Estaba sentada en la sala viendo la tv, como lo hacia todas las noches, vivía bien, mi esposo era de dinero, el no me amaba como yo a él, no me dirigía la palabra desde nuestra de bodas. No sabía lo que yo hacía y viceversa pero eso era muy fácil de adivinar, el tenia a su amante, Tanya, se habían conocido desde la infancia, pero mi padre arregló mi matrimonio con él y ellos dos se iban a casar.

Me dio sueño y apagué la tv, todas las noches lo esperaba y el, algunas noches no llegaba, me prohibió hablarle a su celular, me quité mi ropa y me puse mi camisón de seda. A la mañana siguiente y para mi pesar el no trabajaba, tome un tazón y lo llene de cereal con leche de coco, jamás lo acompañaba a desayunar y a él no le importaba, como siempre el lucia hermoso, su cabello cobrizo, cuerpo atlético, su intimidante y penetrante mirada verdosa. Desvié rápido la mirada, sabia cuando lo observaba, empecé a desayunar lentamente sin ninguna prisa.

-me vas a acompañar a un funeral- me ahogue con el cereal, a lo mejor imagine su voz

Mire hacia la puerta y estaba el ahí, me miraba con coraje, asentí con la cabeza. Lo amaba pero no iba a arrogarme a sus pies, si no me hablaba yo tampoco lo haría, me enamoré de él como una tonta, el se fue y después de terminar de desayunar me vestí de negro y subí a su auto, recargué mi cabeza contra el vidrio de su espantosa jeep patriot.

Llegamos a una funeraria, se estacionó y nos bajamos, el iba vestido de saco y corbata negro, sus lentes de aviador, cada que lo veía siempre me sonrojaba pero a el no le importaba, lo tomé del brazo y se tensó, se apartó de mi furioso y lo seguí. Me dolía como me trataba, llegamos a la sala y hasta el fondo estaba el féretro.

-mi preciosa Tanya- dijo con su voz ahogada

Me quede helada, estaba en su funeral, me acerqué lentamente y lo que vi fue que Edward la besó, yo me acerqué con rabia.

-¿Qué le ocurrió?- pregunte musitando

-se suicidó- respondió

-¿Por qué?- pregunté

-por que me casé contigo, estúpida, ella se suicidó por eso, ¿y sabes que mas?, ella estaba embarazada de mi- fruncí el seño

-¿me estas culpando de algo?- pregunté

-si, por tu culpa ella se suicidó y se llevó a mi hijo- no soporté

-pues qué bueno que se haya suicidado, al fin esa guarra se fue- dije con odio

Salí de ese lugar a tomar aire fresco, así con que esa perra estaba muerta, ella siempre fue la causante de que Edward nunca me amara, y lo más estúpido es que ella estaba embarazada. La intriga me invadió y volví a entrar con la idea de interrogar a alguno de sus familiares, busqué con la mirada a Irina y finalmente la encontré.

-cuanto lo siento- me acerqué a ella

-¿tú debes de ser la esposa de Edward verdad?- preguntó y asentí con la cabeza

-debes de saber que ella murió estando embarazada de él, tenía 2 meses de embarazo- dijo

-¿Qué, cosa?- pregunté

-ellos se amaban demasiado pero tu apareciste en escena, ¿no pudiste dejarlo a él con mi hermana y buscarte a otro?- me reprochó

-no sabía que él estaba comprometido, pero eso es pasado, yo no tuve la culpa de que ella se suicidara, y creo que ustedes ni siquiera saben porque lo hizo y me culpan a mi- grité

Me fui para buscar a mi esposo, lo encontré con algunas personas platicando, ¿a que me trajo aquí?, a mí que me importa que esa estúpida este muerta, siempre me restregaba en la cara que aunque yo estuviera casada con el, jamás lo tendría en cuerpo y alma como ella lo tenía, y ese día le di una bofetada.

-necesito irme- me acerqué a el

-vete sola, yo me quedo- susurró secamente

Me salí de la funeraria y tomé un taxi, le indiqué la dirección y que por favor me llevara, me quité mi saco por que empezaba a sentirlo pesado, sentí la mirada del conductor en mi pronunciado escote. La idea de que Edward se haya acostado con esa me revolvía el estomago y me sentí herida y traicionada, ¿Por qué lo hizo?.

-señorita, ¿está usted bien?- preguntó el taxista

-si- respondí

Había un alto y se detuvo, el no me dejaba de mirar el escote, pero mi vestido era corto que dejaba ver mis muslos. Tal vez una pequeña aventura no le haría mal a nadie, y podía tener por que el jamás se enteraba de lo que hacía.

-disculpe usted, pero es muy hermosa- musitó

-gracias- respondí

Y reparé en el conductor, no era feo pero era rubio, miré sus ojos y eran azules, me senté en el centro del asiento y sus manos se atrevieron a tocar mis pantorrillas, hasta subir a mis muslos

-señorita es demasiado hermosa- susurró

El alto se puso en verde y había llegado a mi casa, ahora debía de decidir, porque no había vuelta atrás, si decidía tener un amante, seria porque yo quería. El no regresaría hasta en la noche, me cambiaba de ropa y luego vería que hacía.

-espere aquí por favor no tardo- abrí la puerta y salí

Entre a la casa, y subí rápido para cambiarme, tomé una falda, mi dinero y las llaves de mi departamento, me cambie de camisa y salí rápido. Me senté en el asiento del copiloto, cuando lo miré el me miraba con mucha intensidad.

-¿A dónde?- preguntó

Le di la dirección nuevamente, puse mi mano en su pierna, ahora yo iba a jugar, me acerqué a su entrepierna y lo apreté.

-mmm…se esta pasando- susurró

-tú hiciste lo mismo y no te dije nada- dije sonriendo

-me llamo Mike- me miró

-me llamo Bella- dije mi nombre

Nos había tocado el alto, su mano se posó sobre mi pierna y subió recorriendo mi muslo, hasta llegar a mi ropa interior, gemí cuando su palma la dejo en mi entrada que estaba cubierta por tela, y empezó a mover su mano. Nos miramos y me acerqué a él, nos besamos ardientemente solo que fuimos interrumpidos por el sonido del claxon de los demás autos. Habíamos llegado a mi departamento y le pedí que se estacionara, después salimos y nos dirigimos al ascensor, me tomó de la cintura y me puso enfrente de el, comenzó a restregar su miembro. Una vocecita me gritaba que no lo hiciera, que estaba completamente en un error, que eso debería de hacerlo con mi esposo, pero la mandé a callar, no compartíamos recamara, todas esas veces que quería seducirlo, siempre terminaba con una bofetada.