Capítulo 12 Pagar con la misma moneda…

-Afueras de Kioto-

Habían pasado tan solo un par de días desde el sorpresivo ataque de los demonios a la ciudad natal de los Youkais, Kioto. Gracias a la rápida respuesta de los miembros de "Warriors of Longinus" y de los militares, los humanos y Youkais en la ciudad pudieron evacuar exitosamente con nada más que heridos leves.

Sin embargo, la ciudad de Kioto sufrió todo el daño que los humanos no habían recibido, siendo destruida por completo y reducida a nada más que ruinas, claro eso género mucha ira en los Youkais. Reconstruirla era una cosa posible, sin embargo, con la situación actual el reconstruir la ciudad era una pérdida de un muy valioso tiempo y se decidió que de momento se le dejaría como estaba.

El líder de la brigada rebelde, Hyoudo Issei, envió un grupo de militares a que inspeccionaran las ruinas que habían dejado atrás los demonios tras su repentino ataque, para que buscaran cualquier cosa que pudiesen volver a usar, provisiones, armas, carpas, cualquier cosa que pudiese ser de ayuda.

Ya a tan solo unos días de haber sido expulsados de su hogar por la fuerza, de nuevo, los humanos y todos los aliados a estos se habían establecido en una zona no muy lejana de la destruida Kioto. Pero no era que estuviesen preparándose para quedarse en ese lugar, no señor, estaban preparándose para otra cosa.

¿Para qué? El contra-ataque.

Humanos, Youkais, Ángeles, Ángeles caídos…todos ellos, habían llegado a su límite. Ya no soportarían nunca más la destrucción que los demonios impartían sin piedad, habían decidido que era hora de ponerle un alto a su tiranía y destrucción.

Bajo mando de órdenes de Issei, Tobio y George fueron a los otros continentes del mundo junto a un grupo de dragones. Pero no iban solo a revisar, los dragones iban como transporte para todos los humanos que Tobio y George iban a recoger.

Así como había un "Warrios of Longinus" en estados unidos, también había más facciones de la brigada en otros continentes y países, todos dirigidos por personas a las que Issei designo y dejo a cargo mientras el peleaba en el frente.

Tobio y George fueron junto a los dragones a todas esas facciones para notificarles que ya era el momento de dejar de ocultarse, que era la hora de pelear. Por dicha razón, cientos de humanos habían comenzado a reunirse en ese pequeño campamento que habían hecho a las afueras de Kioto, esperando a que fuera el momento de contra-atacar a los demonios.

Tras haber huido de la capital de los Youkais, todos habían construido una especie de "campamento" en el cual se habían reunido a esperar el momento para ir al inframundo, pues antes había que hacerse algunas preparaciones, revisar provisiones, municiones, armas, vehículos, etc…había mucho trabajo antes de encarar a los demonios.

Caminando con una expresión de lo más seria adornando su rostro, el héroe de la humanidad, Hyoudo Issei, atravesaba el campamento. A sus alrededores había humanos, ángeles, ángeles caídos, dragones y Youkais coexistiendo con normalidad, ayudándose mutuamente con las preparaciones que se estaban haciendo para ir al inframundo. En otra ocasión quizás se habría ofrecido a ayudar y hubiese charlado un poco, pero esta vez la situación ameritaba mucha seriedad de su parte y vaya que la aportaba.

Días antes Issei les había pedido, no, les había ordenado a Azzazel y Michael regresar a sus respectivas bases (Cielo y Grigori) para que trajeran toda la artillería, cualquier ángel o ángel caído que estuviese vivo y en condiciones de pelear era necesario y a orden del líder de "Warriors of Longinus", todos ellos iban a participar en el contra-ataque a los demonios, lo quisieran o no.

Mientras caminaba a través del campamento pudo apreciar como un par de grandes dragones aterrizaban a un par de metros, alzando cortinas de polvo con los aleteos de sus majestuosas alas. Tras aterrizar los dragones colocaron una sola ala para simular una escalera y lentamente un puñado de humanos comenzaron a bajar de sus lomos.

Si había algo que destacar era que los rasgos de los humanos que recién habían llegado eran distintos a los de siempre, estos tenían rasgos distintos, pues ya no eran solo de Japón, sino de otros países y regiones.

Todo humano vivo estaba siendo reunido en este campamento.

También pudo ver a Asia, Walburga y Jeanne bajar de aquellos dragones. Al parecer el trio de rubias habían sido las encargadas de ese escuadrón de búsqueda, cuyo objetivo era viajar a otros países para traer a los humanos de todos las demás facciones de "Warrios of Longinus".

-¡I-chan!-exclamo Jeanne corriendo hacia Issei, con los brazos extendidos y una enorme sonrisa-¡Ya volví!

La rubia se lanzó al castaño y este le atrapo en un cálido abrazo, sonriendo suavemente. Jeanne acaricio su rostro contra el pecho de Issei y después se separó un poco, mirando al chico al rostro.

-Bienvenida-dijo Issei mirándole, acariciándole la cabeza-¿Cómo estuvo?

-Muy bien-respondió Jeanne sonriendo ante las caricias del chico-Trajimos a un montón de sobrevivientes, había más de los que recordaba

-Ya veo, eso es bueno

-¿Y no hay caricias para nosotras?-pregunto Walburga cruzándose de brazos delante del castaño-Aunque nosotras también ayudamos a los sobrevivientes

-E-Es cierto-agrego Asia inflando un poco las mejillas

Issei observo eso y suspiro levemente, para después estirar sus dos brazos hacia el par de rubias y jalarles hacia él. Sorprendidas ambas rubias sintieron como el castaño les rodeaba con sus brazos y les acercaba a su cuerpo, para después acariciarles la cabeza.

-Lo hicieron bien-dijo Issei sonriendo

Sin decir una palabra las rubias disfrutaron de las caricias del chico.

-Bien, eso es todo-dijo Issei separándose de las chicas y llevándose las manos a las caderas-Ahora tenemos que ir a una reunión, hay que discutir algunas cosas importantes y como miembros de la vanguardia, necesitan estar presentes

-Sii~-asintieron las tres

El castaño nuevamente reanudo su caminata a través del campamento con el trio de rubias siguiéndole de cerca. Tras un par de segundos de haber caminado, los 4 llegaron a una gran carpa que se encontraba un poco más alejada del resto. Era donde los miembros de "Warriors of Longinus" se estaban reuniendo.

Entro en la carpa y pudo apreciar a Cao cao, Tobio, Azzazel, Baraquiel, Michael, Gabriel, Irina y la peli-azul, Xenovia. En el fondo se podía apreciar el enorme ojo del ex-rey dragón, Tannin. Extrañamente no se encontraban ni George ni Leonardo.

-¿Para qué nos llamaste, Issei?-pregunto Azzazel con molestia, cruzándose de brazos

-¿Hay otra cosa que necesites que hagamos?-pregunto Michael con una expresión curiosa, ladeando la cabeza

Issei observo al gobernante del cielo un par de segundos y después miro al líder de Grigori, señalando al arcángel rubio con el dedo.

-¿Lo ves? Así es como debes actuar, servicial ante tu amo-dijo Issei

-¡Y una mierda! ¿Para qué nos llamas?-pregunto Azzazel con una vena saltada en la frente-Habla antes de que me vaya…

-Oh, ¿Eso es una amenaza?-pregunto Issei con una expresión seria

En ese instante el cuerpo de Azzazel se estremeció como nunca antes. Pudo ver como el líder de "Warriors of Longinus" le miraba con una expresión seria, cubriendo su cuerpo con un intimidante manto de energía escarlata y ojos brillantes, y aunque Issei intimidaba, Azzazel no se estremeció del todo por él.

Asomándose por encima del hombro derecho de Issei se encontraba Ophis, recargando su cabeza sobre el hombro del chico mientras abrazaba a Issei desde atrás, mirando al líder de los ángeles caídos con sus vacíos y profundos ojos negros.

-J-Jajaja, s-se ve que no sabes captar una broma…-dijo Azzazel desviando la mirada, riendo falsamente mientras comenzaba a sudar-Solo estaba bromeando…

-Ya veo-dijo Issei asintiendo para sí mismo

-¿Y? ¿Para qué nos mandaste a llamar, Issei?-esta vez fue Cao cao quien lo pregunto, cruzado de brazos y curioso-Debes de saber que estábamos ocupados con los preparativos para el contra-ataque que estas planeando. No hay tiempo que perder

-Tienes razón, primero nos pones a trabajar como mulas y ahora esto…-quejo Tobio cruzándose de brazos-¿Qué es lo que sucede?

-Lose, es solo que hay una cosa que necesito confirmar…

Issei saco lo que parecía ser una especie de pergamino de su bolsillo y después quito todo lo que había sobre una mesa de un manotazo, dejándola libre. Coloco el pergamino en la mesa y lo abrió, mostrando lo que parecía ser un inmenso mapa, aunque extrañamente solo podía verse un solo continente separado en muchas partes.

-Este es un mapa del inframundo-dijo Issei mirando a todos

-¿Cómo conseguiste esto?-pregunto Azzazel curioso-Incluso los mapas que tenemos en Grigori no son tan completos como este

-Le pedí a Ophis que lo hiciera hace mucho tiempo-respondió el castaño mirando a la diosa dragona del infinito a sus espaldas, quien le abrazaba afectuosamente-Confió mas en su criterio que en cualquier cosa que Grigori posea

-Ugh…

-Como sea, esto es lo que quiero consultar-dijo Issei señalando con su dedo un punto determinado del mapa-Esta zona de aquí se encuentra más o menos abandonada por los demonios, considero que sería adecuado comenzar por aquí

-¿Por qué está abandonada?-pregunto Jeanne curiosa

-Pertenece a uno de los clanes demoniacos que ya no están en funcionamiento, según tengo entendido de los [72 Pilares] solo unos cuantos continúan en funcionamiento y se encuentran en lo más cercano del inframundo, cerca de Lilith

-Ehhh…

-¿Qué hay de este sitio?-dijo Azzazel señalando con el dedo el mapa-Este territorio es bastante grande y se encuentra bastante cerca de donde quieres comenzar, sino mal recuerdo ese territorio pertenece a…

-Glasya-Labolas-dijo Issei con una sonrisa divertida-Uno de los pocos clanes en funcionamiento y posiblemente los únicos imbéciles en establecer su territorio tan lejos de la capital de Lilith y la protección de los Maous

-El joven Glasya-Labolas-kun es bastante egocéntrico, será hereditario si creen que no necesitan la protección del Maou. Creo que podemos empezar por ahí también-dijo Azzazel llevándose la mano al mentón-No es muy fuerte que digamos, es un objetivo fácil y el premio a ganar es bastante grande

-Ciertamente…-dijo Cao cao llevándose la mano al mentón-¿Y qué hay de los territorios alrededor? ¿No vendrán a socorrerlo?

-Mira los clanes demoniacos alrededor, ninguno de ellos están funcionando-dijo Issei señalando varios puntos con el dedo-No van a socorrer a nadie. En cuanto vean lo que estamos tramando inmediatamente se retiraran hacia Lilith y será más fácil tomar los territorios alrededor

-Eso es cierto

-Ese pobre imbécil no sabrá ni que lo golpeo…-rio Tobio

-A estas alturas lo último que los demonios se esperan es que decidamos atacarlos de frente, creo que es una buena forma de empezar-dijo Azzazel-¿Qué opinas Michael?

-Bastante bien, no podía esperar menos de Issei-kun-respondió Michael sonriendo

-Solo bastaba un "Bien", lame culos

-¡¿A quién le dices "lame culos", eh?!

-¡Oh! ¿Quieres empezar a pelear?

-Ustedes dos…-dijo Issei mirándoles con seriedad, cubriendo su cuerpo con un manto de energía escarlata-Dejen de pelear o les daré una paliza pedazos de mierda inservibles

Ambos se detuvieron mientras se lanzaban miradas enojadas entre ellos. Issei observo eso y soltó un suspiro mientras rascaba su nuca, observando el mapa sobre la mesa.

-Bueno, eso sería todo, caballeros. Gracias por venir, pueden volver a lo que estaban haciendo. Y recuerden, si los encuentro flojeando les pateare el trasero-dijo Issei aplaudiendo-Nos veremos después, una vez que comencemos con la operación

-Siii~

Todos comenzaron a salir lentamente de la carpa. Issei se quedó en el mismo lugar observando el mapa con una expresión seria, más específicamente el centro del mapa, donde se encontraba la capital de Lilith, que era el territorio a control del Maou Lucifer y donde se encontraba la mayor parte de los demonios del inframundo.

-Sé que estás pensando en atacar Lilith de una vez por todas, pero es un suicidio-dijo Ophis recargando su barbilla en el hombro de Issei, abrazándole-Aunque, si decides hacerlo lo hare contigo, será más sencillo

-No, lo haremos de esta forma y no es necesario que entres en acción-dijo Issei suspirando-Ya sabes que tienes prohibido actuar a menos que sea realmente necesario, esta no es tu guerra, Ophis

-Lo es desde que es tu guerra. ¿Lo olvidaste? Me perteneces y yo te pertenezco

-Como digas…

Issei simplemente rasco su nuca con molestia mientras procedía a dejar el lugar, aunque Ophis se mantuvo pegada a él sin ningún aparente problema. Ambos procedieron a recorrer el campamento por varios minutos, Issei asegurándose de que nadie estuviese flojeando y todos estuviesen trabajando, Y Ophis pues simplemente acompañaba a Issei con alegría de poder estar junto al chico.

-¡Ya te dije que no! ¡Largo!

Mientras caminaba por delante de una tienda de acampar pudo escuchar lo anterior y al instante vio a Baraquiel salir de la tienda cubriéndose la cabeza, evitando el impacto de numerosas cosas que eran arrojadas desde adentro.

-Parece que las cosas no te van muy bien que digamos…-rio Issei cruzándose de brazos-¿Tu hija aún se niega a hablar contigo?

-S-Si…ni siquiera quiere verme o estar en la misma habitación que yo. ¿No puedes hacer algo al respecto?-pregunto Baraquiel mirando a su "amo"

-El trato especula que si me sirves te permitiré hablar con tu hija cuanto desees, no dije nada acerca de ella. Si ella no quiere verte, no puedo hacer nada al respecto…

-Lose, pero…

-Bueno, si ustedes hacen las paces las cosas serán mejor para mí, así que…-dijo Issei tomando un par de sogas que había sobre una caja que había cerca-Espera aquí, Ophis. Vuelvo enseguida…

-Si…-asintió la diosa dragona

El castaño procedió a adentrarse en la casa de acampar con normalidad. Baraquiel soltó un suspiro de alivio, pero al instante se puso nervioso de tener que esperar junto a una existencia como lo era Ophis, simplemente no se podía estar calmado con un ser de tal calibre parado a tu lado.

-¡¿Q-Q-Que crees que estás haciendo?!-exclamo la hija de Baraquiel desde dentro de la casa de campar-¡N-No! ¡Detente! ¡No me toques…!

Baraquiel escucho esas palabras y quiso entrar en acción, pero simplemente se contuvo. En el interior de la casa de acampar podía escucharse algunos golpes, tirones y el cómo algunos objetos eran lanzados o rotos. Honestamente era de preocuparse.

Tras un par de segundos en silencio, Issei salió de la casa de acampar, cargando sobre su hombro a Akeno, quien se encontraba completamente sujetada con la soga que el chico había tomado anteriormente, con los ojos llorosos y la boca cubierta por una prenda.

-Ten-dijo Issei arrojándole su hija a Baraquiel-Así ya no podrá escapar, habla cuanto quieras…

-¡Hija!-exclamo Baraquiel dejando a su hija en el suelo cuidadosamente, descubriéndole la boca-¿E-Estas bien?

-¡Cállate! ¡No necesito tu ayuda…!-quejo Akeno con rabia, cubriendo su cuerpo en relámpagos-¡Y tu…! ¡¿Qué crees que estás haciendo al atarme?!

-Oh, cállate. Lo dices como si no lo disfrutases…-rio Issei estirando un pedazo de soga que había sobrado-Vi tu expresión mientras te ataba, te encantan este tipo de juegos. No puedes mentir…

-¡E-Eso es…!

-Cuidado, Baraquiel. Tu hija es una masoquista en potencia-rio Issei despidiéndose con la mano y una risa burlona

-¡N-No soy una masoquista…!

Ophis simplemente procedió a seguir a Issei en silencio mientras este se alejaba. Baraquiel grupo un poco, pero debido al trato que había hecho no podía hacer nada y en caso de que lo intentase, tendrá que enfrentarse a ese monstruo de Ophis y toda su raza entera, estaba atado de manos.

-Has algo bueno y desátame…-dijo Akeno

-S-Si…-asintió Baraquiel

En silencio, Baraquiel procedió a desatar los nudos bien ajustados de la cuerda que aprisionaba a su hija. El ángel caído tenía que admitir que los nudos eran poderosos, ese chico tenía talento para esto. Tras unos segundos, finalmente deshizo el ultimo nudo y dejo a su hija en libertad.

-Hija…-hablo Baraquiel mirándole con tristeza-Acerca de lo que paso tiempo atrás, yo…

-No me hables…-negó Akeno poniéndose de pie, sobándose las muñecas con una expresión seria-No hay nada de qué hablar…

-Hija…

-¡No me llames hija! ¡No soy tu hija! ¡Te odio! ¡Tu….! ¡Tú no eres mi padre!

Su cuerpo cubierto en relámpagos mostro a su padre la ira que tenía. Baraquiel bajo la mirada con tristeza y se quedó en silencio. Akeno posteriormente se tranquilizó, desapareciendo los relámpagos que cubrían su cuerpo y adentrándose en la carpa nuevamente.

-Ni siquiera intentes hablar conmigo de nuevo…-dijo Akeno por última vez

Baraquiel simplemente asintió con la cabeza, sin atreverse a dirigirle la mirada a su hija. Tras un par de segundos en silencio, el ángel caído se puso de pie y procedió a irse de ahí en completo silencio, con una semblante de tristeza adornando su rostro.


Mientras tanto.

Del otro lado del campamento, el líder de la resistencia y actual [Sekiryuutei], Hyoudo Issei se encontraba caminando con una expresión normal en su rostro. Abrazándole por la espalda, la diosa dragona del infinito, Ophis le acompañaba.

Mientras caminaba por el campamento el chico se aseguraba de que no hubiese nadie flojeando. No faltaba mucho tiempo antes de que pusiese su plan en acción y no había tiempo para estar flojeando, si se encontraba con alguien rápidamente le patearía el trasero para ponerle a trabajar.

Caminando por ahí, pudo divisar a Cao cao y Tobio parados en un sitio algo alejado del campamento, donde regularmente aterrizaban los dragones que habían sido enviados a otros países o regiones en busca de supervivientes humanos.

-Tobio, Cao cao-hablo Issei llegando a donde los dos-¿Qué están haciendo?

-Issei…-dijo Cao cao girándose para verle

-¿Oh, Issei y Ophis? ¿Por qué no me sorprende?-rio Tobio burlonamente

-No quiere separarse de mí un segundo-suspiro Issei dejando caer los brazos, mirando por encima de su hombro a la diosa dragona a sus espaldas-¿Y qué hacen aquí?

-George me dijo que estaban a punto de llegar con un buen número de supervivientes, estamos aquí para recibirlos-explico Tobio

-¿Es así? ¿Y de dónde vienen exactamente?

-Bueno…-dijo Cao cao rascándose la mejilla, con una sonrisa nerviosa en los labios-De Rusia

Al escuchar esas palabras Issei simplemente siguió sonriendo, aunque podía notársele un poco nervioso. Miro rápidamente a Tobio y este, con la misma expresión del castaño, asintió con la cabeza. Issei dejo escapar un suspiro lleno de pesadez y dejo caer la cabeza, mirando el suelo con una expresión cansada.

-Asi que esa molestia viene en camino…-quejo Issei rechinando los dientes

-¡Ah! ¡Issei-chan!

Escuchando lo anterior, el líder de "Warriors of Longinus" se giró para encontrarse con el trio de rubias, Walburga, Jeanne y Asia acercándose a donde ellos. Al fondo pudo apreciar a Karen usando un conjunto de pantalones de camuflaje y una camiseta negra de tirantes, sudorosa y cansada, posiblemente después de terminar su entrenamiento.

-¿Qué están haciendo aquí, chicas?-pregunto Issei curioso

-Recién acabamos de terminar con nuestros trabajos-explico Jeanne sonriendo ampliamente-Pensé en venir a verte un rato

-Ya veo

-Además, no hemos aparecido en pantalla mucho tiempo. Ya nos tocaba…-rio Walburga tocando con el codo a Asia-¿No es así, Asia-chan?

-S-S-Si…-asintió Asia tímidamente

-Ya veo…-dijo Issei girándose hacia la morena-¿Y qué hay de ti, Karen? ¿Cómo va el entrenamiento?

-Bastante bien, general Hyoudo-asintió Karen con una expresión normal

-Eso puedo verlo…

Sin necesidad de prestar atención a detalle, Issei pudo percibir como el manto de energía o aura que cubría el cuerpo de Karen se había aumentado de forma notable, además de que el refinamiento y calidad del mismo también había cambiado para mejor.

-¿Y qué están haciendo ustedes aquí, Issei?-pregunto Jeanne curiosa

-Sobre eso…-Issei suspiro con cansancio-"Esa" molestia viene en camino…

-¿Esa?

-Sí, "Esa"…

-¡Ah! ¡No!-exclamo Jeanne sujetándose la cabeza, mirando hacia abajo con molestia-¡¿Por qué está viniendo hacia acá esa molesta mujer?! ¡Todo el tiempo es lo mismo con ella! ¡Ya no la soporto…!

-Bueno…-quejo Tobio con una sonrisa falsa-Parece que ya está aquí…

Un fuerte viento comenzó a soplar, generando que todos los presentes alzasen la mirada para encontrarse con la presencia de un buen número de dragones que recién arribaban en el campamento. Podían verse a un gran número de personas sobre los lomos de los dragones.

Después de un par de segundos todos los dragones habían aterrizado en el suelo y las personas sobre los dragones comenzaron a descender. Claro los militares y demás personas ayudaron a los recién llegados a bajar de los dragones, ya sea cargando sus cosas o alguna otra cosa.

Los miembros de la vanguardia por otro lado mantenían la mirada en el dragón que había aterrizado delante de ellos. Pudieron ver como Leonardo y George eran los primeros en bajar, con sus rostros de color azul y una expresión cansada.

Una a una las personas sobre esa dragón fueron descendiendo y el nerviosismo en algunos de los miembros comenzaban a incrementarse. Ya cuando todos habían bajado, una última persona comenzó a descender del dragón y esto género que la mayor parte de los miembros de la vanguardia tiñesen sus rostros de color azul.

Se trataba de una mujer, joven, quizás de unos 25 años cuando mucho. La mujer tenía el cabello de color verde, peinado en una trenza que caía sobre su hombro izquierdo. Ojos de color ámbar adornando un rostro serio y sereno, con piel pálida. La mujer vestía un conjunto compuesto por: Una camisa abotonada con una corbata de color negra. Una falda ajustada a media pierna, con ligeros sujetados a unas botas metálicas que llegaban hasta media pierna. Además de usar una bata de laboratorio azul cielo.

Desde el punto de vista de aquellos que la desconocían no parecía ser otra cosa más que una mujer hermosa y joven. Sin embargo, aquellos que ya la conocían comenzaron a ponerse nerviosas entre más cerca la tenían.

Una vez bajo del dragón, la peli-verde paseo su mirada por los alrededores, deteniéndose justo en el grupo de la vanguardia de la humanidad. Los analizo, notando la presencia de algunas personas que desconocían, pero tan pronto se encontró con el joven de cabello castaño, sus ojos se abrieron cual platos y comenzó a temblar.

-¡Issei!-exclamo la peli-verde lanzándose a toda velocidad hacia el castaño, babeando y con corazoncitos saliendo de su cabeza

Un instante antes de que pudiese encontrarse con el castaño, la peli-verde se detuvo de golpe y un muro de espadas se alzó entre ella y el chico. La peli-verde metió la mano en un bolsillo de su bata y saco una paleta, la cual comenzó a chupar con normalidad.

-Igual de celosa que siempre, Jeanne…-dijo la peli-verde

-¡Ni siquiera intentes abalanzarte sobre Issei! ¡Tú, loca maniática!-exclamo Jeanne estando a la defensiva, desapareciendo las espadas

-¿Loca maniática? Se llama ser sincera con lo que uno desea, a diferencia de ti…

-¡Se acabó! ¡La voy a matar!-exclamo Jeanne lanzándose hacia la peli-verde, apareciendo una espada en ambas manos

La peli-verde simplemente metió ambas manos a los bolsillos de la bata, dibujando una pequeña sonrisa en el rostro mientras decía "¡Hmph!", pisando el suelo con un poco de fuerza. A continuación raíces comenzaron a salir del suelo, con espinas, buscando aprisionar a la rubia quien cortaba todo eso con sus espadas.

Jeanne continuo su carrera, aunque ya cuando se encontraba delante de la mujer, las raíces del suelo le sujetaron las manos e impidieron su ataque. En un instante más raíces se alzaron y le aprisionaron por completo, dejándole un par de centímetros en el aire, a merced de la mujer.

Quebrantando el suelo detrás de la peli-verde, un inmenso árbol lleno de hojas verdes y con un grueso tronco se alzó, emanando una gran cantidad de energía celeste. La mujer toco el tronco con la palma de su mano, generando un intenso brillo y cuando el destello seso, la mujer ahora poseía una espada en la mano.

-Ya te lo había dicho antes…-dijo la peli-verde colocando el filo de la espada a centímetros del cuello de la rubia-No puedes vencerme, Jeanne

-¡Suéltame maldita loca! ¡No te dejare acercarte a Issei!-exclamo Jeanne enojada

-Si insistes en eso, no me dejas otra opción…

La peli-verde preparo su ataque y ataco sin ninguna clase de piedad, mostrado una expresión gélida y sin inmutarse en lo más mínimo. Un instante antes de que la espada cortase a la rubia, las raíces y la espada de la mujer fueron quebradas en un santiamén, generando que la peli-verde abriese los ojos con sorpresa.

-Fue suficiente…Haruka

La peli-verde presentada como Haruka se giró violentamente hacia atrás, encontrándose con la presencia del líder de la brigada rebelde, Hyoudo Issei, quien le miraba con una expresión seria y un manto de energía escarlata cubriendo su cuerpo.

-¡Issei!-exclamo Haruka lanzándose hacia el castaño

Sin embargo, la mujer se detuvo. De la nada sintió una inmensa hostilidad que le abrumo y aunque Issei intimidaba, no era el quien le estaba haciendo retroceder. Pudo percatarse de la presencia de Ophis justo detrás de Issei, abrazando al chico mientras posaba su barbilla sobre el hombro izquierdo del muchacho y le miraba fijamente con sus profundos y vacíos ojos negros, emanando un aura hostil de su cuerpo.

-V-Veo que eres igual de fuerte que siempre, Issei-dijo Haruka sonriendo, aunque podía notársele el miedo por la diosa dragona

-Y tu igual de imbécil que siempre-quejo Issei cruzándose de brazos

-Aunque sea una vez, me gustaría que me tratases como a una mujer…

-No. ¿Por qué demonios estas atacando a Jeanne, Haruka?

-Ella empezó todo…

-¡Tú fuiste la que lo empezó! ¡Babeando de esa forma por Issei….!-quejo Jeanne uniéndose a la disputa-¡Sé que es sexy pero tú lo llevas a otro nivel!

-¡No justifiques tu perversión echándome la culpa! ¡Al menos yo acepto mi deseo sexual!

-¡Cállate!

Jeanne y Haruka comenzaron a pelear, esta vez verbalmente, para la molestia de Issei quien simplemente negaba con la cabeza mientras sobaba el espacio entre sus cejas. A Ophis le importaba poco, siempre que no tuviese que ver con Issei no era su asunto.

Los demás compañeros del castaño simplemente observaban desde la distancia con una sonrisa falsa en el rostro, algo aliviados de la que las cosas no hubiesen pasado a mayores. Aunque para las novatas claro que todo era confuso.

-Umm…-hablo Asia mirando a Cao cao-¿Esa señorita es?

-Ah, ella es Haruka-respondió Cao cao con normalidad-Es una vieja conocida.

-Ya veo…

-¿Y que es ese árbol?-pregunto Walburga confundida-Nunca había visto algo así, brillo de la nada…

-Ah, eso es…

-Eso lo explico yo-dijo Issei llegando junto a las otras dos a donde los demás-Bueno, procederé a presentarla a ustedes novatas. Está enferma mental de aquí es Haruka, portadora del [Longinus] [Innovate Clear], también conocido como "Jardín miniatura del árbol verde de la innovación"

-¿Innovación?-pregunto Walburga

-Algunos dicen que ese árbol contiene todos los materiales del mundo en su interior y que puede crear cualquier cosa que se desee. Se pueden crear cosas que ya existen o "innovar" y crear cosas completamente nuevas, cualquier cosa es posible ya que tiene los materiales para hacerlo-explico Cao cao

-¡Un gustoo!-exclamo Haruka saludando a las dos chicas a modo de burla-¡Soy Haruka, la esclava sexual de Issei!

-Deja de decir estupideces-dijo Issei propinándole un golpe en la cabeza

-¡Ite! ¡Te van a caer las feminazis cuando lean esto!

-Igual…

Issei simplemente suspiro con cansancio mientras Haruka inflamaba las mejillas en una especie de puchero mal hecho.

-Aunque no lo parezca, ella es fuerte-dijo Issei con seriedad-Al igual que yo, Haruka es muy temida y conocida entre los demonios, aunque su reputación quizás no le preceda del todo, es conocida en el inframundo como "Florista".

-¿"Florista"?-dijo Walburga-Se oye bien…

-Lose-dijo Haruka

-Umm…-dijo Asia alzando la mano-Haruka-san… ¿Cómo fue que ti e Issei-san se conocieron?

-¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!-exclamaron todos al unísono-¡¿NO PREGUTES ESO?!

-¡Déjame contarte cómo fue que conocí al amor de mi vida!-exclamo Haruka con una inmensa sonrisa

-¡MALDITA SEA! ¡YA EMPEZO! ¡VAMONOS!

-¡Era un lunes soleado, lo recuerdo claramente! ¡Me encontraba en una ciudad echa ruinas al norte de Okinawa cuando un grupo de demonios…!

-¡RETIRADA!

-¡Issei llego a mí y me rescate como si fuese una princesa…!

Para cuando se dio cuenta, la mujer se encontraba completamente sola. Ni siquiera la chica que había preguntado se encontraba ahí. Miro hacia los alrededores, notando como sus "compañeros" huían despavoridos rápidamente.

-¡Oh, por favor!-quejo la peli-verde siguiendo al grupo-¡No la he contado tantas veces!

-¡Solo como mil veces!


Más tarde ese mismo día.

Ya habían pasado un par de horas desde que todos los escuadrones de dragones habían regresado al campamento. En tan solo un par de horas la población humana reunida en este lugar se había incrementado notablemente, gracias a que se habían reunido la mayor parte de los humanos que había propagados alrededor del mundo.

Curiosamente el campamento hoy se encontraba animado. Como bienvenida a los nuevos que habían llegado al campamento se había hecho una especie de fiesta, donde se bebería y comería un poco, para olvidar aunque fuese un poco la pena de estar en peligro de extinción.

El hombre más fuerte de la humanidad se alejaba un poco del ruido, encaminándose hacia una zona algo oscura y lejana al campamento. De la nada el chico se detuvo y miro por encima de su hombro, suspirando.

-¿Qué quieres, Haruka?-pregunto Issei

-Yaa~-dijo Haruka rascándose la nuca, saliendo de detrás de un árbol-Me notaste.

-Pensé que te había enseñado a ocultar tu presencia

-No se le puede esconder al maestro

-Bueno, en eso tienes razón…

La peli-verde observo al castaño con curiosidad, acercándose lentamente al chico.

-¿No traes contigo a esa chica, Ophis?-pregunto Haruka curiosa

-No, le pedí hacer algunas cosas-dijo Issei con normalidad-¿Por qué?

-¡Por qué entonces no podría hacer esto!

Rápidamente la mujer se abalanzo sobre el castaño, abrazándole con fuerza mientras hundía su rostro en el pecho del muchacho, percibiendo la esencia del chico y sonriendo ampliamente. Issei por otro lado se mostró sorprendido y después suspiro, acariciando la cabeza de la chica.

-Te extrañe tanto…-dijo Haruka-Cuando me dejaste a cargo del campamento en Rusia, no tenía idea de que hacer.

-Lo siento, estuve ocupado con algunas cosas-dijo Issei

-No importa, lo sé. Es solo que, me gustaría que me hubieses visitado aunque fuese una vez. Hace años que no nos vemos, has crecido mucho

-Perdón…

-No importa…

-Las personas del campamento me dicen que hiciste un gran trabajo guiándolos y protegiéndolos-dijo Issei sonriendo suavemente-Sabia que no me había esquivado al ponerte a cargo, Haruka

-¡Eso es!-exclamo Haruka alzando la mirada con una sonrisa-¡Soy genial! ¡Alábame más!

-Eres genial, Haruka

-J-Jejeje~

Issei simplemente suspiro mientras acariciaba la cabeza de la chica que continuaba riendo. De repente, la risa seso y la expresión de la chica se volvió triste.

-Lo escuche de los otros…-dijo Haruka acariciando el brazo derecho del chico-Lo siento tanto por no haber estado junto a ti, protegiéndote. Y después lo de Kioto…

-No es nada-dijo Issei

-Ese maldito de Lucifer…

De la nada y para asombro del chico, el cuerpo de la mujer comenzó a cubrirse por un hostil y grueso manto de energía oscura mientras el cabello de ella comenzaba a sacudirse ligeramente. Raíces comenzaron a salir del suelo, con espinas afiladas en ellas y asemejaban ser serpientes.

-¡Lo voy a matar la próxima vez que lo vea! ¡Lo matare! ¡Lo matare! ¡Lo despedazare! ¡Lo cortare en pedazos y lo daré de comer a los perros! ¡Cabrón, malnacido! ¡Te destruiré! ¡¿Cómo te a través a tocar a mi Issei! ¡Muere, muere, muere, muere!-decía Haruka con rabia y ojos inyectados en sangre

-Oye, tranquilízate, Haruka-dijo Issei sonriendo con normalidad-Yo mismo me encargare de Lucifer, no tienes por qué ensuciarte las manos.

-¡Aun así…!

-Ese cabrón es mío-dijo Issei mostrando una expresión seria-¿Entiendes?

Haruka observo eso por un par de segundos y después asintió, tranquilizando su ira.

-Entiendo, si Issei lo dice, entonces lo aceptare-dijo Haruka-Solo asegúrate de devolverte todas las que nos ha hecho. No te atrevas a dejarlo vivo

-¿Es necesario pedirlo? Me encargare de hacerle sentir la furia de la humanidad en carne y hueso, puedes asegurarlo-dijo Issei seriamente

Haruka sonrió al escuchar eso y antes de que pudiese hacer algo, sintió un poderoso escalofrió recorrer su espalda y su rostro se tiño de azul. Giro su cabeza robóticamente y justo detrás de ella pudo notar una grieta dimensional y delante de ella Ophis, posiblemente recién llegaba.

-Oh, Ophis-dijo Issei con normalidad-¿Ya has terminado con lo que te pedí?

-Sí, ya está listo-dijo Ophis con una expresión seria

-¡Bu-Bueno! ¡Yo me voy yendo!-dijo Haruka separándose del castaño, nerviosa y sonriendo falsamente-¡N-Nos vemos después, Issei!

-Si, como digas…

Al instante Haruka procedió a alejarse de aquellos dos, sintiendo como el escalofrió iba disminuyendo con cada paso que se alejaba y una vez había tomado suficiente distancia, comenzó a correr rápidamente con miedo.

Con Ophis e Issei la situación era normal. Ambos se miraron unos segundos en silencio, hasta que la diosa dragona se encamino hacia donde el muchacho y le dio un abrazo.

-¿Qué pasa?-pregunto Issei algo extrañado

-Nada, solamente quería abrazarte-dijo Ophis con normalidad

-Ya veo. ¿Y esas segura de que esta listo?

-Sí, exactamente como pediste

-Ya veo. Tenemos que estar listos

-¿Por qué?

-Ya tenemos a toda nuestra fuerza militar reunida, todos los humanos del mundo están con nosotros, estamos en nuestro mejor momento. Si no es ahora, no lo será jamás. Si vamos a devolverles el golpe a esos bastardos, debemos hacerlo ahora que aún podemos-explico Issei seriamente-Ahora que estamos todos…vamos a devolverles todo lo que nos han hecho.

-Ya veo, te apoyare.

-Ya te dije que no, no entraras en combate a menos que yo lo diga, ¿Entiendes?

-Si…

-En serio ¿Qué te piensas que es el orgullo de la humanidad?-dijo Issei negando con la cabeza-Esta es nuestra pelea, no tuya…

-Entiendo…-dijo Ophis-¿Y cuándo lo harás?

-Dentro de unos días, aún tenemos que preparar algunas cosas pero en cuanto estemos listos, actuaremos-dijo Issei dibujando una sonrisa en el rostro-Eso imbéciles no sabrán ni que los golpeo…

Issei alzo la mirada, extendiendo su puño hacia la luna y apretando el puño con fuerza.

-Glasya-Labolas…-dijo Issei con burla-morirás, por ser un imbécil…


-Inframundo-

-Territorio de Glasya-Labolas-

La ciudad ubicada en el territorio de Glasya-Labolas era grande, tanto como cualquier ciudad del mundo humano. Las edificaciones podían ser consideradas como modernas, pero sí que mantenían un poco de parecido a las medievales con tejados rojos.

Obviamente la ciudad se encontraba llena de demonios, algunos nobles que paseaban por ahí presumiendo su estatus y plebeyos que simplemente paseaban con completa normalidad, acostumbrados ya a ser de clase inferior.

Glasya-Labolas era un territorio grande, quizás uno de los más grandes de los 72 clanes demoniacos y uno de los pocos en funcionamiento. Sin embargo, los lords de Glasya-Labolas tenían la reputación de ser engreídos. Gracias a que los lords de la ciudad no consideraban necesario el estar ubicados cerca de la capital de Lilith, la protección de Lucifer no estaba con ellos.

Algunos sí que tuvieron que mudarse a territorios más cercanos a Lilith por miedo, ya había muchos humanos con una reputación de ser asesinos de demonios en el inframundo y sin la protección de Lucifer, estaban más que vulnerables.

Pero los nobles que habitaban Glasya-Labolas también eran engreídos, incluso los plebeyos que vivían ahí eran algo engreídos, confiaban en que si algo llegaba a suceder, sin ninguna duda podrían lidiar con ello sin la ayuda de Lucifer o ningún otro clan demoniaco.

Glasya-Labolas era conocido por ser el clan demoniaco con mayor valor, eso a los ojos de los otros clanes demoniacos, ya que estos no optaban por la protección de un Maou y confiaban plenamente en su propia fortaleza.

Pero…

La valentía está estrechamente ligada a la estupidez.

Y Glasya-Labolas aprendería eso…de la peor forma posible.

En el centro de aquella ciudad se encontraba una gran plaza, la cual claramente se encontraba llena de demonios. En el centro de la plaza había una fuente enorme de agua, con aves exóticas de colores extravagantes usándola como estanque.

Alrededor de la fuente y como si fuese una escena sacada de una película antigua, había personas realizando diversos actos para entretener a los nobles y transeúntes que paseaban por ahí, con la intención de que su acto gustase y ganarse algo de dinero.

Curiosamente las personas a los alrededores comenzaron a murmurar entre ellos, mostrando una mirada para nada sigilosa y llena de sospecha. ¿Qué estaban mirando? Pues a una persona que caminaba a través de la plaza, cubierta por un manto de color café oscuro que cubría completamente su cuerpo y solo dejaba ver la parte inferior de su rostro.

Mas sospechoso no se podía ser.

Y claro que con lo sospechoso que aquella persona se veía, por no hablar de que de su cuerpo emanaba cierta aura asesina que mantenía alejados a todos los que se le acercaban a un par de metros, algunos de los plebeyos que había por ahí se vieron en la necesidad de llamar a los guardias de la familia Glasya-Labolas para que se hicieran cargo del asunto.

Rápidamente acudieron al llamado, llegando por el cielo con sus oscuras alas de murciélago extendidas y vistiendo atuendos elegantes aunque también prácticos para la pelea. Era un grupo pequeño, solo 5 de ellos, los cuales aterrizaron alrededor del encapuchado, rodeándole por completo.

-¿Areee~?-dijo el encapuchado con una voz grave, indicando que era un chico-¿Qué está pasando aquí? Yo solamente estaba caminando…

-Tu…-hablo el demonio que parecía ser el encargado del grupo, encarando al encapuchado con una expresión seria-Quítate la capucha o tendré que quitártela por la fuerza.

-¿Por la fuerza?

-Si

-Jaja….-rio el encapuchado llevándose las manos a las caderas-Pero que desconsiderados son ustedes los demonios, enserio. Hablando siempre como si fuesen superiores, veo que esos milenios viviendo en el exilio hiso que se les subieran los humos bastante, eh…

-¿De que estas hablando?-pregunto el guardia confundido-¡Como sea, quítate la capucha ahora!

Al instante los 5 guardias cubrieron sus cuerpos con gruesos y hostiles mantos de energía. El aura que emanaban estaba muy bien controlada y refinada, de esperar de demonios de esta clase y estatus, quizás eran nobles que servían a la familia Glasya-Labolas.

-¿Eh? Si, ya estoy en el punto de encuentro-dijo el encapuchado de la nada, al parecer para sí mismo-Si, solo un par de imbéciles molestando, no son importantes. Más bien, apresúrense y den comienzo de una vez, no tienes idea de cuánto me estoy conteniendo aquí…

-¡Ey, tu!-exclamo el guardia avanzando un paso hacia el chico-¡Te dije que…!

Fue en ese momento que el guardia sintió un poderoso escalofrió estremecer su cuerpo por completo. Aterrorizado, comenzó a temblar con gran fuerza al mismo tiempo que inconscientemente comenzaba a sudar cual cerdo. No había sido solo el, sino los demás guardias y algunas personas que se encontraban lo suficientemente cerca para ser afectadas.

El guardia que tuvo la desgracia de encontrarse justo en frente del encapuchado tuvo lo que sin ninguna duda fue la peor y más aterradora imagen que jamás había presenciado en su larguísima vida como demonio.

Gracias a la capucha que usaba, el rostro del chico se encontraba oscurecido en la parte superior, dejando solo ver la parte inferior. Lentamente como si fuese en cámara lenta, una enorme sonrisa se dibujó en los labios del chico, aterradora, divertida, sombría y gélida. Ni el demonio más malvado podría imitar una sonrisa tan aterradora como esa.

Y si eso no fuese ya suficiente, lo siguiente lo mato…literalmente.

Como si fuesen alguna especie de faros, los ojos del chico, que no habían sido visibles hasta ahora, comenzaron a brillar con gran poder, destellando y cegando al guardia con un fuerte brillo color ámbar.

Para cuando logro recuperar la visibilidad, curiosamente el punto de vista del guardia había cambiado pues ahora observaba pero desde el suelo. Ni siquiera tuvo tiempo de pensar, no tenía idea de por qué estaba mirando ahora desde esa posición y mucho menos la razón del por qué podía ver un cuerpo parado sin cabeza que expulsaba sangre a chorros por el cuello. Claro, era su propio cuerpo.

-¡Kyaaaaaaaaaaaaaaa!-comenzaron a gritar los transeúntes a los alrededores al ver aquella aterradora escena

-¡Ma-Maldito…!-quejaron los guardias poniéndose en guardia, retrocediendo de un salto

-Débil, demasiado débiles…-dijo el encapuchado mientras estiraba los brazos con normalidad, cubriendo su cuerpo en un inmenso manto de energía escarlata y sus ojos comenzaban a brillar con gran poder

La energía expulsada por el encapuchado era agresiva, tal que hiso desaparecer el manto que le cubría, desintegrándolo en partículas rojas. Al haber desaparecido el manto, finalmente se revelo la identidad de aquella persona.

Y se trataba de nadie menos que el líder de "Warriors of Longinus", Hyoudo Issei, la esperanza de la humanidad. El muchacho vestía las prendas que usualmente vestía. Si algo había cambiado, era que ahora usaba aquella bufanda blanca bañada en sangre de demonios que la había teñido de rojo.

Al ver de quien se trataba, los demonios a los alrededores no supieron que hacer. La reputación que este chico poseía era más aterradora que la del mismo satanás, asesino de demonios por excelencia, si le ven escapar cuanto antes, lugar donde llega lugar donde no queda nadie vivo, la peor amenaza de los demonios.

-¡E-Escapen…!-exclamo un guardia mirando a todos-¡Nosotros lo detendremos cuanto podamos! ¡Esca…!

Antes de poder terminar la frase un rayo de energía escarlata le impacto, desintegrando en un santiamén la mitad superior de su cuerpo. La otra mitad cayó al suelo emanando vapor y sangre a montones. Eso fue lo que permitió que los demás reaccionaran de la siguiente manera:

-¡Huyan! ¡Vamos a morir!

-¡Hiiii! ¡Es el "General Carmesí"! ¡Escapen!

-¡Rápido, huyan!

-¡Vamos a morir!

Como hormigas a las cuales les habían echado agua en su madriguera, los demonios comenzaron a escapar como si no hubiera un mañana y si no escapaban seria así literalmente. El castaño observo eso con normalidad mientras los guardias restantes se ponían en guardia buscando detenerle.

-¡Je…!-rio Issei mostrando una inmensa sonrisa, expulsando su aura con gran fiereza y poderío-¡¿Creen que simplemente voy a dejarlos escapar malditos engendros?! ¡Esto fue algo que ustedes empezaron! ¡Ni siquiera piensen que van a escapar!

Los guardias, aunque sus motivos eran nobles, buscando salvar a su gente, no pudieron evitar pensar en escaparse ellos solos al ver contra quien se estaban enfrentando. Con la reputación que este hombre tenía y aunque tenían confianza en su fortaleza, las probabilidades de sobrevivir eran más bien nulas.

-¡A partir de este momento…!-exclamo Issei mostrando una inmensa sonrisa-¡Comienza el contra-ataque!

Al escuchar eso los guardias abrieron sus ojos cual platos y una gota de sudor se deslizo por su mejilla. Entendieron muy, MUY tarde. Esas palabras…no estaban siendo dirigidas a ellos, ni a los otros demonios que escapaban. No, esas palabras eran para alguien más.

Y era verdad, esas palabras no eran para los demonios. Los guardias lo comprendieron y se dieron la vuelta, casi en cámara lenta, buscando escapar. Incluso alguien como el conocido y temido "General Carmesí" no se lanzaría a un ataque de esta forma por sí solo, aunque su nivel de poder le hacía competir contra el Maou Lucifer, ni siquiera el iría a atacar de esa forma…no solo, por lo menos.

Lo notaron muy tarde en la sonrisa de aquel humano. Esto no era un simple ataque para ver cuantos podía matar antes de escapar, claro que no. Era otra cosa, con un objetivo mucho más grande que ese.

-¡A partir de ahora…!-exclamo Issei a todo pulmón-¡LA OPERACIÓN DA COMIENZO!

¡ZAAAAAAAASSSSSSSSS!

¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMM!

¡BUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMM!

¡KAAAA-BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMM!

¡ZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMM!

¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMMMMMMMMMMMMMMMMM!

¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!

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¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA! ¡TRA-TRA!

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Las explosiones surgieron en todos lados. Los edificios siendo destruidos de la nada, inundándose en llamas y humo de color negro oscuro y profundo. Las casas, edificaciones y todo comenzaba a derrumbarse gracias a que algo había impactado en todas ellas. Un cohete y no uno que había salido de la nada, sino uno lanzado por un lanzacohetes.

Con su visión aumentada por ser un demonio, los guardias pudieron ver a lo lejos como un enorme grupo de humanos, todos vistiendo prendas de color verde camuflaje, cargaban armas en los brazos y espaldas, apuntando y disparando a todo lo que se movía delante suyo. Todos ellos saliendo de un enorme círculo mágico que había aparecido de la nada en la entrada a la ciudad.

Los demonios que habían huido hacia aquella dirección habían sido tomados con la guardia baja, de la nada habían sido detenidos por esos humanos y estos, con ojos inyectados en sangre y soltando un rugido de batalla, no dudaron en apretar los gatillos de sus armas.

Una oleada de veloces luces, balas, se abalanzaron sobre los demonios. Los demonios, tomados por sorpresa, incapaces de poder reaccionar a la velocidad de una bala, fueron fusilados con todo el sentido de la palabra, recibiendo números impactos de balas por todo el cuerpo y muriendo en el acto en menos de un instante.

Claro, sería imposible incluso para ellos reaccionar de esa forma a la velocidad de una bala. Aunque hubo algunos que sí que pudieron reaccionar un instante antes y lograron alzar una barrera mágica, no había que olvidar que seguían siendo demonios y por ende dominaban la magia. Los demonios sonrieron al ver que se habían librado de ese ataque, pero no sería tan sencillo.

El ejercito de la humanidad, enorme y armados hasta los dientes continúo su ráfaga de disparos. Normalmente una bala, sin importar cuantas fueran jamás podrían a travesar una barrera mágica. Sin embargo, esta vez era distinto. Muchos años de preparación para este momento permitieron que los humanos tuvieran la solución perfecta para esto.

En ese momento los demonios que habían alzado la barrera pudieron notarlo. La barrera, se estaba agrietando más con cada disparo que impactaba en ella. Estaban confundidos, una simple bala jamás podría hacer esto. Pero, quizás una bala especial sí que podría hacerlo.

Fue en ese instante que los demonios finalmente lo notaron. Esas balas, estaban emanando energía de ellas y en grandes concentraciones, rebosantes de energía. Balas mágicas, echas para destruir y penetrar barreras mágicas. Creadas por Hyoudo Issei.

¡CRACK!

La barrera cedió, por supuesto, y las balas continuaron su camino, impactando con todos los demonios que se habían refugiado tras la barrera, murieron en el acto al recibir aquella oleada de luz. Los humanos soldados simplemente continuaron caminando, sin quitar el dedo del gatillo, pisando los cadáveres de los demonios con una expresión seria y sombría.

La guerra convierte a los niños en hombres, y a los hombres en bestias.

Rápidamente aquella ciudad se había visto sumergida bajo las llamas de la desesperación y la desesperanza. Los edificios se derrumbaban y ardían en llamas, los demonios comenzaban a morir uno a uno al ser fusilados sin piedad por el ejército humano que se abría paso a través de la ciudad, dispersándose por toda la ciudad para matar a todo demonio que hubiese cerca.

Los guardias estaban que no podían creerse lo que estaba sucediendo, jamas esperaron nada de esta magnitud. Esto era…una completa tragedia, no estaban preparados para esto ¡Jamas lo estarían!

Y por si fuera poco, eso no era todo.

¡ZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMM!

¡GROOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRR!

¡GROOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!

¡GRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRR!

Un poderoso viento comenzó a soplar con poder, llamando la atención de los demonios que había en la ciudad tratando de escapar. Alzaron la mirada al cielo, buscando el origen de aquel aterrador sonido y cuando se dieron cuenta de lo que lo había hecho, comenzaron a llorar al ver sus esperanzas ser completamente aplastadas.

Un ejército entero de dragones surcaba los cielos de aquella ciudad, aleteando sus alas con gran poderío, desatando tormentas y alzando. Abrieron los hocicos al mismo tiempo, desatando una tormenta de ardientes llamas sobre aquella ciudad, sumergiéndola por completo en las llamas de la destrucción.

Las llamas ardían con fuerza, quemando e incinerando a todo demonio que tenía la suerte de ser alcanzado por ellas, convirtiéndose en cenizas en un instante, tiñendo las rocas, suelos y escombros de un rojo vivo, casi creando lava en la ciudad. La potencia de fuego de un dragón era algo que se debía temer por completo.

Ya no había nada que hacer, lo único que se podía hacer ahora era intentar escapar por lo menos, aunque sea un intento. Algunos de los demonios que ya casi habían logrado salir de la ciudad notaron la ciudad y ni siquiera pensaron en los demás, salvarse primero era más importante.

Uno de ellos extendió sus oscuras alas de murciélago y con intenciones de guiar a los demás en su huida, comenzó a volar rápidamente en dirección al norte, donde se encontraba la capital de Lilith y la protección del Maou Lucifer.

Desafortunadamente para los demonios que habían tenido la dicha de llegar tan lejos, lo anterior no era todo lo que los humanos habían traído. Antes de que el demonio pudiese tomar suficiente altura, una veloz y afilada lanza de luz llego desde su espalda, encajándose con poder en su estómago y convirtiéndolo en partículas en un instante.

Los otros demonios miraron en la dirección en donde había venido la lanza de luz y si alguno de ellas tenía la más mínima esperanza de sobrevivir, sin ninguna duda la había perdido por completo en este momento. Porque lo que había ahí, era su peor enemigo.

Alas emplumadas de color blanco y negro carbol, con auroras sobre sus cabezas y cuerpos cubiertos en mantos de energía dorada, portando todo tipo de armas hechas a base de luz, el peor elemento y el más peligroso para los demonios. Un ejército de ángeles y ángeles caídos.

Los demonios se dieron la vuelta y extendieron sus alas, quizás aun con la intención de que con mucha suerte pudiesen escapar. Pero en un instante fueron despedazados y a travesados por una enorme cantidad de delgadas y afiladas lanzas de luz que les habían llovido del cielo.

Colocándose delante del ejercito de ángeles y ángeles caídos, quien había atacado anteriormente hiso acto de presencia, con sus 12 alas de color dorado reluciendo y brillando más que cualquier otras, Michael.

-Bueno, parece que no has perdido el toque del todo-dijo el líder de los ángeles caídos, Azzazel apareciendo al lado del rubio-Eres alguien de temer aun, Michael

-M-Mi señor…-dijo un ángel acercándose a donde el líder del cielo-¿E-Esto está realmente bien?

-Nuestro padre siempre deseo la paz y aunque nos bendijo con este poder sagrado, jamás lo hiso con el objetivo de que lo usásemos para eliminar a los demonios, sino mantenerlos a raya. Matar inocentes está en contra de nuestras creencias y las de padre, pero…-dijo Michael mostrando una expresión seria-Ahora servimos a Issei-kun, padre ya no está…

Michael se giró hacia donde sus subordinados, los cuales abrieron los ojos con sorpresa al ver la expresión de este. El ángel de alas doradas mostraba una expresión seria, cubriendo su cuerpo con un manto de energía.

Michael dirigió la mirada hacia la ciudad, aunque los humanos y dragones estaban haciéndolo de puta madre matando demonios, sí que aún había muchos por ahí que buscaban enfrentarse y ganar esta batalla perdida. El ángel asintió y miro a sus subordinados.

-Diríjanse a la ciudad y den apoyo al escuadrón humano, apóyense en los dragones y asegúrense de darle fin a la vida de todo demonio que encuentren-indico Michael con una expresión seria y sombría-Es una orden.

Los ángeles sintieron una abrumadora presión emanar de su líder y aunque era como él decía, estaba en contra de sus principios, su padre y creador, el dios bíblico les había dicho que ellos habían nacido para proteger a la humanidad. Si los demonios amenazaban la existencia de la raza humana, ellos pelearían y matarían tanto como fuese necesario.

Rápidamente los ángeles cubrieron sus cuerpos en mantos de energía sagrada y aleteando con fuerza procedieron a ir hacia la ciudad, donde uniéndose a los dragones y humanos, comenzaron con la enorme masacre y destrucción de demonios que se había armado en este lugar.

-¿Y ustedes que están esperando?-dijo Azzazel mirando a sus propias tropas-¡Vayan también!

-¡S-Si!-exclamaron los ángeles caídos

Los ángeles caídos tenían la reputación de ser flojos y que nada les importaba, normalmente simplemente observarían pero por la expresión de su líder no parecía que fuesen a poder hacer eso. Se unieron a los demás y ayudaron en la eliminación de demonios.

-No tienes por qué culparte, Michael-dijo Azzazel mirando al rubio-Esto es algo que los demonios se buscaron por si mismos

-Lose-asintió Michael-Es solo que…ver tanta muerte y destrucción, me causa algo de nauseas…

-Esa actitud tan trillada en los ángeles me molesta, la muerte es lo más normal del mundo, acostúmbrate. Y es más, deberías olvidar esa actitud, como Issei se entere de ella, te hasta bullying para toda la vida

-Ni lo menciones…

-¿Y Gabriel? Nos vendría bien a alguien como ella. La más poderosa, fiera y hermosa guerrera del cielo, suena bien…

-Le dije que se quedara en el cielo junto a Xenovia-chan e Irina-chan-dijo Michael mirando la ciudad en llamas con ojos vacíos-Esto quizás aún sea demasiado para ellas…

-Podrías tener razón. Bueno…-dijo Azzazel sonriendo mientras se cruzaba de brazos y observaba a un grupo de demonios notablemente poderosos que volaban en dirección al centro de la ciudad-Parece que el evento principal está a punto de comenzar, demos un vistazo…

-Si…

Los guardias que aún se encontraban cerca de donde el castaño estaban muertos en vida, sin poder moverse o hacer nada. A su alrededor, aquella tranquila y pacifica ciudad en la que ya habían vivido por generaciones ahora se encontraba destruida. A su alrededor solo había…destrucción.

-Eres...-dijo un guardia mirando al castaño-Un monstruo. Eres un monstruo…

-Oh, vamos. Eres la última persona que puede decirme eso…-rio Issei llevándose las manos a las caderas-Solamente estoy regresándoles una de las tantas que ustedes los demonios nos han hecho. Considéralo un ajuste de cuentas, solamente.

-¡TU…!-exclamo el demonio poniéndose de pie-¡TU, MALDITO…!

En un arranque de furia y valentía, el demonio logro ponerse de pie y abalanzarse sobre el castaño que simplemente mantenía una expresión normal. Desafortunadamente para el demonio solamente fue capaz de dar un par de pasos antes de que una lanza cayera desde el cielo, impactando en su cabeza y a travesándole completamente hasta encajarse en el suelo, convirtiéndole en cenizas.

-Llegan tarde…-dijo Issei sonriendo al ver la lanza

Aterrizando desde arriba, un grupo de personas aterrizaron alrededor de donde el castaño se encontraba, cuarteando el suelo al aterrizar y con los cuerpos cubiertos en aura. Y se trataba de nadie menos que los compañeros de Issei, los miembros de la vanguardia de "Warriors of Longinus", usuarios de [Sacred Gear] y [Longinus].

-Lo siento, se nos hiso un poco tarde-disculpo Cao cao caminando hacia su lanza y desencajándola del suelo

-¿Hicieron lo que les pedí?-pregunto Issei con normalidad

-Sí, dejamos a Asia-chan con los demás en la retaguardia, en caso de que alguien resulte herido ella se hará cargo-explico Tobio-Aunque, eres demasiado amable. Ella tarde o temprano tendrá que acostumbrarse a esto….

-Mejor tarde que nunca

-Cierto…

Issei observo a sus compañeros con normalidad y después detuvo la mirada en un pequeño grupo, mostrándoles una suave sonrisa.

-¿Cómo se encuentran, Walburga, Karen, Jeanne?-pregunto Issei curioso-Esta debe la primer batalla de esta magnitud que tienen, entiendo que estén algo nerviosas

-U-Un poco, si-dijo Jeanne respirando profundamente-Pero, puedo hacerlo

-Ya veo. ¿Y tú, Karen?

-Estoy perfectamente-dijo Karen con el cuerpo cubierto en un manto de aura, portando una ametrallado cargada obviamente con balas mágicas y un cuchillo largo cuyo filo rebosaba de energía, posiblemente otra arma mágica que Issei le había dado-Es mi primer batalla, pero no parece que no sea capaz de superarla

-Ese es el espíritu. ¿Walburga?

-Estoy normal, aunque preferiría una recompensa por pasar mi primer batalla-dijo Walburga alzando el dedo-¿Te parece una noche de pasión de los dos por 100 cabezas de demonios?

-Una noche, nada de pasión

-¡Hecho!-dijo Walburga al instante babeando

-¡Que injusto! ¡Yo también te traeré 100 cabezas de demonios! ¡No, 250!-exclamo Jeanne

-En ese cayo yo traeré 500-dijo Haruka sonriendo mientras se llevaba una mano a la mejilla

-¡Tú no te metas, maldita loca!

-¡Que injustas!

-Chicas, la pelea es contra los demonios…-dijo Issei suspirando, pero inmediatamente sonriendo-¡Muy bien! ¡Hagamos esto….!

Issei abrió la boca y aspiro un montón de aire, inflando el pecho. Sus compañeros sabían inmediatamente que iba a hacer, por lo que simplemente se cubrieron los oídos con ambas manos y una sonrisa.

-¡ESCUCHENME BIEN, POR QUE NO VOY A REPETIRLO! ¡ESTE ES EL MOMENTO QUE HEMOS ESTADO ESPERANDO, NO LO DESPERICIEN! ¡MATEN A TODOS Y CADA UNO DE ESOS MALDITOS ENGENDROS, NO DEJEN NI UNO SOLO DE ELLOS! ¡QUIERO….!-exclamo Issei a todo pulmón-¡QUIERO QUE LES MUESTREN A ESTOS MALDITOS LA FURIA DE LA HUMANIDAD! ¡ENSEÑENLES QUE NO DEBEN SUBESTIMARNOS!

La moral de todos los solados, humanos, dragones, ángeles y ángeles caídos estaba a tope. Sintieron casi como si sus energías se hubiesen duplicado y continuaron con su deber al mismo tiempo que exclamaban a todo pulmón en respuesta al chico:

-¡SI, GENERAL!

Los miembros de la vanguardia rápidamente se pusieron en marcha, dispersándose a través de la ciudad para apoyar a cualquier aliado y eliminar sin piedad a cualquiera enemigo que se encontrasen.

El inmenso Jabberwocky hiso acto de presencia junto a Bandersnatch, destruyendo, aplastando y devorando a todo demonio que se encontrasen. No solo ellos, Leonardo también había invocado a una niebla de "mosquitos" que en conjunto a los otros dos, mataban demonios como si fuesen insectos. Las fauces de las dos bestias, hacia como sus garras y cuerpos escurrían sangre, saliva teñida de rojo y colmillos afilados con carne en ellos.

Otros que intentaron escapar al correr por sus vidas eran reducidos a cenizas por un mar de llamas purpuras que se apresuraban por los rincones, callejones y casas de la ciudad, quemando a todo demonio que era absorbido por las llamas purpuras. Walburga parecía divertirse, había que aprender a agarrarle el gusto a esto si se quería seguir haciéndolo sin problemas.

Espadas surgían del suelo, a travesando sin piedad a cualquier demonio que intentase escapar, cortando extremidades y picando en picadillo a cualquier demonio que tuviese la mala suerte de ser alcanzado por las espadas de Jeanne.

Karen se las ingeniaba para arrastrar a los demonios a combates físicos que eran su especialidad, en los cuales les arrancaba los brazos con su poder físico ahora aumentado tras el entrenamiento espartano de Issei, cortando y a travesando como mantequilla los cuerpos de los demonios con su cuchillo lleno de energía, disparando balas mágicas mientras peleaba.

George y Tobio eran una combinación letal. Mientras que Tobio, al igual que Issei, mataba simplemente con movimientos poderosos, bruscos y ataques de energía sin piedad o inteligencia, simplemente matar, George reunida grupos y los enviaba a aquel espacio entre las dimensiones en el que borraba la existencia de los demonios que había atrapado.

A partir del suelo salían raíces con afiladas espinas en ellas, las cuales sujetaban demonios y los jalaban en direcciones opuestas para partirlos en pedazos y bañar el suelo con sangre. Haruka se lo pasaba con normalidad, caminando por la ciudad en llamas mientras lamia una paleta y las raíces a su alrededor hacían todo el trabajo con normalidad.

Issei simplemente observaba los alrededores con una expresión normal, desde su punto de vista la operación iba viento en popa, quizás un poco más sencillo de lo que espero, pero iba bastante bien.

De la nada, una inmensa masa de energía cayó sobre Issei, generando una inmensa explosión y alzando una cortina de humo. Curiosamente tras unos segundos la nube de humo fue disipada por un fuerte viento que había sido producido por las alas de dragón de Issei, quien simplemente se encontraba parado en el centro de un pequeño cráter y sacudía sus prendas para sacudir algo de polvo.

Alzo la mirada y pudo percatarse de un grupo de demonios que se encontraban volando a unos metros delante de donde se encontraba el. La energía que esos demonios poseían era bastante superior a la media, notablemente más poderosos que todos los demás, pero nada que no pudiera manejar por sí mismo. No tuvo que darle muchas vueltas para saber de quienes se trataba.

-Glasya-Labolas, eh…-dijo Issei sonriendo-Hasta que se dignan a aparecer. Pensé que ya habían escapado con la cola entre las patas a pedir refugio con Lucifer, veo que tienen algo de valor

-¡Tu, maldito!-quejo un demonio de aspecto joven, con el cabello azul y un par de líneas en el rostro

-Tú debes ser el imbécil de Zephyrdor, el heredero de Glasya-Labolas

-¡Tu….!

-Tranquilízate, Zephyrdor-detuvo un hombre de aspecto mayor al lado del heredero del clan

-¡P-Pero, padre!

-Mantén la calma, Zephyrdor, nos aseguraremos de hacer que pague por todo lo que ha hecho-dijo una hermosa mujer parada al otro lado del heredero

-Ustedes deben ser los padres-dijo Issei notando las similitudes del peli-azul con ellos dos-Mala suerte tienen, morirán…

En ese instante y por la espalda, una inmensa y gruesa lanza de luz a travesó el cuerpo de ambos padres por el estómago, causando que ambos escupiesen sangre por la boca y comenzaran a sangrar. Zephyrdor miro a sus padres con los ojos abiertos cual platos, notando como la energía sagrada de las lanzas comenzaba a desintegrar los cuerpos de aquellos que le habían dado vida.

-Zephyr…-dijo la madre-H…Huye….

En un instante los cuerpos de los padres se convirtieron en partículas, arrastradas por el viento y desapareciendo en la distancia. Zephyrdor miro lentamente a donde habían venido las lanzas, notando la presencia de Azzazel y Michael.

Estaba sorprendido por la presencia de tales seres ante él, pero en este momento tenía una cosa con mayor importancia. La rabia incontrolable en su interior aumentando conforme miraba la expresión divertida del "General Carmesí", habían asesinado a sus padres y el parecía divertirse.

-¡Imperdonable! ¡Mátenlo! ¡Acaben con el!-ordeno Zephyrdor a los demás demonios junto a él, quienes al parecer eran su nobleza

El enorme grupo de demonios en un instante volaron velozmente a donde Issei se encontraba, pero este simplemente se cruzó de brazos y sonrió. Antes de que los demonios pudiesen atacar, todos fueron interceptados por los compañeros de la vanguardia de Issei, quienes impactaron ataques de lleno en cada uno de ellos y les mandaron a volar de regreso a donde estaban.

-¿Ese es el heredero de Glasya-Labolas?-pregunto Cao cao-No parece tan fuerte como dicen…

-Ni siquiera es necesario que Issei se encargue de el-dijo Tobio llevándose las manos a la nuca, suspirando

-Atrás, yo me encargo-dijo Issei con normalidad-Solamente observen…

-Si-asintieron todos

Issei dio un par de pasos hacia adelante, mostrándole una sonrisa al heredero de Glasya-Labolas, quien furioso por eso cubrió su cuerpo con una inmensa cantidad de energía, alzando las manos y generando una inmensa esfera de energía verde que emanaba relámpagos. La cantidad de poder demoniaco reunido en esa esfera era increíble, quizás a la par de un demonio de clase suprema.

-¡Comete esto, maldito!-exclamo Zephyrdor apuntando al castaño con las manos-¡Muere!

Curiosamente y en contradicción a su enorme tamaño, la esfera de poder demoniaco se abalanzo muy rápidamente a donde Issei se encontraba. El castaño observo la esfera con normalidad hasta que estaba ya delante de él. Si, ciertamente era mucho más fuerte de lo que el creyó, pero, no era como si no pudiese encargarse de el por sí solo.

-¡Aaaaahhhh!-rugió Issei impactando un gancho a la esfera de poder demoniaco con su brazo derecho

¡POOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOWWWWWWWWWWWWWWWW!

El poder del golpe y el impacto produjo una poderosa onda de expansión y viento que apago unas llamas que había cerca. Tras unos segundos de choque, el puñetazo de Issei derroto por completo la carga de la bola de energía y usando la fuerza del chico, la bola de energía salió volando hacia el cielo con gran velocidad.

¡BUUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMM!

En la altura, la bola de poder demoniaco hiso explosión y genero un enorme destello de luz que cegó a algunos por unos segundos.

-Si eso es todo lo que tienes, entonces estas más jodido que nada-rio Issei con diversión

-¡Maldito…!-quejo Zephyrdor

-Amo, deberíamos retirarnos por ahora-dijo una de las subordinadas del demonio

-¡¿Qué dices?! ¡Estos malditos mataron a mis padres y mira mi territorio! ¡No dejare que se salgan con la suya…!

-Aun así…

-¡Cállate! ¡Vamos a pelear! ¡No importa si morimos!

-Sí, amo

Al escuchar eso Issei simplemente suspiro mientras se llevaba las manos a la cintura, alzando la mirada con cierta diversión.

-Valiente, pero muy, muy estúpido-dijo Issei haciendo unas señas a sus compañeros-Encárguense de este debilucho

Rápidamente Zephyrdor y su nobleza se lanzaron en su encuentro en contra del grupo de compañeros del castaño. Claro era una batalla por demás perdida considerando que si Issei se metiese hubiese terminado al instante y casi lo fue de hecho, considerando al ventaja. Azzazel y Michael también estaban listos para entrometerse de ser necesario, pero no lo fue.

En menos de un par de minutos, los cuerpos de Zephyrdor y su nobleza se encontraban junto a los cuerpos despedazados y quemados de todos los otros demonios. La batalla había sido más dura de lo que espero, pero igualmente la habían ganado.

Después de eso Issei continúo caminando por la destruida ciudad con normalidad, con todos sus compañeros siguiéndole por detrás. A donde sea que mirara había muerte, destrucción y llamas, todo estaba destruido.

-¡E-E-Esto es…!

Pudo escuchar eso y al voltear pudo percatarse de la presencia de Rias Gremory, su esclava y prisionera, quien mostraba una expresión más que sorprendida y horrorizada, cayó al suelo al no poder sostenerse con sus temblorosas piernas y comenzó a llorar.

-¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto?-pregunto Rias mirando al chico

-¿Y todavía preguntas?-pregunto Issei mirándole con seriedad-Esto es solo un poco de lo que hay reservado para ustedes. Una pequeña parte del sufrimiento y odio que nos han causado a los humanos, te recomiendo que te prepares mentalmente para lo que viene, porque será peor créeme.

-Eso es...

-Ah, lo había olvidado-dijo Issei apuntándole con el dedo-Tu eres la hija de un noble, no tienes la menor mierda de idea de lo que es vivir en estos lugares, no tienes la menor idea de lo que es guerra. Esto, es la guerra, muerte y destrucción, aquello que jamás quisiste ver por miedo. La princesita mimada finalmente ha aprendido un poco de lo que los soldados sienten, eh…

-Y-Yo…

Issei simplemente miro hacia adelante echando aire por la nariz y reanudo su caminata. Tras haber avanzado un par de metros, se detuvo de golpe y miro hacia un lado. Desde una nube de humo y llamas, un pequeño niño cargando un peluche caminaba mientras lloraba.

-¡Waaaa~! ¡Mamiiii~!-lloraba el niño

Issei le observo con una expresión vacía y sombría. Los compañeros de Issei le observaron desde un par de pasos detrás de él, pues incluso para ellos, matar a un niño demonio en esa situación seria algo complicado, cosas como moral y sentimientos de culpa les molestarían un par de días.

El líder de "Warriors of Longinus" se encamino hacia el niño, parándose delante de él. El niño alzo la mirada y al ver la expresión del chico comenzó a llorar con aun más fuerza.

Algunos de los militares que había cerca prestaron atención a las acciones de su general. Si Issei por alguna razón decidiese dejarlo con vida, eso significaría que no habría ningún problema para ellos el no matar niños tampoco y no tendrían que preocuparse por la carga moral.

Issei coloco su mano sobre la cabeza del chico, causando que el niño alzase la mirada y entonces abrió los ojos con fuerza. Issei mostraba una expresión gélida y cubriendo su cuerpo con un manto de energía, dejo salir un poderoso rayo de energía por su mano, incinerando por completo el cuerpo del niño en un instante.

Todos abrieron los ojos con sorpresa, pues aunque su reputación le precedía muy bien, haber matado a un niño de esa forma era algo que ellos no podrían hacer. De aquel niño, solo su peluche y un zapato habían quedado.

-Mátenlos a todos, sin excepción-dijo Issei mirando a sus compañeros y militares-¿Entendido?

-S-Si…-asintieron todos

Después de ver eso los militares y demás soldados continuaron con su labor, recorriendo los rincones de la ciudad buscando demonios que se hallasen escondido o que estuvieran incapacidad para escapar de alguna forma.

Al norte de la ciudad había una inmensa pila de escombros generando una montaña de piedras. Issei la escalo con normalidad y poso un pie sobre una roca, observando en las lejanías a algunos cuentos demonios que habían tenido la suerte de poder escapar.

-¿Qué hacemos, Issei-kun?-pregunto Michael al chico-¿Los seguimos?

-No, déjenlos vivir-dijo Issei con una sonrisa-Ellos serán mis mensajeros

-¿Mensajeros?-pregunto Azzazel

-Sí, ya sabes lo que dicen, ¿no? Ojo por ojo, diente por diente y conquista por conquista.

Issei dibujo una sonrisa en su rostro y después tomo aire, nuevamente sus compañeros al ver eso se cubrieron los oídos y sonrieron suavemente.

-¡Escúchenme bien, malditos demonios! ¡No piensen que han escapado! ¡Solo están prolongando lo inevitable! ¡Iré a por ustedes y los matare! ¡Pueden estar seguros de ello! ¡Sera mejor que vayan a buscar refugio en Lilith, corran la voz y díganle a todos los demás! ¡Matare a todo el que no vaya a Lilith!-exclamo Issei con confianza y una sonrisa-¡Y también! ¡Ya que están en eso! ¡Asegúrense de decirle a Lucifer que a partir de este momento…!

Issei golpeo su pecho con poder, revelando una sonrisa llena de confianza.

-¡LA HUMANIDAD ESTA CONQUISTANDO EL INFRAMUNDO!


Fin del capítulo.

Fiuuu~, pues bueno, finalmente le ha tocado a esta. Me disculpo por la tardanza, sé que he demorado mucho pero el trabajo me tiene muy jodido y nah, mejor ni les digo. Bueno, espero que haya sido de su agrado.

Yo les había dicho que esta sería una historia corta, sin profundizar mucho en nada y pura epicidad y peleas chingonas, simplemente eso. ¿Qué se me están pasando cosas y olvidando personajes? Precisamente por eso, porque no quiero profundizar, solamente quiero escribir muerte y destrucción sin igual para cerrarla con una pelea tan épica que se morirán al leerla :V

Bueno, como sea.

Espero que les haya gustado… ¿Ya había dicho eso, no?

Nos leemos luego.