Los personajes no me pertenecen, son propiedad de S. Meyer.
Sumary: Bella se casó con el amor de su vida sin siquiera saber sobre su vida pasada, él no le dijo toda la verdad sobre él, pero no por no querer, él jamas pensó que su pasado volvería para quedarse y arrebatarle lo que mas quería, claro! está de parte de ella elegir si se queda con quien le da amor o con quien le da pasión. decisión difícil. Su esposo o su hijo.
MI ESPOSO O MI HIJO.
Me sentía realmente cansada, necesitaba bajarme de este maldito avión rápido. Tenia exactamente una semana en Abu Dabi haciendo negocios, una semana que he estado alejada de mi sensual y candente esposo, una semana en la que he extrañado a mi delicioso hombre. Se que el trabajo es importante y que el trato con el jeque Rajit nos dará muchos beneficios, pero apenas tengo dos meses de casada y ni siquiera he podido disfrutar de mi esposo como se debe.
-Señora Cullen, ya estamos por aterrizar, abrochese el cinturón, por favor - me dijo amablemente la azafata.
-Ok - susurré mas tranquila, ya faltaba poco para ver a mi esposo. El avión aterrizó y después de tomar mi bolso, acomodé mi saree (Vestido indú) bajé del estupido avión, agradecí al piloto con una sonrisa forzada, no quería pagar mi rabia con él, sabia que hacían su trabajo y lo menos que podía hacer era agradecer que me trajeron viva a Boston.
-Bella! - levanté la mirada para ver a Emett, mi mejor amigo parado frente a mi auto, genial! Cullen, no pudo venir por mi.
-Hola, Emy - saludé abrazándolo dulcemente.
-Mujer, si no fueras tan blanca como la leche diría que eres Indú - bromeó riéndose.
-Callate - dije fingiendo molestia. - me gusta, adoptaré la cultura Indú. - suspiré y solté la pregunta obvia. - donde está mi esposo? - Emett hizo una pequeña mueca y bajó la mirada.
-Tuvo que salir del pais, no me dijo por que, pero que volvía pronto - asentí lentamente y suspiré.
-No importa, vamos. - Emett me abrió la puerta del copiloto y después de rodear el auto se subió él para llevarme a mi casa, Emett siempre fue mi mano derecha, mi paño de lágrimas y mi primer hombre, aunque eso nadie lo sabe, ambos habíamos decidido perder la virginidad juntos con la excusa de experimentar y no parecer idiotas al hacerlo con otros, al principio pensamos que nos distanciaríamos después de hacerlo, pero nuestra amistad se fortaleció mas.
-Como te fue? hiciste el trato? - preguntó mientras conducía tranquilamente por las frías Avenidas de Massachusetts, Vivía cerca del MIT, ahí fue donde estudié y seguí trabajando como científica fisico-nuclear, también fue donde conocí a mi adorado Cullen.
-Excelente, el jeque accedió a financiarnos, sabia de antemano que quería la mitad del crédito por lo producido y que se llevara a Abu Dabial terminarlo.
-No te fue tan mal - contestó encogiéndose de hombros, aunque Emett no sabia nada de esto, siempre me escuchaba, a diferencia de mi, Emett se fue por la parte deportiva, él juega fútbol americano, el numero uno de la Águilas de Boston. - Llegamos - dijo sacándome de mis pensamientos.
-No te bajas? - pregunté confundida cuando me bajé y lo vi aun en el auto.
-No, mi auto se descompuso y tengo que pasar por Rosi al trabajo, sino me deja sin sexo. Te lo devuelvo en dos días. - dijo burlonamente, rodé los ojos y suspiré siempre era así con Emett.
-Vale, como quieras. Cuidate - Emett me lanzó un beso algo femenino para mi gusto y después de reírme un poco decidí entrar a mi enorme y solitaria casa. Caminé por la sala y subí directo a mi habitación, sonreí al ver que en la cama había una rosa blanca y una nota escrita a mano con su peculiar garabato de doctor.
Amor, perdoname por no ir por ti al aeropuerto, pero se me presentó un inconveniente en Seeatle
Espero me perdones por abandonarte, se que tenemos una semana sin vernos y creeme que te extraño demasiado,
pero, la junta directiva está haciendo estragos.
TE AMO, BELLS
Llámame cuando llegues a casa.
Suspiré pesadamente, jamas podría molestarme con él, siempre era tan dulce y tierno que... era imposible que me enojara, Claro! mi madre siempre me dijo que el que él pusiera su trabajo primero que a mi, nos conllevaría a unas cuantas peleas a futuro, siempre esperé a que su prioridad por el trabajo disminuyera después de casarnos, pero creo que no es así, tres años de noviazgo y ahora dos meses de casados y sigue siendo el mismo tonto de siempre. saqué mi celular y le marqué.
-Hola, amor. Lo siento, lo siento, lo siento - dijo rápidamente al contestarme - te juro que te lo compensaré cuando vuelva. Me perdonas? - suspiré y sonreí imaginándome el gracioso puchero que debía estar haciendo.
-No debería de perdonarte, es mas... No te voy a perdonar hasta que realmente hagas algo que merezca el perdón - dije con molestia fingida, sabia que él pensaría que estaba realmente molesta, eso lo hacia volver antes.
-Amorcito, de verdad perdoname, te prometo compensarte. se supone que estaré aquí una semana pero... trataré de volver en cuatro días máximo. Te amo.
-Eso espero Carlisle Cullen, sino te las veras conmigo - suspiré y sonreí, no quería asustarlo tampoco - Te amo, cielo. Vuelve pronto. - lo oí suspirar y sonreí.
-También te amo, cielito. Hasta pronto. - corté la llamada y me tiré de espaldas en la cama. definitivamente Carlisle iba a acabar conmigo. Muchos no creían que nuestra relación fuera de "verdadero amor" y algunos tenían sus quejas, incluyendo mi madre, pero yo no me casé con Carlisle por dinero, me casé por que en realidad lo amo, a pesar de que tiene ya 50 años recién cumplidos, sigue siendo un hombre vivaz y hermoso, a parte de ser extremadamente dulce y muy amoroso en la cama.
Cual es la razón por la que creen que me casé por dinero y que piensan que envenenaré a Carlisle pronto? pues es por que yo apenas tengo 27 años y una vida muy joven y prometedora, con una carrera por delante y muchos pretendientes, pero nada de eso me importa, yo amo a mi hombre solitario, lastimosamente los padres de Carlisle murieron cuando él era pequeño y no tiene mas familia a parte de su hermano Colins, pero muy pocas veces lo vemos, puesto que vive en Irlanda.
ya eran casi las ocho de la noche cuando abrí los ojos nuevamente, no se en que momento me quedé dormida, me quité el sareé y me fui desnuda hasta el baño, esto era lo bueno de tener tu propia casa, no importaba si caminabas desnuda, nadie podía decirme nada. Me di una ducha tibia y me puse una de mis batitas de Victoria Secret y bajé a la cocina por algo de comida.
Tomé un bol de frutas picadas y después de comer un poco me fui de nuevo a mi habitación, encendí la laptop y busqué un par de canciones de Debussy, mi favorita era La plus que lente, era suave, dulce y a la vez llena de vida, de pasión y deseo, y EL cisne, tan delicada y llena de sentimientos, me relajaba de infinitas formas. la dejé sonando en forma repetitiva, apagué la luz de la habitación y acostándome en la cama, cerré mis ojos.
No habían pasado ni diez minutos cuando escuché un ruido en la planta baja bastante fuerte como para escucharse en toda la casa, me asusté enormemente, pues esta era una casa de tres plantas y yo estaba en la segunda, la casa era bastante grande como para escuchar un ruido fácilmente, mi corazón se aceleró rápidamente, y si era un ladrón? y si era un secuestrador? y si planeaban matarme? hay santo Cristo!
Me levanté asustada y con la adrenalina corriendo por mi cuerpo, tomé uno de los palos de golf de Carlisle que estaba en el armario y sin encender luz ni hacer ruido, bajé cuidadosamente. Escuché un par de improperios en voz baja mientras bajaba, me asusté mucho mas, era un hombre y estaba en mi casa, sabia que debía llamar a la policía pero mi estúpido sentido de la supervivencia se fue a la mierda dejando mi teléfono en la habitación y dejándome con un palo de golf en medio de la sala oscura.
-Quien anda ahí? - pregunté con la poca seguridad que me quedaba en el cuerpo. Escuché como otras cosas caían al piso y se rompían, si el intruso había roto la vasija persa que había comprado en Egipto, lo mataría.
-Maldición - escuché que vociferó detrás de mi y sintiendo la adrenalina envolverme por completo me giré y le di un golpe, no supe que lo golpee hasta que lo oí gritar de dolor.
-Para, maldita sea - gritó dolorido, le había dado unos cuantos golpes. lo se, sentí la energía salir de mi sistema al golpearlo. Corrí encendí la luz y miré al tipo retorcerse de dolor en el piso, me sorprendí al verlo, que ladrón entra vestido de traje a una casa.
-Quien eres? - pregunté aun con el palo de golf en mano, no me confiaría, quizás es un asesino a sueldo - que haces aqui? - pregunté asustada.
-Yo... vivo... vivo aqui - jadeó respirando un poco mejor.
-Ja ja - reí con sarcasmo - esta es mi casa, como entraste? - él tipo me miró con el ceño fruncido aun en el piso y trató de sentarse, me miró durante un par de segundos y se aguantó el brazo.
-Maldición tienes un buen brazo para el golf - bramó mirando su brazo, gire un poco la cabeza para darme cuenta que tenia sangre en él.
-No has respondido a mi pregunta. Que haces en mi casa? - pregunté mas seria y sin miedo, estaba herido, eso lo hacia menos peligroso. Él se levantó del piso tambaleándose y me miró socarronamente.
-Tu casa? - preguntó con burla, miró mis manos y frunció el ceño as confundido, miré hacia donde él miraba vi que estaba viendo mi sortija de matrimonio - como te llamas? - preguntó serio.
-Isabella Cullen - contesté sin pensarlo, él sonrió de lado y vi la burla en su mirada, tenia unos ojos increíblemente verdes y hermosos, primera vez que veía unos ojos así, ni siquiera los de mi madre eran tan... profundos y lindos - quien eres tu? - pregunté saliendo de mi ensoñación al mirarlo, él sonrió socarronamente y se cruzó de brazos.
-Soy Edward Cullen, hijo de Carlisle... - contestó con burla intensa, me quedé petrificada y vi la maldad mezclada con la ironía en su mirada - Hola, mamá.
Espero les agrade, acabo de pensar en escribir un mini fic, y este tema me pareció mas que interesante, espero les guste, espero sus reviews, me gustaría saber si les gusta y que piensan de la historia.