N/A: ¡Hola! He querido empezar esta nueva historia, (sí, ya sé que tengo ya algunas empezadas que no he terminado), me apetecía escribir algo "nuevo", por así decirlo, bueno, no tan nuevo, es Seddie, como siempre… Pero no es como las otras, además está la quiero hacer un poco cómica, a ver si lo consigo… Bueno, espero que os guste, que dejéis review, e ICarly no me pertenece:
Narra Carly
Desde uno de los taburetes de la cocina, observaba la extraña (aunque tal vez tierna) escena:
Mi mejor amiga lloraba desconsolada y desesperadamente sobre el pecho de su novio, Freddie. ¿La razón? Pues bien, Sam, la amante de los grasibollos y la carne, había caído enferma de estómago, y Freddie le había prohibido comer ese tipo de comida basura que a ella tanto le gustaba… Suena ridículo ¿verdad? No voy a mentir: Lo es. ¡Hay cosas peores en el mundo que tener que hacer dieta durante cinco días! Por ejemplo… Suspender un examen, como yo, ¿y me veis aovillada en el sofá, lloriqueando por mi enorme desgracia? ¡Pues no…! Pero también hay que decir que últimamente Sam está muy sensible y se desanima, llora o enfada por cualquier tontería… Tal vez solo sea que está con el periodo, aunque esta teoría no encaja bien del todo, ya que a mí me llega primero y aún no me ha venido.
Cinco minutos después, Sam se quedó dormida; Parece un angelito cuándo duerme, pero despierta es un demonio. Freddie suspiró, y acostó a Sam en una de la esquina del sofá, y la tapó con una manta. Luego se puso en pie, se alisó la camisa, cogió una de las sillas de la cocina y se sentó frente a mí.
- ¿No crees que Sam está algo extraña últimamente?- Susurró.
- Mmm… Sam es extraña… - Contesté con obviedad
El rodó los ojos y suspiró de nuevo.
- ¡Sabes perfectamente de lo que te hablo, Shay! Sam no llora así por así, y ahora lo hace a la mínima. Además, cada vez que huele la comida, se va corriendo a vomitar.
Me encantaba vacilar a Freddie, era divertido, y ahora que ellos dos salían, Sam había dejado de fastidiarlo, así que… Alguien tendrá que hacerlo ¿no?
- Hey, relájate… Ok, tienes razón, yo también me he dado cuenta, supongo que estará con el periodo-
Freddie parecía poco convencido ante mi explicación; Bueno, yo tampoco creía que fuera eso, pero mi mejor amigo estaba muy preocupado, y no se me ocurría otra manera de tranquilizarlo.
- ¿Estás segura?-
- Sí- Mentí.
La conversación terminó cuándo Sam se revolvió en el sofá, abrió los ojos y bostezó. Freddie sonrió; se acercó a la rubia y la besó en la frente.
- ¿Cómo estás amor?- Le preguntó con voz cariñosa y calmada.
- Estaría mucho mejor si te callaras- Contestó entre dientes.
Yo me quedé algo patidifusa ante la reacción de mi amiga, pero, ¿Qué otra cosa puedo esperar? ¡Es Sam!
- ¡Sam!- Le reñí- ¡No le hables así a Freddie, él solo se preocupa por ti!
El susodicho me dirigió una mirada de agradecimiento, mientras que ella rodó los ojos.
- Carls, tráeme un cubo…- Dijo ella con voz cansada.
- ¿Para qué quieres un….?- Entonces lo comprendí; inmediatamente salté de la silla y tomé uno que estaba encima de la mesa.
- Aquí tienes - Dije mientras se lo tendía a ella.
Sam susurró un "Gracias" mientras sonreía cansadamente. Cogió el cubo entre sus dos manos y vació en el todo el contenido de su estómago.
Al terminar, le pasó el cubo a Freddie y se tumbó en el sofá. El moreno mostraba una mueca de asco, y dejó escapar un "Ewww".
Narra Sam
Últimamente algo no anda bien en mi interior, me sentía extraña… Freddie creía que solo era una simple enfermedad de estómago, por lo que sugería que fuera al médico… Pero yo no creía que una simple enfermedad fuera lo que me tenía en este estado.
Carly y yo estábamos viendo la televisión juntas, ambas tiradas en el sofá, Freddie, al contrario, estaba en el estudio arreglando no sé que de su cámara. La tarde transcurría con normalidad; veíamos el programa y nos reíamos con sus chistes malos, pero entonces Carly me hizo una pregunta que me dejó helada.
- Sam, no crees que todo ese malestar que tienes últimamente, podría ser debido a que… Bueno, no sé… Es solo una teoría, pero… ¿Has pensado que tal vez puedas estar… embarazada?
No fui capaz de responderle, me quedé estática; Claro que había pensado en esa posibilidad, pero me negaba en rotundo a aceptar que dentro de mí podría estar creciendo un pequeño ser… Mi hijo.
- Sam, yo… No quiero… No quería lastimarte, lo siento si te he…- Carly parecía arrepentida.
Las disculpas de Carly no me harían sentir mejor, dentro de mí crecía un pequeño Freddie, o tal vez una pequeña Sam, y las plegarias de mi amiga no harían que la criatura desapareciera de mi estómago… Apenas había cumplido la mayoría de edad, y ya esperaba mi primer hijo, ¿Cómo se lo diría a Freddie? ¿Y a mi madre? ¡Me echará de casa! Oh, y Marissa, ¡Marissa! No quiero imaginarme lo que hará ¿Castrará a Freddie? o ¿Lo encerrará el resto de sus días en casa, sin permitirle verme?... ¿Y qué demonios voy a hacer yo con un hijo a tan corta edad? El embarazo adolescente no está muy bien visto, que digamos… ¿Y mi cuerpo? No quiero ni imaginarme como estaré con una enorme barriga de nueve meses, tendré que comprar ropa nueva; mucha ropa nueva… ¡El parto! ¿Podré resistirlo? Dios mío, eso debe de ser verdaderamente horrible; recuerdo cuándo en clase de Ciencias Naturales nos pusieron aquel vídeo… ¡Ewww! No quiero ni acordarme de cómo estaba la mujer, parecía que ese bebé la estaba devorando por dentro, abriéndose paso a mordiscos en sus entrañas para salir. No me imagino en esa situación.
A pesar de que yo deseara que todo esto fuera un mal sueño, sabía que era real, y que lo hecho está hecho y ahora debo afrontar las consecuencias:
- No, Carls, no te sientas mal… Y creo que incluso… Tienes razón… La verdad es, que no soy virgen… Perdí la virginidad con Freddie… Y creo que… Estoy em…embarazada- Al terminar la frase, me sentí horrible; como si fuese a desmayarme en cualquier momento.
Carly me abrazó con fuerza, y acarició mi cabeza, intentando tranquilizarme.
- Oh, Sammy, tranquila encontraremos la solución- Decía Carly, en un fallido intento de reconfortarme-
- Carly, ¿Cómo demonios vamos a encontrar una solución?- Articulé yo frustrada y desesperada.
- Bueno, aún no es seguro del todo que estés embarazada, deberíamos comprar un test de embarazo, y si sale positivo, se lo diremos a Freddie y encontraremos la solución ¿de acuerdo?- Dijo ella con una voz llena de comprensión.
Asentí sin fuerzas y mi mejor amiga tiró de mí para levantarme; apenas era capaz de sostenerme en pie, sentía que todo estaba mal, que el mundo me venía encima. No me había hecho esa estúpida prueba, pero sabía con certeza de que estaba embarazada, embarazada de Fredward Benson.
Tomamos nuestros abrigos y abandonamos el apartamento Shay. Cogimos el ascensor y llegamos a la portería; allí, sentado sobre la silla de cuero detrás del mostrador, se encontraba el desagradable portero: Lewbert. Éste no parecía nada contento de vernos.
- ¿Qué hacéis deambulando por mi edificio, repugnantes hobbits?- Dijo él, tan agradable como siempre.
Carly parecía confusa.
- Emmm… Vivo aquí desde hace unos quince o diecisiete años…- Contestó la morena con sencillez.
No tenía tiempo de aguantar las tonterías de Lewbert, así que decidí cortar la conversación.
- ¡Vamos, Carly, no hay tiempo!
Carly y yo corrimos hacia la puerta principal, mientras el loco portero nos gritaba cosas que no llegué a entender, pero de seguro que no eran buenas…
El cielo de Seattle era color gris, y amenazaba con lluvia; combinando perfectamente con mi estado de ánimo.
Después de unos cinco largos minutos caminando, entramos en una farmacia; era una pequeña tiendecilla, con una chica de expresión amable situada detrás del mostrador.
Carly y yo ojeamos entre las distintas estanterías, pero ni rastro de los test de embarazo. La joven del mostrador se nos acercó con una gran sonrisa.
- ¿Puedo ayudaros en algo?- Preguntó sonriente.
Carly y yo intercambiamos una rápida mirada y ella habló primero.
- Buscamos pruebas…
- De embarazo- Terminé yo la frase por ella.
La expresión de la mujer cambió rápidamente; su mirada se tornó compasiva, y nos dedicó una sonrisa de apoyo.
- Están allí- Dijo señalando las estanterías del fondo- Hay de varias marcas, venid y os enseñaré las más fiables.
Se encaminó hacia la sección del fondo, y nostras la seguimos.
Cogió unas cuántas cajitas y nos las enseñó.
- En esta...- Habló mientras alzaba una de las pruebas- Pone que es de un 99.9 %, mientras que estás dos son de un 95% y esta última de un 86 %. Os recomiendo que cojáis tres o cuatro.
Alargué la mano temblorosamente y agarré las tres primeras.
- Con estas tres servirá…
La mujer se dirigió a la caja, allí pagamos las pruebas y cruzamos el umbral de la puerta. Nos internamos en las calles de Seattle, hacia el Bushwell Plaza. Ninguna de las dos pronunciamos palabra en todo el camino de vuelta a casa.
Llegamos al gran edificio, y pudimos comprobar (para nuestra suerte) que el desagradable portero no se hallaba en su habitual lugar de trabajo. Subimos las escaleras y entremos en el apartamento.
- Sam… ¿Vas a hacerte…? - Dijo Carly señalando el baño.
Me dirigí al servicio con Carly siguiéndome; a continuación entré en el cuarto y cerré la puerta.
Cogí las cajitas y leí las instrucciones de una de ellas y me fui haciendo los test uno a uno. Al finalizar, llamé a Carly.
Narra Carly
Estaba en el cuarto de baño con Sam esperando los resultados de las malditas pruebas. Mi mejor amiga estaba totalmente callada, con los ojos fijos en el test. No hacía falta que dijera nada para que yo supiese como estaba: Destrozada… No es de extrañar, yo en su lugar también lo estaría. Con un bebé a los dieciocho, jamás podría cumplir sus sueños; sus esperanzas. ¿Y Freddie? El también quería ser algo en la vida, pero ser padre a tan corta edad le supondría un gran impedimento…
Pasaron los cinco minutos de espera, Sam agarró la prueba y la miró. Suspiró pesadamente y salió del baño.
- ¿A dónde vas?- Le pregunte.
Ella se giró y me miró seria.
- A decirle a Freddie las noticias-
¿Noticias? Oh, genial, entonces está confirmado: Sam y Freddie van a ser padres a los dieciocho.
Seguí a Sam hasta que ella me cerró la puerta en las narices. Se veía que quería un poco de intimidad pero… Oh, vamos, soy su mejor amiga, quiero ver como se lo dice a Freddie… Entonces se me ocurrió la genial idea de espiar por la mirilla.
Desde allí, vi como Sam llamaba al timbre. Un joven alto y moreno le abrió la puerta. Ella empezó a jugar con su cabello y luego comenzó la conversación, así que pegué la oreja a la puerta para poder oírla:
- ¿Sam? ¿Ocurre algo amor?- Le dijo Freddie un poco preocupado.
- ¿Tiene que ocurrir algo para que una novia venga a visitar a su pareja?- Contestó ella, un poco molesta- Bueno, vale, la verdad es que sí ocurre algo…
Freddie arqueó una ceja y le preguntó con picardía:
- ¿Qué te traes entre manos, demonio rubio?-
Sam, a pesar de las bromas, continuaba seria y serena.
- Freddie esto no es ninguna broma, es muy serio… Yo… Estoy embarazada.
La boca de Freddie se abrió de par en par, y una lágrima resbaló por la mejilla de la rubia. El moreno logró reaccionar, y envolvió a Sam en sus brazos y besó su cabeza.
- Tranquila, todo estará bien…
N/A: Bueno, aquí finaliza el primer cap… ¿Qué tal? ¿La sigo? ¿La dejo? Decidme vuestra opinión en un review, en serio que me ayuda mucho y me hace feliz. Y ya sabéis: Cuando llegue el primer review, llega el siguiente capítulo. Además, mañana empieza el fin de semana :D y si tengo mi review, quizás actualice la historia.