesidad de entrar de golpe) a adentrarse en su amada, sentía como la cavidad desvanecía el dolor que había sentido horas atrás, sentía como su mente daba vueltas mientras más lo acogía, sentía un poco de vergüenza por no saber cómo actuar. Suspiraba con dolor sintiendo la presión que imprimía el espadachín adentro de su inexplorada entrada, se sentía feliz de poder al fin sentirlo de esta forma en la vida real, le dolía cada vez que entraba más y más en ella sin embargo sabía que sería asu al ser esta su primera vez. Sintió de pronto una especie de barrera que impedía llegar a explorar completamente la intimidad de ella, sabía lo que era y sabía que tenía que ser cuidadoso de no lastimarla. Tomo su cabeza con ambas manos y cruzando fijamente sus miradas sonrió con pequeñas lágrimas en sus ámbares pupilas dando a entender que todo estaba bien invitándolo a proseguir.

–Asuna...–llamo antes de continuaron–¿Por que te dice ratoncita tu papa?–pregunto curioso ante los ojos apenados de la chica.

–P-por que de pequeña me escondía detrás de él–respondió avergonzada.

–Ya veo–sonrió para después besar a la chica y hundir su hombría dentro del vientre de la chica.

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–Y-yo… N-no puede ser… E-es muy pronto– pensó recordando aquel acto de amor…

– ¿Pronto? Asuna-san responde la pregunta por favor– pidió el doctor ayudando a la chica a regresar a la cama.

–E-eh… anoche–respondió avergonzada sentándose sobre las sábanas blancas.

– ¿Y la vez anterior a esa? – continuo.

–F-fue la primera vez– respondió aún más avergonzada.

– ¡¿C-cómo?! – subió la voz sonoramente haciendo entrar de golpe al pelinegro que esperaba afuera impaciente.

– ¿Qué pasa? – pregunto el ojos negros ignorando lo hablado acercándose a la sonrojada chica.

–Asuna-san por favor vayan a mi consultorio hoy por la tarde, hay que corroborar las cosas y si estoy en lo correcto, que sé que lo estoy, necesitaras acudir a un especialista– pidió tomando sus cosas para acomodarlas sorprendido.

– ¿Vayan? Se refiere a que kirigaya-san asista también– pregunto la enfermera.

–Claro, supongo que es tu novio, asuna-san– pregunto observando a la chica en busca de la respuesta.

–H-hi, es él–respondió tomando la mano del confundido chico.

–Los estaré esperando, adiós– despido fugaz el doctor saliendo de la misma manera de la habitación.

–Asuna, ¿Qué es lo que esta pasando? – pregunto con los ojos cristalinos esperando lo peor.

–…–no supo responder, solo apretó fuertemente su mano.

–Asuna por favor no me asustes…–pidió con voz débil, tanto como aquella vez que la vio morir frente a sus ojos tras ser cortada con la poderosa espada de kayaba– dime que sucede, por favor, dime que estarás bien, yo…yo no puedo soportar perderte de nuevo, por favor, dime que sus…–

–Estoy embarazada…–soltó con la cabeza baja callando los sollozos del espadachín quien sintió un inmenso calor llenar su pecho que se materializo en una lagrima cayendo por su mejilla hasta llegar a la punta del inicio de una sincera sonrisa esperanzada.


Hasta aquí el capi 8 :) espero les haya gustado :)

En el próximo capítulo leerán la consulta con el doctor y muchas cosas más que explicaran el porque de la consepcion tan rapida :D

¿Me gane algún review, comentario, sugerencia o regaño (por el bloqueo mental Dx) ? :3 si es así no olviden postearlo :)

Nos leemos :D

Chao :D