Primero, aquí mi ¿tercera? Historia de Frozen ja ja :D Quería hacer una continuación de "YA nada queda" pero… aún no se me ocurrió nada y vengo con esta nueva historia.
No Habrá algunos cambios, esto sucede un año después de la película.
Otra cosa: mmm, si me han leído antes, ya conocen a mis OC, los cuales también estarán un poco en esta historia.
Otra cosita, soy algo nueva para retratar a Elsa y Anna como hermanas y con su alrededor (Anna con Kristoff, Elsa hablando con reyes de otros reinos, etc)
Resumen: Un año después del deshielo, la Reina de Arendelle hace un baile de presentación a la cual están invitados gran cantidad de reyes, entre ellos el Rey Gerard. Este trae un importante diamante con él, pero al ser robado acusa a la reina de este ultraje, obligándola a ir en busca de este.
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Elsa se ponía los guantes en su habitación, aunque había aprendido a manejar sus poderes sabía que seguía levantando temores en los demás reinos. Era una forma de sentirse más segura y hacer sentir más seguros a los demás en su presencia.
Se miró en el espejo completo, llevaba el mismo vestido de la coronación, pero este era de un color azul claro, y la capa de un lindo color celeste. La corona de plata resaltaba en su cabello rubio platinado y no pudo evitar suspirar algo intranquila.
-¿Elsa?- ese murmullo la hiso darse vuelta para mirar a su hermana que acababa de entrar, la pelinaranja estaba sonriente y también con el mismo aspecto que en la coronación –Debemos ir a recibir a los invitados- hablo Anna mientras la miraba. La rubia asintió antes de volver a mirarse al espejo y suspirar. Su hermanita se le acercó poniendo una mano en su hombro.
-No tienes de que preocuparte Elsa, estoy segura que esta vez saldrá bien- hablo la más joven mientras sonreía bellamente.
-Lo sé, este baile será importante para hacer más tratos económicos y que la gente deje de temerme- sonrió apenada mientras suspiraba. Anna la abrazo con cariño y beso su mejilla.
-No eres un monstro Elsa, tu poder te hace especial- dijo tomando sus manos, la rubia platinada le sonrió y la abrazo mientras reían.
-¿Kristoff accedió a venir al baile?- pregunto la reina mientras caminaban por los pasillos, debían ir a recibir a uno de los reyes. Faltaban algunas horas todavía para el baile.
La pelirroja hiso una pequeña mueca, pero luego sonrió.
-¡Sí! Solo no quería llevar traje y tuve que convencerlo…- dijo en un puchero mientras se cruzaba de brazos tiernamente. La reina dejo escapar una risita ocultándola con su mano.
Ambas hermanas siguieron conversando hasta llegar a la puerta que las separaba del salón.
-¿Qué rey es?- pregunto Anna.
-El rey Gerard, dice que trae consigo algo que ha pasado de generación a generación en su familia real y quiere mantenerlo a salvo aquí mientras dure su estadía- hablo Elsa mientras medio sonreía. Aun no sabía que era exactamente, pero si el rey quería alguna protección se encargaría que varios guardias custodiaran… eso.
-La Reina Elsa de Arendelle- hablo el hombre de al lado de la puerta, mientras esta entraba a la habitación. Anna había preferido no entrar y salió en busca de Kristoff.
El rey se levantó de su asiento, se veía como un hombre de unos cuarenta años, su cabello era de color negro oscuro y sus ojos eran grises claros, pero sin llegar a ser del color de la plata.
-Bueno días majestad, yo soy el Rey Gerard- se presentó el hombre haciendo una reverencia que la reina correspondió.
-Bienvenido majestad- hablo la rubia platinada. El rey asintió y se dio vuelta llamando a uno de sus guardias. En total, eran diez guardias los que escoltaban una caja de metal, la cual fue dejada en una mesita a la altura del rey.
Gerard abrió con una llave la caja de meta y luego de esta fue abriendo cada una de las cajas de madera, cada una se abría con una combinación especial*, hasta que saco una bella caja de oro, que media 30cm de ancho y 60cm de largo al parecer. Se dio vuelta y sonrió antes de abrir la caja delante de la reina.
-Vaya- murmuro la rubia al ver un gran diamante rojo entre las almohadillas.
-Lo sé- hablo el rey –Es lo más valioso que tengo, no solo por su tamaño y su precio, sino porque fue pasado de rey a su hijo mayor, el cual luego se lo paso a sus descendientes- él la miro mientras cerraba de nuevo la caja –Hace más de diez generaciones que hacemos esto, es una tradición- hablo mientras volvía a cerrar cada una de las cajas.
-¿Y usted tiene hijos?- pregunto Elsa mirando como guardaba con tanto esmero su exótica joya.
-No- hablo algo rudamente, como recordarlo le diera… repulsión. Elsa prefirió no preguntar más, esperando que el rey dijera algo más.
-Sé que es una reina nueva majestad, y que es la primera vez que nos vemos. Pero sus padres y yo éramos muy amigos y, aunque no lo crea, solo yo y mis guardias, y ahora usted, sabemos de su existencia y realmente preferiría que guardara el secreto. Si nadie lo sabe, nadie lo querrá robar- hablo mirándola. Elsa medio sonrió.
-Puede confiar que su secreto está a salvo conmigo-
El rey medio sonrió antes de volver a mirarla.
-Necesito guardarla en algún lugar, me gustaría que me cediera alguno de sus guardias para custodiarla majestad- dijo haciendo de nuevo una reverencia. Elsa también medio sonrió.
-Estoy segura que podremos encontrarle un lugar seguro en el palacio majestad, y también puedo cederle guardias para su custodia- Gerard sonrió complacido por la respuesta, mientras Kai lo dirigía a sus aposentos y Gerda guiaba a los guardias hacia el "sótano" del palacio, para guardar bien la gema de los ojos curiosos.
Mientras tanto, Elsa se acercaba a recibir a su prima Rapunzel y a su esposo Eugene. Ambos ya estaban abrazando y saludando efusivamente a Anna.
-¡Qué bueno que vinieron!- abrazo cariñosamente Anna a Rapunzel.
-Obvio, no nos lo perderíamos por nada- saludo la princesa castaña. Anna tomo la mano de Eugene mientras sonreía.
-Usted debe ser el chico del cual tanto hablo mi prima, un placer conocerlo. Yo también tengo a alguien ¿sabe? Ahora no se lo presento porque se fue esta mañana, llega para el baile ¿ustedes se quedan luego del baile? O cómo no van a quedar…- empezó a parlotear Anna cuando Elsa entro.
-Anna…- la regaño levemente la rubia platinada mientras saludaba con una reverencia a ambos gobernantes.
-Hola Elsa- saludo Rapunzel. Entre las tres solían hablarse sin formalidades.
-Hola- saludo la reina mientras besaba su mejilla.
-Quiero presentarte a alguien- dijo feliz la princesa mientras agarraba del brazo a la rubia, llevándola delicadamente al balcón.
-¿Qué quieres que vea… oh- murmuro al notar la persona que ella señalaba. Era un joven de dieciséis años, era guapísimo, su piel era morena y sus ojos eran de un hermoso color verde.
-Su nombre es Caspian… ¿no es hermoso?- hablo Rapunzel mientras lo miraba sonriendo. Elsa la miro casi en pánico.
-¡Pero Rapunzel! Es muy joven para mi… es apenas…- empezó a balbucear la reina. Anna y Rapunzel habían insistido mucho en traerle un "príncipe azul", y aunque el chico fuera lindo y que se viera tierno ¡Era muy joven para ella!
Más al ver la cara de desconcierto de su prima bajo la voz, hasta hacer silencio de nuevo. Rapunzel la miro antes de parpadear confundida, para luego reír divertida.
-¡No! ¡No es lo que crees! ¡Caspian es lindo y todo!...- la joven trato de tapar la risa con su mano –Fue adoptado por mis padres, es un como un hermano menor para mí- explico. Elsa no pudo evitar suspirar aliviada y algo avergonzada por sus suposiciones apresuradas –Quería presentártelo, pero como aún no ha subido lo hago desde lejos- hablo la joven.
El chico que se encontraba en los jardines, hablaba con otro que parecía de su edad. El desconocido tenía cabello rubio y sus ojos eran azules oscuros, su piel era blanca y sus labios de un color rasado claro. Él era Milo, el príncipe menor de las Islas del Norte*
-Caspian… creo que él lo decía enserio- hablo por lo bajo el rubio.
-No él no lo haría…- dijo inseguro Caspian viéndose incomodo, realmente hablar de eso lo tenía confundido.
-¿Y si lo hace? ¿Qué aremos?- dijo casi angustiado Milo.
-Ya veremos…- murmuro el moreno mientras ponía una mano en el hombro del albino.
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Luego de algunas horas, la fiesta ya había recibido a todos sus invitados. En el lugar donde estaban los calabozos del palacio, en uno de ellos especialmente estaba la gran caja de metal con su gran tesoro. Diez guardias del Rey Gerard la custodiaban, mas seis que mando la reina.
Por una ventana pequeña entraba la luz de la hermosa luna llena. Todo estaba silencioso, pero no muy lejos de ahí… una persona miraba trepada desde un árbol la ventana, como que si pudiera más allá, hasta llegar ver a la gran gema roja. Estaba esperando su momento preciso para entrar en acción.
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*Islas del Norte: no se me ocurrió otro lugar XD
Siento que me ha quedado corto… el otro será también así XD Pero… aunque tratare de actualizar seguido, no estoy segura de poder subirlo hasta la semana que viene, pero no estoy segura, tal vez antes, tal vez después.
Si alguien leyó "Ya nada queda" ya sabrá que Caspian y Milo son OC creados por mi :D (y también se puede saber sin haberlo leído ja ja ja)
¡Saludos! Y espero que les guste la historia.
¿Dejarían un comentario? ¡Me haría muy feliz!