*Se asoma lentamente* *Quita telarañas*
¿Alguien vivo?
No tengo excusas, simplemente mi eterna flojera y la vida en general pudieron más conmigo.
Hormonas Femeninas
Yui no sabía que era más aterrador, un Reiji hombre torturándola día y noche tanto mental como físicamente o una Reiji mujer que no paraba de sonreír y no soltaba su brazo por ningún motivo.
La segunda, definitivamente la segunda.
— ¿Ves eso que parece una pequeña bola?- Yui entrecerró los ojos, intentando ver la supuesta bola que señalaba el doctor. No podía ver un carajo –Esa pelotita es tu bebé ¿No es precioso?.
La rubia giró lentamente sus ojos a Reiji, no había hecho comentario alguno y eso, honestamente le daba miedo, la ahora chica era muy inestable y temía que en cualquier momento saltara al cuello del doctor y lo desollara vivo.
—Vaya, entonces si hay un bebé ahí dentro. Fascinante— El doctor asintió poniendo en su rostro una sonrisa incómoda, Yui casi podía adivinar sus pensamientos.
Tipo: "¿Por qué una mujer loca embarazada viene a mi consultorio cuando soy veterinario?"
Pero bueno, eso es lo que pasa cuando pones a Subaru algo cachondo a buscar un consultorio cercano a la mansión.
Seguramente la pequeña sabandija calenturienta vio la foto del veterinario en algún anuncio de google y quiso venir aquí.
—Ok… Entonces, si ya no puedo hacer nada por ustedes, señoritas…—Yui podía sentir la sutil patada en el trasero que les estaba metiendo el joven veterinario.
—¿Sabe cuántos meses tengo?— Yui pudo observar perfectamente como el parpado derecho del veterinario tembló.
—Probablemente 1 mes y medio o 2 meses. Señorita— Reiji entrecerró los ojos, eso era tan raro… ¿De verdad llevaba un ser en su interior? ¿Esta transformación era de verdad tan potente? —Aunque supongo que si usted misma lo piensa, será más fácil saberlo con exactitud, no se ve como una señorita que ande de cama en cama, aunque siempre podría equivocarme…
Yui hizo una mueca rara y se preparó mentalmente por si Reiji agredía al joven, pensó en todos esos manuales de defensa personal que leía a escondidas de los hermanos en la biblioteca y recordó uno o dos movimientos que ahora podrían servir siendo Reiji una chica embarazada.
En cambio, un risita acida se escuchó en el consultorio, viniendo de Reiji.
Desconcertando a Yui, Reiji se levantó como resorte y salió corriendo de ahí, el joven ni siquiera levantó la mirada del monitor y Yui se levantó detrás de la embarazada.
Shu estaba sentado sobre la acera frente al local, casi tirado sobre el concreto, disfrutando de la suave brisa cuando escuchó pasos acelerados corriendo hacia él, apenas pudo abrir un ojo cuando los delicados zapatos de tacón de su dulce hermana se encajaron en sus costillas y luego los de Yui, pisando al pequeño Shu.
Sin embargo, ninguna de las dos pareció notar que habían pisado algo. O a alguien.
—¿Reiji-san?— Estaba por hacer algún comentario hiriente cuando escuchó los quejidos de su hermana y la trémula voz de la rubia —¿Reiji-san? N-No debería tomar en serio los comentarios de p-personas como él… — Yui se sintió como en un sueño bizarro mientras abrazaba a Reiji y la chica de lentes lloraba en sus brazos.
Aunque, quizá todo esto quizá era un sueño bizarro que estaba teniendo, probablemente en la escuela olió algo de lo que se fuman los que se sientan detrás del gimnasio, o probablemente no debió aceptar ese extraño té que le ofreció la mujer de la hierbería o quizá debió sospechar que ese orégano que le dijo Laito que le echara a sus panqueques no era precisamente orégano.
Sus pensamientos fueron brutalmente interrumpidos cuando fue apresada por la mujer embarazada tan fuerte que sintió crujir todos sus huesos superiores.
—Ese hombre me llamó puta en palabras bonitas, yo no soy una puta, ¡NI QUE ME LLAMARA SUBARU!— Yui casi pudo ver como Subaru, en alguna habitación de hotel, arrastrando a algún pobre hombre, estornudó.
El fuerte agarre de Reiji se fue intensificando hasta que la rubia pudo sentir como su alma empezaba a abandonar su cuerpo.
— ¿De verdad te dijo eso?— recuperándose del atentado al pequeño Shu, el mayor de los Sakamaki se puso de pie, separando a Yui y a Reiji para observar detenidamente a la de lentes. Había un extraño sentimiento alojado en la boca del estómago del rubio, una molestia al pensar que un hombre había insultado a su hermana.
Reiji simplemente asintió echa un lio de lágrimas. Shu nunca había visto a su hermanO llorar, asi que ver a Reiji como su hermanA hacerlo, aún lo dejaba un poco en shock. Acarició lentamente sus hombros a modo de consuelo, nunca había hecho algo parecido así que no sabía si estaba haciéndolo bien, pero recordó un poco de esos dramas coreanos que miraba Subaru (Que él insistía en asegurar que no veía, pero el historial de la computadora del laboratorio de Reiji decía otra cosa) y con delicadeza llevó la cabeza de su hermana a su hombro y la abrazó con una mano en su cintura y con otra acariciando su cabello.
Yui, que acababa de recuperar su alma, se quedó congelada al ver la escena.
Ok, si, era seguro, se había drogado y con algo muuuy fuerte.
Fueron los 5 minutos más largos de la rubia, pero los hermanos parecían bastante cómodos en la posición en la que estaban. Miró el suelo y el cielo intentando no mirar directamente a ambos, sintiéndose como un mal tercio.
Un camión de bomberos pasó a toda velocidad y el ruido hizo que Reiji saltara de los brazos de Shu, ya no lloraba ni un poco y en vez de eso una sonrisa casi macabra se formó en sus perfectos labios.
—Casi lo olvidaba, querida Yui, tu cita con el bombero— Yui sintió su ceja temblar, algo dentro de su pecho le decía que había una razón oculta en el repentino interés de Reiji para que saliera con el bombero y el nombre de Ayato junto con la palabra VENGANZA vagaba lentamente en sus pensamientos.
Porque Reiji siendo hombre o mujer seguía siendo un cabrón que solo hacía las cosas por mero beneficio propio.
— ¿M-Mi cita?— Sabía que hacerse la estúpida no serviría, pero intentar no costaba nada.
—Yuuup~. Iremos a comprarte algo bonito para que lo luzcas hoy en la noche.
— ¿H-Hoy? ¿Tan pront-to?— Oh dios, realmente Reiji iba en serio, muy muy en serio.
—Hoy antes de venir acá lo contacté para fijar el encuentro— Yui tuvo ganas de ahorcar a Reiji, y luego se sintió muy muy mal por querer ahorcar a una mujer embarazada, aunque esa mujer fuera peor que satán en persona.
— ¿Dónde lo veré?— Cruzó los dedos detrás de su espalda, gritando internamente piedad al dios que ya tenía mucho que la había abandonado.
—En la mansión, por supuesto duh— Ok, era su ruina — ¿A dónde vas…?.
Con toda la tranquilidad del mundo, Yui dio 5 pasitos hacia la calle y se acostó en el asfalto, con una enorme sonrisa pintada en su rostro.
Sin embargo, y en contra de todo pronóstico, la calle quedó desierta a pesar de ser la calle principal de la ciudad.
Shu soltó un bufido, teniendo un dèjá vu mientras veía como Reiji arrastraba a Yui de un pie de regreso a la banqueta.
"Ya llévame diosito ¡Porfavooor!"
Sin embargo, como era costumbre, la vida en general estaba en su contra y ahora estaba a mitad de la venganza de Reiji a quienes quemaron su bella cocina.
Esta noche empezaría la verdadera guerra entre la embarazada contra la máquina de menstruación, la chica con depresión compulsiva y la menopaúsica.
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Probablemente el siguiente lo publique mañana? Asdasd o más al rato en la madrugada, tengo algo de inspiración viniendo a mí y nada que hacer en el trabajo, por algo odio los turnos nocturnos.
Voy a editar todos los capítulos anteriores, yo les estaré avisando cuando ya estén editados, porque los cambiaré de una x"D.
Si alguien sigue esperando esta cosa, una disculpa, igual veré que procede con todos mis otros fics, por si alguien también los sigue.